21
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Serafall miraba con los ojos llorosos al rubio, quien se llevó la mano a la zona donde había sido abofeteado hace tan sólo unos minutos.
-¿Por qué? -preguntó Goku mirándola con firmeza, aunque ya intuía la razón por la cual Serafall había reaccionado de tal manera.
-"¿Por qué?" ¡Eso te pregunto yo a ti! ¿Por qué tienes que hacerlo todo tan complicado? -demandó Serafall con la misma firmeza.
-¿A qué te refieres? -inquirió Goku, sabiendo bastante bien que esa pregunta estaba de más.
-Fuiste tú quien hizo que Catleya dijera esas palabras, ¿verdad? Porque justo te fuiste del hospital Sitri y sucede esto -respondió ella.
El rubio no contestó inmediatamente, pero su silencio lo dijo todo y Serafall se percató de ello.
-Esto también me lo vas a ocultar, ¿no es así? -preguntó Serafall con la voz llena de disgusto- ¿Qué tengo que hacer para ganar tu confianza?
-Serafall... esto no es tan fácil como piensas -expresó Goku pues si le decía que fue él quien interceptó a los herederos de los Maou tendría que decir mucho más, eso incluía su origen.
-Quiero entenderte, quiero saber quién eres de verdad... pero si cada palabra que dices es una mentira y me ocultas cosas pienso que lo mejor es que dejáramos de ser amigos -habló Serafall sintiendo cómo se iba oprimiendo su corazón.
Ella no quería esto, no deseaba perder su amistad con Goku porque era lo mejor que la vida le había brindado en los últimos años.
Pero si no correspondía esa confianza que ella había depositado en él, no le veía sentido alguno en mantener esta amistad, si se podía llamar así.
Toda esta semana Serafall se la había pasado preguntándose porqué Goku había rechazado su amor, y esperaba tener una respuesta hoy.
"Quiero saber que es lo que dijiste a Misla, qué es lo que tanto temes Go-chan"- indagó Serafall mirándole a los ojos con gran incertidumbre.
Goku, desde luego, tampoco quería perder su amistad con Serafall debido a que era una de las mayores alegrías que tenía ahora en su vida.
Pero en el fondo sentía que no la merecía, no había sido sincero con Serafall desde el principio a pesar de que ella sí confío plenamente en él.
Claro, eran situaciones distintas. No podía contarle su pasado así como si nada porque sería algo muy difícil de asimilar para ella.
Y bueno, no sabía cómo cambiaría las cosas el hecho de que alguien más supiera quién era él en verdad; Azazel sólo sabía una pequeña parte.
"Debo pensar todo esto con calma, tal vez esta sea la última oportunidad que tengo para arreglar todo lo que hice mal"- discurrió el rubio mirándola a los ojos al igual que ella lo hacía.
Entonces, la tomó de las manos y la condujo hasta el sofá para que ambos pudieran sentarse, era mejor aquello que hablar estando de pie.
La diablesa notó que enseñaban su serie en la televisión y enseguida recordó la tarde que pasó con Goku viéndola, fueron buenos tiempos.
-Serafall, ¿cómo te imaginas una vida siendo inmortal? -preguntó Goku repentinamente, quería saber su punto de vista acerca de aquel tema.
Serafall no entendió el motivo de esa pregunta en un primer momento. Sin indagar más decidió contestarle, así podría tener más respuestas.
-Sería genial poder grabar episodios de Miracle Levi-tan por toda la eternidad... -Goku se rió ante eso- Aunque al final iría viendo cómo So-tan, mis amigos y familia irían muriendo mientras que yo me quedaría sola... sin nadie con quien estar.
Serafall nunca antes había reflexionado sobre la inmortalidad pero ahora que tuvo la oportunidad de hacerlo supo que era algo muy desagradable.
Ver cómo todos aquellos que amabas iban falleciendo mientras que lo contemplas con impotencia. Acabarías solo después de todo.
-¿Por qué...? -Serafall quiso saber la razón de aquella pregunta pero pronto lo supuso- N-no... no me digas que tú... ¡Lo siento tanto Go-chan!
La diablesa se lanzó sobre él abrazándole con fuerza mientras lágrimas bajaban por su rostro, se había dado cuenta de que Goku era inmortal.
