Capitulo 16

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Los días continuaron sin ningún percance. Todos parecían tranquilos, la ojiperla poco a poco fue recuperado su apetito.

Ame, Kento y Kenzo, llegaron al hospital llevando dangos para ella.
El niño corrió y se subió en la cama abrazándola. Eso la hizo muy feliz.
Se había apegado mucho a Kenso y lo echaba de menos... Lo escucho con atención, contando todas sus aventuras y pensó que sus hijos serían iguales a él.

Ame le contó que todos en el distrito Uchiha, estaban muy preocupados por ella y le mandaban sus mejores deseos. Más tarde se despidieron, prometiendo regresar en otro momento.

Ella se quedó sentada en un sillón junto a la ventana leyendo un libro, cuando llego Tobirama. La Hyuga le sonrió al mirarlo sentarse junto a ella.

—¿Como te sientes mi niña? —le preguntó el Senju sin apartar los ojos de ella. Como era de esperarse, se sonrojó debido a la cercanía de ese apuesto hombre. Podía oler su fragancia, él siempre olía tan bien, pensaba mientras lo veía con discreción.

—E-estoy bien sesei, solo un poco aburrida por no poder salir de aquí—le sonrió con ternura.

—Recuerda que es por tu bien, estuviste muy mal, pensé que te perderíamos— confesó Tobirama.

Ella desvío la mirada hacia un lado, estaba avergonzada—¡Estoy embarazada sensei!—se lo dijo, porque pensó que tal vez, él aún no lo sabía... estaba segura que se decepcionaría de ella y eso, aunque le dolía, era lo mejor. Después de todo ya no tenía nada que ofrecerle. Su sensei merecía encontrar una buena mujer que lo amé tanto como ella lo llegó a amar.

—Lo se pequeña y serán tan adorables como su madre—le sonrió y le tomo de la mano, dandole un beso en ella.

Hinata sintió la sangre en su rostro, estaba abochornada por la vergüenza. Él, no solo no se decepcionaba de ella, sino que la seguía adulando, como lo hacía siempre.

—G -grasias s-sensei—agradeció poniendo un mechón de cabello detrás de su oreja, con nerviosismo y mirando a otro lado. Tobirama la miraba con ternura. Seguía siendo la misma niña tímida que empezó a entrenar y también a amar.

La noticia de los niños lo golpeó fuerte, pero solo por unos momentos. La veía más linda que antes, seguramente se debía a la maternidad. Estaba convencido mas que nunca, que si ella lo aceptaba, velaría por ella y también por los niños como si fueran suyos.

Continuó con ella, hasta que se llegó la hora de regresar a sus deberes. Se despidieron y abrió la puerta, encontrándose de frente con Izuna. Ya se habían mirado antes, cuando Hinata estuvo inconsciente, no obstante, en ninguna ocasión estuvieron a solas.

Se miraron fijamente el uno al otro y para sorpresa del Senju, Izuna le hizo un saludo de cortesía y respeto, después lo paso de lado entrando en la habitación de Hinata y cerrando la puerta.

Tobirama no supo como reaccionar, sin duda alguna fue un buen sentimiento.
Ellos nunca fueron amigos y probablemente, nunca llegarían a serlo.
Siempre mantuvieron un ambiente de respeto, hasta el día de la pelea, que fue la última vez que se vieron.

...

Izuna entró en la habitación después de encontrar al Senju. Desde hace tiempo había dejado de culparlo por sus males. Entonces decidió que lo mejor era llevar la fiesta en paz... Después de todo, si Hinata desidia irse con él y dejar a Madara, podría seguir mirándola sin causarle problemas.

Salió de sus pensamientos, cuando ella se levantó del sillón donde estaba y se acercó a darle un abrazo. El Uchiha cerró los ojos sintiendo su calor. Cuando aflojó el abrazo la miro por completo. Se veía recuperada y muy bonita, sus ojos tenían un brillo especial, lucia radiante.

—¡Pequeña! ¿Cómo te sientes? —cuestionó aún sin dejar de verla.

