Capitulo 21
Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Los Anbus de Konoha, se movilizaron por todos lados buscando indicios de la esposa del líder Uchiha. También sus compañeros de equipo, que eran los mejores en rastreo y sin olvidar, una cantidad considerable de Hyugas con los byakugan listos para mirar mas allá de lo evidente.
Después de días de búsqueda, nadie pudo encontrar nada. El lider Hyuga estaba muy consternado con la desaparición de su hija, el mismo día en que nacieron los gemelos.
Neji, Hanabi y Ko, no estaban en mejores condiciones, al igual que todos los compañeros y amigos de Hinata, quienes querían encontrar respuestas para traerla de regreso sana y salva.
El lider Uchiha después de no dormir ni comer, tratando de hallarle, permaneció en silencio, sin hablar con nadie. Los desgarradores aullidos de Akuma, cuando salía afuera lo estremecían y el llanto de sus niños lo doblaba de rodillas.
Los gemelos se pusieron muy mal en el hospital y ni la misma Tsunade, podían hacer que se calmaran. Lloraban tan fuertemente que erizaron a todos. Obito e Izuna, usaron el sharingan para poder dormirlos y de esa manera pudieran descansar.
No había tenido el valor de verlos desde el día en que les arrebataron a su ángel, frente a sus narices.
Las esperanzas de que aún permaneciera con vida, eran nulas y entre mas días pasaban, su alma se encogió mas, pensando en ya nunca mas volver a verla.
Hashirama le dijo que Hinata sabía que vendrían a llevársela, porque Toneri hizo un trato con ella. Ahora entendía la tristeza en las perlas y su afán por querer cuidar a sus hijos.
¿Como pudo ser tan ciego? ¿Como no se dio cuenta que su ángel estaba sufriendo en silencio?
[...]
Hinata había recuperado casi todas las fuerzas y cada día era revisada minuciosamente por Orochimaru. Escuchó a Toneri decir que esa tarde podían hacer la extracción ocular.
Desde el momento en que salió del hospital, supo cual era el destino que le esperaba y después de permanecer tantos días sin saber nada de las personas que amaba, ya se había rendido. No tenía ningún caso luchar contra una causa que ella misma aceptó, pero esos pensamientos, no aminoraron para nada la tristeza que se acumuló en su pecho, sino por el contrario. A estas alturas, la muerte sería bienvenida, con tal de no pensar ni sentir mas dolor.
[...]
—Tenemos que ser muy cuidadosos—dijo Konan, cuando estaba reunida con Kisame y Nagato.
—Lo se...lo mejor será, que yo me encargue de Suki y ustedes dos se hagan cargo de la Hyuga una vez que Orochimaru extraiga los ojos—afirmó Kisame, cerciorándose de no ser escuchados por nadie.
—Pero, si le quitan los ojos, podrán despertar a Kaguya—Nagato sabía lo que algo así implicaba y por ende, quería poder evitarlo.
—¿Y que opción tenemos..? Sabes que por todos estos días, nadie se a podido acercar a ella, porque el mismo Indra la cuida—espetó Konan, sabiendo que quien se acercara se condenaba a muerte a manos de ellos—Lo único que podemos hacer es ayudarla manteniéndola con vida. Con lo de mas, nunca hubo posibilidades de poder detenerlos—concluyó y los compañeros estuvieron de acuerdo, comenzando a formular el plan para sacar a la Hyuga, sin los ojos, pero con vida.
[...]
—Nunca debiste meterte con Madara—Suki molestaba a Hinata, cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo.
—Usted sabe como sucedieron las cosas, eso no fue planeado, yo...—Hinata se quedó callada, no tenía caso tratar de lidiar con esa mujer que parecía estar loca.
—Mírame bien maldita Hyuga. Porque sera lo último que mires—sonrió, cuando Orochimaru entro en la habitación para remover los ojos.
—Prepara todo Suki—ordenó el médico. La fémina obedeció, acercando un frasco de cristal que contenía algo de líquido transparente.
—Espero que sepa, que esto no es nada personal Hyuga-san—se disculpó Orochimaru. Hinata no respondió, solo se quedó mirando el techo, que era mil veces mejores que mirar esas personas.
Los gritos de la ojiperla sonaron por todo el escondite de los Akatsuki al completar el macabro plan y finalmente quitarle los ojos.
