Capitulo 10

Los personajes,de Naruto, no me pertenecen. Yo solo los uso para crear, esta historia, sin fines de lucro.


Una semana había transcurrido, desde que el lider Uchiha partió al país del hierro.
Mikoto lo reprendió diariamente, por su comportamiento áspero y amargando. Madara no estaba seguro que le causaba tanto enojo, pero su humor era temerario. Los lideres del lugar, no querían tratar mas asuntos con él, preferían a su hermana y a su cuñado. Cada vez que lo pensaba, llegaba a la misma conclusión, su mal humor se debía a la Hyuga, a quien no podía apartar de sus pensamientos. No miraba la hora de terminar con las negociaciones para regresar a su hogar, pensar en ella todo el día, no le agradaba y no estaba seguro a que se debía ese sentimiento.

[...]

Tobi continuó llevando a Hinata al restaurante de Ame. La chica se hizo amiga de la pareja y en especial del pequeño niño. Con los días, ella se ofreció a cuidar de el pequeño para que no pasara el día solo, sus padres se negaron debido a la pena de darle inconvenientes a la esposa de su líder, pero entre Tobi y Kenso, convencieron a Kento y a Ame. Esa misma tarde, la Hyuga salió del restaurante junto a Tobi y a Kenso, a quien sostenía de la mano feliz... Observaba las miradas que algunas mujeres jóvenes le lanzaron, no sabía porque, pero sentía que su presencia no les resultaba agradable. Sin prestar mas atención, siguió, hasta llegar a la mansión Uchiha.


[...]

Izuna permaneció con su rutina diaria, sólo se encargó de incluir, vigilar a la esposa de su hermano. Desde el día en que el Senju se presentó frente a ella, su curiosidad por esa mujer aumentó. Le desconcertó la manera que ella escondió sus golpes, esa era la mejor oportunidad que tenía de libertad y no hizo nada por evidenciar a Madara.

Día, tras día, la miró con su sobrino, el cual también lo dejó sin palabras, debido a la cercanía que mantenía con ella.

Suki le llevó sus comidas a diario y no perdió oportunidad para hablar mal de su cuñada. Él la ignoró, lo mas que pudo, pues ya sabía el motivo del despreció hacia la Hyuga. A él no le hacía gracia la presencia de Suki, no comprendió como su hermano, siendo tan inteligente, podía confiar en una mujer como esa, pues no disimulaba sus intenciones hacia él.

Se sentó frente a la ventana y después de un rato, escuchó risas y gritos divertidos. Frunció el ceño al mirar a su sobrino corriendo tras la ojiperla que sostenía de la mano a un niño, mientras rodeaban la fuente escapando de Tobi, que simulaba ser un monstruo para perseguir al niño y a la chica, los cuales reían divertidos al no dejarse alcanzar. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, al observarlos, pero se desvaneció al escuchar a Suki a su lado mirando lo mismo que él.

—La esposa de Madara-sama, se esta tomando demasiadas libertades. Ahora resulta, que trajo al hijo de Ame y Kento-san para cuidar de él. No creo que a Madara-sama le agrade lo que ella hace, mientras él se encuentra ausente solucionado asuntos importantes—soltó con desagrado.

Tsk Izuna chasqueó la lengua con molestia hacia ella—Si ya terminaste, te puedes retirar...de sobra sabes que no te soporto—resoplo Izuna, sin dejar de mirar hacia el jardín.

—¿Que te pasa Izu? No decías lo mismo cuando casi rogaste, para que aceptara ser tú esposa? —escupió Suki, con burla hacia Izuna. Si, Suki e Izuna, mantuvieron un noviazgo de mas de dos años. Los padres de Suki, murieron dejando su gran fortuna a su única hija. Suki no tenía necesidad de trabajar, pasaba los días divirtiéndose con amigas sin preocuparse por nada. Izuna la comenzó a tratar en una fiesta en casa de Shisui. Desde ese día comenzaron a salir,  hasta que Izuna pidió formalmente ser su novia. Él estaba perdidamente enamorado de ella y tiempo después, le entregó el anillo de compromiso. Suki aceptó haciendo feliz al Uchiha.

Después sucedió la pelea con Tobirama y a su vez, el regreso de su hermano.
Cuando se recuperó de las heridas, se encontró con el anillo que obsequió a su novia, al lado de su cama, pidió hablar con ella buscando una explicación. Sintió que su mundo se derrumbaría sin ella, le pidió pensarlo mejor, pues no podía ser, que de un día para otro, hubiese dejando de amarlo. Todas sus esperanzas murieron, cuando ella confesó estar interesada en un mejor partido... Su propio hermano Madara.

