Capitulo 8

Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para crear esta historia.

Los días pasaron  rápidamente. Hinata se hallaba leyendo el pergamino que le entregaron a su llegada. Se le prohibió, salir del distrito Uchiha, tampoco podía recibir vistas y algunas prohibiciones más. No le importó, después de todo, para ella ya no había esperanza. Salió a conocer los comercios junto a Tobi, pues él la visitaba todos los días, haciendo su vida menos oscura y miserable. Le tomaron medidas de su cuerpo, para confeccionar ropa nueva para ella.

Por las noches al quedarse sola sin Tobi, lloraba, lloraba mucho, recordando a su sensei. No quería pensar en la identidad de la persona con quien se casaría, pero la mayoría de las ocasiones en que lo hizo, pensó que se trataba de Itachi... Pensó que tal vez  lo habían obligado o algo así, pero si se trataba de él, no tenía nada que temer. Ella hablaría con él para liberarlo del compromiso. Permanecerían casados, pero sólo serían amigos hasta que él encontrara alguna joven, para convertirla en su esposa, entonces le daría el divorcio. No era justo para Itachi permanecer con ella sin amor, sacrificando su vida sin buscar su verdadera felicidad.

Los días encerrada le ayudaron a mejorar considerablemente sus conocimientos en las hierbas medicinales, las cuales recolectó en el bosque que estaba en el patio trasero de la casa que ocupaba, Incluso, hizo ungüentos más poderosos, que disminuían con increíble rapidez los hematomas y también cortaduras no muy profundas.

Sin proponérselo, lleno una caja con frascos de ungüentos que probó en ella misma, cortaba su brazo, aplicaba el ungüento y para su sorpresa, los cortes desaparecieron en minutos al igual que las quemaduras. Por las noches cuando no podía dormir, practicaba el jutsu prohibido, tratando de mantenerse por más tiempo fuera de la realidad. El problema era que se quedaba sin chakra, sin embargo, se sintió feliz al comprobar que ahora aguantaba el doble de tiempo y su postura seguía siendo la misma, lo que haría prácticamente imposible que alguien se enterase.

Tocaron a la puerta y se dirigió a abrir, estaba segura que se trataba de Tobi y eso la hizo sonreír, sin embargo, cuando abrió no era él, sino tres mujeres del clan Uchiha. Tenian una caja larga y algo ancha en color blanco. Se la entregaron y le dijeron que su padre la mandaba para ella. Cuando las mujeres se marcharon cerró la puerta y se fue a su habitación.

Colocó la caja sobre la cama para mirar dentro y sin poder evitarlo comenzó a llorar. Dentro de la caja estaba un hermoso kimono blanco con bordados en color dorado. Era el kimono de su madre, con el que se caso... Lo colgó y permaneció mirándolo, su boda era el día siguiente.

...

En el distrito Uchiha, los encargados de preparar todo para la ceremonia, daban los últimos toques a los últimos detalles. La ceremonia se llevaría a cabo en el jardín trasero de la mansión Uchiha.

Las mesas fueron colocadas sobre un gran piso que se hallaba seguido del porche que también era muy grande, las sillas y las mesas para los invitados, fueron decoradas con manteles rojos y negros, la mesa para los novios, estaba colocada frente a todas las demás. Un gran arco con flores, adornaba el lugar donde se harían los votos matrimoniales, con algunas hileras de sillas para los familiares.

Todo se miraba muy elegante. Eran pocos los invitados, a petición del líder Uchiha.
Del clan Hyuga, solo eran el lider, Hanabi Neji y Ko, estos dos últimos a petición de la novia, pues nadie pidió su opinión en la semana que paso "recluida " dentro del distrito Uchiha, pero Tobi sabía lo que ella, anhelaba mirar a esas personas, así que fue con Mikoto para pedir ayudara, con ellos y con todos los amigos de su Hime. De parte del novio, eran todos sus familiares y los miembros del consejo con sus respectivas familias.

El Hokage su esposa e  hijos, llegaron, seguidos de Kurenai Asuma, Tsunade y Shizune.

Madara estaba ansioso, continuaba mirando su atuendo que consistía de un costoso kimono negro, con el logo de su clan en la espalda, se veía muy atractivo.

Lamió sus labios al imaginar que esa misma noche, tendría en su cama a su pequeña esposa... finalmente la poseería y al mismo tiempo, obtendría su venganza.

Estuvo completamente seguro, que se divertiría con el cuerpo de esa mujer, ella rogaría por más, al igual que todas con las que se acostó, ninguna mujer se resistió a su virilidad y ella lo comprobaría ese misma noche.

...

