➳𝒫𝓁𝒶𝓃 𝒞

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Sasuke apartó la vista de los documentos que tenía en las manos al escuchar la puerta abrirse, era Naruto, pero no entró de forma ruidosa como siempre.

Él avanzó con pesadez y se dejó caer en la silla frente a él y comenzó a dar vueltas con la mirada en el techo.

—¿Ya te diste por vencido? —él se recostó también en su silla.

—Por supuesto que no, yo nunca me rindo.

—Deberías dejar que las cosas pasen a su tiempo, Naruto. No puedes apresurar algo.
—Es que Boruto es como yo —se lamentó, cubriéndose la cara—. ¡Si no le dicen no se dará cuenta!

Sasuke abrió la boca para negar, pero era imposible hacerlo.

—Tengo un plan C, que, si falla, entonces me daré por vencido.

—En el primero mi hija resultó herida y en el segundo tu hijo, esta vez podremos ser nosotros.

—Pero tú te pasaste —se reincorporó de un salto, frunciendo el ceño—¡Casi lo matas!

—En fin —lo mejor era cambiar de tema—. ¿Cuál es el plan?

—Algo que, si falla, significa que no hay nada más que amistad —se levantó y pegó su puño con la palma.

Sasuke lo miró en silencio de forma expectante.

—Celos.



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Naruto espero paciente que los días pasaran, invitarlos a una ocasión planeado no era una opción, sería muy sospechoso, más de lo que ya lo era y no quería que pensaran eso.

El cumpleaños de su esposa, fue la excusa perfecta e incluso ella misma sugirió. Pues incluso su hija estaría con ellos, estaría la mayoría de la familia y amigos y su plan no podía fallar ni salir mal.

El día tan esperado llegó y de nuevo, se emocionó al verlos llegar juntos, eso quería decir que se llevaban mejor.

—Pensé que no vendrías —le dijo Hima a su hermano. Él le respondió con un bostezo.

—Si tenía intenciones de venir, pero estaba tan cansado que si Sarada no me hubiese sacado de la cama seguiría durmiendo —le dijo, avergonzado.

—Al menos te la pasas trabajando y no jugando.

—Lo sigue haciendo —dijo Sarada, mirando de soslayo a Boruto, él le hacía una señal de silencio—. Siempre lo cacho en la madrugada jugando.

Himawari cruzó los brazos y negó con la cabeza.

—Inojin también hace lo mismo —de repente, abrió los ojos al comprender—. No me digas que con él te la pasas jugando también.

—Si, pero... —trago sentir la mirada de Sarada detrás de él—, no, no siempre, a veces es Shikadai o Mitsuki.

Ambas negaron divertidas y suspiraron al mismo tiempo, Boruto no daba señales de cambiar y era lo que más adoraban.

La tarde pasó tranquila y perfecta como Naruto planeo, su esposa disfrutó de la pequeña fiesta que, más bien era un picnic, pero no tan tradicional... Era una fiesta en un jardín, mejor dicho. Pero, lo que importa es que todo salió bien, solo faltaba su plan C.

Y lamentablemente, parecía fracasar.

Había contratado a dos personas que hizo pasar como amigos de la familia, eran muy presentables como para llamar la atención de alguien de lejos, y tenían ciertos aspectos en su personalidad que lograría tener la atención de ambos.

Por su lado, Sarada parecía estar muy interesada en la conversación sobre medicina que me daba su acompañante y su hijo, se veía feliz con esa chica que compartía aficiones como él. Por un momento se arrepintió, parecía que había logrado lo contrario a lo que planeó.

No había celos, ambos estaban tranquilos conversando.

—¿Y se supone que esto debía pasar? —le preguntó Sasuke a su lado.

—No —Naruto parecía un niño pequeño haciendo un berrinche.

—Parecen felices, quizá tu plan de cumpla, no de la manera que planeaste, pero tienen a alguien.

—Pero yo quería Boruto y Sarada —se quejó—Hasta sus nombres combinan, BoruSara. ¡Es genial! ¿Por qué no se enamoran? ¿Qué tengo que hacer para que suceda? Soy un fracasado.

Se cubrió la cara con las manos, lanzando maldiciones a lo bajo.

Sasuke los miró a lo lejos, la verdad, es que a él también le gustaba la idea de verlos juntos.



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—Tienes incluso un mejor nivel que yo —Boruto se sorprendió.

—Si, también tengo colecciones en mi departamento —ella lo miró con esperanza. La habían contratado para esto, pero ese chico en verdad era sumamente lindo y si estaba soltero no podía desaprovechar—. ¿No te gustaría dar una vuelta después?