Ahora lo entendía todo: la maldición, la razón por la que Goku dijo que se merecía algo mejor... todo encajaba después de enterarse de aquello.
Su pecho se oprimió con tan sólo imaginar el dolor por el que había tenido que pasar Goku al perderlo todo y vivir con esa carga por años.
-¡L-lamento todo lo que has tenido que pasar! ¡Perdóname, perdóname, perdóname! -imploró Serafall aferrándose a él mientras sollozaba.
No sólo eran lágrimas de tristeza por lo que debió haber pasado Goku en su inmortal vida, sino todas las lágrimas que había acumulado a lo largo de la semana por distintas razones.
Goku sintió como algo en su interior se estaba fragmentando mientras Serafall le abrazaba, no sabía porqué pero le estaba doliendo bastante.
"Jeje, parece que empezó a llover aquí dentro"- pensó Goku mirando el techo sintiendo que sus mejillas estaban húmedas por... ¿lágrimas?
En su vida anterior sólo lloró cuatro veces: dos relacionadas con su abuelo, una con la primera muerte de Krilin y la última cuando creyó que el maestro Roshi murió en el torneo del poder.
Goku no sabía cuanto tiempo pasó desde la ultima vez que salieron lágrimas de sus ojos, tal vez unos cuatro mil años tras aquel fatídico día...
Pensó que en sus ojos ya no quedaban más lágrimas pero ahora veía que estaba errado, la máscara emocional que construyó para ocultar su dolor se fragmentó con el abrazo de Serafall.
Tanto tiempo escondiendo su tristeza que un simple, pero a la vez especial abrazo sacó a la luz todo el dolor que albergaba su corazón.
Todo ese dolor se manifestó en forma de lágrimas que limpiaron su alma. Un alma que llevaba bastante tiempo sin avistar la luz.
Ambos se quedaron así durante un par de minutos, Serafall aferrada a Goku mientras ahogaba sollozos y este último con la mirada perdida en el techo luego de haber llorado.
"Hacía tiempo que no me sentía así... tan relajado, jamás pensé que llorar me liberaría tanto"- indagó el rubio mirando el techo.
Pronto vio que Serafall mantenía la cabeza recostada en su pecho, así que esbozó una sonrisa en su rostro y le acarició el cabello.
-No tengo nada que perdonarte, al contrario... soy yo quien debe pedirte perdón porque he sido un mal amigo todo este tiempo -le habló Goku.
Serafall le miró a los ojos percatándose de que aquel azul turquesa brillaba con sinceridad, era la primera vez que ella los veía de esa forma.
-No llores por mí Serafall, no tienes porqué hacerlo así que no lo hagas por favor -le pidió Goku dado que no le gustaba verla llorar.
-¿Có-cómo que no? S-si lo hubiera sa-sabido an-antes no te habría golpeado aquella no-noche ni ahora, l-lamento tanto haberlo hecho... soy una tonta -se disculpó Serafall ocultando la mirada.
-Para nada, me merecía esos golpes y gracias a eso me di cuenta de lo tonto que fui y que por mi estupidez estuve a punto de perderte -habló Goku sonriendo- Perdóname tú a mí Serafall...
Ella asintió moviendo la cabeza y permaneció con la cabeza en el pecho de Goku por un poco más de tiempo, disfrutando de la sensación tan cálida y placentera que aquel abrazo le brindaba.
-Go-chan... cuando me dijiste que no querías hacerme sufrir, que no te merecías mi amor y que la última persona que amaste murió en tus brazos, ¿te referías a... esto? -preguntó Serafall.
Ya sabía la respuesta pero quería cerciorarse y saber más sobre la condición inmortal de Goku, ahora entendía porqué Misla dijo que necesitaba su ayuda y estaba más que dispuesta a ayudarle.
-Sí, me refería a mi inmortalidad Serafall -respondió Goku confirmando lo que ella ya sabía- Por eso te mereces algo mejor.
-¡¿Por qué?! ¡Yo sólo quiero estar contigo! -exclamó Serafall cansada de que Goku dijera que no la merecía cuando sí que la merecía.
-¡Porque no quiero acabar sólo de nuevo! Te mereces una persona que te ame de verdad y con la que puedas envejecer hasta descansar juntos en paz, no alguien cpmo yo que carga con muchos errores, alguien condenado a estar solo debido a que es incapaz de morir -exclamó Goku mirándola con bastante pesar en sus ojos.
