19
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Serafall estaba frente a un espejo mientras se abrochaba los botones de su chaqueta violeta.
Tocaba ir a la cámara demoníaca ya que había un importante pleno al que ella no debía de faltar.
La verdad es que no tenía ganas de ir a aquel lugar pero era su deber y como tal debía cumplir con aquello aunque quisiera quedarse en casa.
-Si tan sólo todo estuviera más calmado... -susurró ella, la facción de los Maou estaba resonando con fuerza en la cámara demoníaca.
Todo porque el dios bíblico seguía con vida y pudo reparar el sistema del cielo, por lo que la producción de seres celestiales se reanudó.
Los demonios antiguos veían esto como una ofensa ya que los viejos Maou murieron en la guerra y no sólo ellos sino que más de la mitad de los pilares también murieron en la guerra.
Eso les daba a los ángeles una superioridad numérica y en caso de una nueva guerra ganarían fácilmente, por eso la facción de los Maou quería 'equilibrar los números' con el ejército celestial.
Así, atacarían el cielo aprovechando el hecho de que ahora existían las evil pieces que podían reencarnar en un demonio a humanos e híbridos.
Pero una buena parte se negaba a entrar en guerra ahora que el inframundo vivía en paz, pero el peso que tenia la facción Maou era enorme.
Ahora Serafall, Sirzechs y demás debían buscar forma de evitar que aquello sucediera. Pero ellos olvidaban que no estaban solos en esta tarea.
-Espero que todo salga bien -agregó Serafall suspirando, y estiró su brazo para alcanzar el perfume de rosas y rociárselo encima .
Al instante recordó quién le había regalado aquel perfume y su corazón, cuyos fragmentos lentamente se fueron agrupando, se encogió.
Goku se lo regaló hace tiempo, una vez que iban de camino al poblado y tuvieron que parar en un supermercado para comprar algo de comida.
"Bueno te compré esto, pensé que tal vez te gustaría o algo así"- Serafall todavía recordaba aquellas palabras y sus ojos no pudieron evitar llenarse de lágrimas reviviendo recuerdos.
Lentamente caminó hasta sentarse en la cama y se aferró al oso de peluche que le regaló Goku aquella hermosa pero al final triste noche.
Se preguntó qué había hecho mal para no merecer la confianza de Goku, se preguntó si ella no era lo suficientemente buena para el rubio.
No, enseguida recordó algo.
"No merezco tu amor Serafall... la última persona que amé murió en mis brazos sin que yo pudiera hacer nada, no quiero que pase eso de nuevo, no quiero ver cómo sufres por mi culpa Serafall"
"¿Por qué me harías sufrir... si eres alguien tan maravilloso?"- Serafall se sentía incapaz de hallar una respuesta a aquella pregunta tan misteriosa.
"Estoy maldito"
"¿De qué maldición hablaba? ¿Será lo que le impide confiar en mí?"- indagando sólo conseguía añadir más preguntas a una caja que estaba llena de ellas. Pero no sabía qué hacer ahora.
Se sintió mal por la respuesta que le dio, pero no pudo controlar sus emociones y pensar por unos instantes si aquello que dijo era correcto o no.
Trató de ponerse en el lugar de Goku pero era imposible hacerlo cuando no sabía casi nada de él. Pero aún así, se había enamorado de él.
Ciegamente, pero se había enamorado.
Y no podía deshacer aquellos sentimientos así como si nada, quería saber si Goku sentía lo mismo por ella y sólo había una manera de saberlo: sentándose a hablar con él de una vez.
Pero el miedo al rechazo le hacía sentirse indispuesta a realizar aquel paso, se preguntó cómo se sentía Goku en estos momentos.
"Oye Serafall, puedo..."
La diablesa mayor soltó rápidamente el oso de peluche que tenía en sus manos y alzó la cabeza. No era otra que Sona, quien había asomado la cabeza en su cuarto de su hermana mayor.
-So-tan eres tú, ¿qué te trae por aquí? -Serafall forzó una sonrisa y su hermana con el entrecejo fruncido entró en el cuarto y se sentó en la cama.
-Estoy preocupada -Sona habló con un tono de voz muy inusual en ella y Serafall alzó una ceja sin entender lo que decía su hermana menor.
