Capítulo 27: Lo que sostiene el pilar
- ¡¡AHHHH!!
El potente grito de Genya resonó en la librería Mariposa Azul.
- ¡¡Cállate!! ¡¡Molestas a los clientes con tus gritos!! – le regañó Aoi.
- Pero es que... ¡¡AHHH!! ¡TANJIRO! – gritó al chico que tenía al lado - ¡¿Lo has leído?! ¿Qué va a pasar ahora con Jiro?
- No lo sé – cerró la revista en la que se había publicado el capítulo de Kimetsu no Yaiba de esa semana – Tendremos que esperar ¿no crees?
- El final está llegando, creo que me dará depresión cuando acabe.
- No te deprimas por eso, es solo un manga después de todo.
- ¿Qué? – Genya frunció el ceño - ¿De verdad eres tú Kamado Tanjiro? Creía que los dos éramos unos fanáticos de Kimetsu no Yaiba.
- Y así es, amo Kimetsu no Yaiba pero... - su mirada se volvió triste al ver el último panel del capítulo en la revista que tenía Genya – Llegará el momento en el que tendremos que pasar página.
Genya y Tanjiro abandonaron la librería y se dirigieron hacia la Finca Mariposa. Genya miraba de reojo al pelirrojo, en las últimas semanas había estado muy raro, como si una parte de su brillante energía se hubiera apagado. No sabía que le había pasado pero también podía notar un comportamiento raro en Giyuu. El pilar del agua evitaba venir algunos días y cuando venía intentaba bajar con la menor frecuencia posible. ¿Había pasado algo entre ellos?
- Ya estamos aquí – Genya abrió la puerta y entró al salón seguido de Tanjiro.
- ¡¡Wasshoi!! – el potente grito de Rengoku les obligó a taparse los oídos - ¡Ah, hola! Estábamos practicando para el Tanabata. ¿Queréis gritar con nosotros?
- ¿Gritar?
- ¡Sí! – Mitsuri asintió emocionada - ¡¡Wasshoi!! ¡¡Seiya, seiya!!
- ¡Con más fuerza Kanroji! – la alentó Uzui - ¡¡Wasshoi!! ¡¡Soiya!! ¡¡Soiya!!
- ¡¡DEJAD DE GRITAR DE UNA PUTA VEZ!!
- ¡Eso es Shinazugawa! ¡¡Hazlo con pasión! ¡¡Wasshoi!! ¡¡Wasshoi!!
- ¡Tanabata, Tanabata! El año pasado no fuimos y este es el último en el que estaremos todos juntos. ¡Tenemos que ir y pasarlo bien! ¡Tanabata, Tanabata! – Mitsuri cogió de las manos a Rengoku y Uzui y se pusieron a dar vueltas en círculo mientras seguían gritando.
- ¡Tanabata! ¡Tanabata! – los tres pilares seguían gritando mientras Shinobu, Gyomei e Iguro les miraban con una sonrisa y Sanemi se tapaba los oídos.
- ¡Iremos todos juntos, comeremos algodón de azúcar, escribiremos nuestros deseos y veremos juntos los fuegos artificiales! ¡Todos juntos! – Mitsuri estaba como en una nube, amaba los festivales de verano.
- Yo no iré – la tranquila voz de Muichiro hizo que parara la celebración de Rengoku, Mitsuri y Uzui.
- ¿Por qué? – el pilar del amor le miró preocupada.
- Oye, es el último año que estaremos todos juntos como pilares. No es muy extravagante no venir.
- Creo que no me he explicado bien – empujó hacia atrás la silla y se puso de pie – Iré al Tanabata pero no con vosotros. Iré con Senjuro, Yui y Kotetsu.
- Pero...
- ¿Qué esperabais? – no terminó de dejar hablar a Rengoku – Yo no soy un adulto como vosotros, debería relacionarme más con gente de mi edad.
- Eso lo sabemos – la voz de Gyomei sonó en el ambiente tan extraño que se estaba formando – Pero el año que viene podrás celebrar el Tanabata con los chicos de tu clase, sin embargo no sabemos si podremos reunirnos todos.
- Ya, una pena pero yo ya tengo mi plan – dejó sus dibujos terminados en la mesa y salió del salón sin mirar en ningún momento a Tanjiro.
- Muichiro... - Tanjiro miró preocupado como el pilar de la niebla se iba.
El ambiente del festival era ruidoso y divertido, por donde miraras había alguien vistiendo un yukata y disfrutando del festival. Había puestos de comida, juegos y por supuesto mucha gente escribiendo sus deseos en pequeñas tiras de papel que colgaban a las ramas del bambú. A las doce de la noche estaban programados los fuegos artificiales así que la gente seguiría llegando para no perdérselo por nada del mundo.
- ¿Qué pido? ¿Qué pido? – Inosuke recibió emocionado de manos de Shinobu su tira de papel de un azul demasiado llamativo.
- Uzui-san – Shinobu terminó de repartir las tiras de papel a todos y miró mal al pilar del sonido - ¿Se puede saber por qué todas las tiras son de colores tan llamativos?
- ¡Para que se vean bien! Solo se harán realidad los deseos que mejor se vean.
- Rengoku-san, fuiste a comprarlo con él ¿por qué no hiciste que comprara algo menos llamativo?
- Jajaja, es que me gustaron mucho.
- No pasa nada, la verdad es que son bonitas – Zenitsu apoyó su papel en un banco cercano aunque el amarillo fosforito le hacía daño a la vista – Tengen, te has pasado.
- Pero si acabas de decir que son bonitas.
- Lo retiro.
- ¡Gonpachiro! ¿Qué vas a desear?
- ¿Yo? La verdad es que no lo sé.
- No pidáis deseos materialistas, hay rumores de que esos nunca se cumplen en el Tanabata – les advirtió Gyomei.
- ¡¿Eh?! Yo quería desear bellotas.
- Bien – Sanemi se preparó para escribir – Desearé que Iguro folle con más frecuencia.
- ¡No desees eso! Si te pones así, yo desearé que dejes de estar estreñido y así tengas mejor humor.
- Nada de desear guarradas, si deseáis algo así... - la mirada de Tanjiro se volvió tenebrosa – Recibiréis un cabezazo, ¿ha quedado claro?
Todos asintieron con miedo ante la amenaza de Tanjiro. Sanemi vio como Giyuu se mantenía algo alejado del grupo. La relación entre él y Tanjiro se había enfriado de alguna manera y seguramente fuera por su intento fracasado de declaración de amor.
- Oye – se acercó hacia Giyuu - ¿Qué mierda vas a desear? ¿Salir de la depresión?
- Si las depresiones se curaran con deseos entonces nadie en el mundo estaría deprimido ¿no crees?
- Supongo que tienes razón – dejó que el silencio corriera entre ellos, nunca había sido fácil entablar una conversación con Giyuu - ¿Qué vas a hacer?
- ¿Con qué?
- Con él – señaló con la cabeza a Tanjiro - ¿Vas a dejar que se vaya sin decirle nada? Si haces eso acabaría siendo un final de mierda.
- ¿Y qué quieres que haga?
- No lo sé ¿no eres tú el increíble pilar del agua que tanto admira? Tanjiro siempre dice esas mierdas de que tu mente es maravillosa y no se qué. Si no puedes conseguir un buen final para ti ¿cómo vas a conseguir un buen final para tu manga?
- A lo mejor... - apretó la tira de papel entre sus manos – Ninguno de ellos acaba con un final feliz.
- Tomio...
- ¡¡¡Ya está!!! – Inosuke alzó feliz el papel entre sus manos - ¡¡Mi deseo ya está!!
- No habrás pedido bellotas, ¿verdad? – Genya le miró mal.
- ¡No! He pedido algo mejor – mostró su papel a todos en el que ponía "Deseo que Kanao tenga éxito como diseñadora" - ¡Gigante que predica la castidad! Este deseo no es materialista ¿se va a hacer realidad?
- Seguro que sí.
- Vaya, es un bruto por fuera pero es un buen chico – Shinobu sonrió a Kanao – Confío en que le vuelvas menos impulsivo.
- No – la chica negó con la cabeza – Me gusta mucho el Inosuke impulsivo – se acercó hacia una de las ramas y colgó su deseo, había escrito "Deseo poder pasar más tiempo al lado de Inosuke".
- El mío también está – Mitsuri se acercó y colgó su deseo – El mío es "Deseo poder volver a reunirme con todos". Iguro-san y yo nos iremos pero os quiero mucho a todos, a Muichiro-kun también – sonrió a pesar de que estaba algo triste porque el pilar de la niebla no había querido estar con ellos.
- El mío "Quiero visitar unas aguas termales con todos en fin de año" – Rengoku enseñó el suyo – Me gustan mucho las aguas termales, son ardientes y te dejan como nuevo. Creo que es un buen lugar para volvernos a reunir.
Shinobu terminó de escribir el suyo y se acercó para colgarlo.
- No hace falta que digáis lo que habéis escrito, os emocionáis tanto que parecéis niños.
- ¿Qué has escrito tú? – la preguntó Kanao.
- Nada importante, algo así como "Que nunca más alguien se beba todas las cervezas de mi nevera" – Shinobu se aseguró de que nadie viera su deseo, había escrito "Deseo no sentirme triste por la ausencia de todos".
