Capítulo 20: El Tengu desciende

- Tanjiro – Giyuu acercó su rostro a la persona delante de él – Me gustas.

- "¿En serio Tomioka-san?" – Sabito imitó la voz de Tanjiro – "¿Usted está enamorado de mí?"

- Sí, porque... en realidad te conozco de antes.

- ¿En serio Giyuu? ¿Mezclas la confesión y la explicación de vuestro pasado? Hazlo por separado.

- ¿Tú crees? ¿Entonces?

- Sigue con la confesión de amor, ignoraré lo último que has dicho. Repitamos eso, "¿Usted está enamorado de mí?"

- S-sí.

- "¿Me ama tanto que me haría el amor aquí mismo?"

- Sí, claro que sí.

- ¡¡NO!! ¡MAL! ¡MUY MAL GIYUU! – Sabito golpeó con fuerza el estómago de su amigo – No puedes mezclar tus ganas de tener sexo con tu confesión de amor.

- Pero tú has hecho esa pregunta.

- Era una pregunta trampa. Intentémoslo otra vez. "Tomioka-san ¿a usted le gusto? ¿Me considera atractivo?"

- Por supuesto, eres precioso Tanjiro.

- "¿Le gustan mis ojos?"

- Claro.

- "¿Y le gusta mi trasero?"

- Es precioso.

- ¡¡NO!! ¡MAL OTRA VEZ! – Sabito volvió a golpear con fuerza el estómago de Giyuu – Si le dices eso pensará que eres un pervertido.

- Esto es difícil – Giyuu tocó con dolor su estómago, los golpes de Sabito habían sido muy fuertes.

Hasta el día de hoy, las cosas que tenía que hacer Giyuu habían aumentado. En su lista estaba: informar a los pilares de su intención de acabar el manga de Kimetsu no Yaiba, hablar a Tanjiro de su pasado y confesarle sus sentimientos a Tanjiro. Parecían cosas fáciles pero de momento no había hecho ninguna.

- Lo primero que debería hacer es hablar con los pilares.

- ¿Y qué harás con la confesión de amor?

- Es más difícil de lo que pensaba. ¿Qué te parece si escribo un guion? Como si fuera a ser un capítulo de un manga.

- ...

- ¿Es mala idea?

- ¡No vuelvas tu vida sentimental un capítulo de manga! Lo que debes hacer es pensar en las palabras exactas y en el lugar. También deberías pensar en el acompañamiento.

- ¿En el que?

- ¿En serio Giyuu? Te tendrás que confesar con una canción de amor de fondo. ¡Ah, ya sé! Escribiremos una canción. Tanjiro no se atreverá a rechazarte después de eso.

- ¿Canción... de amor? Sabito, yo no sé componer.

- Pues agrega a tu lista de cosas por hacer lo siguiente: "Aprender a tocar el piano" bueno por lo menos la guitarra aunque el piano definitivamente va a ser mejor. El piano le dará un toque sentimental que hará que le salten las lágrimas. No te olvides de las flores, son imprescindibles en una confesión. Si son para Tanjiro... deberían ser rosas pero le recordarán a Muzan, pues ya tienes otra cosa que hacer: "Elegir flores para regalar a Tanjiro". ¿Lo estás apuntando?

Giyuu puso mala cara. ¿Era necesario añadir más cosas a su lista de cosas por hacer?

Mientras Sabito le seguía diciendo que cosas debería hacer, el móvil de Giyuu vibró pero ninguno se dio cuenta. Un mensaje se pudo ver en la pantalla del móvil.

Tsutako

Giyuu, siento no haberte avisado pero como no contestabas al teléfono no nos ha quedado más remedio

No te enfades por favor

Urokodaki-san y yo estamos llegando a tu casa

Sanemi miró la televisión de la Finca Mariposa. En la pantalla apagada había un cártel que ponía "No ver televisión ¡¡A trabajar!!".

- ¿Por qué has puesto eso? – Sanemi señaló el aparato.

- Para que no se os olvide. Uzui-san está de luna de miel así que tenemos un dibujante menos.

- Pero Muichiro está de vacaciones de primavera – señaló al menor – Así que en realidad no hemos perdido mucho.

- Pero no podemos relajarnos por eso, además, la Golden Week será a finales de abril y durante esa semana no se publicará el manga. No podemos perder tiempo de dibujo. Tenemos que trabajar muchísimo más.

Shinobu, Iguro y Gyomei pusieron mala cara.

- Pero descansar también es bueno. ¿Sabes? La telenovela a la que estoy enganchado está llegando a capítulos muy interesantes.

- Ni lo piense Himejima-san. Todos tenemos que estar concentrados. Mirad a Kanroji-san, ella está muy concentrada.

Todos miraron a la chica mencionada. Estaba concentrada dibujando, sin distraerse, lo cual era extraño en ella.

- Eso es culpa tuya – Sanemi se acercó a Iguro y le susurró – Has hecho algo que la ha amargado y se ha refugiado en el trabajo. Pensé que solo eras virgen pero ahora sé que eres un virgen y además un insensible.

- Deja de recordarme que soy virgen – Iguro acarició la cabeza de Kaburamaru y miró disimuladamente a Mitsuri. ¿Era su culpa que ella estuviera así?

- Shinazugawa-san, Iguro-san, no se distraigan – Tanjiro les regañó.

- Mujer mariposa – Inosuke entró al salón – Tus despensa se ha vaciado.

- ¿Y lo ha hecho sola o has tenido algo que ver?

- No ha sido mi culpa, tenía mucha hambre. Soy un chico joven, tengo que comer bien. Ya sé que tú eres muy vieja y eso te da igual pero los jóvenes tenemos que comer.

- ¿Y debe ser de mi comida? – Shinobu frunció el ceño – Y no me llames vieja.

- Inosuke ¿te has comido todo, absolutamente todo lo que has encontrado? – Tanjiro le preguntó.

- Ya he dicho que tenía hambre.

Tanjiro salió corriendo hacia la cocina. Por un momento se había puesto nervioso pero pudo respirar tranquilo cuando pudo ver que el bento que había dejado en la mesa seguía intacto. Se acercó a él y lo abrió para dejar ver el plato cocinado de salmón a fuego lento con daikon. Una sonrisa se escapó de su rostro, era un bento para Giyuu, un bento hecho con amor pero eso no se lo iba a decir. Lo había cocinado para ofrecérselo a la hora de comer pero el pilar del agua todavía no había llegado.

Como ya había comprobado que su bento estaba intacto, se dirigió hacia la puerta de la cocina pero se chocó con Rengoku que acababa de entrar.

- L-lo siento – Tanjiro pidió disculpas y se sonrojó al mirar a Rengoku a los ojos.

- No pasa nada – Rengoku le sonrió.

Tanjiro apartó la mirada, el tema del beso no había vuelto a salir entre ellos. Rengoku dijo que le besó porque había bebido mucho, eso era todo ¿no?

- ¿Ha pasado algo? – Shinobu preguntó desde el salón.

- ¡No! ¡No ha sido nada, Rengoku-san y yo nos hemos besado! ¡AHHHH! ¡NO, NO! ¡CHOCADO! ¡Quería decir chocado! – Tanjiro tapó su rostro por la vergüenza.

- Todavía piensas en el beso.

- Es que... fue muy repentino.

- ¿Te gustó?

- ¿Qué?

- Nada, déjalo – Rengoku pasó a su lado y se metió en la cocina.

- Fue... cálido, como todo lo que le rodea.

- ¿Y fue algo más?

Tanjiro se dio la vuelta para encontrarse con los hipnotizantes ojos de Rengoku fijos en él.

- Yo... no sé a qué se refiere con eso.

- ¿No lo sabes? – Rengoku murmuró con tristeza para sí mismo pero volvió a poner una enorme sonrisa en su rostro – Perdón por el beso Tanjiro, no fue mi intención y no quiero que algo como eso estropee nuestra relación actual. No me gusta incomodarte.

- No se preocupe, el beso no ha cambiado nada entre nosotros. Usted sigue siendo el increíble pilar de las llamas que tanto admiro – Tanjiro le devolvió la sonrisa y volvió al salón para trabajar.

El ambiente con Rengoku fue extraño pero parecía que ya estaba arreglado, sin embargo en la mente de Tanjiro todavía había algo mal. Tanjiro se sentía muy unido a Giyuu, estaba enamorado de él y de alguna manera había sentido que el beso con Rengoku fue un acto de traición hacia Giyuu a pesar de que no mantenía ninguna relación romántica con él.

¿Debería decirle del beso con Rengoku? Seguramente a Giyuu no le importaría que Rengoku le hubiera besado. Eso le deprimió un poco porque le recordó que ellos no eran nada.

Tanjiro miró la hora, Giyuu debería haber llegado hace mucho pero todavía no estaba. A este paso llegaría la hora de comer y no le podría dar su bento.

- ¿No llega Tomioka-san muy tarde?

- Ah, se me olvidó decirlo. Tomioka-san llamó hace rato, dijo que hoy no vendría a la Finca Mariposa – Kanao le contestó.

- Entonces... no vendrá – Tanjiro agachó la mirada, ¿su bento no llegaría a su destinatario?

- ¿El maestro no viene? – Inosuke puso mala cara – Este disgusto me ha dado hambre. ¡Quiero comer más!

- Tanjiro ¿estás bien? – Muichiro le preguntó preocupado.

- S-sí, es solo que... - miró al chico jabalí – Inosuke, si tienes hambre yo he cocinado un bento pero...

- No hagas eso – Mitsuri por fin levantó la cabeza para mirar a Tanjiro – Es para Tomioka-san ¿verdad?

- Pu-pues...

- Ara, ara ¿le has cocinado a ese hombre depresivo?

- Pero Tomioka no va a venir, dará igual que se lo coma Inosuke – Gyomei señaló al chico jabalí.

- Himejima-san tiene razón, Tomioka-san no va a venir por lo tanto...

- Te lo vuelvo a decir, no hagas eso. Ve a la casa de Tomioka-san y dáselo, tienes el permiso del pilar del amor.

Todos miraron impresionados a Mitsuri.

- Pe-pero Kanroji-san.

- No pongas peros – Mitsuri se levantó y se acercó a Tanjiro para susurrarle – Lo has cocinado con amor ¿verdad? A un hombre se le conquista por el estómago o eso dicen – dedicó una sonrisa al chico pelirrojo, esta era la Mitsuri de siempre.

- Entonces...

- Llévaselo.

- Pero los pilares se distraerán.

- No lo harán porque... ¡yo les regañaré como haces tú! – Mitsuri se sonrojó por la emoción – Regañaré a Himejima-san por querer ver la tele, a Shinazugawa-san por querer comer ohagi y a Iguro-san le regañaré por ser un idiota.

- ¿Cómo? – Iguro preguntó.

- ¡Eso mismo!

- Ósea que sí que has hecho algo – Sanemi miró al pilar de la serpiente.

- ¡No, yo no...!

- Vamos Tanjiro-kun – Mitsuri hizo que se levantara – Demuestra el poder de una comida hecha con amor.

Tanjiro asintió, iría a la casa de Giyuu para darle su bento.

- Oye Giyuu – Sabito miraba el techo del salón - ¿Sabes escribir poemas?

