4. Herir a Russo

Los ojos de Russo me miran como si fuese a saltar en cualquier momento y arrancarme los ojos con sus propias manos.

Sería entonces el momento apropiado para desquitar tanto odio que tengo guardado en mí.

Pero lo que consigo terminarme de creer es la persona con la que está. Debo echarle varias veces un vistazo para estar seguro de que no es ella.

De que no es Laura.

Pero no entiendo cómo carajos ha conseguido a alguien con su increíble parecido físico que corroboro además en su modo de ser con la manera de sonrojarse en sus mejillas y con los ojos de cachorro herido que miran a uno y a otro brillando sus pupilas dilatadas.

Debo hacerle reaccionar.

Debo joderle la vida a Piero Russo.

Como me la jodió a mí, se la jodió a ella y probablemente a muchas otras personas que no lo saben aún o que no se dieron a conocer hasta el momento porque es lo hace una persona con tanto poder. Tapar la mugre que dejan haciendo que otros barran bajo la alfombra.

Doy un paso hacia adelante y lo enfrento:

—¿Quieres trío?

Para mi sorpresa se mantiene impasible a excepción de una vena que late en su cuello mientras se mantiene firme y listo para dar pelea.

—No con ella—responde—. Ni contigo. Ya puedes irte.

El imbécil tiende un billete en mi dirección que se lo recibo, por qué no, ja. Tú no me das órdenes maldito hijo de perra.

Me vuelvo a la chica que me ha mandado a llamar, después de todo, es con ella con quien tengo mis planes para hoy:

—¿Segura quieres que me vaya, cariño?—le pregunto, notando que se acomoda un mechón de cabello con suma inocencia detrás de una oreja y me mira como si estuviese lista para que le meta la verga en la boca, caray, es terriblemente caliente. Me vuelvo a él con un gesto despectivo—: ¿O le harás caso a tu novio?

Estoy seguro de que una parte de ella está tan caliente ahora mismo con mi bulto al frente que debe morir de ganas tanto como yo de liberar mi verga endurecida y darle una buena lamida. Pero también está la inútil compañía que ahora está al otro lado a la espera de que la tierra se abra y me trague hasta el magma en el centro del planeta.

—Vamos, linda—la provoco aún más. No mueve su cabeza en cuanto mi pack queda rozando sus labios carnosos e hinchados—. Toma una decisión. Tengo un lugar que te fascinará si decides acompañarme y puedo hacerte precio.

Sobre todo después de que el cabrón ya me ha pagado.

Pero ella observa mi bulto y respira con agitación.

No obstante, siento un empujón de costado que me obliga violentamente a retroceder...

—¡Te dije que ella está conmigo, carajo!

Eso es, maldito, reacciona, hazlo. Vamos.

Quiero joderte y para eso no dejaré que me metas en problemas tú a mí, aún considerando el lindo show que se está montando tras nosotros, con Dana y su amiga arriba del ring peleando embadurnadas en vaselina y semi desnudas.

—Amigo, cálmate—vocifero, dejando entrever notas de sarcasmo.

Sin embargo, el matón de la sala se acerca interponiéndose entre ambos y clavándose para evitar que el lío se siga haciendo cada vez mayor.

—¿Va todo bien por acá?

—Lo mismo me pregunto yo.

—¿Qué hiciste esta vez, Adriano?

¡¿Qué carajos?!

—Juro que no hice nada—soy cien por ciento sincero, pero la furia vuelve a ser una amenaza contra mis impulsos.

Esta vez la chica se levanta y se arma de valor para contestar:

—Yo le pedí que viniera.

Me meto al camerino dándole un puñetazo al camerino en busca de mis cosas. ¡Maldito Piero Russo y todas su jodida cuenta bancaria que todo lo puede! Inclusive poner en mi contra a mis propios compañeros y lugar de trabajo.

—Amigo, tienes que controlarte.

—Al carajo todo.

Marco intenta detenerme tras sacarme la puta ropa interior de cuero y enfundarme en mi ropa deportiva nuevamente. Busco las llaves de mi motocicleta, pero esta vez tanto Noán como Marco me frenan sujetándome de brazos y espalda:

—¿Qué carajos te sucede?—insiste Noán—. Te harás daño si conduces con ese enojo encima, hermano.

Entonces no lo soporto más.

Suelto un bufido y le digo:

—Ese maldito hijo de perra estaba con Laura el día en que desapareció.

Ellos parecen no captarlo de inmediato.

—¿La escritora?—pregunta Marco—. ¿La que...nunca te animaste a invitar a salir?

—A la mierda con eso.

—Caray, bro, ella eligió. Y eligió a alguien que creía que estaba a su altura. Ya sabes, una mujer exitosa se mete con los suyos.

—Me he acostado con mujeres adineradas—interviene Noán—, es común que busquen satisfacción sexual intensa. Que yo puedo darles. Pero sólo quieren eso, sexo y ya. Y nosotros buscamos el dinero. Déjalo estar de una vez.

—No—me opongo—, no lo entienden. La chica que estaba con él también corre peligro.

—Con más razón, hermano. Aléjate de ella.

No obstante, aprovecho que aflojan la fuerza para soltarme de ambos y salir del maldito club sin mirar a nadie. Busco mi motocicleta y sólo soy capaz de pensar en la chica.

¿Cómo putas lo consiguió?

¿Cómo hizo para encontrar a otra víctima idéntica a ella?

¿Cómo logra que todas queden a sus pies?

Si de algo estoy seguro, es de que la advertencia no ha hecho más que darme mayor certeza de que no dejaré ir esta segunda oportunidad.

No otra vez.

Debo encontrarla como sea.

No tiene idea a lo que se expone, por algo esto está sucediendo ahora, luego de tanto dolor y tanto arrepentimiento, ¡por todos los demonios!

Aléjate de ella.

Aléjate de ella.

Aléjate de ella...




_________________

#PieroRusso #TodoTuyo

www.instagram.com/luisavilaok

https://youtu.be/5ds2wQO2QCI

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top