Aunque intentara no demostrarlo, a Shinobu le daba miedo el silencio que se formaría en su casa después de finalizar el manga.
- Lo siento por lo de las cervezas – se disculpó Uzui - ¿Cuánto te debería pagar por todas las que me he bebido?
- Pues... puede que 46 billones de yenes.
- ¡¿Qué?! ¡Ni de coña me he bebido tanto!
- Tranquilo, una parte la debería pagar Shinazugawa-san.
- Diría un insulto que involucrara a mi polla, pero no lo diré. Solo diré que lo que iba a decir empezaba por "cómeme la..." y vosotros ya sabéis.
- Que bonito, yo voy a pedir por vuestra salud. Ya sabéis, que crezcáis y eso porque me tengo que agachar para miraros a la cara.
- Pues bien que no te importa agacharte si es para comerle el culo a Zenitsu.
- Jajaja, pero eso es mejor que miraros a la cara.
- ¡Tengen! – Zenitsu dio un golpe en el brazo a Uzui y le dio su tira de papel – Cuelga tú mi deseo, si lo cuelgo yo no va a quedar en un lugar alto.
- ¿Qué has deseado cariño? ¿Tener un bebé con el hombre más extravagante del mundo?
- ¿Cómo iba a hacer eso? He deseado salud para mi abuelo, quiero que viva muchos años.
- Aww, ese es mi dulce, tierno y enojón algunas veces Zen – atrapó entre sus fuertes brazos a Zenitsu y empezó a repartir besos por su cabeza.
- ¡Tengen, estate quieto!
Tanjiro sonrió por la tierna escena, a veces la relación de Uzui y Zenitsu le daba envidia.
- Himejima-san, ¿usted que ha pedido?
- Fortuna para todos, quiero que vayáis donde vayáis lo hagáis bien. Rezaré por todos.
Iguro miró su papel y su rostro se empezó a volver rojo, los demás habían pedido cosas muy bonitas y él no era la excepción aunque le daba vergüenza que vieran su deseo.
- Hombre serpiente ¿tú que has puesto?
- ¿Eh? ¡Oye!
Inosuke le arrebató el papel con su deseo y se puso a leerlo.
- ¿"Deseo... conseguir una última foto de todos juntos"?
- ¡Dámelo! – Iguro se lo arrebató y se sonrojó más al ver como todos le miraban - ¿Qué? Es un deseo tonto, ya lo sé y además no se puede hacer realidad. Parece que Muichiro ya no quiere estar con nosotros.
Mitsuri cogió de la mano a Iguro y depositó un beso en su mejilla.
- Es un deseo muy bonito, ojalá se haga realidad.
- ¿Queréis saber el mío?
- Shinazugawa-san, espero que no sea nada que involucre tu pene – Shinobu frunció el ceño mientras se cruzaba de brazos.
- Pues no, míralo – enseñó a todos su papel, había escrito "Deseo que nadie se rinda con lo que ama".
Todos miraron sorprendidos el deseo, era muy raro que viniera del pilar del viento.
- ¿Qué?
- Es que es muy... ¿extravagante? No, más bien... raro viniendo de ti.
- Pues es lo que realmente deseo – colgó su deseo en una de las ramas del bambú y miró a Giyuu - ¡Hey! ¡Come mierda! ¿Has escuchado mi deseo? No hagas que no se cumpla por tu culpa – murmuró lo último pero Giyuu pudo oírlo bien.
- El mío... - Genya sacó su papel – Creo que no se va a hacer realidad pero quiero pedirlo – enganchó su deseo, ponía "Deseo hacer las paces con Yuichiro" – Tanjiro ¿cuál es el tuyo?
- Emmm – miró su papel, todavía estaba en blanco.
- Pero Gonpachiro, todavía no has escrito nada. Date prisa que tenemos que ir a jugar a los puestos.
- S-sí – acercó el lápiz al papel y empezó a escribir. Escribió sin pensarlo mucho y acabó poniendo "Deseo que Tomioka-san me ame".
En su rostro se formó una expresión seria y vacía. ¿Qué era eso? Era un deseo tremendamente egoísta y era el primer deseo que había pasado por su mente. ¿Cómo se atrevía a pedir que alguien que no le quiere le ame?
- Tanjiro – Zenitsu intentó acercarse pero Tanjiro guardó rápidamente el papel - ¿Estás bien?
- Sí, es que... no tengo muy claro que voy a pedir. Mejor me lo pienso y lo cuelgo luego.
- Tomioka-san, ¿tu deseo ya está? – le preguntó Mitsuri.
- No, no voy a pedir ningún deseo. No creo que nada se vaya a hacer realidad solo por desearlo.
- Dan ganas de venir al Tanabata contigo – criticó Shinobu de forma sarcástica – Pues si ya está, vámonos a los puestos. Intentemos divertirnos.
Todos empezaron a andar para adentrarse al festival. Tanjiro volvió a sacar el papel con su deseo. ¿Estaría bien pedir un único deseo egoísta en su vida?
- ¡Hakuji! ¡Mira, mira! – Koyuki se acercó corriendo a un puesto de comida – Takoyaki, que ganas tenía de comerlo. ¿Quieres?
- Claro – asintió ante la propuesta de su novia.
Mientras Koyuki compraba el takoyaki, Hakuji se quedó embobado mirándola. Koyuki se veía tan preciosa con un yukata azul claro con dibujos de flores negras y su inseparable broche con forma de copos de nieve. La verdad es que se podría quedar la noche entera mirándola solo a ella.
- Hakuji – se acercó al más alto y pinchó una de las bolitas de takoyaki para acercarla a su boca para soplarla – Quema un poco, di "ah".
Cerró los ojos y abrió la boca encantado dejándose alimentar por la chica. Una noche perfecta de Tanabata con la chica que se había apoderado de su corazón. Fuegos artificiales con Koyuki, takoyaki con Koyuki, buenos recuerdos con Koyuki y solamente con Koyuki.
- Un poco más, di "ah" – otra voz diferente a la de Koyuki sonó pero Hakuji se dejó alimentar.
- Otra más, abre la boca que viene el tren – alguien acercó otra bola de takoyaki a su boca y aunque Hakuji la aceptó, abrió los ojos al reconocer al odioso dueño de esa segunda voz.
- ¿Qué mierda haces?
- ¿Mm? – Douma sonreía – Alimentar a mi mejor amigo.
- Yo alimento a mi amante – respondió Enmu a su lado, quien supuso que le dio el takoyaki después que Koyuki.
- Ni soy tu amigo, ni soy tu amante.
- ¡¿EH?! – Douma y Enmu le miraron impactados - ¡¿Y cuándo pensabas decírnoslo?!
- ¡Dejad de hacer el payaso! – Daki llegó vistiendo un yukata de color verde y flores rojas, cogió el abanico de Douma y golpeó las cabezas de Enmu y Douma – Si Akaza tuviera un amante obviamente sería yo.
- Ah~... que bien se ha sentido eso – Enmu se sobó la zona golpeada – Pero no es justo, yo también quiero ser el amante de Akaza.
- Su amante sería yo ¿verdad? – se giró para preguntarle a Gyutaro – Venga, diles a todos que tu hermanita es la más hermosa del mundo.
- Creo que me quedaré callado.
- Jajaja, que divertido pero ya que yo soy su mejor amigo, su amante sería yo.
- ¡No eres mi mejor amigo!
- Pero Akaza – Douma le miró con los ojos llenos de lágrimas – Yo siempre he pensado que somos tan buenos amigos que conocemos el número de pecas que tiene el otro.
- ¡Tú no sabes esas mierdas!
- ¿No? Antebrazo derecho, a 7'5 centímetros de tu muñeca hay una peca de exactamente 0'04 milímetros de diámetro.
- ¡¿QUÉ?!
- Yo también sé de eso. Tobillo izquierdo, con un diámetro de 0'0012 milímetros hay una peca que si la miras desde determinado ángulo parece una patata. Ah~... ojalá me patearas con la pierna donde tienes esa peca.
- ¡A este paso sí que te voy a patear!
- ¡¿En serio?! – los ojos de Enmu se abrieron como platos y se enganchó a la pierna de Hakuji – Hazlo ahora por favor, quiero que sea fuerte y doloroso. Haz... mmm~... haz que mi cuerpo tiemble.
- ¡Quita! – levantó la mirada para encontrarse con Kaigaku y Rui, los que deberían ser los más sensatos del grupo - ¿Qué hacéis todos aquí?
- ¿No has leído el mensaje? – le preguntó Kaigaku – Muzan-sama nos ha citado a todos en el Tanabata.
- No, de eso nada. Esta noche no estoy trabajando, no soy Akaza, soy Hakuji. ¿Os queda claro?
- Para mí eres Akaza y punto – Muzan apareció seguido de Kokushibo – Y esta noche tenemos una importante misión que cumplir.
- Me da igual, esta noche no puedo.
- Ho-hola – Koyuki saludó un poco intimidada - ¿Usted es Kibutsuji Muzan-san?
- ¿Mm? Sí, ¿quieres un autógrafo?
