Capítulo 10
Error miraba con una tremenda felicidad a su amigo de toda la vida, un amigo del que estaba enamorado. No entendía cómo pudo olvidar que él era su amigo, el amigo que siempre lo comprendió en su infancia, no sabía cómo, pero de alguna forma sus recuerdos junto a Ink fueron borrados. Pero algún día debería encontrar la razón de ese extraño suceso, un suceso que hizo olvidar a su mejor amigo.
El empresario estaba deseoso de poder ir al cine, pero aún era de mañana y todavía no habían desayunado, así que aún debería esperar mucho más para poder ir con Ink a ver películas. Pero no sabía que película gustaría ahora al pintor, sus gustos habrían cambiado, aunque de pequeño ellos iban a ver películas de acción, les gustaban las aventuras en las que la acción transcurría de una manera veloz pero a la vez que te atrapen en la pantalla. Eran unos aficionados a esos tipos de películas, aunque de vez en cuando miraban de terror, cosa que no beneficiaba a ninguno, ya que en la noche les costaba dormir, como todo niño pequeño al ver algo de miedo.
Por eso, Error debería ver un poco más de cerca la nueva personalidad de Ink, saber que tipos de cosas le gustan ahora, saber en cuantas cosas ha cambiado desde que era un pequeño niño de ocho años. Él había cambiado completamente, sin poder remediarlo, el mundo siempre suele cambiar a las personas que menos te esperas. Antes, Error, podía ser muy impulsivo, y por ello solía meterse en muchos líos, pero ahora mismo no era así, ahora Error actuaba por el bien de todos.
De todos modos, habían rasgos que nunca desaparecen de las personas, como algunas manías o algunos gustos que se mantienen para siempre en nuestro ser, todo puede ser, pero algo se debe mantener siempre, y en ese caso lo que siempre mantuvo Error fue su fidelidad, le costaba no ser fiel, pero también solía ser fácil de manipular, y ese conjunto puede ser muy malo. Y como Error, Ink también mantuvo siempre algo en él, y eso era la pasión hacia la pintura, una pasión que tuvo desde los cinco años, edad en que descubrió las obras de arte que se guardaban en algunos museos, sitios dónde solía ir con sus padres. Pero ese gozo desapareció por culpa de la muerte de éstos.
Pero dejando el tema, la hora de desayunar llegó, pero ese día casi todos habían ido a desayunar a cafeterías u otros sitios, así que los únicos que quedaban para desayunar en ese lugar eran Error, Ink, Sans, Reaper, Geno y Fresh, que empezaron a hablar bastante animados, aquel día era bastante bueno, un clima perfecto para salir, por eso todos habían salido a desayunar por allí, no era tan malo quedarse en casa, pero era mejor salir en días como esos.
Las conversas se basaban en los planes que podían hacer aquel día, además se enteraron de que Geno y Reaper saldrían para ir a comer aquella tarde, Geno había sido obligado prácticamente por el esqueleto de túnica. Esa aclaración hizo reír a Error y al pintor, que estaban bastante alegres de tener a esos dos esqueletos tan extraños allí.
El desayuno fue uno más básico, pero lo disfrutaron igual. Error hablaba de que iba a ir al cine por la tarde, que aprovecharía ese domingo tan bueno y espléndido, incluso dijo que iba a ir con Ink, cosa que hizo sonreír al antes mencionado por la sinceridad de Error, algo que siempre mantuvo desde pequeño, pero a veces en su adolescencia perdía por ser manipulado. Eso de ser tan fácil de manipular era uno de los muchos defectos que tenía.
Tras completar el desayuno, todos los miembros de aquella comida se fueron a sus respectivas habitaciones, algunos con el objetivo de cambiarse para salir y otros para quedarse en casa esperando a la tarde para poder hacer los planes que tenían en mente. Los planes de Ink y Error serían mas tarde, así que pasaron todo el día en sus habitaciones: Ink pintando y Error leyendo. Esos eran sus pasatiempos favoritos, que solían practicar... siempre. Bueno, en el caso de Error leía siempre que podía, cosa que era difícil por culpa de su ajetreado trabajo. No le gustaba ser un empresario, desearía ser alguien de clase normal, tener un trabajo que le guste,no tener que trabajar sólo por dinero, también quería disfrutar de sus ocupaciones. Pero era imposible con un trabajo que nunca quiso tener.
