Blood Tears
Ship: Zack x Rash
Advertencia: si
Pedido por: coni-ham
...
-Rash, el es Zack.
-¿Así que este es el chico que te ha tenido tantas noches despierta? -sonrió recibiendo un pequeño golpe amistoso de Willow y extendió su mano hacia el chico- soy Rash.
-Zack, un gusto -respondió estrechando su mano.
-¡Iré a buscar a William, también debe conocerlo! -exclamó Willow saliendo rápidamente de la habitación.
-No es por ser mal educado, ¿pero todos ustedes viven aquí...? -murmuró mirando la habitacion con las camas plegables.
-Oh, si, ninguno puede trabajar así que vivimos gracias a la ayuda de una amiga -susurro avergonzado.
-Me recuerda a mi barco, bueno, más bien el barco que comparto con mis amigas, todos dormimos aplastados en un cuarto -se rio soltando su mano.
-¿Tienes un barco? -pregunto con emoción.
-Si, se puede decir que soy un pirata -respondió encogiendose de hombros- no es algo de lo que este orgulloso, pero de algo debo vivir.
-Siendo sinceros yo tampoco estoy muy orgulloso de cómo me gano la vida -le dio una pequeña sonrisa.
Se estaban llevando bien.
Demasiado bien.
...
-¿Que tal? -pregunto el chico en la puerta con una sonrisa.
-¡Zack, ya volviste! -exclamó Willow con una sonrisa dejándolo entrar.
-El viaje fue más largo de lo habitual -explicó mirando el cuarto mientras se quitaba la mochila- llevar esas pinturas fue más peligroso de lo que pensábamos.
-Deberías darte un descanso.
-Realmente no quiero, me encanta venir aquí -sonrió sacando de su mochila un regalo y extendiéndoselo a la chica.
Esta lo miró con alegría, lo tomó entre sus manos con cuidado, era pequeño y ligero, tal vez joyeria.
-¿Donde están tus hermanos? También les traje regalos -pregunto mirándola.
-Ellos están en el comedor -le respondió mirando el regalo.
El asintio, saliendo de la habitación hacia el restaurante que había al lado, al entrar vio que estaba casi vacío, hasta que logró divisar a los dos chicos en una mesa comiendo.
-Willow dice que mañana podremos ir a visitar a- ¡Zack! -William se levantó de la mesa rápidamente al ver al chico y abrazo su cintura.
El chico era muy alto para el.
-¿¡Me trajiste algo!? -exclamó mirándolo.
-Disimula un poco dios mio -murmuró Rash avergonzado.
Zack rio al verlo, tomó asiento a su lado quitándose la mochila y abriendola, sacando un regalo para William, quien sonrió emocionado.
-Palabras mágicas -hablo Zack mirándolo.
-O-to-rri-no-la-rin-go-lo -sonrió.
-Te la voy a cambiar, esa ya te la sabes de memoria, ahora vete -hablo entregándole el regalo.
William le saco la lengua y salió corriendo, sonrió al verlo alejarse y sacó otro regalo de su mochila, mirando a Rash.
-Eres el último en la lista de papá noel.
-Muchas gracias -sonrió tomando el regalo.
Lo miró con atención, el envoltorio era azul y tenía pequeñas estrellas grabadas en el, el listón era plateado y grande, y era algo pesado.
-¿No piensas abrirlo? ¿Acaso cruce todo el mar para que lo tuvieras de adorno entre tus manos?
-¿Como es el mar? -murmuró intentando sacar la cinta adhesiva con cuidado para no romper el papel.
-Mágico, en la noche es increíble, brilla como el tesoro más preciado, las lentas olas hacen que te sientas como en un sueño, es silencioso, es un mundo completamente diferente.
Sonrió recordando las noches en el mar, volteo a ver al chico a su lado, el papel ya estaba encima de la mesa y el sostenía con emoción la caja llena de conchas marinas y perlas.
Zack lo miró por unos momentos.
Tal vez había encontrado algo más mágico que el mar.
...
Había pasado tanto tiempo con el chico que podía decir que lo conocía de toda la vida.
Se habían abierto el uno con el otro, contándose sus miedos, sus deseos, sus penas, ambos se conocían como la palma de su mano.
-Me gustaría empezar desde cero, dejar atrás todo esto, y que todos podamos vivir como personas normales -susurro Rash mirando las estrellas.
-Empecemos una nueva vida en otro lugar, ¿que te parece? -le sonrió Zack a su lado.
Rash lo miró, sus ojos brillaban más a la luz de la luna, todo era silencio, le dio una pequeña sonrisa y tomó su mano.
-Hagamoslo.
...
-¿Que somos?
Esa pregunta lo tenso.