—Estoy mejor Izuna-san... ya tengo hambre de nuevo y no estoy cansada—el Uchiha la llevó a donde había estado sentada cuando llego, y se sento junto a ella. La notaba inquieta, como si algo le preocupará.

—¿Que te pasa? ¿Porqué no me lo dices?—le animó a contarle lo que la preocupaba. La chica comenzó a juntar los dedos y mordió el labio, sin saber cómo preguntar.

—B-bueno... no se si usted ya sabe, que estoy embarazada y yo quiero saber que piensa, su opinión es muy importante para mí—confesó sonrojada.

Izuna entendió porque estaba así, ya que ni él, ni Madara, la habían visto desde que despertó y posiblemente, se sintió rechazada. Demostró mucha más madurez que algunas personas mayores a ella, pero en el fondo, seguía siendo una niña y las inseguridades hablaban por ella.

—¡Hinata! —la nombro para que lo mirará—Yo estoy muy feliz...Seré tío otra vez, tendré pupilos para entrenar y enseñar todo lo que se—aseguró con una sonrisa, tratando de trasmitir seguridad hacia la chica. Hinata soltó el aire que contuvo retenido, esperando la opinión del Uchiha. Nadie de ellos habló acerca del embarazo. Mikoto la visito, pero no toco el tema, a Izuna no lo había mirado hasta ese momento ¿Y él? Él, ni siquiera se había hecho presente, lo más seguro es que estuviera con su amante y no se tomará la molestia de pensar en los niños.

La opinión y aceptación de Izuna, unida a la de Obito, la hizo sentir más segura y confiada. Su familia también estaba feliz y eso era todo lo que importaba. Lo que más quería, era que sus hijos fueran aceptados y nunca sintieran el rechazo como lo sintió ella.

—Quien mejor que tu para ser la madre de mis sobrinos—agregó Izuna al percatarse de lo que la estaba inquietando—¡Ahora dime! ¿Que se te antoja comer? Estoy aquí para malcriarte—la animó para que pensara en otra cosa.

Los dos sonrieron animados, cuando pidió golosinas y rollos de canela. Estuvieron hablando de todo y de pronto, alguien tocó la puerta para después entrar Sakura. La médica comenzó con la revisión de la morena, debía asegurar su bienestar y el nivel adecuado de chakra, tal como lo venia haciendo a diario.

Los dos la miraron hacer su trabajo. Izuna arqueo una ceja y Hinata se desconcertó. Sakura se veía muy triste, se le miraba cansada con los ojos hinchados y rastros de lágrimas en sus mejillas. Trató de parecer normal y les dedicó una sonrisa, pero fue mas una mueca. El azabache supuso que lo mejor era no intervenir, se puso de pie, se despidió de Hinata, luego de Sakura y se marchó dejando solas a las dos chicas.

La ojiperla seguía los movimientos de su amiga, que trataba de parecer fuerte. Lo único que hablaba eran monosílabos forzados.

—¡Sakura! —la llamó para atraer su atención—¿Que pasa? —preguntó a su amiga.

—No es nada Hina...no te preocupes, solo estoy un poco cansada.

—Cuando estamos cansados no lloramos—al decir eso la miro respirar profundo tratando de contener nuevas lágrimas, pero no funcionó. Al momento siguiente gruesas hileras líquidas mojaron sus mejillas. Se llevó las manos al rostro para cubrirse—¿Porque no confías en mí? Tu sabes que soy tu amiga y te quiero mucho, además me duele verte así—Hinata intuía que se trataba de Sasuke. Ella no tenía experiencia en cosas relacionadas al amor y para prueba, termino casada con alguien al que no conocía. Pero daría su mejor esfuerzo por tratar de ser útil ayudando a su amiga... aunque sólo pudiera ofrecer su hombro para llorar sobre él.

—Ay Hina—soltó Sakura abrazando a la Hyuga—Sasuke y yo nos peleamos y creo que todo se termino.

—¿Que pasó? ¿Que té dijo? —pregunto la morena, mirándola en busca de más información.

—Lo mire con otra mujer—le contó sin dejar de llorar y limpiando con un pañuelo sus mejillas

—¿Pero que explicación te dio?—Hinata extendió la mano para tocar el hombro de la pelirosa.

