Capitulo 2
Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Saltando de rama en rama, tres ninjas y un gran perro, se encaminaban a su destino. Ellos declinaron la oferta del Hokage, de pasar unos días en el hotel de las aguas termales y en su lugar, decidieron viajar cerca del mar, a orillas de la aldea de las olas.
¿La razón por la que no aceptaron asistir a las aguas termales? Bueno... aunque no se decía abiertamente, los dos varones sabían que su compañera de equipo, jamás usaría traje de baño en los baños mixtos. Ellos no estaban dispuestos a exponerla sabiendo lo tímida que es su compañera. Para Kiba y Shino, Hinata era como su hermana menor siempre la estaban cuidando de todo y de todos, en especial, desde el desarrollo que comenzó a mostrar la niña... esos grandes senos, pequeña cintura, caderas anchas y glúteos firmes, no querían ni imaginar, lo que pasaría al usar traje de baño frente a los hombres.
Sabían bien que no saldría de su habitación y mejor optaron por disculparse con los demás compañeros, inventado una excusa algo tonta, según el criterio de Shino, Kiba a veces era tan impulsivo, que ni siquiera pensó y dijo lo primero que se le ocurrió.
Hinata por su parte, se sentía muy culpable de que sus mejores amigos no disfrutan del hotel y los baños, solo por ella, trató por todos los medios posibles de convencerlos para unirse a los otros, incluso les aseguro que si usaría su traje de baño, que no se preocuparan por ella, pero no logró hacerlos cambiar de opinión.
Ahora en vez de dormir cómodamente en las camas del hotel, dormirían en casas de campaña y bolsas de dormir. Ella cargaba con todo lo necesario para cocinar para ellos, era lo menos que podía hacer, también preparó bentos con la comida favorita de cada uno de los cuatro. Si, Hinata contaba a Akamaru como uno más de sus amigos.
Se llevaba muy bien con el perro, esto debido al gran amor que sentía por los animales, pero en especial los perros. La madre de Kiba le regalo un cachorro cuando cumplió 16 años, sin embargo, no le permitieron aceptarlo, aunque le rogó a su padre poder quedárselo no accedió, le dolió la garganta por el gran nudo que se formó al no quedarse con el cachorro, estaba segura que él hubiera llenado un poco la soledad en la que vivió toda su vida en el complejo, puesto que no la querían y eso era obvio, empezando con el consejo y terminando con su hermana y su padre.
Su abuelo era gentil con ella pero no estaba segura si era por lastima ya que todos la despreciaban. Los únicos que la querían y no tenía dudas eran, Neji y Ko, sonrió solo con recordarlos.
Kurenai era otra de las personas que se gano su cariño desde el día que la conoció, ya la consideraba como familia, su sensei era muy maternal con Kiba, Shino y por supuesto, con ella, así que, como a hermanos mayores, haría lo que fuera por esas personas.
De pronto se sonrojó al recordar a cierto sensei de cabello blanco y ojos rojizos, una sonrisa soñadora apareció en sus labios sólo con pensar en él y es qué, desde hace unos meses después que empezó a entrenarla, algo en ella comenzó a cambiar, ya no miraba a Naruto como antes ya era capaz de hablar con él sin tartamudear y sin sonrojarse, esas fueron las primeras señales, después notó, que ya no le dolía mirarlo tras de Sakura, sino por el contrario, deseaba que Sakura lo tomará en cuenta, pero para ella sólo era un buen amigo, porque su corazón pertenecía a Sasuke Uchiha.
Luego notó que al estar cerca de su sensei, su corazón latía más rápido, le temblaban las piernas y sentía mariposas en el estomago, no estaba muy segura de que pensar acerca de esas nuevas sensaciones, pero no quería que él se enterara, porque lo terminaría alejando al considerarla una niña tonta y lo que menos quería, era dejar de verlo, debido a que sus ratos con él eran cómo su oasis en el gran desierto de soledad.
Al saltar las últimas ramas, dio un mal paso y resbaló, estaba tan pérdida en sus pensamientos que no tomó el debido cuidado, pero antes de caer al suelo, sintió unos fuertes brazos sosteniéndola.
—Hey Hinata te lastimaras si no prestas atención al camino y sigues soñando con el tonto de Naruto—le dijo Kiba que aún la mantenía sujeta.
Hinata se sonrojó—Yo-yo no e estaba pensando—trato de explicar sin poder dejar el tartamudeo, sin embargo, Kiba ya no la dejó continuar.
