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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Ravel estaba sentada sobre su escritorio con la cabeza recostada en el mismo mientras dormía, ese estúpido plebeyo todavía no había regresado.

Tampoco es como si estuviera esperándole, pensaba ella. Durante toda la tarde se dedicó a leer en un libro, apenas avanzó diez páginas debido a que su mente estaba en otra parte.

¿Con quién estaba Goku? ¿Qué chica estaba disfrutando del tiempo que ella debería pasar con su guardaespaldas? Preguntas como aquellas no cesaban de circular en su mente sin respuestas.

Así que decidió dormirse, ese plebeyo no se merecía su tiempo como para estar esperándole. ¿Quién se creía ese tonto de estúpida sonrisa?

-Ya verás cuando vengas aquí plebeyo tonto -dijo Ravel medio dormida mientras apretaba su puño.

"Me insultas hasta en sueños"

La Phenex se sobresaltó al oír la voz de su guardaespaldas, tal fue la sorpresa que se cayó de espaldas de la silla en que estaba sentada.

Goku dijo aquello con un aura depresiva mientras estaba sentado en el marco de la ventana, al ver a Ravel ese sentimiento desapareció por completo.

-¡Jajaja deberías ver tu cara en estos momentos Hime-sama! -se burló Goku riéndose a carcajadas mientras sostenía su estómago por tal risa.

El rostro de Ravel se enrojeció por la vergüenza, una vergüenza que se convirtió en enfado. Con una mueca se levantó y sacudió su vestido azul.

-¡¿Cómo te atreves a entrar en esta habitación plebeyo?! -exclamó Ravel con las manos sobre su cintura y Goku se encogió de hombros al oírla.

-Vi en la ventana un cartel de "aquí hay comida gratis" pero fui engañado buaahh -habló un chibi Goku con lágrimas cómicas causando que Ravel soltara un bufido de risa- Oh, ¿logré hacerte reír?

-Hump alguien como tú jamás podría lograr eso -Ravel mintió, en ese momento deseó reírse más que nada pero tenia que mantener su orgullo.

-Bien bien, me tomaré esto como un reto -mencionó Goku sacando un pequeño cuaderno de su bolsillo, llamando asi la atención de Ravel.

-¿Qué es? -preguntó la diablesa, ganándose una sonrisa socarrona de Goku- ¡Hump! No es como si algo asi me interesase de todas maneras...

-Ten -el rubio le extendió su cuaderno a Ravel, quien dudó durante unos instantes si tomarlo o no, hasta que se decantó por la primera opción.

Ravel abrió sus ojos al leer las hojas de aquel cuaderno, en todas ellas estaba escrito "Ravel-sama me ha llamado plebeyo" incluso con la fecha y hora inclusive en que ella se lo decía.

La menor del clan Phenex contó como cuarenta veces la palabra "plebeyo", su rostro no tardó en enrojecerse mientras sus mejillas se hinchaban.

-¡JAJAJA! -Ravel estalló en un mar de risas incontrolables tras aquello, lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y se llevó las manos al vientre.

-¡Bien, conseguí mi objetivo! ¡He logrado hacerte reír jiji! -exclamó Goku como si hubiese ganado el premio más grande del mundo, Ravel lentamente fue deteniendo sus risas hasta sofocarlas.

-Lo admito tonto plebeyo, me has hecho reír pero nunca volverá a repetirse -habló Ravel cruzándose de brazos mientras iba a sentarse sobre su cama- Solo alguien como tú escribiría esas cosas en un cuaderno, es una idea digna de Goku-baka.

-¡Oye! -el rubio se quejó por el apodo y Ravel bufó con satisfacción, él se lo buscó al llamarla satíricamente Hime-sama- Solo alguien como tú tendría un oso de peluche teniendo catorce años.

Ravel abrió sus ojos y rápidamente se giró percatándose de que Goku sostenía su oso de peluche, su enfado pronto se hizo presente.