Desde ese momento, se encerró en si mismo lleno de odio. Nunca le confesó a Madara sobre Suki. Sabía de sobra que su hermano jamas la tomaría en serio, después de todo, ella era alguien que no valía la pena. El problema fue, cuando entró a trabajar en la mansión. Izuna se sintió mas molesto que de costumbre. Sabía de sobra que ella no necesitaba el trabajo, sólo lo hizo para seguir tratando de seducir a Madara. Él escuchó las veces que los dos tuvieron relaciones sexuales, pero de ahí no pasó, puesto que el lider Uchiha, mantuvo relaciones con muchas jóvenes. Con el tiempo, sólo sintió asco y despreció hacia su exnovia.

—¡Eso, fue antes de saber la víbora que eras y que sigues siendo!—exclamo desinteresado. Suki bufó molesta por las palabras de Izuna. Miró una vez mas por la ventana y se retiró muy molesta.

Supuso que con él, no obtendría un aliado para ayudar a deshacerse de la maldita  Hyuga, no obstante, con un poco de suerte, los chismes que regó por todo el distrito Uchiha acerca de ella y Tobirama, tendrían el efecto esperando.

[...]

Kenso esperaba por Hinata con Tobi en la mesa junto a la fuente. Ya habían pasado tres semanas de la partida del líder Uchiha. Kenso visitaba a diario la mansión, por petición de Hinata ya que en ausencia de Mikoto, no tenía con quien quedarse mientras sus padres permanecían en el restaurante. Tobi le contó, que Kenso y sus padres, vivían frente a Mikoto y era ella quien cuidaba al pequeño, mientras sus padres regresaban del trabajo.

Esa tarde, Hinata terminaba de dar los últimos toques a la merienda de Tobi y de Kenso, cuando Suki entró a la cocina.

—¿Todavía continúa cuidando del hijo de Ame? —cuestionó Suki a la ojiperla, quien de inmediato percibió el tono de despreció hacia el niño

—Así es, sus padres son muy amables conmigo al permitir que yo cuide de él—respondió Hinata sonriendo.

—Pues con todo respeto, no creo que a Madara-sama le guste que ese chiquillo esté aquí, todos los días—la morena guardó silencio. Ella no acostumbraba juzgar a las personas, pero algo en Suki no le gustaba, no sabía exactamente que era, pero estaba segura que Suki, solo sentía despreció hacia ella. Estaba acostumbrada a lidiar con ese sentimiento dentro de su propio clan y sabía que no se equivocaba. Ella siempre se caracterizó por su gran educación y sus buenos modales, incluso, con quien no lo merecía, pero una cosa es que la despreciara a ella y otra muy diferente, que menospreciará a un niño, que no hacia daño a nadie.

—Entonces Suki-san, yo enfrentaré las consecuencias de mis actos—salió hacia el jardín, sin mirar atrás, dejando a Suki con los puños apretados y un gran odio hacia la esposa del líder.

—Veremos cuanto te dura la alegría maldita mocosa—murmuro molesta cuando la ojiperla salía de la mansión.

[...]

Tres Uchihas llegaban a Konoha después de mas de tres semanas de ausencia. Las negociaciones entre los miembros del país del hierro respecto a dejar partir a una de sus aldeanas, tomaron mas tiempo del que los Uchihas pensaron.

Madara estaba de muy mal humor al igual que los días anteriores, su cuñado y su hermana viajaron junto a él, mientras el joven Uchiha y su esposa, llegarían al día siguiente escoltados por dos guardas que se quedaron con ellos.

El líder se despidió de Mikoto y Fugaku debido a que fue requerido, por el Hokage.

Hashirama informó al azabache, todos los pormenores de la investigación que mandó realizar. Las noticias eran muy desalentadoras, Orochimaru estaba de nuevo tras los miembros Uchihas, especialmente tras Sasuke.

Salió de la torre del Hokage horas mas tarde, se hallaba muy preocupado por los miembros del distrito Uchiha y en especial, por sus familiares. Se detuvo en un bar a tomar unos tragos, mientras pensaba en la manera de mantener a esa serpiente fuera de combate. Un fuerte trueno anunció la llegada de una gran tormenta se dirigió a pagar la cuenta y se marchó. Quería llegar antes de que la tormenta empezara. Akuma se ponía muy inquieto cuando llovía y él no estaba cerca.

