Capítulo 11- Entre caníbales

Úrsula:

Extasiados, suspiros sueltos, corazones desbocados. Así nos sentimos cuando caemos acostados sobre el sillón después de hacernos sentir muy bien. Jodidos sexos orales.

Sin embargo me percato de un detalle al mirar hacia arriba.

¿Cortinas?

Matthew fuma a mi lado deleitándose con el cigarrillo. Se nota que es una acción que disfruta mucho, que le libera tensiones o le relaja completamente.

—Tus ojos brillan, Úrsula Lee— susurra sonriente. Le devuelvo la sonrisa en tanto poco a poco mi corazón baja su ritmo acelerado.

— ¿Tienes cortinas en el techo? — pregunto curiosa.

Él ríe bajo en respuesta, mientras se levanta y acomoda rápidamente su bóxer y pantalón. Yo me encuentro tapada con una sábana.

—Sorpresa— se levanta yendo específicamente hacia una esquina de la sala de estar. Continúo hipnotizada de su cuerpo tan perfecto, su torso es increíble. Noto en la oscuridad que tiene tatuajes en su cintura y espalda. Oh Matthew, que interesante.

Una cortina se desplaza fugazmente sobre el techo para dejar a la vista vidrios que resplandecen la noche en la ciudad junto a la luna y sus estrellas.

Carajo.

— ¿Sin palabras? — da media vuelta para observarme. Yo continúo prestando atención en cada partícula del cielo, como la gran fanática que soy. Matthew se acerca con dos copas de vino— ¿Quieres?

—Claro— sonrío bajando la mirada.

Matthew, además de brindarme una lujuria única e inexplicable, me brinda una paz inmensa. Es una mezcla de sentimientos lo que me genera, un sendero del que no puedo escapar por lo agradable que me siento junto a él.

—El arte son las cosas simples, Lee. Ese cielo de estrellas y la luna, son de mis mejores cosas. La naturaleza es increíble. ¿Recuerdas lo que te dije? La vida a pesar de lo caótico es hermosa. Estas cosas la hacen bella.

—Se nota que valoras toda la belleza del mundo, Matt. Es un techo increíble.

—Mi abuela me decía cuando era pequeño, nunca te sientas solo, tan solo mira las estrellas. Es mentira que somos insignificantes, al contrario, tenemos el placer de estar acompañados por ellas. Por el universo. Por todo lo que nos ofrece. Y también me dijo, algún día, estaré allí, junto a ellas. Las cosas más simples están llenas de arte, Matthew. No lo olvides.— su mirada se pierde hacia arriba, sus ojos destellan ternura y a la vez cierta nostalgia.

—Que hermoso, Matthew. Que lindas enseñanzas te ha dejado.

—Por ella aprendí la magia de la vida, la magia de lo artístico. Brindo por eso, Lee— me mira de manera intensa. Es que sus miradas son así, intensas. Chocamos nuestras copas para luego tomar el vino tinto.

—Estas muy atractiva, Úrsula ¿Lo sabes? Tu cabello desordenado, tus labios hinchados y rojizos, sentada con una sábana a punto de caerse de tu busto. Es ideal para pintarte.

Su mirada profunda en mi cuerpo me intimida por completo haciendo subir la sangre a mis mejillas. Inmediatamente me siento acorralada de sensaciones.

—Me encanta que te intimidas—prosigue.

—Gracias— trago saliva sonrojada y acomodando un mechón de cabello atrás de la oreja— tú también estas atractivo, Matthew. Demasiado. Eres muy distinto, no se...

— ¿Distinto? — susurra mordiéndose el labio en tanto se sonroja.

—De verdad, hipnotizas a cualquiera— finalizo sonrojada también. Nos acostamos y miramos el cielo, en silencio pero sin incomodidad.

— ¿Tienes tatuajes? — pregunto recordando cada instante en que baje sobre su cuerpo.

—Si ¿Te gustan los tatuajes?

—Me parecen una marca significativa, nunca me hice igual, aunque me gustaría...

— ¿Sabes que hubo una época que trabajé en estudios de tattoo? Tenía amigos que contaban conmigo por la precisión y el pulso para dibujar, fue antes de empezar a hacer visualizar mis obras. En mi adolescencia...

—Wow, entonces contaré contigo cuando quiera hacerme uno...

Él da vuelta la cabeza mirándome sonriente y perverso.

¿Cómo puede ser tan perfecto?

—Quiero ver tus tatuajes, Matt— mi mano inconscientemente sube en su brazo apreciando una de sus venas. Él me mira con una leve sonrisa acompañada de una profunda seriedad.

Se da vuelta y se sienta mostrando su espalda. Jodida espalda.

—Recórrelos con tus manos, Lee. Intenta descifrar cada uno de ellos— toca su cabello y observo como estira su cuello de un lado hacia el otro con completa seguridad. Su espalda es tan perfecta, sus músculos se tensionan levemente cuando rozo con mi dedo de manera delicada, como si fuera la primera vez que estuviera descubriendo otra piel.