- Supongo que sé hacer rimas básicas.

- Le tendrás que hacer a Tanjiro un poema, te lo apunto a tu lista.

- Son demasiadas cosas.

- No lo son si conmueven el corazón de Tanjiro. También deberías comprarle algo caro, nunca está mal algún detalle bonito.

- ¿Bonito y caro tienen que estar relacionados?

- Sí, así que ahorra pronto y cómprale algo.

Giyuu rodó los ojos. Debía ser una confesión de amor pero a este paso iba a parecer que le estaba pidiendo matrimonio.

La puerta de la casa sonó y Giyuu se levantó para abrir. Cuando abrió se pudo encontrar con el dueño de una hermosa cabellera pelirroja el cual se sonrojó al ver al dueño de la casa.

- ¿Kamado?

- Ho-hola.

- He avisado de que hoy no iba a ir.

- Sí, Kanao nos lo ha dicho pero... - Tanjiro extendió sus brazos hacia delante y le ofreció el bento – Yo... había hecho esto para usted.

Giyuu miró el bento y luego a Tanjiro ¿el chico le había cocinado? ¿Por qué?

- Hey – Sabito le hizo señas para que se acercara.

- Eh... disculpa un momento – Giyuu se metió dentro de su casa - ¿Qué pasa?

- ¿Es Tanjiro? ¿A qué ha venido?

- Me ha traído un bento pero no sé muy bien por qué. ¿Creerá que no sé cocinar?

- ¡¡TONTO!! ¡¡AHHHHHHH!! – Sabito se mordió los labios con fuerza, debía controlarse, Tanjiro estaba fuera – Escucha, que te haya preparado un bento es una buenísima noticia. ¿Por qué no te das cuenta? Tanjiro ha usado parte de su tiempo en cocinarte la comida. ¿Cómo puedes ser tan insensible? Vuelve a salir y acepta el bento, no, espera, tengo una idea mejor – se acercó a Giyuu y desabrochó los primeros botones de su camisa dejando sus clavículas al aire – Apóyate en la puerta y dile "¿Quieres pasar belleza?".

- ¿Quieres pasar belleza?

- Pero usa una voz más sexy, mierda Giyuu, ¿de verdad te tengo que decir estas cosas?

- Vale, vale – Giyuu respiró hondo y volvió a ir hacia la puerta, Tanjiro seguía ahí sonrojado – Ejem, qui... - se apoyó en el marco de la puerta - ¿Quieres pasar ballena?

- ¿Perdón?

- ¡¡¡¡¡AHHHHHHHHH!!!!!! – Sabito empezó a golpear con furia las almohadas de los sillones - ¡¡¡BELLEZA!!! ¡ERA BELLEZA PERO HAS DICHO BALLENA!

- ¿Tiene visita?

- Emmm.

- ¡No! Yo ya me iba – Sabito salió enfadado por la puerta.

- ¡Sabito, espera! – Giyuu intentó pararle pero el chico se había ido. La estupidez de Giyuu fue demasiado para él.

- Esto... ¿me ha llamado ballena? ¿Me ve gordo? – Tanjiro preguntó triste.

- ¡No! No quería decir ballena, quería decir... supongo que ya da igual. Entonces ¿has venido porque me has cocinado la comida?

- S-sí, e-es que pensé que usted siempre está trabajando muy duro y quería ayudarle de alguna forma. Pensé que hacerle un bento sería una buena forma de ayudar.

El corazón de Giyuu se aceleró, Tanjiro le había hecho un bento para ayudarle. Verdaderamente adorable.

- ¿Quieres pasar?

- ¿Eh? S-sí – un poco nervioso, Tanjiro entró a la casa del pilar del agua. Se sonrojó en seguida al percibir el olor de Giyuu por toda la casa – Dejaré el bento en su cocina – intentó irse hacia la habitación mencionada pero el agarre de Giyuu en su brazo se lo impidió - ¿Ocurre algo, Tomioka-san?

- Gracias por el bento y siento que hayas tenido que usar tu tiempo en cocinar para mí.

- No ha sido ninguna molestia. Emm... le he cocinado sa-salmón a fuego lento con daikon, eso le gustaba ¿verdad?

- ¿Te acuerdas de que dije eso?

- Claro y también me acuerdo de que usted sonreía cuando comía esto. Creo que el salmón a fuego lento con daikon se ha vuelto uno de mis platos favoritos de cocinar porque es un plato que hace que usted sonría.

El rostro del pilar del agua se volvió rojo, lo que acababa de decir Tanjiro había sonado malditamente adorable. Tanjiro era malditamente adorable. Sentía unas ganas horribles de arrinconarle contra la pared y devorar sus labios pero para su desgracia no podía hacer eso.

- Kamado... - las palabras de Giyuu se vieron interrumpidas por el timbre de la casa.

- Llaman a la puerta. Usted abra, yo dejaré el bento en su cocina – Tanjiro se soltó del agarre y fue hacia la cocina.

Giyuu abrió la puerta mientras miraba de reojo a Tanjiro. Si le proponía que comieran juntos ¿el chico aceptaría? Seguramente no, diría que tiene que volver a la Finca Mariposa para asegurarse de que los pilares no hicieran el vago.

- Giyuu.

Una voz femenina devolvió al pilar del agua a la realidad y le hizo apartar su atención de Tanjiro para enfocarla en las dos personas fuera de la casa. Ahí fuera había una mujer de largos cabellos azabaches atados en una única trenza y con unos hermosos ojos azules, era su hermana biológica, Tomioka Tsutako. Al lado de la chica había un hombre muchísimo más mayor, era demasiado llamativo, después de todo llevaba su cara tapada por una máscara roja de tengu, era su padre adoptivo, Urokodaki Sakonji. El que ese hombre estuviera aquí era una mala noticia para Giyuu, si él había venido seguro que era solamente para una cosa.

- Hola Tsutako.

- Ha pasado mucho tiempo desde la última vez – Tsutako fue directa a abrazar a su hermano, éste la recibió sin ningún problema - ¿Has crecido? Te veo más alto.

- Dudo volverme más alto.

- Yo te veo más alto, ¿no piensas la mismo, Urokodaki-san? – se separó de su hermano para preguntar al hombre más mayor.

Giyuu dirigió su vista hacia el hombre con el rostro tapado con una máscara. Era imposible saber que estaba pensando.

- Te ves más alto, pareces todo un adulto. Al menos por fuera – Urokodaki habló y Giyuu supo que no era ningún halago.

- No me esperaba vuestra visita.

- No me extraña. No hacías caso a las llamadas de Tsutako y ni siquiera viniste a casa en Navidad. Es imposible comunicarse contigo.

- Si Tsutako me llamaba era para que hablara contigo, si no quería hacer eso pues era normal que no atendiera sus llamadas.

En unos pocos segundos se formó un ambiente tenso entre el hombre tengu y el pilar del agua. Tsutako se incomodó por esto, era como estar en medio de una guerra fría.

- Agradezco tu visita Tsutako pero si este hombre viene a decirme lo de siempre, entonces se puede ir por donde ha venido.

- Veo que sigues igual Giyuu ¿tanto te cuesta decirme las cosas de frente? Y para tu información, si he venido es por algo importante. Esta vez no me voy a ir sin conseguir aquello por lo que he venido.

Giyuu frunció el ceño, otro problema se sumaba a su lista.

- Tomioka-san, he dejado el bento en la cocina – Tanjiro llegó a la puerta y se fijó en las personas fuera de la casa – Oh, usted tiene visita. A lo mejor debería irme.

- No – Giyuu agarró la muñeca de Tanjiro.

- Giyuu ¿quién es este chico? – Tsutako le preguntó con curiosidad.

- Soy Kamado Tanjiro, soy un compañero de trabajo de...

- Es mi novio – Giyuu interrumpió la presentación del pelirrojo dejando a todos sorprendidos.

- ¿Tu novio? – Tsutako se tapó la boca por la sorpresa.

- ¡¿Su novio?! – Tanjiro abrió los ojos como platos, su corazón empezó a volverse loco al ver como Giyuu soltaba su muñeca y buscaba su mano para entrelazar sus dedos - ¿Es mi imaginación? Pero no veo ningún corazón azul por ninguna parte – buscó por encima de su cabeza el símbolo mencionado.

- Kamado Tanjiro ¿eres su novio? – Urokodaki habló por primera vez al chico.

- Pu-pues... - buscó la mirada de Giyuu, no entendía bien que estaba pasando aquí ni quien eran esas personas pero parece que Giyuu necesitaba su ayuda – S-sí, soy su novio – se pegó al cuerpo de Giyuu y escondió un poco su rostro para evitar que vieran alguna mueca extraña que delatara su mentira.

- ¿Seguro? – Urokodaki lo puso en duda.

- Claro que sí y por si te quedan dudas – Giyuu separó el cuerpo de Tanjiro para agarrarle por los hombros. Tragó duro al ver el rostro sonrojado del chico, supuso que era normal por la situación pero eso no evitaba que así se viera adorable.

- Ah... - Tanjiro se sobresaltó cuando vio como Giyuu agachaba su rostro para acercarlo al suyo.

- Lo siento pero sígueme la corriente – murmuró para que solo Tanjiro pudiera oírlo. Acabó con la distancia entre sus rostros y chocó sus labios en un beso.

Tanjiro se sorprendió por esto pero de ninguna manera alejó a Giyuu, cerró los ojos nervioso para intentar concentrarse en el beso pero era difícil ya que tenían público. Giyuu separó sus bocas y dejó a Tanjiro temblando con los ojos cerrados todavía.

- ¿Te sirve de prueba? Tanjiro es mi novio, vivimos juntos. Tengo pareja y trabajo ¿por qué querría volverme a Hokkaido? Mi vida ya está asentada aquí.

- ¿Volver a Hokkaido? – Tanjiro abrió los ojos por las palabras de Giyuu.

- ¿Pareja y trabajo? – Urokodaki centró su mirada en el chico pelirrojo – No me esperaba que fueras capaz de establecer una relación y menos me esperaba que vivieras junto a tu pareja.

- Mi vida está aquí con Tanjiro. No le puedo abandonar porque a ti te dé la gana que vuelva a casa. Mi casa ahora es esta.

- Creo que prefiero analizar tu situación actual.

- ¿Qué?

- Que me voy a quedar un tiempo con vosotros – Urokodaki apartó a Giyuu y Tanjiro y entró a la casa.

- ¡No puedes hacer eso! No te he dado permiso para pasar.

- Soy tu padre, estaría feo no darme permiso y como veo que a él no le tenías informado – señaló a Tanjiro – Chico, soy tu suegro.

- ¿Suegro...? ¿Y ella...? – miró a Tsutako.

- Yo soy tu cuñada – Tsutako le respondió con una sonrisa – Soy Tomioka Tsutako y él es Urokodaki Sakonji ¿Giyuu no te ha hablado de nosotros?

- Sí que os mencionó pero...

- En esta casa no hay sitio – Giyuu habló para el hombre que acaba de entrar – Solo hay una habitación con cama, no puedes dormir en ningún lado.

- Dormiré en el sillón.

- ¿Y Tsutako?

- Yo me quedaré con Makomo, no te preocupes.

