Capítulo VI

Valeria: ¡¡¡AMAYA, BAJA!!! ¡¡¡HAY ALGUIEN QUE QUIERE VERTE!!!

El grito de su madre fue suficiente para despertarla. Amaya se levantó de su cama, aún con su pijama puesta. Dio un largo bostezo mientras se estiraba, antes de levantarse y disponerse a bajar las escaleras.

Amaya: ¿Quién es, mamá? No tengo ánimos para ver a alguien.

??: ¿En serio no quieres verme, pajarita?

Aquella voz fue suficiente para que volteara a mirar. En el sofá de la sala se encontraba sentado Connor, su novio, y a su lado estaba el pequeño Timmy, jugando con su rana de juguete a control remoto mientras hacía sonidos de rana.

Timmy: Jejejeje. Hola, Amaya.

Amaya: ¡Gatito! -*Corre hacia él para posteriormente abrazarlo*- Oh, no sabes cuánto me alegro de verte. Pero, ¿no se supone que ibas a cuidar a Timmy?

Connor: Sí, respecto a eso, decidí que tus padres cuidarian a Timmy por mí.

Amaya: ¿Por qué?

Connor simplemente se levantó. Su mirada reflejaba miedo y preocupación, algo que hizo que Amaya sintiera que no serían buenas noticias.

Connor: Porque hay algo que debo contarte. Y me temo no es bueno.

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Amaya: ¿Qué quieres decir con eso?

Mencionó ella, sentada en su cama. Una mirada de preocupación era visible en su rostro, viendo al chico moreno caminar de un lado a otro en la habitación. Este suspiró, antes de proceder.

Connor: Los cadáveres de los policías tenían marcas que parecían haber sido provocadas por un animal salvaje. -*Se sienta a su lado*- Esto parece confirmar mis sospechas, pajarita... Quizás... nos encontraron.

Con esas palabras fue suficiente para que la niña con lentes mirara al suelo asustada. Por mucho tiempo intentó olvidar aquella noche, en la cual muchas personas y la mayoría de los villanos nocturnos habían perdido la vida a causa de esos seres. No quería vivir esa experiencia de nuevo. Connor notó esto, así que colocó su mano en el hombro de esta para que lo mirara.

Connor: Yo sé cómo te sientes. También tengo miedo... Miedo de encontrarme con ellos otra vez... Pero, escucha... El cazador que fue atacado hace unos días en el bosque... ya despertó. Aún está en el hospital. Podemos ir a preguntarle qué fue lo que lo atacó y quizás nuestras sospechas se confirmen. ¿Qué dices?

Amaya no dijo nada. Solo volteó a mirarlo, con el miedo siendo notable en sus ojos. Estaba asustada, sí. Los recuerdos de esa noche seguían en su mente, y cada vez eran más peores. Volteó a ver el suelo, antes de suspirar.

Amaya: Tienes razón... Quizás así podríamos estar más tranquilos... Si no son ellos, pues... no tendremos que entrar en pánico.

Connor: Esa es mi chica. -*Le da un beso en la mejilla*- Le avisaré a Newton e Iván. Greg dijo que estará en una cita con Luna el día de hoy.

Amaya: Jejejeje. Clásico de Greg.

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Hospital Ashdown
10:23 a.m

No fue difícil convencer a los enfermeros de dejarlos pasar. Con sólo decir que eran parientes cercanos del paciente, fue suficiente para convencerlos. Connor, Amaya, Newton e Iván ahora mismo se encontraban a un lado de la camilla donde se encontraba el cazador, el mismo hombre que sufrió aquel ataque con sus compañeros y él fue el único sobreviviente.

Newton: Lamentamos mucho que le haya pasado esto, señor. Pero no debe rendirse, usted puede salir de esto.

Intentó decir Newton, tratando de aliviar el ambiente. El cazador simplemente se los quedaba viendo, con toda su cara vendada por el ataque. Iván se acercó un poco con su silla de ruedas, colocando su mano sobre la del hombre.

Iván: Cuando oímos que despertó, necesitábamos saber qué fue lo que lo atacó y lo dejó con... Bueno, esa herida.

Connor: No fue sólo un animal salvaje lo que lo atacó, ¿verdad?

El cazador sólo atinó a concentrar su mirada en una mesa cercana, señalando con su dedo. Amaya volteó, logrando ver una pequeña pizarra junto con un marcador.

Amaya: ¿Necesita decirnos algo?

Con un asentimiento con la cabeza por parte del moribundo, la niña con lentes se apresuró a caminar a la mesa, antes de tomar la pizarra y el marcador. Se las dio al paciente, quien luego se sentó en su camilla y procedió a escribir en la pizarra con el marcador.

