Capítulo 32- Eres arte
Úrsula:
Cinco días después:
Una cinta negra en mis ojos.
Matthew llevándome a un lugar desconocido, solo convenciéndome de que confíe y me deje atrapar con vaya a saber que fantasía recorriendo en su mente.
Sus labios juguetean de manera sensual con mi boca y mi cuello, aprovechándose la debilidad de mis sentidos más potenciados al no tener la vista. Mierda.
Prendida fuego aunque sea el inicio.
Me muerdo los labios cuando me detiene en una superficie que reconozco como pared, dándome vuelta y besándome apasionadamente. No puedo evitar que un jadeo salga de mi boca como una melodía infernal.
—Shh— susurra riéndose bajo en mi oído, acariciando con sus manos mis clavículas y mi cabello— espera que esta noche tiene momento cursi y momento hot— nos reímos despacio hasta que escucho una llave en la cerradura para abrir una puerta— puerta al infierno, Úrsula— finaliza. Mi corazón palpita ante su afirmación y siento la respiración acelerada, subiendo y bajando.
—Matthew...— susurro, levantando mis brazos hacia su cuello, acariciándolo y sintiendo su cálida piel.
—Ahora viene el momento cursi, Ursu... aunque bueno, podría considerarse infernal, también...— sus manos aprecian levemente mi rostro. Me da vuelta para quedar de espalda hacia él. Ahora sus manos desatan mi cinta y me cuesta retomar la vista cuando libera mis ojos.
Carajo.
Mi corazón se acelera mucho más rápido al ver un espejo lleno de fotos y dibujos, además de reflejar hacia atrás velas, una cama bastante elegante y una luz rojiza.
Y más espejos. Todo espejado. Costados, frente, atrás, abajo, arriba. Todo.
— ¿Encantador, verdad? — susurra en mi oído y observo su torso definido colorearse junto a la luz rojiza. Mierda— ahora observa este frente— su mano toma la mía, levantando mi dedo para desplazarlo sobre el espejo.
Fotos mías.
—Esas fotos te las tomé cuando dormías a mi lado, jodidamente sexy— me estremezco viendo las fotos y recordando cada momento candente que vivimos— y algunas otras casuales, sin que te dieras cuenta, pero de todas maneras, hermosa— prosigue besando la parte alta de mi espalda para deslizarse hacia el otro costado. Me remuevo hacia adelante levemente.
Soy un mar de sensaciones y hormigueo con todo este maldito juego de su provocación.
—Y estos dibujos— se acerca más, juntándome con su cuerpo y empiezo a temblar— los hice pensando en nosotros, y en ti sola también, porque... adoro que seas capaz de prenderte fuego tu misma— recuerdo el último retrato de mi masturbación.
Besa mi cuello y ladeo mi cabeza instintivamente hasta que busco sus labios, para morderlos despacio. Una energía única me está consumiendo y cada vez es más especial y apasionada que antes.
—Matthew...—prosigo melosa cuando se separa de mí y continúa torturándome con su tacto en distintas partes de mi cuerpo.
—Mírate al espejo con atención, fúndete en esas fotos y dibujos, Úrsula— mi vista esta nublada pero intenta enfocarse nuevamente en el collage decorativo.
Matthew se acerca a mi oído y una corriente inmensa de aire cálido pasa por mi cuerpo, generándome escalofríos
—Eres arte... y mereces explotar cada parte de tu ser, Úrsula. Quiero hacerte sentir todo y que descubras lo poético y la lujuria— sus dedos pasan por mi vientre, provocando un inmenso ardor— La combinación en mis pinceladas de dulzura y perversidad— reprimo un suspiro cuando sus dedos juguetean con mis bragas— quiero pasarme la vida pintando tu cuerpo...
Me doy vuelta enfrentándolo apasionada, muerdo su labio inferior y él jadea ante mi atrevimiento, para luego toquetear su torso, de arriba hacia abajo, sintiendo en profundidad cada parte de su cuerpo que me enloquece completa. Matthew me sujeta del cabello de una manera más brusca lo que provoca que un gemido escape de mi boca. Nuestros labios se funden de manera intensa, sintiendo cada lamida y juego.
—Quiero bailarte, Matthew— suspiro cuando caemos sentados en la cama, agitados ante tanta excitación. Abro mis ojos y él me mira encendido.
—Un placer— susurra con esa mirada que me mata, me revive y me incendia más de lo que ya estoy. Me separo en confianza para tomar mi celular y elegir una canción aleatoria.
Empieza a sonar Sledgehammer de Peter Gabriel y sujeto una silla del espacio para utilizar en la danza corporal.
—No dejaré de mirarte a los ojos ni un puto instante— susurra, llevando sus brazos hacia atrás de su torso para apoyarlos cómodamente, en tanto sus clavículas se marcan y estiran. Jodida imagen orgásmica. Le sonrío atrevida y por primera vez, me entrego completa a ser quien soy. A demostrarle ese fuego interno y a provocarlo, a ser esa sangre intensa que recorre las venas cuando te entregas al momento, sin que nada te corte.
