Como ave enjaulada
tengo el deseo de volar
sobre el amplio cielo
que admiro al los días pasar
pero los barrotes son tan gruesos
como el miedo que me ahoga
cuando pienso en escapar.

Por eso al ver a otras aves surcar el cielo
de todo corazón deseo
que nunca se vean atrapadas 
antes o después de extender sus alas
porque una vez dentro de una jaula
es difícil recordar como podías volar.