Jane vivía con su abuela hasta el año pasado que falleció por una enfermedad. No podía pagar los medicamentos para su abuela porque nadie la contrataba, así que empezó a robar para conseguirlos.

Después de que su abuela falleciera, Jane seguía robando, ya que necesitaba el dinero para sobrevivir, además de que le gustaba la adrenalina que la recorría al hacerlo.

Hasta que un día de esos, le pasó algo extraño. Jane se disponía como siempre a robarle a un señor que andaba paseando tranquilamente. Cuando la chica metió la mano en el bolsillo del chico en busca de su cartera, la pulsera que Jane nunca se quitaba en memoria de su abuela- ya que ella se lo regaló cuando era pequeña- se enganchó en el pantalón y cayó al suelo. El chico, al sentir algo en el bolsillo, inmediatamente se giró y Jane se asustó pensando que la habían pillado. En cambio, el chico no vio a nadie, por lo que siguió con su camino.

Jane se quedó perpleja, sin entender muy bien qué es lo que había pasado, el chico la tenía delante de sus narices y no la había visto. Asustada, cogió su pulsera y volvió corriendo a su bungalow sin entender nada de lo que acababa de suceder.

Al llegar a casa, Jane estaba muy desconcertada, no hacía más que dar vueltas por la casa intentando buscar algún significado a lo que había sucedido, hasta que en un momento miró el espejo y vió que no se reflejaba en él. Asustada, se tiró al suelo, con sus rodillas en la cabeza, llorando y sin entender nada.

Un rato más tarde, cuando había conseguido calmarse un poco, se levantó y se acordó que llevaba la pulsera de su abuela en el bolsillo, así que se la colocó, y al volver a pasar por delante del espejo, observó como esta vez sí puedo ver su reflejo en el. La chica creía que se estaba volviendo loca, hasta que le vino la idea de volver a quitarse la pulsera y vio cómo volvía a desvanecerse.

No entendía absolutamente nada, no comprendía la relación que tenía esa pulsera con hacerse o no invisible.

Los días empezaron a pasar, y a la vez que seguía robando, ahora con ayuda de su invisibilidad, se hizo la promesa de descubrir qué era lo que le sucedía.

Hasta que un día, conoció a alguien que pondría su vida más patas arriba, más de lo que ya estaba.