Llegó y se dirigió hacia la vivienda de su hermana, dónde permaneció Akuma las últimas semanas, lo tomó y lo llevó junto a él a la mansión. Lo colocó en el gran porche, donde Akuma no se mojaría, ni pasaría frío, así que dejándolo tranquilo, entró en la mansión.

[...]

Suki miró llegar a Mikoto y a Fugakua, sabía que Madara también había llegado y decidió esperar por él. Tenía la intención de seducir al azabache esa misma noche.
Colocó unos líquidos afrodisíacos en una de las botellas del licor que Madara acostumbrada tomar. Si todo salía según sus planes, esa misma noche el lider Uchiha la haría su mujer.

...

Madara entró a la mansión y se dirigió a su oficina, aún seguía preocupado por la información sobre Orochimaru. Tomó la botella de sake y bebió el contenido, llevó la cabeza hacia atrás del sillón donde estaba sentado. Sus pensamientos bagaron de Orochimaru a la Hyuga, la entrepierna comenzó a molestar solo por recordarla. Se puso de pie para ir hacia ella. Al salir de su oficina se encontró con Suki en la oscuridad de la mansión.

—¿Que haces aquí? Se supone que ya deberías estar en tu casa—cuestionó, algo molesto por la presencia de la mujer a esas horas de la noche.

Suki se acercó buscando provocar a Madara, pero para su mala suerte, él no parecía interesado en ella. Entonces decidió atacar de diferente manera—Me alegro que ya esté de regreso, Uchiha-sama— afirmó con voz melosa y él continuó con su postura imperturbable—Usted es un gran líder, nos cuida y protege, todos lo respetamos y lo admiramos gracias a su dedicación... ¡Bueno...! Casi todos—el azabache resopló molesto. Estaba sintiendo el alcohol subiendo por todo su cuerpo, impidiéndole pensar con claridad.

—Habla pronto mujer no tengo tiempo para perderlo en tonterías—exigió Madara.

Suki sonrió—Bueno lo que pasa es...yo...no se como decirle—Madara se puso mas molesto

—¿Que quieres decir? habla de una maldita vez—grito, asustando a Suki.

—Cuando usted estuvo fuera, su esposa...su esposa...—Madara, la tomó de los brazos con mucha fuerza y la sacudió.

—Mi esposa ¿que?—inquirió con un rugido.

Suki estaba derramando lágrimas por el feroz agarre del Uchiha —Ella se encontró con Tobirama Senju y parecían amantes—lo escupió, con toda la intención de agravar la situación y aún sabiendo que no decía la verdad del todo.

El Uchiha activó su sharingan—LARGATE DE AQUÍ, LARGATE AHORA MISMO! —soltó in rugido aterrador. Suki se estremeció y salió corriendo, temiendo por su propia seguridad.

...

Hinata estaba sentada en la alfombra tratando de leer un libro, temía cada vez que había una tormenta, los relámpagos seguidos por los fuertes truenos, la asustaban mucho desde pequeña. El libro cayó sobre sus piernas, al mirar la puerta de su habitación siendo abierta con gran fuerza y frente a ella estaba Madara, con una mirada, que no logró descifrar. Trago saliva cuando fue tomada de sus muñecas, para ponerla de pie.

—Te preguntaré algo y por tú propio bien, espero que me contestes con la verdad—le grito frente al rostro, intimidándole aún mas—¿Te miraste con el Senju en mi ausencia? —preguntó con una sonrisa diabólica.

Hinata jadeó... no sabía que era mas aterrador, si los fuertes truenos afuera, o el aura demoníaca de ese hombre, sin embargo, sabía, que no tenía sentido mentir, de igual manera el resultado sería el mismo.

—Si, bueno el so...—un fuerte PLACK se escuchó, evitando que ella continuara con su explicación. Lo siguiente que sintió, fue el intenso dolor en la mejilla izquierda. La joven no se lo esperaba y perdió el equilibrio golpeando su frente contra la madera de una de las patas de la cama, haciéndole un corte en la piel que comenzó a sangrar.

Ella se hallaba aturdida, tratando de asimilar lo que sucedió, sintiendo el sabor metálico en su boca, cuando fue lanzada con gran fuerza sobre la cama.

—¡ERES UNA PUTA...!—grito tan fuerte como pudo, dejando aún más desconcertada a su esposa—¿Como te atreves a encontrarte con tu amante en mi propia casa?— comenzó a quitarse la ropa mientras la observaba mover las manos de forma extraña, estaba  tan enojado y a la vez tan caliente, que no podía pensar bien. Se acercó a ella y desgarró su ropa—Te cogeré tanto, que no tendrás necesidad de buscar a otro hombre.