Kisame, Nagato y Konan, esperaban para sacarla del laboratorio improvisado donde la tenían para seguir estudiándola.
—¡Perfecto..!—exclamó Orochimaru al salir del laboratorio con el frasco en sus manos, dejando a Suki vigilando.
...
Kisame bombeó agua por debajo de la entrada, para obligar a Suki a salir del lugar. La Uchiha miró cómo entraba agua por debajo de la única puerta y corrió hacia afuera. Apenas salió y una enorme ola de agua la golpeó contra la pared dejándole inconsciente.
—Dense prisa—ordenó a sus compañeros, mientras él vigilaba.
—¿Hyuga-san?—Hinata escuchó voces en la oscuridad y trató de forcejear—Calma...Itachi nos mandó a cuidar de usted—aseguró Nagato, levantándola en brazos y saliendo seguido por Konan, la cual colocó todo lo de primeros auxilios que encontró sobre las repisas.
Los tres Akatsuki salieron con la joven, sin ser vistos por nadie. Tenían una cabaña escondida no muy lejos del escondite, pero si lo suficiente, como para no ser detectados.
—Date prisa y manda el mensaje a Itachi—dijo Konan a Nagato, mientras ella ponía los bondages el la cabeza de Hinata conteniendo el sangrado.
[...]
El lider Uchiha escuchó llorar a sus gemelos y se armó de valor para verlos. No podía faltar a la promesa que hizo a su mujer. Lentamente se acercó a ellos y los miró removiéndose. Aunque ambos eran muy parecidos a los Uchihas, también tenían el toque Hyuga de su ojiperla.
Los cargo estando solo con ellos por primera vez desde que se llevaron a Hinata.
La tristeza lo lleno, al pensar en esos dos pequeños creciendo sin el amor de la persona que mas los amo y que no le importó cambiar su vida por mantenerlos a salvo.
Aferrandose a ellos al escucharlos llorar, gruesas lágrimas se resbalaron por sus mejillas. No podía, no podía vivir sin ella, prefería morir para estar con su mujer, que desmoronarse frente a sus hijos. La puerta de la habitación se abrió sin ceremonias, mostrando a un muy alterado Itachi.
—¡Esta viva tío! Hinata está viva—Madara se tambaleó sujetando a los gemelos.
—¿Estas seguro?—pregunto con una mueca de esperanza en el rostro.
—Esta con mis amigos, los infiltrados en Akatsuki. La sacaron y la tienen en un lugar seguro lejos de ellos pero...—Itachi guardó silencio, antes de confesar la situación en la que estaba Hinata.
—¿Ella está bien?—preguntó con temor en la voz—No le quitaron los ojos ¿verdad?—no necesitó respuesta ante el silencio de su sobrino, pero aunque le dolía el sufrimiento de su niña, preferiría tenerla así, que nunca mas verla. Emocionado con la noticia, colocó los gemelos en las cunas y abrazó a Itachi, dejándole sin palabras ante la muestra de afecto poco común en el estoico y duro líder—Gracias... gracias por darme esta gran noticia—dijo limpiando las lágrimas que aún estaban en su rostro.
Itachi no tuvo tiempo de responder, porque un temblor se sintió por toda la mansión y ambos se fueron a mirar por la ventana, percatándose de lo que pasaba por todos lados.
Sasuke y Naruto llegaron corriendo, esquivando las raíces que salieron del suelo.
—¿Que pasa?—inquirió Madara.
—El Hokage requiere la presencia de todos los shinobis para pelear... Kaguya fue resucitada y las otras naciones ya estaban preparadas para la guerra—respondió Sasuke.
Shisui llegó después junto a Ino y el bebé.
—Tío... necesitamos poner a los gemelos a salvo—aseguró desesperado por la situación.
—Sasuke trae a tu madre para llevarla al refugio dentro del complejo Hyuga—ordenó Madara.
Ino, Mikoto y los tres niños, fueron recibidos por Hanabi, que no partió a pelear.
Madara se colocó la armadura roja, la misma que hacía muchos años no usaba. Hizo un portal y apareció en la torre del Hokage, donde sabía que Hashirama lo esperaba ya vistiendo la armadura parecida a la suya. El castaño lo miró agradecido, por saber que su mejor amigo, logró salir del letargo en el que se había sumergido, consecuencia del secuestro de Hinata.
