Sonrisas.

Hola, te quiero presentar a mi amigo. Tu amigo. Su amigo. Es el amigo de todos, pero, no esperes lealtad. 

Él era el chico de las sonrisas, con los ojos del Sol y los dientes de perlas, con energía de bomba y chistes hilarantes. Él era Jyushimatsu. 

'Todos sonríen por algo'.

Él último día de vida de Ichimatsu él tuvo la suerte de ser el penúltimo en verle, hablaron de nimiedades y pecados que rondaban por la cabeza del mayor. 

Le dijo el hombre que le dió la vida.

"Sería un buen padre, ¡Me imagino siguiendo a Martín para casarme con Homura! Hustle, Hustle, Muscle, Muscle".

'Uno no sonríe y ya, eso es estúpido'.

"Eres mejor como ángel, Karamatsu sería el padre de Eleanor Rigby".

Pero el joven optó por simplemente sonreír.

"Choromatsu sería Dios en ese caso".

Por ser el amigo de todos, ocultando preferencias en la sonrisa plástica.

"No, hay que admitirlo, él se creería Dios, más no lo sería" Ambos empezaron a carcajear.

Esta se derretía de manera especial con seis personas.

"Totty se creería un ángel siendo un demonio"

Y desbordaba amor con una.

"Me matas: Totty sería un fantasma, cuando se pone de digno. Recuerda que cuando una historia le gusta es así" El chico sin cabellera se rió de sus propios chistes, eventualmente siendo acompañado por su amigo.

Él no podía hacer más que contagiar su sonrisa.

"Osomatsu sería el Diablo en ese caso, ¿Te lo imaginas entrando al Cielo diciendo 'Chorofapsky, tengo hambre, en el Infierno todo esta quemado"?

'Mientras más dure, mejor' Murmuró alguna vez.

Sus risas se hacían cada vez más y más fuertes, rozando con facilidad las carcajadas que muchos en riso-terapia intentaban alcanzar. . . Al menos hasta que el de ojos lavanda paró en seco. Llevando sus manos a su garganta, lágrimas rápidamente abriéndose paso para intentar salir por las comisuras de sus ojos. 

Pero olvidó un detalle.

El de ojos dorados lo miró confundido.

Hay un punto en el que todos dejan de sonreír.

"No" El contrario jadeaba de repente, incapaz de inhalar de manera apropiada "Respirar" Empezó a toser con mucha fuerza. El joven de ojos amarillos corrió al pasillo.

Ya sea para tomar una pausa y respirar.

"¡Enfermera! ¡Enfermera!" Choromatsu se levantó con rapidez al reconocer a quien pedía ayuda; acudiendo a donde estaba el doctor que atendía a su amante.

O por que respirar ahora es un sueño antiguo y olvidado.

Ichimatsu rodeaba su fino cuello con sus manos. Su mejor amigo sólo podía ver cómo intentaba respirar, los labios pálidos del mayor se empezaron a teñir de un curioso y  bello carmesí sangriento.

Por que una sonrisa, por más bella que sea,

Sabía muchas cosas de Ichimatsu, que le gustaba y que no, la complejidad de su previo noviazgo con el chico de ojos rojos, el nombre de sus pastillas del dolor y que prefería la morfina, el nombre de todos los gatos que tuvo y como los perdió, su partida de baseball favorito y el jugador... Pero no sabía que hacer en ese momento.

Por más amable y sincera que sea, por más que cause a otros una sonrisa.

La muerte crecía en su interior, la luz en sus ojos que se había perdido desde que sus manos temblaban... Tanto que no podía tocar el piano.

No detiene al tiempo.

Y si bien su amigo era solitario, y un poco desastroso él sabía que era amable. Sabía que el amor se desbordaba en sus ojos cuando miraba 'Casualmente' su anillo de compromiso.

Y el tiempo, si bien no tiene inicio claro,

Su amigo era áspero, y no era muy dulce con ajenos, y que no tenía muy buen aliento, y que él estaba enfermo pero por orgullo no pediría ayuda, y que  no era muy llamativo. También sabía que rompía en llanto cada vez que un felino rechazaba sus mimos.

Tiene un final, como la suerte de todos los abrazos.

Pero recordaba a la perfección que era duro consigo mismo, que no quería preocupar a otros, que era una mezcla tan perfecta como podía ser. Que era la mejor versión de sí mismo con todo y sus mentiras.

Jyushimatsu sonrió tanto, que, así como las monedas sobre-explotadas, perdió su valor.

Y no sabía que hacer. Cuando las gotas de sangre volaban desde el interior del cuello de sus amigo a las sábanas, y sus ojos se volvían rojizos y esponjosos, y que las lágrimas caían una tras la otra por el puente de su nariz.

Cuando sonreír le era tan común como respirar,

Se estaba yendo. Y el chico de ojos ámbar se asfixiaba en el olor del hospital; Ese a ancianos, cloro y medicinas, mientras veía como su mejor amigo perdía la batalla contra la muerte.

Se encontró a sí mismo llorando, por las crueles palabras dirigidas a la chica que más amaba.