- Pero... pero... no... ¡Aun así no te puedes quedar!

- ¿Y eso por qué?

- Porque... - Giyuu miró a Tanjiro, no sabía cómo le iba a mirar el chico después de esto - ¡Tanjiro y yo tenemos una muy intensa vida sexual! ¡Tenemos sexo cada noche y a veces no nos controlamos y lo hacemos en cualquier sitio! Si entras al salón y estamos haciéndolo... ¡Luego no digas que no te avisé!

- Intensa vida sexual... - Tanjiro murmuró – No está el corazón azul por ningún lado ¿verdad? Esto es real.

- Giyuu, no digas esas cosas – Tsutako le regañó avergonzada.

- Es que...

- Me da igual, vosotros seguid haciendo la vida que siempre hacéis. Yo solamente estoy de visita. Dormiré en el sillón así que no te preocupes por eso.

- ¿Y para qué te quieres quedar? Tengo una relación estable y trabajo, no voy a dejar ninguno para volver a Hokkaido. ¿Acaso quieres que abandone a Tanjiro?

- Si de verdad mantienes una buena vida tanto personal como laboral es algo que solo podré comprobar si me quedo aquí.

- ¿Si compruebas eso te rendirás con lo de que vuelva a Hokkaido?

- Quien sabe, ha sido una verdadera sorpresa descubrir que vives con tu novio. He venido decidido a llevarte a casa pero no me esperaba esto. Tú deja que me quede un tiempo con vosotros.

- ¿Cuánto tiempo es "un tiempo"?

- Pues un tiempo – Urokodaki empezó a dar vueltas por la casa.

- Lo siento Giyuu – Tsutako se disculpó y metió en la casa la maleta de su padre adoptivo – No creo que sea mucho tiempo pero aprovecha para hablar más con Urokodaki-san.

Giyuu frunció el ceño mientras Tanjiro miraba la escena todavía sin entender muy bien que estaba pasando. De lo único que estaba enterado era que este hombre con una máscara de tengu quería llevarse a Giyuu a Hokkaido.

Tanjiro se despidió de los pilares y empezó a caminar por las calles nocturnas iluminadas por las farolas. Después del extraño escenario vivido en la casa de Giyuu, Tanjiro volvió a la Finca Mariposa para seguir trabajando pero no estuvo nada concentrado. ¿Quién estaría concentrado si después de trabajar tienes que ir a la casa de tu amor platónico para fingir que estáis en una relación delante de su padre?

- Ese hombre tengu... es el padre de Tomioka-san.

- ¡Jiro!

Tanjiro se dio la vuelta al reconocer la voz de su amigo de la infancia de pelo verde.

- Yushiro, hace tiempo que no nos vemos.

- Jiro... ¡estoy triste! – Yushiro se lanzó hacia Tanjiro para abrazarle – Que bien que te encuentro, vamos a emborracharnos y a olvidar las penas juntos, ahora más que nunca necesito un amigo.

- Solo te acuerdas de mí cuando estás deprimido – Tanjiro suspiró cansado - ¿Qué ha pasado?

- Estoy triste desde ese horroroso día bautizado como San Valentín. Fui al hospital donde trabaja Tamayo-san para darla chocolate pero ella estaba hablando con un hombre gigante con un collar rojo gigante. Se la veía tan feliz hablando con él... ¡¿Qué pasa conmigo?!

- ¿Un hombre gigante?

- ¡Sí! Me sacaba por lo menos 100 cabezas.

- No creo que fuera tanto ¿y llevas deprimido desde San Valentín?

- ¡Sí! La sociedad pinta San Valentín como una fecha preciosa ¡pero en realidad es horrible para nosotros!

- ¿Nosotros?

- Claro, tú y yo. Obviamente no has podido dar ningún chocolate a tu novio imaginario, el pilar del agua.

Tanjiro frunció el ceño, en realidad sí que había podido hacer eso.

- ¿Y qué quieres que hagamos?

- Lo primero, beber y lo segundo, hacernos asexuales.

- ¿Qué? Si quieres podemos quedar otro día, ahora estoy ocupado y respecto a la segundo, no lo voy a hacer.

- Venga ya – Yushiro le miró con burla - ¿Qué más te da hacerte asexual? Los dos sabemos que nunca vas a tener sexo y sabes la razón. Tu enamorado no existe.

- ¡Pero aun así no me voy a hacer asexual porque tú hayas tenido un mal día!

- Te vas a quedar virgen, admítelo.

- ¡A veces eres un tonto! ¡Tonto, tonto! ¡Yushiro ton...!

- Kamado.

- ¿Ah? – Tanjiro se giró, detrás de él estaba Giyuu - ¿Tomioka-san? ¿Qué hace aquí?

Giyuu llegó delante de Tanjiro y le plantó un beso en los labios como saludo dejando a Yushiro con la boca abierta.

- ¡To-tomioka-san!

- Lo siento pero nos tenemos que acostumbrar a esto mientras el hombre tengu esté en mi casa.

- ¿Quién...? ¿Qué está pasando aquí? – Yushiro miró confundido al azabache.

- Eh... - Tanjiro miró a Yushiro y a Giyuu, esto había creado un malentendido que tendría que explicar más adelante al chico del pelo verde – Yushiro, me tengo que ir. Otro... otro día hablamos.

- ¡¿Qué?! ¡Pero tú...!

Sin darle tiempo a acabar lo que estaba diciendo, Tanjiro empezó a andar al lado de Giyuu dejando a Yushiro solo y confuso.

- Tomioka-san, no debería haber hecho eso.

- Era para que practiquemos. Mientras el hombre tengu esté en mi casa tenemos que actuar como una pareja de novios, los besos son lo más básico y lo más esencial.

- Pero entienda que me da vergüenza que me bese así sin avisar y podríamos haber practicado en otro momento. Ahora Yushiro estará pensando cualquier cosa.

- ¿Yushiro? ¿El chico de pelo verde?

- Sí, seguro que se enfadará porque cree que tengo novio y no le he dicho nada.

- Lo siento, si quieres puedo acompañarte a darle una explicación cuando todo esto acabe.

- No se preocupe, ya hablaré más adelante con Yushiro y cambiando de tema ¿me va a dar ya una buena explicación de que ha pasado esta mañana?

- El hombre que has visto esta mañana es Urokodaki Sakonji, es mi padre adoptivo y quiere llevarme de vuelta a Hokkaido. Supongo que eso es todo.

- ¿Y por qué se le quiere llevar? ¿Tiene alguna urgencia que atender en casa?

- ...

- ¿Tomioka-san?

- Quiere llevarme para que deje de ser mangaka, considera que es un trabajo estúpido y sin futuro.

- Pero a usted le está yendo bien con Kimetsu no Yaiba.

- De momento va bien pero Urokodaki no cree que esa fama dure para siempre y además duda de que tenga futuro en la industria del manga cuando lo finalice.

- ¿Finalizarlo? Pero al manga todavía le queda mucho ¿no? Y además no creo que su fama acabe con Kimetsu no Yaiba. Cuando el manga acabe, usted podrá hacer otra obra maravillosa.

- Ojala ese hombre lo viera así – Giyuu suspiró mientras miraba el cielo nocturno – Hoy le he dicho que eras mi novio para ver si eso frenaba sus intenciones. Creía que se rendiría si veía que tenía una pareja aquí. Siento mucho lo del beso, no quería incomodarte.

- No se preocupe. Si tengo que fingir ser su novio para evitar que usted se vaya entonces lo fingiré.

- ¿No estás molesto conmigo?

- Para nada, estaría molesto conmigo mismo si no hago nada para evitar que usted se vaya – Tanjiro le sonrió. Aunque la situación actual era como si Tanjiro le estuviera haciendo un favor, era el pelirrojo el que se sentía como si le estuvieran haciendo un favor a él. Tenía que fingir ser la pareja de Giyuu y eso era un regalo del cielo para él – Co... como pareja... ¿qué deberíamos hacer? A parte de besarnos claro.

- Creo que sería conveniente que cambiaras tu forma de hablarme.

- ¿Mm? ¿Hay algo malo con ella?

- Delante de Urokodaki no me puedes llamar "Tomioka-san", será mejor que me llames por mi nombre y tampoco me trastes de usted.

- E... entonces... - Tanjiro dejó de andar para mirar hacia el suelo sonrojado – Gi... ¿Giyuu-san está bien?

Giyuu dejó de andar para mirarle, los colores en seguida se le subieron al rostro. El "Giyuu-san" de Tanjiro había sonado muy tierno.

- Bu-bueno estaría mejor sin el "-san" pero...

- Gi-Giyuu.

- Sí pero intenta no tartamudear.

- Giyuu – lo repitió en voz baja y sin tartamudeos sonrojando todavía más a Giyuu.

- Emmm sí, así está bien. Yo te llamaré Tanjiro ¿te parece bien?

- Sí – Tanjiro asintió sonrojado - ¿Y ahora qué vamos a hacer?

- Cenaremos en mi casa. Urokodaki, Sabito, Makomo, Tsutako, tú y yo.

- ¡¿Eh?! ¿Tanta gente?

- Sí, pediremos cualquier cosa a domicilio.

- ¡No! ¡No puede hacer eso!

- ¿Por qué?

- Porque todas las personas con las que vamos a cenar son su familia. Hay que hacer las cosas bien – Tanjiro sacó su móvil para mirar la hora – Los supermercados todavía están abiertos, pasémonos por uno, compraré ingredientes para hacer la cena.

- ¿Qué? Kamado, no hace falta que cocines para nosotros.

- Sí que hace falta, yo... ahora soy su pareja ¿verdad? Pues quiero que mi suegro cene bien, así que ¡Vamos! – Tanjiro echó a correr hacia el supermercado más cercano y Giyuu fue detrás de él.

Dentro del supermercado, Tanjiro recorría los estantes con la mirada ¿Qué podría cocinar para todos?

- Mmm... ¿Oden? No, no, ya se acerca la primavera y el oden es un plato de invierno. Mmm...

- ¿Qué te parece ramen instantáneo? – Giyuu preguntó mientras señalaba el estante con la comida.

- Eso nunca, no le puede ofrecer a su padre ramen instantáneo.

- Yo creo que le dará igual.

- Pero a mí no me da igual – Tanjiro hizo un puchero – Cocinaremos algo rico para él y le hará pensar que usted además de tener un buen trabajo y una relación estable, también disfruta de deliciosas comidas y cenas.

- Parece que te estás tomando en serio lo de ayudarme.

- Claro que sí. Si lo que quiere Urokodaki-san es llevárselo de aquí, entonces yo me esforzaré para impedir eso.

- Tú... - Giyuu lo miró con cariño – De verdad eres adorable.

- ¿Eh? ¿Qué ha dicho? – Tanjiro giró su rostro para mirar a Giyuu pero debido a esto no pudo ver como el carrito de una chica aparecía en su camino y acabaron chocando ambos - ¡Waaa! ¡Lo siento, lo siento!

- N-no pasa nada, ha sido un accidente – una chica de ojos rosas y pelo oscuro se disculpó avergonzada.

- ¿Se encuentra bien? ¡De verdad que lo siento!

- De verdad que no...