-¿Y eso? ¿Por qué estás preocupada? -Serafall rápidamente se hizo una idea de lo que estaba diciendo Sona, pero lo que menos deseaba era preocupar a su hermana por esa razón.
-Te he notado muy distinta estas semanas, y aunque me digas que estás bien sé que no lo estás... y necesito que me digas la verdad -respondió Sona con un rostro serio.
Sona no era una tonta. Se percató del triste comportamiento de su hermana desde la cita con Goku aquella noche, y dio por hecho que las cosas habían salido muy mal entre ambos.
Serafall no quería preocupar a Sona con sus problemas, pero sería hipócrita de su parte no decirle la verdad a Sona cuando ella le exigía a Goku lo mismo. Así que suspiró y habló.
-Él... no me ama So-tan, o bueno no estoy segura -comentó Serafall- Yo... le besé y después de eso le dije que se sincerara conmigo, pero él no pudo.
-¿O sea es un farsante? -preguntó Sona cruzándose de brazos, sabía que no podía fiarse al cien por cien de aquel rubio llamado Goku.
-No, en realidad es algo mucho más profundo y es algo que le atormenta... me gustaría saber qué es, pero él no confía en mí -añadió Serafall bajando la cabeza con algo de pesadumbre.
"¿Algo que le atormenta?"- se preguntó Sona dubitativa, ahora muy intrigada sobre aquello.
-Pues no soy ninguna experta en estos temas, pero él te debe una disculpa y si tiene algo de moral, no tardará en llamarte y pedirte perdón -dijo Sona y su hermana negó al respecto.
-Me lancé a él como una tonta sin saber más sobre su vida. Simplemente me enamoré por el tiempo que pasábamos juntos... pero no pensé en nada más, fue egoísta de mi parte -se culpó Serafall nuevamente bajando la cabeza.
-Si tú crees eso... entonces cuando te sientas más cómoda habla con él, pero sigo manteniendo lo de que él te llame a ti -comentó a su vez la Sitri ajustando sus lentes con un toque de seriedad.
-O bueno... tal vez no sea digna de ser su pareja, después de todo él es alguien genial... -de forma deprimida Serafall soltó aquellas palabras.
-No digas tonterías, ¿quién sería tan tonto como para no quererte? -preguntó Sona y Serafall abrió sus ojos violetas con absoluta incredulidad.
"...."
-Eres Serafall Leviathan, la mujer más poderosa que ha existido en todo el inframundo, eres una Maou, y sobre todo la persona que más admiro en este mundo, la pregunta es si él es digno de ti -confesó la menor con absoluta sinceridad.
Antes de que Sona pudiera reaccionar Serafall se echó sobre ella en un tierno abrazo mientras liberaba algunas lágrimas de tensión acumulada.
-Gracias So-tan... ¡¡eres la hermana más linda y más comprensiva del mundo!! -halagó Serafall abrazando a la diablesa menor de los lentes.
Sona sonrió un tanto incómoda pues no estaba habituada, pero al fin y al cabo estaba contenta por la charla que había tenido con su hermana.
Más tarde.
Serafall caminaba por los pasillos de la cámara demoníaca hacia el salón principal donde tendría lugar el pleno o reunión del consejo demoníaco.
El consejo demoníaco estaba formado por los patriarcas de los pilares restantes junto con un consejo de ancianos, y estaba presidido por los maou además de Zekram el primer Bael.
Anteriormente las seis casas de Lucifer eran quienes lideraban este consejo pero desde la guerra civil se estableció un nuevo orden que estaba siendo liderado por los Maou, sumado al hecho de la desaparición de aquellas casas.
Grayfia Lucifuge era de los pocos miembros supervivientes de entre las seis casas junto con su hermano, que había desertado el inframundo.
Por lo que el poder político del inframundo giraba entorno a las figuras de Zekram Bael, los Maou y el consejo de ancianos, muchos de ellos conservadores y de ideologías cerradas.
"Te noto contenta Serafall"
La diablesa vio que Sirzechs caminaba tranquilamente a su par sosteniendo unas carpetas. Iba vestido con un esmoquin gris.
