Capítulo 15


















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—Y este año será en parejas... —Culminó una de las consejeras —Y será de esta forma debido que el año anterior fue un desastre hacerlo en equipos grandes, sus maestros les dirán quienes son sus parejas.

No dijo nada mas y se retiró de la clase después de compartir un par de palabras con el maestro.

El Pep Rally se acercaba y era algo por lo que la mayoría de la escuela se emocionaba, para mí era algo divertido, no por el equipo de fútbol de la escuela, si no por las actividades que se hacían.

Todos estaban murmurando sobre las parejas en los juegos, yo estaba sobre mi mesa, con el codo apoyado en el mismo, sosteniendo el peso de mi cabeza, tenía sueño, sentía que en cualquier momento caería dormida sobre mi pupitre.


Sentí un golpe brusco bajo la silla en donde estaba sentada, me incorporé de golpe.

Me di la vuelta y esa sonrisa desdeñosa fue lo primero que vi, aquellos grandes, redondos y oscuros ojos brillantes me reflejaron. Intenté controlar el zoológico que había despertado en mi estómago con solo verlo.

¿Acaso era aun mas hermoso en las mañanas?

Su cicatriz tenía mejor aspecto que al inicio, se veía hidratada y sana, lo hacía verse intimidante, como un chico rudo problemático. Lo vi alzar ambas cejas un segundo, realizó un gesto con la boca que me hizo querer caer desmayada al suelo, me contuve.


—¿Qué? —Los nervios me habían ganado.

—Estabas durmiéndote, bicho... bichito —Sonrió con suficiencia cuando mencionó lo ultimo —¿No dormiste anoche?

—Estas socializando conmigo... —Le dije, él frunció su ceño —en público.

—No te preocupes, puedo molestarte en diferentes formas —Se encogió de hombros, colocó sus codos sobre la mesa y descansó su mentón en sus manos, quedando mas cerca —Puedo ser creativo —Susurró.

Sentí un escalofrió recorrerme la espina dorsal, no supe que decir, mi cerebro había sufrido un corto circuito debido a su cercanía.

—N-no tiene sentido. Es estúpido...

—No voy a perder el tiempo tratando de explicarte —Me guiñó un ojo y recostó su espalda a la silla, mirándome detenidamente, con una sonrisa ladeada.

—Detente. Deja de mirarme así, pareces un pervertido...—Me quejé y me di la vuelta.

Pensé que me dejaría en paz, así podría dejar que mi corazón volviera a latir con normalidad, pero era Jeon Jungkook, él nunca tenía suficiente con molestarme con un solo segundo

—Eres un bichito sinsañoso —Lo sentí acercarse bruscamente a mí, murmuró en mi nuca, sopló allí mismo.

Mi corazón volvió a acelerarse debido a eso, me di la vuelta, dispuesta a ponerlo en su lugar, pero no contaba con que seguiría ahí mismo. Había sentido cómo su nariz rozaba mi mejilla, me sorprendí al instante, tuve que alejarme para poder respirar, parecía como si él se llevara todo mi oxígeno.

—Estas raro hoy... —Fue lo que me salió decir, aun seguía aturdida.

—Claro que no, solo me emociona los juegos del Pep Rally... —Se había acercado otro poco para poder susurrarme eso.

—Pues demuestra tu emoción a alguien mas —Lo miré, incómoda.

No dijo nada, solo volvió a recostar su espalda a la silla.

—Creo que necesitas más de esos sobrecitos de té —Se burló de mí.

Estaba por insultarlo, pero el maestro habló.

—Escuchen, para las parejas del los juegos del Pep Rally, nosotros lo haremos en orden de lista, eso quiere decir que la persona que se sienta detrás de ustedes, será con quienes trabajen... —Terminó de decir y yo quise lanzarme de un lugar muy, muy alto.

—¿Qué te parece, bichito? Este año tendremos que trabajar juntos —Se siguió burlando, con una sonrisa gigante en el rostro.

Oh, él estaba disfrutando todo esto, sabía que iba a poder molestarme a cada rato.

Me di la vuelta porque mi rostro se estaba poniendo tibio.














Caminaba detrás de él, arrastrando los pies, el cansancio estaba apoderándose de mi cuerpo de nuevo. Estaba cansada...

—¿Puedes caminar mas rápido? —Se detuvo para darse la vuelta y mirarme, a unos pasos detrás de él. Estaba incómodo.

—Te advertí que si ibas a estar incómodo, era mejor que fueras tú mismo a apuntarnos, es tu culpa... —Le recriminé, ya molesta.

—Está bien, está bien. Es mi culpa... —Me dio la razón al instante, mientras esperaba a que llegara a él —¿Por qué estas tan molesta? No dormiste bien anoche, ¿verdad?

—No. —Dije.

—¿Por qué?

