Capítulo V

La cabeza de Kyungsoo le dolía sólo un poco, no había explicación alguna, pero despertó en su cama, bien cubierto con sus sábanas y con la televisión encendida. Comenzó a sentirse preocupado, no sabía qué decisiones había tomado en un lapso de 10 horas aproximadamente.

Recuerda haber bebido vino con Chanyeol en la que fue la mejor cita del mundo, una mezcla de suspenso y deseo escondido tras unas velas que no hacían más que tensar el ambiente para ambos, revolviendo sus estados de ánimo y haciendo añicos su resistencia a la entrega total.

Se sentó en la cama, pegando su espalda a la cabecera, tocó sus labios tratando de recuperar una última laguna mental que no concordaba ¿había besado de nuevo a Chanyeol? ¿O solamente era él que se imaginaba todas esas muestras de cariño por parte del gigante de sonrisa angelical?

Enfocó su vista en la televisión, ni siquiera recordaba porque estaba encendida, nadie más había entrado a su departamento, él debió querer ver un canal en especial, tras nublar su cerebro.

¿Sabían que el alcohol mata neuronas?

Se revolvió en la cama para buscar el control remoto, tocó con mucha prisa la superficie de la cama con el único objetivo de apagar esa televisión que golpeaba fuertemente sus paredes mentales a causa de la resaca.

Cuando por fin lo encontró gritó de alegría, pero después se castigó a sí mismo por no reaccionar a tiempo, tenía una buena cruda como para ponerse a gritar en una habitación vacía, excepto por su alma.
Levantó el control en dirección a la TV para terminar con ese sufrimiento de toda esa contaminación auditiva, pero escuchó algo que le llamó la atención, tenía puesto el canal 13, el de las noticias, y allí fue donde recordó porqué había dejado encendida la televisión anoche.

—Rio Han, Río Han, Río Han —se repetía a sí mismo, después de llegar a su cuarto—. Chanyeol salió y el clima está pe-pésimo.

Encendió la televisión para después dejarse caer sobre la cama, mientras repetía mil veces más la locación de Chanyeol.

«Las lluvias no cesaron el día de ayer eh, Minho» se escuchó de una voz femenina en el noticiario matutino.

«No, Seohyun. Al parecer hubo demasiados desbordamientos locales, nuestros mejores deseos y apoyo a las personas damnificadas con viviendas en los siguientes lugares:». Una lista interminable de zonas cercanas que se vieron afectadas comenzó a pronunciarse.

Kyungsoo rogó por primera vez a la televisión para que no mencionaran dos palabras

«Y, por último, el río Han». Kyungsoo apagó la televisión después de eso.

No podía ser posible, no sería tan tonto como para ir de todas maneras, con tantas advertencias, con tantos avisos. Las palabras de Chanyeol sonaron en su cabeza, no podía quedarse; él lo dijo.

Tampoco iba a exagerar preocupándose por alguien que no conocía bien, que no conocía de años como a su esposo, o sólo tal vez.

Jongin había prometido no hablarle durante todo su viaje, para que Kyungsoo tuviera toda la libertad de decidir qué hacer con su vida juntos, obviamente Jongin no quería dejarlo ir, no quería romper con su unión, pero ya lo había echado a perder hace tiempo que no tenía derecho a opinar, sólo le quedaba aceptar la decisión que su esposo tomara.

Kyungsoo ya no quería mantener ese lazo que le unía a Jongin, pero eso sólo lo tenía claro cuando el moreno estaba lejos, como ahora. Porque siempre supo cómo persuadirlo, como hacerle cambiar de parecer, o modificar su opinión, hasta en casos en los que Kyungsoo parecía demasiado seguro, como ahora.

La pregunta sería, ¿podría Jongin convencer a Kyungsoo de seguir juntos? Él estaba convencido de que cometió un error con Krystal, no dejarle en claro la relación únicamente profesional, pero no se imagina, ni le pasa por la cabeza que su esposo quiere separarse de él.

Kyungsoo se tomó una aspirina y se dio una ducha fría, un tiempo a solas que le beneficiaba tanto, pensó que ser soltero no le haría tan mal, no tener que lidiar con celos o problemas de pareja por un tiempo sería perfecto.

Salió de allí, se vistió de forma casual, unos vans negros, una camisa gris y un pantalón del mismo color que sus tenis, no hace falta que aclaremos el color que le causa compulsión.