Ella movió su mano del antebrazo de Boruto hacia su hombro, tentando en tocar su pecho y él lo sintió. Boruto le respondió con una sonrisa suave y tomó su mano para apartarla sin mirarse grosero.

—¿No quieres? —pregunto con un mohín en los labios.

—No, tengo novia.

—¿Qué? —se levantó de su lugar y miró hacia los lados intentando buscar a Naruto. Él le había dicho que estaba soltero, o quizá solo era una excusa—. Oye, no tienes que mentir, simplemente di que no y ya.

Boruto arqueó una ceja, confundido.

—Te dije que no quiero —respondió dubitativo.

—Y también que tienes novia —se quejó avergonzada.

—Porque es así.

La chica se cubrió el rostro, se sentía roja por molestia y por vergüenza.

—Perdona, me habían dicho que estabas soltero —se inclinó como disculpa.

—No pasa nada, tranquila —la levantó de inmediato.


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Sarada pasó la vista entre los invitados, intentando encontrar a Boruto y cuando lo hizo, deseo que no estuviera tan lejos. Él estaba hasta el otro extremo de la fiesta, demasiado lejos como para llamar su atención.

Desde hace unos minutos le urgía terminar con esta conversación que, aunque al inicio fue agradable, se tornó extraña.

No era tonta, podía leer las intenciones de ese chico y comenzaba a cansarse, no quería verse grosera.

—Y entonces... Es genial que trabajemos en el mismo hospital ¿No crees? —comento el chico, acercándose más a Sarada, obligándola a retroceder hasta chocar con el árbol detrás de ella—. Podemos almorzar juntos y después dar una vuelta por ahí y conocernos más.

—No lo creo posible —apartó su mano de su hombro sin poder ocultar la expresión de repudio en su rostro.

—¿Pasa algo? —intento acercarse y ella se hizo a un lado con nerviosismo.

Sarada asintió—. Tengo novio, no quiero ni necesito conocer a nadie más. Lo siento.

El chico abrió la boca, sorprendido y se sonrojó.

—Dios mío, discúlpeme me habían dicho que era soltera y creí que podría intentar algo.

—Pues te informaron mal —rio nerviosa.

—Esto es vergonzoso —se cubrió el rostro con una mano y después se inclinó para disculparse—. Espero que esté malentendido no afecte nuestra posición laboral.

—No te preocupes, está bien.


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Boruto pasó entre las personas intentando buscar a Sarada, pero en su lugar, encontró una curiosa escena; su padre estaba sentado cubriéndose el rostro con un aura deprimente a su al rededor y, por si no fuera poco, Sasuke Uchiha le daba leves palmadas en la espalda.

—Oye viejo —Boruto se acercó y este levantó el rostro—. ¿Qué? ¿Por qué lloras?

Boruto intentó no reír, pero cuando su padre frunció el ceño y se dejó caer en el respaldo de su silla, le era imposible.

—Fracase en un maravilloso plan.

—¿Tú fracasar? —Boruto se sorprendió.

—Si —su burbuja de tristeza estalló cuando el enojo surgió en sus emociones y miró a Boruto con bronca—. Y es tu culpa.

—¿Mía por qué? —se señaló indignado.

Sasuke miro a Naruto y este a él, entonces Naruto pensó que no tenía caso ocultarlo.

—Quería que tú y Sarada se hicieran novios, pero los dos son muy torpes y no avanzan a más que una amistad.

Boruto intentó procesar lo que su padre dijo, pestañeo varias veces y se llevó la mano lentamente a su boca para disimular, pero la fuerte carcajada dejó a ambos confundidos.

Las personas a su al rededor también miraron como Boruto hacia un inútil intento por detener la risa, pero solo conseguía reír más fuerte. Se tocó el abdomen para colmar el dolor y con la otra mano se limpió las lagrimillas que no paraban de salir.

—¿Ya terminaste de burlarte? —Naruto lo miró avergonzado.

—Es que... —Boruto dio largas respiraciones para calmarse, pero cuando vio a Sarada acercarse, volvió a estallar en risas.

—¿Qué te pasa? —ella lo miró preocupada cuando él la abrazó.

—El viejo quería que...

—¡No le digas! —Naruto lo apartó de Sarada y ella no entendía nada—. ¡Todo lo que te diga no es cierto!

Boruto se tocó las mejillas adolorido y volvió a acercarse a ella, aun dando risas entre cortadas. —Quería que tú y yo seamos novios.