-Así es. Nuevo día, nueva actitud -comentó Serafall tranquilamente y la verdad es que sí, su charla con Sona le subió mucho los ánimos.
Sirzechs notó algo decaída a su amiga y era normal con todo el estrés diario que conllevaba ser el rey demonio y todo lo que conllevaba.
Verla alegre ciertamente le motivó ya que las previsiones para este día no eran precisamente buenas. Sirzechs presentía algo muy malo.
Entonces entraron en la sala, y al llegar Serafall abrió sus ojos al encontrarse a varios conocidos ahí, que precisamente no eran tan amigos.
-Catleya, Shalba, Cruzerey... ¿qué hacen aquí? -Sirzechs preguntó con un tono muy serio a los descendientes legítimos de los viejos Maou.
-Solicitamos una breve audiencia con el consejo, después de todo somos herederos legítimos al trono y ejercemos nuestro derecho -habló Shalba cruzándose de brazos con una sonrisa.
Serafall iba a replicar ante aquellas palabras cuando Zekram apareció al momento mediando entre ambos. El líder de los Bael comentó:
-De hecho ellos han convocado este pleno a través del consejo de ancianos... tan sólo oigamos lo que tienen que decir y ya -habló el viejo demonio y ambos Maou suspiraron.
Se dirigieron a sus asientos donde se encontraban Ajuuka leyendo unos archivos junto con Falbium descansando pacíficamente.
-Sí que llegas temprano Ajuuka -comentó Sirzechs con una sonrisa mientras veía a su amigo de la infancia leyendo tranquilamente.
Ajuuka un genio a nivel mundial, sólo comparado con Azazel. Él fue capaz de crear las evil pieces y los rating games hace unos cientos de años.
-Hay cosas importantes que hacer -habló Ajuuka con seriedad y Sirzechs asintió nerviosamente.
PAM. PAM.
Con los martillazos de Zekram la sala se puso en orden y al momento reinó un silencio, para así cederle la palabra al primer gran rey Bael.
-Primer y único punto del día: solicitud de una guerra por parte de Shalba Beelzebub, Cruzerey Asmodeus y Catleya Leviathan -Zekram leyó el documento que recogía el tema que abordarían los mencionados en los siguientes minutos.
-¡¿Qué?! ¡Creí que ese asunto ya se había archivado! -exclamó Serafall dando un golpe a la mesa y Catleya la miró desaprobatoriamente.
-¡Silencio niña y escucha! -Catleya o Katerea dio un paso al frente subiéndose al atrio para hablar.
Sirzechs tuvo que relajar a Serafall ya que si no hubiera sucedido así a estas alturas Catleya no lo contaba, ya habría sido ultra mega congelada.
-Tenemos varios informes que aseguran que los ángeles caídos de Grigori están reclutando a humanos con sacred gear potenciales y los entrenan -comenzó Catleya Leviathan.
Sirzechs sabía que Azazel tenía una pasión extraña con el tema de los sacred gear, normal que aquello no le sonara tan fuera de lugar.
Serafall sólo se cruzó de brazos esperando que aquellos pésimos argumentos no lograran convencer a ninguno de los presentes.
-Como saben, nosotros somos actualmente la facción más débil entre las tres... no sólo contamos con menor número de oficiales en el ejército, sino que la cantidad de demonios de sangre pura se está extinguiendo -prosiguió Cruzerey el descendiente de Asmodeus.
Eso era una verdad irrefutable, incluso Serafall sabía bien que los demonios puros se estaban extinguiendo y por eso la razón de la existencia de las evil pieces para reencarnar en demonios.
-Mientras los caídos cuentan con el poder de crear sacred gears artificiales y tienen un equipo de humanos con ellos, los ángeles han recuperado su sistema con el regreso del dios bíblico, por lo que es posible que el poder de las sacred gear se multiplique -habló Shalba.
Aquellas palabras confirmaban lo débil que estaban los demonios frente a ángeles y caídos en estos momentos. Y era simple de entender.
Sabiendo que Elohim estaba en vida la producción de ángeles por parte del sistema del Sephirot seguiría en pie, por esa razón si hay más ángeles aumentará exponencialmente el número de caídos. Grigori también salía beneficiado por el regreso de dios. Pero los demonios no.