—Ya-ya...no te avergüences, sabes que te conocemos bien y con nosotros tu secreto esta a salvo—la bajó en el suelo y le guiñó un ojo con complicidad.
Shino negó con la cabeza, sin entender cómo Kiba podía ser tan despistado, como para no darse cuenta que ella ya no sentía nada por Naruto, sino por el hermano menor del Hokage .
Hinata era cómo un libro abierto para mostrar sus emociones y sentimientos. Era por ese motivo, que la atracción que ambos mostraban no pasaba sin ser notada.
Shino no estaba seguro si esto era bueno, debido a la diferencia de edad, no obstante, había algo seguro y eso era que Tobirama Senju, estaba mas que interesado en ella.
Ya podía sentir la migraña, al imaginar la escena que montaría Kiba y eso sin contar a Neji, porque para muy pocos pasaba desapercibido el interés que tenía el genio Hyuga hacia Hinata .De los pocos que no lo notaron, fueron Kiba, Naruto y claro, la misma Hinata, a ella ni siquiera le pasaba por la mente esa realidad. Hinata era tan inocente.
Sólo esperaba que todo termine con bien para ella, ya que se lo merece, después de sufrir tantas humillaciones y desaires en ese maldito clan.
Shino nunca fue persona de mostrar sus emociones, sin embargo, cuando miraba marcas en la piel de la niña, sentía arder la sangre. Él sabía cómo la castigaban cuándo no lograba los estándares esperados.
Su padre le mencionó que desde que se fundó el clan Hyuga, usaban métodos desalmados, como el de el sello del pájaro enjaulado, el cual mandaba su portador a formar parte de la rama secundaria cómo sirvientes, por no ser primogénitos, como fue el caso del padre de Neji, que fue el guardián del padre de Hinata y el mismo Neji que ahora era el guardián de Hinata.
Él fue testigo del gran esfuerzo de su amiga para llegar a ser la líder para terminar con esas costumbres despiadadas, razón por la cual, se convirtió en el ojo del huracán de esas momias del consejo. Estaba seguro que ellos no la dejarían liderar, no estaban contentos con las ideas de Hinata.
—Llegamos—gritó Kiba a la par de un ladrido de Akamaru.
Hinata y Shino asintieron y se sentaron a comer antes de poner fuego y armar las casas de campaña.
[...]
Cerca del hotel de las aguas termales, caminaba un grupo de 6 ninjas de Konoha.
Adelante se encontraba un estoico Uchiha y junto a él, tomada de su mano caminaba una hermosa pelirosa. Mas atrás estaba Naruto junto a Choji y por último se encontraban Ino y Shikamaru.
Ino estaba cansada y algo fastidiada debido a la actitud vaga y despreocupada de Shikamaru, se adelantó para alcanzar a Sakura —Oye frentona ¿que razón te dieron los miembros del equipo 8 para no venir con nosotros?—una vena salto en la frente de Sakura cuando la escucho.
—Cállate Ino cerda—exigió molesta.
Sasuke se frotó el puente de la nariz, ya sabía lo que vendrá después.
—Como sea y mejor responde—insistió la Yamanaka.
—Pues no lo sé muy bien, porque el tonto Inuzuka dijo algo extraño—respondió Sakura, todavía irritada.
—¿Que fue lo que dijo?—pregunto la rubia limpiando el sudor de su frente.
—Dejó una nota donde explica que Hinata es alérgica a el agua—contestó Sakura encogiéndose de hombros.
¿¡Queee¡?—gritó Ino a todo pulmón —¿Como puede ser alérgica?—reprocho desconcertada.
—Eso fue lo que escribió Kiba—Sakura pensó que leía mal, pero después de volver a leer, no tenía dudas, eso era lo que Kiba había escrito.
Ino movió la cabeza en negación mientras grito enojada—Ese tonto...lo que a Hina le da alergia es usar traje de baño frente a los hombres ¿como no lo pensé? Ella jamás usaría los baños mixtos en traje de baño—se dijo a si misma.
Naruto que en ese momento sacaba una botella de agua de su mochila, preguntó a Ino con curiosidad—¡Oye Ino..! ¿Porqué Hina chan no quiere usar traje de baño? ¿Acaso es peluda y no quiere que la miren tebayo?—pregunto el rubio con inocencia.
Shikamaru que escucho la conversación desde atrás, miro al cielo y suspirando murmuró—Que problemático.
Ino miró hacia Naruto que en ese momento daba un trago a la botella con agua y dijo con voz muy fuerte—No seas baka Naruto ¿acaso no has mirado el tamaño de los senos de Hinata? Además de otras áreas que también sobresalen, con lo tímida que es ¿crees que se mostrará frente a los hombres?—cuestionó molesta.