Comenzó a besar y morder todo el cuerpo femenino que permaneció inmóvil ante su asalto, la penetro sin esperar a que ella estuviera lista, no se reconocía a sí mismo, dado que se hallaba demasiado caliente. La tormenta comenzó y los relámpagos y truenos se hicieron mas intensos, mientras él continuaba satisfaciéndose con su mujer.
Llevaba ya mucho tiempo y no lograba terminar, sin embargo, tampoco es que lo deseara. Tiempo después, se corrió dentro de ella por tercera vez en esa misma noche. Salió del interior de la Hyuga y se colocó al lado de ella, durmiéndose de inmediato.

...

Hinata hizo su jutsu con rapidez, no le importaba si el Uchiha la descubría, no quería estar consiente, ya no. Sus recuerdos viajaron hacia su madre. Cuando regresó a la realidad, aún continuaba conectada a ese hombre, así que regresó de nuevo.
No supo cuánto tiempo pasó, pero se levantó de la cama en modo automático. Se vistió con sostén y bragas que tomó de su cajón, seguido de un camisón de seda que le daba a la rodilla.

Flashback.

—Monstruos monstruos—aviso la pequeña niña.

—Mi niña... ya te dije que no existen los monstruos—otro fuerte trueno resonó, logrando asustar a la pequeña.
—¡Mama..!—grito de nuevo.
—Hinata mi amor, sólo son truenos que vienen por la lluvia, sabes que no debes temer, tú eres muy valiente mi pequeña luna, siempre debes recordarlo.

Flashback off.

—Si tan solo vivieras madre, si aún estuvieras a mi lado, podrías darte cuenta que los monstruos si existen. Si existen madre y no se cómo termine viviendo bajo el mismo techo de uno de ellos, el mas aterrador y despiadado. Me case con el peor madre. Uchiha Madara es un monstruo—un gruñido sacó a Hinata de su transe.

Sin saber como, ahora estaba  fuera de la mansión, bajo la fría lluvia completamente mojada. El gruñido resonó aún mas cerca de ella y en vez de sentir pánico, Hinata sonrió y camino directo hacia el animal. No tuvo miedo, solo sintió que su pesadilla estaba por terminar y pronto estaría de nuevo en brazos de su madre.

Miró fijamente a Akuma, mientras avanzaba hacia ella, observó hacia el cielo y se colocó de rodillas, movió su cabello para exponer el cuello del lado izquierdo, giró su cabeza al lado derecho y cerró los ojos—Espérame mamá, pronto estaremos juntasmurmuro en lo que esperaba su destino.

...

Izuna escuchó los fuertes gritos de su hermano, no sabía que estaba pasando, pero estaba seguro que no podia ser nada bueno. La lluvia caía, mientras los jadeos de Madara no dejaron de escucharse. Se levantó de la cama muy incómodo, camino de un lado a otro tratando de pensar que hacer, aunque la chica no grito ni se quejó, él sabía lo que estaba sucediendo.

De pronto, todo quedó en silencio, sólo se escuchaba el sonido de la lluvia acompañada de truenos, se sentó dispuesto a dormir, cuando se percató del sonido de una puerta abriéndose, momentos después, escuchó otra mas. Se acercó hacia la ventana y por fin pudo visualizar con claridad, lo que estaba por pasar. Abrió la ventana dejando la lluvia entrar, sabía que era demasiado tarde, que por más que corriera, no lograría llegar a tiempo para impedir su muerte, pero aún así no se detuvo y continuó corriendo hasta llegar y cuando finalmente lo hizo, se quedó sin palabras al presenciar la escena frente a él.

...

Hinata espero el dolor en su cuello, más no llegó... abrió los ojos y encontró a Akuma, frente a ella.

—¡Vamos se rápido¡ —le grito al perro. El animal se acercó peligrosamente hacia su cuello, comenzando a olfatearla y para sorpresa de la joven, el perro comenzó a mover la cola al mismo tiempo que lamia todo su rostro, como si se tratara de un cachorro—¡No-no-no por favor no te detengas! Hazlo, mátame —grito fuera de si, mientras el cielo parecía colapsar debido a la lluvia—Nadie te culpará... Mátame, no me falles también tu, se supone que me odias—Akuma continuó pegado a ella cómo si fuera su ama. La Hyuga grito empujando al perro—No me dejes aquí, sólo muerde por favor, sólo mátame—susurró despacio sin dejar de llorar. Miró los ojos del perro y se abrazó al cuello del animal, buscando consuelo para su herido corazón. Akuma se pegó mas a ella. La adrenalina que sintió en un principio, comenzó a abandonarla, al igual que sus fuerzas, el frío le caló hasta los huesos. Todo se comenzó a oscurecer y lo último que miró fueron los ojos de Akuma.