Horas mas tarde, ya todos los ninjas de Konoha vestían el uniforme, para la guerra y se dirigían a las destruidas puertas de la aldea.
Tobirama negó con la cabeza, mirando todas las raíces y sabiendo lo que eso quería decir. Habían despertado a Kaguya y le quitaron los ojos a Hinata. No quería imaginar lo que su ojiperla había tenido que sufrir. Maldijo por lo bajo, prometido hacer desaparecer lentamente y con mucho dolor a los responsables del sufrimiento de su pequeña.
Naruto estaba adelante con el modo sage, siguiendo el lugar exacto del poderoso chakra. Lo seguían todos los expertos en rastreo, como Kiba, Shino y algunos Hyugas.
Izuna comandaba un gran grupo de Anbus, al igual que Neji e Itachi... Sakura avanzaba tras Sasuke, Obito y Kakashi.
Hashirama al mirar la duda en sus shinobis, se sintió en la obligación de darles apoyo moral.
—¡Escuchen!—el castaño hablo fuerte, ganando la atención de todos— Nos enfrentamos a enemigos muy poderosos y el peligro de morir en la batalla es grande, pero para eso estamos todos unidos, les prometo proteger de ustedes, aunque mi propia vida esté en riesgo...Somos guerreros y juntos, lograremos vencer al mal que amenaza nuestra paz y la de nuestras familias... ¿Están conmigo?—pregunto alzando la voz—Hai—gritaron todos en unísono—ENTONCES VAMOS...GANEMOS ESTÁ GUERRA— Hashirama recibió vítores de triunfo de todos y sin perder mas tiempo, continuaron.
[...]
Los ninjas de Suna, ya estaban peleando contra Zetsus blancos que salían de abajo del suelo. Algunos ninjas de otras naciones, también se habían unido a ellos.
Los cuatros Kages luchaban contra los ninjas resucitados, los cuales eran muy fuertes y no estaban contando con el otro Kage, que luchaba en otro lugar.
Itachi se separó del grupo y se dispuso buscar el lugar donde se hacían las invocaciones con el edo tensei. Sabía que Orochimaru y Kabuto estaban detras de todo.
Corrió por las ramas de los árboles y desde ahí podía mirar como mas y más raises salían derrumbando todo a su paso. Acercándose a una cueva, encontró lo que buscaba.
—Mm-tenemos visitas...-se burló Orochimaru, invocando una serpiente para atacar al Uchiha. Itachi no respondió y dirigió sus ojos hasta donde Kabuto continuaba resucitando y manipulando a las personas ya muertas, como también donde hacia que los Zetsus se multiplicarán. Los dos lanzaron enormes serpientes contra el Uchiha, quien al final, no pudo evadir a una de ellas y termino por tragarlo.
—Mi propósito era Sasuke, pero debo reconocer, que el primer Uchiha que me interesó, en realidad fue Itachi—dijo Orochimaru relamiéndose los delgados labios.
Kabuto sonrió y al igual que su maestro, se acercó a mirar como Orochimaru se comía el cuerpo del Uchiha, que permaneció dentro de la serpiente, no obstante, cuando miro bien lo que en realidad pasaba, borro su sonrisa... No era a Itachi a quien su maestro devoraba. Era a él a quien su mentor comía una y otra vez.
Para Orochimaru, la imagen no fue muy diferente, solo que en su visión, era Kabuto, quien lo devoraba.
Itachi permaneció parado frente a ellos, sin mostrar expresión en el rostro. Sus ojos continuaron con el sharingan activado, manteniendo a esos dos en horribles visiones atrapados en el más poderoso de sus ninjutsu.
[...]
Hiashi miró a Madara después que este le contara que si hija seguía con vida. El lider Hyuga estaba ligeramente aliviado de saberlo. Esa noticia lo lleno de esperanza en medio de todo el caos que estaban enfrentando.
—Se que el comienzo entre usted y yo no fue el mejor...pero después de ver la forma en que se a comportado con mi hija, debo decir, que tiene usted todo mi respeto y mi gratitud por amar y hacer feliz a Hinata—el Uchiha se quedó pasmado, puesto que nunca espero recibir esas palabras del padre de su amada.
