Wanda. 

—¿Qué tal te ha ido, cielo?

Vision observaba con una sonrisa que reconozco a mil millas de distancia. De pronto unos brazos grandes me tomaron por la cintura girándome varias veces.

—¡Thor! —grité con una sonrisa. 

—¡No es justo, que siempre adivina! —se quejó el rubio dejándome en el suelo. 

Nos abrazamos con mucho cariño antes de dedicarme a saludar a mis otros dos mejores amigos. Hoy Vis y Steven querían verme, no sabía que, de hecho, estaría el rubio, pero la sonrisa de Vis lo decía todo. 

—La sonrisa sexual de Vis no disimula mucho la situación —aclaré. El rubio bufó. 

—El problema es suyo por ser tan asombroso en la cama. No me miren a mí —dijo él. 

—¿Qué ocurrió? —pregunté viendo a mis tres chicos delante. 

—¿Por qué tendría que ocurrir algo para querer verte? —preguntó Thor, y, de hecho, disimular no es su fuerte. 

—Vis, ¿qué has dicho?

—Estamos preocupados por ti, y por cómo te sientes, Wanda —dijo Steven —. Estabas tan ilusionada con tu matrimonio que no verte viviendo tu vida de ensueño, nos consterna —aclaró. 

—Estoy cuidando de mi madre. 

—Te he dicho que no les he contado nada —dijo Vis bebiendo de su bebida. ¿De dónde ha sacado un mojito? Son las 9 de la mañana. 

—¿Sabes qué ocurre? —se quejó Thor. 

—Un momento, Samuel Odinson. Son sus tiempos, no los míos. No te quejes o te daré el divorcio. 

El rubio se cruzó de brazos sin quejarse nuevamente. Oh, Dios. 

—Chicos, ustedes tenían cosas que hacer. Thor, tú estabas en España, Steven estaba acabando turnos extra para poder mudarse a otro departamento, claro que quería verlos, pero no iba a interponerme en sus asuntos. Los quiero, pero sé que somos adultos...

—¿Y qué? Málaga podía esperar, cielo. Me preocupaba tu boda y lo sabes. 

—No era necesario que me evitaras por mis turnos extra, eres mi mejor amiga —dijo Steven —. Ustedes son mi única familia, chicos. No necesito que me oculten sus problemas, quiero ayudarlos, son todo lo que tengo. 

Vision apartó la mirada de inmediato. Él suele parecer un poco más frío, pero sé que es porque los vínculos le cuestan mucho. Nunca habla de su familia y dudo que alguna vez lo haga, no sabemos nada, excepto lo que Thor ha dicho. Que ambos se necesitaban y formaron una buena familia. Vision nunca fue algo más que un Odinson, y ya. 

—Que tío más majo —dijo Thor y besó la mejilla del moreno. 

Steven rió. 

—Concuerdo con Grant, somos mejores amigos, y también son inmensamente importantes para mí, pero no es necesario que se espanten. He estado lidiando con cosas como todos los demás y espero que en algún momento todo mejore. 

Vision suspiró. 

—Una infidelidad no se mejora, Wanda. 

Todos nos quedamos en silencio, y realmente deseé asesinarlo con todas mis fuerzas. No es que no deseara decirlo, pero... Tener a un hombre gay que odia a mi esposo es suficiente, no sé si pueda con tres, sobre todo porque mi esposo es el ser más retrógrado del mundo. 

—¡¿Te fue infiel?! ¡Lo mataré! —dijo Thor molesto. 

Steven me observó con tristeza. 

—Estoy cada día más convencido de que el amor es un invento del capitalismo —dijo muy cabizbajo. 

Aquello me entristeció. Steven huyó de la India, si bien la homosexualidad ya no es considerada un crimen, la homofobia obligaba a mi mejor amigo a reprimirse muchísimo, lo que lo hizo arrastrar una depresión gigante toda su vida, conoció a un doctor que solía trabajar en el hospital de sus consultas psicológicas, se enamoraron y creyó que tendría su cuento de hadas al fin. Ambos estaban listos para migrar, ya que él tenía una oferta de trabajo en Grecia, y, sin embargo, todo se les escapó en un suspiro. Los padres de Steven eligieron alejarlo de sus vidas al saber que era gay, y lo echaron de casa con quince años, aun así, gracias a innumerables redes de apoyo, logró salir adelante, pero los padres de Rami, su prometido... Ex prometido, no había dicho nada a sus padres, excepto que era un reconocido doctor en la capital. Cuando ellos eligieron caer de sorpresa, se encontraron con ambos hombres compartiendo el departamento en un edificio y todo se transformó en una tragedia de aquellas griegas que no pudieron llegar a leer. Lo asesinaron. 

