10

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"Por fin he terminado"

Goku suspiró mientras apoyaba la escoba en la pared, por fin había terminado de limpiar su casa.

Dos días habían transcurrido, a lo largo de este tiempo no había intercambiado ninguna palabra con Ravel, la vigilaba sin que ella se diera cuenta.

No sabía cómo disculparse con ella, por eso evitaba verla hasta que lo tuviera claro... Sin embargo, hoy tendrían que verse sí o sí pues dentro de unos minutos le llevaría a clase.

Ravel tampoco se había disculpado, Goku previó que aquello se debía a su enorme orgullo y no iba a culparla si aquella era su manera de pensar.

Sin embrago, eso no iba a fastidiarle el día, estaba contento porque hoy Serafall llevaría a la cámara demoníaca la propuesta del proyecto que ambos estaban trazando para el inframundo.

Si todo salía bien hoy mismo empezarían a trabajar según le dijo Serafall, después de dejar a Ravel en su colegio iría a ver cómo iban las cosas en aquella zona, luego más tarde iría con Serafall.

Si la propuesta era aceptada hablaría con Lady Phenex para que ella les prestase ayuda económica, aunque las arcas del estado podían hacer esa labor todo dependía de las respuestas que les dieran hoy en la cámara de demonios.

-Oh, es el episodio que grabamos el sábado -habló un sorprendido Goku mientras se veía así mismo en el televisor luchando con Serafall, sin duda Vegeta tendría que estar burlándose de él en estos momentos donde quiera que estuviese.

Apagó la televisión ya que no tenía tiempo, más ahora que su verdadero trabajo en el inframundo había comenzado y tendría que esforzarse para conseguir aquello que se había propuesto.

-A ver cómo está todo por aquí -murmuró Goku mientras que salía a inspeccionar los campos de cultivo como solía hacer de costumbre.

Sembró de nuevo hace tres días, todo aquello que había recolectado lo vendió en un mercado del territorio Gremory y con el dinero que ganó compró varios alimentos para los aldeanos.

Hasta ahora sólo había usado el dinero para comprarse lo básico para subsistir, invertir en gente que lo necesitaba era lo más correcto.

Hoy también comenzarían los entrenamientos de Ravel y Raiser, realmente le entusiasmaba aquella idea aunque el encuentro con Ravel prometía ser incómodo, dentro de un tiempo se produciría.

Sólo les entrenaría a ellos pero no sería un entrenamiento demasiado intensivo ya que no deseaba que los demás demonios de su generación se vieran tan desfavorecidos.

Si se ponía a entrenar a todo el que se cruzase por su camino acabaría rompiendo los estándares de poder de aquel mundo y se produciría un enorme desbalance, por eso pretendía que las cosas siguieran su curso.

Ayudando a ambos hermanos Phenex les haría un favor... no pretendía hacerles los demonios más fuertes del inframundo sino que pretendía hacerles mejores personas de cara al futuro.

No iba a negar que le sorprendió que Raiser aceptara así de fácil, daba por hecho que el Phenex le reconoció como un rival digno.

Si aceptaron el entrenamiento fue por beneficiarse a sí mismos, Ravel y su hermano Raiser alcanzarían la grandeza que anhelaban y utilizarían a Goku como medio para lograrlo.

Ahora bien, ¿por qué no ayudar a los demás demonios y limitarse a los Phenex? Bien, eso es algo que Goku pensó dos veces antes de decidir.

Pensó en entrenar a Sairaorg tras oír su historia, pero una parte de él deseaba ver su crecimiento personal sin su ayuda por lo que sólo se limitó en sanar la enfermedad de su madre, con eso Sairaorg tendría una razón para ser más fuerte.

Sona era la hermana de una Maou y además no hallaba una manera idónea de ayudarla, sin contar que lo estaba haciendo muy bien sin su ayuda así que, ¿para qué intervenir con ella?

También estudió el caso de Rias Gremory... conforme sabía su hermano el Maou Sirzechs intercedía demasiado por su hermana menor, eso sumado al poder destructivo heredado de Venelana, por lo tanto no le veía el sentido a favorecer a alguien que ya lo tenía todo.