-¡Devuélveme a Foxy! -exclamó Ravel cuyo rostro estaba sumamente enrojecido mientras caminaba hacia Goku, quien sonreía con burla.

-¿Incluso le has puesto un nombre? ¡Oh, sin duda una idea digna de Hime-sama! -se mofó el saiyajin empezando a correr mientras era perseguido por Ravel alrededor de la habitación de la segunda.

-¡No te escapes plebeyo! -gritó la diablesa pero Goku era mucho más rápido que el la y eso se estaba evidenciando en estos momentos.

-¡Nunca me atraparás! -gritó a su vez el rubio mostrándole la lengua a Ravel, cuyo enfado no hizo más que aumentar tras aquel acto.

Ravel tuvo una idea, lanzó una pequeña llamarada característica de los Phenex hacia el guardaespaldas... dejándole con dos opciones: detenerse en seco y bloquear aquellas llamas o bien esquivar, que era lo que pretendía ella.

"Oh, Ravel es bastante inteligente"- se dijo Goku con una sonrisa luego de haberse percatado de la estrategia de Ravel, después de todo era un experimentado guerrero forjado en batallas.

Goku decidió esquivar para ver qué sucedía y como había previsto Ravel de abalanzó sobre él sin perder ningún segundo después del ataque.

-¡Te tengo! -gritó Ravel tirándose hacia él, como resultado ambos quedaron en una posición muy... No, bastante comprometedora sin lugar a dudas.

Goku estaba recostado boca arriba y Ravel estaba encima de él, manteniendo su rostro a unos insignificantes centímetros del de Goku.

Vio sus ojos azules por unos instantes y contempló el rostro del plebeyo que tanto odiaba... era la primera vez que le veía tan de cerca y sería una mentira decir que no era el chico más atractivo que había visto en su vida.

"¿Por qué no puedo moverme?"- se preguntó la diablesa con las mejillas ruborizada, intentaba levantarse pero su cuerpo no respondía.

Goku admiró durante unos momentos el rostro de Ravel... No había ni enfado ni arrogancia como de costumbre, sólo embeleso, algo que a su opinión hacía relucir la belleza de Ravel como cuando ella estaba dormida... parecía un ángel. Irónico, ¿no?

Todas las noches veía dormir a Ravel en su cama, no es como si fuese un pervertido que espiase a una adolescente pero ese era parte de su deber.

"Reacciona Son, esto no debería estar pasándote a ti..."- se dijo Goku intentando levantarse pero al parecer Ravel no estaba dispuesta a levantarse.

Cuando menos se lo esperaron ambos la puerta de aquella habitación se abrió, revelando así la presencia de Reaven, matriarca del clan Phenex.

-¡Lady Phenex!/¡Mamá! -hablaron ambos rubios al unísono, el primero con una sonrisa nerviosa y la segunda con un enorme sonrojo en su rostro.

Goku no esperó que volvería a encontrarse con Reaven en esta situación, él había pensado que después de pasar tiempo con Ravel iría a hablar con ella para decirle el proyecto que tenía con Serafall y pedirle su ayuda para llevarlo a cabo.

Los Phenex eran un pilar que ostentaba la posición de "duque", sus fondos económicos eran bastante elevados haciéndoles entrar en la clasificación de los diez pilares con mayor capital económico y financiero de todo el inframundo.

Su producto interior bruto era elevado pero en términos generales era superado por los Gremory o los Sitri, pese a eso su nivel de riqueza era alto.

Con el apoyo económico de Reaven el proyecto se podría llevar a cabo con facilidad. Hospitales, escuelas, supermercados... todo aquello podría ser construido para ayudar a aquellas personas marginadas a poder soñar con un mejor futuro

-¡Ma-madre esto tiene una explicación! -vociferó Ravel poniéndose en pie de inmediato al igual que su guardaespaldas, quien de rascó la nuca.

