CAPÍTULO 6
Noah se levanta pronto para bajar a la recepción y coger otra noche en la suite del hotel. Quiere darle una sorpresa a Jane, además de así poder celebrar en la playa la eliminación de la vampiresa.
Esta vez no está la recepcionista rubia, sino una morena algo más mayor, pero igualmente llamativa. Nada que no pueda resistirse a los encantos de la híbrido, quien ya se ha preparado para el siguiente movimiento.
-Buenos días -saluda la pelinegra, con un tono de voz grave y sensual. Se asegura de que los primeros botones de la camisa estén desabrochados-, quería reservar otra noche en la suite dos.
La recepcionista le da un repaso a la híbrido, lo que le hace sonreír a esta.
-Bu-buenos días... -balbucea, desviando la mirada hasta el ordenador-, deja que mire si sigue estando disponible.
-Claro -Noah se apoya sobre la mesa de la recepción, utilizando la misma táctica que usó ayer con la rubia.
La morena cada vez se pone más nerviosa ante el acercamiento de la híbrido, usando torpemente el ordenador.
-Eh... vale. La suite sigue estando libre para esta noche -vuelve a mirar a Noah-. Tendrá que abonar otro día.
-Ya... ¿Sabes? -la mirada marrón de la recepcionista cae en la de la híbrido y esta sonríe porque sabe que con solo eso, ya va a conseguir lo que desee-, no me queda mucho presupuesto... ¿Podrías dejarlo como un regalo por ser nuevo cliente?
-Eh... -muerde su labio inferior-, no sé si debería...
No aparta la mirada de la de Noah, no porque no quiera, sino porque no puede.
-Está bien -cede la morena, y, al escuchar la híbrido esas palabras, deja ir a la recepcionista, lo que la permite apartar la mirada al fin.
-Eskerrik asko Lorea... -ronronea Noah, sonriendo victoriosa.
<<Humanos... >> dice su subconsciente.
Mientras, en la habitación, Jane siente la puerta abrirse desde la cama, pero no piensa cambiar esa postura tan cómoda en la que se encuentra.
-¡Buenos días! -exclama Noah cuando abre completamente la puerta de la suite. En sus manos, agarra una enorme bandeja con comida de sobra para las dos.
La humana gruñe y tapa aún más su cuerpo con las sábanas.
-¡Cállate! ¿No ves que estoy durmiendo estúpida? -reprocha esta.
La híbrido, al ver que no tiene intención de levantarse, deja la bandeja sobre una mesa y se dirige hasta las ventanas, donde sube del todo la persiana, dejando entrar el sol en la habitación.
-Venga, levanta -ordena, destapando a la humana.
-Déjame dormir... -gruñe de nuevo, agarrando la almohada y lanzándosela a Noah, quien la agarra antes de que impacte en su cara.
-No -vuelve a dejar la almohada en la cama-, tenemos que ir de compras y a la playa.
-Vé tú a comprar si tantas ganas tienes... -da media vuelta, dándole la espalda a la pelinegra-. Además, no pienso volver a ponerme ese estúpido vestido.
Noah gira la cabeza hasta donde se encuentra la ropa que trajeron bien planchada y limpia.
-Ya tenemos limpia la ropa de ayer -añade la pelinegra, dejando sin excusas a Jane.
-No me vas a dejar dormir, ¿No?
-Por fin lo has descubierto -la híbrido se tira encima de la humana-. ¡Vamos!
-¡Quita de encima petarda! Me asfixias -intenta empujar a Noah para quitársela de encima, sin embargo, la pelinegra empieza a hacerle cosquillas.
-Esta petarda no va a parar hasta que le digas que es la persona más guapa del mundo -dice Noah, riéndose mientras sigue haciendo cosquillas a Jane.
-Ni en tus mejores sueños...
La humana, desesperada por quitarse de encima a la pelinegra, recurre a algo que sabe que va a funcionar seguro, y es retorcerle los pezones a Noah. Esta se aparta y toca sus pechos.
-Veo que te gusta tocarme las tetas... -murmura, y en ese momento, una idea pasa por su cabeza.
<<Vamos a poner un poco nerviosa a la humana...>> piensa, llevando sus dedos hasta el primer botón de su camisa.
Poco a poco, va desabrochando botones, dejando a la vista la tela del sujetador.
