La peor noche de Izuku
El ruido le entumecía los oídos, incapaz de oírse a sí mismo o sus pensamientos, Izuku Midoriya se encontraba en uno de esos bares nocturnos del centro de Tokio, esta vez no había arrastrado a Uraraka, había ido por su cuenta, sólo a buscar alguien con quien pasar el rato, se aburría en casa, su mamá estaba en su ciudad natal y él había decidido empezar de cero en la ciudad capital de aquel gran país, no porque no la quisiese, él quería a su madre como a nadie más en la tierra, la amaba demasiado, pero la mujer era muy protectora y conservadora, Izuku necesitaba espacio, quería experimentar.
Se acercó a la barra y le pidió al hombre en frente suyo que le sirviera un tequila, cuando sintió una presencia a su lado, un chico con las ojeras algo marcadas y un curioso cabello violeta le sonrió coqueto.
Dios, que sonrisa, ¿sonreirá así cuando tenga mis piernas como collar o...
Se golpeó mentalmente al notar el rumbo de sus pensamientos, pero no puedo evitar reacomodarse en su asiento ante la sensación de sus deseos despertando y llenando de líbido su cuerpo.
Mierda, mierda, mierda.
Venir aquí luego de un mes de abstinencia era sin duda la peor opción, ahora no podría evitar querer acostarse con el primer chico que le pareciera atractivo y él quería pensar que era culpa de su anterior novio, pero no era del todo verdad.
Le entregaron su bebida e Izuku le sonrió al extraño de al lado antes de recibirla le guiñó el ojo y estiró su brazo hacia el barman para que le pusieran sal en el dorso, tomó el Limón que se encontraba junto al pequeño vaso, y siendo consciente de la mirada del chico de pelo morado a su costado, lamió tentadoramente la sal en su muñeca y con la lengua aún expuesta inclinó su cabeza hacia atrás para exprimir el Limón a su boca abierta, tomó el pequeño vaso y se tomó todo el líquido que tenía dentro.
Volteó dispuesto a ver la expresión del desconocido, pero se llevó una gran decepción al ver el asiento vacío, al buscarlo con la mirada, lo encontró en la pista junto a un Rubio que parecía bastante alegre...
Aunque por el ritmo de la música y el poco espacio, parecían estar teniendo sexo con ropa, esos movimientos de baile deberían estar prohibidos.
Volteó con un suspiro y al barman le pidió dos bebidas más, ambas tenían más de la mitad de alcohol y aunque Izuku no fuera bueno con él, estaba seguro de que lo necesitaba para soportar lo que parecía ser, la peor noche de su vida.
Después de esos tragos y algunos extra, se dedicó a mirar la pista de baile, se sentía tan solo.
Y en parte era su culpa, su trabajo de escritor podía ser permisivo como la mierda porque él era un escritor anónimo así que no hacía entrevistas frente a frente demasiado molestas, por el contrario eran una especie de reuniones privadas con una grabadora de sonido. Sin embargo reclamaban mucho de su tiempo para poder pensar en tramas interesantes o algo que quisiera decir.
Entonces su vida se resumía a estresarse porque no sabía qué escribir, o estresarse porque tenía mucho para escribir.
Amaba mucho su vida y la oportunidad de poder hacer lo que le gustaba, no estaba dispuesto a cambiar eso.
Pero entonces... ¿por qué se sentía tan... solo?
Levantó su mirada y vió a la gente bailando.
Que le den a todo el mundo, hoy me voy a divertir como si la fecha para entregar el segundo borrador estuviera a un mes de distancia.
Bueno, la fecha límite era en dos días, y un chico lindo al que parecía importarle nada la vida estaba a dos metros, era el destino.
- Hola!- saludó Midoriya, mostrando la palma derecha e inclinó su cabeza - Te ví algo aburrido y pensé que tal vez querías bailar conmigo - le dedicó su arma mortal, la sonrisa inocente.
Ok, todo eso de hace un rato parece charla de jardín de infantes si te pones a pensar que Izuku quería acción y no una salidita por café. Pero algo que Ochako y su anteriormente bastante activa vida sexual le había enseñado y sacado a relucir mil y un veces, es que no había quien se resistiese a su carita angelical.
