13

El insomnio volvió a apoderarse de mi en aquella noche tan fría. Lo que habría dado porque el profesor castaño o mi ex novio moreno velarán mi sueño y calentaran mi cuerpo con el suyo, pero no, estaba sola.

Mi madre estaba trabajando como siempre, el hombre que me engendró valía verga, ese no vendría ni aunque me estuviera muriendo, a menos que hubiera algún periodista cerca del cuál poder fingir sus lágrimas y un poco de amor paternal.

Tres de la mañana, ningún mensaje de Emmanuel ni de Federico, hijos de puta, ni la pornografía me consolará en estos momentos.

Al cabo de unos minutos escuché mi celular y el corazón me latía a toda prisa y también el clítoris, era como una taquicardia vaginal.

Pero mis esperanzas decayeron cuando la persona que enviaba ese mensaje era Angelique.

El corazón me volvió a latir a toda prisa, espero y no sea lo que me estoy imaginando porque mato a ese hijo de puta.

En el hospital

Detesto los hospitales, bueno no es como si a alguien le gustaran, pero siento un frío extraño que me envuelve cada vez que me encuentro en uno.

Observo a mi alrededor, gente suplicante por un poco de algo que muchas personas y yo poseemos, pero no agradecemos, salud. Paredes blancuzcas que emanaban tristeza y los últimos suspiros de aquellos a los que la muerte se había llevado consigo.

— Angie, ¿cómo está ella, qué le pasó? — pronuncio agitadamente.

La pelinegra se levanta de una silla de la sala de espera, me abraza y luego me explica con su tradicional voz ronca a causa del cigarro que el marido de Aly la golpeó tan fuerte hasta dejarla sin conocimiento. Ella había ido a buscar a Aly después de una llamada telefónica donde le pedía ayuda para salirse de su casa y escapar de esa bestia que tenía por esposo.

— ¡ Hijo de puta!  Dime que ese perro está en la carcel por favor o mejor aún, tres metros bajo tierra —

— Ese maldito se escapó, pero si llego a verlo creeme que no vivirá para contarlo. Tú sabes que sé artes marciales y ese cerdo no representa ningún peligro para mi — exclamó volviéndose a sentar y haciéndome una seña para que yo también lo hiciera.

— Familiares de Alisson de Roque — preguntó un doctor ya entrado en años.

— Somos sus amigas, ella no tiene más familia — contesté.

— La señora de Roque presenta una contusión cerebral leve y un par de costillas rotas. Por el momento está inconsciente y está en tratamiento para reducir la hinchazón del cerebro y que no sea necesaria una cirugía —

— ¿Cuantos días tardará ese tratamiento, tendrá síntomas o algo? — preguntó Angie.

— 7 a 10 días, y padecerá de dolor de cabeza, mareos y nauseas. Es importante que se encuentre acompañada. —

Asentimos, las visitas no eran buena idea según el doctor, pero nosotras íbamos a dormir ahí. Aly era nuestra mejor amiga y jamás la dejaríamos sola.

Prácticamente nos quedamos dormidas en la sala de espera, me asaltó el hambre y me levanté para buscar alguna botana en una máquina dispensadora, lo cuál desearía no haber hecho jamás.

Lo que mis ojos vieron destrozaron por completo mi ego y por qué no, también un poco de mi corazón.

Caminando de la mano iba una chica mayor que yo, de facciones finas, cabello rizado y rubio ceniza con un castaño guapo, de treinta y cinco años, dientes de conejo, piel blanca y su clásico estilo de vestir.

Te quiero susurró ella a lo que él le devolvió una sonrisa dulce, una sonrisa que no era para mi, que no me dedicaría ni en mis mejores orgasmos.

Pero, ¿que mierda estaba pensando? Yo, la reina de la putería, bueno un título falso, pero solo lo quería únicamente para sexo sin compromiso y que me hiciera conocer experiencias nuevas, ¿por qué me había dolido verlo con ella?

Creo que la razones son simples, porque me sentí fea al lado de ella, él me ignoró olímpicamente y me había mentido el maldito.

Le pregunté si tenía novia, esposa o lo que fuera en varias ocasiones y siempre me lo negó.

Malditos hombres, ¿por qué no pueden ser honestos?

Talvez y solo talvez, esto era el karma cobrándome lo que le hice a Emmanuel.

No pude volver a dormir, solo pensaba en Federico, maldito mentiroso, pero era justamente él a quien le debía mi primer orgasmo, estaría dispuesta a perdonar su mentira con tal de volver a sentir sus dedos calientes y manos fuertes recorriendo mi cuerpo con tal agresividad que me hacia sentir que podía volar.

Decidí que tenía que enfrentarlo, iba a ir a la universidad y volvería rápido para estar pendiente de Aly.

— Angie, despierta por favor — dije suavemente moviendola para que despertara.

— ¿Qué pasó? — preguntó con los ojos entrecerrados.

— Tengo que ir a la universidad, solo iré a recoger un libro y regreso —

— No te creo, pero está bien — y volvió a dormir.

Salí rápidamente del hospital, tomé el primer autobús que pasó y como toda buena mañana, ese autobús iba a reventar.

Llegué a la universidad, eran las siete de la mañana y no habían muchas personas, por lo que encontré pronto a mi objetivo sentado en una banca bajo un árbol, leyendo al Marqués de Sade.

— Licenciado, buenos días —

— De Franco, buenos días. Si viene a reclamar lo de su novio, está perdiendo su tiempo. —

— No vine a eso, tengo una duda — dije entre titubeos.

— Yo también, ¿por qué usted es tan boca floja? Creí que nuestros encuentros estarían a salvo, pero veo que no. En fin, yo no perdí nada, usted si, su dignidad ya que ahora media universidad la considera una zorra o debería decir Mía Khalifa — insultó arrogante.

— Honestamente me vale verga lo que usted y los hijos de puta de esta maldita universidad piensen —

Abrió los ojos más de lo normal, estaba sorprendido de mi exaltación y proseguí.

— Mi duda es, ¿por qué me mintió? Me dijo que no tenía novia y ayer lo vi con ella — grité.

— Ella no es nada mío — respondió tranquilo, vaya que sabía mentir.

— Y si no era nada suyo, ¿por qué le dijo te quiero y usted sonrió? No intente jugar con mi inteligencia, sus mentiras elegantes no sirven conmigo. —

— Es mi hermana. A la mierda con usted, piensa mal de todo — arqueó una ceja molesto.

Volvió a hablar ante mi silencio.

— Veámonos hoy en la noche, le escribiré para darle lugar y hora. ¿Acepta? —

Estaba tan confundida, no sabía si creerle.

Si fuera cierto me sentiría mal por haberlo juzgado así, pero en caso contrario no me gustaría arruinar un noviazgo o matrimonio, así como una tercera arruinó el de mis padres hace ya tantos años.

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Tarde, pero actualicé.

Mil gracias por seguir a mi lado y leyendo esta historia que escribo con tanto cariño para ustedes ❤

Significaría mucho para mi si votaran y dejaran su opinión en un comentario.

También, quisiera saber si ¿alguien se ofrece a hacer un booktrailer para la historia? Daré créditos 😀




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