II | "Τενόνες" |
| En español: Tendones |
El maleante me tomó por el brazo y me aventó a la silla de madera con violencia mientras me apuntaba. Yo alcé las manos, intentando no mover demasiado la sutura.
—¿Últimas palabras? —preguntó el de gabardina negra desde las sombras, la pequeña luz solo iluminaba el cañón del arma.
Tragué en seco y respiré profundamente mientras el hilo de sangre de Sigma llegaba hasta mi pierna. El desconocido no se preocupaba por su homónimo, era un ser sin corazón.
—Ver el rostro de mi asesino —susurré, manteniendo la calma, ideando un plan para escapar.
—¿Me acabas de llamar "asesino"? —cuestionó con un dejo de sarcasmo, bajando el arma—. Es el colmo que tú, que asesinaste a mi compañero, me llame "asesino". Tienes huevos, chico.
—Yo solo me defendí de alguien que me quería cercenar el brazo —señalé con obviedad, era mi única carta—. Si alguien que pretende matar a un Doctor en un mundo tan destruido como este, merece ser llamado así.
—Esa patética excusa la he escuchado muchísimas veces. —Rio fuertemente mientras me volvía a apuntar y recargaba el frío metal en mi sien—. Te lo vuelvo a preguntar porque me hiciste reír, ¿últimas palabras?
Cerré mis ojos, esperando la muerte cuando unas pisadas se escucharon a lo lejos, golpeando el cañón del arma del desconocido.
—¡Espera, Oliver! —exclamó una voz juvenil masculina—. Mira su brazo.
El aparente individuo llamado Oliver, bajó el arma y se talló el rostro con frustración, giró su cabeza y observó hacia la oscuridad.
—¡Soy Omega! —exclamó el de gabardina negra con ira—. Oliver murió cuando comenzó la anomalía climática. —Hizo una breve pausa y volvió a ponerme el arma en la sien—. Y deberías de hacer lo mismo, Gamma.
—No me llames de esa forma estúpida —ordenó la voz juvenil—. Estuve en contra de esas letras desde el inicio, dime Garret. Y te lo repito, observa su brazo y verás que no miente.
Oliver refunfuñó y salió de las sombras, pudiendo apreciar mejor. Era un hombre caucásico de metro ochenta con la cabeza rapada al raz, poseedor de una nariz nubia que acompañaba su semblante serio e imponente, capaz de generar respeto e intimidar a cualquiera y aunque se observaba experimentado por la vida, no debería haber tenido más allá de treinta y cinco años. —Bien, idiota, enséñame tu brazo. —Omega me tomó por el hombro y me giró bruscamente, haciendo que yo soltara un quejido de dolor. La sutura me dolió—. Levanta la tela de tu camisa.
Seguí sus indicaciones, dejando al aire contaminado la herida. Una mano, que yo supuse que era la de Garrett, comenzó a palpar con curiosidad.
—Ves —susurró, trazando el camino de mi sutura, su toque era cuidadoso y meticuloso, distando demasiado con el toque violento de Oliver—. "Sutura Intradérmica continua".
—¿Y? —cuestionó Omega, ejerciendo presión en la herida—. Cualquiera puede hacer una sutura, es básico en el ejército.
—Esta no —respondí, apartando su mano con un ligero toque de molestia—. Solo alguien con estudios...
—¿Acaso quieres morirte, idiota? —Colocó el cañón directo a mi frente, no dudé y lo observé a los ojos sin titubear—. ¿Acaso quieres una bala en tu cráneo, maldito?
—¡Oh, por favor! Baja el arma, idiota —dijo Gamma, empujando el arma hacia abajo—. Recuerda que un acto de insubordinación puede ir directo a Beta y por consiguiente, un castigo.
Oliver gruñó y bajó el arma mientras giraba de reojo para confrontar a Garrett.
—¿Acaso estás diciéndome cómo hacer mi trabajo? —cuestionó Omega. Sus ojos estaban cargados de ira.
—¿Acaso quieres que Beta o Alfa se enteren y te castiguen? —contraatacó Garrett—. Te recuerdo que si se enteran que mataste a un potencial individuo valioso para nuestra comunidad te pueden enviar con él. —Los ojos de Oliver se abrieron completamente y agachó la cabeza, ¿quién era eso que podía hacerlos cambiar de opinión tan fácil? Gamma estornudó y colocó su mano en el hombro del de gabardina negra—. Estoy aquí para protegerte de eso, ¿recuerdas?
—Tengo que dejar de traerte conmigo, ¿no podías ir con Beta? —añadió, derrotado. Suspiró y levantó su mano, haciendo una seña. Las luces se encendieron inmediatamente y pude ver a varios soldados rodeandonos, todos traían una cinta en sus brazos de color verde—. ¡Nada de lo que ocurrió aquí tiene que salir a la luz! —exclamó, sus soldados asintieron y bajaron armas. Volvió a girar y mientras guardaba su pistola me señaló—. También va para ti, "doctorcito".
