Capítulo 22
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★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.
Caminaba en silencio, el pasillo estaba oscuro, pero podía reconocerlo por completo, aun así, tanteaba la pared con las manos, para no caerme al suelo.
Había un crujido en todo el lugar, no sé qué era, pero provocaba escalofríos en mi cuerpo, cada que daba pasos, se escuchaba con mayor fuerza, llegué a la puerta del departamento de Eun, antes de tocar, me di cuenta que estaba entreabierta.
Se me hizo conocido, el cuerpo se me erizó.
La empujé con lentitud, ingresé con pasos lentos e inseguros, todo estaba en silencio dentro del departamento, podría haber sido un silencio sepulcral de no ser por esos crujidos. Di rumbo a la habitación principal, entre más me acercaba, esos crujidos comenzaban a ser insoportables. Cuando estuve frente a la puerta, el corazón me latió con rapidez mientras la abría con cuidado.
Ji Eun estaba ahí, sobre su cama, pero no estaba sola, estaba ese chico ahí. La vi sobre él, alcanzaba a ver su espalda desnuda, que se movía con un vaivén brusco, ambos jadeaban con fuerza, descontrolados, fuera de sí.
Mi respiración se disparó al instante, el corazón se me iba a salir del cuerpo, los crujidos se volvieron agresivos. Quería huir, quería salir corriendo y huir lejos del dolor, pero mis pies estaban pegados al suelo, no podía hablar, no podía moverme, estaba siendo tragado por la desesperación, tuve la sensación de que iba a morir, justo ahí. Estaba asustado, estaba asqueado y herido, volvía a sentirme herido.
Quería huir, pero ellos no me dejaban.
La escuché gemir con mayor fuerza, yo solo quería gritarle que se detuviera, pero no tenía voz, no tenía nada. El lugar se estaba volviendo cada vez más oscuro, los sonidos se estaban volviendo cada vez más fuertes y altos, trastabillé en mi sitio. Sentía mojadas mis mejillas, tenía ese nudo en la garganta que presionaba y no me dejaba respirar con normalidad, no podía más.
Pensé que iba a caer, iba a hacerlo, pero una mano tomó la mía con suavidad, los sonidos se detuvieron, el lugar se iluminó, aquellos dos se habían ido. Sentí que aquella mano entrelazaba sus dedos con los míos, bajé mi mirada para observar la mano que se aferraba a la mía, y fui ascendiendo la vista, para enfocar a la persona que me había salvado.
—Yo...
Abrí los ojos, tan rápido que la luz del día me lastimó los ojos, mi alarma comenzó a sonar. Llevé mis manos a mis ojos, cubriéndolos, después descansé una de ellas en mi pecho, justo donde mi corazón golpeaba con fuerza, incluso lo sentía en la garganta, no me había dado cuenta de cuán veloz era mi respiración, mi frente estaba húmeda.
No había tenido un sueño sobre ese día, sobre eso, tenerlo ahora me dejaba con un sentimiento raro.
Me incorporé, dejando mi espalda sobre el respaldar de mi cama, tratando de procesar lo que había pasado. Me sorprendía cómo nuestra mente podía convertirse en nuestro peor enemigo en los peores momentos, incluso en los mejores, mira que hacerme soñar con eso, dando inicio a mi día, pero no podía sencillamente quedarme aquí solo por haber soñado eso.
Eran la siete en punto de la mañana, si me quedaba más tiempo en mi cama, no me daría tiempo de nada, el autobús me dejaría y mamá me mataría. Hoy tenía ganas de asistir a clases, extrañamente...
Fui al baño a lavarme la cara y hacer mis cosas. Regresé a mi habitación para vestirme y poder bajar a desayunar algo sumamente ligero. Antes de bajar, tomé mi mochila, asegurándome que todo lo necesario estuviera dentro, todo estaba en silencio en la primera planta, asumía que appa ya se había ido a trabajar y omma posiblemente estaría durmiendo un poco más antes de tener que ir a trabajar. Tomé una manzana y un yogurt que me tomé a lado de la basura, tiré el traste cuándo estuvo vacío, tomé mis llaves de la entrada y salí rumbo a la parada del bus.
A las ocho en punto, el autobús se detuvo delante de mí. Subí después de saludar al conductor, rápidamente tomé un lugar, ni tan atrás ni tan adelante. No había tanto adolescente porque aún no pasaban a recoger a los demás.
Decidí perder el tiempo escuchando música con mis audífonos. A los minutos volvimos a detenernos, ya habíamos pasado por la casa de Anderson, suponía que su papá la había ido a dejar a la escuela porque nadie subió en su parada. Un par de chicas subieron al bus, hacían mucho ruido, era molesto que desde tan temprano fueran tan ruidosas. Las vi mirarme mientras buscaban lugares, entre miraditas y miraditas entre ellas, se sentaron a unos cuantos asientos delante del mío, ni siquiera intentaban disimular.