—No tiene nada que agradecer...mas bien soy yo, quien siempre estará agradecido por ser parte de dar vida a la única mujer que lleno mis tinieblas de luz. Hinata fue la persona que logró sacar el odio que parecía aferrarse cada vez mas a mi ser y le prometo que así muera en el proceso, la traeré de regreso... Ella merece estar con sus seres queridos, en especial con nuestros hijos—aseguró el lider Uchiha, con total convicción.
—¡Bien..! Pero trate de no morir, de lo contrario, Hinata sufrirá mucho—bromeó Hiashi estrechando la mano del azabache.
Luego de la conversación, Hiashi se posicionó con los ninjas de la hoja, para seguir conteniendo los Zetsus que seguían atacando y el Uchiha se marchó con Hashirama y ambos irían en busca de Kaguya.
No tardaron mucho, en encontrarse con Indra y Toneri. El azabache apretó los puños al recordar como esos malditos le quisieron quitar a Hinata y no descansaron hasta lograrlo.
—Te dije que era su destino Uchiha—vociferó Indra burlándose de Madara—si me la hubieras entregado desde el principio, podrías haber evitado todo esto—Madara estaba furioso y activo su sharingan, dispuesto a matar a los dos sujetos.
—Cálmate Madara...no caigas en sus provocaciones, eso es lo que él quiere—Hashirama trataba de evitar que su amigo se lanzara contra ellos.
Minutos después, un resplandor comenzó levantarse hacia el cielo que para esos momentos, se había oscurecido.
—¡Kaguya!—susurró Hashirama, al ver a la imponente mujer vestida de blanco. El cabello era muy largo en color blanco. Tenía dos cuernos en ambos lados de la cabeza y los ojos contaban el Byakugan... el Byakugan de Hinata. La miraron percatándose del tercer ojo ubicado en la frente, el cual mostraba el sharingan.
Madara no pudo contenerse por mas tiempo. Todo su auto control se perdió, cuando miro los ojos de su niña, las perlas que tanto amaba. Se lanzó para atacar, pero Indra se puso frente a él.
—Primero tendrás que vencerme Uchiha—le advirtió sonriendo.
—Cuenta con eso—soltó Madara haciendo sellos para empezar la batalla.
Hashirama miró a Toneri y no hizo falta pronunciar ninguna palabra. Los dos se colocaron en posición de batalla.
Naruto y Sasuke los pasaron y se dirigieron hacia Kaguya, seguidos por Obito, Sakura, Shisui y Kakashi.
La destrucción era caótica y muchos nijas yacían heridos sobre el suelo. Naruto no podía soportar ver a sus compañeros moribundos y se detuvo, perdiendo el impulso de continuar.
—¿Que pasa mocoso?—pregunto Kurama dentro del joven. Naruto no respondió y tampoco parecía querer seguir adelante—¡Escucha niño..! No voy a permitir que te des por vencido a estas alturas. No te llaman héroe por nada—dijo el zorro irritado por el comportamiento del rubio.
—Pero mira todo esto es...—
—¡Silencio!—ordeno Kurama—Demuestra quien eres demuestra que no nos llamas héroes por nada —Naruto sonrió y salió de su trance, soltando el chakra del zorro para ayudar a todos los heridos. Después dejó salir a Kurama quien barrió con la mayor cantidad de Zetsus blancos.
—¿Terminaste dobe?—preguntó Sasuke sin inmutarse.
El rubio sonrió y siguió al Uchiha, hasta donde ya se encontraban Shisui, Obito, Sakura y Kakashi.
Izuna, Neji y Tobirama, se encargaron de la batalla con el resto de los Akatsukis.
Temari, Kankuro, Rock Lee, Kiba, Shikamaru Shino y los otros se encargaban de ayudar a sellar los cuerpos de los resucitados.
[...]
Hinata no podía ver, pero sabía que algo muy grabé estaba sucediendo.
—¿Hay alguien aquí?—pregunto esperando que respondieran. Nagato y Konan se acercaron a ella.
—Somos los amigos de Itachi Hyuga-san—respondieron los dos.
—Me podrían decir ¿que es lo que esta sucediendo afuera?—inquirió con miedo.