-¿Ah, sí? Lo único explicable que veo aquí es que... -el rostro de Reaven era serio pero pronto se contrajo en una mueca alegre- ¡Mi pequeña hija ha decidido dar el paso! ¡Pronto seré abuela!

La mente de Ravel le jugó una mala pasada haciendo que ella se imaginase en una versión adulta amamantando a un bebé mientras Goku jugaba con un niño bastante parecido a él.

-¡MADRE! -gritó Ravel apretando sus puños mientras su rostro había alcanzado la mayor tonalidad posible del rojo, todo por culpa del tonto plebeyo, quien silbaba viendo la ventana.

-¡Voy a ser abuela! ¡Voy a ser abuela! -comenzó a canturrear Lady Phenex mientras se iba de la habitación dejando a Ravel con la crispación.

-¡Oh, genial! Ahora se va a pasar toda la semana hablando sobre eso... -Ravel habló con sarcasmo sobre su situación mientras hundía la cabeza en su almohada soltando varios suspiros.

-Tu madre es bastante divertida -mencionó Goku no dándose cuenta de que había dicho aquello en el momento menos adecuado, muy típico de él.

-¡¡Todo esto es por tu culpa plebeyo!! -recriminó Ravel haciendo ademán de volver a cargar contra él pero permaneció tumbada en su cama.

-Bueno... eres tú quien estaba situada encima de mí, intenté levantarme pero me lo impedías, ¿por qué? -preguntó Goku con bastante curiosidad.

-¡E-eso no es de tu incumbencia plebeyo! -Ravel habló con el rostro ruborizado, todavía seguía sin entender porqué su cuerpo no se había movido.

-Bien, entonces admites que tienes la culpa... -habló Goku mirando hacia otro lado y la diablesa negó rápidamente ante aquellas palabras.

-¡Dime con quién has pasado la tarde, eso sí es de mi incumbencia! -demandó Ravel mirando al rubio con el entrecejo fruncido, era su deber saberlo.

-Oh, así que Hime-sama está particularmente interesada por saber con quién he pasado la tarde ehehe -se burló Goku con una sonrisa y Ravel soltó un bufido mientras se cruzaba de brazos- está bien, te lo diré... una amiga y yo estamos trabajando en un gran proyecto que servirá de ayuda a las clases más bajas del inframundo para que tengan una mejor vida.

Ravel no supo porqué pero de sintió aliviada al oír aquellas palabras. ¡No! Debía alejar esos pensamientos de su mente inmediatamente.

-¿Un plebeyo que busca ayudar a los suyos? ¡Jajaja, lo nunca visto! -la diablesa vociferó con socarronería y bastante altanería- esa basura se merece estar donde está, no se merecen ninguna ayuda aunque sea viniendo de alguien como tú.

-No sabes lo que estás diciendo Ravel -susurró el rubio lo suficientemente alto como para que Ravel pudiera escuchar, mientras que intentaba reprimir unas imágenes de su mente pero le era difícil.

Ravel no se percató de que Goku estaba apretando sus puños, había tocado una fibra sensible en él pero sin embargo, decidió seguir con la burla ignorando lo que estaba haciendo.

-¿Eso crees plebeyo? Esa horda de mendigos malolientes manchan la imagen del Inframundo, nosotros los nobles deberíamos erradicarles de inmediato -habló Ravel con suma arrogancia.

-Basta Ravel... -murmuró Goku dándose la vuelta, no sabía con qué propósito Ravel decía aquellas palabras pero si seguía pronto estallaría en ira.

No consiguió reprimir esas imágenes a pesar de todos sus esfuerzos... así que empezó a recordar la primera vez que conoció aquel pobre lugar.

Varios niños que hurgaban en la basura en busca de un mísero pan podrido, mujeres que eran violadas día y noche clamando ayuda que les era negada, jóvenes que se veían obligadas a prostituirse para conseguir alimentos para su familia y chicos que aprendían a robar antes que a leer, obligados por la necesidad de comer.