Era terriblemente incómodo, pensé que lo peor ya estaba pasando, hasta que vi como dos de ellas se ponían de pie, incluso cuando eso estaba prohibido hacer mientras el transporte estuviera en movimiento.
—Siéntate, no puedes ponerte de pie —La conductora le gritó.
—Sí, un momento —Le contestó una de ellas, la morena de cabello esponjado, se sentaron en los asientos delante de mí, me sonrieron.
Joder. Me quité, a regañadientes, uno de mis audífonos.
—Hola... —Saludó una de ellas.
—¿Quieren algo? —Fui directo.
—Ahora que lo preguntas, pues sí —Respondió la morena, devolvió su vista al grupo de chicas y me volvió a mirar —Verás, a una de mis amigas le gustas mucho, quiere saber si tendrías una cita con ella, o si quieres darle tu número o si prefieres tu Snapchat...
Dios...
—Y las mandó a ustedes para pedirme eso... —Aseguré.
—Bueno, sí.
—Una pregunta, ¿Son ustedes quienes quieren que yo tenga una cita con ella o es ella quien quiere esa cita? —Ambas se quedaron en silencio —Si ella quiere esa cita, tendría que ser ella quien tendría que venir, no ustedes.
—Pero, ¿aceptas?
—Lo lamento, pero no estoy interesado en ella —Desvié mi mirada al grupito de chicas, exactamente a aquella que intentaba esconderse de mi mirada —No la conozco y, si soy sincero, no tengo deseos de hacerlo.
Las dos chicas delante de mí bufaron, muy molestas
—Eres muy cruel, ¿te lo han dicho?
—¿Cruel, por ser sincero? ¿prefieres que mienta, diga que quiero salir con ella, la ilusione y después, sencillamente le diga que en verdad no me interesa y que solo salí con ella porque sus amigas se enojaron cuando fui sincero? —Me encogí de hombros —Podría hacerlo. De esa forma tendrías una razón válida para decir que soy cruel.
—Que hijo de puta, debimos suponerlo, solo te gustan las putas... —Su voz se había vuelto fría, tosca y llena de remordimiento, me reí.
—¿Entonces para que viniste a mí? —Cambié mi expresión a una neutra —Si ya acabaron, sería muy grato que se fueran a la mierda y me dejen en paz.
Dijeron algo más, algo que no escuché porque me volví a colocar mi audífono, probablemente me insultaron, pero que más daba, ¿Qué era lo correcto aquí, mentirles? Agradecía el interés, después de todo me hacía saber que mi cicatriz no era impedimento para atraer a personas, pero no quería eso ahora, no quería a nadie por ahora. No podía querer a nadie ahora...
Además, si ella, la chica que quería esa cita no era capaz de pedirla por su cuenta, ¿yo tendría que adivinar sus pensamientos cuando no era capaz de decírmelos por su cuenta? No era capaz de hacerlo por su cuenta, pedir esa cita.
Bajé del autobús y caminé a la entrada de la escuela, el pasillo estaba un tanto concurrido. Sentí las miradas o tal vez solo era mi mente, jugándome malas jugadas.
Miré a mis costados, pude reconocer a una persona entre las demás, esperé a que las personas que estaban cerca se fueran para acercarme a ella de manera sigilosa.
—Because i dropped your hand while dancing. Left you out there standing, crestfallen on the landing... champagne problems. Your mo... —Ella estaba cantando cuando me detuve detrás de su espalda. Pensé en tocar su hombro, pero me decidí por soplar sobre los cabellos de su nuca, ella se encogió en su lugar, quitando uno de sus audífonos y volteando a verme —Ah Jungkook... —Refunfuñó.
—Déjame adivinar, ¿Taylor Swift? —Adiviné, inclinándome un poco en su dirección —Estoy seguro que tengo razón.
Aclaró su garganta, dando un paso lejos de mí.
—Se llama Champagne Problems, deberías escucharla.
—Vale, lo haré —Acepté y ella me miró con las cejas alzadas, como si lo que acababa de decir fuera imposible —No me mires así.
—¿Qué te pasa hoy?
—Te respeto mucho más que antes —Contesté, con simpleza, no queriendo dar más detalles.
—Ja, respeto... ¿qué es lo que quieres? —Me acusó de una, mi expresión fue de indignación —No, no. No me mires así, tú, yo y todo el mundo sabemos que quieres algo.