- ¡Haces bien en sentirlo! ¡Mira por donde caminas y deja de ser un torpe! – una voz conocida insultó a Tanjiro.

- ¿Eh? – la mirada de Tanjiro fue hacia el hombre al lado de la chica de ojos rosas. Un hombre alto con el pelo negro corto y los ojos azules, a Tanjiro le sonaba una versión de este hombre pero con el pelo rosa y los ojos naranjas - ¿Yo...? ¿Nos conocemos?

Hakuji se atragantó con su saliva al reconocer a Tanjiro. ¿De verdad tenía tan mala suerte para acabar encontrándose con el chico? Aunque para suerte de la tercera luna, el pelirrojo parecía no reconocerle bien, después de todo su aspecto se veía diferente. Como a Hakuji no le gustaba mezclar la vida laboral y la personal, se aseguraba de cambiar su aspecto en el trabajo. Una peluca rosa y unas lentillas naranjas, solo eso bastaba para transformar a Hakuji en Akaza, aunque a él le servía para mantener el trabajo separado de su vida con Koyuki.

- No hagas eso Hakuji, no ha sido su culpa que choquemos. Ha sido un accidente.

- ¿Hakuji? Mmmm – Tanjiro frunció el ceño, el nombre del hombre y la voz de la chica le sonaban de algo pero no sabía decir de donde y no era solo eso – Si pudiera... - se alejó del carrito y fue hacia Hakuji para empezar a olerlo.

- ¡¿QUÉ MIERDA HACES?! – Hakuji apartó la cara de Tanjiro, estaban muy cerca - ¡No puedes oler a los demás así como así!

- Eh... - Koyuki se sonrojó y se puso nerviosa ¿qué hacía ese chico oliendo a su novio? - Di-disculpa pero no está bien que hagas eso.

- Perdón pero es que... usted huele como...

- Kamado, déjalo – Giyuu cogió el carrito y empezó a moverse – Perdonad las molestias.

Giyuu miró de reojo a Hakuji y éste se incomodó, intuía que Giyuu le había descubierto. Tanjiro y Giyuu siguieron caminando por el supermercado dejando a la pareja sola.

- Esos desgraciados... - Hakuji murmuró enfadado mientras cogía el carrito que antes llevaba Koyuki y empezaba a andar - ¡¿Qué mierda hacen aquí?! ¡Hay un montón de supermercados! ¡¿Por qué están en este?! ¡¿Y qué hacen juntos?! ¡Muzan-sama se va a enfadar!

- ¡Hakuji, espera! – Koyuki empezó a andar detrás del chico.

- Tanjiro me derrotó... me derrotó de una manera ridícula y todo por culpa de Enmu pero yo derroté a Kyojuro, los demás no derrotaron a ninguno ¡¿Por qué Muzan-sama ni siquiera me agradeció por eso?! Odio mezclar mi vida personal con la laboral pero ese mocoso pelirrojo de verdad que me enferma, la próxima vez que le vea le aplastaré – una sonrisa se dibujó en su rostro – Sí, haré eso, le aplastaré y al bastardo de Giyuu también ¿qué era esa mirada de antes? Cuando les aplaste se van a arrepentir – dejó de andar sin darse cuenta de donde se había parado – Aplastarles... ¡Definitivamente quiero eso!

- ¡¿Eh?! – Koyuki se sonrojó completamente al ver el sitio en el que su novio, sin ser consciente, se había parado – Pe-pero Hakuji... si ya tenemos de eso en casa.

- ¿El qué? – Hakuji miró la estantería delante de él, era la estantería de los preservativos – Mierda.

- ¿Entonces...? ¿Definitivamente quieres eso?

- ¡N-no! ¡O-osea! – Hakuji se sonrojó y se empezó a poner nervioso. Seguro que Koyuki estaba pensando en él como un pervertido.

- En casa todavía quedan pero... si esta noche tienes tantas ganas... - apartó la mirada avergonzada – Puedes coger otro paquete solo... solo por si acaso no hay suficiente con el de casa.

De repente un rayo de luz iluminó a Hakuji, Koyuki le estaba dando permiso de comprar eso, por lo tanto esta noche se usaban. ¿Por qué se había enfadado en primer lugar? La verdad es que ya no se acordaba.

Sabito llegó a casa de Giyuu y dudó en pulsar el timbre. Urokodaki había llegado y aunque a él y a Makomo les alegraba mucho, sabía que para Giyuu era una cosa completamente diferente. Si ese hombre estaba aquí era para hacer que Giyuu renunciara al manga y volviera con él a Hokkaido.

- Giyuu... - Sabito suspiró preocupado, ahora más que nunca debía apoyar a su amigo porque seguramente el ambiente dentro de esta casa no era nada bueno actualmente. Puede que Giyuu y Urokodaki estuvieran en la mesa mirándose el uno al otro en silencio o discutiendo a gritos. Independientemente de la situación dentro de la casa, Sabito sabía que debía dar apoyo emocional al estresado Giyuu así que pulsó el timbre y esperó a que la puerta se abriera.

- Hola Sabito – Makomo, que había abierto la puerta desde dentro, le saludó – Llegas pronto, la cena todavía no está acabada.

- Tenía que llegar pronto – Sabito se metió dentro y se quitó el abrigo - ¿Cómo está la situación? ¿Giyuu está bien?

- Pues... supongo que sí.

- ¿Supones? Últimamente ha estado muy estresado y yo lo único que he hecho ha sido sumarle más estrés – agachó la mirada arrepentido, puede que hubiera sido muy duro exigiendo a Giyuu muchas cosas para su confesión de amor – Quiero mucho a Urokodaki-san pero apoyaré completamente a Giyuu, no dejaré que se rinda con el manga y por supuesto no dejaré que se lo lleve de vuelta a Hokkaido.

- Hoy no se le ve estresado.

- Porque lo disimula pero por dentro debe estar sufriendo, ¿dónde está? Necesito decirle que tiene todo mi apoyo.

- En la cocina pero...

- ¡Giyuu! – Sabito no dejó acabar a la chica y fue corriendo hacia la cocina - ¡Giyuu quiero que sepas que...!

- Giyuu, corta los vegetales más finos.

- ¿Más? Si los corto más finos van a desaparecer.

- No exageres.

- A lo mejor necesito motivación para cortarlos más finos – Giyuu se puso detrás de Tanjiro y le abrazó, acercó su boca a su cuello y empezó a repartir besos.

- ¡Kyaa! ¡Gi-giyuu! – Tanjiro se sonrojó y se revolvió un poco nervioso.

- Vaya, vaya, vosotros sí que sois una pareja acaramelada – Tsutako, que también estaba ayudando en la cocina, contuvo la risa al ver el lindo comportamiento de su hermano - ¿Soléis cocinar juntos?

- Pu-pues... - Tanjiro buscó la mirada azulina para que respondiera él.

- Cocinamos la cena juntos todas las noches. Siempre estamos muy acaramelados cuando cocinamos, más de una vez nos hemos pasado de mimos y abrazos y lo hemos acabado haciendo en la cocina.

- Gi-giyuu, tu hermana no tenía por qué saber eso.

- Pero es la verdad, ¿te sientes avergonzado? Cuando lo hacemos toda esa vergüenza desaparece – Giyuu besó la mejilla de Tanjiro haciendo que éste se sonrojara todavía más.

- La-las manos a las verduras por favor – Tanjiro le siguió el juego devolviéndole el beso en la mejilla.

- ¿Qué...? – Sabito se quedó en blanco, él creía que Giyuu estaría agobiado y estresado, entonces, ¿Por qué estaba metiendo mano a su sexy asistente? – Yo...

- ¿Sabito? – Giyuu por fin se percató de la nueva presencia en la casa.

- Yo... estaba preocupado por ti pero tú... - un aura maligna le rodeó al ver como Giyuu seguía abrazando a Tanjiro – Tú estabas... ¡¡TÚ ESTABAS DISFRUTANDO AQUÍ DE LO LINDO Y COMIENDOTE A BESOS A TANJIRO MIENTRAS YO ME PREOCUPABA POR TI!! ¡¿ME PUEDES EXPLICAR QUE MIERDA ESTÁ PASANDO AQUÍ?!

- N-no sé de qué hablas, esto es lo normal, ya sabes. Yo cocinando con mi novio Tanjiro – Giyuu le hizo señas con los ojos para ver si Sabito lo entendía, el chico entendió que había una razón para esto pero su ceño seguía fruncido mientras veía como Giyuu seguía abrazando a Tanjiro.

- Maldito suertudo – Sabito murmuró y recuperó la compostura – Sí, sí, es verdad, tú y tu novio Tanjiro cocinando pero yo estaba preocupado por ti, Urokodaki-san está aquí ¿verdad? ¿Todo bien entre vosotros?

- Sí, todo bien ¡Porque no pienso volver a Hokkaido! – aumentó el volumen de su voz al decir lo último para que Urokodaki lo pudiera oír desde el salón.

Tanjiro agachó la mirada preocupado, estaba disfrutando de la cercanía de Giyuu pero no podía olvidar su objetivo principal: Fingir ser su pareja para evitar que se vaya.

Giyuu, Tanjiro y Tsutako siguieron cocinando mientras Sabito, Makomo y Urokodaki esperaban en el salón. La cena acabó siendo un salteado de verduras, Tanjiro tenía práctica cocinándolo pero se había tardado más de la cuenta debido a que entre medias iba recibiendo besos de Giyuu.

- Espero que le guste la cena Urokodaki-san – Tanjiro le sirvió las verduras en un plato y se sentó junto a todos en la mesa de la cocina.

- Huele bien Tanjiro, ¿tienes práctica cocinando?

- Sí, mi madre tiene una panadería y para ser capaz de ayudarla aprendí a cocinar de todo.

- Interesante – Urokodaki levantó parte de su máscara para poder comer y cogió unos palillos - ¿Y tu padre?

- ¿Eh? Pu-pues... mi padre.

- El padre de Tanjiro escribe cuentos infantiles – Giyuu respondió por el pelirrojo.

Tanjiro se agobió un poco, por un momento se le había olvidado que le contó esa mentira a Giyuu.

- ¿Cuentos infantiles? ¿Puedes decirme el título de alguno?

- Emm... - Tanjiro bebió un poco de agua – Noche... noche ruidosa en el apartamento 203.

- Oh, que título más curioso ¿de qué va el libro? – Tsutako se interesó.

Noche ruidosa en el apartamento 203 narraba la vida sexual diaria de una joven universitaria que mantenía relaciones con su apuesto y misterioso vecino pero Tanjiro debía maquillar bastante la historia.

- Pues... va de... pues eso, una familia que no consigue dormir a su hijo porque está llorando toda la noche así que para intentar dormirle le cuentan una serie de cuentos y... es noche ruidosa porque el hijo no para de llorar toda la noche.

- Parece interesante – Tsutako le sonrió.

- Sí, lo es.

- ¿No se llama así también una novela erótica? – Sabito preguntó y Tanjiro casi escupe el agua.

- Sabito ¿lees esas cosas? – Makomo preguntó avergonzada.

- Es cultura general, no me he leído 50 sombras de Grey pero sé de qué va, pues esto es lo mismo. El título del libro que has dicho coincide con uno de ese escritor de novelas eróticas que está tan de moda, Eros-sensei.