—Prefiero Médico, gracias —respondí tajante. Desde siempre, he odiado que me colocaran ese mote despectivo, denigraba completamente mi profesión y todos los años de estudio—. No sabrán de nuevo de mí.
—Oh, claro que sabremos —añadió Oliver mientras uno de sus muchachos me colocaban unas esposas—. Eres un prisionero, mejor dicho. —Hizo una pausa y señaló a Garrett—. Bien, si quieres responsabilidades las tendrás. Si él escapa o crea un problema, cuál mínimo sea, recibirá el disparo que se merece junto con un informe de mi parte que irá directamente a Beta, ¿quedó claro, Gamma?
—Tan claro como los amaneceres en la playa —declaró Garrett, lleno de confianza—. Y tan fuerte como los tendones de hierro que sostienen las cadenas de la vida.
—Bien —soltó el de la gabardina negra y sus soldados se relajaron—. Ahora encárgate de él mientras seguimos explorando este mugrero.
Omega me propinó una patada que me hizo caer de la silla, solté un gruñido y me intenté incorporar mientras caminaba lentamente hacia el charco de sangre del occiso bajo la atenta mirada de Gamma.
—Tienes unos minutos para recoger tus cosas y meterlas en la mochila —susurró Garrett, colocándose a mi lado. Demostraba cansancio con su expresión—. Vendrá alguien por ti, una mujer. Entrégale tu mochila y cosas, ella se encargará de todo. —Dio media vuelta y comenzó a dirigirse a la parte oscura de la habitación—. Y no te lo tomes personal, tenemos que tener ciertas medidas aunque creo que nos llevaremos bien.
Gamma me regaló una sonrisa sincera y se perdió en las sombras.
Inmediatamente me puse a escanear el terreno y observé a la distancia mi tantō, me agaché y comencé a recoger mis cosas una a una para meterlas a la mochila. Poco a poco lograba tomar mi arma japonesa y llevarla hacia el interior de la manda de mi camisa.
—¿Tienes todo listo? —preguntó una voz femenina al momento de que metía mi tantō. Yo me detuve por completo y giré lentamente la cabeza.
Una mujer con el cabello rubio hasta los hombros tenía la mirada posada en el piso con las manos cruzadas frente a ella. Su rostro estaba cubierto en mayor medida por una mascarilla quirúrgica, solo se veían sus ojos azul verdoso, juzgandome, observando directamente a mi manga.
—Claro —respondí mientras me incorporaba para entregarle la mochila. Ella me tomó de las manos para recogerla, su tacto era cálido y agradable. Comenzó a revisar el contenido y suspiró—. ¿Algún problema?
—No, claro que no —aseguró, ignorando el hecho de mi manga—. Garrett ya viene.
La misteriosa mujer dio media vuelta y desapareció mientras Gamma aparecía detrás de mí, haciéndome trastabillar y caer de sentón sobre la sangre.
Me quejé en voz alta.
—Déjame ayudarte —susurró Garrett, tendiendome su mano. La tomé con dificultad por las esposas y me levanté, aprovechando el impulso, oculté el tantō un poco más arriba, en la zona de mi codo..
—¿Estás bien? —preguntó mientras me masajeaba el coxis. Me observó el hombro—. Tu herida no se abrió de nuevo, supongo que solo es el dolor de la caída.
Por fin pude apreciar bien su rostro, era un joven caucásico de no más de veintiséis años y de metro ochenta, con una pequeña cicatriz en su mentón que contrastaba perfectamente con aquellos ojos de color miel, unos ojos que transmitían una mirada cálida y compasiva.
—Sí, estoy bien —aseguré, intentando relajar mis expresiones—. Gracias por salvarme.
—No me lo agradezcas —añadió, sacando una venda de su bolsillo—. En este mundo donde escasean los especialistas, tenemos que cuidarlos. Además, entre colegas nos cuidamos.
—¿Médico? —cuestioné, él asintió con una mueca—. Al parecer no completo.
—Era fan de las series médicas en mi adolescencia y estaba a punto de entrar al internado cuando todo esto comenzó. —Sacó una botella de agua oxigenada, vendas y algunos parches de pegamento—. Quería ser Cirujano especializado en Cardiología¹, Hematología² o Angiología³.
—¿Y lo lograste? —volví a preguntar mientras un ligero ardor surgía de mi brazo, cerré un ojo a causa del dolor, no pude evitar mostrar mis emociones. Dolía.
—Tu herida tiene que ser tratada —continuó, ignorando mi pregunta—. Recuerdo poco pero estoy seguro que no puedo colocarte nada para controlar una posible infección ya que no hay nada a la mano. Te limpiaré y vendaré cada seis horas, así aguantarás hasta llegar al Ágora⁴.
—¿Así llaman a su prisión?
—No, claro que no —aseguró, dando vuelta a la venda sobre mi sutura—. Tendrás una audiencia con Alfa, decidirá si te quedas con nosotros o si serás purificado; lamentablemente vendrás en condición de prisionero pero te cuidará alguien, lo prometo.