No quería decirle que había tenido múltiples pesadillas sobre el accidente que tuvimos hace años, en donde murió mamá, no quería decirle eso, él no sabía sobre la muerte de mamá, técnicamente nadie, no es algo que contara todo el tiempo. Sólo Cele y Troy lo sabían, prefería que lo supieran la menor cantidad de personas.

—Por nada... —Agarré el lóbulo de mi oreja.

—Mientes —Me señaló.

—No es verdad.

—Lo es —Respondió, seguro.

—Que no.

—Sí... —Se encogió de hombros, con una sonrisa burlesca.

—¡Que no estoy mintiendo, Jungkook!

—¡Lo haces! —Imitó el tono de mi voz.

—¡Que no! —Me quejé, ya hastiada.

—¡Que si!

—Mientes ¿Sabes por qué? Porque cada vez que lo haces, te agarras la oreja —Tocó esa parte de mi cuerpo con uno de sus dedos delgados y blancos.

—¿Qué? —Mi cara debía ser un chiste.

—Aja, dime... —Exigió.

Suspiré rendida y miré mis pies para evitar sus ojos.

—E-es algo personal... —Lo observé, arrugando la nariz, él pareció entenderlo.

—Bueno, vamos... —Abrió la puerta de la oficina principal de la escuela.

El maestro nos había dicho que las parejas debían ir, durante el transcurso del día, a la oficina principal para poder entregar la carta firmada por los padres para autorizar la participación de los alumnos en los juegos, no había puesto mucha atención porque cada tanto cabeceaba debido al sueño que tenía, Jungkook había estado pateando mi silla para despertarme, agradecía eso porque no quería quedarme dormida en medio de la clase.

El de ojos rasgados tuvo que escribir el mismo su nombre porque la señora de la oficina no lograba escribirlo correctamente, cuando terminó de hacerlo él, me miró con insistencia, esperando que le dijera mi nombre completo, supongo.


—Alyn Anderson Pierce... —Dije. Lo vi quedarse un segundo en silencio y después escribir mi nombre en la lista.

—¡Jk! —Un muchacho apareció por la entrada, gritando el nombre de mi compañero, no siguió gritando porque lo mandaron a callar. Me di cuenta de cómo la espalda de Jungkook se tensaba —¡Con quién te vino a tocar jugar en los juegos del Pep Rally! Siento pena por ti...

—Joven... —La mayor frente a nosotros lo miró con advertencia.

Jeon se dio vuelta, soltando el lapicero con brusquedad sobre la mesa, contempló al otro chico e hizo una mueca, parecía ser una sonrisa forzada, después salió de la oficina, me despedí con rapidez y fui detrás de él.

—¿Estas bien? —Lo seguía, mientras él caminaba delante de mí, sin mirarme ni detenerse.

—¡Joder! —Murmuró, enojado, pero lo escuché, me detuve a medio pasillo —Lo estoy, luego nos vemos Anderson.

Lo vi irse por el pasillo, sin mirar atrás.

Allí estaba una maldita vez más, yo tratando de acercarme y derribar la barrera, y después venía alguien más y hacía que él volviera a dar pasos atrás. Era como si estuvieran diciéndome que estábamos destinados a nunca poder acercarnos del todo, que ese chico jamás podría tomar mi mano entre la suya y mostrarla ante todos, que ese chico nunca podría ser capaz de amarme, nunca sería capaz de amar al monstruo de su reino...

Yo era el monstruo espantoso y tonto.

No era sumamente inteligente, no tenía un cuerpo envidiable, no tenía bonitos ojos de un color precioso. Yo era torpe e insegura, no habían muchas cosas en las que fuera talentosa, creo que ni siquiera había algo en lo que destacara, nadie era capaz de notarme, de darse cuenta que siempre había estado aquí.

¿Qué podría ofrecerle? ¿Qué podría mostrarle de mí?

Limpié mis lágrimas, lágrimas que no me había dado cuenta que tenía, y me fui por el lado contrario por donde él se había ido, como siempre debía e iba a ser. Puede que cada quien debía seguir caminos separados.

Quizás...








★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.





Contar del diez al número uno a veces me funcionaba para relajarme, me habían dicho que ayudaba, no lo hacía mucho ahora. No quería ponerme... raro en medio del pasillo de la escuela.

—Bro... —Namjoon pasó su brazo por encima de mis hombros y caminó conmigo —¿Estas bien, qué pasó?

—¡No pasó nada! —Dije, entre dientes. Iba en el número seis.

—Oye... es claro que pasó algo —Nos hizo detenernos y me observó, con preocupación —¿Qué sucedió?

Lo miré, sentía mi pecho subir y bajar con furia.

—Es... todo es mi culpa —Llevé las manos a mis cabellos —Es mi jodida culpa.

—¿De qué eres culpable, Jungkook?

—Anderson. Es cosa mía que digan ese tipo de... comentarios cuando estoy con ella. Creen que la estoy molestando, ella no está bien con eso, me carcome por dentro —Susurré, con enojo.

