5°
Wanda.
—¿Bucky? —dije en voz alta mientras lentamente mis ojos se acostumbraban a la luz del sol.
Mi esposo no se encontraba en la habitación, pero podía distinguir su voz con un tono bastante hostil. En un inicio no lo noté, hasta que de pronto gritó.
Me envolví en una de mis batas y salí de la habitación. Bucky se encontraba gritando al móvil mientras paseaba de un sitio a otro con notoria ansiedad. Apoyé mi cuerpo contra el muro, y él colgó.
—¡Inútiles! ¡¿Por qué debo hacer todo yo?! ¡Es mi estúpida semana de descanso!
—Amor... —dije avanzando hasta él.
—No me toques —pidió levantando su mano para alejarme —. Prepara café o pide servicio a la habitación, debo ir a la ciudad. Volveré por la noche.
—¿Qué? ¿A dónde vas? —dije aún adormilada y sin entender qué ocurría.
James avanzó dentro, buscando una chamarra de color verde y ropa del mismo tono.
Me ignoraba como si no estuviese en la habitación junto a él. Como si fuese parte de los muebles.
—James, soy tu esposa, habla conmigo —pedí —. P-puedo acompañarte...
Él suspiró. Lo vi acomodar mejor lo que traía, y acercarse a mí bastante decidido.
—¿Sabes? Hay cosas de las que no debes preocuparte, amor. Estamos en nuestra luna de miel.
—Y acabas de decir que debes irte por todo el día, ¿cómo crees que me sentiré luego de eso?
Bucky sonrió, dejó un beso corto en mis labios y me dio la espalda.
—Volveré para la cena, o eso intentaré.
—¡James! —insistí, pero él hizo caso omiso — ¡No te vayas! —supliqué nerviosa.
Lo vi desaparecer por la calle que daba al resto del resort en el que nos encontrábamos.
Mientras regresaba a nuestro "nido de amor", podía sentir que mil cosas me venían a la cabeza.
Intentaba recordar las cosas que dijo, ver si algo fue más claro que lo anterior e intentar dilucidar alguna idea de lo que trató su charla al teléfono, pero nada.
No había nada en mi cabeza.
—No seas desconfiada... —susurré.
Una ducha, el desayuno, un capítulo rápido de alguna serie no demasiado exigente, nada lograba que apartara los pensamientos sobre mi esposo y su infidelidad. Entiendo que ha sido una vez, una sola vez, pero yo no puedo permitirme dejar eso ir.
Preparé el almuerzo, elegí disfrutar de una comida ligera para mí, mientras leía los mensajes en el grupo familiar. Mamá necesitaba verduras, Pietro insistía en ir por ellas, papá no escribía, Peter dijo que comería en casa de sus amigos.
Wanda|¿Ha dicho mamá qué es lo que ocurre? 12:10
Envié un mensaje a Pietro esperando saber cómo han ido sus exámenes, pues nadie habló de ello por el grupo, mamá no me ha escrito y mi hermano mayor parecía preocupado antes.
Pietro|No, no realmente. Me gustaría saber, pero ha dicho que no es nada grave y que espere un poco. 12:11
Bufé.
Para mamá jamás sería grave si se trata de ella... ¡Esa mujer no descansa!
Seguí escribiendo, pero mi hermano no contestó otra vez, y aquello me hizo sentir extraña. Estoy sola en una ciudad que no es la mía, lejos de mi familia y... Sin saber donde se encuentra mi esposo.
No puedo evitar regresar a lo mismo cada dos segundos, ¿dónde está Bucky? ¿Qué hace? ¿Con quien está?
Marqué su número dos veces, paseé por la habitación, me dejé caer en la cama.
—Este es el número del sargento James Barnes. No puedo atenderte en este momento, deja un mensaje.
Suspiré.
—¿Dónde estás, James? —pregunté sintiendo un dolor punzante en el abdomen.
[•••]
Natalia.
—No lo entiendo, lo intento y no comprendo, ¿qué hice mal, Lena? —pregunté mientras Kara acariciaba mi cabello.
Usé otro pañuelo para mi nariz. La pelinegra suspiró.
—Nada, Nat. No hiciste nada mal, Tony es...
—¿Lo has visto en la empresa? ¿Cómo lo has visto? —pregunté rápidamente.
