23°

╔═════•°♥°•═════╗

Natalia. 

—Un par de toques más y enviaré el producto final. Sí, señora. Sí —dije al móvil. 

Mamá entró en mi habitación y dejó ropa limpia. La vi comenzar a husmear en el escritorio y decidí que tenía que ponerme en pie. Ella siempre observa todo lo que tengo aquí. La aparté con suavidad y colgué la llamada. 

—¿Qué haces?

—Gracias, mamá por lavar mi ropa y ordenar mi casa —se quejó. 

—Gracias, mamá. No es necesario que vengas a hacerlo. Eso espero que lo tengas claro. 

Mamá me ignoró. Melina y su costumbre de oír solo lo que le conviene. Tengo casi treinta, pero para ella siempre tendré dos meses en su útero. 

—Si siguieras en casa no me quejaría de hacerlo, pero tú...

—Crecí y necesitaba mi espacio. Es más cómodo que tengas esa habitación para tus cosas, las costuras y todo eso. Lo sabes...

Mamá bufó y avanzó por el pasillo limpiando sus manos en su mandil. Ella es una señora de sesenta años que necesita traer esos benditos mandiles todo el tiempo, es gracioso, ya que tiene más mandiles que yo, cámaras. 

—Creo que tenerte más veces por semana visitándome no me haría daño. Soy tu madre. Te di la vida. 

Sonreí.

—Y lo tengo muy claro, pero creo que no puedes manipularme de esa manera —bromeé. 

Mamá giró los ojos y siguió de camino hasta la cocina, desde donde provenía un rico aroma a pollo. Mamá prepara un pollo fantástico con especias y sal de forma justa. 

—¿Acaso es...?

—Pollo tabaka, tu favoritoTambién te he hecho un par de Blini's, para que puedas acompañarlo —dijo mamá.

Besé su mejilla mientras la rodeaba con mis brazos. ¿Qué puedo decir? Soy una consentida, y adoro que mamá cocine aquellas comidas de mi infancia. Me hace sentir protegida de alguna manera... Mamá es dulce, pero la forma típica en la que una madre rusa te dirá que te ama, es cocinando para ti. 

—Eres lo mejor que pudo crear Rusia —dije besando sus manos —. Tú y ese bendito pollo Tabaka acompañado de Blini dulce. 

Ella rió. 

—Siempre lo mejor para mi niña especial. Debo ir al bingo, hoy jugarán las muchachas de la iglesia. Te amo, cielo. Vendré pronto. 

Mamá se fue y corrí hasta tomar un poco de esa comida fantástica. 

Observé mi móvil, Wanda había escrito. 

Wanda🌼| Creo que debería escribirle al muchacho, solo por... Explicarle, no quiero que le he hecho perder el tiempo. 

Wanda🌼| ¿Qué opinas de eso?

Suspiré. La castaña ha conocido a Ikaris, un trabajador de Clint, al parecer le encontró una similitud a su esposo y aquello la hizo creer que aceptar su número era buena idea. Escribió varios mensajes, encontrándose en estado de ebriedad, pero por suerte ninguno fue enviado. Claro que sé que eso saldrá mal, de todas formas... Ella ni siquiera sabe qué hará con su esposo, 

¿Qué podría decirle? Yo solo he sentido amor real por parte de mi madre y mis mejores amigas, incluso mi mejor amigo, no atiende mis llamadas e ignora cada uno de mis mensajes. Tuve que fingir que no me dolió oír como su vida sigue el rumbo de la tranquilidad mientras yo me desmorono por algo menos de indiferencia. 

Natalia| Creo que es necesario que pienses bien en qué planeas decir, y, sobre todo, intenta no arrepentirte de hacerlo. 

Natalia| Lo demás vendrá luego. Quién sabe, quizá podrías estar más cerca del amor de tu vida de lo que piensas... 