—Espera un segundo. ¿Te preocupa que ella esté mal por todo eso? —Parecía sorprendido, intenté decir algo, pero siguió hablando —¿Desde cuándo te importa tanto, ah?

Mordí el interior de mi labio.

—Joder, no es lo que piensas, Nam —Me apresuré en aclarar cuando lo vi hacer una de sus sonrisillas traviesas.

—¿Entonces qué es? —Alzó una de sus cejas, su tono fue como si cualquier cosa que yo fuera a decir, no fuera realmente lo que él creía saber.

—¡Es mi amiga ahora, maldita sea! —Alcé la voz, arrepintiéndome al instante —Estoy intentando ser amigos, tener esa cercanía que quise desde el inicio, pero no puedo, es complicado. Me aterra que me señalen como a ella, que me vean como a ella, es jodidamente molesto ver cuando le dicen ese tipo de cosas, ¡es jodido! Y no hago nada para evitarlo —Cerré los ojos, desordenando mi cabello —No puedo pasar esa línea...

Nam no dijo nada por un par de segundos, segundos en donde yo pasé recriminándome todo lo que debía recriminarme.

—¿No puedes... o no quieres? —Fue lo que preguntó.

¿No podía o no quería? ¿Cómo podía saberlo? ¿Cómo saberlo cuando todo está tan enredado dentro de mi cabeza? ¿Qué tan delgada es la línea entre querer y no poder?

—No lo sé...

—¿Alyn te gusta, ella te atrae? —Cuando cuestionó eso, no pude no mirarlo al instante.

¿Qué...?

—¿Qué?

—¿Te gusta Alyn?

—Claro que no —Respondí al instante. Esa era la verdad, Anderson no me gustaba, en el pasado puede que haya sentido un leve grado de atracción hacia ella debido al trato distinto que me daba, pero gustar era otra cosa. Anderson no podía gustarme, era así de simple.

—Si tú dices. Pero lo que puedo decirte es que estas cometiendo un error, estas lastimando a alguien de nuevo y tengo que recordarte que, justo es la misma persona a la que heriste por tanto tiempo. Entiendo que es complicado para ti, es parte de recuperarte, pero no te estas arriesgando, tienes que arriesgarte así como ella lo hace, Alyn se arriesga a salir herida de nuevo al estar a tu lado, aún así ella lo hace. ¿Y tú, tú qué haces? Tú solo corres cuando cosas como las que acaba de pasar, pasan...

Evité mirarlo.

—Necesitas pasar esa línea y dejar esa mierda que creaste, tienes que dejar de tomarle importancia a las apariencias y a lo que digan los demás... —Palmeó mi hombro y se alejó.

—¿Y cómo lo hago? —Le pregunté, antes de que se fuera.

—No tengo idea. Creo que es algo que solo tú sabes. No puedes forzarte, tienes que hacerlo cuando tú lo desees, cuando lo hagas, quizás sepas que has sanado y que estas listo para cruzar esa línea... pero tienes que apresurarte porque Alyn quizás no espere por siempre.

Y se fue. No sabía por qué todas las personas se iban después de darme un sermón.

Estúpido Namjoon, lo odio y al mismo tiempo lo adoro.

Tenía demasiadas cosas en las que debía ocuparme, otras en las que debía preocuparme y otras tantas que debía dejar atrás, ni siquiera sabía sí podría lograrlo, mi Psicóloga dijo que sí era algo que yo deseara, lo haría, pero que mientras siga tomando en cuenta las palabras de exteriores sobre mí, nunca podré pasar al otro lado, el lado del que siempre he estado huyendo.



Un par de horas después, el autobús me dejaba a unos metros de mí casa, tuve que caminar un poco más y en el camino, me topé con dos señoras y un niño pequeño, el niño comenzó a llorar cuando me vio, fue por la cicatriz en mi ojo, las mujeres se disculparon, pero el desánimo se quedó conmigo todo el camino a mi casa.

Saqué las llaves de la entrada y abrí la puerta.

—¡Ya llegué...! —Me anuncié, en voz alta para poder ser escuchado.

Dejé caer la mochila a un costado del sofá y me tiré en este, mirando el techo.

—¿Cómo te fue? —Omma apareció por la cocina, se acercó a mí para acariciar mis cabellos —¿Y esa cara, qué pasó?

—Un niño se asustó cuando me vio —Dije, con la voz apagada —Me sentí un monstruo.

—No eres un monstruo, cariño...

—¿¡Entonces qué soy!? —Exploté, ya no pude contenerlo, me sentía enojado, triste, avergonzado —¿¡Qué es lo que realmente soy ahora!? ¿Qué soy ahora, quién soy? ¿¡Cómo soy ahora, ah!? ¡estoy harto de toda esa gente...! —Alcé la voz, me puse de pie y la miré, rabioso.

Omma se había puesto nerviosa. No tenía porqué, no estaba furioso con ella, lo estaba conmigo y con los demás.

