— ¡Alabemos a Jin Hime!— exclamó Tae mientras aplaudía, con los ojos muy abiertos. Por otro lado, HoSeok no tenía palabras.

—Oh, gracias, es mi naturaleza.

—Uhm... — llamé la atención de los chicos — ¿Vamos ya o...?

Los dos chicos que estaban sentados en mi sillón se pusieron de pie con una sonrisa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top