Con las manos esposadas en su espalda, la chica cae sobre la cama, boca abajo, con las rodillas afirmadas sobre el colchón y hundidas entre las sábanas almidonadas.

Russo la toma de la trenza armada con su cabello oscuro como la noche y ella se levanta dejando escapar un jadeo entre sus gruesos labios pintados con rouge, sintiendo con deseo imperioso el miembro viril del magnate que se presiona tras su bóxer corto de neopreno negro.

Él contempla la manera en que las uñas de la chica se clavan en sus propias manos mientras la jala con mayor intensidad, presionándose contra ella y dejándola caer nuevamente sobre las sábanas. Sus ojos examinan con lascivia la manera en que el sexo de la chica palpita húmedo e hinchado ante la necesidad de tenerlo dentro. Se inclina sobre éste y con la punta de su lengua juega haciéndola tiritar de la excitación, penetrándola con su boca, deleitándose con el néctar sabroso de su cuerpo.

—Por favor...—suplica ella, al sentir los dientes de él mordisqueando su sexo.

Él le da una palmada en sus glúteos, aferrado a ellos mientras devora su entrepierna y enloquece metido en el Edén de su carne.

El clítoris es estimulado con los dedos de Piero que la presionan, pellizcan e intensifican la cantidad de sensaciones que se liberan a medida que juegan con su botón sensible.

Una vez que sabe que está lista, se aparta e inserta un plug en ella para seguirle torturando, antes de salir a dar un paseo por el fuego.

Al principio, la chica sólo suelta un gimoteo hasta que Russo la escucha gemir de placer tras encender el modo vibratorio. El estallido de estímulos la obligan a morder las sábanas porque no quiere dejarse ir antes de que él esté dispuesto a dar lo que tiene para ella, el magnate no es una persona que le guste jugar a expensas de su propia satisfacción.

El problema es que la suma de estímulos parece ser vilmente peligrosa.

—Por favor, voy a...—insiste ella.

Y él apaga el modo vibratorio.

La joven aprovecha para respirar de modo entrecortado, rastreando algo que aclimate su interior ardiendo, en busca de una pizca de sensatez...

...demasiado poco el tiempo ya que la peor parte de la tortura llega cuando es sorprendida por Piero quien entra con fuerza en su sexo dilatado. Los tejidos hinchados y palpitantes de la piel trigueña enrojecida de ella se contraen al sentirlo dentro, llevándola a sentir el máximo placer que la carne puede ofrecerle.

La satisfacción de sentirle dentro se suma a la excitación que le produce sentir a Piero jalándola de la trenza y obligándola a arquear su espalda, con su boca explorando la piel de su espalda.

Él entra con la bragueta desprendida del bóxer chock de cuero y la rodea con sus brazos por el torso, presionando sus senos duros.

—¿Te gusta...?—le pregunta contra su oído una vez que la tiene redimida contra su cuerpo, al tiempo que la piel de ambos se golpea en la zona de los muslos.

Ella sólo consigue gritar y gimotear de placer mientras Russo la coge con fuerza siendo duro en cada embestida...como a ella le gusta. Explorando cada límite insospechado en oleadas de placer que marcan su destino a perder la cordura.

Él le da una palmada contra sus nalgas, esta vez más fuerte, sin soltarla de su torso, ante la imposibilidad de sujetarse con sus propias manos. Le gusta que esté entregada a toda su voluntad.

—Me...encanta...—admite ella con un ronroneo, en busca de llamar a la sensatez para articular palabra alguna en medio de las rudas olas de placer.

Una de las manos de Russo la atrapan por el cuello haciéndola girar el mentón. La boca de ella busca la de él, en un beso de costado que se ve infructuoso ante la imposibilidad de ambos por detener las duras embestidas. Ella grita al sentir su rudeza.

Él enloquece con cada súplica.

Ella siente dos dedos que entran por su boca y los chupa con frenesí.

Él siente sus huevos hinchados presionados contra el sexo de ella penetrándola en movimientos circulares.

Ella sabe que no puede contenerse más y deja escapar un fuerte gruñido con los dedos de Russo llenándole la boca.

Él sabe que está listo.

Y ambos se dejan fluir entre duras embestidas que conducen el camino al infierno bajo los peldaños del ardor...

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#TRILOGÍA #PieroRusso #TodoTuyo

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Narración explícita +18

Si eres muy sensible, puede que este libro te traume un poco

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