—¡No es cierto! —El tono de mi voz se volvió aguda —Solo... solo te respeto más.
No era mentira, sentía que le debía más respeto del que le había tenido en toda mi vida. Verla aquel día, me pareció la persona más valiente que había apreciado en casi toda mi vida, yo aspiraba a ser de esa misma forma.
—¿Y se puede saber por qué de repente me respetas más?
—No, no puedes.
Rodó los ojos y agradecí que no insistiera más porque no pensaba decirle nada.
—¿Puedo escuchar? —Señalé los aparatos en sus oídos.
—Si eso quieres —Se comenzó a quitar sus audífonos, pero antes de que terminara de hacerlo, me acerqué a ella para tomar uno de ellos y llevarlo a mi oreja.
La música sonó y presté atención a la letra, estaba pensando en que debía agregarla a mi playlist personal, cuando un aroma desconocido se coló en mi olfato, mi atención se desvió al olor, era delicado y suave. Fue como cuando te acarician una mejilla, delicado y apenas perceptible, me gustaban ese tipo de aromas, eran relajantes.
Miré a Anderson y me llevé la sorpresa de que sus mejillas estuvieran de un tono rosa.
—¿Tanto te afecta que me acerque a ti, ya sé que soy muy lindo, pero...
—¿Q-qué estás diciendo? —Murmuró.
—Tus mejillas están rojas, bichito —Señalé lo mencionado, sonriendo.
De pronto, sus ojos se abrieron de par en par y con una velocidad impresionante, cubrió sus mejillas con sus manos.
—¡Claro que no...! —Se angustió, muy avergonzada, más.
—¿Estás diciendo que soy mentiroso? —La molesté más.
—¡Pues claro, hasta puedo a-asegurar que necesitas lentes! —Dio golpecitos en mi pecho, con su dedo índice, yo para ese punto no podía dejar de reír.
Los golpecitos comenzaron a dejarme una molestia en el pecho, por eso tomé su mano entre la mía, para que dejara de hacerlo, tan solo rozarla, me hizo dejar de reír. La describí como suave, pero había otra cosa, observé su mano entre la mía, era...
Salí de mis pensamientos cuando ella intentó alejar su mano de la mía, volví a mirarla a ella.
—Ah... olvidé que iba al baño —Quitó su mano de mi agarre y salió corriendo, rumbo al baño.
—¡Oh Anderson, dejaste tu...! ¡tu mochila! —Le grité, pero no dio tiempo a que me escuchara.
Me agaché a recogerla del suelo y a la hora de levantarla, algunos papeles se salieron del interior, la maldije por siempre llevarla medio abierta. Tomé los papeles y los comencé a meter, había una hoja roja, llamó mi atención y la desdoblé, había algo escrito ahí.
Escribía para alguien, para un chico. Describía cosas del tipo, era como una carta.
Me sorprendió eso, no seguí leyendo por respeto a ella, pero con lo que había alcanzado a ver, pude ser consciente de que ella estaba enamorada de alguien. Se sintió raro saber eso, aunque ahora que lo pensaba, no era la primera vez que escuchaba algo como eso. Celestine había hablado de eso una vez, en realidad había dado a entender algo así, pensé que solo jugaba, me había equivocado, no supe como tomar esto.
Cerré bien la mochila y me la colgué en mi otro hombro, tenía que dirigirme a mi primera clase.
Esa niña tonta estaba enamorada de alguien, me causó gracia como lo demás seguían amando, mientras yo solo me sentía aterrado de volver a sentir eso.
★彡[ᴀʟʏɴ.
—Qué bonito —Concluyó ella, después de terminar de leer mi cartita bonita —Pero deberías tener cuidado, cualquiera podría encontrar esto, sabes que, en el grado noveno, una chica escribió una carta para un chico, revisaron su mochila, encontrando la carta y la compartieron con todos y ahora la pobre no asiste a la escuela desde hace dos días —Contó. Sentí escalofríos.
—P-pero yo no escribo para quién es —Lo pensé mejor —Aunque encontré la hoja dentro de otra libreta, juro que la había metido a otra, quizás lo imaginé...
—Esperemos que lo hayas imaginado, si no, estamos acabadas... —Expresó, con dramatismo.
—En todo caso, la acabada sería yo —Rodé los ojos.
—¿Por qué estarías acabada, bichito? —Apreció Jungkook, de la nada, como siempre y como cada vez que podía.
—¿No sabes avisar cuando llegas? —Mi amiga se puso a la defensiva al instante.
—No me interesa eso —Tomó asiento a mis espaldas —¿De qué hablaban, es algo que no quieren que los demás se enteren o, no quieren que yo me entere? —Miró a mi amiga y después a mí, con intensidad, me sentí señalada, como si estuviera viendo a través de mí, como si supiera de lo que estábamos hablando —Que intriga... —Alzó ambas cejas, curioso.