Abrió la puerta, tratando de no hacer ningún ruido, pero no pudo evitar que el ruido de las llaves sonara por todo el pasillo, corrió hasta el elevador, temiendo que alguien más estuviera allí, pero al mismo tiempo, deseando ver a Chanyeol con una sonrisa, y que el destino volviera a jugarles otra broma disfrazada de casualidad, pero no, nadie estaba en el ascensor, ni en el lobby, ni en la entrada principal, quizá porque era sábado y nadie había querido salir de la cama.

«Chanyeol está muy bien dormido en su cama, ya no te preocupes» trató de controlarse, desde que vio lo abandonado que se encontraba el edificio no pudo evitar pensar que algo malo le había sucedido a ese chico de ojos dulces.

Kyungsoo caminó un par de cuadras, al contrario de lo que pensó, el sol brillaba en lo más alto, sin señales de alguna nube nublando su iluminada presencia, y con una frescura del viento, demostrando así que la vida sigue después de una mala racha, de una tormenta, de una herida.

Sonrió y entró a la cafetería que está a 5 cuadras de su hogar, por ahora sólo estaba tratando de sacar provecho a las "vacaciones" obligatorias que el hospital le había dado después de que peleara con uno de sus colegas, perdió a uno de sus pacientes más cercanos por su culpa, el consejo de medicina le dio un amparo y le obligó a retirarse por unos meses. Tenía atrasados varios descansos y fue allí cuando encontraron la excusa perfecta para sacarlo del hospital. 

Quizá por eso estaba tan interactivo, más al pendiente de Jongin y su matrimonio, y fue cuando por fin se dio cuenta de cuantos problemas tenían desde el interior que no se notaban en el exterior. 

Compró un café, una soda y unos panecillos como acompañamiento, se sentó para ver una película en una de las pantallas y disfrutar de su desayuno en paz, pero no, a alguien se le ocurrió cambiar de canal en la TV, al de las noticias, ahora parecían tener un especial sobre el Río Han y su desbordamiento.

—¡Aish! —gritó sin preocuparse de lo que las personas cercanas pudieran pensar.

Ya no lo soportaba más, tenía que averiguar si Chanyeol estaba bien o no. Se levantó de allí con su café y la bolsa que le habían dado con su compra. Corrió hasta llegar a su edificio, vio más actividad, más personas en la recepción, incluidos Jinyoung, detrás del mostrador de información. 

Soo pasó su lengua por la comisura de sus labios y se hizo el cabello hacia atrás. Suspiró y se mantuvo pensando en que lo que iba a hacer iba contra todos sus principios, que estaba mal, que era mejor que se retirara a casa para preparar algún almuerzo y ver una película, pero por alguna razón sus pies continuaron hasta Jr.

—Hola. Jinyoung, ¿cierto?  —Soo preguntó con ojos bonitos al chico que nunca sonreía, el chico asintió y esperó el motivo por el que Kyungsoo le hablaba, llevaba más de 3 años allí y nunca se acercó tan de pronto como ahora lo hacía—. ¿Me podrías decir cuál es el departamento de uno de los residentes?

Jr. se le quedó viendo extraño, como si le hubiese dicho algo indebido.

—No, no puedo. Sería violar el código de seguridad del edificio.

Kyungsoo hizo un mohín, para después observar su rostro tratando de leer de su cara el punto de presión para poder sobornarlo.

—¿Qué tal si mi favor te lo pide mi amigo verde? —viendo para todos lados, con mucho disimulo, le extendió un billete hasta que éste quedó a nada de la mano que Jinyoung tenía en el mostrador, esperó unos segundos y lo aceptó.

—El departamento de Chanyeol es el 215. Segunda planta —Kyungsoo se sorprendió muchísimo, no había dado el nombre de la persona a la que buscaba, pero Jinyoung le había dicho lo que quería escuchar—. Ayer volvió muy tarde, empapado y escuché que tenía bronquitis.

Kyungsoo asintió bastante pensativo, pero antes de irse decidió preguntar.

—¿Cómo supiste que quería saber acerca de Chanyeol?

Jr. sólo tocó su cabeza con un dedo, indicando que era muy inteligente, pero la verdad es que él es el único que puede ver las cintas del ascensor.

Kyungsoo fue a su casa, para investigar como rayos preparar un buen remedio contra la tos y sacar uno que otro medicamento para Chanyeol. 