Ver aquello le frustró, mientras él estaba en su posición de espectador en aquel mundo todos ellos sufrían sin que nadie les prestara auxilio.

Quería hacer todo lo posible porque aquellas personas dejaran de sufrir, cada vez que iba ahí les llevaba alimentos pero no era suficiente, por eso necesitaba la ayuda de Serafall y Reaven.

-Te sientes identificados con ellos, ¿no plebeyo? No es de extrañar si después de todo perdiste a tu famil... -iba a hablar Ravel pero de repente la habitación se inundó de un aura poderosa.

-¡¡SILENCIO NO SABES DE LO QUE HABLAS!! -gritó Goku con enfado mientras liberaba parte de su poder haciendo que Ravel retrocediese.

Ravel se sintió sumamente asustada en aquel instante, los ojos antes de azules y alegres de Goku ahora eran brumosos como una tormenta en su cúspide. Sentía un miedo mucho mayor que el que sintió cuando estuvo frente al renegado.

-Has tenido una vida fácil, padres, hermanos, dinero, comida, ropa... ¡¡¡No sabes lo que es pasar días enteros sin probar bocado, nunca en tu vida te has visto obligada a robar o comer!!! ¡¡TU VIDA ES DE ORO EN COMPARACIÓN A LA SUYA!! -Goku estalló sin contenerse contra la diablesa.

Los ojos de Ravel amenazaron con inundarse de lágrimas mientras su corazón se fragmentaba en pedazos... ella nunca buscó esto, sólo pretendía molestar un poco a su guardaespaldas, ¿verdad?

-¡No sabes el dolor que supone para una madre decirle a su hijo que pasará otro día sin comer!... ¡¿Y te atreves a burlarte del sufrimiento de todas esas personas?! -demandó el rubio iracundo.

Ravel intentó decir algo pero sus labios temblaban bajo el sello que retenía sus palabras, ¿por qué ninguna palabra se atrevía a salir de sus labios? ¿por qué había comenzado a sentir así de repente un dolor punzante en... su corazón?

-Siempre pensé que detrás de tu arrogancia se encontraba una maravillosa persona de corazón noble... pero ahora me doy cuenta de que fui un iluso al creer eso -concluyó Goku con una mirada fría antes de girarse hacia la ventana del cuarto.

"¡Espera por favor!"- aquello es lo que Ravel anhelaba pronunciar en estos momentos pero le era imposible a pesar de todos sus esfuerzos.

¡Quería hablar! ¡Quería que Goku no se fuera! Pero simplemente sus labios no podían abrirse, asi que vio con impotencia cómo el rubio se marchaba de su habitación sin que ella pudiera remediarlo.

Quería correr hacia él y decirle que todo aquello había sido con el fin de provocarle y que nunca lo dijo con malas intenciones a pesar de aquel lado despiadado que guardaba en lo más profundo de su ser, un lado que sin haberlo pretendido salió a flote aquella noche, causando enfado en Goku.

Sus pies comenzaron a temblar al igual que sus labios y sus ojos... ¿Qué es lo que estaba sintiendo? ¿por qué la opinión de ese plebeyo le importaba tanto? ¿por qué sentía aquel dolor? ¿por qué le dolía el haber decepcionado a ese estúpido plebeyo? ¿por qué? ¿POR QUÉ?

No tenía respuestas a ninguna de las preguntas que circulaban por su mente en estos momentos, se suponía que la opinión de alguien como Goku no debería importarle... pero estaba sucediendo lo contrario... Goku le importaba sumamente.

¡No! Ella era Ravel Phenex, no podía rebajarse a ese nivel... pero no podía refutar que sintió algo especial cuando estuvo tan cerca del rostro de Goku, algo que tenía nombre que ella no quería aceptar sin duda... ¡nunca jamás lo aceptaría!