...

Izuna llegó justo en el momento que la chica se desmayo. Akuma soltó un aullido desgarrador. El Uchiha la tomó en brazos y la llevó hacia la mansión, seguido del perro que no parecía querer dejar sola a la joven. Corrió escaleras arriba hasta su habitación, la acostó sobre la cama y se fue hacia el baño, regresando con toallas para secarla. Akuma permaneció al lado de la Hyuga, en modo posesivo.

Izuna secó a Hinata lo mejor que pudo, observó el rostro golpeado de la joven y suspiró—Madara llegó muy lejos esta vez—añadió mirando hacia el perro.

[...]

Madara despertó con una punzada en la cabeza y se tocó las cienes buscando alivio. Unos toques a su puerta lo obligaron a levantarse, pasando junto al lado de la alfombra, donde dormía su esposa, pero ella no estaba. No prestó atención a ese detalle, pues ella nunca estaba cuando él despertaba... Al abrir la puerta se encontró con uno de sus trabajadores el cual sostenía un pergamino dirigido a él. El sello indicó que provenía del Hokage, lo tomó y después de cerrar la puerta, regresó a la cama para leerlo.

Al terminar de leerlo, cerró los ojos con molestia y entró al baño para tomar una ducha.

[...]

En la torre del Hokage se encontraba, Itachi, Takuma y Asuma. Los tres shinobis esperaban al líder Uchiha. Madara llegó después y observó a los tres ninjas, luego dirigió su mirada a Hashirama.

—¿De que se trata? —preguntó molestó. Hashirama los miró a los cuatro y comenzó a narrar lo sucedido.

—Partirán hoy mismo a Suna, la hermana del Kazekage sufrió un intento de secuestro... Shikamaru y Naruto ya deben haber llegado, ustedes deben encontrar la mayor cantidad de pistas para averiguar porqué están secuestrado a las princesas ¿Tienen alguna pregunta?—los cuatro ninjas negaron con la cabeza. —¡Bien! Entonces pueden partir, pero no olviden mantenerme informado respecto a sus avances. Recuerden, esta es una misión de alto riesgo y también requerirá de varias semanas... ¡Buena suerte a todos!—concluyó el Hokage.

Los cuatro hombres abandonaron la torre en completo silencio. Hashirama se tomó el puente de la nariz con cansancio. Solo esperaba que las cosas no se complicaran demasiado.

[...]

Izuna pasó la mano sobre la frente de la Hyuga y suspiró cansado. La fiebre por fin cedió. Él pasó toda la noche cuidando a la joven. Después de acostarla en su cama, Hinata comenzó a temblar e Izuna comprobó que estaba ardiendo en fiebre.

No podía buscar un médico hasta que pasara la tormenta, así que la tomó en brazos y la metió en la tina del baño. Con mucho cuidado le quitó el camisón, pero no se atrevió a retirar su ropa interior. La chica deliraba cosas sin sentido. Izuna observó molesto las marcas en el cuerpo de la chica.

Cuando la fiebre cedió, la envolvió en toallas y regresó a la cama con ella. La lluvia dejó de caer y no intentó arriesgarse a que la joven volviera a enfermar, salió a toda prisa, dejándola al cuidado de Akuma. Unos momentos después, regresó con una mujer de la tercera edad.

...

Hinata despertó sintiéndose algo mareada. De inmediato trató de levantarse, pero un peso extra en su mano la detuvo. Observó la cabeza del enorme perro recargada sobre el antebrazo.

Al sentir movimiento, Akuma se levantó y se acercó a ella para lamer todo su rostro. Hinata lo acaricio y mientras lo hacia, recordó todo de golpe. Trató de levantarse de la cama, tenía que salir rápido de ese lugar, no quería mirar a ese hombre, aún estaba débil, no podía soportar estar frente a él.

—No te levantes... aún estás enferma—le ordenó una vos masculina. La chica giró buscando al dueño de la vos y cuando lo encontró, se puso pálida. Miró con horror, que no estaba en su habitación sino en una diferente, una en la que nunca entró, quiso levantarse de nuevo, pero Izuna se lo impidió.