Seekvaira era un caso particular pero prefería no involucrarse con ella de esa manera. Diodora Astaroth o Zeferedoll Glasya-Labolas tampoco llamaban su atención como para entrenarles.

Pero los hermanos Phenex eran un caso particular, no tenían la influencia de los reyes demonios o un súper poder heredado... eran como aves que intentan salir del nido sin saber cómo, ahí es donde entraba el papel de Goku.

Además ya estaba involucrado con los Phenex al trabajar como guardaespaldas, sería mucho más fácil entrenar a Ravel y Raiser ya que así evitaría llamar más la atención, lo que menos deseaba.

-Humm... tengo una idea -el rubio sonrió observando los cultivos, el día de hoy prometía bastante y eso que apenas estaba empezando.

Horas después.

Ravel estaba en la parte de atrás de la limusina mientras Goku conducía en dirección a Lucifer's highschool, llegarían en un par de minutos.

Un silencio, incómodo para ambos, reinaba en el interior del vehículo, cuando antes era habitual oír los quejidos de Ravel y las burlas de Goku.

La diablesa tenía un dilema emocional y le dolía la cabeza cada vez que pensaba en ello: por un lado, echaba de menos sus conversaciones con Goku, sus burlas, su sonrisa... quería disculparse con él para que todo volviera a ser como antes.

Pero por otra parte, ese plebeyo se había atrevido a gritarla, a alzar la voz... aquello era imperdonable, y si quería mantener su orgullo como diablesa de clase alta disculparse era la opción menos correcta, ese era su dilema.

Su orgullo le impedía ver lo correcto, cada vez que sentía algo de nostalgia por esos momentos con Goku su lado orgulloso afloraba diciendo que era un plebeyo sin ningún tipo de valor en su vida.

Por esa razón no sabía qué hacer, qué decir... estos días habían supuesto un gran martirio para ella. Tampoco podía hablarlo con su madre Reaven... si despedían a Goku por un error suyo jamás se perdonaría, esa carga de conciencia le seguiría por el resto de sus días si sucedía.

"¿Por qué esto me sucede a mí?"- se preguntó Ravel apretando sus puños, su mente era un caos en estos momentos y aquello le fastidiaba.

Goku miró por el espejo retrovisor el rostro de Ravel... vio impotencia en sus ojos azules, algo que también sentía él en estos momentos.

Quería hablar, pero no podía... quería disculparse con Ravel, pero no podía. Goku no sabía qué decir para pedirle perdón, por eso esperaba que llegase momento en que supiera qué decir... si llegaba.

Goku estacionó el auto frente a una enorme infraestructura donde personas de todas las edades estaban charlando y dialogando.

-Ya hemos llegado -el rubio sólo pudo decir aquello y sin perder tiempo Ravel se bajó del vehículo tomando su mochila al momento.

Seekvaira también iba por ahí acompañando a su hermana menor y se desconcertó al ver que Ravel pasaba frente a ella sin siquiera saludarle o mirarle con admiración como solía hacer.

"Parecía melancólica"- se dijo Seekvaira ajustándose sus lentes tras haber analizado la expresión que tenía Ravel en su rostro en el fugaz pero suficiente momento en que vio a la diablesa.

-Parece que algo le ocurre, iré a hablar con ella, nos vemos luego cuídate Onee-chan -se despidió Sheera de su hermana con una sonrisa y corrió para poder seguir el paso de su amiga Ravel.

Seekvaira se giró hacia Goku y vio que el rubio también tenía un rostro similar a Ravel, ahora sus sospechas se habían confirmado tras ver aquello.

-Hola, sí que ha pasado un tiempo -habló Seekvaira con una pequeña sonrisa y el rubio salió de sus pensamientos al ver a la Agares.

-Lo lamento... he estado bastante ocupado estos días -pretextó Goku mientras se rascaba la nuca- esta vez me comprometo a hablar más seguido contigo, palabra de plebeyo guardaespaldas.

Goku habló mientras tenía la mano en su pecho y estaba parado militarmente, Seekvaira soltó una pequeña carcajada que sofocó con sus manos.

-Siempre sabes cómo hacerme reír, ¿cuál es tu secreto? -preguntó la diablesa de ojos carmesí con una sonrisa impregnada en sus labios.

