Capitulo 2: Parte 1
-Yo espio con mi pequ....
-Un arbol!!-
Para este punto, el juego de "yo espio con mi ojito" había dejado de ser divertido. Era la trigésimo tercera vez que Nick espiaba algo, y Judy cual adivina, respondía al instante.
-Un arbol.
La cosa era que, la chica no tenía absolutamente nada más que hacer, responder de mala gana al zorro; era irónicamente, lo más entretenido que podía hacer en ese momento.
Por otro lado...
-Jack, deja de jugar con la ventana!-
Skye gruñó molesta ante el ya desperante ruido que emite el cristal de la ventana al subir y bajar.
-Dijiste que sabias el camino, Skye- La liebre habló con desgano.
-Claro que lose! Solo, es que, tome un atajo y... ese árbol siempre ha estado ahí?
-Nose, cual de los miles que hay?- Jack habló con sarcasmo.
De pronto hubo un...
BOOM!
Skye piso el freno abruptamente y se bajo aterrada pensando que su amado coche nuevamente había sufrido un percance. Más suspiró aliviada al confirmar que todo estaba en orden.
Entonces, que habia sido aquel estruendo?
La chica miró a su alrededor buscando dar con la fuente del sonido.
Los otros tres pasajeros bajaron del auto aún aturdidos por la intensidad del momento.
Judy saltó sobre el techo del auto y volteo en todas direcciones buscando que pudo provocar ese ruido, y no más allá de unos 20 metros quizás, los vio.
Dentro del bosque a la orilla de la carretera, dos pequeños discutían.
Se trataban de un conejo y un pequeño ciervo que no aparentaban tener más de 11 años y cuya discusión estaba por escalar a los golpes.
Entonces Judy se apresuró, bajo del coche y le dijo a sus amigos que le siguieran.
-Te dije! Una y otra y otra vez! No los coloques todos juntos!- el pequeño venado se frotaba el rostro con sus manos por la frustración.
-No estaban juntos! Esa cosa simplemente no despegó!- se defendió el pequeño conejo ante el regaño del pequeño ciervo.
-Porque lo clavaste demasiado profundo en el suelo! Cielos, que le diré a mi padre?- El pequeño ciervo cambio su semblante de enojo a uno de preocupación mientras se tomaba la cabeza con ambas manos.
-Oigan! Que sucede? Están bien?- De pronto la coneja llegó para calmar la situación.
-No por mucho- Dijo el pequeño siervo volteando a ver a la coneja aún preocupado.
- A que te refieres? Que ocurrió?- Preguntó Judy, el conejo le respondió.
-Estábamos probando fuegos pirotécnicos para la feria de mañana y por accidente...-
-Accidente!!?- El pequeño siervo volteo a ver al pequeño conejo nuevamente molesto.
- Ok, ok, yo cometí un error, clave la bara muy profundo en la tierra y al momento de encenderlo pues, no voló- El pequeño conejo se encogió de hombros mientras sonreía nerviosamente.
El pequeño venado continuó.
- Y debido a ello, cuando explotó, las chispas volaron hacia la caja con el resto de pirotécnicos y estallaron todos a la vez!- Así el pequeño ciervo hizo una exagerada demostración de como los pirotécnicos se encendieron.
-Entiendo, pero al menos ambos están bien, no les paso nada, verdad?- La coneja sonrió con amabilidad para ambos.
"No", dijeron ambos a la vez.
Pasaron unos minutos.
-Bien, ahora que estamos más tranquilos, me presento, mi nombre es Judy, Judy Hopps, y ellos son mis amigos, Jack, Nick y Skye-
Los presentó uno por uno.
-Y ustedes, niños, como se llaman?
El primero en presentarse fue el pequeño conejo.
-Mi nombre es Peter! Pero mis amigos que dicen "Tambor", porque amo tocar el tambor!- Exclamó el conejo con alegría.
-Es un placer "Tambor", puedo llamarte así verdad?- pregunto Judy con ternura.
El pequeño asintió.
Luego habló el pequeño venado.
-Mi nombre es Donnie, pero mis amigos me dicen...-
BAMBI!!
Un grito fuerte se escuchó desde detrás de los árboles, de entre la espesura del bosque, salio un venado adulto y bastante enojado.
-ayayay! Es mi padre!- El pequeño venado se escondió detrás de Skye.
-Que fue ese estruendo?-
-Bambi, te dije que no tocaras los fuegos artíficiales!-
El venado adulto se acercó hasta el grupo.
- Y ustedes quienes son?- preguntó con seriedad a los 4 mamíferos adultos.
- Buenas tardes señor, mi nombre es Judy Hopps, y ellos son mis amigos- Nuevamente los presento a todos de uno en uno.
- Fantástico, ahora si me disculpan, Bambi! Ven aquí ahora mismo, vamos a reemplazar todos los pirotécnicos que quemaste-
El pequeño Bambi se separo de Skye y con la cabeza gacha empezó a caminar detrás de su padre.
-Un momento!- La coneja los detuvo alzando la voz.
- Necesita algo?- preguntó el padre del pequeño volteando a verla sin cambiar su expresión de molestia.
- Si, verá, soy oficial de policía, y estoy en el deber de preguntarle porque involucra a un menor de edad en la fabricación de fuegos pirotécnicos- Habló la coneja poniendo sus puños sobre sus caderas e inflando su pecho con autoridad, y algo de orgullo.
El venado adulto la volteo a ver de arriba abajo por unos breves segundos y entonces, procedió a responderle con otra pregunta.
- Y tu placa?-
Las orejas hasta ahora erguidas de la coneja, cayeron hacia atrás mientras los nervios empezaban a traicionarla.
- Pues...verá, no, no la tengo conmigo pero...oiga!-
El venado no esperó más, shiteo y siguió su camino dejándola ahí hablando sola mientras se adentraba en el bosque junto a los dos pequeños.
- Bueno, que hacemos ahora?- Nick lanzó la pregunta al aire.
- Pues hay que seguirlos- Respondió Judy de inmediato.
- Mmh!? Yo me refería a nuestro viaje, llevamos horas andando en círculos, porque la niña de papi aseguraba que conocía la ruta-
Skye voltéo a verle con disgusto.
- Pero...-
-Judy, es un problema entre padre e hijo, es muy común que los padres enseñen a sus hijos sobre alguna tradición que perdura en sus familias, incluso la fabricación de pirotécnicos- Habló Jack poniendo su mano sobre el hombro de la chica.
- No! Voy a ir y les ayudare a reemplazar todos sus fuegos artíficiales- Exclamó la coneja decidida, empezó a caminar hacia el bosque.
- Además, los niños hablaron sobre una feria para mañana, podría tratarse de la misma feria a la que nos dirigimos, podemos pedirles indicaciones- La chica habló mientras seguía avanzando.
- Judy espera!, voy contigo- Nick la siguió.
La coneja volteo y le sonrió.
- Yo también voy!- La siguiente fue Skye, no sin antes.
- Pero, pero, el viaje!- Jack balbuceaba sin saber que hacer.
De repente el orejon sintió sus patas separarse del suelo, Skye lo había tomado de los brazos y lo acerco hasta estar cara a cara, lo acercó hasta su boca y sin mediar palabras le dio un beso que casi asfixia a la pobre liebre.
Tras varios segundos, la albina se separó de él y le dejó ir, una vez dejandole de nuevo en el suelo le entregó las llaves del auto a su novio y con la voz más fingidamente dulce le dijo.
- Cuída la nave Jackie-
Jack quedó atónito y si poder hablar mientras veía a sus amigos alejarse.
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