—U-Uchiha-sama, yo... lo siento mucho n-no se como...—la ojiperla no podía pensar con claridad. ¿Que estaba haciendo en la habitación de este hombre? ¿ Como llegó aquí? De pronto la puerta se abrió, dejando ver a una anciana. La mujer se acercó a ella y le tomó la temperatura. Sonrió feliz, al comprobar que las hierbas medicinales, surtieron el efecto esperado.

—Ya estas bien... iré a preparar el desayuno. No demoren, ella necesita alimentarse para que se recupere por completo—la anciana palmeó al Uchiha y salió dejándolos a solas.

Hinata se puso de pie y se miró que sólo estaba vestida con una camiseta negra, la cual le llegaba hasta la rodilla, se sonrojó y vio hacia abajo avergonzada. El azabache suspiró al notar la incomodidad de la joven—¿Que tratabas de hacer anoche? ¿ Porque querías morir? —la joven levantó el rostro asombrada.

—¡No -no-yo...—trataba de negar pero no pudo.

—Madara te golpeó ¿verdad?

—No él no me hizo nada— trataba de no hablar de mas.

—Basta...no me mientas. Los Uchihas podremos ser de lo peor, pero jamás golpeamos a las mujeres—afirmó sin dudar. Ella permaneció con la mirada en el piso, mientras Akuma se refregaba junto a su cuerpo—¡Escucha! Se que las cosas entre nosotros no empezaron de buena manera, lo haremos de nuevo... Mi nombre es Uchiha Izuna, es un placer conocerte— extendió la mano hacia ella, esperando respuesta. La morena tomó la mano masculina y recibió el suave apretón.

—Mucho gusto, mi nombre es Hyu, Hinata, es Hinata—Izuna noto el titubeo de la chica al decir su nombre, pues estuvo a punto de presentarse como una Hyuga.

—Anda ve a tu habitación y toma un baño. Ima se enojara si demoramos en bajar a comer. La morena se tensó sólo con pensar en regresar a la habitación donde seguramente estaría ese hombre—Mi hermano salió de misión esta mañana y no regresará pronto, no tengas miedo—Hinata asintió. Akuma lamió su mano y se pegó a ella—No estoy seguro que paso entre Akuma y tu, pero debo decir, que estoy sorprendido. Por lo que me han dicho, él nunca fue tan meloso con nadie y aún mas raro, dado que no eres Uchiha—ella no dijo nada y salió de la habitación de Izuna para entrar en la suya.

...

Cuando se metió al baño, soltó las lágrimas al mirarse reflejada en el espejo. Su mejilla estaba hinchada, con un moretón de color oscuro, su frente tenía un ligero corte bajo el flequillo y todo su cuerpo estaba con marcas de chupetones.

Tiempo mas tarde se vistió después de aplicar ungüento en las marcas y salió hacia el comedor, donde esperaban por ella.

Lo primero que miró cuando llegó, fue a Tobi parado junto a la mesa... él esperaba por ella. Corrió y se lanzó a sus brazos mientras derramaba amargas lágrimas. Obito sintió hervir la sangre al mirar a la niña con marcas de golpes en su rostro. Permaneció en silencio mientras le acariciaba el cabello.

—Tobi es un buen chico, Tobi no quiere que Hime-chan esté triste—la ojiperla limpió su rostro al sentirse mejor con ayuda de Tobi.

Ima puso la mesa para cuatro personas. La Hyuga se sentó junto a Tobi.

Desde su lugar, Izuna observó el comportamiento de su sobrino, hacia la joven. Él logró tranquilizarla, incluso logró hacer que dejara de llorar... Sin saber porque, sintió unas enormes ganas de golpear a Madara, como nunca antes la llegó a tener.

Los cuatro comieron en silencio. La chica le daba comida a Akuma de su plato y Tobi se sintió más relajado. Izuna y Tobi, presentaron a Ima con Hinata. Las dos congeniaron de inmediato. Ima le contó a la morena, que ella fue la nana de Mikoto y sus hermanos, luego, al morir los padres de Tobi y Shisui, también los atendió a ellos.

Las dos recogieron la mesa y la Hyuga, insistió en lavar los platos. Mas tarde, Ima y Tobi se despidieron de ellos.

[...]

Los días transcurrieron. Los golpes de la ojiperla ya no eran visibles y su convivencia con Izuna, mejoró muy rápido. Los dos hablaban de todos los temas. Visitaron a Mikoto junto a Tobi. La dama Uchiha lloró de alegría por mirar a su hermano pequeño actuar como antes. Shisui y Sasuke, no salían del asombro, mirando la forma en que la Hyuga, Izuna y Tobi, se comportaban, parecían amigos de toda una vida.

