27. Contigo
❀ Fluff, romance
❀ Idol!au
❀ Sexo implícito
❀ 1900 palabras
Chanyeol se despertó gracias a la alarma que había programado para que sonara al menos cinco veces seguidas.
Miró el móvil y se dio cuenta de que era la cuarta vez que sonaba la alarma y que estaba muy cerca de levantarse tarde, así que saltó de la cama con la emoción recorriendo su cuerpo y se metió en la ducha con una sonrisa. Sabe que su hermana lo miró como si le hubiera salido una segunda cabeza, porque era demasiado temprano para que Chanyeol estuviera despierto, y no solo eso, sino que además, se metía directamente en la ducha y con una sonrisa.
Lo que su hermana, quien por cierto, estaba de visita en su piso y se iba esa noche, no sabía, era que Chanyeol tenía una cita.
Chanyeol tenía veintisiete años y llevaba dos trabajando en la industria del entretenimiento como asistente de producción y compositor. Ciertamente el primer año y medio no compuso nada que le aceptaran en la empresa, enfocando más bien su carrera en su trabajo de asistente. Pero hacía poco que al fin habían empezado a aceptar sus composiciones, y de hecho, hacían elegido una para que fuera el single principal del nuevo álbum de uno de los artistas más importantes de la empresa.
Byun Baekhyun era el solista más codiciado de su empresa. Una voz incomparable, un carisma atrayente, su aspecto impecable y su personalidad brillante hacían que todos cayeran rendidos a sus pies. Y Chanyeol no era una excepción.
Ya había visto al guapo solista alguna vez por los pasillos y en el estudio de grabación, y se había quedado encandilado de su voz dulce y algo rasposa que era como un imán. Pero no había tenido que trabajar cerca de él hasta que eligieron su canción como la principal del álbum.
Byun Baekhyun trabajando codo con codo con él para pulir los detalles de la canción, sonriéndole, riéndose con sus chistes y haciéndole algunos al propio Chanyeol, sus charlas hablando de todo y nada. Eso fue lo que hizo que el corazón del compositor dejara de latir por lo guapo que era el otro y empezara a latir por algo más profundo y significativo.
Ese día, Baekhyun tenía una grabación en un programa de música. Habían quedado en verse allí y después marcharse en el coche de Chanyeol para ir a comer a algún lugar. No sabía si el cantante le estaba diciendo eso para celebrar juntos lo bien que le había ido con su canción, al fin y al cabo, Chanyeol era el compositor y productor; o si le estabas pidiendo una cita y lo estaba enmascarando detrás del trabajo. Chanyeol prefirió pensar que era lo segundo, pero aceptó sin pedir explicaciones. Simplemente el saber que iba a estar con Baekhyun a solas un poco más le hacía feliz.
–Estás terriblemente contento para ser esta hora –comentó su hermana mientras desayunaban–. ¿Pasa algo bueno?
–Mi canción está nominada a número uno hoy, y voy al programa a ver el resultado –mintió a medias, pero la mirada que le lanzó su hermana le dijo que no había colado.
–Bueno, sabes que me vuelvo hoy a casa, así que tienes el piso desocupado esta noche para lo que te haga falta.
Chanyeol tuvo la decencia de sonrojarse antes de mandar a su hermana a pastar. La dejó riendo en voz muy alta mientras él salía por la puerta, directo a su coche y al programa.
La verdad es que, técnicamente, Baekhyun no había dichi que era una cita. Sí, habían flirteado un poco durante el trabajo, pero Chanyeol siempre lo achacó a la personalidad del más bajo y no a que realmente estuviera interesado en él. Eran amigos, eso sí, pero cuando uno queda con sus amigos no es una cita.
Chanyeol suspiró después de aparcar, esos pensamientos dando vueltas y vueltas a su cabeza. Fue al salir del coche y alzar la vista cuando vi el pequeño puesto de flores. Probablemente en otro momento no se habría fijado, pero dado que Baekhyun competía ese día por el número uno, vio adecuado llevarle flores, tanto si ganaba como si no.