—Solo son cosas de chicas —Le expliqué, tratando de que mi voz sonara decidida. Él frunció sus cejas, yo seguía sintiendo que su mirada era muy intensa —¿Desde cuándo eres tan chismoso?
Descansó su espalda en la silla y me observó, sonriente, su sonrisa era extraña.
—Desde hoy lo soy... —Yo bufe —¡Vamos, Anderson! ¡Puedes confiar en mí! —Se quejó. Había reproche en el tono de su voz.
Podía confiar en ciertas cosas, pero no en todo, mucho menos en esto, ni loca le decía sobre mi carta, que, aunque no tenía para quién era, igual no me atrevía a mostrársela.
¿Qué iba a decirle? ¿Que había escrito una carta simple sobre un chico que me gustaba y que, casualmente, era él? Por dios, no, nunca.
—Entonces, ¿cuál es tu secreto, Anderson?
Mis ojos se desviaron a los de mi amiga, quien me miraba tensa, intenté pedirle ayuda con la mirada, pero ambas estábamos encerradas.
Tenía que pensar en algo rápido y que fuera creíble y que fuera suficiente para la mente curiosa de Jungkook.
Volví mi vista a él, que seguía viéndome con insistencia.
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Era probable que había estado soñando despierta.
Estoy cien por ciento segura de que estaba dentro de un sueño, o una ilusión o una alucinación, no importaba que era porque él se veía como un sueño, tenía una luz preciosa con él. No puedo evitar escudriñar y contemplar cada uno de sus movimientos, estoy adormecida y estoy segura de que no es por el golpe que me di de camino a la cocina, todo por irlo viendo.
Adoro la manera en la que sus pestañas rozan la piel debajo de sus preciosos e impresionantes ojos.
Es tan hermoso...
—¡Anderson! —Escucho que grita, es cuando lo miro, sorprendida —¿Piensas ayudarme o no?
—¿Ayudarte con qué? —Cuestioné, perdida aun en el universo.
—Dios, solo ayúdame a llevar las palomitas, ¿quieres? —Me entregó el traste que estaba lleno de esas delicias. Sonreí y volví a la sala, con el traste en las manos.
Estábamos en mi casa, era viernes por la tarde, íbamos a ver una película junto a Celestine, papá, Jungkook y yo. Papá había invitado a Jungkook a ver películas, después de verlo en la escuela cuando me recogió, el joven sorpresivamente aceptó y ahora estábamos aquí, yo no podía estar más contenta.
Volví a la cocina, Jungkook esperaba que las otras palomitas estuvieran listas, estaba a una distancia prudente del microondas, no había querido aceptarlo, pero le daban cierto miedo esos aparatos, pero fingía que no.
Me coloqué a su lado, a una distancia que mi corazón pudiera soportar.
—Le agrado a tu papá —Dijo, de repente.
—No te confíes, puede cambiar de opinión en cualquier momento —Me volteó a ver para regalarme una de sus sonrisillas ladeadas —¿Cómo van tus citas?
Dejó de mirarme para mirar las palomitas dentro del microondas, se escuchaban explotar, una por una. Imaginé que así estaba mi corazón siempre que él estaba cerca.
—Van bien. Se puede decir que estoy yendo a mi paso, eso está bien, al parecer.
—Eso está bien —Le sonreí cuando me miró.
No dijo nada, yo tampoco, me pareció que era momento de alejar mi mirada de la suya, pero, como siempre, sus ojos me atraparon, me eclipsaron en ese momento. Fue como estar dentro de una batalla de miradas porque él tampoco alejaba la mirada de la mía, por un momento pensé que tenía algo en la cara, quizás era por otra razón, tampoco parecía poder alejar la mirada o puede que solo yo estuviera alucinando, de nuevo.
Me sorprendió el hecho de darme cuenta que estábamos más cerca de lo que imaginaba, tampoco fui capaz de alejarme, mis pies estaban eternamente pegados al suelo. Sus oscuros y redondos ojos me miraban de una forma que me provocaba miles de sensaciones, sentía que podría perder la cordura en cualquier momento, tanto que incluso sentí que era capaz de besarlo.
Pensar e imaginar en un beso con él, pensar en tocar sus labios con los míos, por dios, me hizo avergonzar, mis mejillas debieron colorearse porque una sonrisa apareció en su rostro. En sus labios.
—Mira eso... —Comenzó a burlarse.