-¿Comer sano...? -preguntó inseguramente Goku mientras se rascaba la mejilla con el dedo índice sin saber qué otra cosa decirle a la chica Agares.

Seekvaira volvió a reírse con las mismas ganas que anteriormente, en serio porqué ese chico le hacía reír aunque realmente no tuviera ganas.

-Bien, qué era lo que quería preguntarte... -murmuró Seekvaira tranquilizándose y luego ajustó sus lentes- ¿Sabes que le ocurre a Ravel? La he notado bastante extraña esta mañana.

-Tuvimos una pequeña discusión hace un par de días... -respondió el rubio, antes de bajar la cabeza y mirar la hora en su reloj- si tienes algo de tiempo podríamos hablar sobre ello y...

-Tengo tiempo -habló Seekvaira pero realmente mintió, ahora mismo tenía unos documentos que firmar pero quería saber más sobre el problema de Goku y Ravel para así poder ayudarles.

Sin mediar palabra caminaron hasta el banco más cercano y se sentaron tranquilamente en el mismo con el fin de poder hablar sin problemas.

-¿Te duele la cabeza? -preguntó Goku con seriedad tras ver cómo Seekvaira se llevaba la mano a la sien y cerraba sus ojos con fuerza.

-No es nada, sólo que mi médico de cabecera me recomendó relajarme más -Seekvaira habló tergiversando una ligera parte de la realidad.

Su padre, Lord Agares, ostentaba la posición de archiduque de uno de los pilares del inframundo, era destacado por ser un hábil diplomático, pero desde hacía unos meses tuvo que cederle parte de sus ocupaciones a Seekvaira ya que dentro de nada ella ocuparía el puesto de archiduquesa.

Desde entonces Seekvaira se encargó de administrar algunos trabajos de su padre el archiduque, eso sumado a sus deberes como heredera del clan y a sus Rating Games...

Todo aquello le generó estrés, gracias a su fortaleza mental podría sobrellevarlo pero tarde o temprano acabaría cediendo, así que su padre le aconsejó relajarse más viendo animes mecha.

Por eso disfrutaba del tiempo con Goku... cuando estaba junto a él es cuando se sentía mucho más relajada, se reía... pasaba buenos momentos.

-Pues verás... -entonces Goku le contó a la diablesa lo sucedido aquella noche, obviamente omitiendo su amistad con la Maou ya que si eso se sabía llamaría demasiado la atención, solo era sabido por Reaven Phenex la madre de Ravel.

Seekvaira se sorprendió al saber que Goku tenía un proyecto de ayuda para las clases más bajas, hasta ahora sólo había oído aquello en Sona.

Sabía que Ravel jamás habría podido espetar aquellas crueldades en serio, si bien la niña era arrogante y pretenciosa Seekvaira se negaba a creer que ella hubiera actuado con malicia.

Veía normal que Goku se hubiera enfadado con ella, pues no sólo se había burlado de su proyecto sino que también se había burlado del sufrimiento de todas aquellas personas que se encontraban en la precariedad del inframundo.

-Ravel nunca habría dicho así de tan despiadado... quiero creer que ella lo dijo para molestarte -habló Seekvaira mientras divagaba.

-También quiero creer eso... lo que más lamento es que no pude controlar mis emociones, quiero disculparme con ella por eso -añadió el saiyajin suspirando- pero no sé cómo pedirle perdón.

-Hazlo cuando te sientas cómodo... en todo caso pienso que es Ravel quien debería pedirte perdón, la reacción que tuviste fue la más normal en una situación así y disculparte por aquello no sería lo más lógico, pero si quieres eres libre de hacerlo -habló Seekvaira y Goku asintió- hablaré con ella... vi su rostro y se nota que ella también lo lamenta.

-Bien, mi cuaderno tiene que llenarse de la palabra "plebeyo" y si Ravel no está para la labor no podrás comprarme otra libreta -habló el rubio con una sonrisa y Seekvaira sonrió de lado.

Dos ideas circularon entre sus pensamientos en aquel instante, su mente comenzó a trabajar en los puntos a favor y los contras de cada una de esas ideas a una velocidad inconmensurable.

-¿Qué te parece si me uno a tu proyecto de ayuda? Pienso que sólo dos personas no serán suficientes si buscas realizar un proyecto efectivo -habló Seekvaira apoyando su mejilla en su puño.