Dabi no era la excepción y tenía exactamente las mismas intenciones que Midoriya, diversión de una noche, sin ataduras ni nada.
Cortados con el mismo molde, engañando para conseguir lo que querían.
Dabi aceptó y bailó tentadoramente con Izuku, no era para menos, el pecoso tenía tan buen cuerpo que mantener sus manos quietas ya le estaba costando.
En algún punto de la noche, Izuku se encontraba acorralado con la pared por la cadera del hombre delante suyo, besado con rudeza y su cuerpo siendo tocado sin pudor, la bebida nublaba sus sentidos y eso lo hacía aún mejor, sentía todo un poco entumecido pero era capaz de disfrutarlo.
Midoriya se separó para tomar aire y le dijo al oído:
- Vamos a un motel- porque estaba borracho, pero no era tan estúpido como para dejar a un extraño entrar a su casa.
A su culo sí, pero a su casa no.
Un asentimiento por parte del más alto bastó, se separaron y tomados de las manos se dirigieron a la salida del lugar, tomaron un taxi y el resto es historia.
-x-
Buen sexo.
Ronroneó Midoriya a la mañana siguiente, sobre la cama de aquel lugar que rozaba lo mínimamente decente.
Pero cuando se levantó, notó que el mundo daba vueltas, quiso vomitar y corrió hacia la puerta que se supone sería el baño, para su suerte sí lo era.
Devolvió la bebida de ayer y se levantó para mirarse al espejo.
- WAH!- un chillido asombrado se le escapó, su cuerpo parecía un mapa del tesoro, lleno de marcas de distintos tamaños, algunos eran chupones, otros mordidas, y hasta moretones por dedos.
Acababa de vomitar pero el alcohol de alguna manera seguía haciendo de las suyas en el cerebro de Midoriya, quien cogió su teléfono y anotó el número que estaba en una hoja de papel de baño a falta de hojas normales. Sin recordar exactamente cómo, Midoriya le había pedido su número a Dabi, y éste lo había anotado allí con un lapicero que encontró en uno de los cajones.
¿por qué tenían lapiceros pero no papel?
Los números eran horribles, casi ininteligibles y al lado, en una letra terrible decía "Dabi, tu papi"
Podía ser muy bueno en la cama pero eso le había quitado las ganas a Midoriya.
Quería sexting con el chico, porque entre toda la nebulosa que teñía sus recuerdos, no podía olvidar la sensación de placer que lo embargó, pero no dudaba que le fuera a responder con un montón de faltas de ortografía y era algo que aborrecía en sobremanera.
Lo hizo de todas maneras, tenía ganas y un "haiga" no iba a estorbarle.
Habíamos quedado en no dejar marcas|
Borró el texto, eso sonaba bobo.
Si repetimos, no dejes huellas|
No, eso tampoco, se oía muy zorra, y sí era, pero nadie tenía por qué enterarse.
Así que sólo se tomó una foto sugerente, que no mostrara su rostro y le agregó un "maravillosa velada".
Lo envió, y se echó a dormir.
Pobre Izuku, tal vez debió percatarse, que aquel número en el papel que tenía pinta de ser un cero deforme, en realidad era un nueve.
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Hey pipol! :D
Ésta es mi primera fic >.< pero no mi primera obra en wattpad xd
Espero les guste mucho muchito y le den mucho amor.
¿adivinan a quién le llegó la foto?
JAJAJAJAJAJAJAJAAJJ basado en hechos reales (yo no envié una foto sugerente pero sí un mensaje estúpido, tampoco fué en las mismas circunstancias... pero se entiende xd)
bueno equis, utilicen el punto de abajo para decirme qué les pareció y si les gusto muchito o no :)
.
Por cierto, la letra cursiva es para representar pensamientos de los personajes y para resaltar algunas palabras.
El narrador es omnisciente, como un ser que ve todo y narra en tercera persona xd.
Si les gustó voten y comenten, para subirme el animo y seguir escribiendo :,D
Gracias masivas por leer.
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