❝ tell me you love me ❞

Entré al aula en compañía de mi mejor amigo y ambos nos dirigimos hacia nuestros asientos, que estaban al fondo. Mientras avanzábamos, mi atención se vio atraída por la presencia de Hwang Hyunjin, el chico más popular de la escuela. Su cabello castaño y elegantemente peinado, así como su impecable atuendo, lo hacían destacar en el salón. Me sentí un poco nervioso conforme me acercaba, pero estaba decidido a saludarlo de todas maneras.

—¡Hola! —exclamé, moviendo mi mano de un lado a otro.

Sin embargo, él me ignoró por completo, lo que me frustró. No podía entender por qué me trataba de esa forma. Siempre había sido muy amable con todos, pero conmigo era frío y distante. Me preguntaba si había hecho algo para molestarlo, pero no podía pensar en nada.

Finalmente, mi mejor amigo y yo tomamos asiento juntos, y un suspiro escapó de mis labios. No podía ni siquiera compartir con él lo mal que me sentía por las acciones de Hyunjin. Hace unos días, después de la escuela, Hyunjin me confesó que tenía sentimientos románticos por mí. La noticia me había tomado por sorpresa, dejándome perplejo, y antes de que pudiera siquiera responderle, huyó.

Estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta de que mi mejor amigo, Kim Seungmin, me había preguntado algo. Su voz me sobresaltó y lo miré confundido, saliendo abruptamente de mi ensimismamiento.

—¡Jeongin! —exclamó—. ¿De nuevo estás en las nubes?

Suspiré y dejé caer mi cabeza sobre la mesa, asintiendo con vergüenza. Me sorprendió su reacción tranquila, sin enfadarse por mi falta de atención a su pregunta. En lugar de eso, soltó una risa suave y me dio un pequeño golpe en el hombro.

—Bueno, al menos parece que no estás preocupado por la tarea de matemáticas que debemos entregar hoy. Supongo que ya la hiciste, ¿verdad?

Mis ojos se agrandaron al darme cuenta de que la había olvidado por completo. Supuse que Seungmin notó mi expresión de sorpresa porque me ofreció su cuaderno para que pudiera copiar las respuestas, y le agradecí por su ayuda.

Afortunadamente, logré terminar de copiar todo antes de que sonara el timbre. Durante la clase, traté de concentrarme en las explicaciones del profesor, pero no podía sacar a Hyunjin de mi mente. Me preguntaba por qué actuaba así después de su confesión tan repentina. Sabía que tenía que hablar con él y aclarar las cosas, pero no tenía idea de cómo abordar el tema.

Supuse que solo me tocaría esperar.

(...)

Habían pasado varios días y la actitud distante y fría de Hyunjin persistía. Sin embargo, hoy fue diferente. Cuando intenté saludarlo, él me agarró de la muñeca y me arrastró hacia una zona apartada del patio. No tardó en acorralarme contra la pared, lo que hizo que mi respiración se acelerara. No lograba comprender su actitud tan impredecible.

Poco a poco, se acercó a mí, dejando solo unos centímetros de distancia entre nuestros rostros. Su aliento cálido en mi piel hizo que los latidos de mi corazón se aceleraran aún más. Fue entonces cuando habló.

—Jeongin, lo siento. No quería ser distante contigo. Simplemente me pongo nervioso cuando estoy cerca de ti —admitió—. Ya te lo dije antes, pero realmente me gustas.

Me quedé sin palabras por un momento, sin saber cómo reaccionar. Noté que iba a decir algo más, pero no dejé que lo hiciera.

—También me gustas —respondí.

Por la expresión en su rostro, pude darme cuenta de que mi confesión lo tomó por sorpresa. Me sentí tan nervioso que desvié la mirada hacia el suelo, como si de repente hubiera algo interesante allí. Sentí su cálida mano en mi barbilla, levantando mi rostro, y sin previo aviso, me besó en los labios. La suavidad de su beso me hizo sentir como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento. Nunca antes había besado a nadie, y mucho menos había imaginado que mi primer beso sería con él. Pero en ese instante, nada más importaba.

Después de un rato se separó de mí y desordenó mi cabello antes de marcharse como si nada hubiera ocurrido. Yo solo suspiré profundamente, tratando de recuperar el aliento mientras me ordenaba el cabello. Luego, regresé al salón de clases y me senté junto a Seungmin, quien me preguntó por qué Hyunjin me había sacado de allí, pero no le contaría la verdad, al menos no todavía.

(...)

Había transcurrido casi un mes desde aquel primer beso con Hyunjin en el patio del colegio. Desde entonces, se había convertido en una especie de rutina: dos veces por semana, los martes y jueves, él me sacaba del salón para besarnos en algún lugar aislado. No obstante, últimamente esto comenzaba a molestarme, ya que después de esos momentos, él actuaba como si yo fuera un estorbo el resto del día. No se tomaba la molestia de preguntarme cómo me sentía ni hablaba conmigo en público. Empecé a sentir que solo me estaba usando para satisfacer sus necesidades y no porque realmente le gustara.

Me preguntaba si lo que tenía conmigo era solo un juego para él. Me cuestionaba por qué quería mantener en secreto lo que hacíamos y por qué no se tomaba el tiempo para preguntarme si quería ser su novio. ¿Acaso era algo malo que el resto del colegio supiera que estábamos juntos? Tal vez él pensaba que yo no era lo suficientemente atractivo y que las chicas que lo seguían eran más bonitas que yo.

Estos pensamientos me atormentaban constantemente, alimentando mis inseguridades. Me resultaba cada vez más difícil mantenerme al margen de mis emociones negativas, pero no podía evitar sentirme de esta manera.