—Él...
—Ya dile. No es necesario que lo ocultes, lo sabrá de todas formas.
Observé a Kara, traté de contener mis lágrimas y Lena negó.
—Dime —pedí.
—Nat, no deberías preocuparte por él. Te aseguro que...
—¡Lena! —dijo Kara molesta.
—¡Bien, bien! —se quejó la pelinegra ante el regaño de su novia —. Tony ha recibido un ascenso, es el subgerente, próximo gerente para cuando Howard Stark se retire.
—Lo merece... —murmuré observando mis manos.
—No es todo —dijo Lena algo insegura. Hicimos contacto visual —. Él se comprometió hace unos días con Pepper.
Un puchero se formó en mis labios y fue imposible controlar mi llanto, volví a sollozar con fuerza, aferrada a mi rubia amiga, dejé que toda la tristeza explotara.
Él está seguro de lo que quiere, y de la persona con quién lo quiere, esa no soy yo, esa es... Pepper.
—Nat, Nat... su padre buscaba esto. No te sientas mal, él...
Negué. No necesitaba oír más. Tony me advirtió sobre esto, yo sabía, sin embargo no esperaba que fuese tan pronto, solo ha transcurrido una semana desde que nos vimos por última vez y dejó todo claro.
—Lo amo tanto... —susurré mientras mi rostro se apoyaba en el regazo de Kara.
—¡No debía decírselo, Kara! ¿Ves cómo se ha puesto?
—¡Ella merecía la verdad! ¡Ese pequeño y estúpido...!
—Era mi pequeño y estúpido.
Lena hizo una mueca, ambas acariciaban mi espalda y cabello intentando relajarme, ¿cómo dejaría ir al único hombre que pudo estar conmigo por dos años? ¡Un semana antes de dejarlo tuvimos los días más románticos de todos! Cenas, paseos, galas, idas al cine, ¿realmente planeaba acabar todo? No tiene sentido.
—Creí que era el indicado.
—Tony es un ser complejo, Nat, pero al menos ha sido amable...
—Yo hubiese hecho lo que sea, ¿qué tiene Pepper que yo no tenga?
—¿Además de a Tony? —preguntó Lena y Kara golpeó su brazo.
Otro sollozo escapó de mi boca.
—Nat, no. Lena se refiere a...
—Ella lo tiene y yo no. Él no me ama, ¿por qué? Pude ser más madura, pude ser mejor, solo debía darme la oportunidad de mejorar...
—Natalia, eres una gran persona. No te lo digo como tu mejor amiga, lo digo porque lo veo —habló Kara.
—Opino lo mismo, Tony no deseaba que cambiaras. Él te lo dijo, no eras el problema. Buscaban cosas diferentes.
No dije nada. Yo también buscaba algo diferente, buscaba que me amaran en serio, que alguien eligiera quedarse, pero aquello sonaba mucho más patético de lo que ya estoy siendo, y no es la imagen que deseaba proyectar en mis amigas, o no podrán irse el día de hoy.
—¿Por qué no intentas salir con nosotras hoy?
—¡Claro, eso te alegraría!
—No, no quiero estar fuera.
—Nat, no es una mala idea que vayas a disfrutar de...
—Tony necesitaba otras cosas y no fui capaz de notarlo —mencioné — ¿sabes cuántas veces no he sido capaz de notar las cosas?
—No creo que sea determinante, ¿sabes cuántas veces no he notado lo que Kara quiere? ¡Muchísimas! No podría contarlas, y aún así...
—La amo, esto no tiene que ver con ser capaz o no de...
—No siento ser lo que una persona espera como pareja, ¿sabes? Creo que es difícil que alguien busque... Lo que soy yo.
—Cariño, no digas eso. Siempre hay alguien, incluso cuando creemos que no. Somos la persona correcta de alguien.
—Siento que soy una carga para todo el mundo, y cada vez que creo lograr estar feliz con lo que tengo, con lo que hago... ¡Con lo que soy! —dije molesta — algo ocurre, y acabo pensando la misma mierda de siempre. No soy suficiente para ser amada, no existe nadie para mí, soy un caos.
Mis amigas no dijeron nada, yo tampoco, simplemente seguí llorando hasta que mi cabeza dolía. Lena acercó agua y una pastilla, Kara humedeció mi rostro. Ambas estaban cuidando mucho de mí.