- Sí, Eros-sensei tiene un libro así – Giyuu lo confirmó y Tanjiro volvió a agobiarse – Pero hay varios libros que comparten título, esto es solamente una casualidad.

- Aunque es una casualidad un poco incómoda que un libro infantil comparta nombre con una novela erótica – Tsutako se sonrojó un poco por la conversación.

- Sí, pero... es solamente una casualidad jajaja – Tanjiro rio nervioso.

- Cambiando de tema, ¿Cuánto tiempo hace que os conocéis? – Urokodaki interrogó a la pareja.

- Tres años – Giyuu le respondió sin dudar.

- ¿Y estáis seguros de que vivir juntos es lo correcto?

- Por supuesto, estoy enamorado de Tanjiro ¿algún problema?

Sabito le hizo señas con la mano para que relajara la expresión. Su confesión había sonado muy seria debido a que estaba hablando en serio.

- ¿Y dónde os conocisteis?

- Fue en...

- En la calle – Giyuu interrumpió al pelirrojo – Un perro estaba molestando a Tanjiro, le tiré comida y el perro se alejó. Esa fue la primera vez que nos vimos.

Tanjiro le miró confuso ¿a qué venía esa historia? ¿No fue lo mismo con lo que Tanjiro soñó?

- ¿Así fue?

- Así fue – Tanjiro lo confirmó mientras miraba a Giyuu, éste giró su rostro para conectar su mirada con la del pelirrojo. Un sentimiento de nostalgia desconocido llegó a Tanjiro.

- Tanjiro ¿por qué quieres a Giyuu?

- Giyuu es mi héroe – la sinceridad de las palabras de Tanjiro llamó la atención de Tsutako y Urokodaki – Siempre está ahí, da igual de qué forma vaya a meter la pata, él siempre está ahí para salvarme. Yo también... estoy enamorado de él.

Giyuu y Tanjiro separaron sus miradas, los dos interpretaron la confesión de amor del otro como un engaño hacia Urokodaki a pesar de que ambas confesiones eran ciertas.

- Ya veo, entonces estáis enamorados.

- Sí, por eso mismo no me voy a separar de Tanjiro nunca. Si quieres volverte ya a Hokkaido te puedes ir ya.

- No me voy a volver.

- ¿Y qué más quieres?

- Quiero que tengas un trabajo estable, ser mangaka no es estabilidad laboral. En Hokkaido te buscaré un trabajo estable y acorde a tus condiciones.

- Soy mangaka – Giyuu frunció el ceño – Aunque te fastidie, soy mangaka, soy el pilar del agua. Mi manga es de los más famosos de Japón.

- Los mangas se acaban, ¿me puedes decir que vas a hacer cuando tu manga acabe?

- Haré otro.

- ¿Otro? – Urokodaki negó con la cabeza - ¿Cuántas veces crees que una misma persona puede hacer un éxito?

- ¡Eso no lo decides tú! – Giyuu levantó la voz haciendo que la situación se pusiera tensa.

- Yo... - Tanjiro habló en ese tenso ambiente llamando la atención de Giyuu y Urokodaki – Tengo fe en Giyuu, sé lo increíble que él es y por eso – levantó el rostro con una sonrisa – Sé que puede hacer con facilidad otra obra increíble.

Giyuu apretó los puños. Tanjiro se había olvidado completamente de su primer encuentro pero su fe ciega en él no desaparecía. ¿Cómo era eso posible?

- ¿Confías mucho en Giyuu?

- Claro, es el héroe de la historia y el héroe siempre gana.

- Un argumento un poco raro – Urokodaki continuó comiendo, no volvió a hablar con Giyuu durante la cena pero el ambiente de tensión entre ambos ya se había levantado.

Cuando la cena acabó, Sabito, Makomo y Tsutako se despidieron y se fueron de la casa dejando solos a Giyuu, Tanjiro y Urokodaki.

- ¿Estás seguro de quedarte aquí? – Giyuu se cruzó de brazos mientras veía a Urokodaki acomodar las sábanas en el sillón.

- He dormido en peores condiciones.

- No me refiero solo a eso.

- ¿Y a qué más te refieres?

Giyuu pasó su mano por detrás de la cadera de Tanjiro y juntó sus cuerpos.

- Tanjiro y yo tenemos sexo todas las noches, te advierto de que somos muy ruidosos.

- ¡¿EH?! – Tanjiro se coloreó completamente de rojo.

- No os preocupéis por mí – Urokodaki se tumbó en el sillón y tapó su cuerpo con una manta, Giyuu frunció el ceño ante su indiferencia.

- Bien, como quieras. Si tienes ojeras porque no te hemos dejado dormir a mí no me digas nada – agarró la mano de Tanjiro y le llevó a su habitación, una vez dentro, cerró la puerta y Tanjiro empezó a ponerse nervioso.

- E-emmm... To-Tomioka-san... no-nosotros... ¿qué vamos a hacer ahora?

Giyuu suspiró, parece que ya estaba un poco más relajado.

- De momento buscarte un pijama, se me olvidó mencionarte que tendríamos que dormir juntos aunque no es la primera vez que lo hacemos.

- Pero mi ropa está en mi casa.

- No pasa nada, te daré ropa mía.

- ¡¿SUYA?! Pe-pero... ¡olerá a usted! – Tanjiro empezó a ponerse nervioso, si se pone la ropa de Giyuu, tendrá su aroma envolviéndole. ¿Podría dormir así?

- Que huela a mí es lo normal ¿cuál es el problema?

- N-no es nada, supongo...

- Deja que busque algo – Giyuu abrió el armario y sacó un pijama de cuadros que se le había quedado pequeño – Ponte este.

- Bien – Tanjiro recibió el pijama y se le quedó mirando sonrojado.

- ¿Pasa algo?

- Dese la vuelta por favor – apartó la mirada – Si no lo hace me verá desnudo.

- Pero ya te vi desnudo en las aguas termales.

- ¡Tomioka-san!

- Vale, vale – Giyuu se dio la vuelta y dejó que Tanjiro se cambiara, ojala hubiera tenido cerca algún espejo para espiar al adorable pelirrojo mientras se cambiaba de ropa – Mierda, ese pensamiento ha sido digno de un pervertido.

- Tomioka-san, tengo un problema.

Giyuu se dio la vuelta, lo que vio le podría haber causado sin problema una erección. Tanjiro estaba llevando la camisa del pijama pero no llevaba el pantalón por lo tanto sus piernas estaban al aire. La camisa le quedaba grande y tapaba casi por completo sus boxers. Al sentirse tan expuesto, Tanjiro tiraba de la camisa hacia abajo para que la camisa tapara más y para completar la escena estaba el adorable sonrojo que cubría sus mejillas.

- El pantalón me queda grande y se me cae. ¿No tiene algo más pequeño?

- Pues... - se lo pensó un momento, sí que tenía alguno más pequeño. Tenía que darle un pantalón más pequeño pero su mirada se perdió por las preciosas piernas de Tanjiro – No, no tengo nada más pequeño. Supongo que tendrás que dormir así.

- Pero... - tiró de la camisa otra vez – Se me ve casi todo.

- No, no se te ve mucho – Giyuu le mintió, era una gran vista la de esas preciosas piernas.

- Yo no lo veo así pero si usted lo dice.

- Bueno, vamos a dormir – Giyuu deshizo la cama ante la atenta mirada de Tanjiro - ¿Ocurre algo?

- Es que... - apartó la mirada avergonzado – Usted le ha dicho a su padre que tenemos sexo todas las noches. ¿Por qué le ha dicho algo tan vergonzoso?

- Para que se vaya, a nadie en su sano juicio le gustaría escuchar como tiene sexo el chico al que has criado.

- Sí, es verdad – Tanjiro se metió a la cama con Giyuu mientras suspiraba cansado. Él sabía de una persona a la que escuchar a su hijo teniendo sexo no le importaría, ese era Kamado Tanjuro, de hecho, seguro que sacaba una novela entera si le escuchaba teniendo sexo.

Giyuu y Tanjiro se tumbaron en la cama y miraron en silencio el techo. Ninguno iba a cerrar los ojos, no cuando han estado actuando tan acaramelados delante de Tsutako y Urokodaki. La vergüenza y las ganas de seguir actuando así les impedían dormirse.

- Kamado ¿estás incómodo con todo esto?

- Me pilló de sorpresa pero ya le dije que le ayudaría, haré cualquier cosa para que usted no se vaya.

- ¿Cualquier cosa? Pues... estaba pensando... en nuestra actuación de hoy. Cuando te besaba se te notaba un poco tenso.

- Pe-pero es normal. Yo solo le he besado a usted y a... - Tanjiro se tapó la boca, este gesto no pasó desapercibido por Giyuu.

- ¿Has besado a alguien más?

- No – Tanjiro se tapó el rostro para evitar que se le formara una expresión extraña.

- ¿Me estás mintiendo?

- N-no.

- Kamado – la voz de Giyuu sonó suave - ¿Estás saliendo con alguien? – preguntó aunque tenía miedo de recibir una afirmación.

- Por supuesto que no – destapó su rostro para seguir mirando al techo – Pero sí que he besado a otra persona aunque no fue un beso intencionado, esa persona había bebido y...

- ¿Era Rengoku?

- ¿Eh? – giró su rostro para mirar al pilar del agua - ¿Cómo lo ha sabido?

- Así que eso ha pasado – cerró los ojos - ¿Te gusta Rengoku?

- Rengoku-san es increíble, es carismático y apasionado. Siempre lleva una sonrisa en su rostro y transmite tanta calidez.

- Sí – se giró para dar la espalda a Tanjiro – Se parece a ti.

- ¿Usted cree? Me alegro de parecerme a Rengoku-san.

- Os parecéis tanto que seguro que seríais la pareja perfecta.

- Puede ser pero... - llevó una de sus manos a su pecho – Al lado de Rengoku-san siento muchas cosas pero hay una que no consigo sentir.

- ¿Qué es?

- Amor, no estoy enamorado de Rengoku-san por mucho que nos parezcamos. ¿Sabe de ese refrán? El de que los polos opuestos se atraen.

- ¿Los polos opuestos? – Giyuu se giró para verle - ¿Te gusta Shinazugawa?

- ¿Qué? – una sonrisa se dibujó en su rostro – No diga tonterías.

- Pero eres todo lo opuesto a Shinazugawa.

- Usted es muy gracioso Tomioka-san.

- Pero yo estaba hablando en serio.

- No me gusta Shinazugawa-san. A mí... no creo que sea correcto hablar de esto con usted.

Giyuu se sintió más tranquilo. Tanjiro había admitido que no estaba enamorado de Rengoku, eso le había hecho sentirse mejor y le había dado un poco de valor para hacer ciertas cosas.

- Kamado.

- ¿Sí?

- Te tengo que tocar el culo.

- ¡¿QUÉ?! – Tanjiro se puso completamente rojo, definitivamente no había corazón azul por ningún lado, era una fantasía real - ¿Usted...?

