VIII | Σαμαντα |
| Español: Samantha |
John
Perdí la cuenta de las horas que me la he pasado girando en la silla, observando el techo y pensando. Mi tarde ha estado demasiado aburrida.
Después de la partida de Sara, he estado solo y sí, es verdad, he atendido a un par de personas con casos demasiado fáciles; entre ellos, uno de ellos era un niño con un corte de tijeras en su cuarta falange distal y para curarlo, le eché agua oxigenada para prevenir infecciones y luego un curita infantil.
También he estado pensando en las cosas que mencionó Sara y Garrett, ¿quién podría ser el Cirujano? ¿Era el mismo al que llamaban el siervo de Dios? ¿Por qué le tenían tanto miedo? ¿Cómo una persona que estudió medicina e hizo el juramento de salvar vidas, pudiera provocar tanto terror en la gente? Simplemente no podía concebirlo.
Aunque también cabía la posibilidad de que no sea un médico en forma, sino simplemente un apodo para algo. Pero ¿qué es ese algo?
Puse a mi cabeza tratar de pensar; mis axones y dendritas trataron de realizar la sinapsis de forma correcta pero les fue imposible. ¿Cómo una comunidad puede almacenar muchísimos secretos? Y lo más importante de todo ¿cómo pueden estar tan tranquilos si fuera de estos muros la gente se muere de hambre, o tan siquiera hay miles de personas falleciendo a causa de la Tormenta?
No lo podía creer, es verdad, el Gran Teatro Real era uno de los teatros más grandes del mundo y a la vez, el mejor construido. Cimentado en los terrenos más estables del país y haciendo un pequeño tributo a los enormes teatros del siglo XIX, una estructura más que segura.
Detuve mi silla y observé la estancia nuevamente, necesitaba sacar esas ideas y pensarlas en segundo plano, me volvía loco pensar en tantas cosas a la vez; visualicé la pequeña lámpara ubicada encima del escritorio y coloqué mis manos sobre la madera fría y encima reposé mi cabeza, cubriendo mi oído izquierdo.
Sentí que había tenido tanta suerte en esa última semana, nunca imaginé que estuviera en un lugar "seguro" sin tener que preocuparme por si alguien iba a matarme o si desaparecería a la mañana siguiente. Me incorporé y busqué en el pequeño paquete de cuero que Sara me había llevado, de ahí, extraje un pequeño bisturí que guardé en mi pantalón.
Sonreí y cerré los ojos para mí mismo e instintivamente metí mi mano en el pantalón y me volví a sentar en la silla, esto causó que nuevamente mi mente divagaba entre usarlo para escapar y lograr vivir nuevamente en paz o quedarme aquí tranquilo. Pero mi razón me negó esa posibilidad, tengo que aprender cómo funciona el Ágora y los Antiguos. No puedo dejar una posibilidad para ellos, no.
—¿Disculpa? Me dijeron que tenía que venir conti... —Una voz femenina, la cual no recordaba de quién era, se filtró mientras se abría la puerta de la estancia, provocando que me incorporara rectamente sobre mi silla—...go. ¡Perdona, no quería interrumpir! —Dicho eso, ella cerró la puerta de golpe—. Tonta, debiste de tocar la puerta. —Alcancé a oír que lo decía por debajo, tratando de recriminarse. Me dio risa la actitud de ella—. ¿Puedo pasar?
—¡Pasa! —dije, tratando de aguantar la risa.
La puerta se abrió y pude observar bien a la propietaria de tal voz, inmediatamente pude reconocerla. Por el contrario de la primera vez, aquella chica usaba un pantalón alto de color blanco, contrastando con una blusa de tirantes negra y unos botines del mismo color, mientras que su cabello estaba recogido en una trenza. Y aunque no llevara esa moderna túnica de la vez pasada, traía una banda de color azul con blanco con una leyenda que no alcanzaba a leer.
—Me ordenaron que tenía que venir contigo —explicó la chica, que por primera vez pude ver bien sus facciones, poseía unas cejas grandes perfectamente peinadas con unas cuantas pecas rodeando su nariz y unos ojos color miel—. Tengo que entregarte estos papeles y tienes que dárselos a Garr... a Gamma.