Apenas podía ver con claridad por las vendas en su rostro, pero pudo escribir un mensaje en la pizarra. Se la dio a Connor, quien con manos temblorosas tomó la pizarra y leyó el escrito.

ES BUENO VERLOS DE NUEVO... MIS ESTUDIANTES FAVORITOS

Connor: ¿Estudiantes...? -*Mira al cazador*- Usted es...

Iván: ¿Nuestro maeatro de Tarabiscoville?

Aquellas palabras fueron suficientes para que el hombre asintiera con la cabeza. Los cuatro chicos no pudieron evitar contener su sorpresa, tanto que el niño moreno soltó la pizarra del shock que sentía. Aunque rápidamente la tomó y se la dio a su antiguo profesor.

Amaya: ¿En serio es usted? ¿Qué hace aquí en Ashdown? ¿Y cómo acabó así x

Newton: Amaya, dale tiempo para que explique.

La niña con lentes sólo miró al suelo un poco apenada, cosa que su novio solucionó colocando una mano en su hombro. Vieron como el hombre volvió a escribir un mensaje en la pizarra, antes de mostrar otro mensaje.

ELLOS LO HICIERON

Iván: ¿Ellos? ¿Se refiere a...?

La mirada del maestro mostraba sinceridad, y un asentimiento con la cabeza fue suficiente para confirmar sus sospechas. Efectivamente, fue obra de esos seres, los mismos monstruos que arrebataron la vida de todas esas personas en la Masacre de Tarabiscoville. El hombre escribió otro mensaje en la pizarra, antes de mostrarlo nuevamente.

USTEDES PUEDEN VENCERLOS... HÁGANLO POR ASHDOWN... Y POR TARABISCOVILLE... PUEDEN HACERLO... FUERZA HÉROE

No hizo falta mencionar que ese escrito fue suficiente para dejar perplejos a los chicos. Quedaron con miradas que reflejaban su sorpresa, antes de mirar a su antiguo profesor.

Newton: ¿Qué...?

Connor: ¿Usted sabía? ¿Sabía que eramos héroes? ¿También supo sobre los Minions?

Amaya: ¿Fueron ellos los que le hicieron esto?

El maestro no respondió. Simplemente se sentó en su camilla de hospital para luego proceder a quitarse las vendas de su rostro. Tardó un poco desatarlas por lo ajustadas que estaban, pero finalmente lo consiguió. Volteó a mirarlos para revelar su rostro.

Decir que sintieron la sangre abandonar sus rostros sería insuficiente. La cara de su antiguo profesor, quien les había enseñado de todo en sus tiempos como alumnos en su anterior ciudad, estaba horriblemente desfigurada. Marcas de arañazos estaban presentes en la parte derecha de su rostro, siendo lo único que le quedaba un ojo y la nariz. Lo que quedaba de su boca se abrió, dejando salir unas palabras.

Maestro: Desde que entraban a mi salón de clases... se quedaban dormidos en plena leccion... o presentaban cansancio... pude notar lo mucho que se esforzaban para defender la ciudad... Siempre los vigilaba, veía como salvaban el día... Sean esos héroes... Acaben con esos monstruos... Salven a Ashdown... y venguen a todas esas vidas tomadas por esos seres... Háganlo... por ellos... -*Dijo antes de acostarse nuevamente*

Newton bajó la mirada por un momento. Las palabras del hombre seguían grabadas en su mente... Suspiró. Sabía que sería una decisión dura, pero era por el bien de todos.

Newton: Tiene razón... Debemos detener a esos monstruos.

Amaya: Pero, Newton... No podemos...

Connor: Tiene un punto, pajarita... No podemos seguir huyendo... Tarde o temprano nos terminarán encontrando... Necesitamos terminar esto, cueste lo que cueste.

Iván: Yo estoy de acuerdo. Muchos de los villanos murieron esa noche. Así que vengaremos sus muertes.

Amaya quedó helada por las palabras de sus amigos. Retrocedió un poco, intentando procesar lo que acababa de suceder. Por un lado, enfrentarse a esas cosas de nuevo le daban escalofríos. Pero por otro, tenían razón. No podían seguir huyendo. Debían luchar.

Sin embargo, salió de sus pensamientos en cuanto vio a alguien frente a la ventana de la sala frente a ellos. Amaya alzó la vista, logrando ver a un hombre mayor con bata de doctor y unos lentes de científico. Parecía estar ya casi en sus últimos años... Pero... Esa cara... Le resultaba familiar.