- N-no... esto... - hizo una reverencia delante del hombre de ojos rojos – Gracias por contratar a Hakuji, no nos conocemos mucho pero creo que usted es un buen hombre.
- Yo sí te conozco, Akaza babea en el trabajo mientras piensa en ti. Eres más bajita de lo que pensaba.
- ¡No babeo!
- Bien, ya he tomado mi decisión. Permito a Koyuki acompañarnos esta noche, ella será testigo de cómo hacemos a los pilares morder el polvo.
Koyuki buscó la mirada de Hakuji pero sintió como alguien tomaba su mano y depositaba un beso en ella.
- Koyuki-chan – Douma la sonrió – Un placer disfrutar de tu compañía esta noche. Perdona que te obliguemos a juntarnos con pecadores como nosotros. Es una pena mancillar a un ángel tan hermoso.
- N-no soy un ángel.
- Lo pareces – Gyutaro se puso a su lado – Creo que no me conoces todavía. Soy Shabana Gyutaro, soy mangaka aunque mi verdadera profesión es modelo, lo habrás podido sospechar por la simetría en mi rostro y mis facciones dignas del actor de cine más sexy – empezó a sacar músculo para intentar impresionar a la chica.
- ¿Qué modelo serías tú? ¿De disfraces de Halloween? – Rui soltó su comentario y Gyutaro cayó derrotado al suelo.
- ¡Eres un niño cruel! ¡Dakiiiiiiiii, dile lo guapo que soy!
- Tu cara da miedo, ¿qué quieres que hagamos?
- Vamos, vamos – Koyuki se acercó a Rui – No está bien decir eso, puedes dañar sus sentimientos. ¿Cómo te llamas?
- Ayaki Rui, llámame como te dé la gana, no me importa.
- Vale, entonces, Rui-kun – pasó sus manos por los cabellos blancos levantando la parte de su pelo que tapaba uno de sus ojos – Vaya, pero si debajo de este pelo similar a una araña hay un chico muy guapo. Rui-kun, llevémonos bien.
- Ah... - las mejillas de Rui se pusieron rojas – De-deja mi pelo – apartó la mano de la chica y se escondió sonrojado detrás de Muzan.
- Rui-kun es un buen chico.
- Esta chica... - la ceja de Daki empezó a temblar – Me está empezando a recordar a cierto chico insoportable de pelo rojo.
- Vamos, hay que buscar a los pilares para humillarles dramáticamente. Si tenemos éxito os invitaré a todos a champán, menos Rui, el beberá zumo. Koyuki, tú también puedes beber champán.
- ¿Champán? N-no, mejor no, es que no puedo beber al... es decir, es que no me apetece alcohol pero gracias por la oferta.
- ¿Segura? Bueno, como quieras, seguidme. Vamos a partir en trocitos a los pilares – Muzan empezó a andar y todos fueron detrás de él, incluida Koyuki.
- ¿Qué? ¡Esperad! ¡Así no tenía que ser mi Tanabata! – sin más remedio, Hakuji se fue con todos.
Mientras seguían a Muzan, Daki giró su rostro para mirar a Koyuki. Algo había llamado su atención, estaba segura de que antes la chica iba a decir que no podía beber alcohol.
¿Por qué no podía beber alcohol?
En un puesto del festival dedicado a atrapar peces dorados, un chico tenía la mirada perdida entre la multitud.
- Inoko-san... - un chico normalucho, con cara normal, cuerpo normal, voz normal y ninguna novia era el encargado de este puesto de peces dorados. ¿Cuál es el nombre de este personaje secundario al que cualquiera olvidaría su nombre al día siguiente? La respuesta es Murata - ¿Podré tener la suerte de rencontrarme con la hermosa Inoko-san esta noche?
Murata cerró los ojos mientras sus mejillas se teñían de rojo al recodar el hermoso rostro de la "chica" que robó su corazón en esa cita grupal. Esta noche era el Tanabata, si Hikoboshi-sama y Orihime-sama se podían reunir esta noche ¿por qué él y su hermosa Inoko no podrían?
- ¡Ahí! ¡Ahí! ¡Atrapemos peces dorados!
Murata abrió los ojos al ver como un grupo de gente se acercaba a él.
- Otra vez... la gente llamativa.
- Hola Murata – le saludó Tanjiro - ¿Hoy trabajas aquí?
- Sí, desde que perdí mi trabajo de socorrista lo único que hago es cambiar siempre de empleo – su mirada fue hacia Iguro – Ya sabéis, una serpiente apareció.
- Sí, sí, supera el pasado de una vez.
- ¡Fue tu culpa! Mi trabajo de socorrista... ¡habría conquistado a mi hermosa Inoko-san con un trabajo así!
- ¿Inoko? Argh, mierda – Inosuke empezó a sudar al acordarse de dónde había visto antes a Murata.
- ¡Juguemos aquí! Shinobu-chan, Kanao-chan, compitamos a ver quién atrapa más peces dorados.
- Inosuke, ¿quieres jugar?
- N-no, me quedaré aquí detrás – rechazó la propuesta de Kanao y se escondió detrás de Gyomei.
- Kanroji, yo también quiero competir. ¿Qué te parece si el ganador se lleva un curry extra picante?
- ¿Estás loco? - Sanemi empezó a abanicarse debido al aura ardiente que se estaba levantando alrededor de Rengoku – Estaría mejor tener como premio un granizado.
- Bien, entonces el ganador se llevará un...
- ¡El ganador se llevará el orgullo de la victoria! – la voz de Muzan interrumpió las palabras de Mitsuri.
- Oh, no, el ayuwoki versión festival de verano – Iguro miró mal a los recién llegados – Tiene más estilos que la Barbie.
- Pues sí, gracias por notarlo. ¡HEY! ¡No me compares con una muñeca!
Giyuu suspiró cansado, lo que faltaba para empeorar todo todavía más.
- ¿Qué queréis? – les preguntó Uzui – Yo os derrotamos en el Comiket, ¿queréis recibir otra paliza?
- ¡AHHHHH! ¡Cállate! ¡Te crees alguien por ser guapo y no es así!
- Tranquilo Gyutaro – Muzan se acercó desafiante hacia Giyuu - ¿Qué pasa Tomioka? ¿Tienes miedo de enfrentarte a gente más poderosa que tú?
- Creí que ya os derrotamos. ¿Por qué tenemos que volver a enfrentarnos?
- Porque no somos como antes. Mientras que vosotros os hundís en el barro y os quedáis obsoletos, nosotros mejoramos y evolucionamos cada día más. ¿Verdad?
- Sí – Kokushibo empezó a desenvainar su espada - ¿A quién corto primero?
- ¡Que mejoráis una mierda! ¡Este sigue estando igual de loco! – Sanemi señaló a Kokushibo.
- Sé que sois unos cobardes, no os pienso presionar mucho pero es una pena que tengáis tan poca fe en vuestras habilidades. Mucho decís que ya nos derrotasteis pero no sois capaces de volver a hacerlo. Cobardes.
Los pilares fruncieron el ceño y se miraron entre ellos.
- Vale, aceptamos. ¿Cómo competimos entonces? – Shinobu aceptó el desafío en nombre de todos.
- Sencillo, competiremos en este puesto cutre y asqueroso de atrapar peces dorados que dirige este personaje de relleno.
- Oye...
- Y competiremos así. Cada grupo elegirá mandar a una persona para enfrentarse a la persona que elija el otro grupo, competiremos en ver quien atrapa más peces dorados obviamente y si a alguien se le rompe su cuchara de papel, entonces se tiene que retirar. Ganará el grupo que tenga más peces dorados en su poder. ¿Qué tal? ¿Tienes miedo Tomioka?
- No.
- Bien, pues elige a tu primer jugador, por cierto, no me importa que elijas a algunos de esos que no son pilares como la hermana de Shinobu o el de Shinazugawa. Por cierto, mi primera elección es Kaigaku.
Giyuu miró a todos, no sabía como pero ya estaban en otra batalla contra las lunas.
- Si va a empezar Kaigaku...
- Iré yo – Zenitsu levantó la mano.
- ¿Seguro?
- Sí, si las lunas se quedan demasiado tiempo pegados a nosotros solo conseguirán estropearnos el Tanabata. Intentemos acabar rápido.
- Bien.
Murata tendió una cuchara de papel a Zenitsu y otra a Kaigaku, cuando las obtuvieron cada uno se puso en posición.
- Has dicho que hay que intentar acabar rápido – Kaigaku sonrió de lado - ¿Ya se te ha olvidado que nunca has sido bueno en este juego? Al final siempre me llorabas para que te consiguiera algún pez.
- Sí, supongo que es verdad – respondió tranquilo.
- Pues esta vez no va a ser distinta, mira y aprende – Kaigaku se movió rápidamente y atrapó su primer pez - ¿Qué te parece? Soy increíble, lo sé, mañana puedes divorciarte del gigante ese y caer en mis brazos.
- Ya – miró su cuchara de papel y luego a Kaigaku, si quería acabar con esto rápido iba a tener que usar medidas desesperadas – Lo que hay que hacer – suspiró y aclaró su garganta para hablar – Onii-chan, eres muy bueno en esto.
- Ah... - Kaigaku dejó de atrapar peces dorados para mirar impactado a Zenitsu - ¿Q-qué... qué has dicho?
