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POV Federico
El aire empezaba a colarse por las ventanas del bar, el escenario en que me encontraba era de lo más exquisito a nivel sexual. Sentado en una mesa del rincón, prácticamente entre penumbras frente a la señorita que había sido objeto de mi deseos a partir de esta semana.
Con sus ojos comunes pero a la vez especiales, ese pequeño brillo pícaro que ocultaba y salía a pasear de vez en cuando, me preguntaba si yo era el único que lo había descubierto, no creo que el puberto retrasado de su novio lo haya hecho, apenas y ha de poder complacerla en la cama, pensé riendo a lo que ella solo me miraba con desconfianza.
- Primera pregunta, ¿cómo le gusta Señorita De franco? - saboreo mis labios.
- ¿Qué mierda? No sé a que se refiere porque me gustan muchas cosas - dijo en un tono molesto, pero esas últimas palabras me invitaban a querer seguir jugando. Le haré jaque mate mi inocente paloma.
- Justamente a eso, puede ser comida, música, hombres e incluso algo más complejo como el sexo -
Le hago señas a un chico desarrapado que es el mesero para que me traiga otra cerveza extranjera, dulce placer.
- De la misma forma que a usted, supongo - respondió desafiante, justo como me gustan, inocentes pero lo suficientemente listas para seguirme el juego.
- ¿Qué es lo que menos le agrada de López? -
La vi rascarse la cabeza con desesperación en busca de una respuesta.
- Que se la ponga suavecito supongo - reí suavemente, a ver si entiende mis palabras sacadas de contexto.
Frunció aún más el ceño y cerró su puño, ¿iba a golpearme? hágalo De Franco y me las pagará en la cama.
- No entiendo, ¿que ponga suavecito que? - se cruzó de brazos - no sea grosero y no intente faltarme el respeto -
- No sea fantasiosa De Franco, me refería a que él es demasiado suave con usted, empalagoso pues. ¡Ay, estas mujeres mal pensadas de hoy! -
Definitivamente a este paso la tendría más rápido en mi cama de lo que canta un gallo
En ese momento mi celular sonó, era un mensaje de Isabel, quería saber dónde estaba y decidí responder más adelante. No iba a despegar mi concentración de este delicioso juego por nada.
Ella simplemente no dijo nada, simplemente se encogió de hombros, quería descubrir sus perspectivas de la vida también, no soy tan superficial.
- ¿Qué opinión tiene del matrimonio? - era una pregunta un tanto profunda.
Suspiró y se mordió el labio, como si fuera un tema que no quisiera tocar, podía sentir su incomodidad.
- No me diga si no lo desea, tampoco es como si yo fuera un policía y la vaya a castigar si no responde. A menos que eso quiera - acaricie mi mentón.
- Simplemente diré que el matrimonio es una mierda, no hace falta un ridículo papel para amarse profundamente - afirmó decidida.
- No sea prejuiciosa, tanto en el matrimonio como en parejas libres hay amor y desamor. Un ejemplo podría ser que usted no ame a López y esté con él solo por costumbre, solo por poner un ejemplo específico -
El mesero se acercó con mi divina tentación en botella, pude notar que un amigo de Helena nos miraba atento, un ridículo con el cabello semi azul, ¿habrá salido de algún circo?
Su silencio me decía todo, ella no amaba al tipo y eso era algo que yo debía aprovechar.
- ¿No lo ama verdad? - dije rápidamente y ella simplemente miraba nerviosa a los lados.
- No responderé eso, ¿cuántas preguntas van? -
- Van 4, ¿ha visto pornografía De Franco? -
En algún momento tenía que descubrir su lado sexual, si su respuesta era afirmativa, yo iba a ser muy felíz con esta chica.
Nuevamente se puso nerviosa y su tic nervioso en una pierna volvió, ¡bingo! Tenía que decirle algo que estaba pensando hace mucho tiempo.
- Creo que todos la hemos visto alguna vez -
A la mierda con usted, seguramente se dedea por las noches pensando en lo que su retrasado novio que le lleva flores no le puede hacer.
- Es que usted me recuerda a Mía Khalifa - solté sinicamente.
- A mi usted no me va a comparar con ninguna puta, si no se retracta lo voy a acusar mañana mismo al decanato - hizo el intento de levantarse de la mesa, pero hablé más rápido obligándola a sentarse.
- Ah, así que la conoce. No se ofenda, cualquier mujer estaría felíz de ser comparada con la diosa del sexo -
Volví a reír y pude notar que una pareja de la mesa de la par nos miraba atónitos al escuchar la palabra sexo.
- ¿Qué? Yo ni siquiera sé quién es ella - exclamó bajando la voz.
- Entonces, ¿cómo sabe que es puta? - apoyé mi rostro sobre una mano y le sonreí con autosuficiencia.
- Y ¿usted como la conoce? - titubeó.
- Por que veo pornografía - vaya que era tonta esta mujer.
- A su esposa o novia no le gustará eso me imagino -
La música volvió a sonar, pero esta vez ya no salía del grupo amigos de, esta loca, sino de unas bocinas.
- En efecto, no le gusta porque no tengo - mentí, era en parte verdad porque pronto se haría realidad.
- Creo que ya se acabaron las 10 preguntas - dijo entre dientes
- No la obligaré a jugar. En fin de Franco, debo irme. Nos vemos en clase, me gustó este lugar.
- ¿Qué pasó con la persona que esperaba? -
- No sé - respondí fríamente, tomé mis cosas y salí del lugar.
Eran las 11:30pm, estaba con la adrenalina al cien por ciento. Conducí a casa en el mejor y más placentero de los silencios.
Abrí la puerta sigilosamente esperando a que Isabel ya se le hubiera pasado el berrinche y estuviera dormida.
Entré a la habitación que compartíamos hacia ya casi una década y no estaba, las luces apagadas y las sabanas blancas de seda impecables como si nadie hubiese dormido en ellas.
- Isabel -
No hubo respuesta.
Me dirigí al baño para encontrarme con mi rubia de rizos perfectos desangrándose de las venas recostada en la bañera, por la cantidad de sangre pude deducir que acaba de hacerlo.
La tomé en brazos y me ahorraré contarles el trayecto, casi una hora después me encontraba en el hospital, justo en la sala de espera.
- Familiares de Isabel Rodas - anunció el doctor, un tipo con una papada gigante.
- Yo, ¿cómo esta?- me levanté rápidamente.
- Normalmente estaría fuera de peligro, pero en su estado es aún más delicado - explicó serio.
- ¿En su estado? - fruncí el ceño.
- La paciente tiene un mes de embarazo, ¿no lo sabía? ¿es usted el padre? -
Esto no podía estarme pasando, sentí el mundo girar rápidamente a mi alrededor y al doctor hablar y hablar sin poder entender ni una puta palabra.
¿Por qué a mi? ¿Por qué ahora?
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Una disculpa por no actualizar antes y gracias por su paciencia y leerme siempre.
Prometo recompensarlos pronto, los quiero ❤❤❤❤
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