Entonces, ¿por qué le dolía tanto el pecho si se negaba a aceptarlo? Sheera le recomendó que fuese más amable con Goku pero ese plebeyo siempre lograba sacarla de sus casillas.

Ese plebeyo que tenía la osadía de hacerla reír... ese plebeyo que había hecho de su vida algo nuevo... ¿por qué debía importarle alguien así?

"¿Es-estoy llorando?"- se preguntó Ravel tras tocar sus mejillas y notar humedad en ellas. No quería seguir guardando ese dolor en su pecho porque le estaba oprimiendo... ¡Quería liberarlo!

-¡¡BUAAAAHH!! -lloró Ravel como nunca antes lo había hecho en su vida mientras se aferraba a su osito de peluche... aquélla sería la primera desilusión de las muchas que tendría en su vida.

Con Serafall.

La Maou estaba presente en su escritorio frente a un ordenador mientras redactaba el documento para legalizar el proyecto que tenía con Goku para salvar aquella zona pobre del inframundo.

En dos días presentaría el proyecto en la cámara demoniaca, sabía que tendría el apoyo de los Gremory, Agares, Astaroth y Phenex asegurado pero los Bael como de costumbre se opondrían a cualquier ley que beneficiara a la clase baja.

Era sabido por todos que Lord Bael era un hombre bastante orgulloso y celoso al punto que repudió a su primogénito Sairaorg por no nacer con el poder de la destrucción y a su madre Misla por haber dado a luz a un "fracaso" ante sus ojos.

Incluso no veía con buenos ojos la pasión de su hijo Magdaran por las plantas, a su juicio un verdadero demonio debía ser despiadado y no un "ecologista amante de las plantas" como lo era Magdaran pese a su talento en la botánica.

Goku le había dicho que no dijera su nombre, prefería no involucrarse con los temas políticos para no llamar la atención y la Maou aceptó sin problemas, otra vez su héroe rechazaba cualquier reconocimiento por sus heroicas acciones.

En estos momento no sabía lo que sentía hacia él... recordó las palabras de aquel anciano que les dijo que hacían muy buena pareja pero ella no quería entorpecer su relación con Goku ahora que su amistad estaba perfectamente equilibrada.

Desde luego que se sentía atraída por Goku, no sólo en el sentido físico sino también por el carácter de Goku, ambos eran parecidos el uno del otro y tenían el objetivo de hacer del inframundo un lugar mejor en el que vivir.

Sin embargo, todavía desconocía muchas cosas de Goku, por eso quería profundizar en su amistad con él antes de que aquella atracción que sentía evolucionase como lo quisiera el destino.

"¡¿Qué estoy pensando?!"- se dijo Serafall saliendo de sus pensamientos con el rostro totalmente sonrojado, vio que en las últimas líneas del texto había escrito "Goku" sin cesar.

Serafall vestía un pijama de tirantes que exponía sus grandes atributos y un short que le alcanzaba la mitad del muslo haciendo destacar su redondo trasero, hasta el más recto hombre caería rendido ante ella por la hermosura y belleza de su cuerpo.

Su cabello estaba recogido en una cola además de dos mechones de pelo que descendían por su frente, ella había intentado imitar el peinado cool de Goku-chan pero había fallado en el intento.

Borró lo que había escrito y siguió con lo que tenía en mente, aunque no podía parar de pensar en todo lo que había sucedido a lo largo del día.

Misla estaba despierta después de tantos años, una de sus amigas más preciadas había vuelto y todo gracias a Goku y su corazón bondadoso.

Tenía ganas de que todos supieran lo que había hecho su amigo pero decidió respetar la decisión de Goku como buena amiga que era ella.

Seguramente los jefes del pilar Bael la reclamarían ya que era la matriarca pero Misla tenía asilo político en el territorio Sitri, así que de momento los altos mandos de la casa del gran Rey no podían hacer nada más ahora que Sairaorg se convertirá en el futuro líder.