Nadie mencionaba al líder Uchiha y para la morena, fue de gran ayuda, dado que no quería verlo, ni siquiera, deseaba pensarlo. Curiosamente, cada día se sintió mas apegada a Akuma. El perro dormía junto a ella en la alfombra, Izuna insistió en que usara la cama, pero ella no acepto.

...

Izuna se hallaba sentado en los bancos de la cocina, mientras que Hinata decoraba un pastel. Akuma que estaba al lado de la morena, se levantó en alerta y dirigió su mirada hacia la entrada de la cocina, donde Suki, estaba parada mirando hacia ellos.

—Buenos días Suki san—saludo la ojiperla. Izuna arqueo una ceja al escuchar el escueto saludo de Suki hacia Hinata.  Suki avanzó hacia la chica, no obstante, Akuma se puso en medio, impidiendo su paso. El animal hizo un gruñido de advertencia. Suki retrocedió con miedo, apretó los puños molesta y miró a Izuna, que sonreía burlándose de ella.

—No será necesario que regreses— le informó Izuna, mientras aún la veía.

—Pero Madara Sama me encargo...—el Uchiha no la dejó continuar.

—Te encargó llevar mis comidas, pero supongo que ya no será necesario. Como puedes darte cuenta, no necesito que nadie me atienda, así, que ya no regreses.

—¡Pero yo!

—Tu nada, ya dije que no regreses—Suki miró con odio a Hinata, la cual permaneció en silencio acariciando a Akuma, apretó la mandíbula y salió de la mansión.

...

Cuando la morena, terminó con el pastel, Izuna le tomó la mano y la sacó de la mansión. —¡Vamos! Tenemos muchas cosas que comprar, Tobi, nos espera en el restaurante de Ame—la morena sonrió y siguió al Uchiha. Tenía varios días sin mirar al niño.

Izuna le pidió a Hinata que se adelantara hacia la tienda de comestibles, ella asintió y camino sola. Sintió que las miradas hacia ella, se hacían cada vez mas hostiles, pero no había nada que pudiera hacer.Tomo una canasta y leyó la lista que le dio el azabache.

En el pasillo de las carnes, un grupo de mujeres le impidió el pasó y sin querer causar problemas, se giró para regresar, sin embargo, dos chicas se pusieron frente a ella.

La joven se encogió de hombros intimidada y algo asustada.

—¡Miren a quien tenemos aquí!—dijo una de las chicas, causando que todas se rieran.

—¡Es la puta que engaña al líder ¡ No vales nada, ni siquiera eres digna de ser la señora Uchiha—le gritaron algunas de ellas, mientras que Hinata se aferraba a la canasta, mirando hacia abajo. Una de las féminas, se acercó a ella y le tiro la canasta de un manotazo. Hinata sintió un agarre, en su cintura, mientras la colocaron tras la espalda de alguien, tuvo miedo al mirar unos ojos rojos, pero pronto sintió alivio al comprobar que no era quien ella pensaba.

...

Izuna miró desde afuera del local como un grupo de mujeres rodeaban a la niña. Se lanzó como rayo, colocándose frente a ella.

—¡ IZ-IZUNA-SAMA! —dijeron asombradas, al mirar frente a ellas al apuesto hermano menor del líder Uchiha.

—Si me entero que alguien se atreve a faltar al respeto a la esposa del líder Uchiha, estarán en serios problemas. Ella es Uchiha Hinata. Por el bien de todos, será mejor que la respeten. ¿Les quedó claro?—preguntó con el sharingan activado.

—Si-si Izuna-sama—hicieron reverencias hacia él y salieron corriendo del lugar.

El varón se giró hacia Hinata—Dime ¿estas bien? —preguntó mirándola, preocupado por ella.

—Estoy bien Izuna-san, gracias por todo—Hinata agradeció con una sonrisa. 

—Vamos, todavía nos faltan muchas cosas que comprar—afirmó Izuna levantando la canasta para continuar.

[...]


Tobi los miró llegar al restaurante, dónde quedó de encontrarse con ellos. Los tres se sentaron en el fondo del lugar. Kenso corrió hacia la morena y se abrazó a ella.