—Tienes que calmarte. Respira... —Trató de tocarme, le rehuí.

—¡No quiero calmarme! ¡Tú no lo entiendes, ninguno de ustedes! ¡Solo me dicen que debo dejar todo atrás, que no haga caso a los demás, pero no es sencillo! ¡no es fácil! —Sollocé, me sentía agitado, el aire apenas me llegaba —¡Quiero dejar de hacerlo, pero no se cómo!

Mi madre se acercó a abrazarme y yo, como el niño que era, me escondí en su cuello. Como si eso pudiera salvarme de todo.

—S-solo quiero volver a ser quien era antes de ella...

—Lo sé, Kook, lo sé... —Me alejó de ella para que la mirara a la cara —Volverás a ser quien eras, volverás a ser ese chico feliz, solo tienes que tener confianza en que podrás. Eres un chico fuerte y sé que podrás —Besó mi mejilla —Solo busca buena compañía, personas que te sumen y no resten. Busca personas como Alyn.

Hice una mueca.

—Sí, bueno, creo que volví a cagarla... —Ella supo al instante a que me refería. La vi suspirar.

—Mejor ni pregunto —Alejó sus manos de mí —Ya te darás cuenta que esa chica vale la pena.

Tenía que quitar cualquier idea errónea de su cabeza, antes de que se volvieran peores.

—Anderson no me gusta, mamá.

—¿Ah no? —Yo negué y ella sonrió —Pues debería gustarte.

Gruñí, hastiado de no poder quitarle esa idea de la cabeza.

—Eres imposible.

—En otros temas, no tienes cita con el psicólogo, ella canceló la cita porque tuvo un problema —Comentó.

—Esta bien, iré a cambiarme y saldré a dar una vuelta, a unas calles pusieron una yarda y quiero ver si encuentro algo —Le dije, ella asintió y yo caminé a las escaleras.

—Solo vuelve antes para comer.



Después de decidir darme una ducha, después de que estuve vestido y listo, salí de casa rumbo a una pequeña yarda que quedaba a unas calles de mi casa.

Había unas cuantas personas cuando llegué, tenían mesas afuera, sobre el césped, tenían muchas cosas.

Me gustaba acercarme a este tipo de cosas, eran artículos usados, pero a veces, cuando buscabas y mirabas bien, podías encontrar cosas asombrosas. Me acerqué a una mesa que tenía libros y libretas...


—¿Buscas algo en especial? —La miré, era una chica, se veía más o menos de mi edad. Cuando voltee a verla, noté como sus ojos se desviaban a mi cicatriz.

—No realmente, quizás solo una libreta de dibujo... —Dije.

—Estoy segura que tenemos una entre todas esas —Se recargó a la mesa y buscó entre los libros, alzó una y me la dio —Esta.

—Gracias —La tomé entre mis manos y la revisé, prácticamente estaba nueva. Cuando volví a alzar la vista, la chica seguía ahí, mirándome con detenimiento —¿Necesitas algo?

—Quería saber si tienes Snapchat —Llevó un par de mechones de su cabello detrás de su oreja.

Ella era linda, era pelirroja, ojos claros y labios rosas, era linda, pero no me interesaba.

—No, lo siento —Fue todo lo que dije, ella hizo un puchero, pensé que se iría, pero siguió ahí, como si esperara a que yo cambiara de opinión.

—¿Puedo preguntar otra cosa?

Suspiré.

—¿Qué es?

—¿Qué te pasó en el rostro? —Soltó, sin remordimientos. Era la primera persona que me preguntaba eso. No parecía preguntar por maldad, pero estaba siendo impertinente —Eres muy guapo, pero eso lo arruina un poco...

—¿Qué...?

—Había una película de alguien que tenía una cicatriz como esa, a mi hermano le daba terror —Se burló, no se si de su hermano o de mí, o ambos.

Apreté los puños de mis manos, viéndola reír levemente.

—¡Era terrible...! —Se acercó más a mí —Entonces ¿Qué te sucedió? Debió ser algo feo como para que te quedara esa cosa horri...

—Eres una mala persona y eso es horrible —Reconocí la voz al instante, me di la vuelta y ahí estaba, usando pantalones arriba de la rodilla, y una blusa rosa, el cabello lo llevaba suelto. Estúpidamente me sentí protegido al instante de verla, la vi acercarse a nosotros, no me miraba a mí, toda su atención estaba en la pelirroja a mí lado —¿Cómo puedes ser tan inconsciente?

—Y-yo... ¿se conocen? —Nos señaló, incómoda.

—Vamos, Jungkook, no vas a llevar nada de aquí. Yo tengo cuadernos de dibujo para ti —Ignoró a la chica y, ahora si se dirigió a mí.

Me tomó de la mano y me arrastró lejos de la yarda, no dije nada por un par de segundos porque la veía y solo podía notar furia en su expresión.