Hinata permaneció callada mientras las personas encargadas de arreglarla, hacían su trabajo. No quería llorar, pero le estaba costando mucho. Se sentía tan sola, tan abandona. Ella no pensó ser una mala persona, sin embargo, su vida se hacía cada vez mas miserable, ni siquiera sabía con quien se casaría y en realidad, ya le daba lo mismo, si de todos modos no se casaría con su sensei ¿que podía ser peor?

[...]

En el jardín, todos los invitados esperaban a los novios. Naruto, Neji y Kiba, eran los mas impacientes, pues hasta ahora nadie sabía la identidad del futuro esposo de Hinata.

Todos se sorprendieron cuando se enteraron, que se trataba de un Uchiha, pero no pudieron sacarle información a Sasuke, lo que llevó a todos a suponer que se trataba de Itachi.

Kurenai acariciaba su vientre con ansiedad, no pudo decirle a Hinata que estaba embarazada, porque se enteró cuando ella se marchó. Asuma la abrazó y le dio un pañuelo para limpiar sus lagrimas que sin saber, había derramado.

Sakura estaba junto a Sasuke, seguidos de Ino y Shisui. Ellas no creyeron la historia de sus novios, cuando aseguraron que no sabían quien era el prometido de su amiga, pero al no obtener información, lo dejaron pasar.

Las sillas delanteras, eran ocupadas por el Hokage y su familia. Tras ellos estaban Tsunade, Shizune, Kurenai y Asuma... En la tercer fila, se encontraban todos los amigos de Hinata. Mas a la derecha se hallaban los cuatro Hyugas, junto a Mikoto y Fugaku.

Tras ellos permanecían todos los miembros del consejo Uchiha y algunos de sus familiares.

Tobi se sentó en la última hilera de las sillas, se mantuvo solo y en silencio, lo que sorprendió a quienes lo conocían.

Todos permanecieron murmurando mientras observaban el arco donde debía estar el novio, pero aún no se hacía presente.

Tsunade tomo la botella de sake que llevó y la destapó, pues comenzó a impacientase, Shizune trataba de detenerla para que no terminara ebria, antes de comenzar la boda.

Eran pocas las personas que desconocían la identidad del novio y los que si la conocían, estaban igual o mas nerviosos, que quienes ignoraban la información.

Itachi llegó desconcertado a los que pensaban que él era el prometido de Hinata. Eso hizo que las dudas surgieran mucho mas que antes.

Todo quedó en completo silencio, cuando Madara llegó a ocupar su lugar vestido con ropa de ceremonia.

Neji quedó en shock, mientras Hanabi se encrespó. Ella estaba feliz de deshacerse de Hinata, todos los miembros del consejo siempre le dijeron que su hermana le robaba todo, desde el liderazgo, hasta el amor de las personas que ella quería.

Desde muy joven, escuchó lo mismo. En el reconocimiento de su hermana, los miembros del consejo le aconsejaron no asistir, dijeron que usaría ese reconocimiento para demostrarle a su padre que ella era la correcta para liderar el clan y humillarla aún mas. Tanto Neji, como Ko, la adoraban y su padre y abuelo, aunque no lo decían, también la querían mucho más que a ella, no obstante, mirar a la persona con quien se casaría su hermana, la dejó sin palabras. La fama de ese hombre no era nada buena. De pronto sintió mucha pena por Hinata, aunque nunca lo admitiría.

Las chicas tragaron saliva con dificultad, se miraron entre ellas sin saber que decir. Shino y Sasuke, hicieron hasta lo imposible por detener a Kiba y a Naruto. Shikamaru, observó el cielo negando son su cabeza, Choji, dejo de comer papas, Rock Lee miró hacia Neji, quien aún no lo asimilaba.

Itachi se sentó junto a Izumi, que era la nieta de uno de los miembros del consejo Uchiha. Mientras veía a todos en silencio.

...

Hinata camino junto a dos mujeres que la ayudaban a mantener impecable su aspecto, llegó hasta donde la esperaba su padre.

Hiashi la tomó del brazo y camino con ella, su hija parecía un ángel, era la viva imagen de su difunta esposa, sintió tanta tristeza al saber lo que le esperaba a su niña.

—De nuevo le fallé a nuestra hija Hikaripensó para si.

Caminaron hasta quedar frente a donde empezaban las sillas y donde al final, estaba el arco. Todas las miradas fueron dirigidas hacia ella. Observó a todos sus amigos y familiares, también miró a Tobi y le dio una pequeña sonrisa, la cual se desvaneció, mientras paro en seco al ver esos escalofriantes ojos negros clavados en ella.

Sintió un miedo que jamás en su vida experimentó, se paralizó y comenzó a temblar.