—No lo se, yo salí corriendo y desde entonces no lo he mirado.

—¡Sakura...! No deberías hacer conjeturas sin escuchar lo que él tiene que decir. Lo más seguro es que todo tenga una explicación lógica.

—No lo creo, todo fue muy claro y ella estaba colgada de su cuello. Tú sabes que hasta hace unos meses que me pidió salir con él, nunca pude tocarlo de manera tan intima. Él no me lo permitía, ni ami, ni a nadie más y con ella no se veía incómodo, estaba lleno de lápiz labial y ni siquiera se ha tomado la molestia de buscarme desde ese día—confesó dolida—No hay nada que pensar Hinata, él me cambio por otra—se desahogo con su amiga por primera vez, ya qué no le había dicho a nadie lo que sucedió.

La ojiperla la abrazo tratando de infundir consuelo. Lo que Sakura le contó, no encajaba con el comportamiento de Sasuke. Algo debería estar pasando para que él se portará de esa manera. Era evidente que aunque él no lo demostraba, amaba a Sakura. Sin decir nada, continuó dándole palmadas a su amiga, la cual, para ese momento estaba temblando debido al llanto.


[...]


Sasuke era el más parecido al líder Uchiha. Le costaba mucho expresar sus sentimientos. Los días lejos de Sakura, lo tenían cabreado. Intentó buscarla en varias ocasiones, pero se arrepintió antes de llegar a hacerlo. Sabía que Sakura estaba sufriendo y lo que era peor, es que no tenía motivos. Karin no significaba nada para él. Suspiró cansado y dijo: (las mujeres son tan complicadas )

Una molesta carcajada interrumpió sus pensamientos—Estoy de acuerdo... Pero que haríamos sin ellas ¿verdad primo? —preguntó un sonriente Shisui. Sasuke lo fulminó con la mirada y chasqueó la lengua. Shisui lo ignoro y tomo asiento frente a él, mientras estiro el plato de comida que Sasuke ni siquiera toco—¿Dime que le hiciste a Sakura? —inquirió, empezando a comer la carme y el arroz del plató que tomó.

—¿Que te hace pensar que yo le hice algo? —respondió molesto.

—Ino me comentó que la miro muy triste y que lo único que hace es evitar hablar de ti—
Sasuke no tuvo otra opción que contarle todo a su divertido primo, a quien le brillaron los ojos mientras escuchaba... estuvo seguro que planeaba algo despreciable y vergonzoso en su contra, luego de ofrecer su desinteresada ayuda.


[...]


Madara pasó los días pensando en la sugerencia de Izuna. (Dejarla ir, dejar que se vaya  y sea feliz con otro hombre.)  No, y simplemente no... Era consciente que no la merecía, pero de igual manera, no podía dejar de ser egoísta. No quería perderla ni a ella, ni a sus hijos, no podía pensar en la idea de ver a otro criando a los niños, él no permitiría que crecieran sin un padre, no quería imaginar no mirarlos crecer junto a él, como tampoco, dejaría a su mujer con otro hombre. Había pasado las noches mirándola desde las sombras sin atreverse a entrar y esa noche fue diferente.

Era cerca de media noche, cuando tuvo el valor de entrar sin ser detectado.
Ella se hallaba dormida, la observo detenidamente sin perder ni un solo detalle. Su aroma le llegó de lleno, volviéndolo loco. Sintió el calor tan adictivo que despedía su hermoso cuerpo y no pudo resistirse a acercarse mas.

No quería asustarla, pero sin pensar con claridad, como siempre le pasaba cuando estaba con ella, le tomó una de las manos ¡Tan pequeñas tan suaves y delicadas, como todo en ella! ¡De pronto! Toda su atención, se fue hasta el vientre, que se veía un poco abultado anunciando la presencia de dos vidas.

Una ola de felicidad lo invadió, hasta la última célula de su cuerpo... En ese delicado cuerpo, se formaban sus hijos y lo mas excitante sin temor a equivocarse, era el hecho de saber que era con la mujer que amaba. Se pasó la mano por su rostro emocionado, pensando en el milagro. Una parte de él, se fusiono con una de ella y ahora dos nuevas vidas crecían dentro de su esposa.