Es justo como me dijo Misla en el hospital, quería ahorrarse mayor sufrimiento para sí mismo sabiendo que al final terminaría solo.
-¡Entonces qué vas a hacer! ¿Pasarte toda la eternidad sólo, incapaz de vivir una vida feliz? -demandó Serafall- ¿Prefieres vivir mil años de felicidad o diez mil años de tristeza Go-chan?
Goku abrió sus ojos ante aquellas palabras, recordando al momento lo que dijo Misla justo antes de ser interrumpida por la llamada.
Se puso a pensar cuál de las dos opciones era mejor, pero realmente no veía diferencia alguna debido a que al fin y al cabo acabaría solo.
-Qué más da eso, si de todas formas las dos tienen un final en común -respondió Goku pero Serafall negó dejándole con incertidumbre.
-Pero viviendo mil años de felicidad te quedará un bello recuerdo que acompañará tu soledad... -habló Serafall con la esperanza de convencerle.
Deseaba convencerle de que debía darle una oportunidad al amor, ella no sabía exactamente lo que pasó con la última persona que amó pero sí sabía que murió... y eso le marcó bastante.
Y sentía que si le preguntaba sobre eso podría abrir una vieja herida, esperaba el momento en que Goku decidiera hablar con ella de aquello.
-Un bello recuerdo, ¿eh? -murmuró Goku alzando su vista al techo y al instante apareció la imagen de una bella chica pelimorena con ojos violetas.
"¿Cómo pude olvidarte?"- se preguntó Goku viendo a la chica quien le miraba dulcemente a los ojos- "Después de tanto tiempo... mi amada"
Ahora Goku lo recordaba todo, aquella noche hace miles de años donde juró no volver a amar nunca, donde derramó su última lágrima.
Decidió olvidar todos esos recuerdos para que la tristeza no le siguiera carcomiendo, pero hoy tras liberar aquellas lágrimas volvieron a su mente, es por eso que se quebró su máscara emocional.
Por eso no pudo corresponderle a Serafall aquella noche, en su mente todavía residían recuerdos que decidió olvidar y no procesar.
Goku sabía que el destino se estaba burlando de él, otra vez se repetía la misma historia, dado que hace miles de años también decidió salir al mundo y una hermosa joven también le cautivó.
"Serafall es como ella... tan alegre, tan enérgica, con esos ojos que transmiten esperanza"- pensó Goku mientras miraba fijamente a Serafall.
-¿O-ocurre algo? -preguntó la diablesa algo ruborizada debido a que Goku llevaba mirándola desde hacía un tiempo con el rostro sonriente.
-Dame unos días para pensarlo... hay en mi mente que necesito aclarar, pero tendrás tu respuesta -contestó Goku con una sonrisa.
Goku no quería precipitarse de nuevo como la otra vez, así sólo terminaría arruinándolo todo y eso era algo que no quería desde luego. Se lo pensaría con sosiego y le daría una respuesta.
-D-de acuerdo, lamento haberte presionado... mis problemas no son nada frente a los tuyos, es normal que me los hayas ocultado... -se disculpó nuevamente Serafall mientras bajaba la cabeza.
-No digas eso, tu cargas con todo un reino en tus hombros... yo sólo cargo conmigo -comentó Goku sonriendo- "Y con mis errores también".
-"No cargues tú sola con todo", eso me dijiste hace tiempo, así que al igual que cuento contigo tú puedes contar conmigo Go-chan... -Serafall se expresó brindándole una sonrisa radiante.
La joven, si se podía llamar a sí a pesar de sus cientos de años, le tomó de la mano y entrelazó suavemente sus dedos con los de Goku.
-Fui yo quien ocasionó lo sucedido con los descendientes de los Maou, te prometo que también te lo diré todo en su debido momento -habló el rubio- Esta vez te diré sólo la verdad.
-Esperaré el tiempo que haga falta Go-chan -Serafall le apretó las manos- No sé cómo ni porqué lo hiciste... pero lo que sí sé es que te estoy profundamente agradecida, has evitado que todos ellos se salgan con la suya.
-Quiero que este lugar sea un sitio pacífico, y haré lo que sea necesario para lograrlo -habló Goku sonriendo con gran determinación.