Buscó limón en el apartado de vegetales que tiene su refrigerador, miel en la alacena y un vaso que pudiese mantener la temperatura de su sustancia alta por un largo tiempo.

Le hubiese gustado ser Chef antes que Doctor, pero aun así sabía un poco sobre recetas y tenía un buen sazón, de lo que realmente no sabía nada era de remedios para curar enfermedades, porque como médico, no debía creer que eso podía ayudar al 100 por ciento, pero como un chiquillo que fue bien cuidado por su abuela, sabe que no hay nada mejor que eso.

[...]

Suspiró dándose valor... ¿cómo había hecho Chanyeol al buscarlo dos veces? Esto era bastante complicado.

«¿Y si dejo lo que le preparé aquí afuera?» después de eso se molestó consigo mismo. Comparado a todo lo que había hecho con Chanyeol esa noche que lo conoció esto debía ser pan comido, pero no, allí estaba dudando de si estaba haciendo lo correcto.

Tocó la puerta un par de veces, haciendo suficiente ruido como para no ser ignorado.

Jamás pensó que una chica abriera la puerta, ¿y si era novia de Chanyeol? Se sintió tan inseguro al ver la belleza de aquella chica, de rasgos finos y mirada dulce.

La mujer sonrió y preguntó a Kyungsoo lo siguiente. 

—¿Buscabas algo? —se veía algo seria, como de unos 25 años, cabello corto y dentadura deslumbrante.

Kyungsoo entró en pánico, se suponía que tendría lista una coartada, pero al enfocarse tanto en preparar que hiciera sentir mejor a Chanyeol olvidó pensar en alguna buena excusa.

—V-vine a visitar a Yeol—dijo con un poco de titubeo.

—Ahh~ —un soplido salió de sus labios—. ¡Qué bien! Ha estado enfermo y necesita que le alegran el día. Pasa.

Kyungsoo fue bien recibido en esa casa, más de lo que esperaba, avanzó con paso lento pero seguro, cuidando de que nadie fuese a tomarlo por sorpresa como si fuera una especie de broma o algo así.

Caminó hasta ver a Yixing en el sofá comiendo palomitas, mientras leía un libro.

—Chanyeol está en su cuarto —dijo cuando notó a Soo, con cierto toque de desaprobación le dirigió una mirada y señaló la habitación del gigante—. Junmyhee es quien te abrió la puerta. Es mi novia.

La chica regresó a la sala, sonrió y tomó asiento al lado de Yixing, era algo reservada, pero se veía que se querían mucho. Kyungsoo hizo una reverencia para después caminar hasta la habitación de Chanyeol.

Estaba algo, muy nervioso, a decir verdad. Con un poco de movilidad y torpeza giró la perilla. Las dos personas en la sala eran ajenas a todo ese drama que ahora estaba sucediendo en la vida de Kyungsoo, seguramente, Lay y su novia no habían escuchado nada, pero en los oídos del chico de ojos grandes el ruido producido por abrir esa puerta había sido peor que un mismo trueno en pleno verano.

Era una habitación peculiar, muy extraña y con un aura poco conocida. Le resultaba muy complicado ver con detalle porque toda la habitación estaba a oscuras, excepto por unas luces rojas en el techo y uno que otro lazo delgado que iba de pared hasta pared.

Kyungsoo no dio ningún paso y mucho menos se movió. 

Esas pitas se asemejaban a los tendederos de prendas que exhiben en la lavandería, pues también estaban acompañados por prensadores de ropa, algunos vacíos y otros tenían una que otra fotografía colgada, Kyungsoo no les puso demasiado interés a los detalles porque en cuanto vio a un bulto en la cama se concentró en eso. Alguien que estaba bien abrigado contra el frío y que era demasiado grande, alto sería la palabra más adecuada.

Soo avanzó hasta allí, tratando de no tropezar con la ropa y basura que estaba en el sueño, estorbando el paso.  Se sentó a un lado de la cama y vio como el cabello de Chanyeol estaba tan desaliñado, tan natural, que lejos de asustar, parecía gustarle. Unos párpados plácidamente cerrados formando una especie de fuerte impenetrable llamaron su atención, sonrió al notar que la nariz de Chanyeol tenía un rojo carmesí, que, en conjunto con esas orejas enormes, proyectó a Rodolfo el reno en su cabeza.

