— ¿Qué? ¿Cómo?

—Mientras practicaba...

— ¿Dónde esta?— pregunté.

Tae tomó mi muñeca y me llevó más adentro en la casa, hasta llegar a lo que creí era su habitación. Abrió la puerta, y ví a HoSeok sentado con un rostro de dolor, algo disimulado, mientras mantenía sus manos en su tobillo.

— ¿HoSeok?...

—Oh, Minnie— me sonrió —Esto... hoy no podré darte tus lecciones.

— ¿Cómo...?

—Tranquila, ya iré a que me revisen— suspira.

Él se hacía el fuerte. ¡En su voz se notaba lo forzado de su tono!, es preocupante.

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