De pronto, aquel recuerdo regresó a su mente... El recuerdo de aquel fatídico día, de cuando su hermano se fue... Cuando lo vio en esa furgoneta, y vio al conductor... La cara ya no era borrosa... Ahora era clara...

Amaya: ¡¡¡TÚ!!!

El resto se sobresaltó ante el grito de Amaya. Esta salió del cuarto el cuanto vio al hombre alejarse, pero lo único que encontró fue un pasillo vacío. Connor salió rápido.

Connor: Pajarita, ¿por qué saliste así? ¡Nos asustaste!

Amaya: Es que... Es que... No importa... No era nada...

Dijo ella, acariciandose los brazos apenada. El niño moreno dirigió su mirada a ambos lados del pasillo, pero no vio nada. Sin embargo, tuvo que abrazar a su novia para tranquilizarla.

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Greg: Entonces... quizás el señor Gru, aquel hombre que vino a nuestra ciudad antes de esa masacre... tuvo algo que ver con la desaparición de Billy.

Mencionó Greg, quien se encontraba sentado en la cama de la habitación de su nueva casa. A un lado de él se encontraba Luna, su novia, la cual estaba igual de pensativa que él.

Luna: Puede ser, amor. Lo malo es que nunca llegamos a preguntarle, ya que él... Bueno, ya sabes. Hemos intentado olvidar lo ocurrido hace un año, pero nos fue muy difícil, y para Amaya fue peor.

Greg: Sí, se le nota bastante... Es la segunda vez que la veo así... Casi no es la misma desde que Billy desapareció.

La chica lunar dirigió la mirada al niño rubio, quien miraba a la nada con una expresión de nostalgia visible en su rostro. Era incapaz de olvidar aquel momento que dejó traumatizada a Amaya, y luego de esa noche, sus traumas sólo empeoraron.

Greg: Recuerdo cuando ella volvió corriendo del bosque ese día... con su padre. Estaba muy asustada... Fue muy difícil calmarla, lunita. Pero no la culpo. Perder a su hermano la afectó bastante.

Luna: Yo la comprendo, lagartito... No es la única que se sintió así... -*Baja la mirada, recordando claramente esa noche*- Cuando esas... cosas... se llevaron a mi hermanita... estaba aterrada. Creí que la perdería para siempre. Eso me asustó mucho.

Greg: Lo sé. Por suerte, logramos salvarla a tiempo. Por cierto, ¿cómo está Polisuki?

Luna: Bueno, sigue algo asustada. No logra superar del todo. Pero se fue con Kevin y sus hermanos a un retiro lunar en la luna. Ya sabes, para que pueda ir superando lo que sucedió ese día.

Greg: Bueno... Al menos, ya está empezando a superarlo...

Dijo esto último con una notable preocupación. Dirigió su mirada al suelo, pensativo. Luna lo notó, y para calmarlo, colocó su mano sobre la de él.

Luna: ¿Te pasa algo? Yo te conozco muy bien, lagartito. Sé cuando algo te preocupa.

Greg: -*Suspira*- Es que... No sé si te enteraste... Esta mañana encontraron los cadáveres de unos policías a las afueras del pueblo. Todos ellos tenían indicios de haber sido atacados por una bestia salvaje.

Luna: Sí, también me llegué a enterar... No dejé de pensar en ella todo el día... Quizás... No crees que fueron ellos, ¿verdad? -*Dijo esto último asustada*

Greg: No lo sé... -*Dijo soltando otro suspiro*- Pero, te prometo... que no dejaré que nada malo te pase.

La niña lunar logró notar un tono triste en su novio en cuanto éste dijo lo último. Su expresión lo delataba. No hizo falta preguntarle qué era, pues en su mente ya sabía la respuesta.

Luna: Sigues culpándote a ti mismo por eso, ¿verdad?

Greg: No pude salvarte esa vez... Te atraparon por mi culpa...

Luna: Lagartito, escuchame. Te vuelvo a repetir, como siempre, que no fue tu culpa. No fuiste el responsable de lo que esa vez y nunca lo serás. Yo ya intenté olvidar y superar eso, y tú también deberías hacer lo mismo. Tú eres un gran chico y eres el amor de mi vida. Siempre has estado ahí para protegerme y cuidarme, y yo también estuve a tu lado para protegerte y cuidarte. -*Le da un breve beso en los labios*- Yo siempre te amaré. Mis sentimientos por ti nunca cambiarán. Es una promesa.

Greg: Jejejeje... -*Sonríe*- Siempre sabes como hacerme sonreír, lunita.

Continuará...

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