Chanyeol abrió los ojos de a poco y sonrió débilmente al divisar a Kyungsoo acariciando su cabello.

—¿Kyung... soo? —habló con la respiración cortada y la voz ronca, más ronca que de costumbre—. Hasta en mis sueños te ves hermoso.

Las mejillas del bajito se llenaron de color al escuchar tan gratas palabras, Chanyeol creía estar soñando.

—No es ningún sueño. Te he traído algo para que no sigas enfermo —le mostró el remedio que había preparado, junto con las pastillas que había llevado consigo, las puso en el mueble más cercano a la cama, regresó a la posición en la que estaba y Chanyeol trató de sentarse con dificultad, hasta que Kyungsoo le ayudó, dándole su brazo como punto de apoyo, sin despegarse tontamente de las sábanas ahora Chanyeol ya estaba más atento.

—¿En serio estás aquí? —preguntó con los ojos cansados a lo que Kyungsoo respondió con una sonrisa, preocupándose cada vez menos por Chanyeol, le había visto mejor de lo que pensaba que estaría. Al no estar completamente convencido, el chico alto levantó su mano hasta dejarla en el cuello de su musa, como si tocarle fuera prueba de algo.

No supieron cuando fue que la distancia se redujo a nada más que sus labios acariciándose, de cómo las manos de Chanyeol pedían a gritos estar más cerca de Kyungsoo y de cómo éste se perdía entre la habilidad y la suavidad de las orillas de la boca del fotógrafo, sabiendo que tarde o temprano iba a necesitar más de ello.

—Sí eres tú —confirmó al alejarse.

Kyungsoo se puso de pie para que Chanyeol no pudiese notar el estado en el que lo tenía, ¿ahora quién dependía de quién?

—Hey —caminó hasta una pared llena de fotografías—, por fin puedo ver tu trabajo. Éstas son buenas —dijo al notar la alta calidad de algunos ejemplares.

Chanyeol trató de ponerse de pie muy rápido, teniendo miedo de que Kyungsoo pudiese descubrir su secreto, pero la verdad es que se sentía tan terrible por la fiebre tan alta que acongojaba su cuerpo y no logró su cometido. Kyungsoo vio las fotos que estaban sobre su escritorio, pero en estas había algo distinto, no era lugares hermosos como Chanyeol le había dicho, era una persona, era él, eran fotografías suyas, todas.

—¿Qué es esto? —volteó para conectar su mirada con la de Chanyeol y regresó a las fotos—. ¿Por qué estoy en estas...? Esto fue hace más de un mes —susurró al ver una foto donde salía del gimnasio—. ¿Eres un stalker? —preguntó indignado—. ¿O sólo un pervertido?

—¿Qué? —musitó Chanyeol sin pensar, al escuchar esas infamias salir de la boca de Kyungsoo, aquella que estaba besando hace un segundo—. ¡No! Yo... sólo...

Kyungsoo vio furioso todas esas fotografías, hace semanas, días y en momentos en los que estar siendo observado jamás le habría pasado por la cabeza. Hiló todos sus pensamientos, encontrarse a Chanyeol en aquel bar pudo haber sido planeado o quien sabe, quizá sólo era un mentiroso buen actor, la mudanza y todo lo demás le había salido perfecto, hasta supo cómo fingir al momento de hacerle el amor, tan abnegado y sensual al mismo tiempo, que era muy bueno para ser alguien real.

«Soy un imbécil, caí redondito».

—Déjame explicarte, Kyungsoo.

El chico de ojos grandes, pasó sus manos por su cabeza por la frustración, ya no sabía ni que pensar, ¿qué era real y que no lo era?

—No puedo creer que tú seas igual de falso.

Kyungsoo no le dejó explicar nada más, salió de allí realmente confundido, sin despedirse o al menos ser amable con Yixing y su novia, salió de esa habitación con un montón sentimientos encontrados y con una crisis existencial. ¿Qué rayos había hecho estos últimos días?

Perder la cabeza por un desconocido, vaya forma de mantener el orgullo intacto. No quiso pensar más en lo que pudo haber sido planeado o no por Chanyeol, pues probablemente terminaría loco o desquiciado por todas las variables.

Prefería descansar por hoy y ya mañana pensar con la cabeza fría qué decisiones definirían el rumbo de su vida, ¿seguiría casado? ¿Viviría en el mismo lugar después de todo lo que había vivido?

Se encerró en su departamento al final de todo.

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