Goku casi se atraaganta con su propia saliva, ¿Seekvaira quería ayudarle? Estaba bien... pero se trataba de un proyecto que de momento sólo sabían él, Serafall y Sona, aunque él no lo sabía.

Si Seekvaira participaba Lord Agares desde luego se enteraría pues era el jefe del clan, luego surgirían rumores que causarían que el nombre de Goku fuera el más oído del inframundo, algo que desde luego no deseaba el antiguo guerrero.

Pero por otra parte... tener el apoyo del pilar Agares sería sumamente beneficioso para el proyecto, podían llegar a un acuerdo en el que se comprometieran a no revelar el nombre de Goku.

"¿Por qué todo esto resulta bastante complicado?"- se preguntó el rubio, el simple hecho de ayudar a personas se hacía difícil.

-¿Participar? Humm... eso tendría que hablarlo con la otra persona -profirió Goku con una mano en su barbilla y también estaba el hecho de que si revelaba el nombre de Serafall acabaría llamando la atención de todos de una u otra manera.

-¿Qué tal si desayunamos mientras hablamos de negocios? Tú invitas hoy... -el rubio sonrió nerviosamente ante aquella proposición.

Seekvaira mantenía una sonrisa en su rostro mientras sus lentes brillaban misteriosamente lo que estremeció todavía más al guardaespaldas.

Realmente Seekvaira nunca se había preocupado con auténtica devoción por las clases más bajas aunque sabía las injusticias que sufrían ellos, su objetivo siempre fue llevar el nombre de su clan a lo más alto, con eso enorgullecería a su padre.

Sin embargo, el proyecto que le había mencionado Goku podría suponer una gran oportunidad para acercarse más a su objetivo, si los Agares compraban aquel territorio y lo remodelaban a nivel de infraestructuras podría suponer una enorme ventaja para su clan.

También así podría ganarse la confianza de Goku y pasar más tiempo con él para conocerle mejor... todo eran ventajas que podrían ser bien aprovechadas, por eso quería negociar con Goku y la otra persona que el rubio había mencionado.

"Goku es un guardaespaldas y según tengo entendido es un demonio de clase baja, por lo que aquel proyecto sólo podría realizarse con la ayuda de un noble de clase alta... puede que sea Lady Phenex"- divagó Seekvaira haciendo uso de su característica agudeza mental para desenmascarar la identidad de la otra persona.

"Espero que todo esto salga bien"- se dijo Goku llevándose las manos al occipital y suspirando.

Tiempo antes.

"¡Ravel espérame!"

La diablesa se giró al oír la voz de su mejor amiga Sheera sonando desde atrás, soltando un suspiro abrió su casillero y dejó ahí una carpeta violeta.

-Buenos días Sheera -saludó Ravel más distraída de lo habitual al ver que Sheera se detenía frente a ella mientras soltaba jadeos de cansancio.

-Llevo llamándote un buen tiempo, ¿qué te ocurre? -preguntó la Agares con curiosidad mientras abría su respectivo casillero.

Varios chicos que pasaban por ahi se reían al ver el casillero de Sheera, habían varios pósteres de chicas mágicas y cantantes de pop. Sheera tenía ese fetiche desde hacía unos años.

-N-no es nada, sólo que estoy un poco nerviosa por los exámenes -mintió Ravel, sabía de sobra que iba a aprobar y más con la gran ayuda que le brindó Goku acerca de las guerras del pasado.

-Oh, no te entiendo... sí eres la mejor de la clase no deberías estar nerviosa -habló Sheera con un encogimiento de hombros, pero sonriendo.

Sheera estaba entusiasmada, había salido un nuevo episodio de "Miracle Levi-tan" y según los spoilers que había leído en la página web hubo un giro argumental sumamente emocionante.

Sheera había descargado el nuevo episodio en su móvil, esperaba con ansias que terminasen las clases para poder verlo cómodamente en su habitación como hacía habitualmente.

-¡No puedo necesito ver un avance! -exclamó Sheera sacando el móvil de su mochila pero ocultándolo en su casillero para evitar que los profesores se lo confiscaran como antes.