Hoy era un nuevo día y, como de costumbre, Hyunjin me sacó del salón para besarme. Sin embargo, esta vez decidí alejarlo de mí. Me dolía que me tratara como si fuera una máquina para besar, sin preocuparse por mis sentimientos.

—Lo siento... —Suspiré y me senté en el suelo, abrazando mis piernas y dejando escapar un suspiro.

Decidí hablarle acerca de lo que estaba sintiendo, incluso si implicaba que pudiera odiarme por ello. Finalmente, se sentó a mi lado y comenzó a acariciar mi cabello, lo que me reconfortó un poco. Me dijo que lo sentía, que pensaba que ya estábamos en una relación y que no quería que la escuela se enterara debido a que éramos dos chicos, y sabía que no sería bien recibido por muchas personas.

Aunque comprendía sus razones, no podía dejar de sentirme como un objeto. Me hacía sentir como si fuera una basura, y lo odiaba. Mordí mi labio inferior y sentí cómo mis ojos se llenaban de lágrimas mientras le expresaba mis sentimientos.

En ese momento, me dio un beso en la frente y me abrazó, disculpándose y prometiendo cambiar la forma en que me trataba en público. Esperaba que cumpliera su promesa.

(...)

Con el paso del tiempo, Hyunjin demostró ser fiel a su promesa. Ya no me evitaba ni me trataba mal frente a los demás, y aunque seguía besándome los martes y jueves, ahora se aseguraba de que yo estuviera de acuerdo antes de hacerlo.

Conforme los días pasaban, me di cuenta de que me gustaba cada vez más. Me encantaba la forma en que se preocupaba por mí, siempre preguntándome cómo había sido mi día y asegurándose de que me sintiera cómodo en todo momento. Eventualmente, oficializamos nuestra relación y las cosas cambiaron aún más. Hyunjin se volvió más cariñoso que nunca y nos apoyábamos mutuamente en todo lo que hacíamos. Compartíamos nuestros sueños, metas y temores, y me di cuenta de que estaba enamorado de él.

Además, al pasar más tiempo juntos, Seungmin también se acercó más a nosotros. Pronto, mi amigo y yo nos volvimos tan populares como mi novio, y tanto chicas como chicos nos seguían a todas partes. Esto ponía un poco celoso a Hyunjin, pero yo le recordaba que él también era admirado por muchas personas.

Hoy era el Día de San Valentín, uno de los días más emocionantes en la escuela. El ambiente estaba lleno de colores brillantes, deliciosos aromas y flores por todas partes. La gente llevaba consigo cartas, chocolates y regalos, mientras que las parejas se daban besos tímidos en los pasillos.

Hyunjin quería acercarse a mí, pero la multitud se lo dificultaba. Vi cómo se abría paso, apartando a las personas de su camino hasta que finalmente llegó a mi lado y me agarró de la cintura.

—No se atrevan a darle cartas de amor a mi novio —dijo en voz alta para que todos pudieran escucharlo.

Todos los que nos rodeaban empezaron a gritar y murmurar, algunos sorprendidos, otros disgustados y unos pocos felices. No me importaba que todos supieran sobre nuestra relación, pero el hecho de que Hyunjin lo dijera en voz alta me sorprendió un poco. Miré a Seungmin y él sonrió, no entendía por qué me miraba así.

Finalmente sonó la campana y todos se fueron a clases, excepto mi mejor amigo y yo.

—Ya lo sabía —Rio y lo miré con sorpresa—. ¡Son tan obvios! Siempre hablas de él, y Hyunjin siempre habla de ti, casi no me dejan hablarles del chico que me gusta.

—¿Te gusta alguien? —pregunté, sintiéndome un poco culpable por no haberle prestado suficiente atención.

Él puso los ojos en blanco, riendo, y nos dirigimos a nuestro salón. Llegamos justo a tiempo para la clase de Matemáticas, pero no podía concentrarme en nada más que en lo feliz que me sentía de tener a Hyunjin a mi lado y en lo agradecido que estaba de tener a un amigo como Seungmin.

(...)

Después de varias semanas, Hyunjin y yo comenzamos a perder popularidad debido a nuestra relación. Sin embargo, no nos importaba en absoluto, ya que estábamos profundamente enamorados el uno del otro. Nos dedicábamos a tener citas románticas, a regalarnos cosas bonitas y a celebrar todos los momentos importantes de nuestra relación, como nuestro primer mes juntos.

El aroma del perfume que Hyunjin llevaba me hacía sentir como si estuviera flotando en una nube de felicidad. Su risa y su sonrisa eran contagiosas, llenándome de calor y alegría. Y cada vez que me besaba, sentía como si mi corazón latiera más rápido.

Más tarde, descubrimos que Seungmin estaba saliendo con Seo Changbin, un chico que yo apenas conocía, pero que hacía muy feliz a mi amigo, y eso era lo que único que importaba. Aunque, por supuesto, él también perdió su popularidad, pero no le importó en lo más mínimo. Podía ver la felicidad en sus ojos cada vez que hablaba de su novio, y la forma en que se tomaban de la mano me recordaba lo enamorado que yo estaba de Hyunjin.

Mi amor por él crecía cada vez más. Sus pequeños gestos me hacían feliz y alegraban mi vida. Él me hacía sentir completo, y esperaba que estuviéramos juntos para siempre.

Me sentía bien porque ahora podía tratarme de manera normal y no tener ocultar lo que sentía. Podíamos caminar tomados de la mano por los pasillos sin preocuparnos por lo que pensaran los demás, y cuando me miraba con sus ojos llenos de amor, sentía como si el mundo fuera solo para nosotros dos. 

Estar a su lado se sentía increíblemente bien, y esperaba que nuestro amor nunca acabara.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top