Phineas

Y así dice que le gusto. Hah, 5 años a la basura, Isabella. Me encontraba terminando de decorar el baile escolar, iba a ser el mejor baile del mundo.

Luces por doquier, ponche que brilla, bandas famosas, la mejor comida del mismo y las mejores playlist hechas por mua.

Por fin termine de decorar junto a Ferb. Chocamos los cinco y nos dirigimos a casa, ya que debíamos prepararnos para el baile.

Ya todos tenían pareja, menos yo. Y sé que rechace bastantes propuestas. Pero yo solo quiero a Isabella.

{***}

Ya Ferb y yo estábamos listos. Con smokings preparados para todo. No se mojan, no se ensucian y son elegantes.

Partimos en las skates al baile. Para ponerle un toque clásico, que haya un rey y una reina del baile.

Llegamos y ya la fiesta había empezado. Entramos mientras todos nos recibían con aplausos.

- ¡Gran fiesta! -exclamó alguien.

- ¡Qué guapos están! -exclamó alguien.

Sonreímos. Al menos Ferb, la mía es falsa. Me senté en una de las mesas y bebí el ponche que cambiaba de color.

Isabella entró por esa puerta iluminando el lugar al mismo tiempo que Arturo.

De tan hermosa que se veía, derrame el ponche en mi traje, pero no se ensucio. Ella vestía un hermoso vestido largo azul marino. Con piedras plateadas en la cintura.  Con unos largos aretes largos y su pelo suelto, por las puntas onduladas.

Yo la mire embobado. Decidí unirme a las personas que estaban bailando. Eran de esos bailes en los que cambiaban de parejas. Fingía una sonrisa con cada damisela, pero llegó hasta..Isabella.

- ¿No era que yo te gustaba? -pregunte mirándola a los ojos.

- Si, y lo sigues haciendo -respondió Isabella mirándome a los ojos.

- ¿Y porque te estabas besando con Arturo? -pregunte dolido.

- Fue un malentendido, alguien tocó a la puerta de la casa, yo abrí y de repente ese salvaje me acorraló contra la pared..-exclamó haciendo algo de fuerza en sus manos.

Veía sinceridad en su mirada. Sinceridad y arrepentimiento.

- Isabella tú me..-no me le pude declarar ya que cambiamos de pareja, yo con una chica desconocida para mí y Isabella con el inigualable Arturo.

El le coqueteo toda la noche mientras yo lo fulminaba con la mirada. Ella se alejaba y el la perseguía. Isabella se sentó a mi lado.

- ¿Qué era lo que querías decirme? -preguntó Isabella poniendo un mechón de su cabello detrás de su oreja.

- Que tú me..-la voz de un micrófono me interrumpió.

- Ahora, comenzaremos con la elección de el rey y reina del baile..-anunció Ferb por el micrófono.

Todos aplaudieron. Todos se levantaron de sus asientos, por lo que Isabella y yo imitamos la acción.

- Debajo de sus asientos habrán unas tabletas con los finalistas, ahí pueden votar -mencionó Ferb.

Por reina vote por Isabella y por rey me decidí por no votar, ya que tengo bastantes amigos.

Ya todos habían terminado de votar.

- ¡El rey y la reina son..! -exclamó Ferb señalando la pantalla.

- ¡Phineas y Isabella! -anunció Ferb para que el salón se llenará de aplausos y en la pantalla aparecieran nuestras caras.

Gran foto por cierto. Era la vez cuando construimos el parque acuático más grande del mundo, nuestro último invento antes de entrar a clases.

Isabella y yo nos abrazamos felices y nos encaminamos hacia el escenario donde nos pondrían las coronas.

Como era obvio debíamos de bailar un vals juntos. Bailamos mirándonos a los ojos. Esta vez sí estoy seguro.

- Me gustas mucho -dije ruborizado.

- Gracias, tú me gustas igual -respondio.

Nos abrazamos mientras seguíamos bailando. Acercamos nuestros rostros y ¡PUM! Un beso lleno de sentimientos encontrados.

{***}

Isabella y yo conversábamos tranquilamente. Nuestro noviazgo es oficial. Y eso me ponía bastante feliz.

- ¡Oye triángulo! -gritó Arturo refiriéndose a mi.

- ¿Qué pasa, pelota de basket? -respondí haciendo reír a los que estaban escuchando.

Ya todos voltearon a ver lo que pasaba.
Era cierto, si comparabas una pelota de basket con su cabeza, eran gemelos.

- Estoy harto de tus estupidos juegos, Flynn -dijo Arturo tomando el gran bowl de cristal donde habitaba el ponche.

- ¿Enserio? Yo pensé que te había gustado la skate voladora -le comente haciendo reír nuevamente a los que estaban en la sala.

- ¡Ya basta! -exclamó Arturo para tirar todo el ponche sobre mi.

Todos se sorprendieron cuando vieron que el ponche estaba apunto de dañar mi traje.

- Traje anti-suciedad y piso que absorbe el líquido -dije cruzándome de brazos.

- ¡Ahora no tienes bowl! -exclamó.

El bowl estaba roto en el piso.

- ¡Hah! Sigue trabajando en eso -le sugerí tomando mi herramienta del bolsillo trasero de mi pantalón y pasándolo arriba de los pedazos de vidrio.

El bowl se regeneró al instante.

- ¿Y el ponche? -preguntó Arturo con la paciencia en el tercer cielo.

- Aquí -dije para presionar un botón haciendo que un tubo salga del techo llenando de nuevo el ponche que cambia de colores.

- ¿Quieres un poco? -pregunte para presionar otro botón y hacer que el tubo aparezca encima de su cabeza.

- Tres, Dos, Uno -presione el botón para mojarlo por completo.

Y la sala se llena de risas mientras Arturo parece que le vomito un arco iris.

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