—¿¡Por qué demonios tardan tanto!? —En ese momento, Jungkook dio dos pasos hacia atrás en el momento en el que entró Cele a la cocina —¿Qué hacían? —Colocó sus brazos en jarra y entrecerró los ojos, escudriñándonos.
—Esperando a que estén las palomitas, ¿qué más? —Contestó él, mirándola como si fuera retrasada.
—Bueno, pero no tienes que estar tan cerca de ella para molestarla, eeh... —Señaló ella, mientras caminaba a nosotros para alejar de un plomazo a Jungkook y sacar las palomitas del microondas —Estoy harta de eso.
Salió de la cocina. El chico me miró y después siguió los pasos de mi amiga.
Antes de irme de la cocina, tuve que prepararme mentalmente para lo que sea que vendría esta noche.
En la sala, encontré a todos tratando de decidir dónde era mejor sentarse. Yo, decidida a sentarme un poco alejado del chico, caminé al sofá individual, pero mi amado y dulce padre se lanzó ahí, como si el piso fuera lava y ese sofá fuera la única salvación a su segura muerte.
Lo observé con molestia e indignación, me sonrió con inocencia. No quise pelear, había otro asiento de esos, todo se fue por la borda cuando mi amiga se sentó en ese otro.
Asombroso, fue lo primero que pensé cuando me di cuenta que tendría que sentarme a lado de Jungkook, no es que fuera la peor cosa del mundo, pero, era la persona que me gustaba y a veces, en ocasiones mi cuerpo y expresiones no eran capaces de mantenerse serenas, podían delatarme y hacerme avergonzar y a Jungkook se le había hecho costumbre burlarse de eso.
Con toda la pena y nervios del mundo, me senté a su lado, llamando su atención al instante.
Evité mirarlo, me sentía nerviosa de percibir su perfume a mi alrededor.
—Voy a darle play... —Anunció mi papá antes de que iniciara la película.
La Razón De Estar Contigo, es como se llamaba la película, me parece que del dos mil diecisiete.
Cubro mis piernas con mi cobija de cerditos y me recuesto con más comodidad y seguridad en el sofá, de reojo, le echo una mirada a mi acompañante, lo veo concentrado en las imágenes que apenas van apareciendo en la TV.
Hay un niño caminando con su madre, y notan que hay un perrito dentro de una camioneta, hace mucho calor y el pobre apenas respira bien. Rompen el cristal para sacarlo de ahí, lo ayudan a tomar aire para que se recupere, el cachorro...
Mi cuerpo vuelve a ponerse tenso cuando, al momento de estirarme para agarrar otro puño de palomitas, mi mano termina tomando uno de los largos y delgados dedos de Jungkook. Lo observo al instante, como si estuviera a punto de vomitar, sus ojos se conectan con los míos y puedo ver el reflejo de la luz en sus ojos, siento que estoy por desechar las palomitas que he comido, justo, justo en su regazo.
Su mano es supremamente suave y cálida, como si fuera un horno, es muchísimo más grande que la mía, son gentiles y no paro de pensar en lo perfectas que son.
Y estoy segura que el mundo se detiene, quizás ha aparecido un hoyo en la tierra y se está, lentamente, tragando todo a su paso y nosotros dos, nos quedamos eclipsados en este momento, cuando siento cómo su mano aprieta con suavidad la mía.
—¡Se van a quedar con el perrito! —Ambos damos un salto al momento en el que mi amiga grita y retumba por todo el lugar. Solté la mano de Jungkook como si nos estuvieran acusando de estar haciendo algo malo. Aclaro mi garganta, volteando a ver a mi amiga.
—Era obvio —Agrega mi papá, orgulloso de haber previsto eso. Trato de sonreírle cuando mi progenitor voltea a verme, me alerto enseguida cuando él frunce su ceño, a la par de que sus ojos van al chico a mi costado, como si supiera que algo había pasado.
Parece dejar de lado mi expresión y vuelve su atención a la película. Yo, disimuladamente, volteó a ver a Jungkook, lo veo atento a la escena, como si nada hubiera pasado, para él es así, probablemente su corazón no se saltó corazonadas, el mundo no se detuvo para él.
En la película, el niño crece, muestran como conoce a una chica. Supongo que ambos se enamoran, es claro cuando esas escenas cursis comienzan a hacer acto de presencia, siento que el ambiente se pone incómodo de repente, es posible que yo sea la única que se sienta así.
—¿Es posible que muestren cuando tengan sexo? —Cuestiona de repente Cele, lo hace cuando ambos jóvenes se están besando. Yo me ahogo con mis palomitas, Jungkook se ríe, rascando su nuca y papá suelta un jadeo lleno de frustración debido a la pregunta.
Cubro mi rostro con ambas manos, intentando ocultar el enorme sonrojo que debo tener, Jungkook se burla de mi condición.