—Es la guerra Hyuga-san...—suspiró Konan, antes de continuar—los Akatsukis despertaron a Kaguya con sus ojos y ahora se está librando una feroz batalla—Hinata temblo al escuchar lo que respondió la mujer. Lo único en lo que pudo pensar, fue en sus gemelos ¿Estarían bien? Después recordó a Madara y su preocupación pasó a mayores. Seguramente todos las personas que ama estaban en el campo de batalla y la idea de perderlos la aterró. Su padre, Neji, Kiba, Shino, Naruto, Obito, Tobirama, Izuna y en especial el lider Uchiha, quien sabía no se quedaría con los brazos cruzados y no quería perderlo.
—¿Se encuentra bien?—preguntaron ambos Akatsukis y antes de que pudiera responder Kisame entró corriendo.
—Algo malo está sucediendo—dijo en el momento en que todos fueron puestos dentro de las raíces en bolsas como si fueran vainas.
Los cuatro se resistieron, pero poco a poco, fueron cayendo en los mas lindos sueños que parecían ser realidad, hermosa realidad donde la Hyuga, preparaba el almuerzo siendo abrazada por Madara y sus gemelos de 12 años esperaban en la mesa del comedor junto a Akuma.
[...]
Los cuatro Kages habían logrado vencer y sellar a los resucitados, pero ahora estaban siendo puestos dentro de las raíces, al igual que todos y cada uno de los ninjas de las cinco naciones.
Uno a uno, todos fueron puestos en un sueño casi real. Los que tenían familiares o amigos muertos, soñaban con ellos, como era el caso de Neji, que se veía a si mismo, junto a sus padres celebrando todos y cada uno de sus logros.
Izuna soñaba que en vez de Madara, era él, quien se había casado con Hinata y eran inmensamente felices con sus hijos.
Tobirama se veía casándose con la ojiperla y juntos caminaban por la aldea tomados de la mano siendo envidiado por todos.
Kiba era el Hokage y Akamaru era su mano derecha.
Shino capturaba insectos gigantes y volaba sobre ellos.
Todos estaban felices dentro del capullo donde permanecían. La realidad era muy alejada de ser feliz, pues entre mas tiempo pasaran dentro del sueño, mas y mas, el árbol se alimentaba de ellos y a la larga, terminaría matándolos robándoles todo el chakra.
Naruto al haberles dado el chakra de Kurama a muchos ninjas pudo sentir la desesperación de todos al ser capturados. El rubio trató de correr a ellos, pero Sasuke lo detuvo, evitando que también él, quedara preso de las raíces. Lo único que evitó que ellos también cayeran, fueron los susanos de los Uchihas.
Madara subió a Hashirama con él mientras duraba el ataque de las raíces. Una vez terminó y la batalla continuó
El lider Uchiha seguía enfurecido y estaba sacando toda su ira en contra de Indra.
—Ríndete Uchiha...es la última oportunidad que te doy, antes de matarte—dijo Indra.
—Hmph-Quiero ver que lo hagas— respondió al mismo tiempo que los dos corrieron para dar el golpe final.
Después de golpearse, ambos quedaron de espaldas y Madara pudo sentir el calor de su propia sangre corriendo por un costado del abdomen. Jadeaba cansado, pero no se rendiría. Cuando se dio la vuelta para enfrentar de nuevo a su contrincante, lo miró tambaleándose con una herida en el cuello, que soltaba grandes chorros de sangre.
El lider Uchiha suspiró al verlo caer sin vida. Preocupado, enfocó a Hashirama y comprobó que también él, había logrado vencer a Toneri.
—¿Estas bien?- preguntaron al mismo tiempo. Hashirama sonrió y le dio unas palmadas al Uchiha.
—¿Donde están los otros?— pregunto Madara, cuando buscó la bruja que portaba lo que no le pertenecía.
Shisui, Naruto, Kakashi, Sasuke, Obito y Sakura, se habían ido a otra dimensión, arrastrados por Kaguya.
—Esto es algo que debe suceder...ustedes no deben resistirse—les dijo Zetsu a los ninjas de la hoja.
—¿Que quieres decir—pregunto Naruto molesto. Zetsu, no respondió y la extraña mujer se acercó a él y a Sasuke, mirándolos fijamente con lágrimas en los ojos. Antes que ninguno de ellos pudiera hacer algo, ya estaban en un jutsu, observando la vida de la mujer.
—Ustedes dos son descendientes directos de los hijos de mi madre, al igual que Madara y Hashirama—confesó Zetsu, dejando a todos pensativos.