Un sentimiento desconocido lo invadió por completo. Apretó la mandíbula con fuerza. ¡Nadie dañaría a ninguno de los tres! Ellos eran su familia y estaba dispuesto a dar la vida por ella y sus niños de ser necesario. Cualquiera que se atreviera a pensar siquiera en dañarlos, pagaría con su propia vida.

Se hallaba tan perdido observando el vientre de su esposa, que no se percató del momento en que Hinata se despertó y lo miraba fijamente.

...

La ojiluna despertó al sentirse observada, lentamente abrió los ojos perdiendo el sueño y se desconcertó al mirar al Uchiha, quien permaneció parado frente a ella, con sus ojos perdidos en su vientre. Él parecía lleno de emociones, ella pudo percibir... felicidad, miedo y furia al mismo tiempo.

Una de sus manos se hallaba atrapada en la de Madara, sin embargo, no hizo el esfuerzo de liberarse. No podía adivinar que estaba pensando y tenía que prepararse para todo. No estaba dispuesta a permitir que lanzará insultos hacia ella y mucho menos a sus hijos, si él los rechazaba, ya no le importaba, la tenían a ella como madre y con eso era mas que suficiente. Durante mucho tiempo se dejó pisotear por su propia familia y después incluso por él. La determinación invadió todo su ser y nunca más, dejaría que algún la humillara, tenía que dar ejemplo de fortaleza a sus niños y si eso significaba alejar para siempre al padre de ellos, lo hará sin pensarlo... después de todo, él tampoco soportaba estar junto a ella.

El líder Uchiha levantó la mirada para encontrarse con las perlas que lo veían fijamente. Su corazón se aceleró, se quedó sin parpadear por unos segundos, solo se dedicó a mirarla y una sensación cálida se apoderó de su pecho. Deseaba poder abrazarla, sentarla en su regazo y comprobar que era suya. Estuvo tan asustando pensando que pudo perderla... que sólo con el recuerdo, su piel se erizaba.

—¡Uchiha-Sama! —lo llamó para atraer su atención y dejará de mirarla de esa manera que la estaba poniendo incómoda. Madara se tensó al escucharla llamarlo, así que se dispuso a tomar valor para lograr hablar.

—!Hinata tenemos que hablar! —se sintió muy inseguro de su repuesta.

—Así es, usted me dirá ¡Lo escuchó!—lo dijo hablando sin titubeos ni emociones.

—¿Como estas? ¿Cómo va el embarazo?—cuestionó con angustia en su voz.

—Estoy bien... Tsunade-sama, dice que todo está en orden y que los niños continúan creciendo según lo esperado para el tiempo que tengo.

—Bien... yo bueno es creó—el Uchiha se quedó sin palabras al ser golpeado por la indiferencia que mostró Hinata—Me da mucho gusto—completo finalmente.
—También quiero que me perdones por todas las cosas que te hice y...—no pudo continuar, porque ella lo interrumpió.

—¡Oh! No se preocupé Uchiha-Sama, todo está bien—lo interrumpió deliberadamente. Ella no quería recordar lo que vivió, ni mucho menos recordar la infidelidad, unida a los insultos y maltratos.

—¡Hinata...! Yo creo que es mejor que nos quedemos juntos por el bien de los niños, yo quiero reconocerlos como Uchihas.

—No será necesario permanecer juntos para hacer eso—replicó la chica.

—Pero el clan de tu familia podría querer quitarles el nombre Uchiha y esta también lo del sello, será mejor que te quedes conmigo—argumento el azabache.

—Le doy mi palabra que no permitiré que nadie le quite a usted el derecho de paternidad. Mi padre me apoya en todo y de ser necesario, también puedo acudir al Hokage para pedir ayuda en caso que se presente un problema, lo cual es muy poco probable, dado que todo el consejo Hyuga, será reemplazado por nuevos integrantes y el sello quedará prohibido—Madara se quedó sin argumentos para exponer. Ella estaba muy segura al hablar.