—¿Y qué gano de todo esto? —Tomé uno de los parches y lo pegué en la venda, sellando la sutura.
—Una oportunidad para demostrar que no me equivoco.
Garrett me sonrió con seguridad y fue directo al cuerpo, se cruzó de brazos mientras recargaba su barbilla sobre sus dedos. Observé el lugar, solo estábamos nosotros dos, había una oportunidad de escapar si notaba que faltaba algo; me acerqué lentamente hasta estar a la par de su hombro.
—¿Te confieso una cosa? —Asentí mientras él se agachaba y tocaba al occiso—. Jamás me cayó bien Sigma, era un pretencioso y un asesino despiadado. Tenía muchísima suerte que Omega abogara por él si no, sin duda sería castigado. —Pasó sus manos por la ropa del individuo, buscando algo—. Un corte perfecto a la laringe, obligaste a la carótida a esforzarse e impediste el flujo de sangre hacia la cabeza —silbó, metiendo su mano a su bolsillo interno. Gamma sonrió y sacó un papel—. ¿Cómo lo hiciste bajo presión?
—Su arma —señalé, esperando que fuera lo suficiente filosa para poder ocultar mi arma japonesa.
—Tienes que enseñarme a hacer eso —susurró, con un dejo de duda en su voz, mientras se incorporaba—. Ya sabes, actuar con tanta precisión y fuerza estando bajo presión, nunca fue lo mío. Prefiero los ambientes tranquilos y silenciosos por eso intento evitar los conflictos.
Dudé en responder, me volvió a mirar fijamente a los ojos. Y aunque era una persona que difícilmente revelaba las cosas, había algo en el rostro de Gamma que me decía que confiara en él.
—Bueno, tenemos que irnos... —Comenzó a caminar y se detuvo, dio media vuelta y me señaló—. ¿Cuál era tu nombre, Médico?
—Hunter —respondí tajante Él ladeó su cabeza.
—¿No me dirás tu nombre? —Negué. Garrett rio y alzó los hombros mientras daba media vuelta—. Bien, si no quieres revelar tu nombre, está bien. Solo sé consciente de quién puedes confiar.
Colocó su mano en mi hombro y asintió, dejando ver que él tenía razón. Sus ojos me seguían insistiendo en que dijera la verdad.
La misma mirada que Afar me dio aquel día cuando nos conocimos.
—Bien, Médico, eres un hombre de pocas palabras así que —añadió, señalando el cuerpo de Sigma—. Como su asesino tienes que ayudarme a tirar de su cuerpo hasta nuestro convoy.
Asentí y me acerqué al fallecido, tomé una de sus piernas y comencé a tirar de él mientras Garrett mantenía una actitud positiva, intentando hacer que confiara en él pero no podía serlo. Mi objetivo era encontrar a mi mejor amigo.
Solo que nunca me esperé lo que ocurriría de camino al Ágora y con los antiguos.
Salimos del establecimiento y seguimos caminando unos cuantos metros y nos detuvimos a las faldas del camión al observar aquella silueta femenina con el rostro agachado.
—¿Dónde se habrá metido Oliver? —La voz de Garrett fue apagándose mientras otra aparecía.
—Bien —exclamó, saliendo de la parte delantera del camión—. Ahora que Gamma y el prisionero han llegado, suban el cuerpo de Sigma a la carreta. —Intenté subir mas fui detenido por Omega—. Tendrás que caminar.
Omega me soltó y yo lo miré desafiante. Suspiré, observando a mi custodio, me dedicó una sonrisa como respuesta. Ayudé a ingresar el cuerpo hasta que la chica finalmente me habló
—Nos queda un largo camino...
(¹). Cardiología. Rama de la medicina que estudia los trastornos del sistema circulatorio y del corazón.
(²). Rama de la medicina que estudia la causa, diagnóstico, tratamiento y prevención relacionado a las enfermedades de la sangre
(³). Rama de la medicina que estudia las enfermedades de los sistemas circulatorio y linfático (arterias, venas, jarrones linfáticos), así como sus enfermedades.
(⁴). Término por el cual se designaba en la Antigua Grecia a la plaza de las ciudades-estado (Polis), donde se solían congregar a sus ciudadanos.
N. de A.
¡Hola! Esto será rápido.
Jamás pensé que el Haz edgy de 18 años escribiera tan bien xd.
En fin, nos vemos en unas horas.
Y me sigo enamorando de PM.
Pd. La de los guioncitos.
N. de A.
(15/febrero/2018)
Glow *luna pornosa*
Vale, no es 15, pero tengo excusa.
Tembló en México, so, tuve que estar pendiente a la alerta y a revisar mi hogar.
Bueno, el día de hoy es un capítulo en donde presento a un nuevo personaje.
Poco a poco se irá revelando todo esto.
Nos leemos en la siguiente :D
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¡Farewell!
×Próximo Capítulo: 25/Febrero/2018×
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