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Todas las personas han cometido locuras para justificar el amor que sienten por otra persona, pero cierta alumna confundió el amor con un sentimiento enfermizo que la arrastró a cometer más que una locura, una bajeza digna de ella que nunca conoció el amor propio.

Emmanuel contuvo las ganas de darle su merecido al profesor después de la estupidez que había dicho y aunque el bebé no fuera suyo, estaba dispuesto a hacerse responsable por el amor que sentía por su novia.

El moreno llevaba a su novia rumbo al hospital, pero esta despertó y le pidió que la llevará a casa.

Cuando llegaron, el silencio era lo que reinaba entre ambos ya que él no sabía cómo abordarla y ella se sentía avergonzada, preocupada por no saber cómo salir de este problema.

Un embarazo falso era una mentira que no podría sostener mucho tiempo, pero se moría por conocer la reacción de Federico, esperaba fuera igual o mejor que la de su novio.

También estaba conciente que falsificar documentos médicos era un delito que se castigaba con siete años de cárcel, pero en su obsesión enfermiza era lo que menos le importaba. Su objetivo era que el profesor dependiera emocionalmente de ella, tal y cómo se sentía desde que lo había conocido.

-- ¿Cómo te sientes amor? preguntó el muchacho intentando romper el silencio, quería estudiar las expresiones faciales de ella para conocer el grado en que le habían afectado las palabras de aquel patán.

Pensaba en qué haría si ese bebé fuera en realidad producto de los amorios con el otro desgraciado, sin duda los mataría a ambos antes que construyeran su felicidad sobre su desgracia.

-- Bien - contestó seca.

-- Aún no me has contestado si te quieres casar conmigo...

-- Es que no sé, hablemos de esto después por favor.

-- ¿Después? Maldita sea, estás embarazada y quiero darte una familia a ti y a mi bebé. Aunque si no es mío, quiero que me lo digas en este momento -- respiró hondo cuando terminó de hablar, rezaba mentalmente para que ella le dijera que ese bebé era suyo.

Ella estaba recostada en su cama, pero con cada palabra de su novio sentía que estaba cayendo en un agujero negro, su estómago estaba impasible formando un nudo que le robaba la paz.

- Helena si no me dices quién es el padre, te juro que voy en este momento a matar al hijo de puta ese de tu ex amante. Así te daré una razón para llorar - la amenazó al notar como las lágrimas corrían por toda la cara de ella.

Ella, tan abrupta como siempre en su plan de víctima para hacer sentir culpables a los demás de sus bajos actos de los que nunca se haría responsable, se puso de pie y corrió fuera de su casa para escapar de Emmanuel que se quedó confundido al ver su reacción, pero que inmediatamente la siguió a pesar de los cuestionamientos de la madre por saber qué pasaba.

Ella escurridiza como una rata, a pesar de sus esfuerzos por correr sin rumbo para escapar de su asqueroza mentira, él la alcanzó y empezó a sacudirla en busca de una respuesta, pero ella se negaba a hablar y para seguirlo evadiendo fingió un fuerte dolor en el vientre.

El muchacho en su aflicción por pensar que le había hecho daño la soltó, cosa que ella aprovechó para seguir corriendo hasta perderlo de vista aparentemente.

Cuando se sintió segura, sabía que los brazos de Federico la esperaban y moría por darle la noticia de su falso embarazo, su mente maquiavélica estaba con un frenesí unico al imaginarse la reacción del tipo, de pensar en tenerlo a sus pies y comprobar que se iba a hacer responsable por amor a ella.

Federico se encontraba justo en el parqueo de la facultad a punto de subirse a su vehículo para regresar a casa donde lo esperaba su prometida que también ocultaba cosas, un amante en las sombras.

-- Federico, por fin te encuentro -- susurró su alumna con parecido a esa popular ex actriz porno, cansada y sin aliento pero aliviada de verlo, toda su angustia se calmaba cuando lo tenia a él, su fuente de apego junto a ella.

- ¿Qué hace acá? ¿Viene a invitarme a celebrar con usted y el tarado de su novio que va a tener un hijo mío? Estoy seguro que es mío, ese tonto no es capaz de embarazar a nadie - alzó una ceja burlón.

Helena estaba lejos de comprender en la situación tan grave en la que se encontraba, no quería darse cuenta que estaba en manos de un abusador y manipulador que empezaba a sentirse atado por una dependencia aún más intensa y peligrosa que la de ella.

El castaño distinguió a alguien entre las sombras que los observaba, enseguida supo de quién se trataba y aprovecho para soltar su veneno cargado de burla.

- Y ¿vamos a celebrar con orgasmos la llegada de nuestro hijo? - preguntó mostrando sua dientes de conejo en todo su explendor.

Unos aplausos se escucharon detras de ella, era Emmanuel con el corazón roto, muerto por dentro como si un camión de carga pesada le hubiera pasado encima hasta que sus huesos fueran polvo, él hubiera preferido eso antes que escuchar lo que decía aquel profesor que lo miraba con burla y regocijado en el dolor ajeno.

- Felicidades a los dos, son una basura. En especial tú Helena que fui tu pendejo por tantos años, pero invitame a coger con ustedes para celebrar ¿no? es decir, después de todo eres una jodida perra que se acostó con los dos, ¿qué más da si nos tienes a los dos en un trío? - intentaba contener las lágrimas para no darle el gusto al desgraciado de Federico.

- Emmanuel, es que ...

Él la interrumpió.

- Lo único que quiero es que por una maldita vez en tu vida seas sincera conmigo y me contestes aquí frente a tu amante de quién es ese hijo - respiró profundo y la amenazó con arrastrarla de los cabellos si no le decía la verdad.

Ella no sabía cómo escapar de su mentira, no comprendía por qué Federico estaba tan tranquilo como si la situación fuera un circo, ella y Emmanuel los payasos mientras que el castaño era el espectador que se divertía a costa de ellos.

Nuevamente el moreno empezó a sacudirla y ella ya no pudo callar más.

- ¡Suéltame, no hay ningún bebé! - gritó

Sin duda ella era presa de su propia mentira, la obsesión enfermiza que sentía por Federico le estaba cobrando una factura mayor al placer que recibía porque había condenado a un ángel al sufrimiento por un hombre que le daba caricias de chocolate con alas de demonio y la arrastraba hasta su infierno, el única lugar que la podrida alma de él conocía y ella tanto anhelaba.

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Hola, sé que tarde siglos para actualizar pero la uni me quitaba mucho tiempo. Finalmente me gradué 🎓

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