-Por esa misma razón las posibilidades de un inminente ataque hacia el inframundo son muy altas, solicito formar un ejército para atacar tanto Grigori como el cielo -añadió Catleya sonriendo.
Los murmullos no tardaron en hacerse presentes en aquella sala ante lo dicho por los descendientes de los viejos reyes demonios.
"Eso es muy hipócrita"
Todos los presentes callaron cuando Ajuuka se puso en pie logrando que Catleya levantase una ceja con dudas ante lo dicho por Ajuuka.
-Planeas asegurar la supervivencia de los demonios porque 'somos la facción más débil', pero lo único que conseguirás llevándolos a la guerra es terminar de extinguirlos -comentó Ajuuka y Catleya apretó molesta sus dientes.
-¿No daría el mismo resultado si nos atacan? En cambio, si les pillamos desprevenidos las posibilidades de éxito son más grandes -añadió Cruzerey apoyando al argumento de Catleya.
-Sigue sin tener sentido, como bien has dicho los ángeles han aumentado sus números y en consecuencia los caídos, ¿cómo les haríamos frente? -preguntó Ajuuka retóricamente.
-Aborrezco su uso pero podremos recurrir a las evil pieces, y en última instancia hay otro recurso... -comentó Cruzerey calmado.
Cruzerey había descubierto aquello recientemente, un secreto que sólo sabían los viejos Maou y los miembros de las seis casas Lucifer. Todos ellos ya fallecidos.
Varios demonios conservadores aplaudieron la idea de Cruzerey y los demás, ante los ojos atónitos de Serafall quien no pudo más.
-Un momento, ¡¿van a permitir otra guerra y llevarnos al borde de la extinción?! Esto es muy inaceptable, yo como Maou desapruebo esta idea -Serafall dejó más que clara su postura.
-Esto habrá que someterlo a votación entonces -habló Zekram soltando un suspiro cansado.
Habiendo guerra o no él no se inmiscuiría, así sobrevivió a las guerras santas y a la guerra civil del inframundo. Siempre evitaba exponerse.
-Está bien, ¿miembros a favor de formar un ejército y preparar el preludio de una nueva guerra santa? -preguntó Zekram luego de haber iniciado el proceso de votación de forma democrática.
La mayoría de demonios eran muy vengativos, por lo que si tenían la oportunidad de destruir el cielo, lo harían. Así que levantaron la mano los demonios conservadores, junto con varios miembros del consejo de ancianos.
-¿Miembros en contra? -preguntó Zekram y enseguida los Maou levantaron la mano, además de varios lideres de algunos pilares como Agares, Gremory y demás. Como era de esperar.
Hubieron algunos que ni votaron a favor ni votaron en contra, por lo que sumaba como abstenciones al total escrutado.
Para que la propuesta de Catleya y demás fuese aceptada debía reunir al menos un 60% de votos a favor, de otra forma se realizaría una segunda votación tres días después de la primera.
Resultados de la votación:
Votos a favor: sector conservador, consejo de ancianos y algunos pilares pequeños (45%)
Votos en contra: Maous y varios pilares (40%)
El resto correspondía a personas que no se han decantado por ninguna de las opciones, se abstuvieron y su voto era prácticamente nulo.
-Por lo que al no haber alcanzado el porcentaje medio para que la propuesta sea aceptada, se someterá a una segunda votación dentro de tres días a partir del presente, declaro este pleno de hoy terminado -habló Zekram y dio un martillazo.
Era normal, después de todo los ancianos tenían bastante poder político y el sector conservador seguía manteniendo las ideologías de Lucifer.
Serafall suspiró no muy contenta con ese resultado y Catleya sonrió, un 15% en tres días y conseguirían llevar a cabo su objetivo por fin.
Pronto todos comenzaron a retirarse de la sala y Serafall mantenía la cabeza hundida, todos los ánimos que había traído se esfumaron.
-Tranquila Serafall, todo va a salir bien -habló Sirzechs sonriendo ligeramente mientras que se llevaba la mano derecha al bolsillo derecho.
Tenía que hacer una llamada.
Con Goku.
Goku tuvo que admitir que la mujer se veía más hermosa y sana que el día en que vino a sanarla.