Hiashi se acercó a ella y murmuró con autoridad—¡Camina! —nadie mas que ella lo escuchó, sacándola de la parálisis.

Esto no puede estar pasando se decía para ella misma, él esta en ese lugar como representante del clan, no como novio ¿verdad? Trató sin éxito de darse ánimos, mientras sus ojos comenzaron a picar.

...

Madara llegó a ocupar su lugar. Se divirtió al observar los rostros llenos de sorpresa de los invitados. Algunos, murmuraban, otros querían asesinarlo, estaba seguro de eso.
Estuvo a punto de reír, cuando la miró. La boca se le secó literalmente, se veía tan hermosa, parecía un ángel vestida así. Nunca pensó que podría ser mas hermosa, pero esa mujer lo dejó sin palabras.

El cabello estaba semi recogido en una trenza suelta adornada con pequeñas perlas, los  ojos y labios, lucían perfectos. De pronto sus ojos se encontraron y miró el miedo y asombro que le causó verlo parado en ese lugar.

Su padre le dijo algo y ella siguió caminando, cada vez mas cerca de él.
Al llegar donde la entregaría, su padre le dio un beso en la frente, dejándola sorprendida, puesto que jamás le dio uno. Seguramente esta feliz por deshacerse de su presencia, pensó la morena.

De pronto fue consiente del cambio de agarre en su brazo y se encontró frente a frente con el Uchiha. Ella bajo la cabeza y continuó en modo automático hasta el momento de los votos.

Madara aceptó de inmediato, mientras ella rezaba por un milagro, deseaba que de alguna manera alguien llegara y la rescatara, para llevársela lejos y no tener que casarse con ese hombre, pero no pasó, ni pasaría nada y era su turno de contestar.

Aunque titubeó unos segundos, aceptó como era su deber ¿Como pudo pensar que podía ser feliz? ¿Cómo pudo creer que su sensei estaría con ella de por vida?

Ese momento marco su alma y entendió... Había varios tipos de personas en el mundo, algunas nacen para lograr la felicidad, sin importar los obstáculos y las trabas que se les presentan en la vida y otras, nacen sólo para ser inútiles, recibiendo rechazo sufrimiento y desamor. Ella definitivamente, pertenecía a la segunda selección.

—Los declaró marido y mujer... puede besar a la novia—anunció la persona que llevó a cabo la ceremonia.

Madara la giró para mirarla. Ella estaba sonrojada y era evidente para él, que pronto lloraría. No dejó de temblar durante toda la ceremonia, sabía que estaba pensando en el Senju y eso lo lleno de rabia, así que sin delicadeza ni vergüenza, la tomó fuerte de la cintura y la nuca para besarla con brusquedad.

Hinata abrió mucho los ojos, todos los estaban mirando, podía escuchar los murmullos de los invitados, estaba segura que pronto se desmayaría.

Alguien se acercó y aclaró su garganta tras el lider Uchiha, haciendo que soltara el vergonzoso beso—Es el momento de felicitarlos—dijo sonriendo Hashirama—Ademas contrólate, recuerda que hay niños presentes—El Hokage comenzó a reír escandalosamente, desviando la atención de todos hacia sus hijos, que hacían arcadas de asco por presenciar el beso.

...

La celebración continuó. Hinata no miró el rostro de su esposo, sólo veía hacia abajo. Madara estaba fastidiado, ya quería llevarse a su esposa a la cama, pero se molesto y se puso en modo de amenaza, cuando todos los amigos de la Hyuga llegaron hacia ella, excluyéndolo a él por completo.

—E-estoy bi-bien, no se preocupen por mi—aseguró a todos sus amigos.

—¡Pero Hinata! Como puedes decir eso, si toda la tarde has estado a punto de llorar—argumento Tenten.

—Sólo son los nervios, de verdad estoy  "honrada" de ser la esposa del líder Uchiha—respondió con una falsa sonrisa.

kiba se la llevó a sus brazos sin importarle las miradas de las personas, él la quería como su hermana y aunque ella no lo dijera, él podía sentir la tristeza, el sentimiento se percibía en el aire, no obstante, sólo era perceptible para él y para los miembros de su clan, quienes poseían los sentidos caninos.

Shino se aclaró la garganta tras Kiba, para que soltara a su compañera, pues observó el aura oscura que provenía de Madara. Cuándo Kiba la soltó, Naruto la acaparó al igual que Kiba, Shino rodó los ojos y movió su cabeza en negación ante el comportamiento de esos dos.