-Siempre te pones así cuando sale un nuevo episodio -habló una chibi Ravel suspirando, no entendía ese fetiche raro- date prisa, tenemos clases de biología y sabes cómo se pone la profesora cuando llega un alumno tarde.

-¡Wow! ¡Es formidable! -chilló Sheera con estrellas en los ojos, lo que llamó la atención de su amiga.

Ravel se acercó para ver de qué se trataba y sus ojos se abrieron como nunca antes: ahí estaba la Maou Leviathan luchando contra un rubio cuyo rostro estaba cubierto por una máscara de león.

"¡Ese es Goku!"- gritó Ravel en su mente al reconocer aquella figura. ¿Qué es lo que estaba haciendo Goku grabando un episodio? Su mente no alcanzaba entenderlo en estos momentos.

-¿Qué te ocurre? Tienes un rostro pálido -Sheera pausó su vídeo al ver la expresión facial de Ravel.

-¡No es nada! Sólo que... pienso que esta vez se han esmerado -respondió Ravel nerviosamente.

-¡¿Verdad que sí?! Ese hombre de la máscara de león es formidable -aseveró la diablesa Agares y su amiga tragó saliva ante aquellas palabras- por cierto Ravel, ¿ya tienes pareja para el baile?

-¿Pa-pareja? ¡N-no! ¡¿y tú?! -preguntó Ravel alterada ya que se había olvidado completamente de la noche de Lilith que se celebraba a finales de verano y era tradición antigua en su escuela.

-Pues le pediré a Stephan que sea mi pareja, deberías pedírselo a Klaus creo que le gustas -confesó Sheera mientras caminaban hacia clase.

-¿Ah, sí? -preguntó Ravel sorprendida, realmente los chicos de su clase no le llamaban la atención.

Ahora tenía otro problema por delante: el baile, ya que no podía presentarse sin tener ninguna pareja, aquello sería una gran humillación.

Horas después.

Ravel estaba a la par de su hermano Raiser mientras ambos estaban parados frente a Goku en el campo de cultivo para empezar a entrenar.

Como era de esperar Ravel sacó la mejor nota en el examen de historia demoníaca, la información de Goku le fue de gran ayuda mientras que Sheera fue la segunda, con un punto menos que ella.

Todo este tiempo Ravel había estado pensando en quién podría ser su pareja para el baile... si no encontraba a nadie su última opción sería el conserje del colegio o como ella acostumbraba a referirse a él como "el plebeyo de la escoba".

Después de un día agotador Goku llegó puntualmente a buscarla, el camino de vuelta fue como el de ida: en total silencio, sólo oyéndose el ruido del motor y el ligero rumor del viento.

Apenas tuvo tiempo de descansar una hora ya que su madre le interrumpió para recordarle que su entrenamiento con Goku iba a comenzar.

Se vistió un chándal rosa y se ató el cabello en una cola dejando caer dos mechones rizados en su mente según le recomendó Reaven.

Raiser estaba con una camiseta gris y unos pantalones holgados oscuros, si hoy se había dispuesto a entrenar era porque aquel plebeyo le ayudaría a ser más grande y más poderoso.

Todo su peerage estaba situado detrás de él, Yubelluna más que nadie esperaba ser entrenada para poder servir con mayor eficacia a su señor.

Ninguno de ellos entendía cómo es que alguien de clase baja había llegado a ser tan poderoso hasta el punto de vencer con facilidad a Raiser, Ravel más que nadie esperaba saber si Goku era o no el hombre que apareció peleando contra la Maou Leviathan pero no se atrevía a hablarle.

Goku por su parte vestía un chándal azul, uno parecido al que usó en su batalla contra Broly. Sonrió con burla al recordar a Vegeta haciendo erróneamente la danza Metamorū cuando se vieron obligados a fusionarse en Gogeta.

Charló con Seekvaira durante unos instantes y acordaron verse de nuevo en unos días junto a la otra persona... que no era otra que Serafall.

Serafall debía de encontrarse en la cámara demoníaca en estos momentos, dentro de unas horas le llamaría para comunicarle el resultado de la propuesta que lanzará a los de la cámara.

Después de aquella charla se fue a la aldea para trabajar un poco en los cultivos y ver su evolución. Claro llevó también algo de comida a los aldeanos con el dinero que tenía.