Todos dirían que eso es exagerado, que un trabajo en el que ganas mucho dinero es mejor que uno que te da poco, podría ser cierto, pero es mejor disfrutar de tu trabajo a trabajar de algo muy bueno sin interés. Harías las cosas más mal. Una jornada sin interés no es una jornada satisfactoria, por eso, casi todos, y resalto el casi, prefieren trabajar de algo que siempre les agradó y les resulta entretenido. Pero en el caso de Error, él seguía una rutina aburrida llena de papeleo y controlar su empresa junto a las personas que trabajaban allí para poder seguir con su negocio. Pero siempre que tenía vacaciones, que eran bastante escasas, hacía actividades de todo tipo en su casa, y su favorita era leer, como dije hace un párrafo atrás.
Las actividades fueron bastante entretenidas para pasar toda la mañana, pero no era suficiente, hacer mucho tiempo la misma actividad también suele aburrir bastante, a no ser que ya estuvieras aburrido, en ese caso te puedes entretener por mucho mas tiempo.
La lectura de Error, no era aburrida, el solía leer novelas o ver programas de televisión en su gran habitación, que como todas las otras tenía baño, pequeño cuarto para guardar ropa y una sala dónde poder utilizar el ordenador en paz sin ninguna molestia. Su habitación era toda de colores negativos, con un ambiente bastante elegante por su suelo tapizado con una gran alfombra roja que complementaba con las paredes negras, daba un toque bastante elegante pero a la vez un poco tenebroso. Las ventanas estaban colocadas al lado derecho de la cama, que era una de tamaño matrimonial de almohada roja y una frazada completamente negra.
En resumen, la habitación de Error era una de las más bonitas de la mansión. Ojo, una de las más bonitas, ya que habían unas increíbles decoradas por sirvientes, unas que si fueran habitaciones de hotel, costaría bastante el poder alquilarlas, pero ese no era el plan, las habitaciones eran para los empleados o invitados.
La mañana transcurría sin prisas, y eso molestaba bastante a Error, que quería que ya fuera por la tarde y así ir al cine, pero el tiempo pasa a su ritmo. La molestia del empresario empezaba a aumentar mientras iba leyendo, ese día no estaba de humor para querer leer toda la mañana, pero no podía hacer nada más, y no quería ordenar papeles relacionados con su negocio. Y tampoco iría a ver a Ink, no quería parecer un desesperado que no puede pasar ni unas simples horas sin una persona.
Pero como se estaba aburriendo tanto, necesitaba hacer otra cosa, así que decidió tumbarse en su elegante y cómoda cama e imaginar que hubiera pasado si él hubiera sido de clase media. ¿Nunca lo habrían separado de su amigo Ink? ¿Estaría trabajando de lo que le gustaría? ¿Tendría una vida simple, una normal y corriente, con complicaciones, con problemas, pero que pueda ser feliz.
Esos pensamientos empezaron a consumir la mente del empresario, que empezó a cerrar los ojos, bastante cansado. No quería dormir, pero así podría pasar el tiempo mucho mas rápido sin tener que estar aburriéndose y dormir lo ayudaría a evitar sus pensamientos, dormir lo transportaría a otro mundo, al mundo de los sueños, del que no quería salir nunca, pero la realidad es otra.
Y así, con pensamientos sobre una vida de clase media, el empresario cayó en un profundo sueño del que no despertaría hasta la hora de comer. Y bien merecía una pequeña siesta.
-
Ahora mismo eran las dos del mediodía, Error seguía durmiendo pero su reposo duraría poco ya que la alarma para ir a comer empezó a sonar, insistente, haciendo que Error empezara a despertar, un poco mas animado que antes de dormir.
Una sonrisa se delineó en su rostro, mientras se levantaba, ahora faltaban cuatro horas para poder ir al cine con Ink, y su felicidad se notaba a kilómetros de distancia, estaba ansioso de poder ir a ver una película con Ink y pasar al siguiente paso.
Se levantó mientras se colocaba las pantuflas, no iría descalzo por la casa, claramente. Pero antes de salir de la habitación se fijó en el tiempo que hacía: seguía habiendo un fabuloso Sol que iluminaba todo dando un poco de calidez, era agradable que en otoño hubieran días tan buenos que parecían propios de un verano.
Su sonrisa se ensanchó al saber que eligió el día perfecto para poder ir al cine, no le disgustaba para nada la idea de llevar a Ink a tomar un helado antes de llegar al cinema o ir a tomar unos refrescos, lo que sea, pero quería hacer distintas actividades con Ink, no le importaba dónde. Podría quizás llevarlo al río Sena, pero no lo tenía claro. París era un sitio dónde habían muchos monumentos y lugares famosos que eran conocidos por todo el mundo, por eso debía elegir el mejor lugar con atención.