- No pienses que soy un pervertido – Giyuu lo aclaró con un sonrojo en las mejillas – Actuar como una pareja es fundamental para engañar al hombre tengu. El ejemplo más cercano de parejas que tengo es el de Uzui y Agatsuma y por lo que he podido observar, Uzui hace cosas como tocarle el culo. Si te pones a pensarlo, no dejas que cualquier persona haga eso por eso pienso que si Urokodaki nos ve hacerlo no sospechará nada de nosotros y si de paso conseguimos incomodarle para que se vaya pues premio doble.

- Sí... tiene razón, entonces... ¿cómo lo hacemos?

- Pues, ejem, levántate.

- Vale – intentando contener su emoción, Tanjiro se levantó de la cama mientras Giyuu se incorporaba para quedar sentado al borde de ésta.

- Date la vuelta – la voz de Giyuu sonó grave y puso la piel de gallina al pelirrojo el cual le obedeció. Tragó duro cuando su mirada bajó hacia las nalgas contrarias tapadas por su camisa de pijama – Voy a hacerlo ¿listo?

- S-sí – cerró los ojos nervioso, no era la primera vez que Giyuu le tocaba el culo pero la primera vez fue un incidente – Cuando usted quiera.

- Allá voy – estiró su brazo y aunque lo dudó un poco, conectó la palma de su mano con las nalgas del pelirrojo – Ya está ¿qué tal?

- Eh... - abrió los ojos, el tacto de Giyuu había sido muy simple. Simplemente había puesto la palma de su mano encima de su trasero, no estaba apretando ni nada, era un poco decepcionante – Creo que esto no cuenta, las parejas se meten mano ¿verdad? Pues lo que usted está haciendo ahora no es nada de eso, simplemente ha puesto la mano encima y ya.

- ¿Y qué hago entonces? – Giyuu se avergonzó, estaba quedando como un ridículo delante de su rayito de sol.

- Para empezar debería tocarme con más confianza, lo de ahora es como si hubiera puesto la mano en una pared.

- Perdón.

- No se preocupe, la posición en la que me he puesto puede ser incómoda para que usted pueda tocar bien. Deme un momento – Tanjiro se apartó y se tumbó encima del regazo de Giyuu, si de verdad Giyuu estaba dispuesto a esto pues él no se iba a negar de ninguna forma - ¿Así mejor?

- Sí... - sus manos empezaron a temblar al tener el cuerpo de Tanjiro en su regazo y su trasero completamente indefenso - ¿Y ahora?

- Apriételo – le habló sin mirarle, si Giyuu le veía ahora vería su rostro completamente rojo.

- Bi-bien, lo voy a hacer – tragó duro y acercó su mano nerviosa al trasero del más joven.

Tanjiro alzó un poco el trasero para ponérselo más fácil.

- Ah~ - tapó su boca con sus manos nada más sentir el apretón del pilar del agua en su nalga derecha.

- ¿Así? – preguntó mientras apretaba con fuerza las nalgas del contrario.

- Mmm~... s-sí – mordió sus labios para controlar su excitación, no sabía de donde había salido el valor para dejar a Giyuu hacer esto. Puede que hubiera salido solamente de su excitación y de las ganas que tenía de ser tocado por el pilar del agua.

- ¿Es incómodo?

- N-no, para nada... mm~

- Pero estás haciendo ruidos ¿esto te está molestando?

- No, no, siga por favor.

- La verdad... es que creo que esto es suficiente.

- ¿De verdad? – preguntó un poco decepcionado.

- Sí, era solo tocar tu... trasero y creo que ya lo he conseguido. No es como si fuera a tocarte el culo toda la noche.

- Es verdad – Tanjiro hizo un puchero, a él no le habría molestado – Entonces me levantaré.

- Espera un momento.

- ¿Mm? – giró su rostro para ver lo que iba a hacer Giyuu, sus ojos se abrieron como platos al ver como su mano se levantaba lista para dar un golpe - ¡Ahh~! – tapó rápidamente su boca después de recibir un azote por parte del pilar del agua - ¡Tomioka-san! ¿Por qué ha hecho eso?

- También he visto como Uzui le ha dado algún golpe en el culo a Agatsuma, eso también había que probarlo.

- ¡Podría haberme avisado! No me esperaba el azote para na... ¡Ahh~! ¡Tomioka-san! – se quejó sonrojado al recibir otro azote.

- Perdón, ese era el último te lo prometo.

- Lo que hay que ver – Tanjiro se levantó de su regazo sonrojado y volvió a sentarse en la cama – Avíseme por lo menos para que no me pille de sorpresa.

- No te puedo avisar de que te voy a dar un azote, tiene que salir de forma natural, como los besos. No te voy a avisar en cada momento en el que te vaya a besar.

- Pero aun así...

Las palabras de Tanjiro fueron interrumpidas por los labios de Giyuu, éste le había dado un beso corto.

- ¿Lo ves? Nuestros besos tienen que ser esporádicos para que parezcamos una pareja normal.

- Mmm – llevó sus manos a sus labios – Aunque lo diga así no puedo evitar ponerme nervioso.

- Necesito que hagamos esto, lo siento mucho si te incomodo pero...

Esta vez fueron las palabras de Giyuu las que se vieron interrumpidas, Tanjiro se había lanzado hacia sus labios consiguiendo un choque apasionado de sus bocas y pasando sus brazos por detrás del cuello del pilar del agua. Tanjiro separó despacio sus bocas sin alejar su cuerpo y dejando ver como un hilo de saliva unía sus bocas.

- ¿Esto es lo suficientemente esporádico? – no supo de dónde sacó del valor, pero Tanjiro le habló provocativo.

- Esto no me lo esperaba.

Giyuu volvió a unir sus bocas en un beso con lengua que puso la piel de gallina al pelirrojo. Tanjiro tembló al notar como la lengua de Giyuu buscaba la suya y cuando la encontró empezó un húmedo choque entre ellas que hizo temblar sus piernas.

- ¡Ahh~! – Tanjiro se separó – Yo... no podía respirar.

- Lo siento.

- No pida perdón por eso – negó con la cabeza – Mejor... sigamos con los besos, ya sabe, para que resulten realistas delante de Urokodaki-san.

- Sí – Giyuu iba a volver a acercar sus rostros pero se separó en el último momento.

- ¿Ocurre algo?

- Le dije a Urokodaki que íbamos a tener sexo.

- U-usted qui-quiere... pero yo... - Tanjiro no sabía qué hacer, ¿Iba a tener sexo con Giyuu solamente para engañar a Urokodaki? – No sé lo que me quiere decir con... ¡ah! – gritó al ser empujado para caer tumbado en la cama – Tomioka-san...

Giyuu tragó duro, su mente debía permanecer calmada o asustaría a Tanjiro con una erección. Con cuidado se puso encima del pelirrojo y volvió a acercar sus rostros. Tanjiro tembló al tener el rostro de su amor platónico tan cerca.

- Kamado, necesito que gimas mi nombre – pidió con voz grave.

- Eh... ¡¿EHHHHHH?!

Puede que el karma existiera, era la única manera de explicar esto. Tanjiro había sido un buen chico toda su vida así que el karma se lo recompensaba así, su adorado pilar del agua quería tomar su virginidad.

- Tomioka-san – apartó la mirada sonrojado – Esto es tan precipitado, no sé si estoy listo. Yo nunca...

- Llámame Giyuu.

- ¿Qué?

- Quiero que gimas mi nombre no mi apellido.

- Pe-pero... ¡ah! – se sobresaltó cuando las manos de Giyuu aplastaron con fuerza las almohadas debajo de su cabeza.

- Voy a empezar ahora, tú solo gime.

- ¡¿A-Ahora?! ¡Pe-pero...! To-Tomioka-san... - Tanjiro relajó su cuerpo preparándose para cualquier cosa que Giyuu quisiera hacerle. Cerró sus ojos y esperó pacientemente a que Giyuu le desnudara pero éste no estaba haciendo nada - ¿Tomioka-san?

- Gime Kamado – apretó con fuerza las almohadas y movió su cuerpo con fuerza para provocar que la cama chocara contra la pared – Vamos, gime.

- ...

- ¿Qué pasa?

- ¿El sexo... es así?

- ¿Sexo? – Giyuu se sonrojó – No, claro que no.

- Entonces no entiendo que está pasando.

- Pero si te lo he dicho, Urokodaki piensa que vamos a tener sexo y eso es lo que tenemos que hacerle pensar. Haremos mucho ruido y él se incomodará y se querrá ir. Él me ha criado desde que era un niño, se sentirá muy incómodo si me escucha teniendo sexo.

- ...

- ¿Kamado? ¿Ocurre algo?

- No – hizo un puchero mientras se avergonzaba, él de verdad había creído que Giyuu tomaría su virginidad - ¿Qué hay que hacer exactamente?

- Yo haré que la cama choque contra la pared, tú solamente gime mi nombre y lo bien que se siente.

- Urokodaki-san pensará que estamos teniendo sexo duro.

- Eso es lo que quiero que piense.

Tanjiro suspiró, quería dar la opción de que para que fuera más realista lo hicieran de verdad pero seguramente Giyuu no aceptaría. Una idea parecida pasó por la cabeza de Giyuu cuando empezó todo esto pero por motivos obvios no podía proponer esa idea, Tanjiro pensaría que él es un pervertido y no quería robarle la virginidad sin que Tanjiro estuviera enamorado de él.

La situación era extraña, ambos chicos, que están enamorado del otro, iban a fingir tener sexo. Si hubieran sabido lo que sienten el uno por el otro seguramente no tendrían que fingir y podrían hacerlo de verdad.

- Vale, gemiré entonces aunque no sé muy bien cómo hacerlo. Puede que parezcan gemidos falsos.

- Piensa en algo que te excite.

- No lo diga así – cerró sus ojos para intentar concentrarse. Algo que le excitara, solo podía ser una cosa. Imaginarse a Giyuu tocando y profanando su cuerpo – Ahh~ Giyuu...

- Sí, eso es.

- Ahh~... mmm~... ¡Giyuu-sama!

- Lo de "-sama" no hace falta – volvió a empujar con fuerza la cama, había un porcentaje muy alto de que tuviera una erección por los gemidos de Tanjiro – Hazlo más alto y di lo mucho que te gusta.

- ¡AHHHH~! ¡GIYUU~! ¡SIIII! ¡Más, más fuerte! ¡AHHHHH~!

- Di que te gusta.

- ¡SI! ¡AHHH~! ¡Me gusta cómo me lo haces! ¡AHHHHHHH~! ¡SIIIIII! ¡No pares, no pares!

- Es grande, te gusta que sea grande.

- ¡GIYUU! ¡Qué grande eres! ¡Ahhhh~! ¡Me vas a romper!

Giyuu se mordió el labio e intentó contar hasta tres, no podía saltarle encima y desvirgarlo contra el colchón. Tanjiro no quiere eso ¿no?

- Di que...

- ¡AHHH~! ¡GIYUU! ¡GIYUUUUU! ¡TE QUIERO! ¡AHHHHHH~! – Tanjiro impidió a Giyuu terminar lo que iba a decir y siguió gimiendo gracias a su imaginación - ¡AHHHH! ¡SUAVE, SUAVE! ¡GIYUU SE MÁS SUAVE!

- Kamado, espera un momento.