-¿Qué coño haces? -gruñe Jane, bajando inconscientemente la mirada.
Noah desabrocha uno a uno los botones hasta dejar al descubierto su torso, dejando ver su sujetador blanco y abdomen algo definido. Se apoya sobre sus brazos y piernas, caminando de forma sensual hasta la ladrona, dejando más a la vista sus pechos.
La cabeza de Jane cortocircuita por un momento, no pudiendo evitar admirar los atributos femeninos de la pelinegra.
-Esto... -tartamudea esta, viendo como Noah se acerca cada vez más.
Siente el latir de su corazón, desenfrenado. La híbrido también lo escucha, además de sentir el calor que emana el cuerpo de Jane. No puede evitar sonreír al confirmar el poder que tiene sobre la humana, y sin necesidad de controlar su mente.
El cuerpo de Noah queda justo encima del de Jane, dejando a esta última completamente tumbada bajo la pelinegra. La vista de la humana viaja por el torso pálido de la híbrido hasta posarse en su abultado pecho.
Jane piensa en apartar a Noah, pero su cuerpo no reacciona. También piensa en decirle que se aparte, pero sus palabras se quedan estancadas en su garganta.
Pero la tensión que se había formado entre ellas desaparece cuando al otro lado de la puerta llaman.
-¡Servicio de habitaciones! -grita una mujer.
-¡Estamos dentro! -contesta Noah, gruñendo al finalizar la frase.
-¡Volveré luego!
Jane aprovecha el momento de confusión para quitarse de encima a la híbrido y correr hasta el baño para encerrarse en el y así poder calmar su agitada respiración. Noah mira la puerta del baño, maldiciendo a la señora de la limpieza.
El sonido del agua al caer inunda la habitación, lo que indica que la humana se va a duchar, y así es. Jane se mete bajo la cortina de agua, dejando que esta corra por su cuerpo, mientras apoya su frente en la pared.
<<-Iba a pasar otra vez... ¿Por qué?, si no la soporto -se pregunta.
-No te mientas Jane -le contesta su subconsciente.
-Ha estado dos veces a punto de ser mi primer beso.
-¿Acaso no es lo que quieres?>>
Resopla, sin saber lo que realmente quiere.
Al otro lado de la puerta, Noah se pone la camiseta y vaqueros que trajo para el viaje, sentándose, a continuación, en una de las sillas que rodean la mesa de la suite. Suelta un largo suspiro, mirando de nuevo la puerta del baño.
No sabe por qué siente esa atracción tan intensa hacia Jane, esa necesidad por llamar su atención, por gustarla. Es inevitable que no piense en besarla cuando la tiene cerca, y eso en parte le preocupa.
La ladrona no tarda en salir del baño, ya vestida. Se sienta frente a Noah, cogiendo la taza que contiene leche con Colacao, mientras que la híbrido da un sorbo a su café caliente.
Noah mira la taza vacía, sintiendo aun hambre.
Se levanta, dirigiéndose a la puerta de salida, lo que llama la atención de Jane.
-¿Dónde vas? -pregunta esta, sosteniendo la taza en una mano.
-A comer -abre la puerta-, este desayuno me sabe a poco.
Sale de la suite para dirigirse hasta la recepción, donde la recepcionista se encuentra mirando algo en el ordenador. No tarda mucho en alimentarse de su sangre y utilizar el control mental para que olvide lo sucedido.
Fácil y rápido.
Sube de nuevo a la habitación, limpiando los restos de sangre de los labios. Cuando abre la puerta, busca con la mirada a Jane, encontrándola en el balcón. Sin hacer ruido, se sitúa tras ella.
-Bonitas vistas eh -murmura cerca de su oído.
-¡Joder! -se sobresalta la humana-, ¿Quieres matarme de un infarto o qué?
Noah ríe a carcajadas.
-Vamos, tenemos que comprar bañadores para ir a la playa -la híbrido da media vuelta para entrar de nuevo en el interior de la suite.
-Está bien -contesta Jane-, pero esta vez elijo mi ropa.
-Eso ya lo veremos -sonríe la pelinegra-, te recuerdo que pago yo.
-Prefiero seguir todos los días con esta ropa antes de ponerme cualquier cosa que me compres -gruñe, cruzándose de brazos.