Rami murió a manos de su hermano y cuñado. A Steven lo golpearon hasta la inconciencia, su exsuegro se encargó de molerlo a golpes, y cuando despertó le dijeron que luego de dos días luchando por vivir, el amor de su vida había muerto, él estuvo dos meses en coma. Nunca supo en que sitio quedaron sus restos. 

Él no ha vuelto a salir con nadie desde ese momento, tenía 20 y ya tiene 26. 

—El amor es real, pequeño —dije yo —. James me ama y yo lo amo, esto es solo... Un desliz. 

—Su miembro se deslizó dentro de una mujer de amor económico —dijo Vis. 

—Vision, ya —pedí yo. 

Él suspiró. No soporta a James y esto le da pie para soportarlo mucho menos, pero no es justo para mí. Sé que a todo mundo le parezco una idiota, pero estoy enamorada y lamento todos los días no poder sentir algo diferente. 

—No dije nada.

—Intento dar lo mejor de mí, pero solo me haces sentir mucho más miserable repitiendo el asunto. Hago mi parte, intento que ya no me duela, quiero mantenerlo lejos, ¿es tan difícil para ti darme una puta palabra de apoyo?

—Deberíamos calmarnos. 

—Es difícil porque te lo advertí, ese sujeto me pareció un idiota desde un inicio y aun así lo mantenías a tu lado, aceptaste meterte en la boca del lobo, Wanda. 

—¡Bueno! creo que siempre me mantengo rodeada de idiotas, ¿debería empezar a alejarme? —dije molesta. 

—Suficiente, por favor —pidió Steven. 

Thor se puso de pie. 

—Iré a ordenar algo, solucionen sus problemas, niñatos. Stevie, ven conmigo. 

El rubio se llevó al menor de todos nosotros para evitarle pasar por esto. Vis es mi mejor amigo, y sé que no tiene tacto al momento de decir las cosas y luego suele arrepentirse de ello, pero duele. 

—No sé por qué haces tanto alboroto. Sé que lo amas, pero él no es bueno.

—Me cuesta despegarme del único hombre que me ha amado en la vida.

—Sabes que no es cierto, tuviste pretendientes.

—Nunca novios. James fue mi primer amor real, mi primera vez, mi primer y único esposo. Mi padre lo adora...

—Y solo él, nadie más, Wanda. Estoy casi seguro de que ni siquiera tus amigas creen que sea bueno... Y no es que ellas sean mis personas favoritas en el mundo.

Suspiré.

Puedo recordar como Sharon insistió en que, de no ser por mi padre, él jamás habría llegado a mi vida y que quizá debía cuestionar si eso resultaba como un buen augurio o no. Creo que nada de lo que me ha relacionado con James ha sido realmente un sinónimo de buena suerte. ¿Cómo no he notado esto antes?

—Si yo hubiese dicho que Thor es dañino, ¿te habría importado? —pregunté.

—Si realmente somos amigos, tendrías motivos para notarlo, y yo te oiría, porque sé que te importo, Wanda. Sabes que me cuesta expresarme con respecto a mis emociones, pero también ten en consideración que contigo me es incluso menos difícil que con Thor, y él es mi esposo. 

Los dedos delgados en la mano de mi mejor amigo intentaban acariciar mi mano, permití sus caricias y sonreí. 

—Agradezco tu amistad y todo el poder que me das...

—Te doy lo que me demuestras que puedes manejar, y quizá ese es tu problema, cielo. Demuestras que puedes con todo, que aguantas todo y no sé qué tan sano sea seguir perdonando lo imperdonable. 

Steven y Thor venían riendo, ambos traían dos helados, por lo que ya no podíamos seguir charlando de esto. 

—¿Solucionaron lo suyo? —Thor habló besando a su esposo. 

—Me manchaste —se quejó Vis. 

Vi al rubio más grande sonreír con la barba incipiente manchada por helado, mientras mi mejor amigo se limpiaba con una servilleta. Ellos son una clara representación de energía dorada y energía oscura.  Thor es un muchacho totalmente alegre que te sorprende con todo el amor que está dispuesto a entregar, su familia lo adora, Vis por su lado es más bien una señora malhumorada... Supongo que damos lo que somos o tenemos. 

—Me gusta cuando podemos estar juntos —dijo Steven. 