Las personas no dejaron de mirar al hermano menor del líder, él era uno de los hombres mas guapos del distrito Uchiha, pero por desgracia, estuvo recluido mas de un año sin dejarse ver y ahora era todo un espectáculo. Todas pensaban que lucia aún mas guapo que antes. Los tres terminaron y salieron del lugar despidiéndose de Kenso y sus padres.

...

Cuando llegaron a la mansión, Izuna y Tobi ayudaron a la Hyuga a cocinar gran cantidad de comida, usando el pretexto de llevar a los trabajadores, la morena asintió.
Al terminar con la comida, los dos Uchihas pidieron a Hinata ponerse bonita.

—Anda Hime-chan date prisa, te llevaremos a un lugar especial—le ánimo Tobi.

—Estaremos en el jardín esperando por ti, no te tardes—pidieron ambos.

La morena subió de prisa para arreglarse. Tomo un baño rápido y se puso un lindo vestido azul con bailarinas blancas, su cabello estaba suelto y algo húmedo. Salió corriendo hacia el jardín. Ella pensó que irían a un día de campo o algo por el estilo y cuando llegó, se quedó perpleja mirando sin poder creerlo.

Una lágrima rodó por su mejilla—¡HINATA CHAN!gritó kiba, atrayendo la atención de todos los invitados. Kiba la tomó del brazo y la arrastró hasta las mesas que Izuna y Tobi colocaron.

Sakura, Ino y Tenten, corrieron hacia ella haciéndole imposible parar las lágrimas de alegría. Shino también la abrazó, aunque no de la misma manera que Kiba. Uno a uno, la fueron saludando, algunos mas efusivos, que otros.

La chica limpió sus lágrimas sonriendo hacia todos, pero al mirar en un punto, sonrió aún mas y se dejó llevar. Neji la tomó en brazos levantándola del suelo y girando con ella como si se tratara de una niña. No supo cuánto tiempo estuvo en brazos de su primo, pero no quería dejarlo ir.  Todos veían a los Hyugas, pero nadie dijo nada.

Izuna se aclaró la garganta para conseguir la atención de ambos. Neji la soltó y limpió sus lágrimas, dándole una sonrisa... Ino la tomó del brazo llevándola con ella pues todo era para darle un buen rato y no para melancolía.

Hinata no recordó cuando fue la última vez que se sintió tan feliz. Los chicos hablaban de todo lo vivido luego de su matrimonio y ella se sintió como en los viejos tiempos. Los únicos ausentes fueron Naruto y Shikamaru, quienes aún permanecían en Suna.

Hinata y Tobi llegaron con la comida, Tenten puso los platos y Sasuke y Sakura acomodaron el pastel.

Izuna y Tobi planearon todo sin que la joven sospechara nada. Izuna le pidió a Sasuke que les avisara a todos los amigos de Hinata y Tobi incluyó a Neji.

Los dos miraron complacidos lo feliz que estaba Hinata con la sorpresa, ella los abrazó a los dos y les agradeció entre lágrimas.

Estuvieron toda la tarde en la mansión Uchiha, hasta que llegó la noche y algunos se despidieron,  el primero fue Neji debido a su trabajo y en ausencia de Itachi no podía ausentarse por mucho tiempo, Hinata lo acompañó hasta la salida, le dio un beso en la frente y desapareció en una nube de humo. Kiba y Shino se despidieron de ella, prometido regresar con Kurenai. Choji, Rock Lee y Tenten se fueron tras Kiba y Shino, quedando solo los Uchihas y sus novias, las cuales interrogaban a Hinata sobre su matrimonio.

Izuna y Tobi rodaron los ojos, cuando Shisui y Sasuke, comenzaron a competir entre ellos.

Las chicas se fueron adentro de la mansión porque Ino necesitaba usar el baño.

Hinata entró primero, para asegurar que Akuma no atacara a sus amigas. Una vez adentro, Ino corrió hacia el baño tapando su boca.

Sakura miro a Hinata cuando escucharon a Ino volver el estómago. La Yamanaka salió del baño muy pálida—¿Que pasa cerda? ¿Acaso estás enferma?—cuestionó preocupada.

—Nee, no lo se frentona, desde hace días me siento extraña.

La Hyuga frunció el ceño y activó su byakugan. Después de mirar el cuerpo de su amiga, desactivó su línea de sangre y se llevó las manos a la boca—¡Ino..!—exclamó asombrada.

Ino y Sakura siguieron la mirada de la ojiperla—Ha cerda—Sakura se silenció.

—No-no, esto no puede ser ¿Que voy a hacer ahora? —Ino lloraba con las manos en su vientre.

Continuara.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top