—De todos modos estarás mas segura si yo mismo garantizó tu seguridad. Trataron de secuestrarte y  no quiero que les pase nada, ni a ti, ni a mis hijos—la ojiperla comenzó a molestarse, ella no regresaría a ocupar el lugar donde mantenía a su amante.

—¡Mire!  Me da mucho gusto que quiera y se preocupe por los bebés, después de todo, usted es el padre... nos guste o no. Pero por favor, no tiene ninguna necesidad de fingir interés en mí...Yo podré ser débil, frágil y patética, más no soy tonta y se entender las palabras dirigidas hacia mí. Creo que usted me dejó muy en claro el porqué se caso conmigo y el sacrificio que tuvo que realizar para llevar a cabo sus planes—le recordó dolida—El que ahora esté embarazada, no cambia absolutamente nada nuestra situación. Recuerde que todo comenzó de muy mala manera y no hay forma que algo así sobreviva. Como bien lo dije antes, pronto quedara libre de mi, para poder vivir su vida como mejor le parezca—Hinata contuvo las lágrimas que amenazaban con hacer acto de presencia. Le dolía demasiado recordar las venenosas palabras del Uchiha y de su amante.

Madara se estaba frustrando, sabía que ella tenía razón en estar muy molesta con él pero no podía decir que fingía. Él quería protegerla porque la amaba, incluso mas que a su propia vida.

—¿ES ESO LO QUE QUIERES? ¿PRETENDES QUEDAR LIBRE DE MI PARA CORRER A BUSCAR PROTECCIÓN EN LOS BRAZOS DEL SENJU? —soltó de nueva cuenta, sin pensar antes de hablar y levantando la voz debido a la impotencia, al quedar sin mas armas para que no lo abandonara.

Eso fue todo. Hinata enfureció, esa fue la gota que derramó el vaso y ahora todas sus emociones estaban latentes.

—Eso es lo único que le importa ¿verdad? —sonrió con amargura y levantó el rostro hacia arriba en un intento por contener las lágrimas, al percatarse de las intenciones del Uchiha—Debi suponerlo—murmuró, tomando aire—sin embargo y aunque no lo merece, le voy a dejar clara una cosa para que pueda tranquilizar su orgullo... No tengo ninguna necesidad de estar ligada a ningún hombre para buscar protección. El día que me case con usted, fue el día que usted se encargó de segar mi destino junto a mi sensei—limpio sus mejillas de la humedad debido a las lágrimas, mientras que su garganta se cerraba cada vez mas, por las remembranzas de lo que pudo ser, y que gracias a él, no fue.

—¡Tranquila!—trato de calmarla, pero ella no logró escucharlo.

—Realmente no entiendo su punto Uchiha-Sama, dado que fue usted quien salió ganando en todo... Consiguió vengarse de él y al mismo tiempo sus premeditadas acciones, le están dando la libertad que tanto le dolió perder. Es usted todo un maestro en el arte de la venganza, arruinó nuestro futuro, de modo que ya no podemos seguir el mismo camino, mientras usted no dejó de seguir con su verdadero amor—las ultimas palabras eran poco audibles, su llanto se había intensificado y comenzó a sentir presión en la cabeza. Tenía que calmarse por el bien de sus bebés—No se moleste en regresar a visitarme, los niños aún no nacen, así que no hay nada que pueda buscar aquí. El progreso del embarazo le puede ser informado por Sakura, o la misma Tsunade-Sama y una vez llegue el parto, tampoco será necesario que nos veamos las caras... alguien puede ser un intermediario para que usted pueda verlos—cuando terminó de decir todo quedó sorprendida, ya que ni ella misma pensó poder llegar a ser tan precisa. Pero que él le recordara que la única razón de su preocupación era seguir ganandole a Tobirama, la enfureció. Internamente le dio gusto que aceptara a los niños, pero con ella ya no tenía nada que tratar.

—Yo...—Madara intentó decir algo, pero ella no lo quiso escuchar.

—No deseó ser descortés, pero estoy algo cansada... ¿Me haría el favor de marcharse por favor?—el lider Uchiha cerró los ojos con fuerza. Esa no era su intención cuando entró a verla y ahora termino empeorando todo ¿Como podía pedirle que no la volviera a ver? Si antes de saber de los bebés, él ya la amaba.