Me doy vuelta de espalda y sonrío internamente para empezar a bailar. Mis piernas bajan junto a mi cintura provocando círculos, en tanto mis manos sujetan fuerte mi cabello para juguetear con él.
Me doy vuelta y su cabeza se inclina hacia el costado, sonriéndome atrevido para continuar contemplándome.
Mis brazos se estiran en todo el espacio, danzando por si solos, incitando movimientos junto al subibaja de mi pelvis y cintura. Me dirijo hacia la silla decidida para sentarme y abrir mis piernas en una posición de femme style y bajar con mi cabello de manera ruda.
Me siento una jodida diosa. Su mirada potente no deja de encenderme más para provocarlo aún más y llevarnos al incendio que será este cuarto.
Observo mi reflejo en los espejos cuando empiezo a quitar mis prendas, la mirada hacia abajo, hacia arriba, giro en los costados y choco contra el espejo para bajar mientras mi boca se abre atrevida. Mi cabello no deja de danzar de un lado hacia otro, junto a mis manos que toquetean descaradamente toda parte de mi cuerpo. Bajo abriéndome de rodillas para apoyarlas cómodamente en el piso, subir y bajar con mi pelvis y mover aún más la cabeza.
Matthew se revolotea el cabello, y empiezo a presentir que estoy logrando intimidarlo y ponerlo nervioso.
Le sonrío con más lujuria, con más ganas y con más instinto, queriendo alimentar ese deseo ardiente que tenemos, queriendo encender más de lo que ya somos.
Me acerco a él, bailando cerca de su cuerpo en tanto sus manos acompañan mis movimientos, tocando mi cintura y aferrándose. Bajo y subo, lo encuentro con los labios y luego él me encuentra con su boca cerca de mis pechos.
Me siento en su regazo enrollando mis brazos en su cuello y realizo un círculo sobre él, dejando caer mi cabeza hacia atrás para volver a su boca.
Empiezo a moverme en su pierna sintiendo la fricción en mi intimidad. Nuestra mirada no deja de potenciarse ni se aísla.
—Mierda, Úrsula— susurra y sonrío ante sus palabras, haciendo una mueca en mi boca— es demasiado, no lo estoy soportando— gruñe en mi oído. Me separo poco de él sujetando su dedo pulgar para llevarlo a mi boca en una manera extremadamente tortuosa y provocativa. Abro la boca y jugueteo con mi lengua antes de chupar profundamente su dedo, con la mirada completamente encandilada y baja.
Matthew se muerde los labios con un pequeño gemido y le devuelvo el sonido, excitada también. Me gira para quedar debajo de él cuando empieza a quitarse desesperado el pantalón, antes tomando un preservativo para colocárselo. Sonrío atrevida y muerdo mis labios al verlo desnudo.
—Jodido hombre y obra de arte, Stone— susurro juguetona. Él me devuelve la sonrisa perversa para tomar con su mano mi mentón, levantándolo hacia arriba. Jadeo breve ante su acción. Estimula rápidamente con sus dedos mi clítoris, provocándome un escalofrío inmenso, para finalmente sentirlo sin previo aviso dentro de mí.
—Ah, Matthew— gimo ante su embestida inicial. Él se acerca a mi boca y mis piernas enrollan su torso, incitando la profundidad. No puedo evitar que los sonidos escapen de mi boca como olas de lujuria.
—Jodida sinfonía de gemidos y placer, Úrsula— gruñe en mi oído y empiezo a tener todo sentidos nublados ante su potencia y velocidad— por favor, no te pierdas esta increíble vista— más fuerte. Se escucha nuestro choque de cuerpos en el eco de toda la habitación— que mires hacia arriba, Úrsula— más fuerte.
Abro mis ojos nublada para enfocar la vista en el espejo de arriba.
—Matthew— gimo en alto al vernos. Jodida imagen de nosotros follando con tanta intensidad. La luz rojiza nos entrega un aura de completa sensualidad y erotismo mientras nuestros cuerpos parecen danzar apasionados y sin freno alguno— Matthew, carajo— grito ahogada, mordiendo su mano.
Se entrega más fuerte, con más ganas y persistencia.
La hiperventilación comienza pero de todas maneras la energía es tan suficiente que nada nos puede detener. Soportamos la dulce tortura con tal de ganar más placer. Estamos locos. Siento mi corazón acelerado, Matthew me gira bruscamente para cambiar de posición y encontrarme de un momento a otro encima de él, sintiendo su sexo con mayor profundidad.
Tiro mi cabeza hacia atrás olvidándome de la noción del tiempo y del espacio. Me encuentro en el espejo completamente salvaje y excitada.