Posterior a mis mensajes, al fin pude sentarme a disfrutar de la delicia preparada por mi linda madre. Realmente he disfrutado estos días de trabajo libre, es la primera vez que una relación no me exige tanto tiempo compartido y es agradable. Pietro sigue en lo suyo, sé que está bien e intentará regresar pronto, ya que Wanda y yo hemos tomado café en el mismo sitio tres veces esta semana, y me lo ha comunicado una de esas veces. Wanda es increíble, incluso Kara parece algo celosa de ella, dice que comienzo a olvidarlas, pero jamás podría. Son emociones diferentes. 

Wanda es mi amiga. De esas amigas que no esperabas, pero te sorprende conectar tan bien con ella. Jamás fue sencillo para mí, creo que mi cultura y costumbre me orillaban a no encajar con el perfil que tenían las niñas de mi edad, y mamá solía repetirme que no había nada de malo en ello, incluso estuvo feliz cuando le comenté tener amigos, no me dijo nada porque todos fuesen niños. Solía creer que mi infancia fue difícil, pero la pubertad fue peor, no conseguía tantos chicos como mis amigas —las pocas que tenía — y eso me orillaba a ser el hazme reír de todas.  De pronto en la adultez, aquel patito feo, se transformó en un hermoso cisne de plumas altas, lo que me hizo conocer las relaciones inestables, pero apasionadas, y eso a su vez, me llevó a sufrir de corazones rotos y sin esperanza, hasta que Tony llegó... Me he desviado del asunto, no hablaba de mis parejas, sino de Wanda.. Y Wanda es mi primera amistad honesta, de esas que quise en secundaria y primaria, porque sé que tengo a mis chicas, pero con ellas jamás fue difícil, ellas no me juzgarían. Dos personas que fueron apartadas toda su vida por ser diferentes no se encargan de hacer sentir raro a los demás. Con Wanda no me siento extraña, y no siento que deba fingir un papel sumamente femenino como el que me he venido obligando a vivir toda la vida, incluso puedo sentirme menos presionada a utilizar aquellos labiales, vestidos y cosas que sé, me ayudaron a encajar con veinte años o más. Wanda es...

Wanda🌼| Le he escrito, cruza los dedos porque no sea un imbécil como los que ya conocemos.

Sonreí. Wanda es eso. 

Ahora sin entretenerme con mis pensamientos al fin iba por un segundo trozo de pollo, pero al parecer el destino tenía otros planes, e interrumpirme con el timbre de casa era gracioso. 

 —¿Quién? Mamá, como seas tú queriendo que vaya al bingo, te aseguré que no volvería a jugar una partida con Ángeles y su nieta Katerina. Me han roto el trasero demasiadas veces...

Abrí la puerta esperando encontrarme con mi madre, sin embargo, me sorprendí con aquellos ojos azules algo lastimados e igual de sorprendidos que los míos. 

—¿Clint? 

—¿Puedo pasar?

—A-adelante... —dije insegura. 

Él pasó con dudas, avanzó hasta el sofá y se dejó caer en el sin pedir permiso o algo por el estilo, como si nada ocurriera entre ambos. 

—Oí que te contrataron para la exposición de modelos en la playa. 

—Sí, pero aseguré que no tomo fotografías a personas. Me quieren allí por mi trabajo en espacios, me encargaré de cubrir las zonas y cruceros, de lo demás se encargará otro sujeto. Habría entregado tu nombre, pero no sé nada de ti hace semanas y dudé mucho en que me hubieses contestado un texto. 

Él no dijo nada, fui a la cocina, tomé unos Blini y dos cervezas. Le lancé una, la cual atrapó sorprendido. 

—Los mejores amigos no actúan como si de pronto fueses un problema para ellos. Quise creer que tenías demasiado con tus hijos y el divorcio, pero pasaron semanas sin saber de ti. Eso no es normal.

Él suspiró. Ambos comenzamos a beber en silencio, creo que es parte de conocernos desde hace tanto. Yo podía exigir y reclamar lo que me dañaba, y esperaba una respuesta, en su tiempo, porque lo conozco. 

—Sé que te debo explicaciones, y he venido a dártelas, Nat. Quise dejarlo pasar, en favor de nuestros años de amistad, pero... Ha sido complejo. Todo es complejo, porque...

