27

El corazón de Helena estaba palpitando como si ese fuera a ser su último instante de vida, estaba acelerado de miedo y la adrenalina recorría todo su cuerpo por lo que estaba a punto de hacer.

- ¿Qué tal va su regla? - preguntó el jóven licenciado en laboratorio clínico que le iba a extraer la muestra de sangre.

- Tengo un par de semanas de retraso - respondió la morena en aquel cuarto frío y pequeño.

Estaba nerviosa, raras veces se había sacado sangre porque tenía un miedo un tanto desmedido por las agujas y objetos punzantes, quería salir corriendo del lugar a pesar de ya haber pagado el exámen, en fin, eran doce dólares que le harían falta, pero si eso le ahorraría el sufrimiento no importaba una mierda.

Llevaba exactamente dos semanas desde que había vuelto con Emmanuel y por ende a una vida sexual aún más activa que antes de su rompimiento.

Sin duda, algo había cambiado en él, era como si algo o alguien le hubiese clavado un témpano de hielo en el corazón y hubiese derretido toda la dulzura de su alma, que ahora se mostraba un poco forzada.

- ¿Está lista señorita? - preguntó el jóven del laboratorio después de limpiar con alcohol y resaltar la vena.

La morena simplemente suspiró y cerró los ojos, tenia muy tenso el brazo, pero aún así obtuvieron la muestra.

- Tome asiento afuera, los resultados normalmente se dan en dos horas, pero por ser usted será en una - y se fue a la parte trasera del laboratorio.

Helena estaba un poco cohibida en la sala de espera, frente a ella había una señora que por su vestimenta y una prenda que usaba en la cabeza debía ser muy religiosa, la miraba con horror y desaprobación cuando escuchó que tipo de exámen se había hecho.

Decidió enviarle un mensaje a Angie, pues ella era su única aliada en esta situación aunque pensaba que era una locura.


Ya no respondió al último mensaje de su amiga, estaba en un momento de relajación seguramente con su novio castaño y no quería ser molestia, ya tendrían tiempo de planear todo al día siguiente después del corto con el señor Rivelles, quien últimamente estaba más amargado que puta en convento y desahogaba sus frustraciones con su ahora novio.

Todo el mundo parecía patas arriba, a veces reía con la idea de que su ex amante y novio hubiesen cambiado papeles, el último parecía haber adoptado la personalidad del otro.

Es decir, durante los años que llevaba conociendo a su novio jamás se había comportado de forma salvaje en la intimidad, antes la trataba como a una rosa y ahora hasta cachetadas le daba, igual que lo hacía Federico en su momento.

Emmanuel ya no la mimaba tanto como antes, la relación se estaba viendo opacada por el sexo, demasiado frecuente y aquellas tardes en que hablaban tonteras mientras veían películas o simplemente salían a caminar se habían quedado atrás y si ocurrían terminaban en sexo.

Los abrazos y caricias dulces habían sido reemplazados por cachetadas, nalgadas y mordidas que solo dejaban huellas en su cuerpo y no en su corazón como ella tanto deseaba.

- Helena De Franco - llamó la secretaria del laboratorio tras un mostrador.

Se puso de pie para recoger el sobre de los resultados que ni siquiera se molestó en abrir, solo le importaba el paso siguiente.

Se sentía muy ridícula con lo que iba a hacer, quizás ni en la peor telenovela se encontraría una situación igual, todo producto de su locura y personalidad tan débil y cambiante.

Caminó a casa hundida entre sus pensamientos, con la emoción al tope de todos sus sentidos, miedo y remordimiento por hacer tal estupidez.

¿Realmente valía la pena? Se preguntaba y sentía remordimiento por el castigo divino que recibiria después, sin duda sus oraciones largas de cada noche la ayudarían a calmar su conciencia.

La noche cayó cálida como hace unos meses no pasaba, pero al señor Rivelles que estaba hundido en un pequeño sofá de su sala con una botella de ron en la mano no le importaba tal cosa como el clima, lo que realmente le agobiaba era que estaba realmente solo.

Isabel lo ignoraba totalmente, dormían juntos pero ella no le contestaba ni las buenas noches y menos aceptaba el beso que él le ofrecía.