—Oye, Anderson... —Me coloqué a su lado, ella no me miraba, solo murmuraba cosas con molestia —¿Bichito?

—¡Cómo odio a las tipas como esas! —Chilló, preferí quedarme callado —No voy a dejar que te insulte...

—Vale... —Era todo lo que podía decir. Los últimos días había estado probando la manera en la que se sentía Anderson en el mundo y lo único en lo que podía pensar era en cómo seguía sonriendo a pesar de toda la mierda que recibía. Yo solo he pasado por eso un par de veces y ya era un dolor salir fuera de casa.

Hoy había sido uno de esos días en donde la gente había sido estúpida y yo quería salir huyendo.

Anderson continúa murmurando a mi lado, no logro entender lo que dice, sin embargo, puedo asegurar que está maldiciendo a la chica de la yarda. Pensé que iba a tener que soportar otra humillación, pero ella llegó al rescate.

La miro de reojo porque siento que si la miro directamente, dirigirá su furia a mí. No tenía ganas de aguantar algo así, y aún así...


—Ya olvídalo, Ander...

—¡No puedo! Esa gente está así por eso mismo, porque lo dejamos pasar... —Gruñó.

—Hoy estas muy gruñona —La piqué.

La miré, esperando que me dijera una enorme cantidad de insultos y malas caras, pero no pasó. Me miró y suspiró, tratando de mantenerse al margen, iba a burlarme de nuevo, pero se me vino a la mente que quizás para ella ese tipo de tratos y reacciones eran más molestas, ella había vivido mucho de eso.

—No te pongas así, tú misma dijiste que este tipo de cosas iban a pasar, dijiste que debía estar preparado —Le recordé, con un tono de voz más serio.

—Sé lo que dije, pero la verdad es que nunca terminas por acostumbrarte, no del todo. Habrá veces en las que te sentirás como la primera vez —No había dejado de mirarme, me removí incómodo cuando noté que sus ojos estaban llorosos.

—¿Vas a llorar? ¡por favor no, no te atrevas a llorar! —Me quejé, desvíe mi mirada de ella cuando la escuché sollozar —Anderson, no, detente.

—Ya m-me voy —La escuché sorber por su nariz.

Voltee a verla cuando escuché que avanzaba.

—Ey —Intenté llamarla, pero no se detuvo.

No volví a intentar llamarla, debía darle ese espacio, creo.

Era tan extraña, había estado furiosa al inicio y después se había puesto sentimental. Era imposible de entender...


Estaba por devolverme a casa, cuando dirigí mi vista al campo de fútbol que estaba a unos metros de donde yo estaba. Conocía bien ese campo...

¿Cómo iba a olvidarlo? Fue algo así como mi primera cita, en donde tuve mi primera cita, al menos en donde terminó.

Me acuerdo que habíamos ido a comer y como ninguno quería volver a casa, nos quedamos en el campo, por horas, hablando. Era un buen recuerdo, estaba tan nervioso y emocionado que... recordarlo me hacía sonreír, ojalá todo hubiera seguido como ese día, ojalá ella no hubiera arruinado esos buenos momentos. Los recuerdos...


Me quedé de pie, mirando el lugar desde lejos, como observar un momento que ya pasó y al que nunca podrás volver. Varias veces nos encontramos aquí durante las noches, no se cómo pude aguantar tanto, en aquellos momentos llegué a preguntarme si así era estar enamorado.

Suspiré y me encaminé a casa, dejando ese recuerdo ahí, quizás para ser olvidado. Pero lo dejé ahí, era un buen momento, había sido algo que me había hecho feliz en su momento, pero ahora me causaba dolor y debía dejarlo en donde nació.


Para siempre, quizás.


















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★彡[ᴀʟʏɴ.




—Ponla más en el centro, Alyn —Ordenó la morena, mientras me pasaba otra silla.

Era de mañana, a ciertos alumnos nos habían pedido ayuda para arreglar el gimnasio grande para el inicio del Pep Rally. Los juegos habían sido cambiados a lo largo de los años debido a ciertos accidentes y quejas, al menos esperaba que hayan dejado la carrera de costales y guerra de globos. Este año habíamos sido divididos por grupos, el grupo rojo y el equipo verde. En ciertas áreas de la escuela, se habían colocado banderas con el color de ambos grupos, si el equipo contrario tomaba todas las banderas, automáticamente el equipo perdía y recibían un castigo impuesto por el vencedor.

Siempre me gustaron los juegos del Pep rally, una vez Cele se lastimó el tobillo por intentar evitar que robaran una de sus banderas, pasó días en cama.


—¡Alyn! —Escuché que la morena me gritaba —¿Puedes estar más atenta? Ya de por si es mucho trabajo para mí trabajar contigo —Habló, de manera despectiva, tomé la silla que me entregaba y la acomodé a lado de la otra.