El timbre nuevamente. Iba a ignorarlo, sin embargo, la insistencia me hizo acercarme a la puerta algo cabreada del asunto. ¿Es que acaso hoy todos desean interrumpir aquí?

—Entrega para Natalia Romanova. 

—Soy yo, ¿de quién es? No he comprado nada en semanas...

—Pietro Lehnsherr. No tiene la zona, llegó desde un apartado postal en el centro de la ciudad. Creo que es de la armada —dijo el cartero observando el sobre. 

Lo tomé, firmé sus hojas y cerré la puerta. Él me ha enviado una carta, eso es lindo. No recibía cartas desde la secundaria con aquel muchacho miope que obligaba a su madre a seguirnos durante las citas. Era un buen chico. 

—¿Tu novio? —preguntó Clint. 

Pasé mi mano sobre el sobre casi cubriendo los sellos y el nombre, pero sonreí por un impulso humano y patético de avergonzarnos cuando algo nos hace más feliz de lo que queremos admitir. 

—Sí, se ha ido hace un par de semanas... Es bueno saber de quienes queremos —dije y él asintió — ¿Qué deseabas decirme?

Clint dejó su cerveza sobre la mesita de centro y se puso de pie, dio un par de vueltas alrededor del sofá y luego se detuvo frente al ventanal del salón. 

—Seré rápido. Creo que soy bisexual, es por eso que he actuado raro. Estaba en un proceso de descubrimiento... —dijo nervioso —. No me sentía listo para verte. 

—Yo no tengo pene —dije rápidamente. En serio no entiendo por qué el hecho de ser bisexual, gay o simplemente de descubrirse entorpecía nuestra amistad...

—No, pero... Creo que, deberías sentarte —pidió tomando mi mano para llevarme hasta el sofá —. No me gustaría que te tomes a mal esto, porque es totalmente mi culpa, no lo elegí, pero pasó y sé que malinterpreté las señales... Lo entendí luego de... —él suspiró. 

—No estoy entendiendo a qué quieres llegar, Clinton... —dije extrañada por su comportamiento nervioso.

Incluso sus manos están temblando. ¿Qué ocurre aquí? ¿Hice o dije algo que pudiese incomodarlo como para sentir tanto miedo de contarme algo?

—Yo... 

—Clinton, somos mejores amigos. Nada de lo que puedas decirme me hará sentir extraña contigo, eres importante para mí y...

—Nat, creo que me gustan los hombres, porque me gusta tu hombre. Me gusta tu novio —dijo rápidamente. 

Por un momento recordé cuando nos conocimos, él tenía una radiante novia y yo era un problema para ella, ambos creímos gustarnos en un punto, pero luego de besarnos, aseguramos que no era así, no sentíamos nada romántico el uno por el otro, y cuando conoció a Laura, ella también creyó que, debido a nuestra conexión, nos gustábamos, pero no era así. Las dudas eran parte del pasado, la frase que utilicé para tranquilizar a Laura fue "es más probable que seas tú quien me gusta. Clinton es como mi hermana" siempre he creído que la relación con tu hermana es diferente a la que tienes con un hermano, es por eso que cambié el pronombre aquella vez, y sigo manteniendo eso en mente, porque tengo tres hermanas que no son de sangre, pero significan todo para mí. 

Mientras lo veía a los ojos, mil cosas ocurrían en mi mente. El silencio se volvió incómodo y la ansiedad comenzaba a consumirlo. Está notoriamente angustiado. 

—¿Qué hizo él para que te sientas así? Porque te conozco, y sé que no caerías por alguien sin un motivo —dije yo. 

Clint comenzó a llorar y me rodeó con sus brazos, lo mantuve cerca de mí mientras esperaba una respuesta. Conozco a este chico desde los veinte, y jamás creería más en un hombre que no sea él, aun así, no trato de volverlo una competencia entre quién ha sido más o menos leal a mí, pero si deseo aclarar un par de cosas que me hacen ruido. Sé que Pietro fue mucho más atento con Clinton desde un inicio, pero lo relacioné al hecho de ambos conociéndose desde antes, sin embargo, sin querer entrar en estereotipos... Pietro es... Demasiado bueno para este lado. 