Habían ocurrido unos pequeños cambios, la rubia se había vuelto a preocupar por su aspecto y su estado de ánimo había mejorado notablemente gracias a esas salidas que daba a escondidas mientras Federico estaba dando clases.

En cierta ocasión, él la encontró en la sala cortando letras de un periódico viejo y se sobresaltó un poco cuando notó la presencia de él.

El castaño en ese momento pensó que quizás su prometida era la que mandaba los anónimos a Helena, no era tan descabellada la idea y empezó a observarla mejor, pero ella le dijo que usaba esas letras para hacer una manualidad para el bebé en camino.

Federico no se tragó tal cuento del todo, pero con el paso de los días fue desechando la idea al encontrar un álbum hecho a mano con las letras del períodico bajo la almohada de Isabel.

Sus dedos se movían inquietos por escribirle a su alumna con alguna excusa tonta del corto que harían mañana, pero recordó que ella lo había ignorado cuando le envió las respuestas.

Prefería morir en la soledad antes que rogar a esa tonta, no entendía por qué se sentía desesperado y ansioso si al fin y al cabo, mujeres como Helena habían un montón, ni siquiera era bonita, sin duda, se había acostado con mujeres más lindas y menos problemáticas.

- Ay Helena, ¿por qué mierda no deja al bolas tristes de su novio? Él no tiene nada que yo no pueda darle, es estúpido, soso, inmaduro y poco inteligente. Es obvio que la aburre, ¿qué espera para venir y pedirme otra oportunidad? Se la daré sin dudar cariño o será que ¿necesita un empujón? - hablaba para si mismo.

¿Pero qué clase de empujón? Se preguntaba y es cuando se le ocurrió una brillante idea, en la universidad sería un poco difícil con el puberto pendejo a su alrededor y después de los rumores que aún habían sobre ellos. Era lógico, tenía que sacarla de ahí, en otro ambiente, ella caería a sus pies y la tendría nuevamente como garrapata pegada a sus deseos.

Entre las opciones que meditaba para su plan, la futura madre su hijo lo interrumpió y lo sorprendió mucho, era la primera vez en semanas que le dirigía la palabra con su tono de voz habitual, dulce y libre de resentimiento.

- Amor, quiero que hablemos - dijo sentándose en las piernas de él.

- Dime - contestó extrañado.

- Ya no soporto que te duermas medio ebrio a mi lado cada noche, quiero que nos demos otra oportunidad - suspiró.

Federico estaba pensativo, ¿qué la había hecho cambiar de parecer? Días pasados no sabía hacer otra cosa que mirarlo con odio y esconder algunas de sus cosas personales como su perfume, según ella para evitar que la zorra con la que anduviera se deleitara con su aroma.

- ¿Por qué ahora y no antes? Dime, ese cambio tan repentino tiene algo detrás -

- Lo único que hay detrás es mi bebé, yo quiero que crezca a tu lado, que aprenda contigo las cosas bonitas de la vida y para mi desgracia, yo aún te amo...

- Isabel, quiero que estés consciente que nos hemos dañado mucho y que será difícil intentar repararlo - soltó esperando que ella le diera otros motivos, sabía que había algo más que el bebé, si fuera solo eso lo habría buscado antes.

- ¿Eso es un no? Creo que lo tienes es miedo a ser padre, te da terror lo que te hizo tu padre aunque nunca me lo hayas contado, pero creeme que mi bebé y yo vamos a borrar todos esos malos recuerdos, solo te pedimos una oportunidad para que nos ames - rompió en llanto y acarició la mejilla de su marido, un tanto áspera por la barba descuidada que tenía.

Quizás, la única persona a la que le habría contado su secreto es a Helena, ya tendría oportunidad si ella volvía, claro que volverá pensó.

- Está bien, te prometo poner todo de mi parte para que esto funcione - la besó y limpió sus lágrimas.

- ¿No me engañaras con tus alumnas verdad? - preguntó en tono suplicante.

- Si empiezas con desconfianzas y celos es mejor no continuar, eso solo nos lastima a ambos - sentenció, odiaba ser controlado.

- Tienes razón, ¿quieres tocarlo? - ofreció y tomó la mano de él para ponerla sobre su vientre.