—Oye, tú —Jungkook apareció, se acercaba a nosotras. Lo miré con atención, sin embargo, no me hablaba a mí, la morena lo miró con sorpresa —Necesitan a alguien que los ayude a llevar banderas al campo de fútbol.

—Genial —Soltó la silla que tenía en las manos y se fue corriendo, yo la miré anonada.

¿Me había dejado el trabajo de las sillas a mi sola?

—Maldición... —Susurré.

—¿Qué crees que haces? —Recordé que él seguía ahí —Pásame esa silla.

—¿Tú no tenías que ayudar en...?

—Pásamela, Anderson —Señaló la silla, no quise preguntar más y solo se la pasé.


Estuvimos acomodando las sillas en el gimnasio por otra media hora más. Nadie quiso apoyar en esta tarea porque era tedioso y quizás porque yo era la única haciéndolo. Agradecía que Jungkook haya llegado porque la chica que habían asignado para ayudarme, era irritante, me miraba feo cada que podía y se quejaba mucho.

De nuevo, me puse frente a todas las sillas, coloqué mis manos en mi cintura e inspeccioné nuestro trabajo.


—Ya siéntate, joder —Él estaba desparramado en una de las sillas, estaba agotado —El calor me está matando, el aire acondicionado de la escuela no está sirviendo mucho...

—¿Piensas que la silla de al fondo esta chueca o solo soy yo? —Achiné los ojos, intentando descifrar mi incógnita.

—Son tus ojos. ¡Siéntate ya! —Bramó y me jaló del brazo, haciéndome caer sentada en la silla a su lado —Me hiciste acomodar silla por silla solo porque sentías que estaban chuecas.

—Está bien —Me acomodé en la silla —Lo siento, solo quería hacer un buen trabajo.

—Sí, lo noté... —Dijo, con ironía. Lo vi sonreírme de lado, con ese brillo malicioso en los ojos.

—¿Por qué estas sonriendo así de nuevo? Te he dicho que no me gusta que me sonrías así...

Era mentira, me gustaba, pero causaba desastres en mi interior. Disparaba mis nervios y mi corazón se saltaba latidos. Me aterraba que acabara sonrojándome frente a él.

—Somos pareja, bichito. ¿Podrás confiar en mí? —Alzó las cejas con sugerencia.

Puse los ojos en blanco e intenté controlar el calorcito que se comenzó a avecinar en mis mejillas.

—Eso debería preguntarte yo a ti. Hace dos años traicioné a Celestine, y eso que ella es mi mejor amiga, contigo puedo hacerlo sin pensar —Me encogí de hombros, sin remordimiento.

—¿Por qué la traicionaste? —Preguntó, en medio de sus carcajadas que provocaban que mis comisuras se jalaran hacia arriba.

—Eso no te incumbe —Lo miré con dignidad, él rodó los ojos —Dime cuáles son tus juegos favoritos.

Siempre había querido preguntarle eso. Me daba una idea de su respuesta, pero no era lo mismo a que él mismo me lo dijera.

—Paintball y el de los globos —Sonrió. Sus ojitos se volvieron dos lunas y eso hizo que mi corazón palpitara con mayor fuerza.

—No tienes piedad en el paintball —Hice un puchero —Voy a tener que esconderme de ti si jugamos ese, estoy segura que no va a importarte que seamos equipo. El año pasado me disparaste mil veces y ya estaba muerta.

Se carcajeó.

—Lo recuerdo, fue tan gracioso.

—Me quedaron marcas de los disparos —Fruncí mi ceño cuando él siguió riendo —Esta vez tienes que estar de mi lado —Él negó con la cabeza, aun teniendo esa sonrisa burlesca en la cara —Somos equipo.

Se puso de pie y me contempló desde su altura.

—No te prometo nada, es divertido verte enojar —Y se fue, con esa sonrisita en la cara.



Las horas posteriores fueron aburridas y agotadoras, nos hicieron trabajar demasiado en las clases. Los juegos se acercaban y a veces duraban por dos días, máximo tres. Por eso nos ponían a trabajar mucho en clase ya que esos días perdíamos temas.

Normalmente, el inicio del Pep Rally se realizaba en la última hora de clases, esta vez se hizo un poco antes. Todos comenzaron a dirigirse al gimnasio grande y comenzaron a sentarse en las gradas dependiendo su grado en la escuela. Cele y yo nos dirigimos a las gradas del onceavo grado, minutos después llegó Troy. La gente seguía entrando, yo buscaba a Jungkook con la mirada, pero entre tanta gente era imposible hallarlo, aunque él era más alto que la mayoría de la gente...

Me rendí y llevé mi vista al frente, me sorprendí de verlo sentado frente a mí, en unas gradas más abajo. Su cabello negro brillaba y caía suavemente sobre su nuca despejada, ahora podía asegurar que era suave pues ya había pasado mis dedos por esas hebras. Aún sentía las mariposas revolotear en mi estómago...