Llegan a una tienda de bañadores y ropa interior, no muy grande y no muy lejos del hotel. Noah no tarda mucho en escoger su bikini, pero Jane parece que no se decanta por uno, lo que desespera un poco a la híbrido.
-A mí me gusta este -señala Noah un conjunto amarillo con líneas azules.
La humana mira detenidamente el conjunto, pensando si ese es más bonito que el otro azul que había visto.
-No se, no lo tengo claro -responde, haciendo suspirar con fuerza a la pelinegra, quien agarra el bikini que le acaba de señalar, junto con el suyo, y se dirige a la caja para pagar ambos, además de un par de toallas.
-Sabes que tengo diecinueve años y que puedo decidir por mí, ¿No? -murmura Jane, frunciéndole el ceño a Noah.
-Y yo doscientos años, ¿Y? -dicho esto, paga a la cajera y salen de la tienda.
Ambas vuelven al hotel para cambiarse , y, al pasar por la recepción, la híbrido saluda a la recepcionista con una sonrisa pícara.
La ladrona acelera el paso, ignorando el gesto de la pelinegra, y sube las escaleras.
<<No sé si ha ido a comer sangre u otras cosas esta mañana...>> piensa Jane, sin dirigir la mirada a Noah.
Esta última, sabiendo que la actitud de la humana ha cambiado bruscamente, decide preguntárselo según se adentran en la suite.
-¿Estás celosa? -murmura, acercándose a ella.
Jane se gira hacia Noah con la cara arrugada.
-¿Yo?, ¿Por qué iba a estar celosa? -gruñe, sabiendo que lo que acaba de decir es una actitud de alguien que está celoso-, ¿Por la recepcionista? O bueno, debería decir recepcionistas -cruza sus brazos-, porque ayer era una y hoy otra.
-Estás celosa -la híbrido suelta una pequeña carcajada sin poder evitarlo. No sabía que Jane era una persona celosa.
-¡Que no estoy celosa! -exclama, apretando la mandíbula-. Por mí, como si te vas y te haces un trío con ellas.
Noah se acerca hasta quedar a pocos centímetros de la humana.
-¿Y si lo que quiero es hacerme un dúo contigo? -pregunta la pelinegra, sonriendo de forma pícara.
-A mí déjame tranquila -escupe esas palabras con algo de rabia, pero esa rabia solo viene de saber que ha estado con otras chicas ese mismo día.
La contestación de Jane pilla un poco por sorpresa a Noah, además de molestarla un poco.
-Está bien -pasa de largo y se dirige al baño para cambiarse.
Mientras, la ladrona gruñe para sus adentros, viendo como la híbrido se encierra en el baño. Mira el bikini sobre la cama y se dispone a ponérselo, sintiéndose un poco rara y desnuda con el. Tapa lo justo, y eso la hace sentir un poco insegura, hasta que Noah sale del baño y se queda petrificada al verla.
La híbrido la hace sentir deseada, le hace sentir que puede gustar de verdad a alguien, hace que su autoestima suba hasta niveles antes no descubiertos.
A su vez, Jane mira de la misma forma a Noah, detallando cada curva de su cuerpo. Ya la ha visto desnuda, pero sigue impresionando cada vez que se quita la ropa. Su cuerpo parece tallado en mármol, literalmente. Su piel es tan blanca, que el parecido es increíble.
Ambas se quedan estáticas, admirando el cuerpo de la otra, hasta que Jane se siente un poco avergonzada y se enrolla en una de las toallas de playa.
La pelinegra parpadea repetidas veces, reaccionando.
-Ba... bajemos -consigue decir esta.
-Vale -susurra la humana, siguiendo a Noah fuera de la habitación.
Una vez en la playa, extienden las toallas sobre la arena, una junto a la otra, y ambas se sientan sobre ellas, con la vista al frente, admirando el mar y la isla de Santa Clara.
-Esto... ¿Te molesta que intente ligarme a las recepcionistas? -pregunta Noah, preocupada porque a Jane le haya molestado su actitud con las chicas.
-Me da absolutamente igual lo que hagas con tu vida -la humana mira a la híbrido-. Yo estoy aquí para hacer mis cosas de invisibilidad y ayudarte con lo tuyo nada más.