Uno a uno se fueron despidiendo de ella, para que regresara junto a su "esposo ".
Madara se sentó en la mesa junto a Hinata, quien desde su lugar,  podía mirar a Shizune sosteniendo a Tsunade, quien trataba de bailar, pero estaba tan ebria que no lograba atinar los pasos. Naruto llegó junto a ella sonriendo para ayudar.
Ino bailaba con Shisui, al igual que Sakura y Sasuke. Mas tarde se unieron Tenten y Rock Lee. Al parecer todos se divertían, a excepción de unas cuantas personas, entre ellas la novia.

La ojiperla se quedó sentada sola, porque su esposo fue llamado para tratar asuntos importantes con algunos invitados.

Ella lo miró a lo lejos, estaba muy concentrado, así que se puso de pie y decidió caminar, ya no podía fingir, estaba quedando sin chakra y todavía no terminaba su humillación. Miró en todas las direcciones y observó la casa en la que vivió hasta ese día. Suspiró con amargura, mientras se acercaba a una hermosa fuente con flores de colores a su alrededor, tenía una gran circunferencia, que servía para que las personas se pudieran sentar. 

Desde donde estaba, veía cómo los chorros de agua cristalina salían despedidos, haciendo un sonido tan agradable a sus oídos. Se sentó y miró el agua, mientras de sus ojos también se despedían hileras de lágrimas. Estuvo en el jutsu por algunos momentos en que nadie la miró moviendo sus manos para hacerlo, pero ya se sentía cansada y con una gran tristeza, que a veces pensó en ya no regresar a la realidad.

...

El Uchiha regresó a la mesa donde dejó a Hinata, pero ella no estaba, miró a sus alrededores y no la encontró por ningún lugar. Gruño con molestia y se dispuso a buscarla.

...

Neji decidió marcharse, pero quería despedirse de su prima. La encontró llorando junto a la fuente. Le tomó el hombro captando su atención de inmediato. Ella se levantó y lo abrazó llorando en silencio—¡Hinata sama..! Míreme —le ordenó y ella obedeció levantando el rostro lloroso hacia él. Neji le limpió las lágrimas con sus pulgares, como muchas veces lo hizo en el pasado—Escuche Hinata, por favor ya no llore... hágalo por mí ¿Cree que pueda concederme ese favor?—lo miró sin decir nada y Neji continuó—Piense que si continúa llorando, yo no estaré para poder limpiar sus lágrimas—esas palabras derritieron aún mas el corazón de la joven y se obligó a mirarlo sin llorar más —Así está mejor... ¡Escuché! Tengo que irme, pero si me necesita, no dude en llamarme, yo vendré desde donde este para usted—la ojiperla asintió y besó la mejilla de su primo.

Neji se fue y ella se quedó unos momentos mas, para tratar de recomponer su aspecto, que debía ser deplorable, pensó con amargura.

...

Madara escuchó y miró todo lo que Neji le dijo a su esposa. Se enfureció y apretó sus nudillos con fuerza. Miró de frente al Hyuga cuando camino de regreso hacia las personas y lo llamó—¡Espere..!—ordenó logrando la atención de Neji, quien se detuvo y se colocó frente a él.

El aura del azabache era amenazante y oscuro, pero Neji no se inmutó, ni bajo la mirada ante él.

—¡Si!

—Hinata ya no pertenece al clan Hyuga, por lo tanto, ya no será necesario que la cuiden, de aquí en adelante seremos los Uchihas quienes la cuidemos y nos encarguemos de ella, aunque no tengamos el sello, ni seamos designados a ser sus protectores por obligación—soltó las filosas palabras con burla hacia el muchacho, con toda la intención de rebajarlo  y avergonzarlo

Neji no cambió su mismo semblante—Con todo respeto Uchiha-Sama, entiendo que se tomó el tiempo de investigar el clan Hyuga, por lo tanto, debería saber que el sello solo lo puede activar la persona a la que se le protege, lo cual, Hinata-sama jamas hará. Las personas como yo que poseen el sello, estamos obligados a dar la vida por el protegido, no es una elección, así es como debe ser. Pero aún sabiendo que ella jamás activará el sello en mi contra, yo decidí por voluntad propia, cuidarla. Hinata-sama contará conmigo, con o sin sello, sin importar con quien se case, es mi elección dar mi vida por la de ella—afirmó con todo el orgullo Hyuga—Ahora si me disculpa, me retiro... Con su permiso Uchiha-sama—el joven hizo una reverencia y se fue dejando al azabache sin palabras y enfurecido.

...

Hanabi buscaba a Neji por pedido de su padre. Lo encontró hablando con el esposo de su hermana, se quedó mirando como su primo se fue y el Uchiha se dirigió muy molesto hacia su hermana. Se tuvo que llevar la mano a la boca, cuando miró lo que sucedió frente a ella.