- Que onii-chan es muy bueno – le sonrió – Onii-chan es muy bueno en este juego, es el mejor. Pero yo... - hizo un puchero – Yo no soy tan genial como mi onii-chan. Jo, onii-chan ayúdame.
- A-a-a-a-a-a-ah.... – la mano de Kaigaku empezó a temblar mientras su rostro se ponía rojo.
- ¡No! ¡Kaigaku, no te dejes seducir por ese extraño fetiche tuyo!
- E-es verdad.
- Joooo, onii-chan no quiere atrapar peces dorados para mí.
- ¡No es eso! ¡Tu onii-chan atrapará peces para ti! ¡Solamente sigue llamándome onii-chan!
- Vale, onii-chan.
Kaigaku volvió a atrapar peces dorados pero en vez de echarlos en el cubo de su grupo empezó a echarlo en el cubo de los pilares.
- ¡Kaigaku! ¡¿Qué mierda estás haciendo?!
- Hakuji, tus amigos son muy divertidos – comentó Koyuki con una sonrisa.
- Ni son mis amigos ni son divertidos – la respondió mientras se intentaba esconder detrás de Kokushibo, sería un problema si Shinobu le viera porque para ella él era su apuesto príncipe fontanero.
- ¡Para! ¡Les estás regalando puntos!
- ¡Vamos onii-chan! ¡Hazlo por mí!
- ¡Sí! ¡Tu onii-chan te hará feliz!
- ¡¡¡Kaigaku!!!
La sexta luna siguió atrapando peces para Zenitsu hasta que su cuchara de papel se rompió.
- Ah... - miró su cubo con cuatro peces y el de los pilares con diez – Creo que vamos perdiendo.
- ¡¿Y de quién es la culpa?! ¡Retírate, idiota! Tsk, parece que a veces buscáis fastidiarme. Douma, tu turno.
- ¡Sí! Vamos a divertirnos – ocupó el sitio que antes ocupaba Kaigaku y miró con una sonrisa a Zenitsu – Holiiii, siento informarte de que lo de "onii-chan" a mí no me va.
Zenitsu no le contestó pero sabía ya de antemano que él no podría hacer mucho más. No era bueno en el juego pero eso no había impedido que consiguiera una gran ventaja contra las lunas.
Al meter la cuchara en el agua para sacar algún pez, esta se rompió quedando así Zenitsu fuera del juego.
- Waaa, que pena – Douma fingió tristeza.
- Lo siento – Zenitsu se levantó para ir a los brazos de su esposo.
- No te disculpes, gracias ti tenemos ventaja pero – Uzui le atrapó entre sus brazos y se acercó a su oreja para susurrarle – Has tenido que tontear con Kaigaku para conseguir esa ventaja, voy a tener que darte algún azote como castigo.
- Vale, me parece bien – le respondió de forma pícara.
- ¿Quién irá ahora? – preguntó Giyuu a los demás.
- Si no le importa... me gustaría ir yo – Tanjiro se ofreció sin mirarle a los ojos.
- Claro, vale.
- Sí – recibió la cuchara de papel de manos de Murata y se sentó al lado de Douma.
- ¿Qué ha sido eso? Una conversación muy fría para ser entre Tomioka y tú.
- No sé qué decirte, vamos a empezar.
Douma borró de su cara su típica sonrisa burlona y miró serio a Tanjiro.
- Como tú quieras.
Douma empezó a atrapar con destreza varios peces dorados mientras que Tanjiro iba con cuidado. Había silencio entre ellos, lo cual era raro ya que en una situación normal, Douma estaría haciendo algún comentario provocativo pero no decía nada. De repente una pequeña risa se escapó de la boca de Tanjiro.
- ¿Qué es tan gracioso?
- No, nada, es que... al ver tantos peces no he podido evitar pensar en el pez arcoíris. En los festivales siempre se atrapan peces dorados pero nunca otra clase de peces. Si atrapáramos peces arcoíris... me gustaría comparar su color con el de tus ojos.
- ¡...! – la mano de Douma empezó a temblar mientras sentía como sus mejillas se calentaban y al verse reflejado en el agua pudo ver como esas manchas de color rojo denominadas "sonrojo" volvían sus mejillas – A-ah... cállate.
- ¿Mm? ¿He dicho algo malo?
- N-no – su rostro se puso más rojo al notar como su vergüenza le estaba haciendo tartamudear.
Todas las lunas miraron confusos a Douma, ¿Douma tartamudeando? ¿Douma sonrojado? ¿Se estaba acabando el mundo?
- Deja de distraerme, que molesto eres a veces.
- ¿Y lo dices tú? – comentó Hakuji escondido todavía detrás de Kokushibo.
- Seguro que eres bueno en este juego, después de todo eres muy bueno dibujando y me diste buenos consejos. Creo que puedes hacer un buen trabajo con tus manos.
Aunque Tanjiro habló sin ningún rastro de maldad en sus palabras, la pervertida mente de muchos de los allí presentes pudieron llegar a malpensar sus palabras, entre ellos Douma.
- Tanjiro-chan... ¿quieres que te toque?
- ¡¡NO!! ¡DE ESO NADA! – Muzan golpeó la cabeza de Douma - ¡Nadie va a tocar a mi Jiro!
- No suelo jugar a este juego en los festivales así que no seas muy duro conmigo por favor.
- Tanjiro-chan... ¿me estás lanzando alguna indirecta?
Douma volvió a centrarse en atrapar los peces y en intentar ignorar a Tanjiro pero el chico no era el tipo de persona que se quedaría sin hablar al lado de un conocido.
- ¿Qué tal el abanico? ¿Hice un buen trabajo arreglándolo?
- Supongo que sí. Antes Daki me ha golpeado con él y sigue bien así que supongo que está bien arreglado.
- ¿Te ha golpeado? – estiró una de sus manos hacia la cabeza de Douma y la acarició - ¿Y estás bien? ¿Te ha dolido?
- ¡...! – el rostro de Douma volvió a ponerse rojo y por los nervios su cuchara de papel acabó rompiéndose.
- Ah... se ha roto.
Unos segundos después de que se rompiera la de Douma, se rompió la de Tanjiro haciendo que los dos quedaran descalificados. Al hacer el recuento, Douma había conseguido cerrar la brecha dejando a las lunas con un total de 12 peces mientras que los pilares tenían ahora 14.
- Increíble, se están acercando. Tomioka ¿quién va ahora? – preguntó Iguro.
- Shinobu, ¿podrías?
- Claro, déjamelo a mí.
- Bien, pues yo elijo a Akaza.
- ¡No! ¡Yo no puedo!
- ¿Por qué no? – Shinobu intentó mirarle pero le fue imposible debido a lo bien escondido que estaba detrás de la luna número uno.
- ¡Porque no!
- ¡Akaza! ¡Da la cara!
- Esto... ¿podría ir yo? – Koyuki se ofreció y todos la miraron – Sé que no soy una luna demoníaca pero ya que tú has dejado que Tanjiro participara he pensado que a ellos no les importaría que pudiera participar yo.
- ¿Tú? – Muzan la miró de arriba abajo – Bueno, adelante.
- Sí – Koyuki sonrió y se acercó para enfrentarse a Shinobu.
Murata veía aburrido como otra batalla entre el extraño grupo comenzaba. ¿Por qué no era capaz de librarse de la gente llamativa? Se los encontraba a donde quiera que fuera.
Para sorpresa de todos, Koyuki acabó siendo muy buena en el juego y después de que la cuchara de papel de Shinobu se rompiera pudo seguir contra Sanemi y contra Rengoku sin ningún problema consiguiendo incluso superar a los pilares en esta competición.
- Oh – Koyuki vio cómo su cuchara se rompió – Creo que con esto ya me retiro, lo siento.
- ¿Por qué te disculpas? – Muzan se acercó al cubo, tenían 30 peces dorados mientras que los pilares tenían 20 – Koyuki ¿te interesa trabajar para mí?
- ¿Mm?
- ¡No! ¡Koyuki, di que no!
- Todavía no hemos perdido – Rengoku se mostró positivo - ¡Sigamos compitiendo!
- No, por favor no... - Murata empezó a llorar al ver los pocos peces que quedaban – Vais a arruinarme.
- Senjuro ¿qué es esto? – Yuichiro miró las tiras de papel que había traído Senjuro, eran de un color demasiado dañino a los ojos.
- Mi hermano los compró para nosotros ¿no te gusta el color?
- Me hace daño a los ojos.
- Mmm ¿qué deseo debería pedir? – Kotetsu se puso a pensarlo – "Ser capaz de ver siempre a Tokito-dono", no, mejor "Llamar por su nombre de pila a Tokito-dono", también podría ser "Ser más alto para poder estar siempre a la altura de los preciosos ojos de Tokito-dono". ¡AHHH! ¡YA SÉ! ¡Podría pedir "Descansar la cabeza en el regazo de Tokito-dono"! ¡Pero es un deseo muy pervertido!
- Tus deseos son asquerosos – Yuichiro le miró mal y luego miró a su hermano gemelo, Muichiro tenía la cabeza agachada mirando su tira de papel - ¿Tú qué vas a pedir?