—No sirve de nada luchar contra mi diosa, mejor únanse a nosotros y el mundo estará lleno de paz—Naruto frunció el ceño, porque Kurama le aseguro que no habría tal paz sino la muerte de todos, si ella ganaba.
—La paz dependerá de que personas, o plantas y mujeres coneja como ustedes desaparezcan—les grito el rubio, lanzándose para atacarlos. Sasuke y Obito lo siguieron, sin pensarlo dos veces.
La batalla se liberó en distintas dimensiones. Cada vez que Kaguya desaparecía, Obito lograba seguirla, llevando a Naruto y a Sasuke, con él.
Obito y Kakashi, lograron detener a la diosa por unos momentos, para que Naruto y Sasuke, dieran el golpe final, dejando casi muerta a la extraña mujer.
Shisui, al igual que un relámpago, después de vencer a Zetsu, lo lanzó dentro de un portal que abrió Obito a otra dimensión, de donde nunca podría regresar.
Sakura, logró sanar las heridas de todos y después aparecieron frente a Madara y Hashirama.
—Debemos matarla y después sellarla, para que jamas la puedan regresar a la vida—se apresuró a decir Sasuke, dirigiéndose a Kaguya, para ponerle fin.
—¡ESPERA..!—grito el lider Uchiha, desesperado.
—¿Que pasa Madara?—pregunto Hashirama, siendo ignorado por el Uchiha.
Madara se acercó asta la mujer y la miró con odio—Tienes algo que no te pertenece—dijo el Uchiha, extrayendo las perlas de su amada y entregándoselas a Sakura, para mantenerlas a salvo.
Momento después, el mismo prendió fuego negro a la diosa dejando nada mas que cenizas.
[...]
Los ninjas de las cinco naciones, empezaron a descender, de las vainas que comenzaban a secarse.
Madara, llegó desesperado a donde estaban todos, buscando a Neji, a Izuna y muy a su pesar, al mismo Tobirama, para que le ayudarán a buscar a Hinata. Sabía que Naruto también podía hacerlo, pero el rubio estaba buscando a mas personas, como también ayudaba a Gaara.
Una vez que los hubo encontrado, también llegó Hiashi, para pedir ayuda al igual que el lider Uchiha.
Los tres, se pusieron a enfocarse, hasta que finalmente la encontraron, no muy lejos de donde estaban. El Uchiha pensó en abrir un portal y así llegar mas rápido, pero Tobirama, se adelantó y como un rayo, desapareció, para aparecer con la Hyuga en brazos.
La colocó en una camilla y se alejó, para dar espacio.
Madara hizo una mueca de dolor, al verla con los ojos vendados. Los vendajes estaban manchados de sangre y ella estaba inconsciente.
Sakura llegó, para colocar las orbes en su lugar, como también para estabilizar a su amiga.
Todos esperaban afuera del campamento, cuando apareció Itachi, con Orochimaru y Kabuto, aún sumergidos en el jutsu de Itachi.
—¡SASUKE!—dijeron todos, al mirar como el menor de los Uchihas, decapito a los dos sujetos, con la espada que Madara le había regalado—Hmph—fue todo lo que dijo.
El jamás dejaría que esos dos escaparan y volvieran a poner en riesgo a las personas que quería.
Sakura, salió momentos después.
—¿Como está ella?—pregunto el Uchiha, adelantándose a su suegro.
—Hinata está bien, los ojos estaban en perfecto estado y podrá usarlos como siempre. Por ahora sigue dormida, pero ya está lista para regresar a Konoha—Hiashi, dejó escapar el aire, al igual que Izuna, Obito y Tobirama.
[...]
La Hyuga, despertó asustada, pensando que seguía dentro del sueño eterno, ya que podía mirar de nuevo y eso era imposible, según podía recordar.
Trato de ubicarse y sintió peso extra, sobre sus brazos. La morena, no pudo evitar, derramar gruesas lágrimas, al ver a sus dos tesoros, a cada lado de ella.
Con habilidad los sostuvo a ambos y los lleno de besos.
Los gemelos, se removieron buscando comer y de inmediato, se los colocó, para que se alimentarán. Seguía creyendo que estaba soñando, porque la felicidad que sentía, era indescriptible.
—¡Mi Reyna!— exclamó, el lider Uchiha, cuando salió del baño, con una toalla amarrada en la cintura, dejando a la vista el musculoso dorso.