Ahora comenzaría a entrenar a los hijos menores del clan Phenex, no sería un método de entrenamiento riguroso pero sí bastante especial y efectivo, no quería que existiera una increíble desventaja entre los demonios de su generación porque no sería justo para aquellos demonios.

-Les advierto de antemano que este entrenamiento no será fácil, si quieren abandonar es mejor que lo hagan ahora -profirió Goku sin dar rodeos y varias del peerage de Raiser tragaron.

-No seas arrogante plebeyo, te ganaste mi respeto pero eso no quiere decir que tú seas superior a mí -habló Raiser de brazos cruzados.

-¡Nii-sama tiene razón! No voy a abandonar -añadió a su vez Ravel y el rubio no dijo nada.

-Muy bien, si tanto se empeñan en seguir... -dijo el rubio con un ligero encogimiento de hombros- la primera parte de su entrenamiento consistirá en... contarme un chiste -mencionó con una sonrisa-

"¡¿QUÉ?!"

Todos los presentes no pudieron evitar soltar un grito ante aquellas palabras, incluso Reaven que lo estaba oyendo todo, con su súper oído, desde la mansión también se sorprendió ante aquello.

-¿Con-contarte un chiste? ¡¿acaso es una maldita broma?! -bramó el Phenex bastante alterado pero Goku negó tranquilamente ante su pregunta.

-Para que sean dignos de mi entrenamiento deben tener un buen sentido del humor -dijo Goku cruzándose de brazos- reírse, jugar, descansar... todo eso forma parte del credo de un guerrero.

Los hermanos Phenex analizaron rápidamente aquellas palabras y concluyeron que si querían seguir con el entrenamiento debían de pasar lo más pronto posible esta parte vergonzosa.

-Bien hagamos esto cuanto antes -prosiguió Raiser en tono avergonzado mientras su mente divagaba acerca de un posible chiste que contar.

Ravel literalmente no sabía qué decir, contar chistes nunca se le había dado bien y ahora tenía que hacerlo para seguir con el entrenamiento.

-No será fácil hacerme reír, no se lo pondré fácil -habló Goku sin emociones y todos tragaron ante tales palabras- comiencen cuando quieran...

Goku sonrió, seguramente Kaiosama estaba riéndose en estos momento donde quiera que estuviese, se método de entrenamiento resultó ser bastante efectivo aunque gran parte se debió a la gravedad en diez de su pequeño planeta.

Tiempo después.

"¡JAJAJAJA!"

Goku soltó una carcajada mientras llevaba sus manos al estómago, nunca se esperó que Raiser fuera así de bueno contando chistes graciosos.

El Phenex tenía la mirada perdida en el suelo, tuvo recurrir a los chistes que solía contarle su hermano Ransar cuando era más pequeño.

Yubelluna en particular estaba sorprendida ante aquella faceta en su señor, las demás miembros del peerage no se quedaban atrás.

Ravel también recurrió a los chistes de su hermano mayor, Goku tuvo que fingir reírse ya que no le había hecho gracia pero no quería añadir más problemas a los que ya tenía con Ravel.

-Realmente fueron buenos chistes, ahora comenzaremos con la segunda parte -dijo el saiyajin mientras su vista iba a los campos de cultivo- ¿ven el área donde están las lechugas?

Los hermanos Phenex giraron su cabeza y abrieron sus ojos al ver aquella zona, pues era tan extensa que no se veía el final, eso según Ravel.

-¿Qué sucede con esa zona? -preguntó Raiser mientras se cruzaba de brazos, no veía nada interesante aparte de tierra y lechugas.

-Disponen de dos horas para recolectar cinco mil lechugas, quien lo consiga primero recibirá la tercera y más importante parte del entrenamiento, quien pierda recibirá un castigo severo -habló el rubio con suma seriedad.

-¡¿Estás bromeando?! ¿Quieres que me manche las manos de tierra? -cuestionó Ravel ya que se negaba a hacer aquella salvajada primitiva.

-Cuando aceptaste ser entrenada acordaste un compromiso, si quieres ser más poderosa tendrás que mancharte las manos en más de una ocasión, el verdadero esfuerzo es el que se realiza con el sudor de la frente -explicó Goku de manera tranquila- sólo tienen dos horas eh...