- No lo sé. No sé si me deseo puede cumplirse fácilmente.
- Yo todavía no sé qué poner, ¿Qué os parece si venimos luego? – propuso Senjuro.
- Sí, así yo también puedo pensar el mío. ¿Qué opinas Tokito-dono?
Muichiro asintió.
- Yui, vámonos.
- Sí.
Todos empezaron a andar para ir hacia los puestos del festival pero Yuichiro se percató de que en las ramas de bambú habían colgados papeles que tenían colores muy llamativos, justo como los papeles que les dio Senjuro.
Si eso papeles eran como los suyos, debían ser los deseos de los pilares y de los demás.
- Genya... - murmuró y se acercó hacia una de las ramas de bambú para empezar a buscar el deseo de Genya - ¿Por qué lo busco? Seguro que ha pedido alguna guarrada como "Quiero ir a Akihabara y que las maids me rodeen". Es un idiota. A lo mejor ha deseado una novia guapa.
Después de ojear algunas de las tiras de papel de colores llamativos, decidió darse por vencido. ¿Por qué tenía la pequeña esperanza de que el deseo de Genya le involucrara a él?
- Es imposible – se dio la vuelta para irse pero contra su rostro chocó uno de los papeles que colgaban de las ramas - ¿Eh? – lo alejó de su rostro y pudo ver el deseo que tenía escrito – "Deseo... hacer las paces con Yuichiro".
Los ojos del menor miraron durante un rato el deseo escrito en ese papel y poco a poco su rostro empezó a ponerse rojo. ¿Sería ese de verdad el deseo de Genya? Puede que fuera de otra persona que conociera a otro chico llamado Yuichiro.
- ¿Y si es suyo? – su mirada de repente se volvió triste, él también quería hacer las paces con el mayor.
Yuichiro miró rápidamente a los lados y apoyó su papel en una mesa cercana para escribir su deseo.
- "Deseo... be-beso..." No, eso no – tachó lo último que había escrito – "Deseo... ser más honesto" – terminó de escribir y colgó el papel al lado del deseo de Genya. Si quería que el deseo de Genya se hiciera realidad primero debería ser capaz de ser más sincero y honesto para conseguir una buena relación con él, aunque fuera una relación de amigos.
Se alejó corriendo del bambú lleno de deseos pero se dio cuenta de la ausencia de varias personas.
- ¿Mui? – miró a su alrededor - ¿Senjuro? ¿Kotetsu?
Al mirar alrededor podía ver a muchísima gente pero ninguno era su hermano ni sus amigos.
- Me he perdido – negó con la cabeza - ¡No! Los niños pequeños se pierden, yo no – siguió caminando durante un rato como si supiera a donde iba – Me he perdido... ¡Ahhh! ¡Muichiro! ¡Vuelve!
- ¿Yuichiro? – una voz sonó justo detrás de él.
- Genya... - evitó mirarle - ¿Qué quieres?
- ¿No estabas gritando hace un momento? ¿Estás bien?
- Sí – se cruzó de brazos – Estoy perfectamente bien.
- ¿Qué haces aquí solo? ¿Te has perdido?
- No digas tonterías. Yo no me he perdido, son Mui, Senjuro y Kotetsu los que se han perdido. Vaya pandilla de críos, perderse en un festival ¿acaso son idiotas?
Parece que el deseo de Yuichiro no se había hecho realidad.
- ¿Se han perdido tres personas? No sé yo, creo que el que se ha perdido eres tú.
- ¡¿Y a ti qué más te da?! Déjame en paz y vete por donde hayas venido.
- Es que...
- ¿Qué?
Genya se rascó la mejilla.
- Mi hermano y los demás se han perdido.
- ...
- ...
- ¡Y una mierda! ¡Te has perdido tú! ¡¿Cómo se va a perder un número tan grande de personas?!
- Pues pasa como contigo.
- ¡No es verdad!
- Es que estábamos enfrentándonos a las lunas demoníacas cazando peces dorados pero nos han echado porque estábamos dejando el puesto sin peces. Mira – enseñó una bolsita de plástico en la que había un pez – En total tenemos 20.
- ¡¿Y a mí que me importa?! – se dio la vuelta para irse pero Genya atrapó su muñeca - ¿Qué haces? ¡Suéltame si no quieres que grite!
- Pero si ya estás gritando. Oye, vamos a admitir lo obvio, los dos nos hemos perdido.
- ¡No me he perdido!
- Vale, pues Muichiro y los demás se han perdido. ¿Te parece bien que los busquemos juntos?
- ¡No! ¡Suéltame!
- No voy a dejar que te vayas por ahí solo, podrías perderte todavía más y a saber dónde acabas.
- ¡¿Y a ti qué te importa dónde acabe?!
- ¡Me importa porque no quiero que te pase nada! – por primera vez en la noche, Genya le gritó – Te podría pasar cualquier cosa. A las doce habrá fuegos artificiales ¿no quieres verlos con Muichiro?
Yuichiro volvió a intentar librarse de su agarre solo que de forma más suave y sin soltar ningún grito.
- Vale, ayúdame si quieres pero no me tomes de la mano. Va a parecer que somos algo que no somos.
- Bien.
Genya y Yuichiro empezaron a caminar entre las personas del festival. Genya intentaba mirar por encima de todos pero Yuichiro al ser mucho más bajo que él no podía hacer eso así que centró su mirada en el pez dorado.
- ¿Le vas a poner un nombre?
- ¿A quién?
- Al pez.
- Pues... - alzó la bolsita para mirar al pez – No lo sé. A estos peces se les suele poner el nombre de Goldie ¿no?
- Eres un cutre.
- Pues ponle tú un nombre.
- ¿Yo? – miró al pez – Pues... Genichiro.
- ¿Qué?
- Genichiro – volvió a repetir – "Gen" de "Genya" e "ichiro" de...
- ¿De "Yuichiro"?
Yuichiro apartó la mirada sonrojado.
- Idiota.
- Vale, le llamaré Genichiro. Hola Genichiro ¿te gusta tu nombre?
- Haz lo que quieras.
Yuichiro dejó de andar cuando pasaron al lado de cierto puesto que llamó su atención. Genya se dio cuenta de ello y sonrió al ver de qué se trataba.
- ¿Quieres algodón de azúcar?
- ¡N-no! Eso es para los niños.
- ¿Tú crees? – se acercó al puesto y sacó su dinero - ¿Me da uno? – pagó y recibió el algodón de azúcar de color azul - ¿Quieres?
- Ya te he dicho que no.
- Vale, vale – dio un bocado – Está muy bueno ¿seguro que no quieres?
- Ya te he dicho que no – miró de reojo como Genya se lo seguía comiendo.
- Última oportunidad, no te lo volveré a ofrecer más.
- Bueno, ya que estás tan pesado comeré un poco.
Genya le acercó el dulce y Yuichiro dio un mordisco feliz.
- ¡Mmm! Me gusta mucho.
- ¿Sí? Pues para ti – se lo ofreció – Yo ya no quiero más.
- ¿Y por qué lo compras? Eres un idiota tirando el dinero – aceptó el algodón de azúcar y continuó comiéndoselo.
- No ha sido tirar el dinero. Venga, sigamos buscando.
Yuichiro caminó detrás del mayor, su mirada se perdió por su ancha espalda. El rostro de Genya podría parecerle aterrador a cualquiera pero a medida que le conocías, descubrías que su personalidad no iba para nada con ese rostro aterrador, es más, en algún momento puede que empieces a ver ese supuesto rostro aterrador como el rostro de un chico guapo. Porque así le seguía viendo Yuichiro, le veía como el chico más guapo, más valiente y más dulce y por eso precisamente le resultaba odioso. Genya era el hombre perfecto según él.
Pero era un hombre perfecto que parecía estar fuera de su alcance.
- Oye.
- ¿Qué pasa?
- Yo en realidad no estoy ayudando de ninguna manera en esta búsqueda. Hay mucha gente y no puedo ver por encima de nadie.
- Sí, es verdad – Genya se agachó dándole la espalda – Vamos, sube.
- ¡¿Qué?!
- Si te subes podrás ver.
- ¡Pe-pero...! N-nos estaremos tocando...
- Pero veremos los dos por encima de las cabezas de los demás, de hecho tendremos una vista mejor porque tú verás más alto que yo.
- Pero...
- Vamos, a este paso van a empezar los fuegos artificiales.
- Ya, ya.
Nervioso, Yuichiro se subió a la espalda de Genya y dejó que este le levantara. Al verse tan alto abrazó por instinto al mayor.
- N-no subas tan rápido, me has dado un susto.
- No te vas a caer, confía en mí.
Yuichiro miró alrededor, ahora podía ver por encima de las cabezas de todos.
- ¿Ves bien?
- Sí pero no veo a Mui ni a los demás, sigue caminando.
- Vale.
Genya empezó a andar y por el susto de verse en movimiento, Yuichiro apretó el agarre de Genya.
- No andes muy rápido.
- Si estoy yendo más lento que una tortuga.
- Pues ve más lento.
El más joven siguió buscando a su hermano y a sus amigos entre la multitud pero solo veía a desconocidos reunirse y alguna que otra pareja de novios que caminaban de la mano o se daban algún beso.