—¿Cómo? —Sarada lo miró sorprendida.

Y todo comenzaba a cobrar sentido, entonces, miró a su padre y él negó y señaló a Naruto.

Ella también se cubrió los labios para contener la risa, pero cuando miró a Boruto con la misma expresión perdió la batalla.

Naruto cruzó los brazos, enojado y solo quería desaparecer en ese momento. De su hijo lo creía, pero ¿Sarada? Ella igual intentaba recuperar el aire.

—Bueno ya, pensé que sería buena idea que estuvieran juntos.

—¿De qué hablas? —Hima apareció a su lado, tocando su brazo—. Papá, ellos son novios desde hace más de un año.

Naruto volteó, con la boca abierta y los ojos sin poder creerlo.

—¿Qué? —preguntó Sasuke, sorprendido.

—¿¡Cómo qué son novios!? —tomo de los hombros a su hija y después los miró a ambos.

—Ya, ya respira profundo —Sarada sostenía a Boruto de las mejillas mientras inhalaba y exhalaba al mismo tiempo que él.

Pero ella rompió el momento tranquilo y cuando volvió a reír, se escondió en el pecho de Boruto.

—Te dije que estaban actuando raro —él le acarició la espalda y ella asintió.

—¿Por qué no nos habían dicho? —Naruto se tocó el pecho, sintiéndose traicionado.

—Lo siento —Sarada los miró avergonzada, incluso su padre estaba sorprendido—. Es que...

—Queríamos asegurarnos de que fuese algo seguro —Boruto río por sus propias palabras—. Sabemos que tan cercana es la familia y queríamos ver si de verdad funcionaba antes de decirles.

Sarada asintió—. No queríamos ilusionarnos, preferimos esperar.

—¡Sorpresa! —dijo Sakura en voz alta con Hinata a su lado.

Naruto sintió la verdadera traición en ese momento.

—¿Lo sabías también? —se acercó a su esposa y ella solo rio, dándole un si con la mirada.

—Lo siento, cariño. No podía decirlo.

—¡Quedé como un tonto!

—No puedo creer que tú también participaras en esto —Sakura observó con gracia como su esposo intentaba asimilar todo.

—Yo creí que no había secretos entre nosotros.

—Lo siento cariño —se colgó de su brazo y le sonrió—. Sarada me hizo prometer que no diría nada.

—Bueno... —la voz de Boruto llamó la atención de todos, él ya había logrado calmarse, aunque el brillo de diversión no se borraba de sus ojos—. Ya que se enteraron, pues...

—Les íbamos a decir pronto, estábamos esperando una ocasión especial —prosiguió Sarada, pensando que se refería al anuncio de su noviazgo.

—Así es, y también quería decirles algo más —soltó a Sarada y metió la mano en su bolsillo—. Quería que fuese inolvidable y definitivamente este día no lo olvidare nunca en la vida.

Sarada se sintió extrañada al ver a todos sorprendidos, es decir, ya lo estaban. Pero la expresión de ahora era como si de verdad no pudiesen creer lo que sucedía. Además, no entendía porque su madre y Hinata tenían empañados los ojos cuando ellas ya sabían todo.

—Sarada.

Ella volteó cuando Boruto la llamó y entonces, su cabeza comprendió todo.

Ella se detuvo en seco, sus emociones le hicieron una mala jugada atacándola con una combinación enorme de felicidad y sorpresa. Sin poder moverse, solo se quedó ahí, observando a Boruto hincado frente a ella y con una cajita que contenía un precioso anillo dorado.

—No estaba en mis planeas hacer esto, pero todo este tiempo que he estado contigo me he dado cuenta que no quiero que seas una parte de mi vida —tomó la mano temblorosa de su novia y le sonrió—, quiero que seas mi vida entera. ¿Te casarías conmigo?

Sarada asintió repetidas veces mientras se cubría el rostro, intentando controlar las lágrimas que demostraban su emoción y felicidad.

Boruto deslizó el anillo en su dedo y se levantó, siendo atrapado por los brazos de Sarada.

La cara de Naruto pasó de sorpresa a una de suma felicidad. Miró a Sasuke quién parecía estar en shock todavía y lo abrazó, ganándose una mirada enojada de su parte.

—¡¡Seremos familia oficialmente!! 



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『¿𝓢𝓪𝓫𝓲́𝓪𝓼 𝓺𝓾𝓮́?』

El filósofo griego Platón pensaba que el amor era una enfermedad mental grave... Pues yo también JAJA. 

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