Le lanzo una mala mirada, entre medio de mis dedos, un gruñido gutural escapa de mi garganta, estoy maldiciendo a mi amiga dentro de mi mente.
—Perdona las cosas vergonzosas que tuviste que escuchar de Cele durante toda la película, a veces es muy impertinente —Le digo, mientras ambos salimos de mi casa. Cierro la puerta a mis espaldas.
Ambos caminamos hasta quedar en la orilla de la vereda a un lado del carro de mi papá. Jungkook recuesta su espalda sobre el vehículo y me observa con esa sonrisa pícara.
—Eres la única que se avergüenza de esas cosas —Cruza sus brazos sobre su pecho, sigue mirándome.
Decido ignorar eso, si le hago más caso, es probable que no deje de molestar con eso hasta la otra semana.
—Ya quiero que haga frío... —Comento, antes de que su mirada me ponga más nerviosa.
—Ya no demoran tanto en aparecer, no es tan malo el calor —Dice, cerrando los ojos y aspirando el aroma de la noche —Es molesto, pero tiene lo suyo.
—Sigo prefiriendo el frío —Me encogí de hombros y él se río.
Abrió los ojos de pronto y bajó la mirada para clavarla en mi persona.
—Por cierto, sigo esperando a que me hables, ya enserio, de tu secreto.
Lo odio...
—Es cosa de chicas —Me quejé —No voy a contarte, así que quítate eso de la cabeza.
Bufó.
Nos quedamos en silencio unos cuantos segundos, disfrutando del silencio de la noche que hoy es estrellada, no hay nubes que cubran las estrellas. A veces salía a observar los árboles durante la noche, o a escuchar los sonidos de la noche, siempre era relajante y bello de apreciar, sin embargo, jamás pensé que era aún mejor estando a lado de alguien, aunque podría ser que era de esa forma porque no solo era cualquier persona, si no que se trataba de él.
Lo sentí moverse así que devolví mi mirada a él. Se colocó delante de mí, mirándome a los ojos.
Y como siempre y normalmente me pasaba, comencé a imaginar escenas románticas de películas que alguna vez vi, escenas en donde los protagonistas se daban un beso fuera de la casa de la chica, en una noche como la de ahora, eso me hizo quedar como piedra frente a sus ojos.
Y es que verlo ahí de pie, frente a mí, con ese fondo iluminado haciendo contraste con sus ojos chispeantes y preciosos, me hacía sentir en una suave y mágica nube.
—Anderson, yo quería... —Empezó diciendo, viéndose tiernamente incómodo, pasando su mano por su nuca y después por su frente, sin embargo, la presencia de mi padre saliendo de casa, hizo que yo ya no pudiera saber qué era eso que quería decir.
Jungkook dio un paso lejos de mí, mientras volteaba a ver a mi papá, colocándose recto en su lugar.
—¿Ya estas listo, chico? te llevaré a casa —Le hizo saber el mayor cuando estuvo a nuestro costado. Papá me miró un segundo y después volvió su atención al más alto, quien asintió con la cabeza —Genial, entonces vámonos. Tus papás ya deben de haber llegado a tu casa.
—Yo... nos vemos el lunes, Anderson —Se despidió, abrió la puerta del copiloto, cuando cerró la puerta, papá arrancó y ambos desaparecieron.
★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.
—Entonces, tuviste una cita con la adorable de Alyn Anderson... —Allí estaba de nuevo con su comentario.
—Ya te dije como mil veces que no fue una jodida cita. Estaban su padre y su mejor amiga, no fue nada íntimo —Aclaré de nuevo, frunciendo el ceño. Agregué, irritado —No entiendo por qué sigues diciendo esas tonterías.
—¿Por qué tendría que ser una tontería?
—Nam, es Anderson... —Dije, como si fuera obvio.
—¿Y eso qué, no sigue siendo una chica, una de la cual también te puedes enamorar?
—No, bro. Ya estuve ahí y sigo recuperándome de eso, no tengo intenciones de volver a pasar por esa mierda turbia, el amor para mí es algo... —Me quedé mirando un punto fijo, tratando de hallar las palabras correctas —Ya no es algo que quiera para mí. Para ilusos como yo, el amor solo es un arma de doble filo.
—Kook, eres extremadamente joven como para pensar así. No todas las chicas son como Ji Eun, no todas tienen malas intenciones. El amor es... —Me explicó, como si estuviera explicando un jodido problema matemático, seguramente el amor era peor que esa materia, peor que ecuaciones, peor que algebra o una mierda sí.
No quiero que me expliquen sobre amor, he tenido suficiente de eso.
