Cena de invitados
Narra Juwon
Fue casualidad, aquel juego tonto de miradas que no parábamos de intercambiar. Pero, ¿por qué tuve que acercarme a preguntarle yo primero?
—He estado pensando... Sr. Ha-Joon, ¿le gustaría conversar?
A partir de esas palabras, no esperaba obtener respuesta del hombre más exquisito de aquella cena, pero de pronto, me pareció escuchar algo.
—Sería un privilegio conversar con usted, Sr. Lee.
Repito, no esperaba obtener una respuesta temprana, pero por alguna razón, me alegraba tener su contestación.
—Estuvo de suerte caballero, hoy me tomé un descanso.
Con aquello quería referirse a un descanso del trabajo, él trabajaba en una de las más famosas sucursales llevadas por su familia años atrás. Tan pronto traté de seguir aquella conversación, desde la lejanía se pudo apreciar a dos altos hombres llamarme.
—¡Juwon, vamos a cenar!
Aquellos dos malditos siempre irrumpiendo en el mejor momento, donde una copa de vino me había dado algo de valor para hablarle a tal hombre importante, en fin, tampoco era alguien de nombre tan importante.
—Pues creo que ahora seré desafortunado al tener que tomarme tiempo para cenar, mis disculpas.
El hombre tan sólo me dedicó una media sonrisa, no sabía bien si había sido de desagrado o posiblemente de molestia. Me fui directo hacia la mesa ocupada por aquellos dos monumentos asiáticos de nombres Dae-hyun y Seung.
—¿Una copa a sido suficiente para llevarte al pez gordo de la cena, eh Juwon? —Dae-hyun era bastante sobreprotector, podía verse humo saliéndole de la cabeza al instante en que tomaba asiento a su lado.
—No sé en qué estaba pensando —me llevaba la mano al cuello para dejar algún que otro leve masaje que me hiciera sentir mejor.
—Dae-hyun, no seas demasiado duro con él, sabes sobre la situación.
Sobre esa situación, se referían a mi atracción de principios desconocidos por el susodicho "pez gordo" que destacaba sí o sí, daba igual desde que ángulo lo vieras, todo el local se fijaba en él.
Aquella cena era un tipo de evento para jefes y socios donde cada uno podía utilizar miles de tácticas con el objetivo de hacerse con inversores y personas de interés que pudieran ser útiles contra las competencias, quién sabe, una buena alianza sería fantástica en el mundo de los negocios.
Dos horas después. Juwon se encontraba recogiendo sus pertenencias con el fin de volver a casa, pues ya no tenía ningún asunto más que tratar, cosa que cambió al encontrarse de frente con Ha-Joon.
—Discúlpem-... —al cruzar miradas se vio inclinándose hacia adelante en forma de reverencia para disculparse correctamente con su contrario.
—Descuide. Espero disfrutase de su cena.
—Oh realmente lo hice. No pensé que me encontraría de nuevo con usted, justo estaba pensando en volver a casa —se sentía algo extraño, durante la cena había intercambiando algunas, por no decir demasiadas miradas con el mayor, pero no iba a sacar el tema tan notoriamente—. Sr. Ha-Joon, le he visto bastante cansado durante la cena, sé que no soy quién para preguntarle pero, ¿se encuentra bien?
—Tan sólo fue un leve ataque, pero ya fue tratado, también pensaba retirarme para descansar, espero que usted pueda disfrutar de su sueño.
—Muchas gracias, y espero de verdad que pueda tener un agradable descanso.
Toda aquella palabrería lo había dejado en blanco, se dio cuenta una vez llegó a casa y escuchó el sonido de la alarma al cerrarse la puerta de la entrada.
—Espero que usted pueda disfrutar de su sueño... ¿qué demonios, y qué fue de mi respuesta? espero de verdad que pueda tener un agradable descanso, ¿acaso eres su esposa, Juwon? —se llevaba la mano derecha a la cabeza con fin de peinar sus cabellos hacia atrás—. Será mejor que vaya a dormir.
La noche transcurrió como si fuera eterna para ambos hombres, no eran de tomar pastillas para el insomnio, pero aquella noche tal vez pensaron que les vendría bien. Mantenían los ojos abiertos tras un sinfín de vueltas sobre la cama, desafortunadamente no encontraron una posición cómoda para descansar.
Al amanecer, Juwon se alistó temprano para salir a trabajar, a diferencia del hombre más importante, pues hoy, era su día libre.
La empresa en la que trabajaba el más joven de los alfas, no estaba lejos de su hogar, pero tampoco especialmente cerca. Hablando del tema, no hemos presentado formalmente a Juwon; es un alfa de 28 años, su sueño siempre a sido trabajar en varias empresas de moda o modelaje, pero no a llegado tan lejos como para cumplir lo segundo mencionado. Su empresa es llamada Scent Sarang, son prendas de estilos asiáticos variados en la cual cuenta con una sección de prendas con aromas para betas o para cualquier jerarquía que necesite de algún aroma para encontrar relajación; sabemos que hay aromas que son insoportables para cada jerarquía.
—Señor, le han dejado esta nota hace unos minutos, viene acompañada de un número de teléfono, me dijeron si por favor podía mandarle un mensaje lo más pronto posible.
Se presentaba una de las secretarias en la oficina para entregar dicha nota.
—Gracias Sun-hee, puedes retirarte.
Tras observar aquel fino papel por ambas caras, se decidió por abrir la nota:
He pasado por su empresa empero, al parecer su persona no se encuentra en estos momentos. Le deseo suerte en lo que haga. Espero poder conversar como se debe con usted.
Parecían palabras vagas, pero aquellas palabras provocaron un deseo en el CEO. Entre suspiros para tratar de calmarse, se dispuso a tomar su teléfono móvil para guardar el contacto y mandar un mensaje como había pedido el remitente.
Conversación de KakaoTalk con Sr. Ha-Joon
—Llegué hace unos minutos a la empresa. Hoy tengo que trabajar durante tres horas por la mañana. Espero que se encuentre bien, Sr. Ha-Joon. También tengo ese deseo de poder conversar más tiempo, llámeme egoísta, pero me encantaría.
—Espero le vaya bien en sus tres horas de trabajo. A veces no es malo ser egoísta, recién acabo de despertar, por lo que mi tiempo es libre.
—¿Es así? Me alegra poder conversar. Por cierto, buenos días Sr. Ha-Joon.
Aunque hubiera sido bueno poder verlo, aquello no lo iba a negar. De todos modos, si tan libre está, podría haber esperado para tomar algo juntos.
—Gracias. Estoy algo confundido con su horario, al parecer no coincidimos del todo.
—Lo temía, mi horario es distinto al suyo.
—Lo sospeché. Al parecer nos costará un poco el coincidir, aunque imposible no será.
—Supongo que no está mal, al menos tendremos un tiempo para hablar, supongo que usted también tendrá asuntos los cuales atender.
—Lo he estado observando por un tiempo y me gusta cómo se expresa. Poco o mucho que hablemos, es suficiente para mí. Tengo asuntos pero por ahora estoy en un corto descanso. Sin descartar que usted tiene los suyos.
—¿Le gusta? Ah, me es halagador por su parte. Y no hay problema, trabajo tres horas por las mañanas, si hay algún día que no contesto es porque quizás trabaje todo el día, quién le diría que no a unas horas extras.
—Me es agradable su actitud también. No es necesario hablarme todo el día, en sus tiempos libres lo puede hacer.
—Lo haré, gracias por sus palabras.
Fin de la conversación
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top