"Sé que esos tipos no van a desistir, buscarán alguna manera de alcanzar su propósito. Pero al menos he podido retrasarlo"- discurrió el rubio.
-Y lo estás haciendo Go-chan, desde que viniste... todo está yendo mejor -agregó la diablesa con una sonrisa en su bello rostro- Entonces, no eres un demonio, ¿verdad?
-No... no lo soy -respondió.
-Siempre lo supe... eres muy especial, eres demasiado bueno para ser un demonio -Serafall afianzó el agarre hacia las manos del rubio.
Goku pretendió refutar aquellas palabras pero decidió callarse y admirar la sonrisa instalada en el rostro de Serafall, era sumamente hermosa.
Se alegraba bastante por haber arreglado las cosas con ella, lo único que quedaba era tomar una decisión acerca de si corresponder o no los sentimientos de Serafall en unos días.
-¿Te parece bien si vemos alguna película? -preguntó Goku sonriendo y Serafall asintió rápidamente- Perfecto, iré a buscar palo...
Goku enmudeció al ver que Serafall hizo aparecer un gran bol de palomitas, además de dos refrescos, chasqueando sus dedos mágicamente. Sonrió con satisfacción.
-Maravillosa jugada -habló Goku, necesitaba aprender magia porque sin duda le facilitaría mucho las cosas, limpiar la casa por ejemplo.
Entonces Goku tomó el mando y puso una película de comedia y acción, como las que le gustaban a Serafall, y se acomodó en el asiento.
-Echaba de menos esto... -susurró Serafall apoyando su cabeza en el hombro de Goku. Y no mentía, toda esta semana anheló revivir este tipo de momentos y ahora los iba a disfrutar.
-Y yo -añadió Goku con una sonrisa.
Horas después.
"Oye plebeyo"
Ravel pronunció mientras estaba sentada en su cama y Goku se hallaba en el marco de la ventana, mirando el cielo con una sonrisa.
Habían pasado varias horas desde que se fue Serafall tras ver la película. Había sido una tarde genial pero ella tenía una reunión con los Maou.
Acordaron verse mañana después de que terminara el pleno en la cámara demoníaca, Goku también estaría ocupado con algunos trabajos en la construcción de la aldea.
Y ahora pues estaba cumpliendo su labor como guardaespaldas, estar con Ravel en la habitación haciéndola enfadar como de costumbre.
-Dígame usted, Hime-sama -habló Goku con una sonrisa burlesca que hizo que Ravel apretara sus puños con fuerza, ya tendría luego su venganza.
-Te noto más feliz que hace unas horas... a-aunque tampoco es que eso me importe mucho -habló Ravel desviando su mirada.
-Así que la princesa está preocupada por mí -Goku abrió su boca fingiendo emoción y Ravel le fulminó con la mirada- Jajaja no es nada, sólo que... es bueno vivir -dijo mirando el firmamento.
Ravel no entendió aquello pero si se percató del rubor que emanaban los ojos de Goku, distinto a lo de hace unas horas estando en la cabaña.
Ella notó que Goku estaba decaído y por eso fue a comprarle unos helados, pensó que le hizo feliz pero sus ojos no brillaron como lo hacían ahora.
Ravel se sentía mal por no haber sido capaz de lograr aquello, que Goku sonría nuevamente como solia hacerlo, como lo hizo aquella noche durante el baile que ella tanto disfrutó...
Sí, ella se sentía mal por no hacer que brillen los ojos del tonto plebeyo. Pero ese plebeyo se había convertido en una parte fundamental de su vida, por más que quisiera negarlo esa era la verdad. Goku formaba parte de ella, de su ser.
"M-me gustaría poder hacer que sonrías sinceramente, pero no sé cómo..."- pensó Ravel bajando su mirada y Goku lo notó enseguida.
-¿Qué ocurre Ravel? -preguntó Goku preocupado, no era habitual verla con la cabeza hacia abajo y siendo ella tan presumida como lo era, haciendo gala de su estatus social cada vez que podía.
-E-eres un tonto, ¡a pesar de que te compré un helado sé que seguías estando triste en el fondo y que esa sonrisa que mostraste era falsa...! ¡Te odio plebeyo! -exclamó Ravel mientras contenía sus lágrimas, apretando los puños a su vez.