—¡Nam, es pura mierda, el amor es pura mierda! solo es un sentimiento que le da a la otra persona el poder de herirte —Alcé la voz, el tema me superaba en ocasiones —El amor es cruel, es asesino, es injusto y egoísta. Eso es todo lo que yo sé, Namjoon, y casi muero intentando que fuera mejor, no pienso arriesgarme a hacerlo de nuevo y no salir vivo esta vez. Se acabó, Nam, el amor se acabó para mí. No más.
Escuché un fuerte suspiro de parte de él, llevé una de mis manos a mis cabellos para llevarlos hacia atrás al darme cuenta que me había exaltado.
—Nam...
—No tienes una idea de cuánto lamento el día en el cual la conociste, en verdad lamento que hayas tenido que pasar por ese camino difícil del maltrato porque ahora te dejó pensando que el amor es solo injusticia, crueldad y egoísmo. No tienes idea de cómo me duele verte tan roto, teniendo que asistir a terapias, sabiendo que es una tortura para ti ir a la escuela, salir de casa. Maldigo el día en el que ella se acercó a ti, maldito el momento en el que te la presenté, perdóname por permitírselo —Su voz se escuchaba ahogada, débil, mis ojos picaron por derramar lágrimas —Pero, un día, te prometo que llegará alguien que te demuestre lo contrario que te enseñó ella, te darás cuenta que puede que el amor es distinto a cómo lo ves ahora, cuando permitas que vuelvan a entrar en tu corazón, cuando te permitas amar de nuevo, esa persona va a demostrarte lo que en verdad es el amor, que el amor es mucho más de lo que ahora sabes y te darás cuenta que esa persona es la correcta, es posible que el amor sea mucho más de lo que sentimos. Sé que un día vas a encontrar a alguien especial y vas a darte cuenta que todo este tiempo, jamás estuviste enamorado antes.
No tenía idea qué decir, me había sellado la boca de una manera tan limpia y asombrosa que agradecí que cortara la llamada antes de que yo tuviera que responder. Sabía que Nam cargaba con cierta culpa debido a que gracias a él fue que conocí a Eun, pero se equivocaba, nada de esto es su culpa, sí, la conocí gracias a él, pero Namjoon no me había hecho enamorarme, o confiar plenamente en alguien.
"Sé que un día vas a encontrar a alguien especial y vas a darte cuenta que todo este tiempo, jamás estuviste enamorado antes."
¿Yo, en verdad, no sabía lo que era sentirse enamorado? ¿Alguna vez llegué a sentirlo? Estaba cien por ciento seguro que me gustaba Eun, que me atraía, que la quería... ¿amor, en verdad había sentido amor por ella? Nam era sabio, era inteligente y siempre atinaba en muchas cosas que decía, pero sentía que esta vez se estaba equivocando, yo sentía que yo ya no tenía posibilidades de amar una vez más, era como si en el fondo de mí se hubieran cerrado puertas que antes de Eun estaban abiertas. No quería que se abrieran de nuevo.
En el mismo instante que dejé mi celular en la cama, mamá entraba a mi habitación con una cesta en sus manos.
—Vengo por tu ropa sucia, cielo —Avisa ella, mientras colocaba el cesto en la orilla de mi cama, yo asentí y rápidamente fui por mi propio cesto de ropa sucia, estaba hasta la mitad.
—Gracias, omma. Te prometo que a la siguiente lo haré yo mismo... —Le agradecí cuando ella ya se encontraba saliendo de mi habitación, regresó a verme para dedicarme una sonrisa que calentó mi alma. Le devolví el gesto, y finalmente cerró la puerta.
Las palabras de Nam volvieron a taladrar mi mente, mi tranquilidad mental. No quería pensar en amor ahora mismo, no quería pensar en eso, tenía claro algo, era lo más claro que tenía hasta ahora dentro de mí y era que debía concentrarme en recuperarme y aceptar y entender la realidad en la que hoy en día tengo que vivir, no tenía de otra, tenía que encontrar quién era yo en verdad, si quería ser alguien bueno o, seguir como hasta ahora...
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★彡[ᴀʟʏɴ.
Lunes por la mañana. Yo bajaba del autobús siendo una de las pocas personas que se dirigen a la puerta trasera. A unos pasos de mí, más adelante, va Jungkook, me sorprendió verlo esta mañana entrar por el pasillo "sombra".
El sol ya estaba presente desde que eran las siete con treinta de la mañana o quizás un poco menos, según la aplicación del clima en mi celular, el día de hoy sería una soleada y bella tarde.
Dejé de pensar en el clima para concentrarme en mi primer periodo de clase, matemáticas necesitaba una profunda atención y paciencia. De igual forma, no desaproveché la oportunidad de contemplar al hermoso ser, al hermoso chico que iba delante de mí.
