Nuevo día.

★★Parque★★

—Mew, aquí estoy —saluda Dávika alzando la mano y acercarse a su prometido.

—Hola hermosa, ¿cómo estás?

—Agotada, muy agotada. Ha sido una mañana intensa de trabajo.

—Pero podíamos juntarnos en tu casa, si estás cansada no debías venir hasta aquí.

—Yo… La casa es aburrida. Es mejor tomar aire libre. Además, salí hace poco de trabajar.

—Dávika ¿Qué me ocultas?

Esa pregunta se la hice porque mi cabeza trabaja inventando un montón de historias sobre el porqué ella no quiere que vaya a su casa.

—Nada, ¿qué te puedo ocultar? Solo que donde vivo es algo lejos y aburrido. Así podemos salir más y compartir los dos. No hemos tenido tiempo de estar juntos.

—Entiendo.

—¿Dudas de mí?

—¿Debería hacerlo? ¿Me ocultas algo acaso?

—No, nada.

No sé por qué siento que sí me oculta algo Dávika. Todo es tan extraño y no siento en mí la confianza con ella. No entiendo por qué me apresuré tanto al matrimonio y para peor. Gulf no sale de mi cabeza con esa ropa tan sexy que compró ayer. Y Mild no ayudaba mucho con sus ocurrencias de que me la modelara.

—¿Dónde quieres almorzar? Hoy invito yo.

—Donde sea está bien.

—¿Y si vamos a tu casa? Podría cocinar algo delicioso para ti y quién sabe si podríamos…

—No lo digas así, ya dijimos que tendremos sexo después del matrimonio. Además, no estoy en mi casa viviendo por ahora. Está en remodelación. Te lo había dicho. Estoy viviendo con Gulf por un tiempo.

—Perdón, lo había olvidado. No me malinterpretes que solo quiero sexo.

—Tranquila, todo está bien. Vamos a comer por aquí cerca, tengo que comentarte algo.

—Está bien. Vamos entonces. Espero que no sean malas noticias porque la verdad no estoy para eso.

—Nada de eso.

Dávika tomo mi mano y yo solo la apreté levemente. Caminamos hasta mi auto y le abrí la puerta. Ella se sube y se acomoda. Cierro su puerta y voy a mi lado como piloto y antes de abrirla quede un instante parado. La imagen de Gulf nuevamente vino a mi cabeza y siento mis mejillas arder al imaginarlo con aquella ropa sexy. Sacudo mi cabeza y subo. Abroche mi cinturón para ponerme a manejar.

—¿Gulf te dijo algo?

—¿Algo sobre qué? ¿Debería decirme algo?

—Nada, pensé que habían hablado sobre el matrimonio o algo.

—Nada, Gulf en general es más reservado y jamás me pregunta nada. Cuando está en el departamento está descansando todo el día o sale a caminar. Pocas veces lo puedes ver en el living viendo una película.

—Son tan buenos amigos, si Gulf te ocultara algo ¿Lo perdonarías?

—Depende que cosa me podría ocultar, pero supongo que sí. Conozco como es Gulf y estoy seguro de que si me ocultara algo sería por mí bien y por no verme sufrir. Él siempre piensa en mí y mi bienestar.

—¿Y si yo lo hiciera?

—Dependería del motivo y el que sería lo que me ocultas ¿Por qué la pregunta?

—Por nada, tonterías mías, solo quiero conocer más de tu forma de ser y actuar ante situaciones de engaños. Pero creo que tu cariño es más grande por Gulf.

—Ya te he dicho que Gulf es como mi hermano y lo amo así.

—¿Amo? Quizás quisiste decir “querer” así.

—No, amo. Ese es mi término para la relación que tengo con Gulf. Lo he llegado a amar como un hermano. Ambos tenemos una química indescriptible que no se puede comparar con nada y estoy seguro de que no se puede comparar con nadie.

—Yo sé que Gulf es homosexual, ¿jamás se te ha insinuado? Perdón la pregunta. No es mi intención ofender a Gulf.

—No, jamás. Pese a su orientación sexual, jamás se me ha insinuado o me ha faltado el respeto. Como ya sabes, somos como hermanos y los hermanos no se miran entre sí.

—¿Alguna vez ha tenido pareja?

—Ahora que lo pienso. No, no ha tenido pareja. A no ser que haya tenido a alguien por fuera y jamás lo supe. Como ya he dicho él es muy reservado.

—El poco tiempo que trabaje con él, sí pude notar que es muy reservado, aunque con su asistente Mild son muy unidos y se ríen mucho. Incluso en algún momento llegué a pensar que ellos eran pareja por la confianza que se tienen.