Quería llorar, tal vez por la impotencia de no haber conseguido que Goku se sintiera mejor, o porque la había engañado haciéndola creer eso.
Pero no lo iba a hacer delante de él.
El protagonista de todo esto estaba perplejo, parpadeando sin cesar. Sin embargo, esbozó una pequeña sonrisa comprendiendo el motivo por el que Ravel decía aquello y realmente tenía razón.
No se sintió mejor hasta que habló con Serafall hace unas horas pero eso no quería decir que no apreciara el gran gesto que había hecho Ravel.
-Tienes razón... todavía seguía sintiéndome triste, pero esa sonrisa no era una falsa Ravel, sino una sonrisa de agradecimiento por haberte preocupado por mí, y en verdad te lo agradezco mucho, lo digo en serio -respondió el rubio.
Ravel alzó la cabeza viendo que el plebeyo le brindaba una sonrisa llena de sinceridad, esa sonrisa que ella anheló ver en sus facciones.
Ante aquello un leve rubor carmín surcó sus mejillas. No por la sonrisa sino por la sensación que transmitía, una llena de armonía y felicidad.
-Hmpf, no tienes porqué agradecerme... una noble debe velar por sus subordinados -habló Ravel retornando a su carácter pedante.
-Sí sí, ¿pero ya hiciste tus deberes? -preguntó Goku restándole importancia mientras le daba una mirada aburrida qye Ravel no pasó por alto.
-Nop, después de todo soy la mejor de la clase... puedo aprobar sin hacerlos -respondió Ravel con una sonrisa orgullosa instalada en su rostro.
Sólo su amiga Sheera se podía equiparar académicamente hablando pero seguía estando por debajo, por eso no tenía ningún problema.
Tas.
-¡Auch! ¡¿Qué crees que haces plebeyo?! -demandó Ravel al ver que Goku le golpeaba la nariz mirándole de forma bastante severa.
-¡Tonta! ¿Crees que por ser la mejor debes descuidar tus obligaciones? No te conformes con eso, ve más allá de tus límites... -le habló seriamente Goku con una mirada de reproche.
Ravel abrió sus ojos ante aquellas palabras, pronto recordó las palabras que Goku le dijo cuando empezaron con el entrenamiento.
No depender de su titulo de clase alta y que si uno de clase baja se esforzaba podía superar a la élite... todavía lo recordaba, todo eso estaba grabado en lo más profundo de su mente.
Si quería estar en lo más alto debía empezar desde abajo. Para ello debía ser más humilde, con humildad, esfuerzo junto a perseverancia superaría sus límites, tal como deseaba.
Y sí que había empezado bastante abajo, pues para entrenar debía ensuciarse las manos de tierra. Por más nauseabundo que fuera para ella tenía la sensación de que estaba cambiando.
La sensación de que Goku la estaba cambiando. A ella, la arrogante y fanfarrona Ravel. Sí, sonaba imposible pero aquello estaba sucediendo.
Lentamente, pero sucedía.
-P-perdón... enseguida los haré -habló Ravel bajándose de la cama y caminando hacia su mochila mientras que Goku parpadeaba.
-Espera, ¿me hiciste caso? Vaya, se acerca el fin del mundo... ¡Tendremos que crear murallas más altas para protegernos de los titanes! -exclamó el muchacho histriónico recordando aquella serie
Era una serie que enseñaban por las noches y que le enganchó, iba sobre unos titanes que surgieron obligando a la humanidad a vivir en el interior de murallas que les protegían de ellos.
-¡N-no! S-sólo lo hice por mi bien... Si quiero seguir siendo la mejor debo esforzarme -habló Ravel ruborizada y se sentó en su escritorio.
"Así se habla"- pensó Goku con una sonrisa, estaba contento por el progreso que estaba mostrando Ravel, todavía quedaba Raiser.
Ravel sacó unos cuadernos y con un bolígrafo empezó a hacer sus deberes, mientras Goku la observaba con una sonrisa en su rostro.
Así transcurrieron dos horas y al final Ravel acabó dormida sobre su escritorio, por suerte terminó de hacer los deberes antes de eso.