—¿¡Qué haces, acosadora!? —Posaron sus manos sobre mis hombros, haciendo que yo saltase de una manera poco civilizada, debido al asombroso susto que me habían dado, era Cele.
—¿Qué te sucede? ¡casi me sacas el corazón del cuerpo, por dios! —Golpeé su hombro cuando me di la vuelta para mirarla.
—Perdóname, te vi tan concentrada que no pude evitarlo —Habló, arrepentida, sobándose el hombro. Rodeé los ojos y observé al frente, tratando de encontrar al chico, ya no estaba —No importa, vamos.
Enrolló su brazo con el mío, de esa manera caminamos juntas a nuestra primera clase.
En este primer semestre compartíamos todas las clases, habíamos tenido mucha suerte, incluso compartíamos lunch.
La primera clase, como siempre, matemáticas. Según Celestine, era la peor clase que podía existir en el mundo, irónicamente se llevaba bien con el maestro.
Me senté en mi lugar, mi amiga ocupó su lugar a mi lado, Jungkook estaba detrás de mí, concentrado en lo que sea que veía en su celular. Su mirada se alzó del artefacto, topándose con la mía sobre él, me obligué a mantener mi mirada porque sería raro que yo de pronto dejara de observarlo.
Una minúscula y tenebrosa sonrisa apareció en sus rosados y lindos labios
Bien, era buen momento para dejar de ver su boca.
—¡Ya estás aquí! —Me sonó a que estaba esperándome —¿Apenas llegaste?
—Sí.
—Verdad... —Rodé los ojos y me di la vuelta.
A veces era molesto.
—Bichito... —Me llamó, en un susurro. Preferí ignorarlo, pero era Jeon Jungkook, era obvio que no iba a quedarse quieto. Sentí que se movió hasta tomar un mechón de mi cabello para jalarlo, no lo suficientemente duro como para que doliera, pero lo suficiente como para que lo sintiera. Me volteé, furiosa, causando una pequeña risa en él —Yo quería pre...
—¡Tomen asiento! Vamos a empezar con la clase —Dijo el maestro, mientras caminaba a la TV de la clase.
Devolví mi mirada a Jungkook, sus ojitos se movieron ágilmente sobre los míos, tuve que cortar el contacto visual ya que el mayor ya estaba hablando de nuevo.
Sea lo que fuera a decirme, podía esperar, ¿no?
7u7
¿Comienzan a darse una idea de qué fue lo que pasó con Eun y Jungkook? prácticamente vimos algo que nos da tremenda información, solo nos falta saber qué pasó después y cómo, incluso por qué.
Hay más convivencia, más y más. Ya hasta se queda a ver películas en casa de ella, ¿vieron que ya no solo con Alyn? hasta con el señor Cedric JAJAJJAJAJAJ tremendo.
Y, lo mas impresionante, y no se si decir importante, Jungkook se ha enterado y confirmado que Alyn esta enamorada de alguna persona desconocida... *revienta* ¿Qué piensan de su reacción, muy pobre, muy normal, fingida? y sí, Jungkook si puso atención a aquella cosa que dijo Celestine, a Jk no se le pasa nada.
¿Qué piensan de las palabras que le dijo Nam a Kook, creen que tenga razón o se este equivocando? ¿Ustedes qué piensan de las cosas que dijo Jk, lo que él piensa del amor? Para ustedes, de manera personal, ¿Qué creen que sea el amor? recuerden que la respuesta puede variar dependiendo cada persona y sus vivencias y experiencias.
Y, para terminar, ¿Qué creen que es eso que Jungkook le quería pedir a Alyn? ¿sugerencias, teorías, opiniones?
Como siempre, gracias por leer, comentar y votar. Para aquellos que votan, pero no comentan, que sepan que los ando vigilando, no sean tímidas o tímidos, no mordemos, aunque sea pónganme un hola.
¿Cuantas personas leen estas notas que dejo al final? favor de dejar aquí un puntito o una señal para saberlo.
Se les quiere mucho. Por favor, denme fuerza, pasé todo este mes (mi último mes de vacaciones) corrigiendo y revisando mas de 40 capítulos, tengo ojeras, no he podido leer mi nuevo libro JAJAJJAJA ni nada más, tampoco he podido dibujar mucho, y pues ya ando dando las últimas, me costo mucho corregir estos dos capítulos y subirlos, cómo que me estoy cansado y hartando, así que decidí que el maratón sea de siete caps, los que sobren, los dejaré para cuando entre a clases de nuevo.
Nos leemos pronto.
Maratón 04/07
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