-Mira mamá, este es Goku-san de quien te hablé -habló Sairaorg poniendo su mano en el hombro de Goku- Y Goku-san... esta es mi madre Misla Bael, de quien te hablé y quien quería conocerte.
Goku dio varios pasos al frente hasta situarse enfrente de la mujer y extendió su mano derecha.
Misla no supo la razón del deja-vu que tuvo al ver a este hombre, que se le hacía familiar. Sin embargo, extendió su mano y correspondió el saludo de forma amable, cortés y educada.
-Es un placer conocerte por fin, Sairaorg sólo me ha hablado maravillas de ti -comentó Misla sonriendo- "Serafall también, desde luego".
-¿En serio? En realidad no tiene mucho mérito lo que he hecho -habló Goku rascándose la nuca.
-¿Cómo que no...? Has salvado a muchas personas de morirse de hambre, y no sólo eso sino que también has logrado que Sairaorg haga algo distinto a pelear, lo cual parecía imposible -habló Misla y Sairaorg sonrió nerviosamente.
-En verdad no me importa el dinero -habló sorprendiendo a Misla- prefiero que lo utilicen personas que realmente lo necesitan y entonces pensé en esas personas y surgió la idea. Sin la ayuda de varias personas no habría sido posible.
Los ojos de Misla brillaron ante aquella muestra de humildad, sin duda tal como Serafall le retrató.
-Me alegra oír eso, si en el mundo hubieran más hombres como tú todo estaría mejor -admitió ella con una sonrisa y Goku negó ante aquello.
-Mejor está el mundo como está -habló Goku sonriendo, la simple intervención que hizo había causado un desequilibrio en el mundo.
Sairaorg estaba contento al ver a su madre llevarse bien con Goku, estaba yendo mejor de lo esperado. A ver si ambos se hacían amigos.
-Sairaorg, ¿puedes esperar fuera? Me gustaría decirle unas palabras a Goku-san... -Misla Bael habló dejando tanto a Goku como a su hijo muy sorprendidos- Tranquilo no tardaré demasiado.
Sairaorg no preguntó más al respecto y salió del cuarto muy sonriente, dejando solos a Misla y a Goku, quien sonrió incómodamente ante aquello.
-En verdad no tengo palabras para agradecerte todo lo que has hecho por mí -aquellas palabras dejaron aun más confuso al hombre rubio.
-¿Agradecerme? ¿Por qué? -preguntó Goku.
-No sé cómo pero me despertaste de mi coma, en ese momento sólo pude ver un destello rojo pero se me quedó grabado tu olor en la mente -explicó Misla y entonces Goku supo a qué se refería.
-¿A qué te refieres con eso? -el rubio se hizo el sueco pero sabía que era demasiado tarde para aquello. Misla había descubierto el pastel.
-Antes de pertenecer al clan Bael yo era miembro del clan domador de leones, el Vapula -respondió ella y Goku sudó, olvidó aquel detalle- los Vapula tenemos un excelente olfato, y gracias a aquello descubrí que en verdad me salvaste tú, muchas gracias. No sólo eso sino también está el tema de Sairaorg, por eso tengo mucho que agradecerte.
-Sigh, entonces me has descubierto... no es nada, sólo hice lo que me parecía correcto, no tienes porqué agradecerme nada -contestó Goku tranquilamente y Misla asintió sonriendo.
-Bueno... hay otra cosa que me gustaría decirte -el rubio alzó sus cejas y la Bael prosiguió- Como sabrás soy muy buena amiga de Serafall... y ella me cuenta casi todo lo que sucede en su vida...
-Te contó lo sucedido entre nosotros la otra noche, ¿verdad...? -preguntó Goku bajando la cabeza, y Misla asintió- Lo sé, fui un estúpido, un imbécil, puedes llamarme de cualquier forma.
-Estoy segura de que no eres nada de eso, pero según lo que oí de Serafall no quieres estar con ella... porque temes hacerla daño, ¿qué clase de daño la harías? -preguntó Misla queriendo saber más para entender las razones de Goku.
-Serafall es alguien... demasiado perfecta para mí, se merece algo mejor que un hombre maldito -respondió el rubio y Misla se acercó a él.