- Genya.
- ¿Sí?
- ¿Te dolió el golpe que te di con las flores?
- Un poco.
- Fue un golpe fuerte.
- Sí.
- Te lo merecías.
- Lo sé.
- ¿Lo sabes? Y si lo sabes... ¿por qué te comportas como un idiota? – apoyó su frente en la cabeza de Genya – Si sabes que me gustas ¿por qué eres así conmigo?
Genya dejó de andar ante la pregunta de Yuichiro.
- No te dije lo de los cuatro años porque quisiera hacerte algo a los dieciocho. Te lo dije para que tuvieras tiempo suficiente para reflexionar sobre cómo te sientes. El primer amor es importante Yuichiro y puede marcarte para siempre. No quiero que me des cosas tan importantes para ti sin merecerlo. No sé si merezco tu primer te quiero, ni tu primer beso, ni tu primer nada.
- Tú no decides eso ¡¿me has oído?! ¡Tú no decides la persona a la que le digo te quiero! ¡Solo yo hago eso! – empezó a tirar de los pelos de Genya - ¡Yo elegiré de quien me enamoraré y elegiré a la persona que me romperá el corazón! ¡Solo yo! ¡Tú no decidirás eso! – lágrimas empezaron a salir de sus ojos mientras seguía tirando del pelo de Genya - ¡Idiota! ¡Pervertido! ¡Guarro! ¡Tonto! ¡Tonto!
Genya no protestó, ni siquiera mostró dolor en el rostro ante los tirones de pelo que le estaba dando Yuichiro. Escuchó en silencio sus insultos y también como seguía llorando.
- Solo yo... solo yo decidiré eso – soltó el pelo del mayor y golpeó ligeramente su espalda – Bájame.
Obedientemente, Genya se agachó para que Yuichiro pudiera bajarse de su espalda. Se dio la vuelta y pudo ver como el rostro de Yuichiro estaba lleno de lágrimas aunque este intentara contenerlas.
- Pedir un deseo a las estrellas y esperar que se cumpla sin que tú hagas nada es estúpido, por eso... para que mi deseo se haga realidad tengo que poner de mi parte.
- Yuichiro.
- Te quiero.
La confesión de Yuichiro sonó firme a pesar de tener lágrimas todavía por sus ojos. Después de sus palabras, el silencio reinó entre ellos y cuanto más tiempo se quedaba Genya en silencio, más lágrimas salían de los ojos de Yuichiro.
- Oye...
- No estoy enfadado contigo, así que no malgaste tu deseo del Tanabata pidiendo que hagamos las paces y toma – le devolvió el algodón de azúcar – Lo has comprado tú. Bu-buena suerte con tu manga, yo ya sé que eres fantástico.
Yuichiro se dio la vuelta y empezó a correr para alejarse de Genya.
- ¡Yuichiro! – le llamó pero el menor no se daba la vuelta - ¡Yo también te quiero!
- ¿Eh? – sus pies se detuvieron - ¿Q-qué... qué has dicho?
- Yo también te quiero.
Yuichiro se dio la vuelta para mirar a Genya pero cuando lo hizo se encontró con el mayor ya casi delante de él. Lo que más le sorprendió es que en seguida se vio rodeado por sus brazos en un abrazo.
- Yo también te quiero – le volvió a repetir – A pesar de que eres un gruñón y un tsundere.
- Eso es lo mismo para ti – le devolvió el abrazo con fuerza – Idiota, eres un idiota.
- ¿Dónde estará Genya? – Sanemi miró alrededor - ¿Se ha perdido?
- Eso parece – Uzui buscó también al Shinazugawa menor con la mirada - ¿Quieres que vayamos a buscarle?
- Se va a perder los fuegos artificiales – Mitsuri se preocupó.
- Puede que haya ido al baño o a masturbarse – comentó Inosuke.
- ¿Cómo va ir a masturbarse en medio de un festival? – Zenitsu le miró mal.
- No sé, se habrá excitado.
- Que asco dais – Muzan les insultó, su grupo estaba sentado en un banco al lado de los pilares – Pero es normal, los fracasados dan asco. ¿Habéis visto cuantos peces dorados tenemos? Parece que esta vez hemos ganado nosotros – miró con superioridad a Giyuu pero este le estaba ignorando - ¡Oye! ¡¿Me estás haciendo caso?!
- Perdón ¿habías dicho algo?
- ¡Sí! ¡Hazme caso cuando hablo! Mierda, tendríamos que habernos apostado algo, como un beso debajo de las estrellas con mi hermoso Jiro. Aunque solo hemos ganado gracias a Koyuki, ¿cómo habéis podido dejaros manipular tan fácilmente? – preguntó mirando a Kaigaku y a Douma – De Kaigaku podría esperármelo porque es un pervertido con fetiches raros ¿pero tú? ¿Se puede saber que te ha pasado?
- No tengo fetiches raros.
- Yo supongo que no estaba en plena forma.
- ¡Mentira! – señaló a Douma – He visto cómo te sonrojabas por la cercanía y simpatía de mi Jiro. Me dijiste que a ti no te gustaba.
- Y no me gusta, además no me he sonrojado y en todo caso habrá sido por el calor.
- Maldito mentiroso.
- Koyuki, ¿quieres quedarte con mis peces? – le ofreció Gyutaro.
- No pero muchas gracias, es que ya tengo demasiados.
- A mí no me importaría si quisieras los míos – Rui se los ofreció intentando no mirarla.
- ¿Qué hacéis? – Hakuji los miró cabreado mientras seguía detrás de su escudo humano conocido como Kokushibo - ¡Dejad en paz a Koyuki!
- Tranquilo, me alegra caerles bien a Gyutaro y a Rui-kun.
- ¿De qué vas? – Daki la miró mal - ¿Tú también te vas a poner a llamar la atención de tanta gente? Te pareces al idiota pelirrojo.
- Todavía no hemos celebrado nuestra victoria contra los pilares de la idiotez. ¡Escuchadme! Vuestro amado líder, Kibutsuji Muzan-sama, os invita al mejor champán que podáis soñar.
- No creo que haya champán en un festival de verano – le respondió Kokushibo.
- Lo compraré mañana, Koyuki, ¿segura de que no quieres?
- S-sí, gracias por la oferta pero debo rechazarla – Koyuki sonrió algo nerviosa y Daki la miró de forma sospechosa.
- Oye – Daki se acercó más a ella - ¿Por qué no quieres beber alcohol?
- ¿Mm? Pu-pues... no me gusta.
- ¿No te gusta? ¿Es esa la razón?
- Sí – sonrió nerviosa.
- Intuyo que mientes. ¿Por qué una mujer no podría beber alcohol? La verdad es que la primera razón que viene a mi mente es... embarazo.
- ¡Ah! – Koyuki gritó por la sorpresa pero tapó rápidamente su boca.
- Oh, ya veo – Daki sonrió de lado - ¿No pensaba Akaza una vez que estabas embarazada?
- Pero esa vez no lo estaba, ahora... - acarició su tripa – Es distinto.
- No parece que Akaza lo sepa.
- No lo sabe, todavía no se lo he dicho.
- ¿Por qué? ¿No es el padre?
- Sí que lo es, lo que pasa... es que quiero que sea especial – empezó a jugar nerviosa con sus dedos – Quiero decírselo cuando empiecen los fuegos artificiales.
- Entonces, como sospechaba, tú eres de las románticas. Es difícil de imaginar que alguien como tú que tiene cara de no haber roto nunca un plato haya tenido sexo con uno de los chicos más guapos del mundo y que encima esté embarazada de él. ¿No te va a dar corte decírselo a tu padre? Es decir, sabrá que su hija ya ha jugado debajo de las sábanas.
- ¡D-daki! – protestó con el rostro completamente rojo.
- Perdón, no te pongas así. Otra cosa más, ¿dónde hicisteis al bebé? ¿Akaza es de hacerlo en la cama o te lo hace en otros sitios? Me imagino que él se pone siempre encima porque a ti no te imagino cabalgando semejante semental.
- N-no me preguntes eso.
- ¡Koyuki! – Hakuji se acercó a su novia con Kokushibo tapándole todavía – Estás roja ¿estás bien?
- Tu novia no está bien – le respondió Daki poniendo nerviosa a Koyuki - ¿Cómo va a estar bien si estás pasando más tiempo pegado al culo de Kokushibo que con ella?
- ¿Y qué quieres que haga? Shinobu está ahí, no puedo dejar que me reconozca.
- Argh, eres un desastre. Estás en el Tanabata, la fiesta del amor de dos estrellas y te preocupas por otra chica. Lo mejor será que os vayáis.
- ¿Eh? Pero...
- Muzan-sama solo nos quería para enfrentarnos a los pilares. Ya los hemos derrotado así que te puedes ir.
- Aun así...
- Tienes suerte de que Koyuki sea tu novia, si fuera yo ya te estaría golpeando bien fuerte por tenerme en el Tanabata con toda esta gente. Anda, iros por ahí que los fuegos artificiales empezarán dentro de poco.
- Daki – Koyuki la miró sorprendida.
- ¿No me has oído? Vete. ¿No ves que tu plan romántico de decirle "eso" se estropearía con tanta gente alrededor? Iros a un sitio apartado y haced guarradas entre las sombras luego.