—Gracias. —Alcancé a notar la tristeza que traía aquella chica, se dirigió a la puerta pero reaccioné antes de que ella tocara la perilla—. ¡Oye! Espera, ven y siéntate un poco.
Tenía que aprovechar a esa chica, la información siempre es poder. La chica trató de volver a tener esa sonrisa falsa en su rostro; dejó la perilla y cerró la puerta, se dirigió a la silla libre y me miró a los ojos.
—Samantha, ¿cierto? —pregunté, recordaba vagamente el nombre de aquella chica. Asintió —. Soy John. —Estiré mi mano para estrechársela, ella la tomó—. En las dos únicas ocasiones que te he visto, siempre tienes ese semblante triste, mejor dicho, siempre lo tienes cuando hablas de Garrett, digo Gamma; no es por ser chismoso, pero ¿por qué?
—Se nota que eres nuevo —reconoció, riendo tristemente —. Garrett y yo tenemos un pasado en común.
—Si no quieres contarme porque no me conoces mucho, no hay problema —mencioné, tomando un vaso de agua que me habían dejado hace raro—. Por cierto, soy muy descortés ¿gustas un vaso de agua? —Ella negó.
—Aquí en el Ágora es mejor no tener secretos entre nosotros —se confesó, agitando su nariz—. Bueno, al menos entre los puestos más importantes de aquí y debido a que eres el único con bata blanca y aclarando que no eres temido, creo que eres importante así que te contaré.
»Antes de todo esto del clima, Garrett y yo nos conocemos desde la infancia; mejor dicho desde toda la vida —comenzó a contar mientras inhalaba y exhalaba lentamente—. Su madre, Bella, conocía a la mía desde el bachillerato y prácticamente crecimos juntos.
»Cuando mi madre murió antes de todo este jaleo, Bella se hizo cargo de mí, me dio una casa y una educación. Poco a poco ella nos inculcó el amor por los grandes clásicos. —Yo asentía en silencio, procesando cada cosa que me decía—. Cuando todo esto comenzó, Garrett y yo teníamos una especie de "relación", siempre ha existido ese cariño y respeto mutuo entre ambos, debido a que crecimos juntos.
»Era mi mejor amigo. —Bajó la mirada, aquella mirada dulce perdida, buscando una historia—. Cambió drásticamente mientras crecíamos y nos enamoramos, pero a su vez, se convirtió en un fanático de lo antiguo. Como seguía diciendo, su madre amaba el teatro y encontramos a Adler, él fue el primer líder del Gran Teatro Real.
»Cuando llegamos, ellos comenzaron con todo, hicieron una pequeña comunidad a la imagen de los griegos, con los nombres de Alfa, Beta, Gamma, Omega y en mi caso, Sigma.
—No pueden existir dos sigmas —declaré, ella me observó sorprendida—. Digo, me refiero a que solo existen dos tipos de sigma, la inicial y la final.
—Déjame terminar y luego llegas a una conclusión —continuó medio molesta; posteriormente, empezó a susurrar—. Ya veo lo que decía Omega...
—¿Qué dijiste?
—Nada —aclaró rápidamente mientras cerraba sus ojos y sonreía, esa sonrisa siempre me perturbó—. Bien, al que tú conociste era Sigma final, aquel despreciable trató de lastimarnos a mí y a mis bacantes.
—¿Bacantes? —Era la segunda vez que escuchaba ese término. Ella asintió.
—Sí, verás, aquí tienes de dos formas, si eres hombre, cuando llegas aquí —siguió explicando, enumerando con sus manos—. La primera es que seas útil en algo, llámese cultivar, cocinar, vigilar, enseñar, lo que sea, aquí sirves por igual. Y en el caso de que no sirvas para nada, o en su defecto, ofendes de alguna manera a la comunidad, te mandan con el Cirujano.
Otra vez aquel nombre, ¿quién será?
—¿Quién es el Cirujano? —interrumpí su explicación, recargándome en la silla.
—A su momento sabrás quién es —respondió fríamente. Pareciese que era un secreto de estado—. Bien ¿en qué me quedé? —Posó su mano sobre su barbilla y miraba al horizonte—. ¡Ya recordé! Como te decía, hay esas dos formas para los hombres, pero para las mujeres hay una tercera.