La miró muy alterada cubriendo su rostro con sus manos temblorosas, quiso explicar lo de la supuesta infidelidad, pero no tenía ningún caso, puesto que ella no lo escucharía y tenía miedo que por su culpa estuviera en riesgo de enfermarse de nuevo... Extendió su mano hacia ella y antes de poder tocarla, se arrepintió. Suspiró cerrando los ojos y decidió salir dejándola a solas.

Cuando la Hyuga se percató de que se había marchado, se quebró aún más y se puso a llorar con todo el dolor que tenía por dentro. Permaneció en ese estado, hasta que el sueño logró vencerla.

[...]

Una semana después, Hinata se hallaba divertida con la discusión entre Ino y Shisui.
Los jóvenes llegaron a mostrar las invitaciones para la boda, como también, comida y dangos para comer con ella. La pareja lucía muy enamorada, hasta el momento que Shisui no permitió que su prometida terminara con todos los dangos y las golosinas, que llevaron para compartir con la ojiperla y las demás personas que estuvieran con ella.

—¿Cual es tu problema Uchiha? ¿Acaso no ganas lo suficiente para comprar mas?
Si es así, mejor dilo, porque estoy segura que mi padre estará contento de comprar para mi, lo que a ti no te alcanza—recalcó molesta.

Shisui se llevó las manos a la frente—¡Ino mi amor! No es eso y lo sabes, pero todo ese azúcar te puede hacer daño, también la cantidad de comida que estás comiendo últimamente. Recuerda que nuestra boda es en dos semanas y te quejarás si el vestido no te queda como tú quieres—añadió el Uchiha, lo mas suave que pudo con sus palabras.

—¿QUE? ¿ME ESTÁS LLAMANDO GORDA?  —Ino, comenzó a llorar escandalosamente, al mismo tiempo que el azabache trataba de abrazarla sin tener éxito.

Hinata sintió pena por Shisui. Las hormonas de Ino eran algo serio y su pobre novio era quien pagaba por los cambios de humor de la rubia.


[...]

Sasuke siguió los consejos de Shisui y preparó una cena romántica para Sakura.

—Todo esta listo, solo tienes que esperar a Sakura en la salida del hospital—le dijo Ino, luego de terminar de colocar las flores en la mesa. Shisui le sonrió levantando los pulgares y Sasuke rodó los ojos antes de dirigirse hacia el hospital.

...

Sakura se dedico a terminando de llenar los últimos documentos en el hospital, puesto que su horario del día, estaba por concluir. En cuanto terminó con sus labores, llegó la hora de la salida. Se despidió de sus compañeros y se fue hacia la puerta.

Parado en la salida, se encontraba Sasuke con una expresión imperturbable, pero tenía un brillo en los ojos que Sakura pudo distinguir. Su rostro se sonrojó al apreciar el hermoso ramo de flores que Sasuke tenía en la mano derecha y extendió hacia ella.

—Ven conmigo—ordenó el azabache y ella solamente se dejó llevar obedeciéndole.
La tomó de la cintura haciendo que la pelirosa cerrara sus orbes, sintiéndose en las nubes.

Llegaron al distrito Uchiha y se dirigieron al jardín trasero de la casa de Obito y Shisui, donde se encontraba una mesa con dos sillas y un gran arreglo de flores rojas.
En los lados se hallaban unas farolas para la iluminación. Sasuke abrió la silla para ella y luego caminó hacia la de él. Sakura permaneció boquiabierta, pues Sasuke nunca antes hizo algo parecido, ni siquiera cuando se entregó a él por primera vez.

—La mujer que miraste junto a mi, no significa nada en términos románticos, sin embargo, es una amiga al igual que los dos que también estaban con ella...yo mismo los mandé llamar. Karin es muy buena en seguir y percibir el chakra, así que la necesitamos en Konoha para lo que se nos viene encima—agregó el azabache—No obstante, eso no quita el hecho, de que Karin este loca y según ella es por mi, así que no deberá sorprenderte  que lo diga sin ningún reparo—el Uchiha habló serio y sin expresión, como siempre.