- No vamos a hacer guarradas – Koyuki se levantó del banco y sonrió a Daki – Gracias, eres una buena chica Daki. Me gustaría ser tu amiga.
- Te entiendo, si fuera tú también me gustaría ser mi amiga.
- Sí, es verdad – controló su risa y tomo a Hakuji de la mano para alejarse de allí con él.
- Otro chico guapo fuera del mercado. ¿Cómo lo harán?
Tanjiro levantó la vista para mirar a las estrellas. Sin darse cuenta, Giyuu se había movido para sentarse a su lado.
- ¿Se habrán reunido? – preguntó Giyuu mientras miraba al cielo - ¿Estarán Hikoboshi y Orihime juntos?
- Seguramente.
- Me alegro por ellos.
- Pero Hikoboshi y Orihime solo están juntos un día al año, seguro que el resto del tiempo se deben sentir muy solos.
- Que solo estén juntos un día al año es precisamente lo que hace que su tiempo juntos sea tan valioso. ¿No crees? - giró el rostro para mirar a Tanjiro – Atesorar cada momento es importante.
- Yo siempre lo hago, incluso los momentos dolorosos.
- Kamado.
- ¿Sí? – apartó la mirada del cielo para mirar a Giyuu.
Giyuu sintió algo mal en la mirada de Tanjiro, ¿por qué ya no se veía la emoción con la que siempre le miraba?
- ¿Puedo hablar de algo a solas contigo?
- ¿De qué se trata?
- Es algo privado, por favor, ven.
Tanjiro miró como los demás pilares conversaban entretenidos entre ellos, seguro que no notarían su ausencia.
- No quiero perderme los fuegos artificiales.
- No lo harás, será algo rápido.
- Vale – Tanjiro cedió.
Giyuu se levantó y empezó a caminar con Tanjiro detrás. Puede que en temas de amor metiera siempre la pata con él pero no huiría más de hablarle sobre su pasado. Era hora de completar el rompecabezas incompleto.
Mientras seguían caminando, un grupo de chicos pasó muy rápido al lado de Tanjiro golpeándole sin querer en el hombro y haciendo que perdiera el equilibrio.
- ¡Waaa!
- ¡Kamado! – Giyuu reaccionó rápido y lo atrapó entre sus brazos - ¿Estás bien?
- S-sí, ha sido... - levantó el rostro para mirar los ojos azules del contario – Un pequeño empujón.
- ¿Seguro?
- Sí.
- Kamado... - Giyuu iba a hablar pero los dos notaron la presencia de un chico conocido mirándolos.
Delante de ellos estaba Muichiro mirando la confusa escena de Tanjiro entre los brazos de Giyuu. Tanjiro iba a saludarle pero la mirada triste de Muichiro le confundió y le preocupó.
- ¿Muichiro?
El chico no le respondió, salió corriendo de la escena.
- ¡Muichiro! – Tanjiro se soltó del agarre de Giyuu y salió corriendo detrás del pilar de la niebla - ¡Espera! ¡Muichiro!
Muichiro no se dio la vuelta en ningún momento, siguió corriendo sin importarle lo mucho que Tanjiro estuviera gritando su nombre, esperaba que en algún momento se cansara de perseguirle pero no fue así. Los dos acabaron en una zona boscosa cerca del festival.
- ¡Muichiro! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué estás triste?! ¡Estos días has estado muy raro! ¡Quiero ayudarte!
- ¡No! ¡No me ayudes! – le contestó y dejó de correr – No hagas más... por favor... no hagas más.
- ¿Muichiro? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estás así?
- Por todo – contestó en voz baja – Porque todo lo que he estado atesorando va a desaparecer.
- ¿Qué? ¿De qué hablas?
- ¡De todo! ¡Hablo de todo! ¿Por qué tiene que desaparecer todo? ¿Por qué tiene que desaparecer ahora que es cuando más aprecio todo? No quiero...
- Muichiro, nada va a desaparecer.
- ¡Sí que lo va a hacer! Mis días en la Finca Mariposa ahora son solo recuerdos y los recuerdos se olvidan, mi relación con los pilares desaparecerá cuando se vayan como Kanroji e Iguro, el Tokito Muichiro que se formó trabajando en Kimetsu no Yaiba, él también va a desaparecer y volverá a estar el antiguo Tokito Muichiro. ¡No me gusta! ¡No quiero que vuelva! Y mis sentimientos... también se irán.
- Nada de eso tiene que desaparecer.
- Pero lo va a hacer, estoy seguro. Porque todo eso lo sostenía el pilar de la niebla, cuando el pilar desaparece ¿qué ocurre con todo lo que sostiene? Mis recuerdos, mis amistades, mis sentimientos, ¡¿qué ocurre con mis sentimientos?!
- No perderás a los pilares y tampoco tus recuerdos.
- ¡Pero te voy a perder a ti! ¡No quiero perderte! No quiero... a ti no – la voz de Muichiro empezó a sonar rota.
- A mí no me perderás, somos amigos ¿recuerdas? Y no solo yo, ningún pilar va a olvidarte, seguiréis siendo todos amigos.
- No...
- No estás solo Muichiro, que acabe Kimetsu no Yaiba no significará que pierdas a todos. No vas a perder nada, conservarás tus amistades y además está esa persona que te gusta ¿no?
- ¿La persona... que me gusta?
- Sí – asintió feliz.
Muichiro apretó sus puños mientras sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
- No le gusto.
- ¿Qué?
- A la persona de la que estoy enamorado no le gusto, le gusta otro chico.
Tanjiro agachó la mirada. Parece que los corazones rotos se acumulaban.
- Supongo que el rechazo es una parte más de la vida pero no debe hundirnos, un corazón roto no debe impedir que te vuelvas a enamorar.
El pilar de la niebla respiró hondo para levantar su mirada hacia el cielo. Puede que un corazón roto no tuviera que hundirle pero cuando es la primera vez que te enamoras y la primera vez que te rompen el corazón ¿cómo vuelves a pegar los pedazos?
- Tanjiro... ¿de verdad mi "Mu" significa "infinito"?
- ¿Cómo? – le preguntó extrañado.
- Tú lo dijiste, el "Mu" de Muichiro significa "infinito" e infinitas son sus posibilidades. Esa fue la primera vez... que mi corazón se sintió extraño.
- ¿A qué te refieres?
- Me refiero a que yo siempre he estado oculto en la niebla y nunca he sabido caminar en un camino que no estuviera lleno de niebla. Sin embargo, antes de que pudiera darme cuenta... había salido el sol y la niebla se había ido. Tanjiro, tú has sido el sol que ha despejado el camino y por eso... por eso... no sabes lo agradecido que estoy contigo. Pero cuando el sol se vaya, ¿volverá la niebla al camino? ¿Qué haré si vuelve y me cubre otra vez? Yo ya no quiero caminar en la niebla, no ahora que sé cómo es caminar bajo el sol.
- No me necesitas para mantener el camino despejado, eres un chico muy fuerte Muichiro. Sé que no dejarás que la niebla te vuelva a cubrir.
- Tú... - llevó sus manos a su pecho – A pesar de todo, sigues haciendo que algo se sienta extraño dentro de mí.
- ¿De qué hablas? ¿Te encuentras bien? – dio un paso hacia adelante para acercarse al chico pero Muichiro lo dio hacia atrás - ¿Muichiro?
- Por favor... por favor... deja de ser tan amable conmigo, si sigue así... si sigue así... mi corazón dolerá todavía más.
Tanjiro miró preocupado al chico, su voz volvía a sonar rota como si en cualquier momento pudiera empezar a llorar.
- N-no sé qué pasará después del final, no sé qué pasará con los pilares, ni conmigo, ni contigo pero lo único que sé, la única cosa de la que estoy seguro es que aunque sé que mis sentimientos no son correspondidos... – los ojos de Muichiro se conectaron con los de Tanjiro y una sonrisa se dibujó en su rostro bañado de lágrimas mientras los fuegos artificiales empezaban a salir a sus espaldas iluminando la figura del menor – Estoy muy feliz de haberme enamorado de ti.
Los ojos de Tanjiro se abrieron como platos mientras que el único ruido que se podía escuchar entre ellos era el de los fuegos artificiales iluminando el cielo detrás de Muichiro haciendo que las lágrimas que caían de su rostro se vieran más brillantes.
Intentó abrir la boca pero las palabras no salían. El chico del que Muichiro se había enamorado era él y sabía que sus sentimientos no eran correspondidos y aun así se había confesado.
Todo este tiempo había sido él y no había sido capaz de darse cuenta.
¿Qué se supone que debía decir ahora?
- No hace falta que me respondas si no sabes que decirme. Solamente quería agradecerte por los muchos sentimientos desconocidos que he experimentado a tu lado – secó sus lágrimas pero seguían cayendo de sus ojos – Gracias Tanjiro, gracias por despejar la niebla y... adiós.
Muichiro se dio la vuelta y dejó a Tanjiro solo entre los árboles.
Aunque Tanjiro estiró la mano, no le alcanzó. No sabía que debía hacer ahora.