»Si eres lo suficientemente bonita o físicamente atractiva, te mandan conmigo —susurró con inseguridad—. Te explico, en la antigüedad había fiestas hacia un Dios en específico, las cuales eran fiestas en honor a Dionisio, dador del éxtasis y el vino.
—Algo he escuchado de ese Dios.
—Los bacanales, son fiestas en las que se invitaban a los aristócratas a fiestas con muchísima comida, vino y que generalmente, por no decir siempre, terminaban en una orgía con las bacantes
—¿Eso no es considerado prostitución? —pregunté y ella asintió mientras suspiraba—. ¿Entonces por qué apoyas eso?
—No tengo elección —Se paró y me dio la espalda. Se abrazó a sí misma y volvió a hablar—. No sé hacer otra cosa más allá de actuar y cuando llegó el tiempo de dar gracias a los Dioses por la comida y seguridad que nos daban a Alfa se le ocurrió, y como yo no hacía nada, me dijeron que yo fuese la líder de eso.
—No te creo —declaré mientras me incorporaba y me acercaba a ella y le tocaba el hombre, la giré hacia mí—. No creo que alguien como tú pueda participar en eso, eres demasiado lista como para estar ahí.
—No es cuestión de querer, es cuestión de que si no hago eso, Garrett va a abogar por mí y es muy probable que nos exilien. No sobreviviríamos ni una semana afuera, no como estamos.
—Entonces ¿dices ser su líder y participas en aquellas fiestas? —pregunté, cambiando de tema.
—No, yo casi nunca participo. Garrett me lleva lejos, pasamos hablando y arreglando nuestra "relación"; y cuando me obligan a participar, siempre estoy con Garrett. Él siempre me cuida. —Me observó directo a los ojos—. Inclusive, Sara es tu bacante asignada, tienes que hacer lo que quieras con ella, no habrá crimen si no se entera el Purificador.
—Entiendo —murmuré mientras sentía su desesperada respiración sobre mi cara—. Gracias por contármelo.
—No es nada, de alguna u otra forma ya eres parte de nosotros. Tienes que empezar a conocer cómo funcionan las cosas por aquí, además, en un futuro llegarás a esas fiestas y no estarás tan perdido.
—No creo que llegue a esos lugares...
Antes de que Sam pudiera responder, alguien empujó la puerta, lo que provocó que se alejara y volviera rápido al escritorio. Unos cuantos individuos con gabardinas negras cargando a una persona, la cual anteriormente me había dado esta bata, que estaba cubierta de sangre.
—¡Delta, tenemos un herido! —declaró Omega en un grito insistente y malhumorado—. ¡Sálvalo lo más rápido posible!
Me acerqué y vi al herido, inhalé profundamente y mi mente volvió a formular otra pregunta, ¿en qué momento Beta dejó de ser esa persona fuerte y se convirtió en alguien en riesgo de perder la vida frente a mis ojos?
========
N. de A.
No recordaba muchas partes de esta historia y me alegra saber que no hay taaaanto que corregir pero sí, esta vez venimos a diario porque...
¡Un capítulo diario hasta terminar!
Nos vemos mañana y los dejo con el Haz que recién entró a la Universidad, ese tipo era un loquillo, ahora estoy seguro de que me va a costar salir xd.
¡Nos vemos mañana!
Vota, Comenta y Comparte.
¡Farewell!
PD. La de los guioncitos.
========
N. de A. (Versión original)
¡Hola gente hermosa!
¿Me extrañaron? Porque yo sí :c
Saben, es difícil estar sin escribir, me libera tanto y en cierto punto, me lleva a otros mundos lejos de la monstruosa Universidad.
Como ven este capítulo es muy ligerito, conocimos más a fondo a nuestra querida Sam. Y pronto sabrán más de ella.
¿Qué le ocurrió a alfa? ¿Qué pasará con John y su acoplamiento? ¿Descubriremos quién es el cirujano? ¿Por qué estoy leyendo esto como si fuese un presentador de programa de concursos?
Descubran estas preguntas, exceptuando la última pregunta, serán descubiertas en las siguientes semanas.
En fin, me voy porque voy a cenar tacos * luna súperhipermega pornosa *
Vota, comenta y comparte.
¡Farewell!
Pd. ¿Les gusta el nuevo título, Sinopsis y frase? Sé que la portada tiene que mejorar, pero poco a poco está novela está tomando forma :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top