Luego de un tiempo pensando, se dio cuenta de que la alarma seguía sonando, así que no tuvo mas remedio que salir de la habitación para poder encontrar a Ink saliendo de la suya, al igual que Reaper, que empezó a correr por el pasillo probablemente buscando a su querido Geno. Error saludó a Ink, que le devolvió el saludo junto una enorme sonrisa. Así, juntos, llegaron al salón, dónde solo se encontraban Fresh, Sans y ellos dos. Todos los demás seguían fuera, en restaurantes o lugares turísticos.
—Error, ¿saldrás con tinta, no es cierto brah?—Preguntó Fresh tomando de una ensalada y sirviéndose unos palos de pescado. Error asintió, esperando a que su hermano menor no empezara un interrogatorio, no quería responder preguntas estúpidas, pues su hermano podía ser un poco demasiado entrometido.
—Sí, pero deja de preguntar, hermano.—Contestó de mal humor Error esperando a que Fresh no comenzara con las preguntas. Quería comer en paz sin ser molestado por nadie, pero su hermano radical era a veces una gran molestia, una gran molestia, pero igualmente lo soportaba, no podía echarlo de su casa. También era su casa.
—Okey, brah, sólo por mi hermano no-radical.—Contestó así dejando en paz a Error, que suspiró aliviado al no tener que tratar mas con su hermano.
Después de esa charla que no podía ser considerada charla por haber durado menos de cinco oraciones, la comida pasó mucho más tranquila, con agradables conversas entre todos los presentes, pequeños chistes por parte de Sans y algunas charlas sobre los trabajos de esos esqueletos.
Después de los postres, Ink empezó a hablar sobre sus pinturas, dijo que le ofrecieron bastante dinero por una, pero que él dijo que se lo pensaría. Error lo miró con orgullo, Ink ya comenzaba a tener recompensas por tanto esfuerzo, y le recomendó vender la obra. Ink asintió, completamente de acuerdo, pensando que podría ganar unos beneficios extra para poder comprar mas cacharros de pintura.
Luego de esa conversación sobre el negocio de Ink, todos se marcharon a sus habitaciones, y Error y el pintor fueron principalmente para cambiarse de ropa, pero no a una elegante, sino a una informal, para poder ir a la calle tranquilos y cómodos. Era una quedada, no una cita, o eso pensaba Error. Además, en una cita no siempre debes ir elegante, puedes mostrar tu verdadero yo, no ser alguna imitación, no ser una copia de personas perfectas y demasiado románticas, la vida no se basa en ser una persona completamente diferente a la que eres por una cita, también puedes ser tu mismo, y así mostrarás confianza.
Pero aunque estuvieran ya preparados sólo había pasado una hora y media desde que comieron, y aún faltaban dos horas para poder ir a ver películas, así que Error decidió ir a por Ink porque había tenido la idea de ir a tomar unos batidos en un local bastante famoso porque el calor inundaba todos sus poros, si es que tiene, y quería tomar algo frío y delicioso, pero ir a por helados era otra opción, pero acabó por elegir ir a por batidos.
Al salir de la habitación, respiró con agitación, aún no siendo ninguna cita eso lo ponía bastante nervioso y temía por lo que pudiera pasar en esa quedada, pero no creía que algo malo llegara a suceder, pues sería muy poco probable. Solo iban a tomar unos batidos y después a ver una película.
Así, solo yendo recto pudo tocar la puerta del pintor, que se había puesto también una ropa bastante cómoda, deportiva, un conjunto de color crema junto unas deportivas de un color caramelo. La verdad, era un conjunto bastante bonito para ser tan sencillo. Éste abrió después de unos tres toques en la puerta de su habitación, encontrándose con Error, que también tenía prendas sencillas. Sonrió con un poco de timidez mientras salía de su habitación y cerraba la puerta tras él.
—¿Tan rápido vamos a ir?—Preguntó aún con una sonrisa Ink mientras guardaba el celular en su bolsillo. Error lo miró mientras intentaba decirle que tan solo había ido a esa hora para poder ir a tomar batidos.
—Bueno. Vine para antes ir a tomar batidos. ¿Te apetece?—Explicó Error mientras veía como los ojos de Ink empezaban a brillar, desde hace mucho tiempo que no probaba los batidos pero de pequeño los amaba, sobretodo los de fresa.
—¡Claro que sí!—Contestó el pintor con una gran felicidad en el tono de su voz mientras se abalanzaba a Error, que soltó una risa divertida que hizo reír también al pintor. Y así, entre risas, Error tomó su billetera y salieron de la mansión, para poder ir caminando hasta el local que había por esas calles que servía postres y dulces increíbles. Y sí, la dueña era Muffet, una araña mitad humana que servía unas donas violetas bastante deliciosas, pero su precio era demasiado elevado.