No sólo eso sino que Goku pretendía ayudar a una población entera de demonios que sufrió las consecuencias de las guerras anteriores.

Serafall jamás habría pensado que aquello fuese posible, jamás había pensado que vería a un niño hurgando en la basura o robando... El mundo no era como ella creía, era un lugar oscuro donde se luchaba por la supervivencia todos los días.

No obstante, pasó un buen momento cultivando en aquel lugar, hacer esa tarea era tan divertido como grabar escenas de su serie televisiva.

"¿Qué haces Onee-san?"

Serafall giró su cabeza al oír la voz de Sona detrás de ella, con tranquilidad retiró sus lentes y esbozó una sonrisa, una verdadera esta vez.

Sona no sabía porqué pero desde que había regresado veía a Serafall mucho más feliz de lo normal, después de todo había roto la máscara que estuvo usando durante todo este tiempo.

Claro, confirmó que Serafall estaba más rara de lo normal cuando regreso a casa perdida de tierra, la única explicación que dio fue "tuve un contratiempo" antes de irse corriendo al baño.

Sabía que pasó este tiempo con Goku... sí, él podía ser el responsable de aquel cambio en su hermana, el hecho de que Sona no pudiera sentir ninguna intención en él hacía que dudase de que sus intenciones fuesen buenas con Serafall.

-¡Te lo diré si prometes guardarme el secreto So-tan! -pregonó Serafall y su hermana suspiró llevándose la mano a la sien mientras asentía.

Serafall le contó a Sona la visita al hospital que realizó con Goku, le contó sobre el despertar de Misla, le contó sobre aquella zona paupérrima y sobre el proyecto que había trazado con Goku.

Serafall le contó todo excepto lo de su charla con Goku acerca de sus remordimientos como Maou, no quería preocupar a Sona por algo como eso.

Era su hermana y confiaba plenamente en ella, sabía que Goku le pidió discreción pero guardar secretos con Sona entorpecería su relación.

Sona se sentía como una estúpida al haber malpensado sobre Goku, su corazón se llenó de una dicha al saber que alguien, además de ella, tenía intenciones de ayudar a los demonios de clase baja, aquello le alegró bastante.

-Entonces, si se aprueba desde el mismo momento comenzaríamos a trabajar en la construcción de escuelas y unos hospitales en primer lugar -habló Serafall con entusiasmo.

-Lo más coherente sería trazar un plano urbanístico en el que consten viviendas, una red de carreteras y agua corriente, gas, electricidad, luego vendrían las escuelas y esos hospitales, ¿no, Onee-san? -explicó Sona tranquilamente.

-¡¡Por eso te quiero tanto!! -gritó Serafall abrazando cariñosamente a su hermana tras esa genial idea. Una chibi Sona de cruzó de brazos- ¡¿estarás conmigo en esto a que sí So-tan?!

-Claro que sí -aseveró Sona con una pequeña sonrisa mientras se ajustaba los lentes- Me lo tomaré como un desafío, por cierto, ¿toda esta idea se le ha ocurrido a Goku-san? -preguntó-

Sona estaba sumamente intrigada en cuanto al misterio que rodeaba a la figura de Goku, su mente intentaba descifrar cómo había podido sanar a la matriarca Bael pero no lo entendía.

Podría tener una Sacred Gear del tipo curación pero aquello sería imposible pues según le dijo su hermana él era un demonio al servicio de los Phenex, concretamente de su hija menor Ravel.

-Sip... Goku-chan tiene la voluntad de ayudar a los más vulnerables, es una persona realmente admirable -aseveró la Maou con una radiante sonrisa que dio mucho que pensar a Sona.

-Ciertamente... -susurró Sona indagando, si su hermana era feliz gracias a ese hombre no podía sospechar nada malo de él... momentáneamente.