Observé sus hombros, parecían haber crecido más que antes, se sentaba recto, mirar su nuca me causaba escalofríos, era atractiva.

Dejé de mirarlo para bajar la cabeza, jugué con mis dedos y me pregunté por qué tenía que ser así, quiero decir, por qué tenía que existir una barrera entre nosotros, por qué era tan complicado ser simplemente amigos. Por qué había tantos obstáculos...

He esperado y he deseado que sus manos tocaran las mías sin vergüenza, sin prejuicios, sin miedo. He deseado que sus ojos conozcan los míos sin temor a perder algo, he deseado conocer los suyos y descubrir la verdad en ellos. He deseado que ese chico sienta algo por mí de la misma forma que yo por él, lo he deseado por años. Ha pasado mucho tiempo, y en ese tiempo he ido aprendiendo que jamás podrá verme de esa forma, que sus ojos no podrán brillar nunca para mí, de la misma forma que lo hacían para ella.

A veces me pregunto si ya me he cansado de desear, de esperar algo que puede que jamás suceda.

Podría alejarme de él, de la misma forma en la que Jungkook lo hizo, tratar de desaparecerlo de mi mundo e intentar ser feliz, aun así, me sigo quedando. Lo veo ahí sentado, delante de mí y siento que no hay nada que haga que me aferre a él, no hay algo en su persona que me retenga, yo soy la única que desea quedarse. A Jungkook no le importa si estoy ahí...


Exhalo con fuerza, intentando que de esa forma los pensamientos se vayan, sigo mirando mis manos. Sigo escuchando a la gente ingresar al gimnasio, cada vez hay más bulla, más murmullos.

—Ey... —Levanté la cabeza, él frunció su ceño cuando le miré —Ya van a empezar.

—Oh —Asentí, él se dio la vuelta después de escudriñarme.

En medio del lugar, se encontraba el maestro de escritura creativa, el maestro Jeffrey, un hombre agradable y divertido.

—Hoy damos inicio al Pep Rally, los juegos darán inicio —Todos gritaron y aplaudieron, emocionados —Este año hubo pequeños cambios, explicaré un poco sobre eso. Este año es en parejas, la mayoría de los juegos será de esa forma, en cada juego, el ganador obtendrá 10 puntos, quien obtenga más puntos al final del evento, se le dará un premio...

Todos comenzaron a murmurar.

—¡Silencio! Para poder participar en los juegos, deben traer firmada la hoja que se les entregó en clase el día de ayer, y debe ser firmada por los padres, esa hoja se entrega en la oficina —Continuó diciendo Jeffrey por el micrófono.

Explicó un poco más y después se fue para darle espacio a las porristas de la escuela, la banda y el equipo de fútbol.














Media hora después, salíamos del gimnasio a la cafetería, había que esperar a que llegara el autobús.

—¡Alyn! —Cele se acercó a mí y me tomó del brazo —¿Estas emocionada?

—Claro que sí. Pero quería que fueras de mi equipo —Me quejé, mientras nos sentábamos en una de las mesas del comedor.

—¿Para qué, para traicionarme de nuevo como la última vez? ¿Todo por tu amad...? —Le tapé la boca —¡Suletamen!

Lo hice cuando ella se quedó en silencio.

—No importa, no me arrepiento —Le mostré la foto que hace un tiempo habían subido a la página de la escuela, era la foto de los ganadores de los juegos del Pep Rally de hace un tiempo atrás.

—No merecía estar ahí, tú sí —Comentó Troy, mientras se sentaba a lado de su novia.

—Cállate, yo perdí y punto —Le hice una seña, para que guardara silencio.

—Como sea, yo estoy con el novio más guapo e inteligente del planeta, así que, Alyn, vamos a ganarles —Me retó ella. Abrazó por el cuello a su novio y me revoloteó sus pestañas.

—¡Ja! No estés tan...

—Eso ya veremos —Todos miramos en la dirección de la voz, el de ojos rasgados estaba de pie, con su mochila colgando de un hombro —Yo que recuerde, tu querido novio no está entre los ganadores, yo, en cambio, he estado en varias ocasiones. Seremos nosotros quienes ganemos —Caminó hasta dejarse caer sentado a mi lado, le guiñó un ojo a mi amiga, haciéndola gruñir y después me miró a mí —¿Verdad, bichito?

—Iba a decir que sí, pero lo arruinaste con ese apodo —Negué con la cabeza y él dejó de sonreír. Devolví mi vista a mis amigos —¡Yo tengo a Jungkook y ha ganado muchas veces!

—¿Qué él ha ganado? ¡por dios, Jungkook está ahí porque tu...! —Le di una patada por debajo de la mesa, Troy cerró la boca de golpe debido al dolor.

—¡Oye! ¿¡Por qué lo golpeaste de esa forma!?

—Estaba por difamar a mi compañero —Me excusé, viendo como mi amigo se retorcía del dolor —Debía evitar esa falta de respeto.