Pfff Naruto escupió el agua que tenía en la boca sobre la espalda del Uchiha, quien inmediatamente se dio la vuelta con el sharingan activado.
—¿Que te pasa dobe?—su voz era como un rugido.
Cof cof Naruto trataba de recomponerse y levantando la cabeza dijo en tono de disculpa—Lo siento teme, es que algo pico en mi garganta—y antes que empezarán una pelea, Choji los saco a todos de esa discusión, mientras grito con las papitas en la mano.
—¡Llegamos..!
Sikamaru se adelantó hacía la recepción dejándolos atrás, negó con la cabeza, sus compañeros podían ya tener 18 años, pero se comportaban como si tuvieran 8.
Tras él, llegaron todos dejando olvidada la pequeña discusión que acababan de tener.
Cada uno de ellos tomo la llave de su habitación y se retiró a descansar por un rato.
[...]
A una pequeña aldea cercana al aldea de las olas, llegaba el Hokage de Konoha junto a el su esposa y sus tres acompañantes. Estaban pidiendo las llaves de sus respectivas habitaciones.
El malhumorado y arrogante Uchiha, fue el primero en tomarlas y retirarse a su habitación, creyó que la misión que Hashirama lo obligó a aceptar, sería para relajarse, pero sucedió todo lo contrario, tuvo que soportar la presencia del Senju y también la de Mito. No es que sintiera algo por ella, pero odiaba recordar cuánto se rebajó por la pelirroja.
Desde que salió de Konoha a su exilio obligado, se prometió no volver a rebajarse de esa manera con ninguna mujer y así fue, ya que para él, las mujeres eran objetos desechables y debido a sus genes Uhihas, ellas se le lanzaban donde quiera que estaba, haciéndole fácil descartarlas.
Durante su estancia fuera de Konoha, viajó por todas las naciones y no recordaba ya, con cuantas estuvo, todas lo alababan diciendo lo complacidas que las dejaba, eso sin duda, inflaba aún más, su ya gran ego.
Desde que regresó a la aldea, evitó buscar sexo con las mujeres de Konoha, porque no quería habladurías, en su lugar, optó por buscar a las del distrito Uchiha, pero casi nunca pasaba mas de una vez con ellas, ya que se formaban ideas equivocadas, sobre vida juntos, matrimonio y cosas por el estilo, ahora cuando quería sexo salía a las aldeas dónde no lo conociera nadie.
Entró a su habitación y se tiró sobre la cama, sonrió al recordar lo que sus sobrinos dicen también acerca de las mujeres. Shisui e Itachi, estaban siempre rodeados de chicas.
Itachi quien era considerado el más educado y caballeroso de los Uchiha, las rechazaba con amabilidad tratando siempre de no ser grosero. En cambio Shisui, no dejaba escapar a ninguna, no en vano era considerado el Uchiha más mujeriego de Konoha.
El pequeño Sasuke fue a quien peor le fue, según lo que platicaban cada vez que compartían la cena familiar en la mansión de Madara.
El pobre chico hasta tenia un club de admiradoras desde niño, quienes no lo dejaban ni comer. A menudo, Madara observó cómo llegaban regalos, cartas y hasta pasteles dirigidos al chico, desatando las burlas de Shisui y cabreando más a Sasuke, esos dos siempre estaban compitiendo.
Recordó con pesar, como Izuna pasaba lo mismo cuando era niño y al crecer empeoró, pero ahora ya ni siquiera salía de su habitación, pasaba los días recluido dentro solo y mirando a la nada.
[...]
Kurenai agarró sus llaves y se acercó a Tobirama—Oye, necesito hablar contigo cuándo tengas tiempo... se trata de Hinata—se encargó de mencionar a su alumna, para que el Senju supiera que era algo importante.
—Esta bien, nos veremos en el bar del hotel en la noche—el Senju tomó su llave también y se despidió sintiéndose algo inquieto ¿de que se tratara? ¿Será que a su niña le hicieron algo los ancianos? Se pregunto preocupado, sin embargo, eso no podía ser porque hasta donde sabía, Hinata ya debería estar en el hotel junto a los novatos. Sonrió de medio lado pensando lo que daría por estar con ella.