—Vamos, bonita. Muéstrame ese fuego y ardamos juntos en este infierno— susurra Matthew sujetando mis caderas con sus manos. Pareciera que vuelo en fiebre alta cuando empiezo a brindar círculos sintiendo una intensa fusión de nuestros sexos. Me miro en el espejo de costado y tanta exposición entre nosotros me prende aún más— ¿Te gusta verte, eh? — jadea mordiéndose el labio y sus ojos se cierran perdiéndose en sensaciones. Empiezo a acelerar mis movimientos arriba de él, en círculos y brincando— mierda Úrsula— gimotea tomando una almohada del costado para morderla con su boca. Acelero más mis movimientos, invocando una velocidad parecida al mismísimo diablo.
—Matthew— grito sintiendo un hormigueo en todo mi cuerpo, comiéndome completa y liberando sensaciones más fuertes e intensas. Matthew jadea todavía con la almohada en su boca. Continúo saltando y apretujo mis pechos para soportar el orgasmo en su máximo.
Finalmente luego de pocos segundos más me asoma una descarga potente cuando libero un grito ahogado y Matthew tapa su gemido mordiendo la almohada. Libero jadeos intentando recuperarme aunque mi corazón esté demasiado acelerado. Matthew lanza la almohada y su rostro delata la intensidad del momento. Caigo en su pecho en la misma pose, todavía sintiéndonos. Nuestra calidez se difunde entre nosotros cuando sus brazos me abrazan. Escuchamos atentamente cada latido y las respiraciones en conjunto.
—Feliz cumpleaños, bonita— susurra Matthew en mi oído, besando mi lóbulo. Sonrío juguetona para darle un beso en sus labios.
SLEDGEHAMMER- PETER GABRIEL
You could have a steam train
If you'd just lay down your tracks
You could have an aeroplane flying
If you bring your blue sky back
All you do is call me
I'll be anything you need
You could have a big dipper
Going up and down, all around the bends
You could have a bumper car, bumping
This amusement never ends
I want to be your sledgehammer
Why don't you call my name
Oh let me be your sledgehammer
This will be my testimony
Show me round your fruitcage
'Cos I will be your honey bee
Open up your fruitcage
Where the fruit is as sweet as can be
I want to be your sledgehammer
Why don't you call my name
You'd better call the sledgehammer
Put your mind at rest
I'm going to be-the sledgehammer
This can be my testimony
I'm your sledgehammer
Let there be no doubt about it
Sledge sledge sledgehammer
I've kicked the habit
Shed my skin
This is the new stuff
I go dancing in, we go dancing in
Oh won't you show for me
And I will show for you
Show for me, I will show for you
Yea, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, I do mean you
Only you
You've been coming through
Going to build that powerr
Build, build up that power, hey
I've been feeding the rhythm
I've been feeding the rhythm
Going to feel that power, build in you
Come on, come on, help me do
Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah, you
I've been feeding the rhythm
I've been feeding the rhythm
It's what we're doing, doing
All day and night
MAZO- PETER GABRIEL
Hey, hey, tú.
Dime, ¿cómo te ha ido?
Podrías tener un tren de vapor (estás que echas humo?),
si te comunicases (echases tus vías)
podrías tener un avión volando.
Si haces que tu cielo azul vuelva,
todo lo que tienes que hacer es llamarme,
y yo seré cualquier cosa que necesites.
Podrías tener una montaña rusa,
subiendo y bajando, por todas las curvas.
Podrías tener un auto de choque, chocando,
esta diversión nunca termina.
Quiero ser tu martillo (mazo, almádena)
¿por qué no dices mi nombre?
Oh, déjame ser tu martillo.
Este será mi testimonio.
Enséñame tu caja de fruta,
porque yo seré tu abejita.
Abre tu caja de fruta,
donde la fruta es más dulce que en ningún otro lado.
Quiero ser tu martillo,
¿por qué no dices mi nombre?
Es mejor que llames al martillo,
descansa,
voy a ser... el martillo.
Este puede ser mi testimonio.
Soy tu martillo,
que no haya duda de ello.
Martillo, martillo, martillo.
Lo hago bien,
dejé el hábito.
Mudé mi piel,
esto es nuevo.
Voy bailando
-podemos ir bailando-.
Oh, ¿no me lo vas a enseñar?
Y yo te lo enseñaré.
Enséñamelo, yo te lo enseñaré.
Sí, de verdad que me refiero a ti.
Solo a ti.
Tú has estado insistiendo,
vamos a crear ese poder.
Crear, crear ese poder.
He estado alimentando el ritmo.
He estado alimentando el ritmo.
Vamos a sentir ese poder, construido dentro de ti.
Venga, venga, ayúdame.
Sí, tú.
He estado alimentando el ritmo.
He estado alimentando el ritmo.
Es lo que estamos haciendo, haciendo,
todo el día y toda la noche.
https://youtu.be/A3xTfImvfzk
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