...

Hinata se puso de pie con la intención de regresar a su mesa antes que alguien notara su ausencia. De pronto un fuerte agarre en su brazo la hizo tambalear.

Madara la soltó del brazo, para tomar su cintura con fuerza y la otra mano la colocó sobre la nuca, obligándole a mirarlo a la cara. La estaba escudriñando con odio y ella tenía los ojos fijos en los de él.

—¡Escucha! Ha llegado el momento de enseñarte como serán las cosas de aquí en adelante, "princesa" Has estado ignorándome todo el tiempo y ya me canse de tus molestos lloriqueos y tu actitud infantil—apretó su agarre en la nuca, tomando su cabello con fuerza, causando un jadeo de dolor y sorpresa en la joven. Sin decir nada mas, la beso con fuerza y sin delicadeza. Se separó de los labios dejando un hilo de saliva debido a la brusca forma en que la tomó, bajo hasta el cuello donde le dio una fuerte succión, que se convirtió en mordida, dejando una desagradable marca que le dolía. De la nada la soltó, dejándola tambaleando. Se acercó a ella y le dijo en tono de amenaza—Esto, solo es un adelanto de lo que vendrá más tarde, así que compórtate—le tomó el brazo con más fuerza de la necesaria y se la llevó hacia la mesa, donde estaban antes.

Hanabi quedó en shock por lo que miró. Sintió ganas de ayudar a su hermana y quitarle a ese bastardo de encima, pero el orgullo se lo impidió ¿Que les diría? ¿Que papel tenía? Si nunca se llevó bien con su única hermana.

...

Hinata fue llevada casi a rastras por el Uchiha. La arrojó con despreció sobre la silla. Ella agradeció que nadie los hubiera mirado. Triste, mantuvo la cabeza baja, hasta que alguien se le acercó captando su  atención.

—Hina-chan...te miras mas linda cuando sonríes mi niña—Mikoto la apartó un poco de su hermano para poder hablar con ella—Se que esto no es lo que querías y no te culpo por estar tan triste—la ojiperla la miró fijamente, sin embargo, permaneció callada—Escucha, no estás sola, siempre puedes contar conmigo. Se que esta semana no me acerque a ti, pero créeme, no tuve otra opción, las reglas del consejo nos prohibieron a todos acercarnos, aunque a Tobi no lo pudieron detener—sonrió cuando escuchó esa información—Él es quien me mantuvo al tanto de tu estado de ánimo y tanto yo como él, estamos a tu disposición—aseguró la dama Uchiha—Si Madara te hace algo, solo dínoslo y hablare con él. También quiero aconsejarte acerca de tu primera noche de bodas ¿nunca has estado con un hombre?—Hinata se ruborizó y negó con la cabeza—Bien, trata de no pelear, no darle la contraria, para que no termines muy lastimada.

Hinata abrió mucho los ojos y pregunto horrorizada —¿Me violara?

—No...claro que no, de ser así, es un delito y tiene consecuencias. Me refiero a que es tu primera vez y seguro te dolerá—la morena cerró los ojos con fuerza—Madara es mi hermano y lo quiero, pero a diferencia de mis hijos y mis sobrinos, dudo que sea cuidadoso con alguien.

Hinata se quedó en silencio, mientras Mikoto se despidió de ella con un beso en la frente.

...

Todos los invitados se habían marchado. Sólo quedaban Madara,Hinata, Mito y sus hijos junto al Hokage.

Estaban despidiéndose, cuando llegó un Anbu. Como era de esperarse, se sobresaltaron al mirarlo frente a ellos en el jardín. Este se dirigió hacia el Hokage haciendo una reverencia. —¡Hokage Sama..! Kakashi, Tobirama y Anko-san llegaron a la aldea, luego de ser emboscados. Tobirama  y Kakashi-san están en el hospital de Konoha—informó el Anbu.

Madara sostenía a Hinata de la cintura con fuerza y cuando ella escuchó las noticias, se sobresaltó al igual que lo hicieron Mito y Hashirama.

—¿Pero como están ellos? —preguntó el Hokage.

—Están fuera de peligro pero...—el Anbu se detuvo antes de continuar

—¿Que pasa? —preguntó Mito con impaciencia.

—El doctor me mando a buscarlo, porque su hermano está llamando a una persona—

Hashirama resopló—Seguramente me está llamando a mi ¿no es así? —inquirió al Anbu.

—No se trata de usted Hokage-Sama, su hermano pide a Hyuga Hinata.

—¡Tobirama..!—susurró Hinata con los ojos llenos de lágrimas.