-¿Maldito? -inquirió la diablesa.
-Alguien condenado a ver morir a todo lo que ama, alguien que puede pasarse meses sin la necesidad de dormir o comer, alguien que por mucho que lo intentase nunca podría morir por más veces que haya deseado el descanso eterno, alguien condenado a mantener una apariencia joven por siempre -le confesó Goku apretando sus puños y Misla abrió los ojos sorprendida.
"Él es inmortal... ahora lo entiendo"- indagó ella bastante apenada por la situación de Goku.
Misla era la primera persona en mucho tiempo que se enteraba de su condición inmortal, si no se lo dijo a Serafall antes es porque nunca se dio la oportunidad de hablar sobre aquel tema.
Si bien durante la cita habría podido tener la oportunidad para decírselo estaba demasiado confuso al ser la primera vez que le pasaba algo así o que vivía una situación similar a aquella.
-Lo que quieres no es ahorrarle sufrimiento a Serafall... sino a ti mismo, sabes que aun llegando a formar una familia con ella, tarde o temprano terminarías... sólo -habló Misla analizando lo que conlleva ser inmortal para Goku. Algo sumamente triste y penoso.
Goku sabía que era imposible refutar aquellas palabras. Misla había clavado a la perfección el estado en que estaban sus sentimientos.
-¿Prefieres vivir mil años de felicidad y alegría o diez mil años de soledad y tristeza...? -preguntó Misla y Goku abrió sus ojos con sorpresa.
Antes de que Goku pudiera responder su teléfono comenzó a sonar desde su bolsillo y Misla le hizo un gesto para decirle que no había problema; que podía interrumpir la conversación y cogerlo.
El rostro de Goku fue adquiriendo un tono más serio a medida que la llamada se iba extendiendo, hecho que no pasó desapercibido por Misla.
-....Entiendo, ahora mismo me ocuparé de ello, luego te llamo -habló Goku finalizando la llamada con una voz bastante más seria de lo normal.
-¿Ocurre algo? -preguntó Misla extrañada por ver el rostro tan serio del amado de su mejor amiga.
-Debo atener un asunto enseguida -respondió Goku- Pero te prometo venir a visitarte pronto, hablar contigo ha sido muy... satisfactorio.
Realmente sí que lo fue, Misla emitía un increíble aura de confianza del que Goku pudo percatarse.
Antes de que Misla pudiera reaccionar Goku ya había salido de la sala, dejándola con una sonrisa. Había resultado muy agradable.
En otro lugar.
Catleya y sus homólogos iban en una limusina brindando por el éxito que habian conseguido en la votación en contra de todo pronóstico.
-¿Recuerdan la cara de esa mocosa que se hace llamar Leviathan al saber que casi obtenemos la mayoría de votos? -se burló Catleya sonriendo.
-¡Dentro de tres días el resto de esos estúpidos Maou tendrán la misma cara jajajaja! -exclamó Shalba con una sonrisa bastante maniática.
-Brindo por los nuevos tiempos que se avecinan para el inframundo, ¡salud! -Cruzerey alzó su copa al igual que los demás para hacer un brindis.
Justo iban a chocar sus copas llenas de vino cuando de repente la limusina chocó haciendo que sus copas de vino se derramaran.
-¡Qué demonios! -exclamó Shalba, valga la redundancia- ¿Qué coño acaba de pasar?
Los tres se bajaron de la limusina para ver qué había causado el accidente y se sorprendieron al ver a un rubio parado enfrente del vehículo.
-Ustedes y yo tenemos mucho de qué hablar -aseveró Goku apretando sus nudillos mientras miraba a los descendientes de los Maou.
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Fin del capítulo.
En verdad tengo mucho que agradecer y en primer lugar el hecho de que hayamos llegado a los 3,5k seguidores, cada día sigue uniéndose gente a este familia y eso me alegra mucho.
En segundo lugar esta historia cumplió un año ayer y aunque me habría gustado subir dos caps se me hizo imposible. Igualmente agradezco lo mucho que han apoyado este fic a lo largo de este. Mil gracias a cada lector y votante.
En cuanto al capítulo... pues todo se está interconectando para desembocar en algo más grande... pronto subiré el próximo capítulo.
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