Kureni veía a Tobirama con una mirada soñadora y de inmediato supo en quien pensaba, aún recordaba el día que le confesó sus sentimientos por Hinata.
flashback
Kurenai caminaba por las calles de la aldea en busca de su esposo Asuma Sarutobi quedaron de comer juntos, al acercarse al lugar de encuentro, se sorprendió al encontrar a su ex compañero de la académica, Tobirama Senju . Lo raro no fue encontrarlo en el lugar pidiendo en la ventanilla, lo raro fue mirar quien esperaba por él en una mesa al aire libre.
Se trataba de una sonrojada Hinata. Kurenai se acercó a ella. Hinata al mirarla llegar, se puso de pie y se apresuró a abrazarla, unos segundos después, las 2 tomaron asiento cuándo llego Tobirama con dos tasas de té y un plato con roles de canela, colocó el plató junto a Hinata y también la taza de té. Él se sentó con ellas en silencio, después de saludar a Kurenai.
Observó como su alumna comía sus roles en silencio, muy sonrojada y nerviosa, mientas que él la veía con ternura.
Kurenai frunció el ceño al caer en cuenta de lo que estaba pasando entre los dos.
Hinata terminó de comer y dijo que debía retirarse, ya que Shino y Kiba la esperaban. Entonces, haciendo una reverencia y se despidió dejándoles a solas.
Tobirama se quedó mirándola hasta que Kurenai lo saco de su embelesamiento, aclarándose la garganta—Al parecer ustedes dos se han vuelto muy cercanos—afirmó la fémina con picardía.
—Así es y de hecho, hoy mismo pensaba ir a tu casa para hablar contigo acerca de ella—añadió Tobirama, bebiendo su té.
—Dime ¿de que se trata? — pregunto ansiosa.
—Bueno... yo no sé cómo pasó ni desde cuando, pero estoy enamorado de Hinata—el Senju lo dijo, con algo de pena. Kurenai abrió la boca por la sorpresa, ya que para ella fue evidente el interés de él hacia la chica, pero oírlo decir que estaba enamorado, la dejó pasmada—Lo se es algo raro y no tengo idea como lo tomará ella. Pero cuando cumpla 18 años le confesaré mis sentimientos y si ella me acepta, hablaré con el líder Hyuga para pedir su mano... Tenía que decírtelo a ti primero que a nadie, se lo importante que eres para ella — el Senju suspiró, después de haber soltado todo.
—Te confieso que no me lo esperaba, pero si Hinata está feliz, cuentas conmigo para lo que necesites—afirmó Kurenai haciendo una seña a su esposo, que en ese momento llegó para su encuentro.
( flashback off )
¿Que hará cuando le cuente que pronto podría ya estar con Hinata?
Kurenai sonrió mientras caminaba hacia su habitación.
[...]
—N-no-creo, que debas comer eso Kiba-kun... no sabemos si están en buen estado—la Hyuga trató de persuadir a su compañero, porque le preocupaba la cantidad de frutos silvestres que se llevaba a la boca.
—Por lo menos deberías de lavarlos— esta vez fue Shino, quien lo reprendió.
—Nee no pasa nada, mi estómago está acostumbrado a comer de todo. Mi madre dice que tengo estomago de hierro ¿verdad Akamaru?—le pregunto a su fiel compañero.
—Auu —un aullido entrecortado, salió del animal.
—Toma Akamaru, come conmigo— Kiba ofreció un puñado de lo que comía a su amigo, pero el perro negó con la cabeza y se escondió tras Hinata—Traidor— grito, fingiendo estar triste, la ojiperla sonrió y Shino negó con la cabeza. Minutos mas tarde, se fueron a dormir.
[...]
Madara permaneció acostado en su cama después de darse un baño, cuando unos toques en la puerta acabaron con su tranquilidad. Se levantó disgustado para ver quien lo interrumpía y al abrir rodó los ojos con desagrado—¿Que quieres Hashirama?—pregunto molesto.
El Hokage, comenzó a reír escandalosamente y entró sin ser invitado. Madara lo miró entrar sin poder hacer nada mas que cerrar la puerta.
—Mito se está arreglando para visitar a los novios antes de la boda de mañana, así que soy todo tuyo para ir a tomar unos tragos— concluyó Hashirama.
El azabache enrojeció debido al disgusto que le provocaron las palabras del tonto Hokage—SIERRA LA BOCA TARADO— ordenó con voz fuerte.
Hashirama, comenzó a reír de nuevo. Le encantaba hacer rabiar a Madara con esa clase de comentarios—Entonces que dices ¿vamos?— pregunto aún entretenido por el semblante de su amigo.