-Sí que estabas agotada, ¿no? -habló Goku cargando a la chica y recostándola en su cama- Gracias por preocuparte por mí, buenas noches Hime-sama. Y aférrate bien a tu peluche jajaja.
Aunque estuviera dormida Ravel frunció el entrecejo, y tal como dijo Goku se aferró a su peluche como un koala a su eucalipto.
Goku decidió salir por la puerta en vez de la ventana, una vez se resbaló saltando y su cabeza se quedó incrustada en la tierra en el aterrizaje.
"Te lo agradezco"
-Lady Phenex -dijo Goku viendo a la hermosa mujer de ojos azules enfrente de él- ¿Por qué?
-Por cuidar bien de ella y porque también gracias a ti está madurando, ella intenta esconderlo pero cada vez se está haciendo más evidente -Reaven explicó sonriendo y el rubio se rascó la nuca.
-Me alegra saber que Ravel está cambiando, quiero lo mejor para ella y por eso me esforzaré en ayudarla -añadió Goku con una sonrisa.
Reaven no tenía dudas, si Goku se hubiera presentado en su vida antes de conocer a su esposo habría ido a por él sin dudarlo.
Pero ahora era distinto, tenia un esposo, cuatro hijos y era la matriarca del clan Phenex, tenía en sus hombros muchísimas responsabilidades.
-Raiser también está cambiando, o eso quiero creer... pero supongo que eso será más difícil que con Ravel -habló Reaven y Goku asintió.
-Paso a paso Lady, todo saldrá bien se lo aseguro -comentó Goku con tranquilidad.
-A propósito, ¿qué relación mantienes con la Maou Leviathan? La vi saliendo hace un par de horas... -preguntó la matriarca con curiosidad.
-B-bueno podría decirse que somos amigos -contestó Goku sonriendo- "Técnicamente no he mentido, hasta que no le dé una respuesta a Serafall seguimos siendo amigos como antes".
-Ya veo... -murmuró ella poniendo nervioso a Goku, sin duda esta mujer era enigmática- Buenas noches pues, nos vemos mañana.
Goku asintió haciéndola una reverencia y se encaminó hacia la salida de la casa, hacia su cabaña siendo precisos. Iba a "descansar".
Una vez fuera escuchó unos ruidos, Goku se aproximó al origen de aquellos sonidos y vio que Raiser estaba golpeando fuertemente un árbol.
También vio que su reina, que según recordaba se llamaba Yubelluna, estaba presente pero veía a su señor a escondidas detrás de un árbol.
-Goku-sama -habló Yubelluna con evidente sorpresa mientras veía al hombre, era la primera vez que estaba cara a cara con el rubio.
Le tuvo enfrente durante la cena con la familia Phenex pero no hablaron, aunque sí supo sobre él y que le parecía bastante atractivo el chico.
-¿Hey qué tal? Parece que Raiser está esforzándose bastante -habló Goku viendo que el demonio golpeaba con fuerza aquel árbol.
-Sí... Raiser-sama quiere ser el más fuerte, esa es su convicción y motivación. Gracias a usted él se esta superando a sí mismo -confesó Yubelluna con una hermosa sonrisa en su rostro.
Estaba profundamente agradecida con Goku por haber sacado a relucir el potencial de su señor.
-Me alegra escuchar eso realmente, mañana seguiremos entrenando -señaló Goku mientras cruzaba sus brazos- De momento es crucial que fortalezca su físico y resistencia igualmente.
Yubelluna asintió ante aquello, si su señor se fortalecía todas ellas se iban a fortalecer también. Aunque eso tendría que esperar.
Mañana siguiente.
"Así que lo han arreglado, ¿eh?"
-¡Sí So-tan! Go-chan dijo que en unos días me daría una respuesta, ¿qué crees que me dirá? -preguntó Serafall sumamente ansiosa.
La Maou estaba en la ducha mientras Sona estaba apoyada en la puerta, conversando con su hermana mayor acerca de lo del día anterior.
Claro, Serafall omitió lo de que Goku era inmortal. No quería ponerle en aprietos así que mantendría eso en secreto, incluso si era Sona.
-Lo más probable es que sí... aunque me alegra en el fondo que ambos lo hayan arreglado -habló Sona ajustando sus lentes con una leve sonrisa.
Pero sí o sí tendría que hablar con Goku, le estaba intrigando todo ese asunto que envolvía al rubio. Su misteriosa aparición, sus ayudas al inframundo... todo aquello era sospechoso.