Noah agacha la cabeza, dolida por las palabras de Jane, pero a la vez entendiendo que pueda estar molesta.
-Solo lo hago por interés -la pelinegra cruza las piernas-, lo he hecho toda mi vida, aprovechando todo eso del control mental de mi lado de vampiro.
-No sé qué gracia tiene conseguir todo lo que quieras sin ningún tipo de esfuerzo... -murmura Jane, desviando su vista hasta la orilla, donde los niños juegan con el agua.
-Habla la que roba en vez de buscarse un trabajo digno... -gruñe Noah.
-¿Crees que no he intentado buscar trabajo? -la ladrona eleva un poco la voz-. Lo intenté cuando necesitaba medicamentos para mi abuela, pero al no tener más que la secundaria, nadie quería contratarme -la híbrido parece sorprendida por la confesión de Jane-. No todo el mundo tiene el dinero o la mierda esa del control mental para hacer lo que le de la gana.
La humana está dispuesta a salir de ahí, cabreada por como se ha desviado la conversación y como ha tenido que contar parte de su pasado, pero, antes de que termine de levantarse de la toalla, Noah agarra su muñeca, volviendo a sentarla sobre la dura arena.
-No utilizo siempre el control mental para conseguir lo que quiero, solo cuando es estrictamente necesario -confiesa la pelinegra, soltando la muñeca de Jane-. Me lo he trabajado todos estos años para tener la vida que llevo ahora -busca la mirada de la humana-. Me he sacado unas cinco carreras y varios másters... -continua, haciendo una breve pausa-. Soy socia de una empresa de videojuegos, y eso solo lo he conseguido gracias a mi trabajo constante.
-¿Y qué quieres?, ¿Un pin? -Jane frunce el ceño-, Yo no puedo ganarme la vida honradamente porque no tengo dinero para estudiar.
>>Llevo más de un año viviendo sola, pero varios viviendo con mi abuela enferma. Con el poco dinero que conseguía robar, compraba sus medicinas y comida.
La humana agacha la cabeza, recordando algunos momentos con su abuela, sobre todo el momento cuando murió.
-Ella me cuidó cuando perdí a mis padres, así que era lo mínimo que podía hacer -alza la cabeza, con los ojos cristalizados-. Aunque si se enterase de cómo conseguía ese dinero, no estaría tan orgullosa de su nieta.
Noah se acerca ligeramente a Jane, poniendo su mano sobre la suya, haciendo que esta última dirija la mirada hasta la híbrido. Contiene sus lágrimas con todas sus fuerzas, no quiere llorar delante de la pelinegra.
-Hiciste lo que había que hacer, y seguro que estaría orgullosa de ti -Noah esboza una pequeña sonrisa después de hablar-. Yo también fui pobre, ¿Sabes? -eso pilla por sorpresa a Jane-. Sé lo que se siente al no tener nada para llevarte algo a la boca, y a ello súmale los constantes cambios de hombre lobo y vampiro -suspira, recordando aquellos duros momentos que pasó en su juventud-. Cuando ocurrió la masacre, tuve que buscarme la vida con seis años.
-Lo siento -murmura Jane, sin saber muy bien que añadir a eso.
-No lo sientas, no quiero tu compasión -suspira de nuevo-, solo quiero que entiendas que muchas veces no hago las cosas porque realmente las quiera hacer, sino porque tengo que hacerlo -alza los hombros-. No quiero ligar con las recepcionistas, pero si eso me ahorra unos billetes lo voy a hacer.
-Entonces... -añade la ladrona-, ¿No te gustan?
-Están buenas, sí, pero solo lo hago por interés -admite Noah, dedicándole una sonrisa tranquilizadora a Jane-. No quiero tirarmelas ni nada de lo que hayas podido pensar que he hecho, es más, ni sabría como hacerlo porque nunca me he acostado con nadie.
La humana mira con demasiada sorpresa a la híbrido, sin poder creer de verdad que haya dicho esas palabras.
-¿En serio me estás diciendo que en doscientos y pico años no te has acostado con nadie? -pregunta Jane, muy confusa.
-Así es -contesta la pelinegra, asintiendo con la cabeza-, sí que he tenido que hacer ciertos tocamientos por interés, pero a mí nunca me han tocado y no me he llegado a acostar con nadie.