Ella se quedó pensando que Sasuke tenía razón, necesitaban toda la ayuda posible, para proteger Konoha y mirando cuanto se esforzó por explicar, terminó por ceder a él.

Los dos se tomaron de las manos, el momento era muy romántico, hasta que alguien se aclaró la garganta.

Sasuke activo el sharingan al mirar a Shisui vestido de mesero elegante y con una sonrisa cargada de burla hacia él.

Sakura comenzó a reír rompiendo el ambiente de romanticismo que se había formado.
Momentos después llegó Ino y se sentó junto a ella, mirando a Sasuke persiguiendo a Shisui, el cual amenazaba con contar a todos sobre la cena romántica.


[...]

Los días previos a la boda de Shisui, Izuna y Obito, llevaron a Akuma a los jardines del hospital. Esperaron a que no hubiera nadie por los alrededores y se tele transportaron, con el rinnegan de Obito.

Izuna la llevó en brazos a las bancas y Obito sostuvo al perro. Hinata estaba tan feliz que no pudo contener las lágrimas. Akuma estaba igual y se pego a ella sin dejar que nadie mas se acercara. Los cuatro cenaron en las bancas, Obito llevó comida extra para que la Hyuga le regalara al perro.

—Tsunade-sama, me permitió asistir a la boda de Ino y Shisui—les informó la joven feliz de saber que saldría del hospital por unas horas.

—¡HIME-CHAN ! Que buena noticia, eso quiere decir que ya pronto estarás recuperada—vitoreó Obito y ella asintió acariciando a Akuma.

—Ya todos pedimos permiso para ese día, así que ninguno de nosotros saldrá de misión—añadió Izuna, masticando un trozo de carne.

Continuaron así por un largo rato, hasta que llegó la hora de partir. Akuma se resistió, no quería despegarse de la ojiperla. Ella se acercó y le dio un beso en la cabeza mientras le decía que pronto se verían. El perro movió la cola y se dejó llevar por los Uchihas.


[...]


Tsunade le reiteró a la Hyuga que podría salir, siempre y cuando, siguiera los procedimientos adecuados, como no esforzarse ni permanecer de pie por mucho tiempo. Ella estuvo de acuerdo y le agradeció de nuevo.

...

Saskura y Tenten llegaron temprano para ayudar a la ojiperla a vestirse.
Hanabi le compro un lindo vestido de maternidad, aunque su vientre no era muy grande, Hanabi le aseguró que se adaptaría muy bien a su cuerpo. Las tres chicas serían las damas de la rubia y sus vestidos eran púrpura por petición de la novia.

El vestido de Sakura consistía de una sola manga en tres cuartos y se ajustaba a su figura por el corte de sirena, haciéndole ver muy sexy.

Tenten uso uno sin mangas con unas bandas que se abrochan tras el cuello, el corte al igual que el de Sakura, también fue largo y se ajustó a su esbelto cuerpo. Se veía muy linda con ese vestido, al igual que luciendo el cabello suelto y bien arreglando.

La Hyuga por su parte, pidió a su hermana, que su vestido fuera de manga larga debido a sus gustos conservadores. Hanabi siguió la orden de Hinata, pero no desaprovechó la oportunidad de hacer lucir linda a su hermana.

El vestido era largo y se pegaba resaltando sus curvas aún en el vientre, sin olvidar el escote que según Hinata, parecía que sus senos saldrían afuera. Toda ella era un conjunto de ternura y sensualidad a la vez... Se miró en el espejo tratando sin éxito de levantar el escote para cubrir un poco más.

—¡Hina, té vez preciosa con ese vestido! Definitivamente el embarazo te está sentando de maravilla—repuso Tenten mirándole por el espejo.

—Gracias... p-pero creo que es muy revelador, se ve mucho—se quejó la futura madre con las manos tapando su pecho.

—Bueno Hinata, si lo dices por tus pechos que parecen haber crecido una tercera parte, la  respuesta es si—confesó Sakura mirándose en el espejo.

—¡SAKURA ¡—reprochó la morena muy sonrojada.

—Sakura tiene razón, se te ven mas grandes—reiteró la castaña.