—¡Claro que no! Suficiente tengo con viajar contigo toda la mañana— respondió cruzando los brazos en su pecho.
—No seas amargado, tal vez consigas una linda dama, que soporte tu carácter y terminas casándote—Madara puso los ojos en blanco, por la sugerencia de Hashirama.
—No tengo necesidad de conseguir a nadie, como tampoco de casarme y vivir una patética vida de hombre casado—respondió enfadado.
—Como sea ¿vamos?—insistió Hashirama.
—Ya te dije que no, ahora lárgate que interrumpes mi descanso— concluyó, el azabache, con la esperanza de sacar a su molesto amigo del cuarto.
Hashirama negó con la cabeza y salió de la habitación.
...
Madara se vistió para salir a cenar y tomar unos tragos en el bar del hotel, pero tendría que esperar a que el imbecil de Hashirama se alejara. Pasada una hora decidió que ya podía salir.
Entró y tomó una mesa en lo mas escondido del lugar. Nadie podía mirar, si no se acercaban lo suficiente como para estar casi frente a él m debido a que la dividía una cortina de bambú para dar privacidad.
Levantó el rostro hacia la mujer de mediana edad que se acercó a tomar su orden.
El lugar parecía tranquilo y agradable, no había muchas personas, lo cual agradeció mentalmente.
Al llegar la mecerá con su orden, escuchó voces tras la cortina. Sabiendo de quien se trataba, disminuyó su chakra para no ser notado—¡Maldicion!—Murmuro enojado, puesto que el imbecil Senju y Kurenai, decidieron ir al mismo lugar donde él cenaba. Decidió no llamar la atención y terminar rápido. Lo menos que le interesaba era encontrarse con Tobirama.
[...]
Kurenai llegó al bar y se dirigió a la barra para esperar a Tobirama. Unos minutos después, llegó y se sentaron en una mesa solitaria, donde podrían hablar sin ser molestados.
—¿De que se trata?— ansioso y desesperado, hizo la pregunta el Senju.
Kurenai sonrió ante la impaciencia de su amigo.
—Hiashi me llamó ayer después de terminar una reunión con los miembros del consejo Hyuga— Kurenai dio un trago a su bebida antes de continuar—me comunico la decisión que se tomó y que cambiará la vida de Hinata.
—¿Que quieres decir? ¿Que pasa con ella?— pregunto el Senju aún mas nervioso.
—Cálmate deja que termine—sonrió ante la impaciencia—Como bien sabes, Hinata esta próxima a cumplir la mayoría de edad, al llegar ese día se hará la ceremonia para cambiar de líder—Kurenai suspiró recordando la molestia que le causaba pensar en los ancianos—como era de esperarse, los miembros del consejo hicieron su última jugada para impedir que eso se lleve a cabo —Tobirama arqueo una ceja—El hecho es... que ella tiene que contraer matrimonio antes de completar la mayoría de edad—lo dijo con rapidez.
—Slap— un fuerte golpe resonó en la mesa, en respuesta a la noticia. El Senju, respiraba con dificultad y comenzó a maldecir—¿Como que la quieren casar? ¡Maldita sea! ¿Con quien...? Hinata ni siquiera tiene novio—argumento poniéndose de pie y atrayendo las miradas curiosas de los pocos clientes del local—Pero me van a oír, ahora mismo me largo y la sacaré de ese clan de una buena vez... no me importa desaparecerlos a todos—soltó el varón preparándose para salir.
Kurenai lo tomó del brazo impidiendo que saliera sin escuchar todo—Escúchame... todavía no he terminado—pidió negando con la cabeza. A regañadientes el Senju se sentó de nuevo, tratando de regular su respiración—Hiashi me contó, que aunque para él, el mejor candidato era Neji, las leyes del clan no lo permiten, es por eso que su mano se tiene que ofrecer en el lugar donde nació... Me refiero a Konoha, la primer propuesta que se reciba será la única que se tomé en cuenta, siempre y cuando sea de un miembro perteneciente a un clan prestigioso y poderoso. En caso de que nadie en Konoha, esté a su altura, pasarán a las demás naciones, empezando por los Kages y feudales—el Senju tenía el ceño fruncido—Estoy segura que si en Konoha, no se encuentra a ningún candidato, ella no pasará de Suna— afirmó Kurenai moviendo el arroz en su plato.
—Que quieres decir?— Tobirama en ese momento dio un trago a la botella de sake.