La gente tenía la cabeza levantada mirando los fuegos artificiales que seguían estallando en el cielo pero entre tantas personas solo había una que no miraba hacia arriba. Muichiro estaba pasando a través de todas las personas, no sabía a dónde quería ir pero seguía caminando. Puede que el mejor plan fuera volver a casa y esconderse entre las sábanas, eso hacía la gente con el corazón roto ¿no?
- ¡Mui! – la voz de Yuichiro sonó delante de él, venía con Senjuro, Kotetsu y por alguna razón Genya - ¡¿Se puede saber dónde estabas?! ¡Cuando por fin encuentro a Senjuro y a Kotetsu me encuentro con que tú no estabas por ningún lado! ¡¿Acaso eres idiota?! ¡No te alejes de los demás en un festival! ¡Eres un grandísimo idio...! – dejó de gritarle cuando pudo ver su rostro lleno de lágrimas - ¿Qué has...?
- Me he confesado.
Aunque Muichiro no dijo a quién, Yuichiro lo sabía ya. Sabía que esa persona era Tanjiro.
- ¿Y?
- Yo ya sabía... y-yo ya sabía q-que no me quería, ya sabía que mis sentimientos no eran correspondidos.
- ¿Y aun así le has dicho que le quieres? ¿Aunque sabías que no obtendrías nada?
Asintió mientras tapaba sus ojos para contener sus lágrimas.
- A-aunque no me quiera de esa manera, Tanjiro va a ser siempre especial para mí. No podía seguir callando mis sentimientos. No decir lo que siento es uno de los motivos por los que se levanta la niebla a mí alrededor. Yo... Yui... me... me duele mucho el corazón ahora mismo.
- Hey – Yuichiro caminó hacia él y le abrazó – Lo has hecho bien, buen trabajo. Eres muy valiente Mui, ¿en qué momento has crecido tanto?
- Yui... ¡Yui! – devolvió el abrazo con fuerza a su hermano y dejó que sus lágrimas salieran sin contenerse.
Senjuro miró la escena sin entender. ¿A quién se había confesado Muichiro?
- ¿Tú entiendes algo? – preguntó mirando a Kotetsu.
- Sí – el chico le respondió mientras miraba su tira de papel en blanco – Ya sé que deseo voy a pedir.
- ¿Eh? Pero yo no te he preguntado eso.
- ¡Tokito-dono! ¡Tokito-dono! – Kotetsu se acercó hacia los gemelos abrazados – No llores Tokito-dono, en el Tanabata no hay que llorar, hay que pedir deseos. Yo ya sé el mío ¡y tengo que colgarlo rápidamente! Tú también – cogió la mano de Muichiro e intentó tirar de él - ¡Tienes que pedir tu deseo! ¡Vamos, vamos!
- Oye – Yuichiro iba a reclamarle que le dejara en paz pero Muichiro negó con la cabeza mientras secaba sus lágrimas.
- Es verdad que todavía no he pedido mi deseo.
- ¡Pues démonos prisa! ¡Vamos, vamos!
Por la petición de Kotetsu, todos, incluiso Genya, acabaron yendo hacia las ramas de bambú a las que fueron al principio. Kotetsu sacó su tira de papel y escribió en ella rápidamente.
- Sí, este es mi mayor deseo ahora mismo. Hey – tiró de la ropa de Genya – Cuelga mi deseo, eres muy alto y cuanto más alto esté, mejor.
- Como quieras – cogió el deseo de Kotetsu y al ver lo que había escrito sonrió - ¿Este es tu deseo?
- ¡Sí!
- Vale, lo voy a colgar – lo colgó en una rama cercana a Muichiro.
- ¡AH! ¡No lo cuelgues tan cerca de Tokito-dono! ¡Qué vergüenza! ¡Ponlo en otro lado!
Kotetsu intentó saltar para arrancar su deseo pero el papel estaba a la altura del rostro de Muichiro y este pudo leerlo perfectamente. En un papel de un verde demasiado llamativo había escrito "Deseo ver la hermosa sonrisa de Tokito-dono siempre".
- ¡No lo leas! ¡Deja de leer por favor!
- ¿Tu deseo... me implica a mí?
- E-es que... hace un momento estabas llorando muy fuerte y eso... ¡eso no me gusta! ¡No me gusta verte llorar! Eres mil, que digo mil, millones de veces más hermoso cuando sonríes. ¡La sonrisa de Tokito-dono debería ser considerado tesoro nacional! No sé quién ha destrozado tu corazón ¡pero no me importa pegarme con él si hace falta!
- Kotetsu... no te pegues con nadie por favor – le pidió Senjuro – Creo que una pelea acabaría mal para ti.
- ¿Por qué? ¡Soy muy fuerte!
Muichiro miró el deseo de Kotetsu, ¿su sonrisa era de verdad hermosa?
- Kotetsu.
- ¿Sí?
- ¿Así está bien? – a pesar de que sus mejillas estaban todavía rojas por la fuerza con la que lloró, Muichiro dibujó una sonrisa en su rostro haciendo que el rostro de Kotetsu se volviera rojo.
- ¡AHHHHH! ¡UN ÁNGEL! ¡TOKITO-DONO ES UN ÁNGEL! – tapó su rostro sonrojado.
Muichiro sacó el papel en el que debería haber escrito su deseo, todavía estaban en blanco.
- Kotetsu ¿me lo dejas? – preguntó haciendo referencia al lápiz con el que había escrito.
- ¡Si! ¡Pídeme lo que quieras! ¡Te bajaré la luna si hace falta!
- Solo quiero el lápiz.
- ¡Sí! – le tendió el lápiz y Muichiro lo cogió.
Apoyó el papel en un banco cercano y empezó a escribir su deseo. Puede que Muichiro no supiera nada sobre el amor pero aunque sus conocimientos sobre el amor no fueran amplios, sí que sabía una cosa que debía hacer.
- Ya está – se acercó a una de las ramas y colgó su deseo, Yuichiro se acercó y lo miró.
- ¿Estás seguro? ¿A pesar de todo quieres desear eso?
- Sí – secó de su rostro las pocas lágrimas que quedaban y se giró para mirar a sus amigos con una sonrisa - ¿Nos vamos?
El grupo se alejó del bambú lleno de miles deseos. Una ligera brisa de esa noche de verano hizo que el papel de Muichiro se meciera levemente dejando ver el deseo que contenía.
"Deseo que Tanjiro sea feliz"
Porque aunque su amor no fuera correspondido, Tanjiro siempre sería alguien especial para él. La persona que hizo desaparecer la niebla se merecía ser feliz al final de la historia.
Desde que Muichiro se fue de allí, Tanjiro no se había movido ni un centímetro. Los acontecimientos recientes todavía estaban dando vueltas en su cabeza, ni siquiera se había dado cuenta de que los fuegos artificiales seguían iluminando el cielo.
Era él, la persona de la que Muichiro se había enamorado era él y en ningún momento se dio cuenta. Siguió tratándole como todos los días, ignorando los sentimientos de amor del pilar de la niebla. ¿Le habría hecho daño? Obviamente sí.
Muichiro había sufrido por su culpa, por no haberse dado cuenta de sus sentimientos.
Si se ponía a pensarlo, podía entender lo que ha debido de sentir Muichiro todo este tiempo. Después de todo es como lo que siente Tanjiro por Giyuu. Cuando él pensaba en Giyuu junto a otra persona su corazón dolía y los celos brotaban y cuando estaba a su lado lo único que podía sentir era felicidad. Muichiro había debido de sentirse igual.
- Si lo hubiera notado... - levantó la mirada hacia el cielo – Si tan solo lo hubiera notado...
"Horrible" era poco para describir como se sentía. Había sido el primer amor y el primer corazón roto de Muichiro.
- Soy estúpido – sacó el deseo que había escrito - ¿Cómo voy a desear que alguien me ame si he causado tanto sufrimiento a Muichiro? – rompió el papel en dos y lo dejó caer al suelo.
Con pocas fuerzas en las piernas, Tanjiro empezó a caminar para irse de esa zona boscosa pero una rama enterrada en el suelo causó que se acabara tropezando y que al caer su frente se golpeará con una roca del suelo.
- Ah... - intentó abrir los ojos pero le fue imposible.
El golpe con la roca fue justo en el lado de su cicatriz, la cual empezó a sangrar por el impacto.
Tanjiro acabó quedando inconsciente y mientras la sangre empezaba a salir de su cicatriz, los recuerdos de un día olvidado empezaron a fluir dentro de su mente.
Hola!!! Hasta aquí el capítulo. ¿Por qué hago tanto daño a Muichiro si le quiero muchísimo? Pues porque me gusta mucho el drama.
La felicidad que no pudimos proteger:
El siguiente capítulo es por fin la historia completa de como Giyuu y Tanjiro se conocieron así que tendremos a Tanjiro versión baby siendo el ángel que sabemos que es.
Cuando acabe Pilares Mangakas estaba pensando en sacar unos extras que podrían contener más historias increibles sacadas de la mente del todopoderoso Inosuke-sama (creador de Blancosemen y los siete enanitos), también serían historias después del final y puede que algún flashback en plan como conoció Giyuu a los demás pilares. ¿Qué os parece la idea?
Gracias por leer, os quiero y nos vemos en el próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top