Lo rodeé con mis brazos, y todo parecía ir en paz de momento. Mis mejores amigos hablaban sobre lo que han hecho en estas últimas semanas. Thor inicio una campaña con una marca en Madrid, Vis se encargó de doce damas de honor para una boda durante el fin de semana, y está de vacaciones en el hospital, Steven planea comprarse una guitarra con su sueldo de este mes. Los observé con tanta adoración que un sentimiento de esperanza me inundó el pecho, el amor que siento por ellos parece tan fuerte que me renueva aquella energía que el amor romántico me hizo dar por perdida. 

Insistieron en que debíamos ir a un bar, beber algo suave y luego regresar a casa, pues Vis tenía trabajo y el jetlag que Thor tenía era insoportable desde que comenzamos nuestra reunión. El pobre rubio tomó una siesta corta en el auto mientras su esposo conducía hasta el bar que elegimos para dar fin al día amistoso. 

—Es un buen sitio —comentó Steven —. Las chicas de pediatría siempre hablan de las bebidas que sirven aquí. 

—El bartender es bueno, de hecho, conseguí que haga fotos en la boda de mi mejor amiga —bromeó Vis y reí —. Hablo en serio. Allí viene... ¡Clinton! —extendió sus brazos. 

Todos vimos la secuencia en donde el chico castaño y de barba refinada abrazaba a Vision con fraternidad. 

—¡Mi chico favorito! ¿Cómo va todo?

Thor levantó la mirada e infló su pecho mientras se acomodaba las gafas. Supongo que no soy la única celosa de este grupo. 

—Normal, ya sabes, un viernes de tragos con mis muchachos —nos señaló. 

La mirada del castaño se fijó en mí. Él me reconoció de inmediato y saludó algo perturbado. Thor hizo una tos falsa esperando que lo presentaran. 

—Clinton, cielo. Este es mi esposo, Thor Samuel Odinson. Acaba de regresar de su viaje a Madrid, por lo que espero que le des un buen trago que le quite el estrés un par de horas. Luego de eso me encargaré yo —bromeó.

Clinton rió. 

—Por supuesto, querido. La casa invita. 

Se giró a uno de sus empleados y le dio indicaciones de especial atención a nuestra mesa, pues dijo que todos éramos amigos. El joven llamado Ikaris sonrió de forma muy amable y dijo que con gusto llevaría las órdenes de su amigo a cabo. 

—¿Qué se les ofrece esta noche? —preguntó observándome fijo. 

Bajé la mirada hasta mi anillo de bodas. Hoy elegí usarlo, pues los muchachos no sabían lo de James en un inicio, y ya que Vis hizo que se enteren de forma simple, supongo que puedo guardarlo. 

—Unos tequilas estarían bien para comenzar —dijo Thor y los demás asintieron. 

—¿Y para la dama? —preguntó con voz cálida. 

Sonreí algo confusa. No sabía si Vis se refería a esto con lo de intentar hacer algo al respecto. 

—La dama seguramente desea tu número —contestó el rubio con tono pícaro.

El joven bajó la mirada hasta su mandil y anotó algo en su libreta. cortó el trozo de hoja y me lo extendió. 

—Nunca está de más —me guiñó el ojo y se alejó. 

Los muchachos rieron, elegí no decir nada. Me mantenía en mi perpetua duda sobre como seguir. ¿Debería escribirle? 

—Wanda, mantienes tu encanto incluso estando casada —dijo Thor. 

—Ella es encantadora siempre, lo cae en las reglas del matricidio —comentó Vis. 

Steven rió y Thor bufó. 

—Que agradable poder compartir con ustedes otra vez —dijo el moreno. 

—¡Ya vienen los tequilas! —gritó Vision. 

El muchacho traía la bandeja en una de sus manos y un espumante en la otra. Es atractivo y muy fuerte.

La noche se nos pasó entre bebidas, anécdotas y risas, cada vez que veía hacía la barra estaba aquel hombre, viéndome con deseo y quizá eso me impulsaba a escribirle, sin embargo, mi mente me repetía que solo buscaba cubrir el vacío que dejó la partida de James. 

Quizá era su cabello castaño, su sonrisa, sus ojos azules o ese increíble parecido estructural entre ambos... Quizá solo eran las copas excesivas, creo que lo único que tuve claro al día siguiente fue que salí de ese bar con un mensaje en borradores y otro en el chat de mi cuñada en donde le pedía ayuda con un asunto de suma importancia. Luego de que no le contestara la pelirroja pareció preocuparse, pues eran las doce del día y noté sus 70 llamadas perdidas y más de 200 mensajes preocupados por mi vida y salud. 

Joder...

Nota:

2/4

—Apolo.