Eso ya le cuadra más a Jane.
-Bueno, si te sirve de consuelo tampoco he estado nunca con nadie -confiesa la humana, algo que no le cuesta creer a Noah-, ni siquiera he besado a nadie. Por eso anoche me daba tanta cosa ligar con la pelirroja -muerde su labio inferior-. No sé hacerlo, y tampoco se tener una conversación normal con alguien sin estarle gritando e insultando.
-No hace falta que jures lo último -dice la pelinegra, riéndose, algo que es correspondido por la ladrona.
-Lo más cerca fue ayer con la pelirroja, y solo estaba deseando que aparecieras para quitármela de encima -añade, alzando los hombros-. Aunque podrías haber sido un poco menos gráfica.
Noah ignora eso último y se acerca un poco más a Jane.
-¿Seguro que lo más cerca que has tenido es a Elena...? -ronronea, mostrando una sonrisa pícara.
-Bueno... -Jane también se acerca, siguiendo el juego de la híbrido-, la verdad es que hay un chucho pulgoso que no sabe respetar el espacio personal.
-¿Quién será...? -la voz de Noah se vuelve más grave y sensual, algo que afecta a la persona que tiene frente a ella.
Aunque comete el error de bajar la vista a los labios de la humana, y, después de eso, a sus pechos cubiertos por la fina tela del bikini. Gruñe para sus adentros, conteniéndose.
Jane, a su vez. comete el mismo error, pero sigue con el juego.
-No lo sé... -murmura esta-, alguien muy pesado.
<<-Joder... la quiero besar ya... -dice Noah en su mente.
-Ella lo quiere, su lenguaje corporal lo dice todo -contesta su subconsciente.>>
-¿Y no te gusta...? Porque estás muy cerca de esa persona... -y cada vez están más y más cerca.
-La verdad es que es un poco insoportable y mandona... -el aroma corporal de la pelinegra llega hasta las fosas nasales de Jane, y eso la dificulta más mantenerse cuerda.
-¿Y no te mueres por besarla ahora? -ambas saben que se mueren por besarse, pero parece que ninguna está dispuesta a ceder y dar el paso.
-Hombre, morir morir... no está dentro de mis planes -ronronea Jane, acortando un poco más la distancia.
Noah siente la respiración de la humana al chocar contra su piel, además de escuchar el latir de su corazón más acelerado de lo normal. En estos momentos odia tener los sentidos más desarrollados que una persona normal, porque hasta siente como el olor de Jane ha cambiado.
-Tampoco de los míos -continúa la pelinegra-, cosas de la inmortalidad.
-Hay muchos niños aquí como para ponernos a montar un espectáculo -susurra la ladrona, prácticamente rozando los labios de Noah.
La híbrido suelta una pequeña risa.
-¿Ahora piensas en los niños? -pregunta de forma retórica.
La vista de ambas no se mueve de los labios de la otra, pero Jane parece más afectada por la tensión sexual que hay en el ambiente.
Por ello, es quien da por fin el paso.
La ladrona agarra la nuca de la híbrido, atrayéndola a ella, y, con ello, rompiendo la poca distancia que había entre ellas.
Noah mueve sus labios sobre los de Jane, con cierta necesidad por la tensión acumulada no solo de ahora, sino de todos los días anteriores. Una de sus manos se posa con timidez en la cintura de la humana, sintiendo la suave piel de esta en sus dedos.
El aire comienza a faltar en los pulmones de ambas, por lo que hacen una breve pausa, abriendo ligeramente los ojos.
-¿Seguro que quieres esto? Soy más mayor que tú -dice Noah, intentando darle un toque de humor a la situación aunque su cuerpo esté a un temperatura similar a la del sol.
-Bueno, no está mal tener una sugar mommy de la edad de los dinosaurios -contesta Jane.
La híbrido baja la mirada hasta el bikini.
-Quiero arrancarte ese bikini como buen dinosaurio que soy... -gruñe, apretando un poco las yemas de sus dedos en la piel de la humana.
-Eso ya ha sonado más a la época de Pedro Picapiedra -Jane esboza una sonrisa.
-Sea la época que sea, te lo quiero quitar en esta -Noah intenta contenerse por el hecho de estar en público, maldiciendo estar ahí en ese momento y no en un lugar más íntimo.
