✔ Capitulo 4
Después de liberar a Héctor Barbosa de la maldición, la tripulación del capitán Sullivan se encontraba en la playa de la Isla de los Secretos, disfrutando de un merecido descanso. El sol brillaba en el horizonte y el sonido de las olas rompiendo contra la costa llenaba el aire.
Danniela se acercó a su padre, con una sonrisa radiante en su rostro. "Padre, finalmente estás libre. ¿Cómo te sientes?"
Héctor Barbosa miró a su hija con amor y gratitud. "Querida Danniela, no tengo palabras para expresar cuánto aprecio lo que has hecho por mí. Estoy lleno de alegría y alivio. Gracias a ti y a esta valiente tripulación, mi espíritu ha sido redimido".
El capitán Sullivan se unió a ellos, colocando una mano en el hombro de Héctor Barbosa. "Héctor, ha sido un honor luchar a tu lado y ayudarte a encontrar la redención. Eres un hombre valiente y honorable".
Brisa se acercó, sosteniendo un mapa en sus manos. "Ahora que hemos cumplido nuestra misión, creo que es hora de celebrar. He encontrado una isla cercana que es conocida por sus fiestas y festivales. ¿Qué les parece si nos dirigimos allí?"
Espada asintió con entusiasmo. "¡Una fiesta suena como la mejor manera de celebrar nuestra victoria! ¡Vayamos a esa isla y disfrutemos de nuestro merecido descanso!"
Sirena se acercó a Danniela, con una sonrisa traviesa en su rostro. "Danniela, ¿qué te parece si organizamos una competencia de baile en la fiesta? Sé que tienes algunos movimientos increíbles".
Danniela rió y aceptó el desafío. "¡Claro, Sirena! Será divertido mostrar nuestros mejores pasos de baile. Estoy lista para la competencia".
Fuego se unió a la conversación, con una bandeja llena de deliciosos bocadillos en sus manos. "Y no podemos olvidar la comida. Prepararé una variedad de platos deliciosos para que todos disfruten en la fiesta. Será un festín inolvidable".
La tripulación se preparó para zarpar hacia la isla de la celebración. El barco navegó por las aguas tranquilas, llevando consigo la alegría y la satisfacción de haber cumplido su misión.
Al llegar a la isla, fueron recibidos con música animada y una multitud entusiasta. La fiesta estaba en pleno apogeo, con luces brillantes, colores vibrantes y risas contagiosas.
La competencia de baile comenzó, con Danniela y Sirena liderando el camino. Sus movimientos elegantes y enérgicos cautivaron a la multitud, mientras los demás miembros de la tripulación se unían a la diversión.
Espada mostró su fuerza y agilidad en su estilo de baile único, mientras Brisa sorprendió a todos con su gracia y coordinación. Fuego, por su parte, se convirtió en el alma de la fiesta con sus pasos divertidos y su energía contagiosa.
La noche continuó con risas, bailes y deliciosas comidas. La tripulación se mezcló con los habitantes de la isla, compartiendo historias de aventuras y brindando por la amistad y la libertad.
Al final de la noche, mientras miraban el cielo estrellado, Danniela se acercó a su padre una vez más. "Padre, estoy tan feliz de que finalmente estés libre. Esta aventura nos ha unido aún más como familia y como tripulación".
Héctor Barbosa asintió, con los ojos llenos de gratitud. "Mi querida hija, nunca olvidaré lo que has hecho por mí. Estoy orgulloso de ti y de la tripulación del capitán Sullivan. Juntos, hemos encontrado la redención y la libertad".
La tripulación se despidió de la isla al día siguiente, con corazones llenos de gratitud y recuerdos inolvidables. Aunque la aventura en la Isla de los Secretos había llegado a su fin, sabían que siempre llevarían consigo el espíritu de camaradería y valentía que los unió.
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