Aunque en el fondo estaba agradecida; Goku había hecho muy feliz a Serafall estas semanas, bueno también la entristeció. Nunca antes Sona había visto tanta felicidad en su hermana y esta felicidad era sincera y genuina, podía sentirlo.
-¡¿Verdad que sí?! Tengo la sensación de que este día va a ser espectacular -comentó Serafall y en ese instante preciso salió de la ducha.
Con tal animó en su ser Serafall se dirigió a la cámara demoníaca, nada iba a estropear este buen día. O eso era lo que pensaba ella.
-Te ves más contenta Serafall, ¿qué ocurre? -preguntó el Crimson Satan, uno de los seres más poderosos de la creación y el siscon más grande del inframundo Sirzechs Lucifer.
-Nada nada, hoy va a ser un día fantástico Sirzechs-tan -comentó Serafall mientras daba pequeños saltos de alegría y Sirzechs sonrió nerviosamente sin entender a su amiga.
El Maou bien sabía que si Catleya y los demás ganaban la votación la guerra contra los ángeles iba a ser inminente, lo que él desconocía es que cierto saiyajin ya se había encargado de evitarlo.
Una vez en la sala todos los demonios tomaron sus asientos. Shalba, Cruzerey y Catleya también estaban presentes en la cámara, pero esta vez se notaban mucho más sombríos que ayer.
Cualquiera lo estaría después de la humillación que recibieron ayer... ¡A ellos, los descendientes de los mismísimos reyes demonios del infierno!
Justo cuando Zekram, el primer Bael, iba a tomar la palabra la descendiente de Leviathan se levantó y le comunicó al estrado lo mismo que le dijo a Serafall ayer por ordenes directas de Goku.
Todos abrieron sus bocas debido a la sorpresa que les generó aquella noticia, Sirzechs le lanzó una mirada atónita a Serafall. ¿Acaso ella había visto el futuro? Sin duda era exorbitante.
La mayoría de pilares como los Gremory o Sitri estaban bastante agradecidos, pues si los herederos de los Maou se retractaban evitarían una nueva guerra que causaría más bajas.
Los descendientes de los Maou salieron de la sala ya que no tenían nada más que hacer ahí, habían agotado la vía legal. Quedaba una más
-Ese maldito nos las pagará, no descansaré hasta que le haga pagar por lo que nos ha hecho -habló Shalba molesto apretando sus dientes.
-Con este nivel no lograremos nada... finalmente tendremos que recurrir a ella -se expresó Catleya intercambiando una breve mirada con Cruzerey.
El descendiente de Asmodeus creó un círculo mágico con un pentagrama invertido en medio, y del cual salió una pequeña serpiente oscura.
-Llévanos con Ophis -habló Cruzerey y aquella serpiente enseguida los envolvió en un fuego de llamas negras, y desaparecieron del lugar.
Mientras que estos seres de la oscuridad maquinaban algo bastante perverso, el resto de demonios seguía en el interior de la cámara.
-En vista de que los recientes eventos se anula la votación... -hablaba Zekram pero la mente de Serafall estaba en otra parte en este momento.
Tan feliz estaba la diablesa que quería llamar al rubio para decirle que efectivamente lo que sea que había hecho había funcionado de maravilla.
Marcó el número de Goku y llevándose el móvil a la oreja esperó que respondiera, pero lo único que oyó al otro lado de la linea fue un grito muy desgarrador que heló por completo su sangre.
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Fin del capítulo.
Pues sí, resulta que Goku amó a una persona en este mundo. ¡Sorpresa! Ya tengo la historia para eso, lo desarrollaré a modo de flashback. Espero que eso abarque entre 1-2 capítulos.
Serafall ha curado la herida a Goku después de abrirla, mientras Ravel pensó que fue ella quien la curó... Wtf, veamos cómo acaba todo esto.
Espero que les haya gustado, si es así voten y comenten. Sigan también mi perfil... recuerden que prometí subir este cap si llegabamos a 3,9k aunque todavía quedan 50 seguidores más ;v
PD: Este cap va especialmente dirigido a DanielMtx que cumplió años hace dos semanas, culpa mía no haberlo subido antes u.u felicidades pana.
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