-¿Y qué te impide hacerlo? -la ladrona ya no controla ni las palabras que salen de su boca, y mucho menos, sus pensamientos.
-El sitio -de forma inconsciente, la pelinegra baja la mirada hasta los labios de Jane-, vámonos al hotel por favor...
Ambas vuelven al hotel casi corriendo, cerrando la puerta de la habitación con un fuerte portazo. Noah lleva a Jane a la cama, poniéndose sobre ella para besarla de nuevo.
Mientras, la humana agarra con fuerza la cabeza de la híbrido, colocando sus piernas alrededor de la cintura de esta. Noah se apoya sobre sus brazos y empuja ligeramente su cadera contra Jane.
Los besos se vuelven más salvajes, más intensos, con ganas de más.
-¿Estás segura de esto? -pregunta Noah, asegurándose de que lo que está ocurriendo entre las dos sea porque de verdad quieren hacerlo-, no hay vuelta atrás...
-Eh... Sí... -murmura Jane, contestando a la pelinegra-, ¿Tú estás segura?
-Segurísima.
Solo le bastaba a la híbrido esa respuesta para seguir, para poder ir más allá, poder tocar donde ella quiera. Sus manos acarician la piel blanca de la humana, llegando hasta uno de los pechos de esta, cubierto aún por el bikini.
Ambas son inexpertas en este tema, pero ambas se guían por el instinto, y ese instinto le hace a Noah pasar su mano por el pecho de Jane, notando su pezón bajo la tela del bikini. A la ladrona se le escapa un gemido, mientras eleva su pecho, un gesto que indica a la híbrido que le ha gustado, por lo que decide seguir.
La mano de Noah se cierra sobre el pecho de la humana, agarrándolo y haciendo que suelte otro gemido, esta vez más fuerte. Pero, cuando se ha decidido por meter los dedos bajo el bikini, el móvil de la híbrido comienza a sonar.
La pelinegra mira el móvil, desintegrándolo con la mirada y maldiciendo a quien se ha atrevido a llamar en un momento así. Estira su brazo, el cual estaba ocupado con el pecho de Jane, para coger el teléfono, viendo en la pantalla el nombre de Jorge.
Acepta la llamada, ante la intrigada mirada de la humana, y se levanta de la cama para concentrarse en la conversación, porque encima de Jane no iba a poder. La ladrona, mientras, atiende cada movimiento que hace la híbrido, pensando en lo que acababa de suceder y colocándose el bikini.
-¿Qué pasa Jorge? No me pillas en buen momento... -gruñe Noah.
-He escuchado que Elena ha desaparecido... Parece que la has encontrado -dice la voz masculina de Jorge al otro lado de la línea.
-Así es, esta vez no se ha podido escapar.
Jane, al escuchar esa frase, sabe perfectamente que están hablando de la vampiresa que se cargó ayer Noah.
-Vas a conseguir que te maten Noah... -continua el vampiro, haciendo que la híbrido esboce una sonrisa.
-Está todo bajo control... No te preocupes...
-Sabes lo que significas para mí, eres como un hijo, y no voy a permitir que te acabes matando -esas palabras arrancan la sonrisa de Noah.
-Sí, sí... Ya que me has llamado... ¿Podrías decirme dónde se encuentra Ethan? -Jorge hace una pequeña pausa.
-¿Va a seguir hasta que acabes con todos no?
-Ese es el plan -otra pausa.
-No se encuentra en España, pero no está lejos de vosotros...
-¿Dónde está? -Noah aprieta ligeramente el móvil con su mano.
-Frontera con Pirineos, no sé más.
-Gracias Jorge -con esto, da por finalizada la conversación.
-Ten cuidado.
Cuelga, apartando el móvil de su oreja y mirando a Jane, quien sigue tumbada sobre la cama, ofreciendo una imagen tremendamente sexy para Noah.
-¿A dónde vamos esta vez? -pregunta la humana, sabiendo que Jorge le ha dado la información de donde se encuentra el siguiente vampiro a la híbrido.
-A dar una vuelta con las cabras -responde la pelinegra, sonriendo.
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¡Buenas mis lectorxs!
Primer capítulo del año🤭.
Siento tardar tanto en publicar, pero espero que merezca la pena.
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