—¿Mild y Gulf? Jajaja, eso jamás. Mild es realmente muy travieso y siempre hace reír con sus malos chistes, pero estoy seguro de que Gulf jamás lo ha mirado diferente a un amigo. Y si lo recuerdo bien, Mild ya tiene su pareja y viven juntos.

—Eso si comparto contigo, sus malos chistes. Pero todos lo querían mucho. La empresa que Gulf ha formado es más, ¿cómo decir…? Humm… Una gran familia. Sí, así. Una gran familia. Todos se quieren y se respetan. Gulf ha sabido manejar bien KanaSupp.

—Eso no lo voy a discutir. En esa empresa existe mucha sociabilidad. Todos se respetan mucho, incluso es una empresa que se destaca por eso y llegan millones de currículums para tener algún puesto de trabajo.

—Si recuerdo que Gulf se estresaba por eso. Lo bueno es que ahora ya tiene ayuda de un chico muy guapo, quién sabe si puede surgir algo.

—¡Imposible! ¡Bright ya es casado y Gulf es un chico correcto!

—Lo siento. No lo sabía.

Llegamos a un restaurante y al apagar el motor, Dávika me sorprende con un beso. Yo la miré y sonreí. Extrañamente, no deseaba devolver aquel beso. Quite mi cinturón y baje. Lo mismo que hizo ella. Rodeó el auto y entramos. Como ya soy conocido, rápidamente fuimos guiados a una mesa. Corrí el asiento de Dávika y ella se sentó. Luego yo me fui a sentar y fuimos atendidos por el mesero.

—Días sin verlo, señor Suppasit. ¿Se encuentra bien?

—Sí, no he tenido tiempo de venir Andres.

—¿Siempre vienes aquí Mew?

—Con Gulf, llevamos los 5 años viniendo aquí.

—¿Va a querer el vino de siempre?

—Sí, tráigame el mismo.

—Enseguida vengo, señor Suppasit.

El mesero se retiró y Dávika abrió el menú y su cara de asombro no pasó desapercibida para mí.

—No mires el precio y solo pide.

—Yo… Yo te dije que te invitaría hoy.

—Será para otra oportunidad, solo pide.

—¿Siempre comen aquí con Gulf? Claro, supongo que para ustedes no debe ser problema el dinero.

—Como para ti tampoco ahora. En general tenemos descuentos con Gulf al ser accionistas aquí también.

—¿Cuántas acciones tienen ambos?

—Perdí la cuenta. Pero Gulf tiene más que yo, eso si es seguro.

—Eso sonó algo presumido, jajaja.

—Lo siento. Pero no hablemos de dinero. Eso no es algo importante.

El mesero trajo el vino y ambos pedimos nuestros menús. Le serví un poco de vino a Dávika y luego me serví. Hicimos un pequeño brindis esperando que la comida llegará.

—¿Cómo está el vino? ¿Te gusta su sabor?

—Riquísimo. Es un vino muy delicioso y dulce. Ahora que estamos aquí, ¿qué me ibas a decir?

—Mañana me voy de viaje con Gulf a Chiang mai por 4 días y 3 noches.

—¿¡Mañana?! ¿Y recién me lo dices?

—¿Tienes algún problema con eso?

—No, solo que siendo tu prometida supongo que es más coherente salir de viaje conmigo que con Gulf. Yo soy tu prometida.

—De partida, Gulf me invitó y después habrá viajes para nosotros dos. Espero no estés armando una escena por un viaje con un amigo.

—Que es Gay.

—¿Qué insinuaste con esas palabras? ¿Qué Gulf me invitó para seducirme o algo parecido? Te recuerdo que vivo con él y llevamos 5 años juntos. Si hubiera querido algo conmigo, lo hubiera intentado en el departamento y hace años, no hasta ahora que vamos a salir de viaje.

—Lo siento, fue absurdo lo que dije. Ve al viaje.

—No te estaba pidiendo permiso en todo caso. Solo te lo estaba informando y espero que en el futuro entiendas que no tengo que pedir permiso para hacer viajes como si controlaras mi vida. Tú me respetas y yo te respeto, seremos un matrimonio, no una cárcel, solo quiero que exista el respeto ¿Estamos claro en eso? No quiero a futuro encontrarme con sorpresas. Porque créeme que si me vuelves a decir “Gay” no te diré nada y solo debes firmar el divorcio.

—Es como decirme que vas a preferir a un amigo que a tu esposa.

—Hermano, y sí. Puedo preferirlo más a el que a ti. Jamás me amenaces con eso de que a quien voy a preferir. Porque créeme que siempre vas a perder.

Tome un poco más de vino, la cara de Dávika era realmente de molestia, pero por alguna razón lo que ella opinara en este momento me estaba dando igual. Ahora me cuestiono si la decisión de casarnos estará bien tomada. El mesero llegó y empezamos a comer en silencio. Era una situación bastante incómoda.