Así que se acercó a la señora que vendía los ramos para preguntarle. El pequeño ramo de rosas llamó su atención y, a pesar del sonrojo que adornó sus mejillas con el comentario de la mujer sobre el significado de las rosas en el lenguaje de las flores, Chanyeol las compró porque eran las más bonitas. Y Baekhyun, para él, merecía unas flores igual de bonitas que él.
El programa estaba a punto de acabar cuando entró. Baekhyun estaba en el escenario con los otros artistas, esperando el veredicto. Chanyeol tuvo que recordarse que las flores eran una cosa delicada y que no debía estrujarlas con los nervios. Podía ver el gesto de Baekhyun, serio y nervioso aunque tratara de ocultarlo.
–El número uno es para... ¡Byun Baekhyun!
Todo explotó en ese momento, el confeti, la música y los vítores. Baekhyun sonreía y daba las gracias, inclinándose mientras recibía el premio y un gran ramo de flores.
Chanyeol miró entonces su ramo. Era pequeño en comparación con el que acababan de darle, y se sintió algo idiota. ¿Para qué iba a querer Baekhyun eso si podía tener otros ramos mejores y más grandes? Así que, antes de que alguien lo viera, volvió al coche, dejó las flores en el suelo de los asientos posteriores, y entró en el edificio, fingiendo que acababa de llegar.
–¡Chanyeol! –lo saludó Baekhyun, lleno de energía y rebosante de felicidad–. ¡Chanyeol, he ganado! ¡Tu canción ha ganado!
–¡Enhorabuena! –lo felicitó con una sonrisa–. Siento haber llegado tarde, pero me alegro mucho, te mereces que se recompense tu talento.
–Ha sido gracias a lo buena que es tu canción –le replicó el más bajo con sus ojos cerrándose en medias lunas brillantes–. Tengo hambre, ¿vamos a comer?
–Como desees –respondió Chanyeol como si fuera su sirviente, y Baekhyun rió abres de seguirlo hacia su coche.
Una vez dentro, Baekhyun se giró desde el asiento del copiloto para dejar las flores y el premio en el asiento de atrás y volvió a mirar al frente, todo sin perder su sonrisa.
–Quiero barbacoa, ¿me llevarás a un sitio de barbacoa? Me apetece mucho.
–Podemos ir al que queda cerca de Suseo –asintió el alto, y pus rumbo allí.
Las carreteras de Seúl nunca están tranquilas, pero en hora punta menos, y se encontraron un pequeño atasco antes de llegar. Chanyeol llamó al restaurante mientras estaban parados para reservar mesa y decir que probablemente tardarían un poco en llegar debido al atasco. Al colgar, suspiró con hastío.
–Odio los atascos –murmuró.
–Podemos hacer algo divertido –sugirió el más bajo–. ¿Quieres jugar a verdad o atrevimiento?
Chanyeol lo miró con la ceja alzada, pero Baekhyun parecía hablar en serio, así que asintió, para delicia del más bajo.
–Bien, empieza preguntando tú, ya que yo he sugerido el juego –le dijo–. Elijo verdad.
–Mmmmm... –Chanyeol pensó momentáneamente antes de elegir una pregunta–. ¿Te has equivocado hoy en el programa?
–Sí –respondo el otro sin dudar–, he dado mal un giro y casi le doy un codazo a Jenni en la cara –sonrió entoces–. Te toca, ¿verdad o atrevimiento?
–Atrevimiento.
–Te reto a tocar el claxon.
–¿Para qué? –preguntó extrañado Chanyeol.
–Solo hazlo –insistió el otro.
A Chanyeol no le gustaba hacer ruido sin motivo, pero tocó el claxon y Baekhyun aplaudió, encantado.
–No le veo la gracia –admitió el alto–. Tu turno, ¿verdad o atrevimiento?
–Verdad.
–Cobarde –le sacó la lengua Chanyeol–. ¿Esto es un almuerzo de trabajo?
Baekhyun lo miró intensamente un momento antes de responder.
–No.