—Que muchos nos hemos dado cuenta del interés que el Kazekage muestra en ella y a decir verdad, él es un excelente candidato. Gaara-san, es suficiente capaz de cuidarla y protegerla y a la vez, estoy segura que la trataría como a una Reina. El único problema, es que Hinata le teme—afirmó Kurenai, con pesar.
—¿Como que le teme? ¿Que le hizo ese pendejo para que ella le tenga miedo?—la sola idea de que Gaara hubiera hecho algo en contra de Hinata, lo puso en alerta.
Kurenai negó haciendo señas con las manos.
—No es nada de lo que piensas. Todo comenzó en los exámenes Chunnin en el bosque de la muerte. Gaara todavía tenía el bijuu dentro de su cuerpo, al igual que Naruto. También debes recordar cómo el niño, parecía no tener emociones—Tobirama asintió, pero permaneció en silencio—Hinata y su equipo, fueron testigos de cómo dio muerte a unos ninjas de otra aldea, usando el cofre de arena. Ella escuchó como esas personas rogaron por sus vidas y no fueron escuchados—Kurenai recordó el pequeño rostro de Hinata lleno de horror.
—Pero Hinata también ha matado a algunos enemigos, incluso debe haber presenciado muchas muertes—Tobirama recordaba que Kiba también había dado muerte a un ninja, que parecía haber mutado y que atacó a Akamaru.
—Lo se...pero cada vez que ella lo hizo, fue porque no tenía otra opción y algunos de sus amigos estaban en peligro y créeme... no le fue fácil. Estoy completamente segura que si algún ninja renegado le pide clemencia, Hinata es capaz de perdonarle la vida. La conoces, sabes que ella mira bondad hasta donde no hay—añadió la fémina.
—¡Mi niña!—murmuro Tobirama, con ternura en su voz.
—Estoy segura que si se casará con él, en poco tiempo Hinata llegaría a amarlo, ya que el Kazekage, ha cambiado mucho para bien. Pero mientras eso sucede, Hinata sufrirá demasiado al tener que abandonar la aldea y también a sus amigos—se lamentó Kurenai.
—¡De ninguna manera, ella no saldrá de Konoha..! Yo me casaré con ella y velaré por su bienestar—Kurenai sonrió complacida.
—¡Estaba segura de eso! Esa es la razón por la que tu eres el primero en saberlo. Yo misma, le di la idea a Hiashi, para que seas el primero en mandar tu petición y así, aunque alguien más la solicite, tú estarás primero, no obstante, te pido discreción, ya que nadie más sabe acerca de esto— Kurenai estaba feliz por la pronta respuesta del Senju.
—Eso no tienes ni que pedirlo, a mi menos que a nadie me combine que se sepa—
Tobirama suspiró aliviado y a la vez con anhelo imaginando a Hinata—¿Entonces el lider Hyuga está de acuerdo en que su hija se case conmigo?— inquirió confundido, puesto que siempre pensó que Hiashi jamás aceptaría que alguien de su edad se acercara a su hija.
—Hiashi lo único que quiere es que Hinata sea feliz— respondió Kurenai.
—Por favor no le digas nada a ella, quiero ganármela primero, no quiero que me tema—
Tobirama estaba dispuesto a esperar el tiempo que fuera necesario, no le importaba cuánto fuera.
—¡En verdad la amas!—no era una pregunta, sino una afirmación por parte de Kurenai—Lo que de verdad me sorprende, es que seas tan inteligente para todo y todavía no lo notes— el Senju hizo un gesto inquisitivo sin saber a que se refería Kurenai—¿Acaso no te has dado cuenta que ella también siente algo por ti?— Tobirama abrió la boca sin poder creer lo que escuchó.
—¿Pero cómo..? Si hasta donde yo se, ella siempre estuvo enamorada de...—fue interrumpido antes de continuar.
—No-no—añadió Kurenai—ella hace tiempo entendió que él jamas la miraría como mira a Sakura. Hinata lo quiere, pero como a un buen amigo al que también admira, por nunca rendirse a pesar de las adversidades que le han tocado vivir—concluyó Kurenai.
—No me lo esperaba, pero ahora no dejaré que nadie intervenga. Haré de ella la mujer mas feliz del mundo, me voy a asegurar que nadie mas vuelva a lastimarla, ella será solo mía... ¡Mi princesa!—declaró el Senju, con toda la certeza.
—Oye, si que la amas nunca te había visto así— le sonrió Kurenai.
—Es porque nunca antes sentí, lo que siento por Hinata, ya no me imagino la vida sin ella—declaró feliz.
...