—¿No te gusta lo que pediste? No te veo comiendo mucho.

—No, está rico. Solo debo cuidar un poco mi figura y siento que esto es demasiado.

—Entiendo, no comas si no puedes comer más. Lo que es yo, muero de hambre.

—Cambiaste mucho Mew, no eres cariñoso como antes. ¿Algo está mal entre nosotros?

—Nada, todo está bien.

—Ja, ni tú te crees eso. Te tocan a Gulf y eres como un león saltando a defenderlo.

—Porque es mi hermano. Por eso lo defiendo. Es mi única familia ¿Tú no harías lo mismo acaso por tu familia?

—Pero no es tu hermano.

—Davika, una más y tendremos serios problemas. No necesariamente tenemos que tener la misma sangre para ser familia. Con Gulf tenemos un lazo especial desde que sus padres, abuelos y mi madre fallecieron. Yo lo cuido a él y él me cuida a mí. Así hemos vivido estos años.

—Supongo que debes casarte con él y no conmigo.

Cuando Dávika dijo eso la frase “Casarte con él” Retumbó en mi cabeza y tome un poco más de vino. Ella se veía realmente molesta. Pero ni crea que me va a manipular haciendo esa clase de caras. Se cruzó de brazos y miraba hacia otro lado. Yo seguí comiendo. Ni piense que va a arruinar mi apetito.

—¿No me dirás nada?

—¿Qué te diría? Tú te enojas y dices tonterías. Yo no soy para rogar una disculpa más porque no he cometido ninguna falta.

—Mew… ¿Piensas que está bien que nos casemos en unos días más? Siento que no te conozco bien, en estos meses no hemos convivido demasiado. Tú muchas veces pasas de viaje y yo también por el tema de modelaje. ¿Y si nos estamos equivocando?

—¿Qué sugieres? ¿Quieres aplazar la boda?

—Si nos estamos casando apresurados es por Gulf, él se va a China. Y estoy seguro de que está siendo un golpe duro para ti.

—Sí, lo está siendo. Que Gulf se aleje de mí por tantos meses es realmente un duro golpe, aunque viaje a verlo no sería lo mismo que verlo a diario. Es mi hermano y alejarse de un hermano es algo que al pensarlo duele demasiado.

—Mew, duele porque no lo ves como un hermano. Duele porque tú amas a Gulf.

—Sabes que sí lo amo. Lo amo como mi hermano.

—No Mew, no te engañes. No lo amas como un hermano. Lo amas más haya de eso. Le tienes un amor de pareja, un amor que va más haya de ese amor de “Hermanos”

—Solo dices tonterías, Gulf jamás me ha visto así.

—No hablo de Gulf, hablo de ti. Y te equivocas. Gulf si te ve de esa forma. Gulf te ama más haya de la barrera que pusiste entre ustedes. Que seas el ciego es muy diferente. Y estoy segura. Porque lo escuché la primera vez que le dijiste que éramos novios. El lloro mucho en brazos de Mild.

—¿Ah…? ¿Lloro? Explícate.

—¿Y dices conocer todo de Gulf? Entonces eres simplemente un ciego que no ve más haya de la barrera. Gulf te ama desde que se conocieron y sí, fui egoísta y jamás te lo dije porque te quería solo para mí. No me importó morder la mano de quien me dio fama y una oportunidad de mejor vida. Solo me importó mi felicidad. No la de Gulf.

—¿Por qué me dices todo esto?

—Solo quiero que ya seamos sinceros y ver si realmente el matrimonio puede funcionar.

—¿Tú serás sincera? Gulf no me ha dicho nada. Pero Gulf discutió con su abuelo y saliste en la conversación. Algo quiso decir Tony y Gulf prácticamente lo silencio. Eso ronda en mi cabeza.

—Yo vendía dulces en la calle para llevar algo de comer a mi casa. Era muy humilde y cada día debía salir a vender dulces o lo que sea para comer.

—Oh, ahora entiendo cuando dijo Tony que eras sacada de la calle y Gulf te dio fama.

—Sí, la verdad es que nunca ha sido sincera contigo ni siquiera con mis propios sentimientos, creo que llegó la hora de conversar varias cosas, pero quizás me hubiera gustado que otra fuera las circunstancias para que nosotros conversáramos.

—Si quieres vamos a otro lado para que podamos conversar tranquilamente.

—Creo que eso es lo más conveniente porque pienso que cuando escuches lo que tengo que decirte, me dejarás pagando la cuenta y no tengo tanto dinero para hacerlo por ahora.

—Entonces pago y nos vamos.

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