Y esa silla sílaba tenía tanto poder que lo dejó sin aire. Baekhyun lo miraba con ojos brillantes, y Chanyeol tuvo que mirar a la carretera y recordarse cómo conducir para mover el coche el medio metro que había avanzado la cola.
–¿Verdad o atrevimiento? –escuchó la voz de Baekhyun.
–Verdad –respondió sin mirarlo aún.
–¿Por qué te fuiste antes del programa? Te vi, pero cuando volví a mirar no estabas –Chanyeol se giró para mirarlo, Baekhyun tenía los ojos brillantes fijos en él–. Me entristeció.
–Yo... Tenía unas flores pero me sentí ridículo y poca cosa, y volví para dejarlas –no sabía por qué estaba siendo tan sincero, quizá por el juego, pero no podía evitarlo
Baekhyun lo miró, extrañado, y se giró hacia la parte trasera. Allí divisó el ramo y lo tomó con delicadeza del suelo, colocándolo en su regazo y admirando las flores. Las tocó delicadamente con sus finas manos, antes de volver a mirar a Chanyeol,v quien había vuelto a avanzar y a detener el coche.
–Pregúntame –le pidió Baekhyun, girándose en el asiento para mirarlo–. Pregúntame qué elijo –Chanyeol se sintió un poco decepcionado de no haber conseguido una reacción mayor, pero entendía que su ramo era pequeño.
–¿Verdad o atrevimiento?
–Atrevimiento.
Y antes de que Chanyeol pudiera pensar una pregunta, Baekhyun se agarró del respaldo de su asiento y, de un movimiento fluido, se impulsó para hacer chocar sus labios con los del compositor.
Si antes en el programa todo había explotado, no tenía nada que ver con la manera en la que su mundo hacía chiribitas con los labios de Baekhyun contra los suyos. Al principio, solo fue una presión de labios contra otros, pero pronto Baekhyun los movió, buscando más, y Chanyeol se lo devolvió todo.
Cada caricia, cada roce de lenguas y cada gemido quedo, todo era perfecto igual que sus bocas, que encajaban de manera inmejorable la una contra la otra. No podía pedir nada más, o eso pensaba, hasta que la lengua de Baekhyun se introdujo en su cavidad y él tuvo que venir en voz alta.
Se separaron por el claxon del coche de atrás, que reclamaba que se movieran porque la cola había avanzado. De hecho, el atasco finalmente terminaba y ellos podían seguir su camino al restaurante.
–Siento haberme ido –dijo Chanyeol después de un rato, pasándose la lengua por los labios aún algo hinchados–. Me daba vergüenza que pensaras que era poca cosa y, bueno...
–¿Que me arrepintiera de querer salir contigo? –Baekhyun terminó la frase por él y Chanyeol solo pudo asentir–. Chanyeol, no iba a dejarte plantado por eso, me gustas demasiado. Además, las flores son preciosas.
–¿Qué? –habían llegado al restaurante, pero Chanyeol no estaba interesado en aparcar.
–Las flores, me gustan mucho –Baekhyun sonrió–. Gracias.
–No, eso no, lo anterior –Baekhyun sonrió con picardía, volviendo a inclinarse peligrosamente sobre él.
–Me gustas mucho, Chanyeol -susurró casi sobre sus labios-. Muchísimo.
Volvió a tomar sus labios, pero esta vez fue lento y pausado, como si tuviera todo el tiempo del mundo para mostrarle a Chanyeol por medio de sus labios la verdad en sus palabras. Al separarse, Chanyeol lo miró a los ojos, extasiado.
–Tu también me gustas –respondió con la respiración algo alterada–. Mucho.
Baekhyun sonrió entonces con una de sus sonrisas más brillantes y dejó un beso suave en sus labios.
Más tarde, ya de vuelta en el piso de Chanyeol, y después de haber hecho lo que su hermana insinuó aquella mañana, el alto sonrió mientras abrazaba al cantante, lleno de felicidad.
Porque si es contigo, le había dicho Baekhyun, puedo enfrentarme a lo que sea.
Y Chanyeol tuvo que besarlo, no sin antes decirle que para él, también era así.
Llego un poco tarde, pero feliz ChanBaek day~❤️
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