Se estaba muriendo.

"Él le sonríe así a todas y todos. No te creas especial..."

Y a diferencia del intento de suicidio una semana previa, esta vez no quería morir. Su amigo quería seguir con vida. Tenía un motivo, después de todo.

El chico huraño mandó a esas personas a chingar a su madre. Le dio un paraguas a la chica que molestaban para pedirle amablemente que se retirara.

Y el sabía, que muy al fondo de esa sonrisa plástica que frente a otros mantenía... A Ichimatsu le sonrió con tanto amor como pudo. La única persona que habitaba su corazón de una manera romántica siendo su prometida; Homura. Pero aún así dolía. Por que quería al paciente tanto como si fuera su hermano.

Y se sentó a su lado, para permitirle llorar en su hombro. Para que dejara de sonreír. Le dió palabras de ánimo y contó una parte de su propia historia.

Y le pidió que viviera, por esa persona de ojos verdes que moriría y viviría por el.

En respuesta, Jyushimatsu agradeció con algo que ahora era más valioso que una sonrisa suya.

Pero no puedo hacer mucho cuando llegaron los demás paramédicos, el pianista temblando y rogando que todo saliera bien.

Le regaló sus lágrimas,

Su prometida llegó corriendo. Le bastó ver a Choromatsu en su estado deplorable para comprender por que lágrimas dulces caían por el rostro de ambos chicos.

Con ojos que desbordaban alivio y felicidad.  

Homura se arrodilló ante su prometido, jalando su manga y limpiando las lágrimas de su amado como una madre a su niño. La joven le dedicó una sonrisa a su futuro marido.— ¿Cómo está él? — Preguntó a Choromatsu.

Era el regalo más valioso que podía dar en esos tiempos.

— Los doctores dicen que tuvo una recaída, algo de tener la garganta muy herida y que probablemente no salga de esta .— Choromatsu pasó su mano por sus cabellos, despeinándose en el acto, apretó sus ojos con fuerza, su rostro tenía un tono rosado, más lágrimas precipitándose por las comisuras de sus ojos .— Joder ¡No tienen ni idea de que tiene del todo! 

El chico de las sonrisas, dejó de sonreír tanto, dándole valor a esa curvatura en sus labios. 

El oji-miel quería apoyarle, pero se estaba ahogando en sus lágrimas, su garganta probablemente con nudos de marinero. La mano de Homura acarició sus dedos. Le dedicó una mirada de ánimo y volvió a dirigirse a Choromatsu.

Había personas ineptas que creían que "Su amigo" estaba decaído. Pero sinceramente, jamás se había sentido mejor. Y lo empezaron a dejar sólo. A remover esas cadenas de papel.

-- Creo que sería bueno que pasaras este rato con él. -- Homura le sonrió dulcemente y se paró, le ofreció su mano a Jyushimatsu y este la aceptó gustosamente.

"Mas vale sólo que mal acompañado" Alguna vez le comentaron.

Salieron de ese hospital para ya no volver.

A Jyushimatsu jamás le gustó estar sólo. Así que antes prefirió la falsa compañía que recibía y otorgaba.

Se encontró con el ávido Osomatsu, el buen Karamatsu, El ansioso Choromatsu, El sencillo Ichimatsu y el tierno Totty.

Hasta que, al fin, comsiguió una amistad con las mejores personas del mundo mundial.

Fue hasta años despúes que se topó con la dulce Homura.

Hasta que al fin se encontró a sí mismo.

Fue semanas antes que se enteró de la enfermedad de su 'hermano'.

Hasta que se volvió a perder.

Hasta que el pianista dejó de tocar.

Ahora estaba él. Ojos verdes llorando frente a un público que asumía que era por la emoción.

Hasta que el alegre empezó a llorar sin reconocer sus propias lágrimas.

Ambos llorabanla pérdida de la persona que amaron. Uno como hermano. El otro como algo más.

Un hombre de traje blanco afinaba un harpa con deje angélical. Se quedó pasmado, admirandolo.

Así, que uno arreglaba el mundo para los demás tras bambalinas.

Despúes de su pérdida, por primera vez se reconoció cuando lloró.

Y el otro les decía como continuar con una simple melodía.

Y le sonrió al mundo, dejando ir todo lo malo, con una simple "Adiós". Acompañando todo el dolor, dejó ir a la sonrisa. De guarnición.

El hombre de traje blanco, el ángel sin corazón, fue el único que se percató.

Jaló la soga, dejando ver al siguiente en la fila.

"¿Qué fue lo último que hicieron juntos?" Le preguntó al chico de ojos verdes.
"Yo le dije que lo amaba".
"¿Y él?"

Ya en poscición.

Dejándolo ir todo.

Simplemente.

Sonrió.

-- Hana

Na; Aló .3
¿Les gusta este ligeramente diferente formato? You know, historia entre las líneas uvu
Es que, esta historia la uso principalmente para practicar formatos xD
Es todo, cuídense, bye 💜

Canción; She used to be mine.
Interprete; Annapantsu
Origen; El musical de "Waitress"

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