No era nada nuevo. Nuestra amistad es absolutamente pura, y agradezco todo lo que siempre han hecho por mí, pero en este momento siento que quizá existe la posibilidad de que ambas estén cansadas de siempre tener que socorrer a la pequeña Natalia, tan incapaz de hacer algo bien.
—No quiero ser una molestia —dije yo rápidamente.
—No lo eres —Kara habló.
—¿Qué hacían antes de venir?
No dijeron nada. Lena observó a Kara y la rubia hizo un leve, pero perceptible movimiento para alguien tan interesada en los detalles, como yo. Soy fotógrafa, soy casi un Sherlock Holmes de las imágenes, necesito detalles o no sería tan exitosa.
—Pueden decirme...
—No, Nat, olvídalo — Kara habló.
Negué.
—Lena, sé que tú no podrás mentirme con esto, y estaré feliz de oír la verdad.
—Lena, no.
—Kara, es mi mejor amiga, no puedo...
—Lena, dime.
La rubia suspiró, y Lena se acomodó mejor en la cama.
—Estábamos de camino a una cita con una trabajadora social, aparentemente han aceptado nuestra solicitud de adopción, y debíamos reunirnos con ella...
Hice un puchero.
¡¿Acaso estoy destinada a estropear los planes de los demás siempre?!
—Cariño, hemos re-agendado para pronto, no te estreses. El bebé es nuestro...
—¡Lo he echado a perder!
—¡No, Nat!
Ambas insistieron, me puse de pie. Huí hasta la cocina en busca de alguna botella de cerveza o...
—Nat, deja de creer que eres un problema. Te amamos, por eso elegimos...
—¡Posponer algo por lo que llevan años luchando, Lena! Dios, ¿y qué hice? Atraerlas a mi desastre, porque yo... ¡Yo! No soy capaz de formar una jodida familia.
—Nat... —Kara me veía con tristeza.
Dios. Me siento patética.
—¿Por qué nada puede salir bien para mí?
—Porque actúas como si fueses algo que deben arreglar. No es así, Nat. Eres más que eso, ¿quieres cambiar algo? Hazlo por ti, pero deja de compadecerte y luego no compadecerte de ti.
Suspiré. Lena parecía molesta, pero podía ver tras su brutal honestidad, el cansancio de una amiga que no quiere que alguien que ama, sufra. Intenta ayudarme.
—Quiero arreglar las cosas...
—¿Con qué?
—Mi vida... Quiero dejar de sentir que cometo un error tras otro.
—Entonces cambia algo, ¿cuál es el error más fácil de solucionar en tu vida?
Sequé mis lágrimas. Kara fue hasta mí para esconder su rostro en mi pecho, no le gusta verme así.
—Diría que... Ninguno —dije nerviosa.
Lena suspiró, meditó unos segundos y luego me observó.
—Ya sé, la chica del vestido de novia... De la que nos hablaste —dijo ella y me sonrojé.
Dios, de solo pensar en arruinar el día más importante de una novia, me avergüenzo.
—Dios...
—¡Ajá! ¿Recuerdas su nombre?
—No... Su marido... Creo que era algo como... General Berny, no lo sé.
—¿No recuerdas bien?
—¡Clint ha de saberlo! —Kara habló emocionada.
Lena concordó y asentí. Clint los conoce, fotografió la boda.
—¡Pues, ya está! Pide sus datos, envía unas flores y una tarjeta de disculpa, ¿eso te haría sentir mejor?
—He hecho que su esposo le riñera, claro que no.
—Pues, algo para él también —dijo Kara. Lena tomó el rostro de su esposa y con una sonrisa encantadora, la besó.
—Dios, eres tan maravillosa como inteligente.
La rubia se sonrojó, tomó la cintura de su esposa y volvió a besarla.
Sonreí. Alguna vez desearía tener eso...
—Creo que entonces, ya sé cómo comenzar...
—Y ya que estamos... ¡Debemos comer algo!
[•••]
Wanda.
Sollocé otra vez mientras la oscuridad consumía la habitación, James no ha llamado, no devolvió un solo llamado.