—Lo se Tenten, están muy sensibles y me duelen un poco—se quejó tratando de taparse.

—Chicas démonos prisa, que si llegamos tarde para ayudar a Ino-chan a vestirse es capaz de asesinar a alguien—advirtió Tenten.

—Lo se, la cerda da miedo cuando se enoja—añadió Sakura.

Sakura y Tenten se fueron a casa de Ino. Hinata deseaba irse con ellas, pero el camino no estaba cerca y no se pondría en riesgo caminando por tanto tiempo.

Tsunade le trajo una silla de ruedas y ella le agradeció. Solo tenía que esperar a Hanabi y a Ko, para que la empujaran.

La puerta de su habitación se abrió, Hinata sonrió esperando a Ko, pero quien llegó fue Obito acompañado de Kakashi.

Obito la tomó en brazos ignorando por completo la silla de ruedas.
—O-Obito-kun n-no es necesario que me lleves, Tsunade-sama trajo la silla, solo debes empujarla—le dijo la sonrojada joven, por causar molestias.

—Lo se Hime-chan, pero no la usaremos yo mismo te llevare. Yo sere  tu silla de ruedas—sonrió orgulloso y Kakashi puso los ojos en blanco, mientras sonreía bajo la máscara. Era realmente bueno tener a Obito de regreso.

—Hime-chan se ve hermosa—Obito no pudo evitar sonar como Tobi.

—Obito tiene razón Hinata-chan, luces muy linda—alago Kakashi.

—G-gracias us-ustedes se ven muy apuestos también.

Los dos vestían traje negro, la única diferencia entre ambos eran las camisas bajo el saco. Obito vestía camisa púrpura y Kakashi, gris.

La ojiperla sonrió al percatarse de la cantidad de miradas femeninas, que los dos atraían.

Llegaron a casa de Ino, donde ya la esperaban sus amigas. Obito con cuidado la colocó en el piso y se despidió de ella al igual que Kakashi.

—Vendré por ti antes de la ceremonia Hime-chan—grito Obito antes de salir.

...

Ino se hallaba parada frente a un gran espejo de cuerpo entero dentro de su habitación. Llevaba puesto un hermoso kimono color perla, con bordados púrpuras al igual que el obi. Su estómago dejaba ver su embarazo, del cuál se sentía orgullosa. El maquillaje consistia en colores suaves y el cabello estaba en media coleta, cayendo en rizos perfectos y bien marcados... Ino realmente, parecía una muñeca de colección.

—¡Ino cerda te ves hermosa! Ojalá que el pobre de Shisui-kun, no se arrepienta, ya que  con tu mal genio, ese hombre aguanta como santo.

—Cállate frentona  mi carácter no ha cambiado en nada—se defendió la rubia.

—Sakura —murmuraron Hinata y Tenten—Si llora arruinará el maquillaje.

Para su alivio, la rubia no prestó demasiada atención y continuó mirando su reflejo en el espejo.

—¿Puedo pasar? —preguntó el padres de Ino, entrando sin recibir ninguna negativa.
Saludo con una respetuosa reverencia a las amigas de su hija y se acercó a ella hasta quedar frente a frente.

—¡Hija mía te ves preciosa! —exclamo limpiando las lágrimas que derramó por mirarla vestida de novia.

—Gracias padre, pero no llores porque me vas a hacer llorar a mi también—se
abrazaron y cuando se separaron, Inoichi recordó a lo que llegó.

—Hija es hora de irse, vamos antes que se haga tarde.

Las tres chicas salieron tras Ino y su padre rumbo al lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia y la recepción, el cual era un hermoso parque con un techo, para algunas festividades. Estaba situado cerca de la torre del Hokage. Debido al Otoño, los días eran mas fríos, pero ese día estaba perfecto, ni muy frío, ni muy caliente.

Cuando bajaban y se dirigieron a la salida y la morena esperaba mirar a Obito, pero quien la esperaba era Izuna.

El Uchiha saludó con respeto a las jóvenes y a Inoichi, quienes le regresaron el saludo y se apresuraron a partir. Quedaron con Hinata en esperarla en la ceremonia.

Continuara.

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