La Hyuga se sonrojó y sonrió.
Madara, que había dejando los niños por unos momentos, junto a su mujer aún inconsciente, nunca esperó que se despertara justamente en ese tiempo.
Casi corriendo, llegó y la abrazó con cuidado de no perturbar a sus hijos, que desde que el mismo los cuidaba, se había dado cuenta que eran, igual de exigentes que todos los Uchihas, en específico se semejaban mucho a el.
La beso en los labios, saboreando la dulzura, que nada mas ella podía tener.
—¿Estoy soñando verdad?—pregunto triste.
—No...esto no es un sueño y ya no tienes nada de que preocuparte, ni esconderme secretos—ella agachó la cabeza, sabiendo a que se refería—Nunca mas vuelvas a ocultarme nada...yo...no soportaría perderte de nuevo Hinata—pidió casi en súplica.
—Perdóneme, yo no quería perder a nadie, mucho menos a mis hijos—la Hyuga, estaba sollozado.
—Está bien mi princesa, yo no te estoy regañando, así que no llores—ella asintió y el Uchiha colocó los bebés, a un lado de su esposa, para colocarse el junto a ella.
La abrazó y la beso por un largo periodo de tiempo, sin apartarse de ella. Quería sentirla quería dejar atrás los días tan oscuros que pasó creyéndola muerta.
[...]
Los días continuaron y entre todos los aldeanos, reparaban las zonas de la aldea que habían sido destruidas.
Izuna y Obito, fueron a visitar a Hinata y le informaron que Suki, estaba presa y lo mas probable es que nunca saliera.
Su padre Hanabi, Neji y Ko, la visitaban seguido, como también Kiba y Shino.
Akuma, no se le despegaba y parecía tener el mismo comportamiento protector con los gemelos.
Itachi también fue a verla y la Hyuga, le pidió, conocer a las personas que le habían ayudando salvando su vida y días después, Hinata y Madara los recibieron, para cenar, como también para darles una sorpresa.
El lider Uchiha, no sabía cómo agradecerles y la única manera que encontró fue siguiendo la idea de su mujer.
Madara pidió a Hashirama, que dejara a los infiltrados vivir permanentemente en Konoha. El Hokage, acepto y su niña estaba feliz.
Moría por darles la noticia a sus salvadores.
—Los amigos de Itachi y también Itachi estaban sentados en el comedor de la mansión Uchiha, degustando la deliciosa comida que la Hyuga, preparó para ellos.
—Mi esposa, me contó lo que hicieron por ella y les estoy muy agradecido—hablo el lider Uchiha, sosteniendo la mano de su mujer—Hinata y yo queremos que acepten esto en agradecimiento—dijo Madara, entregando un sobre donde estaba el documento que les invitaba a vivir en Konoha.
Konan se llevó la mano a la boca y miró a sus compañeros, que no sabían que decir. Itachi les envió una pequeña sonrisa, pero continuó callado.
—¿Aceptan?—la dulce voz de la Hyuga, los sacó de sus pensamientos.
—Lo haremos—respondieron alagados, por el trato recibido.
[...]
Los meces que siguieron, fueron aún mejores para la familia del líder Uchiha.
Los gemelos eran malcriados por todos los tíos, como también por los amigos de la Hyuga y con el bebé de Ino pasaba lo mismo.
Hinata, seguido, paseaba por las calles de Konoha, con los gemelos y con Kenzo.
Hiashi, estaba embelesado con sus nietos y Hanabi Neji y Ko no se quedaban atrás, todos quedaban encantados por esos pequeños, tan adorables.
Las apasionadas noches que compartían Madara y su esposa, eran cada vez mejores, aunque seguido el lider Uchiha, terminaba regañando, por despertar a los niños que aveces dormían en la misma habitación.
Los fuertes jadeos del Uchiha seguidos por el nombre de su mujer resonaban sin que pudiera evitarlo, despertando así a los dos pequeños.
Hinata, nunca fue tan feliz, en toda su vida. Para Madara, Hinata pasó de ser la pieza de venganza, a ser la razón para respirar, para seguir viviendo y para esforzarse día a día, por mantenerla feliz a ella y a sus príncipes.
[...]
Llegue, asta el final, de esta historia. Les estoy infinitamente agradecida por el apoyo y trataré de subir pronto el epílogo.
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