Capítulo Dos

Violeta

Estaba llendo a clases, llegaba unos minutos tarde pero daba igual. Hasta que vio a lo lejos a shinazugawa arrastrar consigo a una estudiante, solo de chismoso los siguió.

— ¡¡sensei no me deje aquí!!.— escucho la voz femenina provenir del Salón de castigo.— ¡shinazugawa-sensei!.

Divertido se acercó y abrió la puerta, se encontró a una joven de 1.60 cabello violeta al igual que el color de sus ojos, Esta le sonrió con nerviosismo alzando su mano en saludo.

— Hola...— le saluda con nerviosismo.— ¿quien es usted?.— lo señala confundida.

— eso debería preguntar.— contestó con diversión.— que hace una jovencita como tu aquí?.— le preguntó de brazos cruzados.

— ...ah eso jaja...— reía jugando con sus manos y pies, desvío la mirada.— estoy castigada, otra vez.— hizo una mueca.

— ¿porque?.

— por dibujar en clases, hablar y reirme mucho.— confeso apenada.— shinazugawa-sensei no me tiene paciencia.

— ¡¡porque aburres a todos!!.— exclamó molesto una tercera voz, ambos voltearon y se encontraron a sanemi.— que haces tu aquí uzui?.— dijo mirando al de ojos fucsia.

— escuché los gritos de una señorita y vine hasta aquí.— respondió mirando a la menor.— y que hay de ti?.— dirigió su mirada a sanemi.

— vine a ver a este desastre, su hermana mayor me pidió que le enseñara matemáticas.— decía mirando con reproche a Tanaka.— pero no me advirtió que es una terca y holgazana.

Uzui río suavemente, tras sanemi veía a olvia hacer muecas graciosas.

— se lo que haces olvia.— alzó la voz sanemi sin mirarla.— llamaré a robin así que puedes irte a tu salón.— volteo para ahora mirarla.

Olvia hizo un puchero y se marchó bajo la atenta mirada de ambos profesores.

— de verdad es tan terca?.— preguntó tengen.— se ve como alguien muy centrada y responsable.

— no es muy buena en matemáticas lo admito, pero tiene talento para el arte.— admitió sanemi mostrándole los dibujos que le había confiscado.— mira.

Tengen estaba sorprendido, tenía hasta los más mínimos detalles. Sin duda aquella joven tenía talento, mucho talento.

— ¡esto es muy extravagante!. — exclama.— ella tiene que ser mi estudiante sin duda alguna.

— suerte con eso, a pesar de todo no es fácil ganarse su confianza.— finaliza para despedirse de el dejándole el dibujo.

— pues ella será mi aprendiz.

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