Perdí la esperanza a las seis de la tarde, y no pude contenerme más. No sé cómo sentirme, no sé cómo dejar de pensar en él junto a otra mujer, no puedo arrancarlo de mi mente.
—¿Amor? —la voz de Bucky me hizo intentar esconderme entre las colchas.
No deseo que me vea así.
—¡Amor, ya estoy aquí!
De pronto lo vi encender la luz de la habitación y acercarse a la cama.
—¿Wanda?
—No te acerques —pedí sin querer descubrirme.
—Cariño, ¿ocurrió algo? ¿Cómo están tus padres? ¿Ha sido mi madre? —dijo rápidamente y negué — ¿entonces?
—No quiero hablar...
—Wanda, por favor.
James quitó la sábana que me cubría, nuestras miradas conectaron y noté la confusión en su rostro. Sus manos tomaron mi rostro y lo sentí limpiar algunas lágrimas.
—¿Qué ocurrió?
—¿Dónde estabas, James?
Él iba a contestar, pero se detuvo, extrañado. Totalmente extrañado. ¿Acaso no es obvio?
—Te dije que debía solucionar...
—No contestaste mis llamadas.
—Dejé el móvil en el auto, preciosa...
—Que conveniente...—susurré sintiéndome miserable.
No podré pasarme una vida espantada porque mi esposo me será infiel cada que salga de casa.
—Hablo en serio, amor. No estaba haciendo nada inapropiado si es lo que insinúas.
—No dije nada.
—Wanda... —dijo desesperado. Se puso de pie — tu padre ha enviado un mensajero, debían informarme sobre unos cambios en mi escuadrón, es todo... —insistió. No dije nada.
Le vi salir de la habitación y regresar con unos papeles que dejó a mi lado.
—¿Qué es esto?
—Comprobantes de los movimientos que hice. Tuve que firmar cosas en esta embajada, tuve que ir a un ejército a dos horas de aquí, conseguir una llamada de larga distancia a la base privada de tu padre. He hecho papeleo todo el día, amor. Créeme —dijo enseñándome.
Los tomé. Vi las horas, su firma y documentos. En uno de esos documentos aparecía mi nombre.
—¿Y eso? —pregunté. Él suspiró.
—De ahora en adelante, cada documento legal que tenga que ver conmigo, tiene tu existencia en el. Eres mi esposa, y te cuentan dentro de mi núcleo familiar de dos. Soy un hombre de familia, Wanda... —susurró, mi pecho se oprimió —. Al fin, soy un hombre de familia. Tu hombre... —dijo tomando mis manos —. No hice nada malo, solo fui en busca de algo que tu padre ordenó, amor. Sé que desearías que hubiese estado aquí contigo, y lamento tanto todo lo que te he hecho sufrir durante la tarde, pero te prometo que... —su voz se quebró —. Wanda, sabes todo lo que he deseado tener una familia, toda la vida, y tú eres mi familia... No quiero arruinar esto, lo juré ante Dios. Le prometí a tu padre...
Lo abracé con fuerza.
—Lo siento, no sé que ocurre conmigo, Bucky... Tengo tanto miedo de perderte...
Él suspiró. Sentí su rostro contra mi cuello.
—Prometo que te demostraré que he cambiado. En serio, esta vez yo... Me esforzaré, será de verdad, cariño.
—Bucky, no quiero imaginarte con alguien más —dije desesperada.
Mi esposo sollozó, su mirada cayó y sentí culpa, culpa por juzgarlo ahora. Él cumplía con su deber.
—Yo... lo siento tanto... La cagué tanto, perdóname, amor. Fui un idiota, pero no quería dañarte así, no planeo repetirlo, necesito que creas en mí, por favor... —suplicó. Se dejó caer de rodillas a un costado de la cama.
Me acerqué hasta él. Nos abrazamos, perdidos en un llanto terrible, pues él me amaba tanto como yo a él, y no sabíamos como continuar con una marca como estas.
En un inicio estaba molesta, estaba asqueada, y ahora me siento desolada, ¿es posible volver a confiar en alguien que te ha traicionado tan cruelmente? La persona que juró amarte... Eligió no hacerlo donde sabía que podía doler.
Nota de autor:
Volvimos, ¿listxs para actualizaciones diarias o prefieren que no? 🤔
—Codito Apolito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top