Capitulo 1: parte 3
La liebre de cara rayada dio la vuelta y empezó a correr en cuatro patas, alejándose y perdiéndose en la oscuridad detrás del edificio mientras aquella figura extraña iba tras él, moviéndose de manera errática además de hacer constantes sonidos extraños.
Mientras tanto la coneja urgaba en sus pertenencias mientras imploraba que el objeto que buscaba realmente estuviera dentro del equipaje, no comprendia como había sido tan olvidadiza pues el aparato no estaba en ninguna de las bolsas que llevaban dentro del auto, ni en la suya ni en la de sus compañeros.
Fue entonces que cayó en cuenta, lo había dejado en una de las maletas, mismas que estaban en el maletero, lo que significaba que si quería recuperarlo debía salir del vehículo.
Miro por la ventana, Jack y la figura habían desaparecido pero podía escuchar sutiles gritos de horror a la distancia acompañados de aquellos balbuceos desquiciados.
Dentro del local, aun explorando; se encontraban ambos caninos que habían tirado la toalla al no encontrar recipiente alguno para transportar el valioso combustible y ahora solo atiborraban sus bolsillos con todo lo que pudieran comer.
Llevaban cosigo sodas, galletas, frituras entre otras golosinas para los dos orejones.
-Alguien se acabo las barras Nummy- Fue lo que dijo Skye quien estaba de pie frente a un estante vacío con un letrero de Nummys, solo sshito astiada y fue con su amigo, Nick por su parte buscaba en contraparte, todo lo que pudieran beber, jugos de mora especialmente, había incluso de la cerveza favorita de Jack pero fingió no haberla visto.
-Tienes todo?- Skye llego con él preguntando por el botín con el que se habían hecho.
-Si así es, fijate en esto! incluso había leche de zanahorias!!- exclamó entre una mezcla de sorpresa y burla a la vez que alzaba el empaque a la altura del rostro de la chica.
-Como habrán hecho para sacar leche de una zanahoria...-
-Vamonos ya!- La chica dio media vuelta en dirección a la caja.
Una vez ahí puso cada dulce y aperitivo en una caja única, el zorro hizo lo mismo.
-Ok y ahora como hacemos si no hay quien esté atendiendo?-
La chica solo lo volteo a ver con una mirada de ironía, el mismo que estaba preocupado por cómo pagarían los dulces, había abierto una bolsa de galletas y se las estaba comiendo.
Skye se dirigió entonces a la parte trasera del mostrador y desde ahí empezó a pasar un producto detrás de otro.
Nick tomo una postura fingiendo ser de alta clase.
-Ponlo a mi cuenta!- Dijo el zorro bromeando y fingiendo finura entre risas hasta que la cruel y despiadada sonrisa de Skye le hizo retractarse.
-Nonono! Espera solo bromeaba!-
Afuera del sitio; la coneja abría lentamente la puerta del auto y ponia una pata afuera, los gritos de Jack le indicaban que al menos por el momento, la cosa no iría tras ella. Se apresuró y entre saltos llegó a la parte trasera del auto, intentó abrir el maletero pero ahora su problema era aun mayor, estaba cerrado y Skye era quien tenía la llave.
Maldijo para sus adentros.
Se paró sobre el techo del vehículo y trató de ver hacia el interior de la tienda, ahí estaban sus dos amigos en el área de caja, y de fondo Jack y sus suplicas de socorro. Judy estaba a punto de bajar y correr hacia el interior del local cuando sintió en su nuca un viento cálido, todo su cuerpo se paralizó y su pelaje se erizo por el escalofrio que recorrio su espalda.
Un gruñido profundo le alertaban de una presencia a sus espaldas y sacando todo su valor se dio la vuelta para encarar al visitante.
Era una figura enorme, más grande que la anterior, del tamaño de un oso quizá, y estaba justo a centímetros de ella, la inquebrantable voluntad de la pequeña orejona flaqueo y el rugido sorpresivo de aquel monstruo la hizo gritar como una niña pequeña.
Adentro de la tienda, Nick y Skye escucharon aquel grito de horror y salieron rápidamente a auxiliar a la chica, más no hizo falta pues esta ya venía hacia ellos siendo correteada por la enorme figura apenas distinguible entre la poca luz.
Judy se lanzó a los brazos de Nick y este dando media vuelta huyó hacia el interior, Skye trató de cerrar la puerta para, según ella, mantener a aquella cosa afuera, sin embargo la figura atravesó el cristal como papel y chocó contra el panel de la electricidad destruyendolo y dejando todo el lugar a oscuras.
Nick se había escondido con la asustada coneja debajo de un estante de frituras, mientras Skye se había ido a la parte trasera, más específicamente a la bodega.
El gruñido de la criatura misteriosa aun se podía escuchar, esta se había puesto de pie y ahora deambulaba por el interior del destruido negocio mientras olfateba.
