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4 meses han pasado, y las cosas se fueron acomodando, los días en los que Zenitsu viajaba en moto con Gyuutaro eran los más hermosos de su vida, el la llevó a conocer muchísimas partes de la ciudad, y no hay en la ciudad dos almas más afines que ambos

Uzui comenzó a crisparse, constantemente le piden a Tanjiro y a Inosuke que le saquen información a Zenitsu de alguna forma, pero simplemente parecen ser solo una pareja feliz, y cada día sospechan mucho más que Gyuutaro por más ejecutor que sea, la adora, y que Uzui a pesar de su Poly relación, quería algo con la rubia

Y por otro lado, Kaigaku no soportaba más la felicidad y el hecho de no poder hacer nada contra la rubia, así que, si ya tiene fama... Daría el pitazo

Con una capucha se dirigió a la zona más apartada de la ciudad, pensando en cómo diría las cosas, pero fue encontrado por el hombre que más le atraía en el mundo

-Por estos lares de nuevo? Después de ser doble ajente nadie va a confiar en tí

-Michikatsu

El chico cuando lo veía, así de varonil y decidido no podía dejar de ansiar sus labios, lo primero que hizo fue besarlo y dejar que lo tomara en sus brazos

Porque ese era amigos, la madre del cordero, Kaigaku odiaba a Zenitsu por su género, Y por su libertad de amar, ella si podía ser ingenua, sumisa y estar con un chico y besarlo como quería cuando quería, el debía estar en las sombras o su masculinidad se vería en juego, incluso riesgos de ataques solo por amar, Kaigaku la odiaba, por los privilegios que una mujer posee en el mundo de mierda que encasilla a los hombres a ser perseguidos si captan algo de sensibilidad proveniente de ellos

-Entonces?

-Debo hablar con el jefe, tengo información de uno de los suyos

El hombre Asintió y lo condujo dentro del lugar, mientras más habitaciones pasaban, parecía que se volvía más y más lujoso con un toque de misterio, hasta entrar hasta donde rodeado de dos mujeres, el hombre de los ojos rojos le sonreía, hizo un gesto con las manos y las dos mujeres se pararon inmediatamente, dejándolos solo a los tres hombres

-Tienes muchas agallas para venir acá, todo el mundo en el pueblo sabe que eres un traidor, quizá hasta tu abuelo y por eso se consiguió esa niña boba

El comentario fue rudo y lo detestó, sin embargo, le sonrió al hombre

-Es precisamente de ella de quién vengo a hablarle, porque no sabe lo que acaba de ocurrir

-Y qué querré saber yo de una rubia tarada como ella? Me habrá hecho un dibujo con sus crayolas?

-No, está saliendo con una de sus lunas

Eso llamó la atención del hombre de inmediato, sabía que una niña como ella debía tener a la gente de Yoriichi rodeándole, y no podía dejar que algo así suceda

-Quien exactamente?

-Gyuutaro, fue a mi casa a advertirme que debía cerrar la boca, se atrevió a decirme que Akaza estaría de su lado, y creo que él también tiene a alguien

El hombre guardó silencio, para luego sonreírle

-Debes de odiar mucho a tu hermana como para hacer todo ésto

-Si... Y también mantengo mis prioridades, ella puede lloriquear y no va a salir de eso, pero si no le decía algo en el momento, como cómplice tendría un castigo, aún si no estoy dentro se lo que me conviene

El hombre volvió a sonreírle y le dió la espalda

-Gracias por tu información y... Aparente lealtad, no voy a olvidar éste gesto, pero necesito que salgas de mi vista inmediatamente, los traidores como tú me enferman

Con una reverencia el chico se fué, Michikatsu salió detrás de él, y casi de inmediato al cerrar la puerta se escuchó como un vaso se rompía dentro de la habitación

Sus dos hombres más leales, uno codeandose con chica que sabía estaba rodeada de sus enemigos, y el otro lo más seguro que en una situación similar, ésto adelantaba sus planes, si no actuaban ahora no sería jamás

No había tiempo para tonterías, era hora de por fin, tomarse la ciudad

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-Ya terminaste?

-Si, hoy no voy a ver a Zenitsu, pero iré mañana, hmm~ cómo adoro sus piernas~ me dejó acostarme en ellas ayer~  y a ti que tal te va con esa profesora?

-Ahg ni me lo recuerdes, la cagué estrepitosamente porque acabó por gritarme, así que supongo que no debo pujar más

-Lo siento amigo

-Si, ésto va a dolerme un tiempo, pero verás que se va a pasar

Al cerrar de su estudio sintieron un sudor frío en su nuca, y la voz de su jefe en sus espaldas

-Entremos de nuevo... Les parece?

Abrieron nuevamente y entraron, y su jefe llevó a más de diez hombres dentro también, queriendo solamente "charlar de forma amistosa"

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