—Será mejor que te vayas a ver a tu hermano Hashirama. Tienes que hacerle saber que "UCHIHA HINATA" Debe de atender a su marido en la primera noche de bodas—ordenó Madara, apretando mas fuerte a la joven.

Hashirama y Mito miraron a Hinata que ya estaba llorando—No te preocupes Hinata-chan, yo le explicaré a mi hermano de la mejor manera—aseguró Hashirama tratando de darle ánimo.

Ella se liberó del agarre del Uchiha y se atrevió a hablar—Por favor Hokage Sama, asegúrese que él este bien—lo miró con súplica, mientras mantenía sus manos unidas junto a su pecho. Hashirama asintió con pena y se marchó junto a su familia.

Hinata los miró irse y rezaba en silencio por su sensei, para que estuviera bien. De pronto, sintió un tirón de su brazo que la hizo perder el equilibrio y cayó de rodillas sobre el áspero piso, manchando su kimono de polvo.

El azabache no se detuvo y la puso de pie para llevarla hacia la mansión. Tropezó en repetidas ocasiones debido al fuerte agarre y aún así, Madara continuó arrastrando de ella, tenía el sharingan activado cuando la miró exigiendo que se diera prisa. Estaba lleno de odio. Esa maldita mujer lo hizo quedar en  ridiculo, preocupada por otro hombre el día de su boda.

Subió rápidamente las escaleras, no le preocupo el ruido, ya que la mansión estaba vacía, solo Izuna y ellos se encontraban allí. Entro con ella en su habitación y la lanzó con fuerza sobre la cama. Ella no se quejó ni una sola vez, sólo pensó en Tobirama llamándola mientras ella no podía correr hacia él.

—!DESNÚDATE!—le grito el Uchiha y Hinata lo miró con horror—Obedece o lo haré por ti—Madara se quitó la ropa rápidamente, quería saborear el plato de su venganza, que ahora se ponía mucho mejor. Ni siquiera planeando la situación, hubiera sido tan perfecta. El Senju llamado a la mujer que ama, tumbado en una cama de hospital, mientras él, la poseía y la marcaba como suya.

La ojiperla temblaba y se le hacía difícil quitar el pesado kimono, pero no quería desobedecer a ese hombre.

Madara terminó y camino hacia ella, la miró con el sostén y las bragas que trataba de quitar, no obstante, con su acercamiento ella se paralizó.

La joven miró hacia abajo cuando él se acercó, estaba completamente desnudó, era muy vergonzoso  y se negó a mirarlo. La tomó con rudeza y le desgarró el sostén y las bragas dejándola expuesta para él. Era mejor de lo que pudiera haber imaginado, simplemente perfecta. Rápidamente la tomó de la cintura y empezó a besarla con hambre y deseó, la llevó hacia la cama donde rápidamente la aprisionó bajo su cuerpo.

Comenzó a besarle el cuello y la boca, se colocó entre sus piernas, dado que su ereccion estaba al máximo... la quería ya mismo. Bajó para lamerla de los senos, mordió uno de los botones rosados, mientras pellizcaba el otro con sus dedos.

Hinata no hizo nada para defenderse, tampoco contribuyó con el hecho.
Sentía dolor en los  senos, no estaba siendo delicado como les contó Ino. Tenía mucho asco que la tocara de esa manera, no quería sentir sus asquerosos labios, ni sus manos. Quedó muy débil y no pudo hacer el jutsu que la hubiera salvado de sentirse tan asqueada y encima el dolor por no estar al lado de su sensei la tenía al límite.

El lider Uchiha no aguantó mas y llevó su miembro hacia la intimidad de la joven. No estaba nada lubricada, al contrario. Él frunció el ceño pero aún así continuó, comenzó a pasar su pené de arriba abajo en la entrada femenina, buscando algo de lubricación, sin embargo, no obtuvo nada, así que ya no le importó, comenzó a introducirse dentro de ella, aunque le estaba costando mucho, debido a que la vagina de su esposa era muy pequeña y su pené era todo lo contrario.

Sin pensar más, se empujó con fuerza dentro de ella, escuchó un grito fuerte proveniente de la Hyuga, sintió un líquido caliente y continuó moviéndose dentro y fuera de ella.

Hinata sintió que su interior se partía en dos, ese dolor fue punzante, estaba segura que algo se desgarró dentro de ella y lo único que veía cuando abría sus ojos, era un manto negro de cabello entre sus senos, mientras los chupaba con fuerza. Tenía, que mantener su mente ocupada para soportar. El dolor no disminuyó nada, sentía que le quemaba su centro y él no parecía tener intención de terminar.