Se estaba acercando cada vez más a donde el zorro y la coneja se habían escondido, el hocico del monstruo hacia sonidos fuertes cada vez que inhalaba y exhalaba exhaustivamente, estaba ya a uno o dos metros de llegar al escondite de la pareja cuando unos gritos provenientes del exterior llamaron la atención tanto de Nick y Judy como de la criatura.
Jack se dirigía hacia la tienda siendo correteado por la primera figura que lo perseguía de una manera errática y está de más decir, aterradora; justo cuando Jack llegó a la entrada y trató de llamar a sus amigos fue que se encontró de cara con la segunda figura, la pobre liebre cedió en el acto y un golpe seco indicaba que había caído al suelo a causa de un desmayo.
De pronto otro grito esta vez desde atrás, alertó a todos los presentes, era Skye quien había vuelto ahora con una pala en manos la cual no dudo en usar.
Un contundente golpe a la cabeza de la figura más grande y está cayó al suelo inconsciente, la otra figura intentó escapar pero sufrió el mismo destino.
Skye lanzó un grito de coraje cual guerrero que regresa triunfante de la batalla y se apresuró a atender a Jack quien increiblemente había caído con los ojos abiertos.
Más tarde esa madrugada, los amigos habían ayudado a limpiar y reparar el panel trayendo de nuevo electricidad al local. Resulta que, aquellas figuras eran en realidad los trabajadores del local, los cuales habían ingerido una enorme cantidad de chocolate y los había sumergido en un extasis similar a estar drogados, sus nombres?
Boog y Elliot.
Boog era un oso el cual se encarga de atender las bombas de combustible y el inventario.
Elliot era un venado el cual le faltaba un cuerno y era el cajero del lugar ademas de conserje. Aquella noche ambos amigos habían entrado en un concurso de comer más barras Nummys o como ellos las llamaban "Barras Woojo" y el primero en desmayarse debía limpiar los baños.
Un concurso con una meta absurda.
Sin embargo ambos llegaron al punto de no retorno y durante su extasis deambulaban por el lugar vistiendose con restos y arapos fingiendo ser espantapajaros. Motivo por el cual corretearon a ambos orejones, en sus mentes temporalmente en blanco, veian pájaros.
-Argh! Mi cabeza! siento que como si me hubieran golpeado con una pala- Elliot seguía adolorido y con la cabeza vendada, por fortuna no había pasado de un hematoma.
Skye ya se había deshecho de la pala.
-Sentimos mucho haberlos asustado, fue algo muy tonto pero esas barras son deliciosas- Boog atendía la caja mientras se disculpaba con el grupo de amigos aun apenado por la situación.
-Asustar es poco!- Jack había despertado no hace mucho y se le había puesto al tanto, seguía con los nervios de punta mientras Skye lo sostenía en sus brazos cual peluche.
-Eso es todo, son 30 dolares- Boog empaco los productos en una caja tal como Skye se lo había pedido.
Así mismo el simpático oso les ayudo con las bombas de combustible, las cuales no era que estuvieran vacías, sino que había que darles algo de "amor" y obligarlas a funcionar, así llenaron un bidón.
Ahora con el auto lleno de combustible y víveres para los próximos días, el grupo podía continuar su viaje hacia...donde quiera que fueran.
Nuevamente hubo disculpas por parte del oso y el venado y estos les despidieron calidamente deseándoles un buen viaje.
Ya en la carretera.
-Judy puedes soltarme ya?- La coneja no respondió, mas aún se aferraba al zorro, tal parecía que aquello había sido mucho para ella e incluso sus pequeñas garras se habían clavado a la ropa del canino, hasta se había quedado dormida.
-Skye ya sueltame- Jack por su parte iba en el asiento del conductor sobre el regazo de Skye quien lo tenía abrazado/preso con uno de sus brazos alrededor de su cuello.
-No quiero- fue lo único que dijo la chica albina sin apartar la vista del frente.
Tssk!
-Había olvidado cuanto me gusta tu pelaje, es muy suave y huele bien- Skye restrego su rostro contra el de Jack, sintiendo su aroma y suavidad y hasta una juguetona lamida le dio en una de sus mejillas.
La liebre se resignó a ser el "oso de felpa" de la chica.
-A donde nos dirigimos ahora Skye?- Pregunto Nick quién se había pasado al asiento de adelante con una manta sobre la chica aferrada a su pecho.
-Mmh no lose, pero hay una feria no muy lejos de aquí que abre sus puertas durante estas fechas- comento la chica.
-...Que te parece Jacky?, quieres algodón de azúcar?- nuevamente la canina albina restrego su rostro contra el de su liebre de manera cariñosa.
A Jack le aterraba lo volátil que era el estado de humor de Skye, solo pudo desviar la mirada apenado.
-...Ya te vi! Jaja, bien, vamos por ese algodón de azúcar para mi pequeño Jacky!-
Skye aceleró y a la distancia el auto se perdía entre la oscuridad de la madrugada, estaban todos ansiosos por llegar a su siguiente destino.
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