- ¡AHHHHHHHHH~! ¡SIIIIIIII! ¡GIYUU! ¡ME ENCANTA, ME ENCANTA! – arqueó su espalda mientras cerraba sus ojos. Estaba completamente metido dentro de su imaginación y pasó a ignorar lo que le decía el Giyuu de verdad.

Giyuu intentó volver a contar hasta tres, no funcionó, contaría hasta mil si hacía falta. Debajo de él estaba Tanjiro gimiendo su nombre. ¿Se podía pedir algo más? Tanjiro estaba con los ojos cerrados, agradecía eso porque no creía poder aguantar más. Su amigo de debajo se iba a levantar sí o sí pero como Tanjiro no estaba mirando no supondría un problema. Cuando acabaran esta imitación de relación sexual tendría que ir al baño para "atender" el problema que le iba a causar Tanjiro.

- ¡AHHHHHH~! ¡QUE PROFUNDO GIYUU~! ¡COMO ME GUSTA! ¡AHHHH~! ¡AHHHHHHH~!

Tanjiro estaba en la gloria y Giyuu estaba sufriendo al intentar controlarse. Una lástima que todo esto no hubiera servido de nada.

En el salón, Urokodaki descansaba en un sueño profundo. Los fuertes gemidos de Tanjiro y los golpes de la cama contra la pared que provocaba Giyuu no estaban llegando a sus oídos. ¿Por qué? Muy sencillo, llevaba tapones para los oídos para asegurarse de que nadie perturbara su sueño.

Giyuu abrió los ojos con pereza. Giró su rostro para mirar hacia su lado, no había nadie. ¿No estuvo ayer Tanjiro aquí? ¿Dónde estaba? Con pereza en el cuerpo, se levantó de la cama y salió de la habitación. Un olor agradable llegó a su nariz, olía a café. Llegó a la cocina y frunció un el ceño, ahí estaba Urokodaki, parecía que había acabado de desayunar.

- Buenos días.

- Buenos días Giyuu. Tu novio se ha levantado antes que tú y nos ha preparado el desayuno. He de admitir que es muy simpático ¿se puede saber de dónde ha sacado alguien como tú un chico como él?

- ¿Qué tiene de raro que esté conmigo?

- Creo que es evidente.

- No lo es – Giyuu miró hacia la mesa, ahí había un plato tapado, lo que supuso que sería su desayuno. Tanjiro había madrugado para hacer el desayuno de todos. ¿Por qué era tan adorable el pelirrojo? Así solo conseguía enamorarlo más – Creo que debería pedirte perdón.

- ¿Por qué exactamente?

- Porque ayer Tanjiro y yo estuvimos muy activos. ¿Dormiste bien? Tanjiro gime muy alto, seguro que tuviste que oír algo – Giyuu sonrió para sus adentros.

- La verdad es que no escuché nada.

- ¿Qué?

- Duermo con tapones para los oídos, no escuché nada de lo que hicisteis anoche.

- ...

- ¿Giyuu?

- Voy a ducharme – abandonó la cocina y se dirigió al cuarto de baño.

¿Qué había sido eso? Había hecho que Tanjiro fingiera que tenían sexo, lo cual seguramente le avergonzó y le hizo pensar mal de él. También había tenido una erección al final de todo que tuvo que bajar con agua fría y ¿para qué? Urokodaki no había oído nada.

Había sido un espectáculo maravilloso escuchar a Tanjiro gemir pero pedírselo había resultado algo extraño. ¿Qué pensaba ahora mismo de él? ¿Le vería como un pervertido? Él le justificó el hecho de que tuviera que gemir, era para espantar a Urokodaki.

- Duerme con tapones para los oídos... ¡mierda, mierda! ¿Y cómo le echo de aquí? Ese hombre tengu – abrió enfadado la puerta del baño y empezó a desnudarse sin darse cuenta de que el agua estaba sonando – Le toqué el culo, nos besamos y fingimos tener sexo. ¡¿Vamos a tener que follar delante de él?! – terminó de desnudarse para darse la vuelta, lo que vio le dejó de piedra.

Tanjiro de pie en la bañera tomando una ducha. Su cuerpo desnudo y mojado, el agua recorriendo cada curva de su cuerpo y sus orbes rojizos fijos en él. Un sonrojo llegó al pelirrojo el cual bajó su vista por el cuerpo de Giyuu hasta que llegó a cierta parte.

- Ah... - abrió los ojos como platos al mirar su entrepierna – L-la espada del pilar del agua.

- ¡...! – Giyuu cogió una toalla y se tapó – Lo siento, no me he dado cuenta de que estaba ocupado – salió dejando a Tanjiro todavía impactado.

- Eso era... - miró su propia entrepierna – Eso era muy grande.

Después de que Tanjiro terminara de ducharse entró Giyuu y el pelirrojo fue a la cocina donde todavía estaba Urokodaki. Era la primera vez que iba a estar a solas con él.

- Emmm ¿durmió usted bien, Urokodaki-san?

- Sí, dormí como un bebé. Giyuu me comentó que tuvisteis una intensa actividad sexual anoche pero no te preocupes, no escuché nada porque duermo con tapones para los oídos.

- Ah, vale – Tanjiro se quiso morir de la vergüenza, había estado gimiendo debajo de Giyuu para que al final Urokodaki no escuchara nada.

- Tanjiro.

- ¿Sí?

- ¿Tú quieres a Giyuu?

- Por supuesto, estoy enamorado de él.

- ¿Y te molestaría separarte de él?

- Quiero estar a su lado. Giyuu es el hombre con el que quiero estar siempre.

- Vaya – se cruzó de brazos – Tus palabras parecen ser sinceras. Ya que las cosas están así, dime ¿No te gustaría venirte con nosotros a Hokkaido?

- ¿Qué?

- No he venido para molestar a Giyuu, solo quiero lo mejor para él. La verdad es que me gustas para Giyuu, veo la sinceridad de tus sentimientos por él. No me opongo de ninguna manera a que mantengáis una relación, por otro lado, lo que no puedo aceptar es su trabajo. La industria del manga no es estable, necesita algo que le dé más seguridad.

- Urokodaki-san, entiendo su punto de vista y entiendo que se preocupe por Giyuu pero no comparto su opinión hacia su trabajo. Giyuu tiene un gran talento, su manga es increíble. Él puede seguir creando cosas maravillosas.

- ¿En serio? ¿De verdad conoces bien a Tomioka Giyuu?

- No tanto como usted pero...

- Giyuu no tiene una mentalidad fuerte. Si algo no es su problema entonces no se meterá. Las críticas le deprimen y le bloquean. ¿Sabes que sufrió de acoso escolar? – Urokosaki suspiró – Giyuu no tiene la culpa de ser como es ni tampoco de lo que ha sufrido. La culpa es mía, me hice cargo de ellos pero no pude proporcionarles una infancia normal. Tanjiro, yo soy el culpable de que Giyuu sea como es. Si Giyuu fracasa o si Giyuu se queda solo, yo seré el culpable porque soy un maldito viejo que no se ha acercado para nada a una figura paterna. Como yo soy el culpable, soy yo el que se tiene que encargar de que Giyuu viva una buena vida.

- Usted está equivocado – la voz de Tanjiro sonó firme – Giyuu no es así, créame. Si algo no es su problema entonces no se meterá ¿es eso lo que usted ha dicho? Le tengo que decir que es mentira.

El cómo veía Urokodaki a Giyuu y el cómo lo veía Tanjiro era muy distinto. Giyuu había hecho tanto por él aunque hubiera podido ignorarle. Cuando dijo a los compañeros de clase de Muichiro que éste conocía a los pilares, cuando Muzan le engañó para llevarle al Castillo Infinito, cuando se enfrentó a Kokushibo para defenderle, la batalla del Comiket y también cuando no conseguía sacar de su dedo el anillo de boda que le confió Uzui. Tantas veces en las que Giyuu podría haber pasado de él pero no lo hizo en ningún momento, así era, Giyuu siempre había estado ahí para ayudarle.

- Giyuu ya tiene una buena vida, aquí él está bien. Tiene un trabajo que le gusta, está cerca de sus amigos y tiene unos compañeros de trabajo estupendos, incluso tiene buenos rivales con los que enfrentarse y mejorar. ¿Sabe que incluso tiene un aprendiz?

- ¿Es verdad eso? Siempre he tenido miedo de que ese chico acabara solo, sé que no podría soportarlo.

- Eso no va a pasar, Giyuu nunca va a estar solo, tiene muchísimas personas a su alrededor. Hágame caso, si vuelve a Hokkaido no tendrá esa buena vida que usted cree. Si encuentra cualquier trabajo que le proporcione estabilidad ¿qué sentido tendrá si es un trabajo que no le gusta? Giyuu puede triunfar y puede fracasar pero sé que se levantará.

- ¿Con qué ayuda se levantará?

- ¡Con la mía! – Tanjiro golpeó su pecho con su mano – Quiero estar al lado de Giyuu, en las buenas, en las malas, en las risas y en las lágrimas. Él es el héroe de mi historia, por eso sé que pase lo que pase él seguirá adelante. Sé que él ha sufrido de acoso escolar y sé que lo debió pasar mal pero eso no es su culpa. Usted es el hombre que los acogió, es su padre. Todos le quieren por haberles brindado una familia. Si Giyuu está donde está es en parte gracias a usted. Por favor, deje de intentar llevarse a Giyuu. En vez de eso, mejor apóyele. No se preocupe por su éxito o su fracaso, alégrese por su felicidad, porque es muy distinto a como usted piensa que es.

- Quieres mucho a Giyuu.

- Con todo mi corazón. Amo con todas mis fuerzas a Tomioka Giyuu.

- Que bien... - Urokodaki dirigió su mano hacia su pecho y lo apretó – Si le vas a cuidar tú... entonces sé que estará bien.

- ¿Urokodaki-san? – Tanjiro se preocupó al ver cómo Urokodaki parecía tener problemas para respirar mientras agarraba su pecho.

Urokodaki se cayó de la silla mientras hacía todo lo posible para intentar respirar.

- ¡Urokodaki-san! – Tanjiro se lanzó a su lado para intentar levantarle.

- Que bien... Giyuu ya... ya no es el niño que era antes. Ah... Ta-Tanjiro... no dejes que mi hijo se ponga triste... nunca...

- ¡¡Urokodaki-san!! ¡¡Urokodaki-san!! – las lágrimas empezaron a salir de su rostro ¿estaba sufriendo el mayor un infarto? - ¡¡Tomioka-san!! ¡¡Tomioka-san, venga por favor!!

Giyuu llegó corriendo al escuchar los gritos de Tanjiro. Se quedó de piedra al ver como el pelirrojo sostenía en el suelo a Urokodaki.

- Papá...

El olor a hospital mareó a Giyuu, odiaba estos sitios, como todo el mundo. Pasó su mano por su frente desordenando los cabellos azabaches que caían por su frente. A su lado podía escuchar los sollozos de Makomo mientras Tsutako la intentaba consolar. Sabito estaba de pie dando vueltas por la sala de espera.

- ¿Por qué mierda no sale nadie? – Sabito protestó.

- Él está bien – Tsutako acarició la cabeza de Makomo con cariño – Él es un hombre muy fuerte.