Madara estaba extasiado con ella, era muy estrecha y eso lo excitaba aún mas.
La observó con los ojos cerrados y con lágrimas que bajaban hasta el cuello, mientras sus delicadas manos se aferraban a las mantas, en ese momento no le importó y continuó con las envestidas, disfrutando de ella, hasta el momento que se sintió llegar a la cumbre y con un gran rugido de victoria, se derramó por completo dentro de ella.

La ojiluna sintió el líquido caliente entre sus muslos y derramó mas lágrimas sin emitir sonido alguno. Esa fue la experiencia mas asquerosa de toda su vida. Ser usada como una cortesana, mientras el hombre que amaba la llamaba desde el hospital.

Seguía sin comprender el comportamiento del Uchiha, y su enorme maldad, en este momento, solo quería morir.

Cuando por fin se bajo de encima de ella, pudo sentir el ardor en toda su intimidad, se sentía tan sucia, tan manchada, no obstante, guardo silencio permaneciendo donde él la dejó. Madara dio una última sacudida antes de terminar dejando su semilla dentro de ella. Respiro cansado y se tumbó al lado de la joven. La observó quedarse en el mismo lugar, tenía los ojos cerrados y no emitió ningún sonido. Se levantó un poco, para estirar las mantas y cubrirse con ellas. Al quedar sentado, pudo apreciar la imagen de la chica que acababa de poseer. Sus piernas blancas y suaves, se hallaban manchadas de sangre, mientras temblaban involuntariamente, la manta bajo ella, también estaba manchada de rojo.

Supo que era virgen desde que entró en ella, pero no pensó que sangraría tanto, ademas, ella no se quejó ni le pidió parar, sólo grito una vez.  Trató de pensar en todo, de ninguna manera debía sentirse culpable, después de todo, esa era la primera vez que una venganza resultaba tan satisfactoria. Lo único que no entendió, fue su molestia al recordar el rostro lleno de preocupación por el Senju, sin querer pensar mas, se durmió satisfecho.

En cuanto ella sintió que ese hombre estaba dormido, se arrastró de la cama, el dolor entre sus piernas la congeló por unos momentos, pero aún así se puso de pie. Busco algo para cubrirse y encontró una manta, se envolvió con ella y observó la habitación.

Era muy grande y espaciosa. La gran cama estaba cerca de una ventana, la cual daba hacía el jardín donde se celebró la boda. La cama tenía un respaldo alto de madera oscura, en los lados descansaban dos cajoneras del mismo material. En las sábanas predominaba de color negro con algunos detalles azules al igual que las cortinas de la ventana. Al lado derecho de la habitación se encontraban dos puertas y en medio de las puertas había un peinador con una silla y un espejo, al lado izquierdo junto a la pared, se encontraba una mesa con dos grandes sillones de cuero negro, seguidos de una chimenea, misma que en ese momento no estaba encendida.

Se dirigió hacia las puertas, abrió la primera y se encontró con un baño. Justo lo que buscaba, entró y miró el lugar, era el doble de grade que el suyo en su antigua habitación, cuando vivía en el complejo Hyuga. Se dirigió hacia la tina y ajustó el agua para llenarla, se sentó en el borde mientras se llenaba y observó el resto del lugar con el propósito de encontrar algunas toallas.

Frente a ella había un lavabo de madera con mármol, abrió los cajones y las puertas encontrando las toallas, regresó a entrar en el agua tibia. Dejo que el agua la cubriera hasta los hombros, lo cual no fue difícil dado el tamaño de la tina. Echo la cabeza hacia atrás, en un intento de relajarse, pues estaba muy adolorada y manchada, tomo la barra de jabón que encontró en el lugar y comenzó a fregarse, por todas partes, quería desaparecer el olor, el sudor y la saliva de ese hombre.

Cuando terminó se recargó hacia atrás y  descansó su cabeza en el borde. Su menté viajó hasta donde suponía estaba Tobirama y comenzó a llorar de nuevo. Ya no podía verlo, ya no era digna de él. Lo que pudo ser ya jamás sería... Fue desgarrador pensar que de todas las personas que pudo llamar sólo la llamó a ella. Pensó de nuevo en porque ese hombre decidió tomarla como esposa y ahora ya no sabía si de verdad lo quería saber, total, eso ya no cambiaba nada el cruel destino al que se enfrentaba.

Estuvo dentro del agua por mucho tiempo hasta que sintió frío. Salió secándose con cuidado su parte íntima y juntó una luz verde sobre su mano, la cual acercó a su vagina, después de unos minutos las laceraciones comenzaron a sanar y el dolor disminuyó. Se terminó de secar toda y se colocó la manta, salió del baño y dirigió su mirada hacia la cama, el Uchiha continuaba durmiendo, así que se apresuró a buscar ropa, ya que la suya fue desgarrada y el kimono de ceremonias no era algo para usar durante la noche.

