Capítulo 6
Al ver su cara me invadió un sentimiento de cólera. Todo lo vi en rojo y sinceramente mi mente no alcanzó a procesar nada muy bien cuando ya estaba de pie dándole una cachetada y gritándole toda la gama de malas palabras que conocía, las cuales eran bastantes. Así que se podrán imaginar la escena, Louise nos miraba con los labios fruncidos, un poco impresionada; a mis espaldas, todavía sentado en la mesa estaba Peter aguantando una risita; y Connor, bueno la expresión de Connor era difícil de leer...
– ...¡Eres un maldito idiota!, ¡primero me besas y luego me dejas en este jodido lugar lleno de estos estúpidos monstruos extraños! -. En ese momento Peter dejó de reír, sep creo qué tal vez los ofendí un poco-. Oh, se me olvidaba ¡¿Qué coño tenemos en la espalda?! ¿¡Alas?! ¿¡Por que tenemos alas?!...-. En ese momento el pelinegro interrumpió mi increíble discurso. Me tomó de la muñeca y volteó mi cuerpo todavía sosteniendo mi brazo, me apretó contra su pecho y susurró a mi oído
– ¿Podrías por favor calmarte un poco?-. Sentí un escalofrío a través de mi cuello. Gruñí, pero me quedé callada. Si mi cara no se había puesto completamente roja por la rabia ahora estoy segura de que lo está, había dicho todas esas terribles cosas frente a ellos, básicamente había montado una escena y no es precisamente lo mío ser el centro de atención.
Connor se movió todavía sosteniéndome, le dio una sonrisa amigable a Peter y un saludo con la cabeza, luego saludó a Louise, tomó un plato de comida con su mano libre y nos llevó a una habitación. Era bastante sencilla tenía una pequeña cama con mantas blancas, una mesita de un material parecido a la madera con dos sillas a cada lado, una mesita de noche con una lámpara y una foto de dos personas con un niño.
Me volteé para encarar a Connor con el ceño fruncido, el se metió un pedazo de carne a la boca
– ¿Podrías formular una pregunta a la vez? Es un poco molesto cuando sueltas todas esas palabras sin esperar respuesta-. Me interrumpió cuando estaba a punto de hablar para luego sentarse en una de las sillas. Abrí la boca y luego la volví a cerrar ¿Que preguntaría? Y. ¿A qué se debía su actitud?, es decir, yo soy la que debería estar molesta, no él.
– ¿Por que tengo está mierda en la espalda?-. Fue lo primero que salió de mi boca, justo cuando él iba a responder le interrumpí solo para fastidiarlo-. ¿Quiénes son Louise y Peter?-. Una sonrisa se asomó en mi rostro-. ¿Por que vives con ellos? Y ¿¡Que es lo que te pasa maldito idiota, me has dejado todo el día aquí sola con esos... esos?!-. Él hizo una mueca
– ¿Monstruos?-. Preguntó, yo cerré la boca y me cruce de brazos intentando una expresión neutral. En serio no quería llamarlos así, pero eso era lo que eran. Una sonrisa se curvo en su rostro-. ¿Nunca has pensado qué tal vez los humanos sean los verdaderos monstruos?-. Quise interrumpirlo pero él continuó hablando-. No soy un humano
– ¡Wow! ¿En serio?, eso sí que no me lo hubiese esperado-. Dije irónica ante su confesión. El puso mala cara pero continuó hablando
– Los Pinnis somos seres con cuerpos parecidos a los suyos, solo que con alas. Vivimos aquí, podría decirse que en el cielo. Durante años nos hemos ocupado de que la mayor parte de su especie no se percate de nuestra existencia. Pero antes no era así-. Sonrió y pude detectar un pequeño brillo en sus ojos-. Hace mucho tiempo los Pinnis y los humanos convivían juntos. Algunos humanos vivían arriba y algunos Pinnis abajo. Las razas se mezclaban dando como fruto diferentes mutaciones, hoy en día todavía existen algunas, en fin gracias a toda esta mezcla surgieron humanos a los que denominamos amore, ellos tenían genes con descendencia pinnis, se hacían más atractivos a los ojos de los humanos alados eran como la raza de humanos destinados a estar con nosotros. Pero más adelante se separaron los humanos de los pinnis y con el tiempo nos olvidamos, algunos todavía teniendo el conocimiento de que el otro existe...
– ¿Y qué tiene que ver toda esa historia conmigo?-. Dije cruzándome de brazos.
– Valentine, tú eres un amore. Como castigo por terribles crímenes a un pinnis podrían cortarle las alas y enviarlo a la tierra y que viva ahí por siempre, a menos que antes de que caiga el sol cien veces logre besar a un amore, entonces las alas le serán devueltas así como también le serán otorgadas también a la pareja. Por eso tienes alas.
– ¡Eso es una estupidez! ¡¿En serio piensas que me voy a creer tu historia?!-. Dejé escapar una risita-. ¿Que mis abuelos tenía alas como ustedes? No lo creo.
– Puedes creer lo que quieras-. Respondió indiferente, un sentimiento de duda me inundó, ¿Qué tal si todo es cierto? Nada hasta ahora ha sido completamente normal...
– Los amores tienen cierto efecto en nosotros, podemos reconocerlos y naturalmente generan un lazo hacia los pinnis. Es fácil saber cuando estás frente a una.
– Y ¿Quiénes son Peter y Louise? ¿Por qué vives con ellos?
– Son mi familia, desde pequeño vivo con ellos-. Se limitó a decir. No pregunté más acerca del tema, no es algo que considere importante en este momento.
– ¿Por qué me elegiste?-. Eso era lo que me llevaba preguntando todo este tiempo ¿Por qué yo?
– ¿A qué te refieres?
– Deben haber muchos amore más hermosos y con vidas mejores que arruinar-. Explique. Él sonrió ante mi pregunta
– Yo no te elegí-. Dijo igual de jodidamente indiferente que siempre.
– ¿A no?-. Dije a punto de darle una otra cachetada
– No es tan fácil encontrar un amore, cuando te vi ya había caído 50 veces el sol. Eras mi única opción.-. Okey, ahora en serio estaba ofendida.
– ¿Cómo hago para quitarme las jodidas alas de encima?-. Escupí ya completamente cansada de estos estúpidos temas fantasiosos. Necesito un solución sencilla para volver a mi vida normal.
– Pensé que eso sería lo primero que preguntarías-. Sonrió, sentí mi corazón latir más rápido y mis manos comenzar a temblar ¿Qué tal si simplemente no puedo?-. He estado estudiando y tienes que esperar a que el sol caiga 60 veces, entonces...-. Suspiró-. Tendrás que matarme, esa es la única oportunidad que tendrás para regresar. Si es que decides volver a casa, si no muero ese día antes de que caiga el sol entonces nunca volverás a la normalidad...
– Osea que si mueres antes...
– Te quedarás aquí por siempre-. Completó mi frase-. Hoy fue el primer sol, todavía faltan 59 días así que lo mejor es que te vayas acostumbrando
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top