La noche finalmente cayó y los grillos ya se hacian escuchar, los búhos reposaban en las copas de los árboles y el cielo se pinto de un negro vacio y sin estrellas.

Perdi la cuenta de las horas que me pase en aquel cementerio,  me aleje de alli y caminé sin rumbo fijo dejando que el bosque me sorprendiera, perdi la nocion del tiempo hasta que una fuerte campanada que se oía a lo lejos capto mi atención, mire al sitio de donde provenia el sonido, parecia venir de una iglesia, tambien lo acompañaban sonidos del claxon de autos y débiles luces amarillas a lo lejos.

Eran los ruidos de la ciudad.

Al parecer habia llegado a una ciudad desconocida, al menos para mi, ya que la mayor parte de mi vida me la pasé en un pueblo alejado de casi toda civilización.

Los árboles me tapaban la visión e intente ponerme de puntas en un vano intento de tener una mejor vista.

Resople de mala gana cuando me di cuenta que si quería averiguar que habia en ese lugar debia ser caminando, no es que me cansara, ya que no puedo sentir fatiga, hambre ni sueño, pero sería más fácil ir en bicicleta o algo más práctico.

De todas formas camine hasta ese lugar, preferia eso que quedarme más tiempo en este inquietante bosque.

***

Finalmente llegue y lo primero que capto mi atencion fueron los edificios de aspecto victoriano, los puentes y valdosas estaban hechas de piedra pulida todo en si parecia como una ciudad antigua.

Tambien las lámparas amarillas que eran lo que más resaltaban debido a la niebla en el lugar.

Quería seguir concentrándome en todos los detalles, pero mi atención se desviaba a la enorme cantidad de almas unidas a un vivo, básicamente es cuando un fantasma decide entrar en la vida de un vivo y seguirlo a todos lados.

Por otro lado tambien existen los entes del vacio o seres maligno, ellos son los que atormentan a los vivos provocandoles pesadillas, golpes, heridas, traumas y en el peor de los casos poseen un cuerpo completo.

Todavia no comprendo muy bien de dónde vienen o qué es lo que son ya que en lo personal prefiero evitarlos, destilan egoísmo puro y gozan del dolor ajeno, aparte de que poseen una apariencia horrible.

Me apoye en el barandal de un barranco con una hermosa vista a un lago y me perdí observando las azulinas aguas.

Sonreí y cerré mis ojos dejándome llevar por la brisa.

Pero ese corto momento de tranquilidad me duró poco.

Una sofocante sensación me invadió obligandome a abrir los ojos con pánico, era como si me estuviera quedando sin aire.

Era la primera vez en mucho tiempo que sentía dolor.

Tosi con mucha fuerza y pequeñas lágrimas se asomaban a mis ojos por el horrible dolor de mi garganta secandose, tuve que apoyarme en el barandal para no perder el equilibrio.

Empecé a entrar en pánico y queria pedir ayuda, pero las personas solo pasaban a través de mí, los fantasmas a mi alrededor me ignoraban, como si fuera usual ver lo que me estaba pasando y pasaban de largo con indiferencia y atentos en lo suyo.

Acaso... ¿Volveré al limbo?¿Se me agoto el tiempo en la tierra?

No..., aún no he visto a mi familia porque sé que cuando lo haga me frustrare por haber muerto, no conozco a mi asesino y tampoco los últimos instantes de mi muerte ya que por más que intente no puedo recordarlo por mi cuenta.

Aún me falta saber más de lo que deje atrás y por primera vez en 4 años, todavía no me quiero ir de este lugar.

Repentinamente una sensación de tranquilidad me invadió abruptamente, era como que me colocaran una máscara de gas que llenara mis pulmones directamente de aire puro y limpio, cada parte de mi cuerpo se iba relajando poco a poco y mi respiración se iba regulando.

Con mi cuerpo débil todavia recostado y mi frente sudorosa me pregunté.

¿Qué rayos fue todo eso?¿Una prueba?
Tenía miles de dudas, pero al menos algo me habia quedado en ese momento.

Todas esas horribles sensaciones se desvanecieron cuando exactamente una persona pasó a través de mí.

Alcé mi vista buscando con la mirada al causante de apaciguar mi breve estado de pánico hasta que lo encontré a unos pocos metros de mi, caminando con tranquilidad.

Se trataba de un sujeto, un chico.

Era alto vestía ropa deportiva, vestia un short negro y por dentro parecia tener una licra negra deportiva , zapatillas blancas y en la parte superior un holgado polo negro. Bebia una botella de agua.

No pude ver su rostro porque estaba de espaldas ni tampoco distinguir su cabello por la oscuridad y la niebla, él continuaba caminando tranquilamente como si nada pasara.

Me mantuve en mi lugar, impactada, como si estuviera a punto de atropellarme un carro.

No pude dejar de contemplar a mi misterioso "salvador" y el regalo que acababa de obsequiarme sin darse cuenta.

El regalo de recordarme lo que era sentirse estar viva: la calidez y el instinto de querer sobrevivir a pesar de que ya estoy muerta... esas sensaciones que nos hacen lo que somos.

No me habia dado cuenta que extrañaba sentir eso, puse ambas manos en mi pecho y me aferre a esa nostalgica sensación, rogando que perdurara en mí por más tiempo.

¿Por qué solo él ha provocado esto en mi? ¿Quién es?