Raiser miró a su hermana, si quería seguir con este estúpido entrenamiento tendría que ser el primero en recolectar las cinco mil lechugas.

-Tengan -el rubio les entregó a ambos dos enormes cestas- ahí pondrán las lechugas... les recomiendo ir en tandas de cincuenta, todo lo que vayan recolectando lo pueden dejar en esos dos cestos -habló señalando dos gigantescos cestos, uno era para Ravel y el otro sería para Raiser.

Raiser se ató su cesta en la espalda y ayudó a su hermana a hacer lo mismo, sólo que la cesta de Ravel era incluso mucho más grande que ella.

-Comiencen en tres... dos... uno... ¡YA! -Goku gritó señalando el inicio de la segunda parte del entrenamiento a los hijos menores de los Phenex.

Raiser corrió y comenzó a recolectar metiendo sus manos en la tierra para extraer las lechugas.

Ravel miró por unos instantes la tierra donde estaban las lechugas y cerrando sus ojos puso sus manos para tomar la planta herbácea.

"¡¿Acaso ese plebeyo piensa que soy una vulgar lechuguera?!"- se indignó Ravel con repugnancia al sentir sus manos impregnadas de tierra.

Goku sonrió, la idea le vino a la mente esta mañana al recordar la vez que le propuso a Piccolo recolectar como entrenamiento.

No sólo brazos y piernas trabajaban en total sincronización sino que eran todos los músculos los que trabajaban coordinadamente en el acto.

Reaven por su parte veía la escena con una sonrisa, jamás se le habría ocurrido una idea minara el orgullo de sus arrogantes hijos.

Con Serafall.

"Con doscientos votos en contra y noventa abstenciones, la propuesta de la Maou Serafall Leviathan ha sido totalmente denegada"

La voz de Zekram Bael sonó en el estrado de la cámara demoníaca haciendo que poco a poco el corazón de Serafall se hiciera pedazos.

La cámara demoníaca estaba compuesta por trescientos cuarenta escaños, el grupo mayoritario era el de los Bael con noventa, seguido de los Gremory con setenta y cinco escaños y los Sitri con sesenta y cinco.

El estrado era presidido por Zekram Bael acompañado de los cuatro Maou, dos de ellos habían negado la propuesta de Serafall.

-Sirzechs... ¿por qué? -logró pronunciar Serafall girándose hacia el Maou de cabello carmesí.

Para que la propuesta hubiera sido aceptada se habría necesitado el voto a favor de la mirad de escaños que había en la cámara, ciento setenta, además del voto a favor de tres de los cinco miembros que componían el estrado.

Sólo los Gremory, los Sitri y los Phenex votaron a favor, pero no fue un voto unánime pues los hubo entre ellos mismos que se abstuvieron de votar.

En el estrado Ajuuka, Sirzechs y Zekram votaron en contra a la propuesta de Serafall con respecto a ayudar a uno de los lugares más pobres en el inframundo mientras que Falbium se abstuvo.

-Sabes mejor que nadie porqué he votado en contra... lo lamento Serafall -habló Sirzechs bajando la mirada.

El Maou sabía que si votaba a favor la facción de los conservadores estallaría debido a que se oponían a que lo demonios de clase baja sean favorecidos. Aquello podría provocar una guerra no sólo a nivel civil, dado que lo había entre ellos que apoyaban a la facción de los viejos Maou y estaban dispuestos a iniciar una nueva guerra contra el cielo lo que supondría más muertes.

Sirzechs quería evitar aquello, por más que le doliese a Serafall tendría que sacrificar intereses particulares por los intereses del inframundo.

Lo que más le dolía a Serafall no es que sus amigos le hubieran dado la espalda, sino que tendría que decirle a Goku que abandone la idea de ayudar a aquellas personas desfavorecidas.

-----------------------------------------------

Fin del capítulo.

Pues hasta aquí llegó mi inspiración... actualizaré cuando ella me ame o bien cuando lleguemos a 3k votos, lo que suceda antes xD.

No hay mucho que decir salvo agradecer por todo este apoyo, si bien no es una buena historia disfruto escribiéndola y es lo que cuenta, si hay algo que no les gusta me gustaría saberlo :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top