Más tarde.

Goku estaba caminando por los campos de cultivo mientras indagaba en lo sucedido hace unas horas; la discusión que tuvo con Ravel.

Se había dejado llevar por la ira.. las palabras de Ravel sólo habían subrayado esa frustración que sentía por no haber podido ayudar a todas esas personas antes. No estaba enfadado con Ravel sino consigo mismo, y decidió descargarlo con ella aprovechando el momento adecuado.

Conocía a Ravel y quería pensar que ella no lo había dicho con malas intenciones. Lo seguro es que lo hubiera hecho para molestarle/provocarle como de costumbre pero no se dio cuenta de ello.

Se sentía mal... mal por haber descargado su frustración sobre Ravel, a pesar de su longeva vida todavía no había conseguido dominar sus emociones, prueba de ello era lo sucedido.

"¿Qué es lo que estoy haciendo?"- se preguntó Goku llevándose las manos a la cabeza mientras se sentaba en un tronco para reflexionar.

Estaba claro que los dos habían fallado: Ravel llevó las cosas demasiado lejos y Goku no supo controlar su reacción, lo que le produjo enfado.

Para disculparse ambos tendrían que superar sus propias dificultades: Ravel tendría que reconocer su error y dejar de lado su enorme orgullo y Goku también tendría que reconocer el error que había cometido. A priori la diablesa lo tendría bastante difícil... después de todo era de la clase alta.

Goku estaba dispuesto a retomar esa amistad que tenía con ella. No iba a negarlo, disfrutaba sumamente hablar con Ravel y burlarse de sus reacciones, eso era algo que no quería perder... pero el rubio no sabía con qué pie empezar el camino hacia las disculpas para la diablesa...

-¿Qué debería hacer amigo? -preguntó Goku mirando la luna con una sonrisa nostálgica.

-No me metas en tus problemas Kakarotto, aunque seas un guerrero de clase baja sigues perteneciendo a la orgullosa raza de los saiyajin, ¿dónde está tu orgullo insecto? ¿dejarás que esa mocosa te diga lo que tienes que hacer? -Vegeta habló mientras estaba de brazos cruzados.

-Como siempre tus consejos son los mejores, ¿eh amigo? -ironizó Goku girándose para mirar la procedencia de aquella voz pero no había nadie... fue una ilusión producida por su imaginación.

"¿Con que hablando solo?"

Goku se giró viendo que había un hombre rubio, de dos metros de altura y ojos azules como el cielo viéndole de brazos cruzados, no era otro que Ruval Phenex el primogénito de la familia.

Ruval había llegado hace unas horas a la mansión de sus padres, charló con Lord Phenex unos instantes y cuando subió para saludar a su hermana se encontró a su madre Reaven saltando de alegría sin aparente motivo.

Se detuvo en la puerta del cuarto de Ravel tras oír murmullos, supo entonces que estaba conversando con su guardaespaldas pero se desconcertó al oír gritos y posteriores sollozos de Ravel sabiendo todo lo sucedido.

-Tú y yo tenemos que hablar -habló el Phenex con suma seriedad caminando hacia Goku el cual se levantó tranquilamente del pedazo de madera.

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Fin del capítulo.

Bien, admito que lo de Ravel no fue una idea premeditada... ya me conocen, ¡¡¡necesitaba drama xD!!! Quiero relaciones con trasfondo, pero la trama tiene que proseguir por lo que a lo largo de estos capítulos habrán saltos temporales para iniciar el canon de DXD.

Más personajes se sumarán al elenco... claro siempre y cuando tengan un papel en la trama para no llenar esto de personajes innecesarios.

Sigh.. mis guiones para nuevas historias se encaminan bastante a DXD con tramas nunca exploradas... por lo que para no subir todavía más historias seguiré con las actuales con la motivación que dan sus votos y comentarios, esto es todo lo quería decir... Destroit FUERA.

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