Madara, escuchó todo, con lujo de detalles, incluso tuvo que contener las ganas de vomitar al escuchar las cursilerías que decía el Senju. Hizo varias arcadas, conteniendo el asco. Después una sonrisa cargada de maldad se dibujó en sus labios—Entonces... después de todo, si tienes un punto débil—se dijo para sí mismo.
[...]
Aun no había amanecido, cuando la ojiperla escuchó unos unos quejidos fuertes.
Se levantó lo más rápido que pudo, pensando que alguien estaba atacando a sus amigos.
Corrió hasta donde provenían los lamentos, encontrarse con Shino, quien tenía una expresión seria.
—¿Que pasa Shino?— pregunto temerosa de la respuesta.
—Es Kiba, tiene una enorme indigestión—la Hyuga al escucharlo, dirigió si vista hacia donde se retorcía Kiba adolorido.
—¡Oh Kiba kun..! ¿Te duele mucho? ¿Quieres que te llevemos al hospital? La aldea no está lejos de aquí—pregunto la morena con las manos juntas en su pecho.
—No te preocupes Hinata, lo superaré... Auuu—otro quejido escapó del Inuzuka.
—Te dijimos que no comieras eso, pero nunca escuchas— lo reprendió Shino, sin moverse de donde estaba parado.
—E-esta bien Shino kun, tratemos de buscar un médico, la aldea está a 15 minutos de aquí— aseguró la chica, quien no tardó en activar el Byakugan.
—Está bien, pero solo porque no los quiero preocupar y ustedes están insistiendo tanto—afirmó Kiba adolorido. Shino pensaba responder, pero decidió mejor guardar silencio. Kiba no tenía remedio.
Una vez terminaron de guardar todas sus cosas, partieron. Akamaru llevaba a Kiba sobre los lomos, mientras que Hinata y Shino caminaban a cada lado del animal.
...
Cundo llegaron a la aldea, ya estaba completamente amanecido. No conocían bien el lugar, como para llegar rápido al hospital. La ojiperla, miró una joven que vestía ropa ninja y se acercó a preguntar direcciones. La chica amablemente los llevó al hospital local. Después de unos pocos minutos llegaron y Kiba fue tratado con rapidez, ya que a esa hora, no había muchos pacientes.
Hinata y Shino esperaban afuera y se despidieron de la joven que los ayudó. Pasaba el medio día, cuando salieron del hospital. Shino tenía razón, el dolor de Kiba se debía a una indigestión, por comer frutos en mal estado o envenenados. El médico les dio una lista de los cuidados a seguir. También les sugirió permanecer en la aldea por si ocurría algún contratiempo con el Inuzuka.
La Hyuga, escuchó con atención todo lo que el médico indicó, luego se marcharon para buscar donde pasarían la noche. Llegaron a una posada y tomaron dos habitaciones, una para los varones y otra para Hinata. Una vez adentro, Hinata se dirigió a darse un largo baño después salió y se apresuró a vestirse. Tenía que comprar algo de comida para Kiba, ya que debía tomar los medicamentos.
Media hora después, tocó la puerta de sus compañeros. Shino al abrir, le ayudó con la comida, la cual consistía en tres tazones de ramen y carne para Akumaru.
Los cuatro comieron en silencio y al terminar, Kiba los animó para salir a pasear, después de todo, los medicamentos lo estaban haciendo dormir y no tenía ningún caso permanecer con él. Hinata se negó, pero entre los dos compañeros la persuadieron.
Shino le dijo que recorrería las afueras de la aldea en busca de nuevos escarabajos, mientras que Hinata se fue hacia el área comercial. Se despidieron y cada uno partió en distintas direcciones.
[...]
Madara despertó y se dirigió al baño para darse una ducha, después salió para vestirse y poder salir. No pensaba asistir a la boda con los otros, así que se encaminó a buscar algo para regalar a Sasuke por su graduación. Ese mocoso, puede ser un dolor de cabeza si no recibe reconocimiento por sus logros, pensó el Uchiha.
Luego de un rato se percató que la aldea era muy pequeña y algunos aldeanos le informaron que la aldea de las Olas, quedaba a 10 minutos, desde donde estaba.
Sin pensar demasiado, decidió caminar hacia el lugar mencionado. Entró en el área comercial. El día era agradable y dejó que el viento acariciara su rostro, las miradas femeninas no se hicieron esperar, no es que le molestara, pero algunas podían ser de la edad de su nana.