Escuché a Jungkook reír y me fue imposible no sonreír debido a eso.

—Da igual, verán que vamos a ganarles —Miró mal a mi compañero.

—Sigue soñando, yo mientras estaré muy satisfecho de verlos cumplir con el castigo —Se recodeó el asiático.

Cele, indignada, tomó la mano de su novio y se levantaron, yéndose por la puerta de la entrada, probablemente Troy había traído el carro de su papá.

—Esos locos —Murmuré para mí misma.

—Tus amigos están dementes, siempre pensé que Celestine estaba loca —También murmuró él a mi lado.

—¿Sigues aquí?

—Pues sí, aun no anuncian nuestro autobús.

—Pues yo llamare a papá, nos vemos mañana —Me despedí, sin dejarle decir algo.








★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.





Me había cansado de esperar al autobús, había llamado a mamá para que viniera por mí y ahora estaba en la parte delantera de la escuela, esperando ver el carro de mamá. No quedaban tantos alumnos.

—¡Jk! —Me llamó Duncan, mientras corría en mi dirección.

—Duncan...

—¿Estas con ella, te quedarás con ella? —Me preguntó, agitado.

—¿De qué hablas?

—¿De Alyn Anderson?

—¿A qué viene esto...?

—No te pongas a la defensiva, solo preguntaba. De todos, yo siempre estuve en desacuerdo con tu juego —Dijo —¿Cómo le harás?

—¿A qué te refieres? —Fruncí mi ceño.

—Te tendrán que ver con ella —El tono que estaba usando no me gustaba para nada.

Conocía bien a Duncan, era mi amigo, sabía cosas sobre él y muchas de ellas ni siquiera me las había comentado él. Sabía que a él le gustaba Anderson, nunca me lo dijo, pero yo lo sabía y también sabía que él no tenía idea qué yo conocía sus sentimientos por la chica.

—¿Qué te preocupa a ti eso? Ya veré que hago...

—¿Por qué no simplemente dices que no firmaron tu hoja y te ahorras todo?

—Porque no.

—Sería más sencillo... —Insistió. Me daba una idea del porqué de su insistencia.

—Quiero ganar —Fue lo que dije, para ver si así dejaba de molestar.

—Ah, Jeon, no cambias —Negó, palmeó mi brazo y pasó por mi costado cuando llegaron por él.

Lo miré irse.

¿Se había atrevido a venir a pedirme salirme de los juegos solo porque quería estar en el mismo equipo que Anderson?

Este estúpido...

Quizás era más sencillo no venir a los juegos, no tendría que soportar las miradas o la atención, pero quería jugar. Quería olvidarme de todo y simplemente disfrutar un rato.

Con frecuencia comienzo a preguntarme si Eun realmente me cambió, y si yo realmente nunca fui como me mostré ante los demás, tal vez por eso no logro cambiar, quizás no lo logro porque yo ya he cambiado.

Pero a veces siento que he olvidado quien soy en verdad.

Me quedé pensando en todo eso unos segundos más, pensé en la barrera, en las comparaciones, en el pasillo sombra. Pensé en la manera en la que me había estado sintiendo estos últimos meses.

En lo distinto que había estado viendo todo, en lo distinto que había comenzado a sentir ciertos lugares que antes no sentía así.

Todo eso me ha hecho preguntarme en dónde realmente pertenezco...

Al pasillo principal o al pasillo sombra.

¿Dónde pertenezco?


¿Quién soy yo realmente?

























Ah, me acuerdo cuando comencé a escribir estas escenas, el evento no tenía nombre, todo era distinto, no tenía idea de cómo eran en verdad. Ahora lo sé un poco más. 

¿Qué les esta pareciendo? 

El Pep rally, según Google, es una reunión de animo, mas que nada de estudiantes de secundaria o High School, preparatoria y universidad, antes de un evento deportivo. Se realiza como para dar apoyo al equipo deportivo... en mi experiencia, solo se junta toda la escuela en el gimnasio, están las porristas y no se que mas, pero decidí cambiarlo un poco en mi historia, normalmente si se realizan juegos en este evento, pero solo durante la reunión, no otro día, pero aquí en Piwkenyeyu será distinto y si se harán juegos por dos días o tres.

Finalmente llegamos a esa parte en donde el desgraciado de Jungkook le pone ese apodo a Alyn, es un apodo muy importante, que antes no tenía mucho sentido, hasta ahora que pude darle mas detalle a la historia... ¿tienen una idea? ¿Qué les parece el apodo, qué piensan de él? JAJJAJAJA  

En fin, quería explicar un poco eso. Jjsjsjs

Ah y ya sabemos cuál es el nombre completo de nuestra Alyn... ¿Qué piensan de él? JAJAJJAJA

Díganme o comenten cualquier cosa que deseen saber o simplemente decir. 

Gracias por leer. 

Mini maratón 01/03

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