Nunca se había formalizado con la chica, simplemente eran dos personas que se gustaban, pero nada más.
Aunque
¿Enrealidad se gustaban?
-¿Que somos? -pregunto nervioso.
Ninguno respondió, simplemente se quedaron en silencio en la sala, hasta que la puerta fue abierta y entró Rash, quedándose quieto al verlos en la sala.
Los ojos de los chicos se encontraron, y Willow por fin lo entendió.
...
-Ya estoy por subir al barco -hablo con una sonrisa por el teléfono.
-¿Cuando vas a llegar?
-Creo que en unos tres días.
-¿Ese es zack? ¡Zack!
-Dios, reconocería esa voz tan chillona en cualquier lado, ¿que se te ofrece, pequeño diablo?
-¡Rash te tiene un re-
-¡Tu cierra la boca! -escucho pequeños reclamos del otro lado y una puerta cerrarse.
Sonrió, pero los gritos de sus amigas para que subiera al barco llamaron su atención.
-Perdón Rash, ya me tengo que ir.
-Esta bien, cuando llegues al puerto llamame.
-Lo haré.
Corto la llamada y corrió al barco, el cual zarpó, Budgey se acercó a él colocando una mano en su hombro y sonrió.
-Parece que alguien está emocionado por llegar a casa -hablo con un tono burlesco.
-¿Ya son novios? -pregunto Ghosty acercándose a ellos.
-Aún no -sonrió avergonzado el chico, sacando una pequeña caja de su bolsillo- Quería pedírselo cuando nos viéramos al llegar.
-¡Si es así, no nos podemos tardar, hay que llegar lo antes posible, el amor no puede esperar! -exclamó Budgey alejandose.
El chico sonrió viéndola, pero por alguna razón, un pequeño nudo se había formado en su garganta.
-Todo estará bien -susurro Ghosty llamando su atención.
...
-¡Despierta, pequeño marinero! -exclamó su amiga moviendolo- ya hemos llegado.
El chico entrecerro los ojos cansado, mirando por la ventana, pero las energías rápidamente volvieron a su cuerpo al ver que ya estaban en el muelle.
-Puedes ir a casa, nosotras nos quedamos a hacer los negocios -sonrió Ghosty en la puerta.
Asintio rápidamente, saliendo de la habitación para bajar del barco, camino por el muelle con emoción, mirando la playa a lo lejos, pero algo comenzó a vibrar intensamente en su bolsillo, sacó su celular confundido.
Tenía más de 14 llamadas perdidas de Rash.
Marcó su número.
Una.
Dos.
Cinco veces.
Nadie contestaba.
Ahora ya más preocupado, se apresuró para salir del muelle y llegar con el chico, la ciudad era bastante pequeña, así que un taxi fácilmente podría llevarlo hasta allá, y para su suerte había uno afuera.
Se subió en este, y durante todo el camino estuvo intentando marcar al chico, pero nadie contestaba.
Hasta que se le ocurrió llamar a Willow.
-¿Hola? -escucho del otro lado.
-Willow, ¿donde esta Rash?
El silencio se hizo presente del otro lado, y comenzó a imaginar lo peor, hasta que un suspiro pesado se escucho del otro lado.
-No lo sé, ayer nos peleamos... No ha contestado mis llamadas, y no se donde esta.
El sabia lo débil que era el chico emocionalmente.
-¿Por qué pelearon?
-...
-¡Dime por qué pelearon!
-No es de tu importancia.
Y la llamada se corto.
El taxi llegó al lugar, rápidamente pago y bajó de el, corriendo hacia el cuarto donde vivian los hermanos, pero chocó con alguien el camino.
-¡Zack! Llegaste antes de lo que pensaba.
-¡William! ¿Sabes donde esta Rash?
-¿Rash...? No lo he visto desde ayer, creo que esta en el departamento arriba de la lavandería, siempre se mete ahí cuando esta triste.
Sin decir ma spalabras, Zack corrió hacia el lugar, abrió la puerta, pero ya era tarde.
El cuerpo sin vida del chico se encontraba balanceándose lentamente del techo, con una soga atada a su cuello, junto a sus ensangrentadas manos seguro por intentar liberarse.
La magia que el chico tenía se había desvanecido junto con su vida.
Se dejó caer al suelo, estaba destrozado, las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos, pero justo frente a él, había una pequeña caja.
La tomó con sus manos temblorosas y la abrio.
Una pequeña concha pintada de negro con rayas blancas se encontraba dentro de esta, haciendo que el chico se quebrara más, y rompiera en llanto.
...
Uff, tremendo sayori que se hizo el mapache
Wea fea que quedó, mejor los mataba a todos al final
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