—No es su culpa, he malinterpretado...

—Clint, sé que tú jamás malinterpretarías una señal. Tal vez no eres el único bisexual confundido. 

Los ojos de mi mejor amigo estaban hundidos en un llanto deprimente, creo que ni siquiera el divorcio lo hizo llorar de esa manera. Pero un brillo leve, parecía querer asomar de aquellos aguados cristales enrojecidos por la tristeza. 

—Él es demasiado dulce, y por la forma en que me veía, no pude apartar la idea de...

—Entiendo... Creo que debo hablar con él —dije entristecida. 

Realmente me abruma pensar en que nuevamente debo abandonar la idea del amor, porque otra vez pareció no ser para mí. Creía que Pietro y yo nos entendíamos, realmente lo pensaba, y de pronto me encuentro con un vacío creado por dudas que solo él podría aclararme. 

—No, por favor. Él no sabe nada, no quiero hacer el ridículo. Me estoy arriesgando a que me odies por esto, pero en serio me he sentido tan miserable por sentir esto que siento, desde el primer momento fue mi idea que tú y él... Y ahora yo...

—Clint, no puedes culparte por sentir algo por quién sea. Valoro que seas honesto, eso es lo que un verdadero amigo hace... —dije acariciando su mejilla —. Gracias... ¿Qué tal el proceso de aceptación?

Quería cambiar de tema, no deseaba darle más vueltas al asunto. Hablaré con Pietro en cuanto pueda, y luego de eso, me encargaré de... Dejarlo ser feliz. Algo me dice que de muchas maneras todo indicaba que el lindo soldadito de plomo tampoco era para mí. 

════ ∘◦❁◦∘ ════

Wanda. 

Wanda| Hey, soy la chica del bar. Me diste tu número. 

Observé el mensaje unas diez veces luego de enviarlo, ¿por qué me avergüenzo tanto de esto? Por una parte, me siento ridícula, y por otra creo que las mariposas no han muerto. 

Ikaris, chico del bar| Hola, chica del bar, estaba esperando tu mensaje. 

Ikaris, chico del bar| Espero que no fuese demasiado alcohol el que tomaste aquel día como para despertar dos días después ;)

Mi rostro se enrojeció con sus respuestas. Luego de las mariposas venía la parte difícil, aclarar mi estado civil, lamentarme conmigo misma, y disculparme con él por hacerle creer que podríamos salir. 

Wanda| Sobre eso, me tomó mi tiempo, porque soy casada realmente. Lamento que mis amigos te hicieran creer que no. No podía invitarte a salir, ni aceptar una salida contigo. Estaba tomando el valor necesario para comentártelo. 

Solo un poco de valentía fue suficiente. Dejé el móvil en el costado y vi a Harold pasar tras Balbina, ella seguía reacia a salir con mi querido Happy, pero después de años trabajando juntos, él no se rendía. 

Sonreí.

El amor es tan terco cuando se trata de vivir engañándonos con la esperanza de que algún día funcione... 

No recibí más respuestas del hombre del bar. Asumí que lo que dije fue molesto para él, y decidí no volver a confiar en mis amigos y en mí cuando bebemos, pero a su vez, taché de mi lista el bar del amigo de Natalia... Dios, cuando le diga a Natalia, es probable que se burle de mí, hará un par de chistes y luego me dará una encantadora sonrisa que hará que todo parezca mejor de lo que es. 

Wanda| Café, tú, yo, donde siempre. ¿? 

Ella no tardó en contestar. Natalia es de lo mejor que me ha pasado en este tragicómico momento de mi vida. 

Natalia| Me ducharé e iré por ti. Te veo en veinte minutos. Necesito ese café.  Gracias por rescatarme D:

Suspiré. 

Gracias a ti, Natalia... 

╚═════•°♥°•═════╝

Nota: 

que coquette 

Este es el 4/4, ya sé que me tardé, pero es que cuando me hablan feo m bloqueo :(

—Apolito. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top