Desde hace un par de días sentía las famosas pataditas en su vientre, tenía 16 semanas de embarazo y le hacía mucha ilusión que su marido compartiera esa sensación con ella.

Pasaron unos minutos antes que él pudiera sentir algún movimiento.

Cuando finalmente lo sintió, una inexplicable fuerza y emoción se apoderaron de su corazón, una alegría con la que hubiera sido capaz de saltar del edificio más alto de la ciudad, una sensación capaz de llevarse su amargura, coleras y frustraciones, el amor de padre lo había tocado y como no pudo emitir palabra alguna , sus ojos hablaron por él cuando empezaron a brotar algunas lágrimas.

Sin duda, fue una noche donde el calor que hacía se opacó por la intensidad de las emociones.

Al día siguiente, la alumna morena hizo presencia en el salón de finanzas junto a su novio que estaba resignado a reprobar el corto, pero esa sería su motivación para sacar el arma que tenía debajo de la manga.

- Angie, te guardé puesto - le gritó haciendo señas a su amiga, no se aguantaba por contarle lo del examen de sangre.

- Amor, ¿podrías bajar y comprarme agua? Es que se me olvidó - dijo haciendo un pequeño puchero, tenía que deshacerse de él un momento para conversar con su amiga.

En cuanto desapareció de su vista, quiso contarle a su amiga lo ocurrido, pero se vio interrumpida por la entrada del catedrático quien raramente lucía feliz y resplandeciente, sin perder ese aire imponente que hacía que el resto de las chicas de la clase clavaran sus ojos en él.

Emmanuel quiso entrar desapercibido, pero a los ojos del profesor era la oportunidad perfecta para joderlo nuevamente.

- Buenos días - dijo el moreno forzadamente al sentir la mirada acusadora del castaño sobre él.

- Buenas noches López, ¿otra vez se desveló viendo videos prohibidos? Digo, es lo que hacen los pubertos - mostró su sonrisa llena de victoria.

- No tengo necesidad de ver porno, para eso tengo una novia maravillosa, ¿la conoce verdad o se la presento? - respondió sin titubear, aunque por dentro se sentía intimidado por Federico, quería ganarle en esta ocasión.

- No me interesa mucho la vida de mis alumnos, es normal que se mofe tanto de tener una novia si es la primera que tiene, disfrute mientras pueda, a veces las circunstancias nos pueden separar de algo que queremos.

Todas las miradas se posaban sobre Helena, estaba muriendo de vergüenza y no sabía cómo frenar la situación, solo se le ocurrió hacer una pregunta poco inteligente.

- Licenciado, ¿el corto será oral o escrito? - preguntó ella intentando aliviar la tensión.

- Anal para el que no estudió, como su novio por ejemplo -

Emmanuel simplemente se sentó y miro ceñudo a su novia, ni siquiera le entregó el agua que había comprado, quería estudiar un poco en los diez minutos que Federico les había otorgado para resolver dudas.

- Entonces, aquí está y de verdad muchas gracias Ann, te prometo que te voy a recompensar - le prometió a su amiga pasándole el sobre del examen de sangre rápidamente para que Emmanuel no se diera cuenta aunque estaba a la par suya.

- ¿Estás totalmente segura? Hoy en la noche estará listo - la miró con preocupación esperando que se arrepintiera de semejante pendejada que quizás no serviría.

Pero Helena simplemente asintió, ya tenía todo calculado y nada podía salir mal.

- Antes que comencemos el corto, en la clase de Técnicas Aduaneras se hará un viaje al Puerto de Acajutla donde podrán apreciar el proceso de aduanas, me comprometi a llevar a los alumnos que aprueben el corto de hoy - anunció el profesor.

Federico sabía que Helena aprobaría el corto por tener las respuesta que él mismo le había enviado, por otro lado también estaba seguro que el novio reprobaria y así tendría a la muchacha solo para él en ese viaje.

¿Qué podría salir mal?

¿Tendrán los planes de Helena y Federico el mismo fin?

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Hola, espero que hayan pasado una feliz navidad y año nuevo, muchas gracias por ser pacientes con esta escritora que tarda un siglo.

¿Qué les pareció el capitulo? Les agradecería mucho si votan y comentan, eso me motivará a seguir la historia.

Muchas gracias por estar aquí, los amo 💚

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