Al llegar allí, todos empezaron a mirar con interés a Error, que no parecía inmutarse ante esas miradas que la gente le lanzaba, y solían ser las de las mujeres, y solo se centraba en mirar a Ink, que parecía incómodo por las miradas que tenía su acompañante, tenía unos cuantos nervios, nunca había estado en una situación así.
Ellos buscaron la mesa perfecta para sentarse, necesitaban un lugar apartado, no querían ser vigilados por todos los presentes, que sabían que Error era uno de los empresarios más famosos de la capital, y poder hablar sin ser interrumpidos.
Fue un pequeño rato agradable, en el que bebieron unos batidos bastante famosos de ese local que se basaban en chocolate, colorante morado y vainilla mezclada con caramelo. Los dos pidieron ese batido, y los dos pensaron que estaba bastante delicioso. Las conversas se basaban en antiguos recuerdos que vivieron en la infancia, sobre películas que marcaron sus vidas y muchas otras cosas más que puedan imaginar.
Después de eso que se podría considerar merienda y a la vez no, decidieron quedarse bajo un banco para poder hablar hasta que fueran las cinco y media, hora en el que el cine abría y podrían ir los primeros para no tener que esperar una gran cola en la taquilla dónde comprar las entradas.
De nuevo, un sinfín de charlas extrañas y sin sentido, miradas hacia Error y risas de la nada empezaron a surgir en ese banco por parte de algunas personas, las miradas, y las risas y charlas por parte de los dos esqueletos.
Una vez dieron las cinco y veinte de la tarde, los dos esqueletos se pusieron en marcha, con objetivo de llegar pronto al cine, y eso pasó: a las cinco y cincuenta pudieron llegar a la entrada. Ya habían algunos monstruos esperando, pero todavía estaban llegando y solo habían unos diez, así que no tardaron en llegar a la cartelera para comprar los boletos. En la cartelera habían películas de todo tipo, de terror, de acción, aventura, romance y muchos otros tipos, así que Error preguntó cuál quería ver a Ink.
—No sé, hace tiempo que no veo una de terror.—Contestó Ink dubitativo, pero era cierto, desde los ocho años que no veía una película de terror y desde los diez no veía ninguna película en general. Así que acabó decidiendo por ver una de terror, sorprendiendo al empresario, que pensaba que su amigo elegiría una de aventura o de acción, como las que les gustaban. Pero bueno, algo es algo.
—Señorita, dos entradas para la mejor película de terror de la cartelera.—Dijo Error pidiendo los boletos a la encargada que los había atendido. Ella asintió con la cabeza mientras lanzaba una mirada pícara al empresario, que puso una cara de disgusto. Él nunca fue mujeriego, él solo podía amar a una persona, no podía cambiar así porque así. Después de unos segundos, la joven regresó con dos entradas y un papel en el que había escrito su número de teléfono.
Error los tomó, sin darse cuenta del papel, mientras agradecía y entraba con Ink al local, que si se había dado cuenta de ese papel extra que le habían entregado a Error, y decidió preguntar por él. Error, confundido después de darse cuenta de que sí, le había entregado una nota, la leyó, viendo que tenía un número escrito. Luego de eso frunció el ceño, mientras tiraba el papel en una de las papeleras de la entrada del cine, dónde estaba el bar dónde comprar palomitas.
—¿Qué era ese papel, Error?—Preguntó Ink al ver que su amigo no le contaba que era. Él miró al pintor con su eterno ceño, estaba malhumorado por esa joven un poco zorra por decirlo así, pero haciendo un gran esfuerzo logró contestar con amabilidad.
—Era el número de la dependienta. Lo tiré porque no quiero saber nada de chicas tan cerdas como ella, que andan pasando números a quien sea que le parezcan atractivos.—Esa honestidad en sus palabras dieron cierta confianza a Ink, que sonrió mientras agarraba el brazo a Error , mientras lo arrastraba hacia el bar dónde las palomitas daban pequeños sonidos parecidos a los de los petardos, dando una gran nostalgia a Ink.
Error sonrió ante ese acto infantil de Ink, que miraba todos los combos de palomitas que habían disponibles junto a los de bebidas, mientras se le hacía la boca agua. El empresario decidió tomar el conjunto más grande, que llevaba dos paquetes de palomitas gigantes junto dos refrescos también gigantes. El pintor lo miró mientras sonreía, tomando los dos refrescos para dirigirse junto a su amigo a la sala dónde proyectarían la película.
CONTINUARÁ
Hoy si que escribí con ganas, sin ninguna presión :3 Para el próximo capítulo el día de cine que tendrán ellos dos :D ¿Alguien quiere una dedicación?
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