- He traído un poco de café – Tanjiro apareció en la sala de espera con café para todos.

- Muchas gracias Tanjiro – Tsutako aceptó el vaso con cariño.

- Makomo – Tanjiro tocó el hombro de la chica – Toma un poco por favor.

Makomo asintió mientras secaba sus lágrimas e intentó poner una sonrisa mientras cogía el vaso de papel.

- Sabito-san.

- Gracias Tanjiro – cogió el vaso y se lo tomó de un trago – Pero a este ritmo preferiré alcohol en vez de café.

Tanjiro se acercó a la silla donde estaba Giyuu y le ofreció el vaso.

- ¿Quieres un poco?

Giyuu apartó la mirada.

- Tomio... Giyuu.

- No quiero, gracias.

Tanjiro dejó el vaso en una mesa cercana y se sentó a su lado.

- Esto que le voy a decir es muy típico pero no me gustan los hospitales. Mi sentido del olfato es muy sensible y si a mucha gente no le gusta por su olor pues imagínese yo.

- Siento que hayas tenido que venir.

- No me molesta – Tanjiro alargó la mano hacia la de Giyuu – No puedo dejar que usted sufra solo.

- Estoy bien.

- No, no lo está – Tanjiro señaló su nariz – Puedo oler su tristeza, no va a pasar nada malo porque la exprese.

- Yo no... - miró los orbes rojizos, se veían tan confiables – Ese... ese hombre me dio un hogar, tenemos nuestros problemas pero... a pesar de eso... - las palabras de Giyuu empezaron a sonar entre cortadas al estar conteniendo las lágrimas – Podemos pelearnos, estar en desacuerdo pero... es mi padre. Le quiero.

Tanjiro soltó su mano y la llevó detrás de su cabeza para atraer el rostro de Giyuu hacia su hombro.

- ¿Puedo cantarle una nana que mi madre me cantaba? A lo mejor calma su corazón.

- Sí.

- Toc, toc, conejito de la pequeña montaña – Tanjiro empezó a cantar - ¿Por qué tus orejas son tan largas? Cuando mi madre era pequeña comió las hojas de un gran árbol y por eso mis orejas son tan largas – sonrió al sentir como Giyuu se relajaba apoyado en su hombro – Toc, toc, conejito de la pequeña montaña ¿Por qué tus ojos son tan rojos? Cuando mi madre era pequeña...

- Comió el fruto de un árbol rojo – Giyuu continuó la canción sorprendiendo a Tanjiro – Y por eso mis ojos son rojos.

- ¿Cómo...? – Tanjiro vio como Giyuu separaba su rostro de su hombro para mirarle a los ojos - ¿Cómo sabes esa canción?

- Gracias – Giyuu acarició la mejilla de Tanjiro y acercó su boca para dejarle un corto beso en los labios – Gracias por estar aquí.

- Tomioka-san... usted...

- ¿Familiares de Urokodaki Sakonji? – un doctor entró por fin a la sala.

- Sí, aquí – Tsutako se levantó rápidamente.

- Está estable, no se preocupen – el doctor les sonrió y sintieron como un peso desaparecía de sus hombros – Ha sufrido una angina de pecho, no ha sido un infarto.

- Ya veo ¿podemos pasar a verle?

- Claro, síganme por favor – el doctor empezó a andar y los demás fueron detrás de él. Cuando llegó a la habitación, abrió la puerta y dejó pasar a todos.

Tumbado en la cama del hospital, estaba Urokodaki poniéndose su máscara. Parece ser que no tenía ya problemas para respirar.

- ¡Urokodaki-san! – Makomo entró corriendo para lanzarse a abrazar al mayor - ¡Nos asustaste!

- Lo siento mucho Makomo, no era mi intención – Urokodaki le devolvió el abrazo.

- Aun así... estoy tan feliz de que estés bien.

- No... no nos des esos sustos – Sabito apartó la mirada para impedir que viera sus lágrimas.

- Sabito – Urokodaki extendió uno de sus brazos hacia su dirección – Los hombres también pueden llorar.

- Pero yo no... yo no... - Sabito miró sus brazos y se lanzó hacia él de la misma manera que lo hizo Makomo.

- Lo siento mucho – Urokodaki abrazó con fuerza a Sabito y Makomo – Perdonad a este viejo por daros estos sustos. Tsutako, Giyuu, Tanjiro – miró en dirección a los mencionados – Perdonadme por favor.

- ¿Por qué te disculpas por esto? – Tsutako secó las lágrimas de sus ojos – No has tenido la culpa de nada.

- Me alegro de que se encuentre bien Urokodaki-san – Tanjiro le sonrió y miró a Giyuu – Giyuu, tu padre está bien.

- Sí... me alegro por eso – agachó la mirada – Urokodaki.

- ¿Qué ocurre?

- Te he mentido.

Sabito, Makomo y Tanjiro le miraron con pena mientras Tsutako le miraba sin entender.

- ¿A qué te refieres?

- Tanjiro no es mi pareja, es el asistente de mi grupo mangaka. Le pedí que se hiciera pasar por mi pareja con la intención de conseguir que te fueras pero... las cosas acabaron saliendo así.

- Tanjiro – Urokodaki miró al chico - ¿Eso es verdad?

- Sí – Tanjiro agachó la mirada – Siento mucho haberle engañado.

- ¿Engañado? Tanjiro, lo mires por donde lo mires, sé que las palabras que me dijiste en la cocina no eran ninguna mentira.

- ¿Eh? – Tanjiro se avergonzó ¿Urokodaki había reconocido que los sentimientos hacia Giyuu eran reales?

- Giyuu – Urokodaki le llamó.

- Discúlpame, necesito salir fuera un momento – Giyuu salió de la habitación y empezó a andar por el pasillo hasta que sintió a alguien lanzarse encima de él llorando.

- ¡Waaaaaaa! ¡Tomioka-san! – Mitsuri le abrazó mientras lloraba - ¡No llores Tomioka-san! ¡Yo secaré tus lágrimas!

- ¿Kanroji?

- Pero si las únicas lágrimas aquí son las tuyas – Sanemi apartó a la chica - ¿Cómo estás? ¿Está tu padre bien?

- ¿Cómo lo habéis sabido?

- Tanjiro nos lo dijo – Iguro le contestó – Seguro que si dependiera de ti te lo habrías callado.

- Sí, eso sería muy típico de Tomioka-san – Shinobu se cruzó de brazos – Guardarse el sufrimiento para él solo. ¿Te crees interesante por hacer eso?

- Tranquilo Tomioka – Gyomei juntó las manos para rezar – Tu padre se pondrá bien con mis oraciones.

- Todavía no nos has dicho como está – Muichiro tiró de su ropa - ¿Está bien?

- Claro que está bien – Rengoku golpeó la espalda de Giyuu – La llama del corazón de tu padre le queda mucho. Estará bien.

- Sí, está bien – evitó la mirada de Rengoku, todavía no se le olvidaba que éste había besado a Tanjiro.

- Tomioka – Zenitsu apareció en el campo de visión de Giyuu, lo cual le extrañó – Toma, son para tu padre – le tendió un ramo de tulipanes amarillos.

- Pero tú estabas...

- ¿De luna de miel? – Uzui le interrumpió – Siendo sinceros, no podía quedarme quieto sabiendo que lo estabas pasando mal.

- Traducción, no podían follar pensando en lo mal que estaba el padre del maestro. Por cierto ¿qué tal el libro del camasutra? ¿Te gusta Monitsu?

- Sí, ya lo hemos abierto. Nos hicimos 20 posturas en una sola noche, tendrías que ver lo mucho que le gusta a Zenitsu la del ¡ay! – Uzui recibió un codazo por parte de su esposo.

- No habléis de eso en un hospital por favor.

- ¡Maestro! ¡No se deprima! ¡Iremos todos al entierro de su padre!

- ¡Te ha dicho que está bien! ¡Y no grites en un hospital! – Genya golpeó la cabeza de Inosuke.

- Tú también estás gritando. Tomioka-san – Kanao, al igual que Zenitsu, había traído flores – Son para su padre, deseo que se recupere lo más pronto posible.

- Gra-gracias... - Giyuu aceptó los dos ramos de flores.

- Ara, ara ¿vas a llorar?

- ¡Nooooo! – Mitsuri volvió a abrazarle - ¡No llores Tomioka-san!

- No estoy llorando.

- ¿Sabes? Oyakata-sama llamó, está preocupado así que no tardes en informarle de que todo está bien – Rengoku le informó.

- Incluso a Oyakata-sama – Giyuu suspiró – Kamado ha hecho llamadas innecesarias.

- No – Muichiro negó con la cabeza – Tanjiro ha hecho todo esto para que te sientas rodeado de gente. Sentirte solo en un momento como este sería lo peor. Si te rodea gente importante te sentirás mejor.

Giyuu apartó a Mitsuri con delicadeza de su cuerpo llamando la atención de los pilares.

- Os tengo que contar algo importante. Es una decisión que he tomado sobre Kimetsu no Yaiba.

Los pilares le miraron atentamente.

Urokodaki veía la puerta por la que se había ido Giyuu, fuera se escuchaba algo de jaleo.

- ¿Quiénes hacen tanto ruido ahí fuera?

- Los pilares – Tanjiro le respondió – Han venido para apoyar a Tomioka-san.

- Urokodaki-san ¿qué haces? – Sabito se alarmó cuando vio al mayor ponerse de pie – Vuelve a tumbarte.

- Es solo un momento – Urokodaki caminó hacia la puerta y la abrió. Fuera pudo ver a Giyuu rodeado de un montón de gente - ¿Esos son sus compañeros de trabajo?

- Sí – Tanjiro se asomó también – Ellos hacen realidad la historia de Tomioka-san. Son vagos, llamativos, algunos un poco maleducados, se distraen con ver una mosca pasar pero – los miró con cariño – Para mí son los mejores mangakas del mundo. Han venido corriendo al escuchar que el padre de Tomioka-san estaba mal.

- Vaya, ese niño solitario – Urokodaki se fijó en cómo Giyuu hablaba con los pilares - ¿En qué momento se rodeó de tanta gente?

- En el momento en que quiso hacer su manga. Gracias a Kimetsu no Yaiba se ha rodeado de tanta gente maravillosa. 

- Ya veo. Oye Tanjiro, vuestra relación era falsa pero tú... ¿estás enamorado de Giyuu?

- ¿Eh? N-no, claro que no. Tomioka-san... está en un nivel inalcanzable.

- ¿Eso crees? De cualquier forma, no cambio lo que dije en la cocina. No dejes que Giyuu se ponga triste, yo me volveré a Hokkaido en cuanto me den el alta. Aquí... - miró por última vez a Giyuu rodeado de tanta gente – Aquí ya no tengo nada que hacer.


Hola!! Hasta aquí el capítulo. Espero que os haya gustado. Las sospechas de Tanjiro de que conoce a Giyuu de antes van aumentando. 

Posiblemente a la historia le queden 9 capítulos + Epílogo pero no os preocupeis porque todavía hay historias Giyuutan en mi mente. 

Spoiler del próximo capítulo: Akaza quiere ascender de puesto. 

Gracias por leer, os quiero y nos vemos en el próximo capítulo. 

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