Llegó hasta un restaurante que se veía agradable, tenía grandes ventanales que daban una bonita vista hacia los comercios. Se sentó en una mesa junto a la ventana, permitiendo mirar todo hacia afuera. Observó hacia las otras mesas y solo unas pocas estaban ocupadas con personas de mediana edad. La única mesa que estaba ocupada con personas jóvenes se hallaba cerca de él, Eran tres jóvenes como de la edad de Sasuke. Dos eran hombres y una mujer, como los equipos formados para misiones. Uno de los varones ya se veía algo pasado de tragos, pero no les presto mucha atención.
Dio un largo suspiro de alegría mientras veía la calle principal, llena de personas que se movían de lugar a otro. Nada en ese momento, podía ponerle de mal humor debido al recuerdo de las estupideces que dijo el Senju la noche anterior, después de todo, la misión resultó mejor de lo que pensó.
[...]
La Hyuga se habría paso por el área de los comercios. El lugar era bonito debido a los árboles de cerezo que el viento hacia moverse soltando algunas flores. Observando los diferentes establecimientos, no se daba cuenta, la cantidad de miradas que atraía a su paso, en especial las masculinas. De hecho nunca lo notaba por la simple razón, que se consideraba fea y muy poco agraciada en comparación con sus amigas.
Sakura era digna de admiración, con su cabello rosado, ojos verdes y cuerpo esbelto, era la fantasía de muchos hombres, que suspiraban por ella. Desde niña, Sakura fue muy llamativa, Naruto decía estar enamorado de ella desde que la miró por primera vez, razón por la cual, nunca se percató de su existencia. Sakura ignoró a todos y a cada uno de sus pretendientes, por solo tener ojos para Sasuke y para su suerte, el Uchiha, finalmente le pidió salir para después, pasar a ser oficialmente novios. La joven siempre se estaba superando, trabajaba en el hospital de Konoha y era una de las mejores médicas ninja.
Luego estaba Ino, la rubia mas bonita de todo Konoha, ella era alta con ojos azules y un cuerpo de infarto, según Kiba y muchos otros varones. Ino parecía modelo de revistas.
Ella al igual que Sakura, poseía conocimiento médico y además contaba con el poder de invadir la mente de los enemigos. Peleó con Sakura durante años por Sasuke, hasta que Ino perdió el interés. La Yamanaka nunca lo admitiría, pero Hinata sabía que otro Uchiha ocupaba su corazón.
Después estaba Tenten, aunque la chica era un poco mas grande que ellas no fue impedimento para que también fuera amiga muy cercana al igual que Ino y Sakura.
Tenten tenía cabello castaño al igual que los ojos, su físico era esbelto lo que unido a su personalidad, atraía la atención de muchos hombres. La kunoichi manejaba cualquier tipo de armas con avidez y maestría. Ella estaba enamorada de Neji desde hacía mucho tiempo y Hinata tenía la esperanza que pronto se hicieran novios.
En cambio ella no poseía ningún atributo que valiera la pena. Sabía que de los nueve novatos, ella era la mas inútil. Estaba segura que al sufrir un ataque, sería la primera en morir. Sus ojos generaban, burlas en la aldea y el color de cabello despreció en su clan, por ser diferente al castaño de todos los Hyugas. Su estatura baja tampoco ayudó y desde los catorce años, el desarrollo que mostró su cuerpo la hizo aún mas insegura, haciéndole usar ropa más grande de lo que en realidad necesitaba. Permaneció así, hasta hace algunas semanas, en que las chicas invadieron su habitación sacando toda su ropa holgada, para donarla y poder así obligarla a salir de compras con ellas en busca de ropa nueva y más adecuada a sus proporciones.
Todas las prendas que se probo, tuvieron que pasar la dura inspección de sus amigas
Sonrió al mirarse, debido a que la ropa que llevaba puesta, era la misma que Ino se empeñó en comprar para ella, como regalo extra.
El atuendo consistía en una blusa negra que le daba por debajo de las caderas, con shorts del mismo color negro, el cual le llegaban a media pierna, un cinturón en color lavanda marcaba la pequeña cintura y sandalias ninjas que junto a las mayas, no dejaban ver mucha piel. Un porta kunais amarrado a una de las piernas y una mochila color lavanda, completaban el vestuario de la kunoichi.
Las primeras veces que se vistió con ese tipo de ropa, se sintió insegura, pero con el tiempo se dio cuenta que seguía pasando desapercibida y ya no le importó... Total, seguía invisible para todos.
Eso era lo ella creía, porque entre todos los ojos que no paraban de observarla, se encontraban un par de ojos negros que no perdían todos y cada uno de sus movimientos.
Continuara.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top