Debajo de su cuello lleva una frase en ingles que significa: El arte salva.

"The art saves" en una letra cursiva y gótica sensual.

Mi dedo pasa por cada una de las palabras apreciando su cuerpo y esta fase.

Luego, mucho más abajo, nace un árbol. Un árbol con milésimas de ramas hacia arriba, cada una con su estilo y personalidad: cada una en vez de llevar una hoja, lleva mucho más.

En algunas hay estrellas, en otras hay pinceles, en otras rayos y en otras una luna radiante.

Por último, a un costado cerca de su cintura, me percato la existencia de otro tatuaje más.

El mira hacia abajo cuando mi mano lo acaricia en esa delicada zona. Libera un pequeño suspiro.

—El sol y la luna unidos...— susurro.

Él me mira atento, mientras una leve sonrisa se escapa de su rostro.

—Hay una historia que mi abuela me contaba, pero te la dejaré para más adelante Lee. La curiosidad a veces es buena llevarla con nosotros. Será un deseo que algún día te revelaré. Te sorprenderás de la historia del sol y la luna... ¿Puedes imaginarte algo?

—No lo sé... es que son dos mundos distintos.

—Y eso es mágico... te la revelaré más adelante, Lee.

¿Cómo puede ser tan profundo en cada una de sus reflexiones?

— ¿Te quedas a dormir, con esta vista impecable hacia las estrellas, Úrsula? — prosigue sensual mientras se acomoda nuevamente en frente de mí, acariciando mi cabello y dejándolo peinar en sus dedos.

Subo a su regazo impulsivamente y quedo un instante quieta, observándolo e intentando asimilar lo que estoy viviendo: una fantasía.

—Eres una fantasía, Matthew— susurro sobre su oído. Escucho su risa baja que me provoca miles de escalofríos.

—Te advertí el otro día Úrsula, te estas metiendo en un camino artístico que te cambiara la vida si lo empiezas a apreciar de esta manera. Sé que estas dispuesta a aprender mucho, sé que eres un volcán insaciable, Lee. No me lo puedes negar. Lo veo en tus ojos. ¿Y sabes algo? Me encanta ser partícipe de eso, tú también me prendes Úrsula, no sabes lo mucho que me prendes...

Carajo. Cada palabra que libera es como comer un dulce envenenado de deseo.

—El sexo es un descubrimiento, no debemos apurarlo, aunque muera de ganas— susurra en tanto sube y baja lentamente su mano de mi espalda— ¿Lo que hicimos hoy sabes cómo lo denomino?

Imaginar la situación de su cuerpo junto al mio, me prende de una manera increíble. Si logra hacerme sentir con tan solo un roce, imaginen con todo lo que implica un sexo completo. 

— ¿Cómo, Matthew? — suspiro débil sintiendo su piel en mi boca.

—Entre caníbales— prosigue en voz baja.

Sonrío sabiendo a qué se refiere. Me separo de su cuello para levantar la mirada junto a la suya.

— ¿Soda Stereo?

—Soda Stereo— afirma preciso.

Suspiro nuevamente dejando caer mi cabeza otra vez en su cuello, deleitándome en su olor corporal mientras él no deja de tocar mi cabello.

—Una eternidad...— susurra cantando— esperé, este instante...

De escuchar su voz pronunciando cada palabra de la canción mi cuerpo se coloca en una situación de completa rareza acompañado de mi corazón palpitando fuerte.

—Y no lo dejaré... deslizar... en recuerdos quietos... ni en balas rasantes, que matan...— tararea jadeante y débil.

"¡Ah! Come de mí, come de mi carne

¡Ah! Entre caníbales

¡Ah! Tómate el tiempo en desmenuzarme

¡Ah! Entre caníbales

Entre caníbales"

Libera un pequeño gemido y beso su clavícula con fuerza. Me sujeta de la cintura para acostarme y me dedica lamidas profundas en el cuello, devolviéndome lo que le di hace instantes. Suspiro levemente cuando su cara queda hundida en mi busto, sintiendo mi piel contra su piel. Nos quedamos en silencio, él poco a poco se relaja para dormirse, yo miro las estrellas y recuerdo sus palabras.

"La vida a pesar de lo caótico, es hermosa".

Entre caníbales- Soda Stereo

Una eternidad

Esperé este instante

Y no lo dejaré

Deslizar en recuerdos quietos

Ni en balas rasantes

Que matan

¡Ah! Come de mí, come de mi carne

¡Ah! Entre caníbales

¡Ah! Tómate el tiempo en desmenuzarme

¡Ah! Entre caníbales

Entre caníbales

El dolor es veneno, nena

Y no lo sentirás

Hasta el fin, mientras te muevas lento

Y jadees el nombre

Que mata

¡Ah! Come de mí, come de mi carne

¡Ah! Entre caníbales

¡Ah! Tómate el tiempo en desmenuzarme

¡Ah! Entre caníbales

Una eternidad

Esperé este instante

Una eternidad

Esperé este instante

Una eternidad

Esperé este instante...

https://youtu.be/Aw4daeklTf0

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