Abrió la segunda puerta y encontró un closed con ropa masculina, tomó una de las camisas y se la puso, le llegó hasta las rodillas, pero cubrió lo suficiente, salió de la habitación en silencio. Recordó que su ropa permanecía en la casa que estuvo ocupando, bajo las escaleras sin mirar atrás y salió por la puerta principal en completo silencio.

...

Madara despertó al escuchar el sonido de la puerta, no presto atención y cerró los ojos de nuevo, hasta que de pronto recordó a la Hyuga. Se sentó en la cama y no la miró en la habitación, se puso de pie y entró en el baño. Pronto supuso que se había dado una ducha debido al vapor en el espejo.

Salió rápido y encontró la ropa de ella todavía en el piso ¡Maldicion! Esa mujer se fue al hospital en busca del Senju. Se apresuró a vestirse y salió como rayo hacia afuera. No debía estar muy lejos y no le iba permitir llegar hasta ese maldito. Cuando se disponía a ir hacia el hospital, recordó que las pertenencias de la chica aún se hallaban en la casa donde vivió. Entro como poseído y lleno de ira. La encontró terminando de vestirse en la  habitación en la que dormía. Ella se estremeció del susto cuando lo miró entrar, dado que él tenía los ojos rojos y llenos de odio dirigido hacia ella. En ese momento, Hinata supo que tarde o temprano ese hombre terminaría asesinándola. Retrocedió al mismo tiempo que él se acercó.

La tomó de los brazos con mucha fuerza y la sacudió, para luego acorralándola contra la pared, golpeándole el cráneo por la fuerza utilizada. Hinata hizo una mueca de dolor y lo miró con miedo—¿Que demonios planeabas hacer? —inquirió con un amenazante gruñido.

—S-sólo quería...—no la dejó terminar y le grito otra vez.

—¿Pensabas lárgate al hospital para estar con tu enamorado?—la chica no contesto nada, no tenía sentido, él estaba demasiado enojado y cualquier cosa que ella dijera lo enfurecería más. Cerró sus ojos con fuerza aguantando el dolor y espero resignada lo que venía.

El Uchiha la miró detenidamente, llevaba puesta una pijama, no era ropa para salir a la calle, su cabello estaba mojado y su rostro manchado por el llanto.

La llevó del brazo hacia la mansión sin intercambiar palabras. Cuando entraron a la habitación, cerró la puerta de un solo golpe y la evaluó por completo. Tenía grandes moretones en sus brazos, su piel tan frágil y delicada, se hallaba manchada con las huellas de sus manos, temblaba de miedo y evitaba mirarlo, endureciéndolo aún mas de lo que ya estaba—¡Mírame! —le ordenó y ella levantó su rostro para encontrar sus ojos—Se que estás acostumbrada a que todos a tu alrededor hagan tu voluntad, sin embargo, aquí no será igual. No serás tratada con delicadeza, eres mi esposa, pero eso no te dará ningún privilegio. Tuve mis razones para casarme contigo y créeme, no fue "amor" Por tu propio bien, será mejor que sigas mis órdenes al pie de la letra—advirtió con autoridad—Tienes prohibido salir del distrito Uchiha, tampoco puedes recibir visitas, a menos que yo lo autorice, serás la encargada de mantener la mansión, eso incluye cocinar, limpiar y todo lo relacionado. Desde ahora, eres lo mas cercano a mi criada personal. Tampoco puedes dormir junto a mi, tu lugar es la alfombra en el piso y tendremos sexo cuando yo así lo disponga—expulsó las denigrantes órdenes como si ella fuera una esclava de su propiedad—Si estabas pensando que harías de mi, uno más de los idiotas que te sirven, será mejor que pises la realidad ¿te quedó claro?

—Si Uchiha-sama.

—Bien... entonces ve a dormir, mañana mandaré por tus pertenencias—Hinata se acurrucó en la suave alfombra que estaba a los pies de la cama. No tenía idea de donde saco ese hombre que ella era tratada con privilegios, nunca los tuvo, siempre fue humillada y siguió órdenes al pie de la letra. Sabía que el matrimonio no fue por amor, mas bien se asemejaba al odio. Si, él parecía odiarla, pero no le importaba, ella tampoco sentía nada por él y nunca lo haría. Si él pensó que mandándola a dormir en la alfombra la molestaría, estaba muy equivocado, ya que preferiría dormir en el mismo pasto del bosque, que dormir junto a él. Lentamente cerró los ojos imaginando el perfecto rostro de su sensei y con ese último pensamiento, poco a poco se quedó dormida.

Continuara.

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